Tae sostenía a Yoongi cerca de su lado mientras veía a su padre diseñar el plan para la incursión a las diferentes instalaciones y la casa de Philip. Podía sentir la tensión en el aire que se arrastraba sobre su piel como un millón de diminutas hormigas. Todo el mundo estaba tan nervioso como él se sentía.
La idea que a Dowoo se le ocurrió era una que tenía que
tener una coordinación perfecta para que tuviera éxito. Tae personalmente
pensaba que había demasiadas posibilidades de que algo saliera mal y que todo
les explotara en la cara, en consecuencia, poniendo a Yoongi en peligro. Pero
él no parecía ser capaz de hablar a nadie de ello, ni siquiera a Yoongi.
—Entonces,
¿todo el mundo entiende lo que se supone debe hacer?
Tae levantó la mirada para encontrar los ojos de su padre
clavados en él. Podía ver la pregunta en los ojos de Dowoo, preguntándose si Tae
estaba de acuerdo con el plan. Contra su mejor juicio, Tae asintió con la
cabeza.
¡Odiaba
el plan!
—Sólo
para que quede claro, Yoongi es nuestra primera prioridad. Si las cosas
empiezan a irse a pique, quiero que todos se reúnan en la localización de Yoongi.
—Dowoo señaló los pequeños y delgados dispositivos negros que el líder de cada
equipo tenía en sus manos—. El dispositivo de rastreo en Yoongi está marcado en
cada uno de sus rastreadores GPS. Si Yoongi siente que está en peligro,
golpeará su botón de pánico. Una luz roja parpadeará indicando que deben seguir
el rastreador y salvarlo. ¿Entendido?
Tae miró a su alrededor, agradecido de ver a todos
asintiendo con la cabeza como si no tuvieran ningún problema poniendo la
seguridad de Yoongi por encima de los objetivos de la misión. En lo que a él
concernía, no había ninguna otra misión más que mantener a Yoongi seguro.
—Está
bien, tenemos cinco objetivos en total — continuó Dowoo—. Tres instalaciones
privadas de investigación médica, un complejo de negocios, y la residencia
personal de Min Philip. Cada equipo entrará a la hora acordada, recuperará toda
la información posible, y destruirá lo que no puedan. El sigilo es la
estrategia aquí, gente.
—Esto no
es exactamente una misión autorizada por el gobierno —gruñó Wondin—. Somos
atrapados, y sufriremos las consecuencias.
—Exactamente
—dijo Dowoo—. La captura no es una opción, la matanza de personal civil,
incluso menos. Casi todos nosotros tenemos habilidades que hacen que sea más
fácil para nosotros mantenerse alejados de los humanos. Utilícenlas. Entre
menos bajas, mejor.
—¿Y si
nos encontramos cara a cara con los humanos?
Tae miró a Bishop Kane, su jefe. Había estado sorprendido de
que el hombre fuera invitado a esta misión, pero su padre insistió en que el
hombre había escondido habilidades que serían de gran utilidad para ellos.
—Traten
de incapacitarlos si pueden.
—¿Y si
no podemos?
—Haz lo
que debas para evadir la captura y detección. —Dowoo tiró el lápiz sobre la mesa en la que todos estaban
alrededor, luego metió los dedos en su pelo—. Miren, gente, esta misión es muy
simple. Tenemos que golpear todos estos objetivos al mismo tiempo, de modo que
no sepan qué los golpeó. La recuperación de datos es importante porque
necesitamos saber lo que saben sobre los cambiaformas.
—Liberar
a Summer y Tereza también debe ser una prioridad —añadió Seojoon.
—Lo es, Seojoon.
Wondin está asumiendo él mismo esa misión. Si hay una manera de liberar a tu
esposa e hija, Wondin verá que se haga. Pero tienes que entender, necesitamos
saber cuánto saben acerca de nosotros. Tener esta información ahí fuera no sólo
pone en peligro a algunos de nosotros. Podría poner en peligro a todos
nosotros, cambiaformas, vampiros, psíquicos, todo el mundo. Estas personas
tienen que ser detenidas.
