—¿Tae?
Tae apartó la mirada de la ventana y miró por encima del
hombro a Yoongi. Podía ver la aprensión en su compañero, el suave temblor de
sus manos que trataba de ocultar retorciéndolas juntas.
Los últimos días habían sido muy duros para Yoongi, y Tae lo
sabía. Sólo los últimos dos días desde que Jungkook y Wondin se fueron para
traer a su hermano habían desgastado los nervios de Tae. El viaje que debería
haber tomado un día. Se habían convertido en dos. Con un poco de suerte, una
vez que Wondin y Jungkook regresasen con su hermano las cosas podrían
estabilizarse un poco.
—¿Qué
sucede, lindo bebé? —preguntó Tae mientras se giraba completamente para
enfrentar a Yoongi.
—Tú no
estás... —Yoongi lamió sus labios—. ¿Esto cambia las cosas?
—¿Entre
nosotros?
Yoongi asintió con la cabeza, un pequeño mechón de pelo
rubio cayó sobre su frente.
—No, Yoongi,
no cambia las cosas. —Tae se rio entre
dientes—. Las hace más interesantes, te lo garantizo, pero somos compañeros, y
eso es para toda la vida.
El gran suspiro que salió de los labios de Yoongi hizo reír
a Tae. Hizo un gesto con la mano para que Yoongi se acercara, no estuvo
sorprendido en lo más mínimo cuando el hombre prácticamente corrió por la
habitación. Tae envolvió sus brazos alrededor de Yoongi y enterró su rostro en
el dulce olor del cabello del hombre.
—Nada va
a cambiar lo que siento por ti, Yoongi.
—¿Cómo
te sientes acerca de mí? —preguntó Yoongi mientras inclinaba la cabeza hacia
atrás.
—Creo
que eres la mejor cosa desde la invención del pan rebanado.
—¿Pan
rebanado?
—¿Cerveza
en lata? —respondió Tae, apenas siendo capaz de mantener la sonrisa fuera de su
cara ante el asombro de Yoongi—. ¿Individualmente envueltos en queso?
—¡Tae!
—Lo
siento, lindo bebé, pero eres demasiado fácil de engañar a veces.
—Puede
ser. —Los ojos de Yoongi comenzaron a brillar—. Fácil, quiero decir.
Tae sintió que sus cejas se levantaban de golpe por la
descarada invitación que podía ver en el rostro de Yoongi. De inmediato sintió
el calor rodeándolo, haciéndole difícil respirar. La excitación se disparó a
través de su cuerpo.
Tae rápidamente miró alrededor de la sala de estar, tratando
de encontrar un lugar donde pudieran estar solos. Pensó en la habitación de
arriba, pero parecía demasiado lejos. Entonces se acordó de la despensa.
Serviría para sus propósitos, y no la necesitarían por mucho tiempo.
Tae ya sentía como si estuviera a punto de estallar sólo por
la mirada ardiente de Yoongi.
La risa de Yoongi llenó la habitación cuando Tae levantó al
hombre y lo lanzó encima de su hombro. Tae sintió varios pares de ojos en él
mientras llevaba a Yoongi fuera de la sala de estar y se dirigía rápidamente a
la despensa. A él no le importaba. Necesitaba a su compañero y lo necesitaba
ahora. Ellos lo entenderían.
Tae entró en la despensa y bajó a Yoongi antes de estirarse
hacia atrás para cerrar la puerta detrás de él y encender la luz. Cuando volvió
nuevamente con Yoongi, se sorprendió al encontrarlo temblando.
—¿Yoongi?
—¿Me
estás encerrando otra vez? —La voz de Yoongi vaciló.
—Oh,
Dios, no, bebé. —Tae tiró el tembloroso cuerpo de Yoongi a sus brazos,
abofeteándose mentalmente por no recordar que Yoongi había sido encerrado en la
misma maldita despensa—. No, sólo quería un lugar donde pudiéramos estar solos.
