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domingo, 24 de abril de 2022

CAPITULO 2

Tae se sintió impotente al ver a Yoongi salir de la habitación. Estaba más confuso de lo que podía recordar haber estado alguna vez en su vida. Su compañero era un hombre. Un jodido sexy hombre, pero un hombre no  obstante. ¿Cómo se supone que iba a lidiar con eso?.

 

El que su hermano fuera gay nunca le molestó. Tal vez porque él siempre había sabido que también lo era. En realidad, pensaba que eso los había llevado a estar un poco más cerca, aunque Namjoon no sabía nada acerca de él. Simplemente pensaba que no tenía el coraje para vivir tan abiertamente como lo hacía Namjoon, pero como sea. Era la vida de Namjoon. Él podía hacer lo que quisiera con ella. Y Jin parecía hacerlo tan malditamente feliz. Entonces, ¿quién era Tae para discutir acerca de eso?

 

Que él fuera gay era otra historia. Tae nunca había salido con un hombre, y mucho menos besado a uno. Hubiera querido, pero después de que Namjoon saliera como gay, Tae había visto lo que pasó con sus amigos y familiares. No quería volver a pasar por esa especie de agonía, sólo por amar a alguien del cual se sintiera atraído.

 

Por lo tanto, había fingido durante toda su vida que era hetero, incluso salía con mujeres de vez en cuando. Tae sabía cómo obtener una respuesta sexual de una mujer, y sabía  también  que  no  le  gustaba,  pero  ¿sería  lo  mismo cuando se trataba de dos hombres estando juntos?

 

Infiernos, ¿a quién quería engañar? Estaba tan fuera de su liga en este momento, que bien podría  estar en la  luna. Sin embargo, él no iba a ser el único confundido por todo esto. Sus padres ya tenían un hijo gay. Ellos iban a cagar gatitos de color púrpura cuando se enteraran acerca de Yoongi. Se suponía que Tae debía continuar con el apellido de la familia, encontrar una mujer y tener un montón de pequeños cachorritos.

 

Sep, eso no iba a pasar ahora.

 

Sólo la idea de tocar a alguien más, aparte de su compañero, hombre o mujer, hacía que se le anudara el estómago y amenazara con rebelarse en contra de él. Respirando hondo para tranquilizarse, y para deshacerse de la rabiosa erección presionando contra su cierre, Tae se dirigió hacia la puerta. Sin importar qué tan confundido o calenturiento estuviera en estos momentos, todavía tenía un trabajo que hacer.

 

Sin embargo, justo al llegar a la  puerta,  ésta  se  abrió. Tae se mostró sorprendido al ver a Yoongi allí de  pie, con una mirada feroz en su rostro.

 

—Yoongi, que…

 

Las palabras de Tae fueron ahogadas cuando Yoongi dio un paso adelante, cerrando la puerta detrás de él antes de llegar hasta Tae. Pasó sus brazos alrededor de la cintura de Tae para acercarlo más mientras sus labios descendían sobre los de Tae.

 

Tae estaba congelado, inmóvil por un momento, sorprendido por el hecho de estar besando a otro hombre tan íntimamente antes de que el sentimiento erótico de los labios de Yoongi contra los suyos lo abrumara. Se agarró a Yoongi, envolviendo sus brazos alrededor de su cuello, enroscando los dedos en el suave cabello de la nuca de Yoongi.

 

«¡Oh dioses, esto era por lo que era gay!»

 

Sus labios se abrieron, y permitió la entrada de Yoongi, gimiendo cuando sus lenguas se encontraron por primera vez, rozando una contra la otra. Yoongi sabía dulce, justo como Tae pensaba que una pareja  debería  saber. El cuerpo de Tae tembló un poco al darse cuenta de lo que estaba pensando. Yoongi era un hombre, y por el momento, a Tae no le importaba. Podría besar a Yoongi  por horas.

 

Sintió que Yoongi lo llevaba hacia atrás, guiándolo hasta que el escritorio se acercó por detrás. Pero Yoongi no dejó de empujar hasta que Tae estuvo acostado sobre éste, el cuerpo del hombre un poco más grande lo cubrió. Tae miró a Yoongi desconcertado cuando levantó la cabeza.

 

Se sorprendió al ver que los ojos profundamente avellanas de Yoongi se habían vuelto de un color marrón oscuro cobrizo. Estaban ardiendo de deseo cuando Yoongi lo miró. Los labios de Yoongi estaban rojos e hinchados, ligeramente separados. Su pecho subía y bajaba con su respiración agitada. Se veía delicioso.

 

Tae quería más. Quería todo lo que Yoongi tenía para dar, y algo más. Su compañero lo miraba con deseo en sus ojos, y él quería más, mucho, mucho más. Por fin sentía que podía dejarse llevar y ser el hombre que estaba destinado a ser, estar con la persona que estaba destinada a estar con él.