—Entiendo.
Lo hago. Sólo quiero a mi esposa e hija de vuelta.
—Todos
lo entendemos, Seojoon —dijo Tae antes de que su padre pudiera decir algo más—.
Nadie debería tener que pasar por lo que has pasado. No puedo imaginar estar
separado de Yoongi, sabiendo que está allí afuera y que no había nada que
pudiera hacer para salvarlo. Creo que me habría vuelto loco si yo estuviera en
tu lugar.
—Oremos
para que nunca lo estés. —Seojoon tomó una larga inhalación, como si fuera la
primera que tomaba en años, lentamente la dejó salir—. Nunca des por sentado lo
que se te ha dado. Nunca sabes cuándo puede que ya no lo tengas más.
—Me
gustaría que las cosas hubiesen sido diferentes —dijo Yoongi, la suavidad de su voz sorprendió a Tae. Su
compañero aún no había hablado realmente con Seojoon, y Tae pensó que podría
estar teniendo problemas de adaptación con alguien además de Philip siendo su
padre—. Pero al menos sabías que ella estaba viva.
—A veces
me preguntaba si habría sido mejor saber que estaba muerta, Yoongi.
—¿Cómo
puedes decir eso? —Yoongi gritó—. No tienes idea lo que fue pensar que mi madre
estaba muerta todos estos años y saber que mi padre me odiaba. No tenía a
nadie, ni familia, ni amigos, nada hasta que Tae entró en mi vida. ¿Cómo podría
ser eso peor?
—Sabía
que Summer estaba ahí fuera. Sabía que estaba viva. No tenía el lujo del duelo
por ella como tú hiciste, como Wondin, Hiroto, y Jungkook hicieron. Tuve que
fingir que estaba muerta, pretender que Sophia era mi esposa, sabiendo todo el
tiempo que en cualquier momento, ellos podían asesinar a Summer y Tereza. Cada
vez que las dejaba, no sabía si iba a volver a verlas.
—Lo
siento —susurró Yoongi—. Creo que cada uno de nosotros ha pasado por nuestra
propia idea del infierno.
—Bueno
—dijo Tae—, espero que no sea por mucho tiempo más. Si los planes de mi padre
funcionan, todo el mundo se reunirá y Philip estará fuera del negocio.
Tae miró a su compañero con preocupación cuando Yoongi se
acercó a la mesa.
—Tengo una breve pregunta. Entiendo que vamos a atacar estos
lugares y todo, rescatar a
Summer y Tereza, y
volver con tanta información como sea posible. Incluso llegaremos a destruir
todo lo que no podamos recuperar. Lo que no entiendo es cómo le vamos a
explicar todo esto al mundo.
—¿Qué
quieres decir, Yoongi? —preguntó Dowoo.
—Estamos
hablando de volar edificios aquí. ¿No habrá una investigación o algo así? ¿No
se involucrará además de la policía el gobierno federal tal vez?
Dowoo sonrió.
—Esa es la mejor parte. Uno de los amigos de Wondin hizo un
poco de investigación en Corp Min. Parece que utilizan animales en su investigación
médica, y han recibido varias amenazas de las organizaciones de derechos de los
animales, en concreto, un grupo organizado de manifestantes marginales.
—No lo
entiendo.
—Varios
de estos grupos marginales han sido relacionados con el terrorismo en todo el
mundo. —Dowoo metió la mano bajo la mesa y se acercó con una lata de pintura en
aerosol de color rojo—. Unas pocas consignas pintadas en las paredes y nadie
notará la diferencia.
—Y
algunos correos electrónicos bien situados en anonimato, pero confiables,
procedentes de ciertas agencias gubernamentales —dijo Wondin—, y el gobierno
federal estará tan ocupado buscando en las transacciones financieras de Philip
Min que se olvidarán de quién hizo qué a qué edificio.