—¿Y
eliges la despensa?
—Me
pareció una buena idea en ese momento. — Tae se rio entre dientes. Encontrando
el resoplido de Yoongi divertido—. Lo siento, lindo bebé, no estaba pensando.
Sólo quería estar a solas contigo.
—¿Sí? —Yoongi
se inclinó hacia atrás, con una ceja arqueada—. ¿Por qué?
Tae gruñó y fue hacia la garganta expuesta cuando Yoongi
echó la cabeza hacia atrás. Oyó el débil gemido de Yoongi, luego el hombre se
apretó contra él, y lo sintió mucho más. Tae gimió mientras lamía una línea
desde la base del cuello de Yoongi a su oreja. Su compañero sabía jodidamente
bien.
—Lubricante,
Tae —jadeó Yoongi—. ¿Recordaste el lubricante?
—Es por
eso que pensé en la despensa. —Tae se apartó del cuello de Yoongi y sonrió
mientras cogía una pequeña botella de plástico detrás de la cabeza del hombre—.
El lubricante está en el piso superior. El aceite de cocina no.
—¿Se
puede usar aceite de cocina?
—No
sería mi primera opción, pero lo haría en un apuro. —Tae se rio entre dientes—.
Ahora, deja caer los pantalones, precioso, y prepárate. Esto va a ser rápido y
duro.
Yoongi se rio y se puso a trabajar en sus jeans. Tae
desabrochó los suyos, lo que fue difícil de hacer, teniendo en cuenta que
seguía siendo interrumpido por la visión del cuerpo desnudo de Yoongi. Para
cuando los tuvo desabrochados y los empujó por sus piernas, Yoongi estaba
parado frente a él, con los brazos cruzados sobre el pecho, golpeando el suelo
ligeramente con el pie.
—Es tu
culpa.
—¿Qué es
mi culpa?
—Si no
fueras tan hermoso, no tendría problemas para deshacerme de la ropa.
—Me
gustaría pensar que ser hermoso significaría que podrías conseguir quitarte la
ropa más rápido.
Tae se detuvo en el acto de quitar la tapa del aceite para
mirar a Yoongi con sorpresa. El pequeño arco de la ceja de Yoongi envió a Tae a
reírse a carcajadas. Se preguntaba si alguna vez dejaría de ser sorprendido por
su pareja. Esperaba que no.
—Agárrate
de las estanterías, lindo bebé —dijo Tae mientras se dejaba caer de rodillas.
Vertió una generosa cantidad de aceite sobre sus dedos y luego dejó la botella
en el suelo. Mirando hacia el rostro confundido de Yoongi, Tae sonrió—.
Sepáralas.
Yoongi cogió los estantes a cada lado de él y lentamente
abrió sus piernas. Tae mantuvo sus ojos fijos en los de Yoongi mientras se
extendía entre las piernas del hombre y presionaba sus dedos contra su apretada
entrada.
La respuesta de Yoongi fue rápida y excitante. La cabeza del
hombre cayó hacia atrás entre sus hombros y gimió, sus piernas temblaban. Tae
sonrió y presionó un dedo lubricado en el culo de Yoongi.
—¿Te gusta esto, lindo bebé?
Yoongi lo miró, con los ojos aturdidos, y asintió con la
cabeza.
—Entonces
te va a encantar esto. —Tae se inclinó hacia adelante tragando la polla de Yoongi
hasta la raíz. Al mismo tiempo, presionó otro dedo dentro de su compañero.
La reacción de Yoongi fue instantánea. Gritó, llenando la
boca de Tae con su liberación. Tae se glorificaba por la satisfacción que
derivaba de darle a su compañero tanto placer mientras tragaba todo lo que Yoongi
tuvo para darle.
