—Yoongi, tengo noticias para ti sobre Jungkook.
—¿Jungkook?
—Yoongi colgó el teléfono que estaba usando para hablar con Namjoon, la pareja
del Príncipe Jin, y se volvió para ver a Taehyung de pie en la puerta del
dormitorio—. ¿Lo encontraste?
—El
rumor vino a mí a través del Prince Jin que un hombre joven humano que encaja
con la descripción de Jungkook fue visto en otro aquelarre. Envié a Jimin a
investigar.
—¿Y? —Yoongi
retorció las manos delante de él. Había estado muy preocupado por su hermano
desde que descubrió que no estaba en estado de coma en algún hospital. Taehyung
se comprometió a utilizar todos sus recursos para encontrar a Jungkook—. ¿Qué
pasó?
Taehyung sonrió.
—Jimin acaba de llamar. Jungkook estará aquí en una hora.
Yoongi gritó y corrió a los brazos de Taehyung, abrazando a
su compañero tan fuerte como pudo.
—Gracias, gracias, gracias.
—Te dije
que iba a hacer lo que necesitara hacer para hacerte feliz. Si encontrar a tu
hermano era lo que hacía falta, incluso compraría un esclavo de sangre de otro
aquelarre.
—Oh
mierda, ¿un esclavo de sangre? —Yoongi alzó los ojos para encontrar los de Taehyung—.
¿Está bien?
—Ha sido
bastante abusado, pero Jimin cree que se recuperará. Ya he enviado por el
médico del príncipe. Jin está muy preocupado por un humano siendo vendido como
esclavo de sangre, y quiere asegurarse de que tu hermano está bien, también.
—Sí que
resultó ser una excepción, ¿no?
—¿El
príncipe? —Taehyung se rio entre dientes.
—Sí. —Yoongi
se encogió de hombros—. Quiero decir, pensé que iba a ser todo arrogante y esa
mierda, pero en realidad es bastante agradable.
—Siempre
y cuando no lo enojes.
Yoongi sonrió.
—Cierto.
—Pero
sí, él parece más bien tranquilo. De hecho, a propuesta suya, hemos decidido
tratar de abolir la regla de “no contacto entre los aquelarres”. Creo que Jin
sería un hombre bueno para tener a nuestro lado si alguna vez lo necesitamos.
—No
estaría de más tener a su compañero a nuestro lado también. He oído que el
hombre tiene conexiones.
Taehyung se rio de nuevo.
—Si quieres saber quién tiene conexiones, necesitas hablar
con Minho. Juro que el mayordomo de Jin tiene más conexiones que todos nosotros
juntos. Desde que lo conocí, me he preguntado a menudo si es un infiltrado
secreto del Concejo. Él lo sabe todo y no se lo dice a nadie.
—Uh, eso no es exactamente cierto. —Yoongi
torció los labios mientras pensaba en cómo decirle a su pareja lo que había
aprendido—. ¿Sabes esa pequeñita cosa del envenenamiento?
Los ojos de Taehyung se estrecharon.
—¿Sí?
—¿Prometes
que no te enojarás?
—No.
—¡Taehyung!
—No
puedo prometer que no me enojaré cuando no sé lo que vas a decirme, chéri.
—Bien. —Yoongi
rodó los ojos—. ¿Recuerdas al donante de sangre que me atacó porque estaba
celoso?
—Sí.
—Él fue
el que me envenenó.
Yoongi rápidamente pasó las manos sobre el pecho de Taehyung
tranquilizándolo cuando el hombre empezó a gruñir.
—Ahora,
cálmate, amor. Minho se está encargando de él de una manera muy singular. Él no
me ha dicho qué va a hacer, pero sí prometió enviarme fotos cuando todo haya
terminado.
—Como tu
compañero, y príncipe de este aquelarre, es mi derecho tomar represalias.
—Me doy
cuenta de eso, pero ahora mismo estamos consiguiendo que los otros vampiros
empiecen a ver a los donantes de sangre como algo más que ganado. Ellos están
empezando a tratarlos con dignidad y actualmente hablar con ellos. Y los demás
donantes están hablando el uno al otro. Infiernos, es como un maldito club
social o algo así. No queremos echar a perder eso.
—Tengo la intención de fastidiar a ese
pequeño cabrón que te lastimó, no al aquelarre.
—Por
favor, déjame manejarlo a mi manera. —Yoongi bateó sus pestañas a Taehyung por
si acaso—. Si el aquelarre te ve ponerte como loco con algún donante de sangre,
vas a tirar todo el trabajo duro por la ventana. Todavía están un poco
asustados sobre ese vampiro moribundo porque me mordió. No necesitan otra razón
para asustarse.
El nerviosismo de Yoongi comenzó a aumentar cuando Taehyung
sólo lo miró fijamente durante unos momentos. Por último, Taehyung arqueó una
ceja.
—¿Fotografías, dijiste?
Yoongi sonrió y se movió hacia adelante y atrás. Sabía que
había ganado. Él no iba a ganar cada discusión, y esperaba eso. Pero todavía
era agradable ganarle una al príncipe.
—Síp, y a color, también.
—Las
espero al terminar la semana —dijo Taehyung mientras Yoongi empezaba a
retroceder hacia la cama.
Yoongi se rio cuando fue empujado sobre la cama, rebotando
varias veces.
—¿Qué estás haciendo, oh príncipe mío?
—Reclamando
mi sangre.
FIN
No hay comentarios.:
Publicar un comentario