—Philip
Min no ha hecho muchos amigos a lo largo de los años, Yoongi —explicó Dowoo—.
Su codicia y lucha por el poder le han hecho bastantes enemigos, algunos de
ellos en lugares muy altos. No creo que les importase quién lo tire abajo,
siempre y cuando caiga.
—Dios,
lo haces parecer como un monstruo maligno.
—Él es
un monstruo maligno, Yoongi —espetó Wondin—. Mira lo que le ha hecho a nuestra
familia.
—Yo
sólo... nunca lo vi de esa manera. Claro, era malo y cruel a veces, pero hasta
hace un par de días atrás, él era mi familia. Es difícil pensar de otra forma.
—Tienes
una verdadera familia ahora, Yoongi, tu familia. —Tae sonrió ante el pequeño
estremecimiento que sacudió el cuerpo de Yoongi ante sus palabras. Se
preguntaba si Yoongi alguna vez se acostumbraría a tener una verdadera
familia—. Tienes a tu padre, madre, hermana y hermanos y toda la Manada de Wolf
Creek. Eso tiene que ser mejor que Philip.
—Maldición,
mi lista de Navidad acaba de crecer un infierno.
Tae estaba tan nervioso que sentía cómo su estómago se
estaba revolviendo. Se suponía que debía actuar casual mientras seguía el
progreso de Yoongi hacia la casa de Philip desde su punto estratégico en los
árboles que rodeaban la propiedad de Min.
Yoongi iba a fingir volver a casa para su habitual examen
médico mensual. Si las cosas iban mal, le haría una seña a Tae a través de su
vínculo mental y las tropas vendrían corriendo para salvarlo.
A Tae todavía no le gustaba el plan. Había demasiadas cosas
que podrían salir mal, demasiadas cosas podían poner la vida de Yoongi en
peligro. Cada instinto protector de Tae le había gritado que no dejara ir a su
compañero.
Además del hecho de que Yoongi estaba básicamente caminando
directo al corazón del peligro, nadie había sido capaz de encontrar a Hoseok
desde que había atacado a Tae en el callejón. Si estuviera dentro de la casa,
no había forma de saber qué tipo de daño podría hacerle el hombre a Yoongi
antes de que Tae pudiera llegar hasta él.
Tae echó un vistazo a su reloj, tensándose al ver que diez
minutos habían pasado desde que Yoongi entró en la casa. Se sentían como diez
años. Se volvió hacia Bishop y asintió con la cabeza hacia el edificio. Bishop
negó con la cabeza y levantó cinco dedos.
Grandioso, cinco minutos más. Tae rodó los ojos. No quería
esperar cinco minutos más. Quería entrar ahora.
—Tranquilízate,
amigo —susurró Bishop—. Él te hará saber cuando tengamos que entrar. Dale la
oportunidad de manejar esto por su cuenta. Creo que Yoongi tiene que enfrentar
a Philip y recuperar un poco de lo que
ese hombre ha tomado de él.
—No me
gusta. Él ha estado allí demasiado tiempo.
Bishop hizo rodar los
ojos.
—Entonces, contáctalo. Dijiste que podías.
Si Tae tuviera una pistola en la mano, probablemente se habría
pegado un tiro en el pie. No podía creer que había estado sentado allí
agonizando mientras esperaba a que Yoongi se contactara con él cuando podía
haber estado en contacto con Yoongi. El vínculo de acoplamiento mental que
habían tenido entre ellos era tan inusual, que Tae a veces olvidaba que era en
ambas direcciones.
—Yoongi,
¿va todo bien?
La respuesta de Yoongi fue casi instantánea, bajando el
nivel de tensión de Tae varios grados.
—Sí, todo está bien. Philip me está regañando por todo el
lío contigo y Hoseok.
—¿Hoseok?
—La ansiedad de Tae regresó de inmediato—. ¿Hoseok está ahí?
—Sip.
Está sentado en la esquina sonriendo mientras hablamos.