Tae tomó el aceite del suelo y vertió un poco más en la
palma de su mano. Dejó nuevamente la botella abajo y luego envolvió su mano
alrededor de su duro eje. Gimió ante el dolor que lo embargaba cuando se cubrió
con aceite. No iba a durar mucho más, no mucho en absoluto.
—¿Preparado
para mí, lindo bebé? —preguntó Tae mientras se levantaba y tomaba al hombre.
Levantó a Yoongi en sus brazos, presionando la espalda del hombre contra la
pared detrás de él. Sonrió cuando las piernas de Yoongi se envolvieron
alrededor de su cintura—. Supongo que lo estás.
—Besos
—jadeó Yoongi—. Necesito besos.
Tae estaba más que feliz de hacerlo. Presionó sus labios
contra los de Yoongi, sintiendo que el hombre abría la boca para permitirle
entrar. El intenso deseo ardía a través de sus labios, encendiendo cada nervio
de su cuerpo. Besar a Yoongi era una alegría por sí misma.
Tae tomó a Yoongi por detrás y deslizó sus dedos hacia abajo
del pliegue de su culo. Dos de sus dedos se deslizaron directamente dentro del
hombre. El tercer dedo le tomó un poco de movimiento, empujando y sacándolo
hacia fuera antes de deslizarlo el resto del camino. Tae nunca haría nada que
lastimara a Yoongi, sin importar lo mucho que quería al hombre.
—Me
encanta lo jodidamente receptivo que eres, lindo bebé —gruñó Tae ante la suave
presión de la polla de Yoongi empujando contra su estómago. El tiempo de
recuperación del hombre era astronómico.
Tae sacó sus dedos de Yoongi, entonces agarró las nalgas del
hombre, separándolas. Empujó hacia adelante hasta que sintió la cabeza de su
polla deslizarse en Yoongi. Empujando aún más, Tae comenzó a deslizarse dentro.
Los gemidos de Yoongi llenaban la pequeña habitación. Tae
miró al hombre hacia abajo, sonriendo cuando descubrió a Yoongi mirando hacia
él, con la boca abierta como si no pudiera mantener sus gemidos de placer
detrás de sus labios.
Tae agarró el apretado culo de Yoongi más firme y lentamente
salió. Podía ver la respuesta de Yoongi a sus movimientos en los vidriosos ojos
del hombre. Repentinamente empujó hacia adelante y todo el aire salió volando
de la boca de Yoongi.
—¿Así,
lindo bebé? —Tae le preguntó cuando lo hizo de nuevo.
Yoongi asintió con la cabeza, con la boca todavía abierta.
—¿O así?
—Tae embistió varias veces dentro de Yoongi, cortos y rápidos movimientos. La
cabeza de Yoongi cayó hacia atrás. Sus manos se apretaron en los hombros de Tae.
—¿Te...
tengo que escoger?
—Supongo
que no. —Tae se rio entre dientes. Empezó a empujar otra vez, alternando entre
rápido y corto, a lento y largo. Cada movimiento trajo un sonido diferente de
la boca de Yoongi, un gemido, un quejido, un grito profundo. Tae estaba
fascinado. No podía apartar la mirada de Yoongi. Todo lo que el hombre sentía
estaba escrito en su sonrojado rostro.
Tae estaba tan absorto viendo el placer de Yoongi pasar a
través de sus hermosos rasgos que su orgasmo lo tomó por sorpresa. Un segundo
estaba empujando en Yoongi, el siguiente, sus rodillas se doblaban cuando el
orgasmo más intenso de su vida se apoderó de él.
Tae rugió, su visión se hizo borrosa al sentir extenderse el
nudo en el extremo de su polla para agarrarse dentro de su compañero. Más
placer explotó a través de Tae cuando oyó gritar a Yoongi, y llenó el espacio
entre ellos con la liberación del hombre.