 

— Yoongi —susurró Tae mientras empujaba los  labios de Yoongi de regreso a los suyos, atacando la boca de su compañero al momento en que sus labios se encontraron. La polla de Tae se endureció aún más cuando oyó gemir a Yoongi. «Oh dioses». Tae se estremeció. Podría oír el sonido por el resto de su vida y nunca se cansaría de éste.

 

Tae estaba tan inmerso en besar a Yoongi que se sacudió, sobresaltado, cuando sintió las manos de Yoongi agarrar su culo a través de sus jeans. Sus ojos se agrandaron cuando Yoongi levantó la cabeza y lo miró interrogante. Tae sonrió. Sabía exactamente lo que Yoongi le estaba pidiendo, y sabía exactamente cómo responderle a su compañero. Separó las piernas y dejó que el cuerpo de Yoongi se asentara contra su erección antes de jalar su cabeza hacia abajo.

 

Cuando la mano de Yoongi se movió alrededor, acunando la polla de Tae a través de sus jeans, Tae pensó que se iba a correr justo ahí en el acto. Nunca se había sentido tan vivo en su vida, tan al borde de un orgasmo. Sólo sabía que si Yoongi lo tocaba un poco más, dándole un beso un poco más duro, él podría venirse. Y nunca tuvo la necesidad de venirse más de lo que lo necesitaba en este mismo momento.

 

Llevando su mano abajo, empujó a Yoongi fuera del camino y rápidamente se desabrochó los pantalones y tiró de la cremallera. Estaba agradecido de que no había tenido bóxer limpios para ponerse en la mañana y había ido de comando, cuando la mano de Yoongi inmediatamente rodeó su polla y comenzó a acariciarlo.

 

Tae despegó con fuerza sus labios  de  los  de  Yoongi. Jadeaba fuertemente mientras miraba a Yoongi con desesperación.

 

—Y… Yoongi, necesito más —declaró con voz ronca, su mano rozando el duro borde de los pantalones de Yoongi. Odiaba tener que suplicar, pero seguramente Yoongi entendía su necesidad.

 

Oscuros ojos cobre se quedaron mirando a Tae por un momento antes de que Yoongi se inclinara y desabrochara sus propios pantalones. Tae gimió cuando Yoongi agarró las dos pollas con su enorme mano. Los ojos de Tae casi se salen de su cabeza cuando Yoongi comenzó a acariciarlas juntas. La sensación del calor de Yoongi, la piel rígida contra la suya, hizo que se le enganchara a Tae su aliento en la garganta.

 

Llevó su mano hacia arriba y empujó la camisa de Yoongi hasta el cuello, los dedos moviéndose a sus pezones para tirar y torcer. Pudo oír a Yoongi soltar un pequeño gemido por su acción, sintiéndolo acelerar sus movimientos y la forma en que sus labios se pegaron a la piel en el cuello de Tae.

 

Mientras los dientes de Yoongi se rastrillaban por la suave piel entre su cuello y hombro, Tae supo que Yoongi quería morder, hundir sus largos colmillos y reclamar a Tae como su compañero. Pero, sabía que si Yoongi hacía eso, no habría vuelta atrás para ninguno de los dos.

 

Una vez que Yoongi lo reclamara, serían compañeros para siempre. No habría nadie más para ninguno  de  los  dos. Sin embargo, no recordaba haber querido algo tanto en su vida. Sólo la idea de que su compañero estuviera tan cerca de reclamarlo...

 

Tae abrió la boca para suplicarle a Yoongi que lo tomara, que lo reclamara, pero todo lo que salió fue un largo gemido, mientras un orgasmo de proporciones épicas explotó a través de él. Su polla entró en erupción, lanzando chorro tras chorro de crema de color blanco nacarado en toda la mano de Yoongi y sus estómagos.

 

Mientras el aire abandonaba sus pulmones, Tae escuchó a Yoongi gritar por encima de él, su cremosa liberación se mezcló con la de Tae cuando se corrió. Yoongi enterró el rostro en el cuello de Tae mientras su pecho se hinchó. Tae frotó la espalda de Yoongi, hasta que finalmente levantó la cabeza para mirar hacia él.

 

Por un momento, la cara de Yoongi mostró su asombro ante lo que había sucedido entre ellos, y entonces la expresión de su rostro poco a poco se desvaneció para ser sustituida de la nada por una máscara de fría piedra. Tae de repente se sintió muy vulnerable. Yoongi parecía que no podía importarle menos lo que había sucedido entre ellos, algo que Tae sentía que había alterado completamente su vida.