—Mierda,
Yoongi, creo que Hoseok sabe que puedes cambiar.
—Tae, si
Hoseok sabe que puedo cambiar, entonces…
—Philip
lo sabe también. —Tae le dio un empujoncito a Bishop con el pie y luego hizo un
gesto hacia la casa cuando el hombre lo miró—. Vamos de camino, lindo bebé.
Mantelos ocupados hasta pasemos a los guardias.
—Es más
fácil decirlo que hacerlo.
—Sólo
ten cuidado, Yoongi. Estaremos allí en unos minutos.
—Ten
cuidado —resopló silenciosamente Yoongi—. Estoy sentado en una cómoda y
agradable silla en el interior de la casa. Eres tú el que tiene que colarse a
través de los guardias.
—Vamos
de camino, lindo bebé —dijo Tae mentalmente mientras seguía a Bishop y al
príncipe Zacarius fuera de los árboles en los que habían estado apoyados.
Se había decidido que el príncipe acompañaría a Tae y a
Bishop debido a sus habilidades vampíricas. A excepción de su compañero, Hiroto,
podía controlar la mente de alguien con sólo un mordisco. Ese tipo de
conocimiento le daba a Tae una sensación espeluznante. No quería que nadie más
que Yoongi mordiera cualquier cosa sobre él.
Yoongi podía morder todo lo que él quisiera.
Tae tenía dificultades para permanecer detrás de Bishop
mientras entraban a hurtadillas en la propiedad de Min y pasaban a los
guardias. Quería correr, para llegar a su compañero tan rápido como fuera
posible. No quería arrastrarse a través de la maleza.
Les tomó más de los minutos que Tae le prometió a Yoongi el
llegar a un lado de la gran mansión que pertenecía a Philip. Entre la falta de
escondites adecuados en el enorme paisaje y los guardias armados que
patrullaban el área, moverse rápidamente simplemente no era posible.
Tae se aplastó contra la pared del edificio y dejó escapar
un silencioso suspiro. La necesidad de llegar a Yoongi era cada vez más fuerte,
y eso hizo sentir a Tae nervioso. Su lobo estaba justo bajo de la superficie,
con ganas de salir. Apenas pudo evitar cambiar.
—Yoongi,
¿está todo bien? —Tae esperó varios minutos para la respuesta de Yoongi. Cuando
no llegó, empezó a ponerse aún más ansioso—. ¡Yoongi! ¡Contéstame, maldita sea!
Me estoy volviendo loco aquí.
Seguía sin haber respuesta. Tae le dio un codazo a Bishop y
señaló hacia su cabeza, sacudiéndola para hacerle saber al hombre que no podía
contactarse con Yoongi. Bishop asintió con la cabeza y se apresuró a lo largo
del borde de la casa a un conjunto de ventanas de piso a techo y unas puertas
dobles en la parte posterior del edificio.
Cuando Tae se asomó por la esquina de la ventana y miró en
su interior, su sangre se heló. Yoongi todavía estaba dentro del amplio estudio
con Philip y Hoseok, sólo que otro hombre se había unido a ellos.
Cuidadosamente estaba extrayendo sangre del brazo de Yoongi, un muy
inconsciente Yoongi.
Tae comenzó a gruñir y luego apretó los labios con fuerza
para no ser oído por aquellos en la habitación. Los músculos de sus brazos se
pusieron rígidos por su necesidad de desgarrar algo o a alguien. Su compañero
estaba siendo amenazado. Tae nunca antes sintió tan abrumadora rabia. Tener un
compañero ponía todo un nuevo giro en su capacidad para controlarse a sí mismo.
Tae casi mordió a Bishop cuando el hombre lo agarró del
brazo y lo apartó de la ventana. Lo habría hecho, también, si Bishop no hubiese
empezado hacer gestos con sus manos, formando un nuevo plan mientas estaban
parados allí.