Se sentó sobre sus piernas y acurrucó a Yoongi contra él,
sonriendo en el cabello del hombre cuando Yoongi acarició su pecho. Sus manos
acariciaron suavemente hacia arriba y abajo la espalda de Yoongi mientras
esperaba a que el nudo retrocediera, pero se alegraba de tener estos pocos
minutos conectado a su compañero.
—Nunca
me dijiste qué es esa cosa —murmuró Yoongi contra la garganta de Tae.
—¿Decirte
qué cosa, lindo bebé?
Yoongi movió sus caderas, arrancando otro gemido de Tae.
—Esa cosa dentro de mí.
—¿Mi
polla? —la cabeza de Yoongi fue hacia atrás de golpe. Tae se rio ante la
pequeña mirada feroz en los ojos celestes de Yoongi—. Se le llama nudo, Yoongi.
Cada cambiaforma tiene uno, pero sólo sale cuando tenemos sexo con nuestra
pareja.
—¿En
serio? —Las cejas de Yoongi se alzaron de golpe.
—En
serio.
—Así que,
antes de mí, ¿nunca lo habías experimentado?
—Nop, tú
eres el primero con el que me he anudado.
La sonrisa de Yoongi era hermosa e iluminaba su rostro.
—Me
gusta eso.
—A mí
también, lindo bebé. —Tae se inclinó y plantó un suave y lento beso en los
labios de Yoongi. Sonrió cuando se alejó, meneando sus cejas sugestivamente—.
En otro momento después te diré lo que pasa en la luna llena. Te gustará, te lo
prometo.
Tae sintió el nudo finalmente comenzar a retroceder y se
echó a reír ante el gemido o protesta que provino de su compañero. Él no quería
irse.
Yoongi tampoco, pero sabía que no era algo que pudiera
evitar en este momento. Pero tal vez más tarde podrían intentarlo de nuevo.
—Vamos,
lindo bebé, vamos a vestirnos. Estoy seguro de que todos se están preguntando
dónde estamos.
Yoongi resopló.
—Estoy bastante seguro de que saben exactamente dónde
estamos. Eres muy ruidoso.
—Lo dice
el hombre que acaba de gritar en éxtasis —se rio Tae. No tenía la menor duda de
que todo el mundo los había oído a los dos. A él no le importaba. De hecho,
estaba a favor de ello. Cuanto más los otros supieran que Tae y Yoongi estaban
acoplados, mejor. Quería que todos supieran que Yoongi estaba aquí para quedarse.
Tae se limpió con algunas toallas de papel del estante de la
despensa y luego se vistió. No pudo evitar reírse ante la pequeña mueca en el
rostro de Yoongi mientras el hombre se limpiaba a sí mismo. El aceite de cocina
podría funcionar cuando se tiene prisa, pero sin duda dejaba un lío detrás.
Cuando Yoongi se dirigió hacia la puerta, algo intenso de
repente estalló a través de Tae. De alguna manera, este pequeño, neurótico y
hablador hombre, había desbloqueado su corazón y alma, y pretendía reclamar
cada pieza de Yoongi a la vez.
—Yoongi
—Tae lo llamó justo cuando Yoongi tomaba el pomo de la puerta.
—¿Sí?
Tae no pudo perderse la intensidad en los ojos de Yoongi
mientras viajaban por su cara. La sentía todo el camino hasta los dedos de los
pies. Era incapaz de resistirse a la emoción que podía ver arder en los ojos de
Yoongi. Y no quería hacerlo.
Tae se acercó para pararse junto a Yoongi, ahuecando su mano
alrededor de la hermosa mejilla del hombre. Tragó saliva, y el repentino nudo
en la garganta le hizo difícil hablar.
—Tú... eres mío, ¿sabes? —susurró.
La expresión de Yoongi se tranquilizó y luego se puso serio.
El comienzo de una sonrisa inclinó la comisura de sus labios.
—Te amo, también, Tae.
Tae parpadeó. No estaba seguro de que eso era exactamente lo
que quería decir. Ni siquiera estaba seguro de cómo se sentía realmente por Yoongi.