 

De repente deseó haber estado en un lugar distinto de donde se encontraba, acostado sobre un escritorio, con los jeans desabrochados, su polla colgando, y su semen untado por todo su estómago. Sobre todo porque el hombre que acababa de sacudir su mundo estaba ahí de pie, acomodando sus jeans, y mirándolo como si no pudiera importarle menos quién era. Tae podría haber sido cualquiera.

 

Tae se levantó rápidamente y se alejó de Yoongi mientras empujaba su polla de nuevo en sus jeans y subía la cremallera. Se acercó, tomó un par de servilletas, se limpió el estómago y las tiró a la basura antes de volverse para encarar a Yoongi.

 

Pero  Yoongi ya estaba  caminando  hacia  la  puerta.

 

Tae llevó una mano hacia él, con ganas de llamarlo para que volviera, pero rápidamente la bajó al recordar la mirada de desinterés en el rostro de Yoongi. No le suplicaría. Si su compañero de verdad no lo quería, Tae lo dejaría ir, sin importar lo mucho que le dolía.

 

Tae sintió que se le rompía algo en el pecho cuando Yoongi llegó a la puerta y se volvió de nuevo para mirarlo, sus ojos rastrillaron con frialdad el cuerpo de Tae.

 

—Creo que esto demuestra que el sexo no va a ser un problema entre nosotros. Recuérdalo cuando decidas si quieres estar conmigo o no.

 

Tae se sintió devastado cuando Yoongi se volvió y salió de la habitación sin decir ni una palabra. ¿Todo esto había sido solo para demostrar un punto? Yoongi no se había sentido desesperado por estar con su compañero, por reclamar a su compañero. ¿Había estado tratando de demostrar un punto?

 

Tae no sabía si alguna vez se había sentido más utilizado en su vida. El momento íntimo que pensó que había compartido con Yoongi pronto lo hizo sentir sucio y avergonzado. ¿Era así como las cosas iban  a  ser  entre  ellos? Tae no sabía si esta era simplemente la forma en que Yoongi quiso probar algo o si normalmente era así. Si lo era, Tae no estaba seguro de que quisiera estar acoplado, sin importar cuán atractivo era el hombre.

 

Tae se metió de nuevo la camisa dentro del pantalón y luego se dirigió hacia la puerta. Todavía tenía un trabajo que hacer, y ni siquiera sus pensamientos acerca de Yoongi le iban a impedir cumplir con su deber. Su hermano necesitaba de su ayuda y, al menos allí,  sabía  lo que  se esperaba  de  él. Se ocuparía de este fiasco con Yoongi más tarde.

 

O nunca.

 

Estaba votando por nunca.

 

Al entrar en la  sala,  miró  alrededor  de  la habitación. Su madre estaba hablando en voz baja con Wondin. Yoongi estaba parado mirando por la ventana, con la espalda rígida e inflexible, al igual que el hombre. Tae tomó una respiración profunda, con la esperanza de no oler a sexo, pero sabía que probablemente lo hacía, entonces se aclaró la garganta.

 

—¿Están listos para irnos? Papá nos está esperando en casa de Namjoon —preguntó Tae mientras caminaba hacia la puerta principal. Podía oír a Wondin y Yoongi diciéndole adiós a su madre mientras salía a la calle y se dirigió a su camioneta.

 

Tae subió y arrancó la camioneta, con la esperanza de que Yoongi fuera con su hermano en lugar de con él. No sabía si estaba listo para hablar con Yoongi en este momento, no por la forma en que se estaba sintiendo. Sería mucho mejor si cada uno tenía un poco de espacio para pensar.

Aun así, cuando Yoongi se metió en el auto con su hermano, Tae se sintió decepcionado. Negó con la cabeza y se dirigió a casa de su hermano. Estaba perdiendo la cabeza. Eso era todo. Yoongi lo estaba enloqueciendo.

 

—Así que, ¿cuál es la historia con Tae? —Wondin, preguntó mientras ellos iban detrás de él.

 

— No quiero hablar de eso —respondió Yoongi  estoicamente mientras miraba por la ventana. No podía ni comenzar a explicar su proceder por lo que no quería hablar de ello. Ni siquiera quería pensar en ello, pero parecía ser todo lo que estaba haciendo. Pensando en Tae. Su compañero.

 

— Vi cómo lo miraste, Yoon, y nunca te había visto mirar a alguien de esa manera, ciertamente no a otro hombre. Así que, ¿qué pasa? —Wondin, le preguntó.

 

Yoongi  volvió  la  cabeza  para  mirar  a  su hermano.

 

—Él es mi compañero. —No podía creer lo fácil que esas palabras salieron de sus labios, sobre todo teniendo en cuenta cómo las cosas eran de precarias entre él y su compañero.