Si Tae había entendido bien las cosas, Bishop quería que se
quedara y vigilara a través de las ventanas mientras él y Zacarius daban la
vuelta a través de otra entrada y luego entraban en el estudio desde el
interior de la casa. Ellos serían efectivos viniendo desde dos lados sobre el
enemigo.
Tae afirmó con la cabeza que entendía, entonces volvió su
atención de regresó a la ventana. Podía ver a Philip caminar por la habitación
mientras hablaba con el médico. Hoseok permaneció inmóvil en una silla junto a
la chimenea.
Tae frunció el ceño cuando miró de cerca a Hoseok. Por
alguna razón, las manos y pies de Hoseok estaban atados a la silla en la que
estaba sentado. Parecía aterrorizado, con el rostro pálido y contraído. No era
una emoción que Tae habría equiparado con Hoseok.
Se olvidó por completo de su confusión sobre Hoseok cuando
la puerta del estudio se abrió. Tae esperaba que Bishop y Zacarius entraran, no
dos guardias armados, una mujer mayor con el pelo oscuro, y una niña pequeña. Tae
supo de repente que él estaba mirando a Summer y Tereza .
¡También
sabía que sus planes sencillamente se habían ido a la mierda! Las dos mujeres
supuestamente tenían que estar en otro centro. Por supuesto, ellas fueron
traídas cuando Yoongi llegó a su examen mensual, pero uno de los equipos de rescate se suponía que
llegaría a las dos mujeres antes de ahora. El plan había sido interceptar su
vehículo de transporte antes de que incluso llegaran a la propiedad de Min.
Summer corrió hacia
donde Yoongi estaba sentado, encorvado en su silla. Tereza comenzó a correr detrás
de su madre, pero la mano rápida de uno de los guardias aterrizó en su hombro
manteniéndola donde estaba.
Tae podía ver el repentino pánico en la cara de Summer,
cuando a su hija no se le permitió reunirse con ella y supo que algo pasaba.
Había algo diferente en esta visita. Tae no podía entender lo que estaba
ocurriendo hasta que Philip se acercó a
las puertas del patio y las abrió.
El hombre lo miró directamente.
—¿Le
gustaría unirte a nosotros, señor Kim?
Tae trató de ocultar su miedo repentino apretando los puños
y tomando una profunda bocanada de aire. Incluso no sabía cómo Philip sabía de
él y mucho menos que él estaba de pie justo fuera de la casa del hombre.
Tae se apartó de la pared y siguió a Philip dentro de la
casa. Podía ver las preguntas gestándose en los ojos de Summer y le dio un
ligero movimiento de la cabeza. Ella no respondió más que para volver su
atención hacia Yoongi.
—¡Bebé,
si hubiera cualquier momento para que despiertes y cambies, sería este! —Tae
gritó silenciosamente a Yoongi.
Hoseok de repente comenzó a luchar, su rostro palideció aún
más cuando el hombre hizo una mueca de dolor. Tae miró a Philip cuando el
hombre empezó a hacer un ruido chasqueando la lengua mientras se servía una copa.
—Tch,
tch, señor Kim. Si tiene algo que decir, por favor, dígalo frente a toda la
habitación.
Tae sintió que sus cejas se levantaban hasta el nacimiento
de su pelo. ¿Philip sabía que estaba tratando de hablar con Yoongi? ¿Cómo?
—¿Quieres
un trago, señor Kim? —le preguntó Philip—. Me han dicho que este wisky es de un
año muy bueno.
—No,
gracias.
—Tan
cortés. —Philip se acercó para sentarse detrás de su escritorio.
—¿Cómo
sabe quién soy?
—Sé de
todos en su pequeño valle, señor Kim. —La sonrisa del hombre hizo que Tae se
tensara aún más—. Seguro que no creías que El Profesor entraría al valle para
recuperar a su pequeña mascota sin haber investigado primero el lugar, tengo
archivos de todos los miembros de su pequeña manada de lobos, incluyendo a mi
querido hijo, Yoongi.