¿No deberían necesitar más que unos pocos días para saber si se amaban?
¿Tal vez
años?
Pero cuanto más pensaba en la alegría que lo llenaba por las
palabras de Yoongi, más comenzaba a sospechar Tae que su pareja había expresado
sus sentimientos del uno por el otro perfectamente. Tae sonrió y acarició el
alto pómulo de Yoongi con el pulgar.
—Sí.
Tae comenzó a inclinarse y a besar a Yoongi cuando el súbito
golpeteo en la puerta hizo que ambos saltaran.
— Wondin y Jungkook están de vuelta —llamó Jin a través de
la puerta—. ¿Quieren salir de mi despensa o todos debemos reunirnos con ustedes
adentro?
Yoongi se rio.
Tae rodó los ojos.
—Saldremos en un momento, Jin.
—Vamos a
estar en la sala de estar.
Tae apoyó su frente contra la de Yoongi, sonriendo ligeramente.
—Creo que tenemos
que ir, huh, ¿hermoso bebé?
Los ojos celestes de Yoongi parpadearon hacia él mientras se
inclinaba hacia Tae, inclinando la cara hacia arriba.
—Siempre podemos pretender que no oímos nada.
—De
alguna manera, le creo a Jin cuando dijo que todos se unirían a nosotros aquí.
La risita de Yoongi llenó la pequeña habitación.
— Probablemente tengas razón.
A pesar de sus palabras, Tae estaba decepcionado cuando Yoongi
se volvió y abrió la puerta de la despensa. Parpadeó varias veces cuando la luz
de la cocina lo cegó por un momento. No se había dado cuenta lo oscura que era
la despensa hasta ahora. Cuando se aclaró su visión, Tae salió de la despensa
después de Yoongi y le tomó la mano.
—Vamos,
lindo bebé, vamos a ver de qué se trata todo el alboroto.
Tae estaba contento de que Yoongi tuviera una sonrisa en su
cara cuando salió de la cocina y rodeó la esquina de la sala de estar. Varias
personas llenaban la habitación, dos que Tae nunca había visto antes. Se detuvo
en el umbral, tirando a Yoongi más cerca de él.
—Wondin,
Jungkook. —Tae saludó con la cabeza a los dos hombres—. ¿Supongo que su viaje
fue exitoso?
—Es una
forma de decirlo. —Wondin resopló y cruzó los brazos sobre el pecho—. Me
gustaría que conozcas a nuestro padre, Jeon Seojoon .
—¿Tu
padre? —Tae miró al hombre mayor, teniendo en cuenta la forma en que sus ojos
parecían estar pegados a Yoongi. Dio un paso más para colocarse entre Yoongi y Seojoon.
No le importaba quién era el hombre. No le gustaba la intensidad con que Seojoon
miraba a su compañero.
—Este es
nuestro hermano, Flynn.
—Te
conozco —le susurró Yoongi. Inhaló bruscamente—. Estabas en la cama junto a mí cuando yo estaba enfermo.
Tae oyó un gruñido proveniente de su izquierda. Se volvió
para ver que Wondin lo dirigía hacia él y Yoongi. Para su gran sorpresa, Yoongi
dio un paso atrás y señaló con el dedo a Wondin.
—¡Tócame y te sacaré las pelotas a mordiscos!
Wondin se detuvo, sus cejas subieron hasta el nacimiento del
pelo. Lentamente, una sonrisa comenzó a moverse a través de la cara del hombre
seguido de una fuerte carcajada.
—Prefiero mantenerlas, muchas gracias. Tengo un par de
chicos que mantener satisfechos.
—¿Cómo
acabaste en la cama junto a mí cuando estaba enfermo? —preguntó Yoongi mientras
miraba nuevamente a Flynn.