 

— ¡Joder! —Wondin, maldijo bajo, negando con la cabeza—. Tú si que sabes cómo enredar las cosas, ¿no? Se suponía que ibas a ser el único que continuara con el nombre de la familia. Mamá va a cagar ladrillos cuando se entere de esto. Ya lo sabes, ¿no?

 

Yoongi hizo una mueca.

 

—Sí, imagino de qué forma.

 

—Bueno —respondió Wondin, sonriendo—, si vas a elegir a un hombre por compañero, no elegiste a uno con mal aspecto. ¡Tae es caliente, hermano!

 

Yoongi trató de sonreír pasando por alto el rugido posesivo que se estaba formando en la parte posterior de su garganta al oír las palabras de Wondin. Sabía que su hermano era gay. Lo había sabido por años. No le importaba. Pero ciertamente no le gustaba que Wondin hiciera comentarios acerca de su compañero.

 

—Claro, yo prefiero que mis chicos sean un poco más pequeños. Alguien a quien pueda acurrucar entre mis brazos. Tae es demasiado masculino para mí, pero si te gusta... —se rio Wondin—. Te gusta, ¿verdad?

 

Yoongi rápidamente desvió la mirada cuando sintió que su rostro enrojecía.

 

—Oh, sí, la atracción sexual no parece ser nuestro problema.

 

—Entonces, ¿qué es? —Wondin, señaló hacia la camioneta que iba en frente de ellos— ¿Por qué viajar conmigo en vez de ir allá con tu compañero?

 

—Porque no soy gay, y Tae vive en el armario. Hasta hace unos minutos, nunca había besado a otro hombre —explicó Yoongi, sintiendo su polla endurecerse repentinamente al recordar el beso y las otras cosas que había experimentado con Tae.

 

—Y ahora, ¿cómo lo estás llevando? ¿Cómo te sientes?

 

—¡Excitado! —Yoongi gruñó. Estaba tan jodidamente caliente que podría ganar una carrera de sacos de tres patas.

 

—¿Y qué vas a hacer al respecto? —Wondin, le preguntó cuando se detuvo detrás de la camioneta de Tae.

 

—No tengo ni puta idea. —Yoongi miró por la ventana del frente y vio a su compañero salir de su camioneta. Tae miró hacia atrás por un momento, y sus ojos se encontraron. Yoongi suspiró profundamente cuando vio que los labios de Tae se presionaron juntos justo antes de que el hombre se diera vuelta y empezara a dirigirse hacia la casa. Yoongi salió de la camioneta de su hermano y siguió a Tae hacia la casa, esperando en la parte inferior de la escalera, mientras que Tae llamaba a la puerta. Parecía no poder ser capaz de quitar los ojos del apretado culo delante de él, envuelto en unos jeans descoloridos.

 

«¡Maldición!»

 

Ese hombre tenía un culo perfecto.

 

Rápidamente miró hacia arriba cuando la puerta se abrió. No tenía ninguna necesidad de ser atrapado comiéndose con los ojos el culo de su compañero, sin importar lo perfecto que era. Esa no era la manera de saludar a alguien, especialmente no al Alfa de la manada de Tae,  quien también resultaba ser el padre de Tae. Dioses, estaba tan jodidamente jodido.

 

—Hey, papá —dijo Tae mientras le daba a su padre un ligero abrazo y luego dio un paso atrás, agitando la mano hacia ellos—. Estos son Min Wondin y Yoongi de la manada de Shanta. Su Alfa nos dijo que podíamos tenerlos mientras los necesitáramos.

 

—Wondin, Yoongi, gracias por venir. Realmente podemos utilizar su ayuda —dijo Dowoo mientras estrechaba las manos de ambos y luego hizo un gesto para que entraran—. Yo soy Kim Dowoo, el Alfa de la manada de Wolf Creek. Este es mi hijo, Namjoon, nuestro ejecutor de la manada y alguacil local. El hombre que duerme en su regazo es su compañero, Jin.

 

Yoongi asintió en saludo al hombre que estaba sentado en el sofá con un pequeño y dormido hombre acurrucado en sus brazos. No quería despertar al hombre, pero no pudo evitar la pequeña punzada que sintió cuando vio la mirada amorosa que Namjoon le dio a su compañero.

 

¿Alguna vez experimentaría eso? Con las cosas que estaban pasando actualmente entre él y Tae, podría decirse que no.

 

—¿Él es la razón de que estamos aquí? —Wondin, preguntó, mientras hacía un gesto hacia el hombre que dormía.

 

—Sí —dijo el Alfa—. Si quieres venir a sentarte, estoy seguro de que podemos ponerte al corriente.