—¡Yoongi
no es tu hijo! —gritó Summer.
—Ah,
pero él no lo sabe, querida. Y no se lo vas a decir o sabes qué va a pasar.
—Philip tomó un pequeño sorbo de su bebida y luego colocó el vaso de nuevo
sobre la mesa. Cruzó las manos—. Yoongi acaba de alcanzar su potencial, y no
estropearás eso para mí, o no te permitiré verlo de nuevo.
—¿Su
potencial? —preguntó Tae. Sabía por la pequeña sonrisa que cruzó la cara de
Philip que no le iba a gustar la respuesta.
—No
creíste que Yoongi se presentó en tu pequeño valle por accidente, ¿verdad?
—¿Fue
planeado?
—Por
supuesto que sí. —Philip lucía muy orgulloso de sí mismo mientras relataba sus
noticias—. Sabía que la probabilidad de que Yoongi se apareara con una loba
estaba cerca de cero. El pobre chico es gay, ya sabes. Tenía la esperanza de
que enviando a Yoongi al Valle de Wolf Creek se encontraría con uno de vosotros
y no me equivoqué. Él te conoció, señor Kim.
—No
podías haber sabido que seríamos compañeros.
—No, eso
es cierto, pero sabía que la posibilidad estaba ahí. Si no hubiera encontrado a
su compañero en Wolf Creek, simplemente habría enviado a Yoongi a otra manada
de lobos hasta que conociera a su compañero.
Mientras Tae estaba recibiendo una gran cantidad de
respuestas, las palabras de Philip de la misma manera estaban creando muchas
preguntas.
—¿Por qué necesita que Yoongi esté acoplado?
—Mi
doctor —dijo a Philip mientras hacía un gesto al hombre de pie junto a Yoongi—,
me aseguró que Yoongi sería capaz de cambiar una vez que conociera y se uniera
con su pareja. Me quedé muy decepcionado cuando Yoongi no cambió cuando llegó a
la pubertad. El Dr. Zelo dijo que sólo había sido por la necesidad de Yoongi de
estar acoplado primero. Al parecer, ese rasgo no es poco común en tu clase.
Tae trató de mantener el ceño fruncido fuera de su cara
cuando miró hacia el doctor. Había nacido como cambiaforma, e incluso él nunca
oyó hablar de alguien que no cambiara cuando llegara a la pubertad. Se
preguntaba si Philip y el buen doctor sabían exactamente de lo que estaban
hablando.
—Así
que, nos hemos acoplado. ¿Y qué?
—Yoongi
no tiene la constitución para ser un lobito bueno como necesito que sea. Es
demasiado bondadoso. Tú, por otra parte, no tengo ninguna duda que puedes ser
el espécimen perfecto para mis necesidades.
—¿Yo? —Tae
se rio—. ¿Y qué le hace pensar que haría algo de lo que dijera?
Philip muy casualmente abrió el cajón de su escritorio y
sacó el arma de apariencia más extraña que Tae había visto nunca. Incluso
podría no haber sido incluso un arma de fuego. En lugar de un clip o un
cilindro, el objeto tenía dardos con varios pequeños viales de líquido azul
unido a ellos. Philip apuntó el arma hacia Yoongi.
—Porque,
mi querido muchacho, estas pequeñas ampollas están llenas de un suero especial
desarrollado por el Dr. Zelo. He visto los efectos que este líquido le hace a
un cambiaforma lobo como tú, y no es bonito. No me gustaría tener que usarlo en
Yoongi.
Tae estaba atrapado y lo sabía. O estaba de acuerdo a hacer
lo que Philip quería, o el hombre asesinaría a su compañero. En realidad no
había otra opción. Tae gruñó bajo en su garganta y se abalanzó sobre el
escritorio de Philip, tratando de colocarse entre los dardos y Yoongi.
Lógicamente, sabía que podía estar poniendo la vida de su
compañero en peligro. Con suerte, Bishop y Zacarius alcanzarían a Yoongi antes
de que Philip pudiera hacer ningún daño al hombre. Ilógicamente, Tae tenía una
profunda necesidad de matar al hombre responsable de poner en peligro su
compañero.