Tae siguió la mirada de Yoongi a un hombre que permanecía en
silencio junto a Jungkook. Parecía muerto de miedo, su pequeño cuerpo casi
vibraba de miedo. Sus ojos se movían frenéticamente por la habitación hasta que
finalmente se enfocaron en Yoongi mientras él salía de detrás de Tae.
Flynn frunció el ceño, arrugándolo como si estuviera
tratando de entender algo en su cabeza. Le temblaba la mano mientras señalaba a
Yoongi.
—T… tú estabas allí.
Yoongi asintió con la cabeza y dio un paso más en la
habitación. Tae vio que todos daban un paso atrás al ver a los dos hombres
caminando el uno hacia el otro. Yoongi miró a Flynn de arriba abajo y luego
miró a Tae.
—¿Flynn
estaba allí? —preguntó Tae.
Yoongi asintió con la cabeza y se volvió hacia Flynn.
— Las… las cosas que hicieron con él... —Yoongi negó con la
cabeza. Su rostro había palidecido. Parecía angustiado—. Él gritaba mucho.
Pensé que lo estaban matando, pero mi padre dijo…
—¡Ese
hombre no es tu padre!
Tae gruñó profundamente en su pecho mientras rápidamente
caminó para pararse junto a Yoongi. A él no le importaba quién era Jeon Seojoon.
Nadie le gritaba así a su lindo bebé.
—Cuida tu tono, Jeon.
—Min
Philip no es su padre.
—¿Cómo sabes
quién es Min Philip? —Tae le preguntó mientras lentamente se colocaba una vez
más delante de Yoongi. Podía sentir tanto la animosidad saliendo de Seojoon
como el temor de Yoongi. Los otros en la habitación, con la excepción de Flynn,
quien estaba temblando, estaban tensos pero tranquilos.
—Tengo
más curiosidad por saber cómo sabe que Philip no es el padre de Yoongi —dijo Namjoon.
Tae miró alrededor para ver a Namjoon parado parcialmente
frente a Jin, tal como él estaba parado frente a Yoongi. Con una mirada
alrededor de la habitación encontró a Dowoo haciendo lo mismo con su esposa, y
a Jimin y Jungkook compitiendo por la posición de protección. Todos ellos
estaban haciendo lo mejor para proteger a sus compañeros de las amenazas que
todos y cada uno percibía.
Tae dejó escapar un profundo suspiro.
—Está bien, miren, esto no nos lleva a ninguna parte. Todos
estamos demasiado ocupados tratando de proteger a nuestros compañeros para
hablar de esto razonablemente. Creo que todos tenemos que dar un paso atrás y
calmarnos. Estoy seguro de que Seojoon explicará las cosas si se lo permitimos.
¿Correcto,
Seojoon?
Tae tomó a Yoongi y lo llevó hasta una silla acolchada de
color tostado junto a la chimenea. Se sentó y tiró de Yoongi a su regazo. Namjoon
hizo lo mismo con la otra silla y Jin, el resto de la gente en la habitación
encontró sus lugares alrededor de la sala de estar.
Wondin, se quedó de pie junto a la chimenea, solo. Tae sabía
que el hombre había encontrado a sus compañeros, Justin y Taylor, recientemente,
pero todavía seguían trabajando en la dinámica de su relación. Tae esperaba que
todo saliera bien muy pronto. Nadie debería estar sin su compañero,
especialmente en tiempos como estos.
—Seojoon
—dijo Tae mientras miraba al hombre—, ¿cómo
sabes que Philip no es el padre de Yoongi?
Los ojos de Seojoon parpadearon mientras miraba a Yoongi
luego a sus hijos, uno a la vez antes de volver a fijarlos en Yoongi.
—Probablemente debería empezar por el principio.
Tae apenas suprimió su resoplido presionando los labios
juntos. El comienzo sería bueno, pero también lo haría toda la conversación.
—Por favor, inicia donde lo necesites.