 

Yoongi se sentó frente a Namjoon. Sonrió al hombre en brazos de Namjoon, pero su atención estaba centrada en el hombre que fue a pararse detrás de él. Trató de ignorar el dulce aroma que Tae estaba emitiendo, cuando Namjoon comenzó a hablar. No tuvo mucho éxito. Tae olía fantástico.

 

—Es necesario que mantengamos nuestras voces en un tono bajo. Jin acaba de quedarse dormido, y él necesita todo el descanso que pueda conseguir —dijo Namjoon en voz baja, haciendo un gesto hacia el hombre en sus brazos—. Ha tenido un momento difícil y no ha podido dormir  lo suficiente.

 

—¿Qué nos puedes decir? —Wondin, preguntó en voz baja. Yoongi asintió con la cabeza ante la pregunta de Wondin. Ellos necesitaban saber lo que más pudieran sobre la situación, si iban a ser de alguna utilidad.

 

—Hay un hombre, Jin lo llama el Profesor. No sabemos su nombre real todavía. Ha pasado la mayor parte de los últimos veinte años haciendo de la vida de Jin un infierno. Finalmente, escapó del Profesor hace dos años, pero ha estado huyendo desde entonces. El Profesor tiene en sus manos un montón de tarros de galletas y tiene un alcance muy grande. Ningún lugar ha sido seguro para Jin por mucho tiempo.

 

—¿Por qué  ese  hombre  está  duro  por  tu compañero? —Yoongi le preguntó.

 

Se sorprendió cuando el hombrecito abrió los ojos y se sentó, mirando hacia él.

 

―Simplemente porque soy jodidamente lindo —dijo Jin.

 

Yoongi observó divertido cómo Namjoon le acarició el cabello.

 

—Oye, bebé, ¿has tenido una buena siesta? —preguntó Namjoon.

 

—En realidad no, pero supongo que necesitaba el descanso. Entonces, ¿quiénes son las montañas que se hacen pasar por hombres? —preguntó Jin, asintiendo con la cabeza hacia Yoongi y Wondin.

 

Wondin, se inclinó  hacia  delante  tendiéndole  la  mano.

 

—Min Wondin. Mi hermano Yoongi y yo fuimos enviados aquí por nuestro Alfa para darte un poco de protección adicional.

 

Jin agarró la mano que le tendió Namjoon antes de inclinarse hacia adelante y estrechar la mano de Wondin, y luego la de Yoongi. Yoongi sintió que hizo una breve pausa, mirándolo fijamente antes de soltar su mano. ¿Sabría de Tae? ¿Podría decir que le estaba tomando todo a Yoongi para no alcanzar por detrás y tocar a Tae?

 

—¿Supongo que quieres saber sobre el Profesor? — Jin preguntó mientras soltó la mano de Yoongi y se recostó en los brazos de Namjoon.

 

— Creo que tenemos que saber tanto como te sientas cómodo en decirnos. Cuanto más sepamos, mejor vamos a ser capaces de protegerte —respondió Yoongi, mientras se sentaba de nuevo en su asiento.

 

—Voy a tratar de darles la versión corta entonces —dijo Jin antes de tomar una profunda respiración.

 

—El Profesor se hizo mi tutor después de que mi madre murió. Él usa a la gente como yo para hacer dinero, mucho dinero. Soy uno de sus favoritos, el que le proveía más dinero. Es por eso que me quiere de vuelta tan desesperadamente.

 

—¿Eres una prostituta? —Wondin, le preguntó, su voz aderezada con horror.

 

Yoongi solo pudo quedarse con la boca abierta ante el hombrecillo. Jin parecía demasiado dulce como para haber vivido ese tipo de vida.

 

— No exactamente. Tengo ciertas habilidades. El Profesor vende mis servicios al mejor postor: agencias del gobierno, empresarios, traficantes de drogas, lo que sea, y vende nuestros servicios a ellos. Así es como ha ganado tanto poder.

 

—¿Servicios? ¿Habilidades? ¿Podrías decirnos completamente de qué infiernos estás hablando? —Yoongi preguntó con voz calmada, totalmente confundido en ese punto. «¿Era una prostituta?»

 

—Por un  lado,  soy  un  detector  de  mentiras humano. Puedo decir si alguien está mintiendo con sólo tocarlo. Dos, puedo leer las emociones de la gente. Por ejemplo, sé exactamente lo que estás sintiendo en este momento y por quien —dijo Jin.

 

La mandíbula de Yoongi cayó al ver cómo los ojos de Jin se levantaron hacia el magnífico hombre de pie detrás de él. Podía sentir el calor subir por su cara cuando se dio cuenta de que Jin podía sentir su deseo por Tae. ¿Sabría que eran compañeros, también?

 

Yoongi cerró de golpe la boca cuando oyó la risa de  su hermano. «¡Pendejo!»

 

—Eso tiene que hacer las cosas interesantes, pero puedo ver  por  qué  el  Profesor  tal  vez  quiera  que  vuelvas. Entonces, ¿supongo que nuestro trabajo aquí es evitar que logre eso? —Wondin preguntó un rato después, una vez estuvo serio.

 

—Bueno, se los agradecería muchísimo. Sólo la idea de que... que ese hombre ponga sus manos sobre mi bebé me hace ver rojo —dijo Namjoon mientras acariciaba con los dedos el cabello de Jin.

 

—Así que, por lo que sé de mi Alfa, el Profesor ha sido visto en la ciudad, ¿correcto? —Yoongi le preguntó.

 

Tanto Namjoon como Jin asintieron con la cabeza.

 

—Sí, Namjoon y yo estábamos cenando cuando lo vi por la ventana.

 

—¿Estás seguro de que era él? —Yoongi le preguntó, de nuevo, su voz muy tranquila.

 

—Oh, sí, estoy seguro de que era el Profesor. No podría confundir a ese hombre. Ha estado en mi vida durante casi veinte años. Podría verlo en medio de la multitud sólo por la forma en que camina. Además, he estado esperándolo.

 

—¿Has estado esperándolo? —Wondin, preguntó sorprendido.

 

—Ha estado buscándome desde que escapé hace dos años. Sabía que si me quedaba en un solo lugar por mucho tiempo, él me encontraría. —Jin envió a su compañero una pequeña sonrisa antes de mirar de nuevo a Wondin—. Namjoon me convenció de que me quedara esta vez.

 

—Pero ¿cómo te encontró?

 

—Hay otros como yo. El Profesor tiene todo un grupo de nosotros. Algunos han usado sus habilidades para mantenerlo alejado de mí. Algunos no. Supongo que es así como él me encontró. Pero sobre todo creo que es porque me quedé en un lugar por más de unos pocos días.

 

Wondin se inclinó hacia delante en su silla, con las manos anudadas juntas.

 

—¿Hay más como tú? ¿Dónde están y por qué no hemos oído hablar de esto antes de ahora?

 

—El Profesor nos mueve mucho, así que no estoy muy seguro de dónde están en estos momentos. Y supongo que la razón por la que no han oído hablar de nosotros es la misma razón por la que no mucha gente sabe acerca de ustedes. A veces, es mejor mantener las cosas ocultas.

 

Wondin,  asintió  con  la  cabeza.

 

—Puedo  entender   eso. Pero tengo curiosidad, ¿qué pasa con  esos otros  como tú? El Profesor los mantiene como rehenes, ¿no es así?

 

—A la mayoría, sí. Pero hay algunos a los que  les gusta la vida que el Profesor les ofrece. Los llamamos las mascotas del Profesor. Les gustan el dinero y el poder que obtienen de hacer exactamente lo que él dice. Para el resto, sin embargo, sus vidas son un infierno más o menos.

 

Yoongi vio formarse lágrimas en los ojos de Jin justo antes de que inclinara la cabeza. Los brazos de Namjoon se dirigieron inmediatamente a su alrededor, reconfortándolo. Se preguntó si podría ser así entre él y Tae. ¿Si se  aparearan, iba a ser capaz de abrazar a Tae cada vez que quisiera? ¿Tae se lo permitiría? Yoongi nunca había sido cariñoso en el pasado, pero podía verse a sí mismo yendo en esa dirección si eso significaba tener los brazos de su compañero envueltos alrededor de él.

 

—Siempre he querido volver por ellos, por los que no quieren estar allí. Y no sé cómo —dijo Jin, un momento después, levantó la cabeza—. No sé dónde están, y no soy lo suficientemente fuerte como para alejarlos del Profesor y su ejército de guardias.

 

—¿Hay   alguna   manera   de   enviarles    un mensaje? —Yoongi le preguntó con curiosidad.

 

—No —Jin arrugó la frente—, bueno, tal vez. Pero no puedo garantizar que llegue a ellos o que los demás no reciban el mensaje o incluso interceptarlo.

 

—¿Cómo? —Yoongi se inclinó hacia delante en el sofá, apretando las manos para que nadie pudiera verlas temblar— ¿Cómo podrías enviarles un mensaje a ellos?

 

—Bueno, esto va a sonar gracioso, pero tendría que... meditar. Algunos de los estudiantes tienen telepatía. Si ellos están recibiendo, al mismo tiempo en que estoy enviando, pueden recibir el mensaje, sobre todo si están cerca.

 

—¿Qué tan cerca? —Yoongi le preguntó, el inicio de un plan formándose en su mente.

 

Jin se encogió de hombros.

 

—No estoy seguro exactamente. Minho ha podido  leer a alguien tan lejos como a quinientas millas. Por lo tanto, dentro del radio de unos cientos de kilómetros al menos. Cuanto más cerca mejor.