—Mi
esposa, Summer, estaba embarazada de nuestro quinto hijo cuando desapareció.
Flynn apenas tenía tres años de edad, Wondin, Hiroto, y Jungkook unos pocos
años más. — Los labios de Seojoon se curvaron en una sonrisa triste—. Ella
estaba tan emocionada. Estaba muy segura de que esta vez sería una niña. Ella
ya había dado a luz a cuatro niños y quería su niña. No creo jamás haber visto
tanto color rosa en mi vida.
La sonrisa se deslizó lentamente de los labios de Seojoon y
sus ojos empezaron a brillar con lágrimas no derramadas.
—Y
entonces un día ella se había ido, simplemente se desvaneció. —Negó con la
cabeza, mirando hacia el suelo—. No sé qué pasó con ella. No pude encontrarla
durante mucho tiempo.
—Espera,
¿no pudiste encontrarla por mucho tiempo? —susurró Wondin—.
¿Quieres decir que la encontraste? ¿Encontraste
a nuestra madre?
—Yo no
la encontré, pero la gente que la tiene me encontró.
—¿Tiene?
—gritó Jungkook mientras apartaba a Jimin y se ponía de pie de un salto—.
Dijiste tiene. ¿Nuestra madre aún está viva?
Las lágrimas empezaron caer por las pálidas mejillas de Seojoon
mientras asentía.
—Sí, su madre sigue viva.
—¿Y
nunca nos dijiste? —gritó Wondin.
—Hijo,
tienes que entender, no podía decirte. —Seojoon se secó las lágrimas de su
rostro mientras miraba a sus hijos—. No podía. Dijeron que iban a matarla si se
lo contaba a alguien.
—¡Ella
es nuestra madre!
—¡Y es
mi compañera! —Seojoon rebatió gritando. Hizo un gesto con la mano a Flynn—.
Mira lo que le hicieron a tu hermano. Si sabes que ellos pueden hacer eso, ¿qué
piensas que podrían hacerle a tu madre? Hice lo que tenía que hacer para
mantenerla con vida.
—¿Qué?
Seojoon se recostó en el sofá y frotó las manos por su cara
y luego las dejó caer en su regazo.
—Después de que tu madre fue raptada, la busqué. Otras
manadas la buscaron. Nunca tuvimos un indicio de dónde estaba. Entonces un día,
hace poco más de diez años, recibí una llamada telefónica de alguien que decía
que ellos la tenían. Al principio no quería creerlo, pero luego secuestraron a
Flynn.
—¿Cómo
supiste que eran ellos? —preguntó Tae.
—Ellos
me dejaron hablar con mi pareja.
—¿Hablaste
con mamá? —susurró Jungkook—. ¿Cómo estaba? ¿Estaba bien? ¿Ellos la lastimaron
como lastimaron a Flynn?
—¿Te
acuerdas hace varios años cuando yo estuve herido? —preguntó Seojoon, mirando a
Jungkook y Wondin—. Les dije que había sido herido en un accidente de coche.
Pasé casi dos semanas en cama recuperándome.
Wondin y Jungkook asintieron.
—Traté
de liberarla. Fue después de mi fallida misión de rescate que tomaron a Flynn.
Era su manera de demostrar que podían llegar a cualquiera de ustedes en cualquier
momento que ellos quisieran. Ellos tenían el control total, y no podía mantener
a ninguno de ustedes a salvo de ellos.
—¿Por
qué no nos dijiste? —preguntó Wondin mientras se acercaba a arrodillarse a los
pies de su padre—. Te habríamos ayudado. Las otras manadas te habrían ayudado.
Podríamos haberlos salvado a los dos.
Tae se tensó cuando los ojos de Seojoon fueron al hombre
acurrucado en su regazo.
—Ellos tenían a Yoongi — dijo Seojoon suavemente.
—¿Yoongi?
—Él era
el niño que tu madre esperaba cuando fue secuestrada.
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