 

—¿Minho?

 

—Choi Minho. Él es mi mejor amigo. Es un telépata. Minho puede leer los pensamientos de alguien. El Profesor lo utiliza sobre todo para reuniones de negocios y fusiones. También lleva a Minho con él cuando está negociando un acuerdo con alguien para asegurarse de que están siendo sinceros y no esconden nada. Minho me ha mantenido a salvo por un tiempo.

 

—¿A salvo? ¿Cómo?

 

Jin sonrió.

 

 —Él me envía mensajes de vez en cuando, me dice cuándo debo dejar un área determinada o a qué personas debo evitar.

 

—Si él puede hacer eso, ¿por qué no te advirtió sobre el Profesor esta vez? —preguntó Namjoon.

 

—Podría no haberlo sabido. El Profesor no comparte exactamente todos sus planes con nosotros.

Minho también podría haber estado ausente en otro trabajo o demasiado lejos para llegar a mí. En el peor de los casos, el Profesor descubrió que él me estaba ayudando y lo ha detenido.

 

—¿Podría haberle hecho daño a Minho? —Namjoon preguntó vacilante.

 

—No lo sé. No lo creo. Nunca nos hacen daño físicamente, pero sí nos aísla. Eso puede no parecer demasiado terrible para ti, pero cuando el único contacto que tienes es con los otros estudiantes, se llega a apreciar mucho.

 

—Está bien, digamos que podrías ponerte en contacto con tu amigo, ¿podrías conseguir que te diga dónde están él y los otros? —Wondin, le preguntó, muy serio.

 

—Si, ¿por qué?

 

—Lo que el Profesor está haciendo está mal, Jin. No me importa qué habilidades tú y tus amigos tengan. Es un error retener a la gente en contra de su voluntad y hacer que hagan cosas que no quieren hacer.

 

—Lo sabes, ¿cierto? —Jin murmuró en voz baja, un momento después.

 

—¿Saber qué? —Wondin dijo vacilante, buscando rápidamente con la mirada a Yoongi.

 

—¿Sabes qué se siente al ser retenido en contra de tu voluntad?

 

El silencio llenó la sala. Yoongi se inclinó hacia delante, acariciando a su hermano en la espalda antes de mirar de nuevo a Jin. Brevemente sintió la mano de Tae apretándole el hombro, dándole aliento silenciosamente.

 

—No conozco personalmente lo que se siente, pero estuvimos a punto de perder nuestro hermano menor de esa manera. Alguien se enteró de que era un cambiaforma y lo secuestraron. Querían estudiar y aprender cómo funcionaba el cambio. En el momento en que lo encontramos, había sido tan maltratado y torturado que nunca fue el mismo.

 

—¿Está… está vivo? —Jin susurró.

 

Yoongi asintió.

 

—No estoy seguro de si a eso se le puede llamar vida, pero respira, si es eso lo que  quieres decir. No se relaciona con la gente que no conoce, y rara vez sale de su habitación. Es como si él no pudiera conectar con cualquier otra persona fuera de la familia inmediata.

 

—Oh dioses, eso es terrible. ¿Cómo puede alguien hacer eso? ¿No entienden que son seres humanos al igual que lo son ellos? Todo el mundo tiene diferencias. Pero eso no significa que sea correcto tratar a alguien como un experimento científico —dijo Jin, su voz llena de repugnancia y horror.

 

—No todo el mundo piensa de la misma forma en que tú lo haces, bebé. Algunas personas creen que tienen derecho a tratar a la gente de la forma en que quieren para sus propios intereses. Otros creen que las personas que son diferentes no tienen los mismos derechos que ellos. De cualquier manera, los dos están equivocados.

 

—No podría estar más de acuerdo, Namjoon —dijo Wondin, con la voz ronca por las lágrimas no derramadas. Yoongi podía olerlas en su hermano y sabía que Wondin odiaría quebrarse frente a los que estaban allí reunidos. Su hermano odiaba mostrarse débil—. Creo que es importante no solo salvar a Jin del Profesor, sino también a los demás. Los  que quieran quedarse con él tienen ese derecho, pero los demás... —Wondin negó con la cabeza.

 

Namjoon asintió con la cabeza.

 

—Está bien, ¿qué tienes en mente?

 

—Lo primero que tenemos que hacer es que Jin se ponga en contacto con su amigo. Tenemos que saber dónde el Profesor los mantiene retenidos. Mientras tanto, me pondré en contacto con algunos de mis amigos y formaremos un escuadrón de asalto para entrar y sacarlos.

 

—¿Puedes hacer eso? —preguntó Jin, sorprendido.

 

Yoongi se echó a reír, pero no dijo nada. Su hermano tenía contactos, la mayoría de ellos del tipo indeseado. Hubo un período en la vida de Wondin cuando se marchó de casa por su propia cuenta. Nunca habló acerca de lo que había hecho, y Yoongi no quería saber. Había visto al hombre vacío que era su hermano cuando volvió a casa. Le había costado años a Wondin para abrirse de nuevo, e incluso entonces no era el mismo hombre que había salido de casa. Él era más duro, más cerrado.

 

Pero también estaba más conectado.

 

—Si puedo, sí. Conozco a varias personas, algunos de manadas y otros no, que estarían muy dispuestos a ayudarnos. Todo lo que tengo que hacer es llamarlos. Podría tomar un par de horas para que todos lleguen hasta aquí, pero si los llamo, vendrán —dijo Wondin.

 

—¿Puedes reunir a la gente tan rápido?

 

—Es sólo una cuestión de saber a quién llamar. Uno de mis amigos tiene su propio avión. Él volará, recogerá a todo el mundo y los traerá hasta aquí. No participa en nada que tenga que ver con combates, pero puede transportarlos a todos.

 

—¿Qué quieres que haga? —Jin preguntó rápidamente.

 

—Contacta a tu amigo y averigua dónde el Profesor los tiene retenidos a él y a los demás. Nosotros nos encargamos del resto —dijo Wondin cuando se puso de pie  y  miró  a  Namjoon—. ¿Hay algún lugar privado aquí? Tengo que hacer algunas llamadas telefónicas.

 

Namjoon asintió y señaló hacia su oficina.

 

—Puedes usar mi oficina. Es justo ahí. —Vio cómo Wondin asintió con la cabeza y entró en la oficina, cerrando la puerta detrás de él antes de volver a mirar hacia abajo a Jin.

 

—¿Qué necesitas para meditar, bebé? —preguntó Namjoon.

 

—Un lugar tranquilo, sin interrupciones —dijo Jin.

 

—¿Te serviría nuestra habitación?

 

Jin asintió con la cabeza.

 

—Sí, debería funcionar.

 

—Entonces, por qué no vas arriba y haces lo que sea que haces para ponerte en contacto con tu amigo. El resto de nosotros va a empezar a preparar las cosas aquí abajo. Si vamos a tener a un montón de gente viniendo, vamos a necesitar comida.

 

—Creo que tu  madre  podría  ayudarnos  con  eso,  Namjoon. Iré a casa a recogerla y traeré algunas provisiones, y los conoceremos a todos cuando volvamos —dijo Dowoo mientras se levantaba—. Tae, ¿quieres quedarte aquí o vienes conmigo?

 

Yoongi apenas se tragó su demanda para que Tae se quedara. Con toda la hostilidad que existía entre ellos por el momento, no quería separarse de Tae, no ahora que lo había encontrado.

 

—Creo que me quedaré aquí, papá, si no te importa —dijo Tae, con los ojos fijos en Yoongi, quien le devolvió la mirada con la misma intensidad.

 

—Si, está bien. Entonces los veré a todos dentro de un rato. —Dowoo estaba negando con la cabeza mientras salía de la casa. Yoongi podría decir que el Alfa sabía que algo pasaba, pero no estaba completamente seguro que el hombre supiera exactamente lo que era. Al menos, no hasta que él lo supiera. En este momento, no tenía ni idea.

 

—Bueno, en ese caso, me voy arriba y meditaré. Te dejaré saber si soy capaz de ponerme en contacto  con  Minho. Sólo recuerda que necesito mucha tranquilidad y no ser interrumpido —dijo Jin mientras se ponía de pie. Se inclinó y besó a Namjoon con rapidez antes de ir arriba.

 

—Es todo un hombre, ¿verdad? —Yoongi le preguntó a Namjoon. Se preguntó si sería así, si él y Tae se acoplaban. ¿Odiarían estar separados incluso por unos pocos metros? Yoongi estaba bastante seguro de que lo harían. No estaban totalmente acoplados, todavía, y no podía apartar los ojos de Tae.

 

—Es el mejor. Nunca había conocido a alguien como él. Posee más compasión y cariño, que nadie que haya conocido antes. —Sus ojos se volvieron hacia Yoongi—. Haría lo que sea para mantenerlo a salvo.

 

Yoongi asintió. Podía ver la dura promesa en los ojos de Namjoon.

 

—Es comprensible. Es tu compañero. Protegemos lo que es nuestro —dijo, mirando fijamente a los ojos gris humo de Tae, con la esperanza de que Tae viera la promesa en sus ojos. La leve inclinación de la cabeza de Tae, hizo que un cálido resplandor fluyera a través de Yoongi. Quizás tendrían una oportunidad juntos.


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