Tae oyó la pistola explotar justo cuando llegó a Philip,
cambiando a su forma de hombre lobo de dos metros trece de altura, que sólo
había venido un puñado de ocasiones en toda su vida, por lo general cuando
estaba siendo amenazado de alguna manera.
Apretó los grandes dientes caninos alrededor del brazo con
la pistola en ella y lo desgarró con todas sus fuerzas. A lo lejos oyó gritos y
probó el sabor cobrizo de la sangre en su boca. Los huesos crujieron, para gran
satisfacción de Tae, y la carne se rasgó.
—¡Tae!
Tae ignoró la voz que gritaba hacia él y continuó rasgando a
Philip. Hizo caso omiso de los golpes de dolor que sentía en el costado y la
espalda cuando Philip trató de defenderse. Ignoró todo, menos la imperiosa
necesidad que tenía de vengar a su compañero.
Los gritos lentamente se desvanecieron. El zumbido de ruido
en la cabeza de Tae comenzó a crecer hasta convertirse en grito.
—¡Tae!
Tae soltó el brazo aplastado con sangre de su boca y se
volvió para ver quién le gritaba. Esperaba encontrar a Summer o tal vez incluso
a Bishop. No esperaba ver a Yoongi de pie detrás de él a cuatro patas, después
de haber cambiado a su forma de lobo.
—¿Yoongi?
—Suéltalo
—dijo Yoongi en su cabeza—. No puede hacernos daño nunca más.
Tae se volvió para mirar a Philip, sorprendido por lo que
vio. Philip estaba todavía vivo, pero sólo apenas. Su cuerpo estaba cubierto de
sangre, con el brazo tendido en un ángulo extraño. Tae sabía que estaba roto.
No sintió ninguna simpatía por el hombre.
Bishop estaba arrodillado en el suelo por donde Philip había
caído, tratando de detener el flujo de sangre. Tae estaba un poco confundido
ante cómo el Dr. Jones estaba sentado al otro lado de él, tratando las heridas
de Philip, hasta que se dio cuenta de que había varios hombres de pie en la
habitación.
Tae se bajó del escritorio de Philip y saltó hacia Yoongi,
acuclillándose en el suelo mientras su cuerpo lentamente cambiaba a su forma
humana. Acarició con sus manos el pelaje blanco de Yoongi, en busca de
cualquier signo de lesión.
—¿Estás
bien? —preguntó Tae—. ¿El dardo no te golpeó?
Yoongi cambió en un abrir y cerrar de ojos y sacudió la
cabeza mientras trataba de alcanzar a Tae.
—No, estoy bien. El Dr. Zelo se interpuso entre mí y el
dardo.
—¿El Dr.
Zelo? —Tae dijo en voz alta mientras recogía a Yoongi en sus brazos y se volvió
para mirar al doctor caído. Él estaba siendo tratado por Zacarius y Hiroto.
Parecía estar vivo, pero con un montón de dolor.
—¿Qué
está sucediendo?
—Bueno,
parece que hay algo más en el buen doctor que a simple vista. —Zacarius señaló
a Hoseok, que estaba gruñendo y luchando salvajemente en su silla—. Creo que el
Dr. Zelo y el amigo de Yoongi, Hoseok, están acoplados de alguna manera.
—¿Qué?
—Es
cierto —el Dr. Zelo resolló—. Hoseok es mío.
—¿Hoseok?...¿Hoseok,
el que nos atacó en el callejón?
—No
tenía otra opción —susurró el Dr. Zelo—. Philip amenazó con matarme si Hoseok
no traía a Yoongi a casa. ¿Por
qué crees que tenía a Hoseok atado antes de que Yoongi llegara? Tenía miedo de
que Hoseok lo atacara.
—Puedo
entender eso —bufó Tae.
—Por
favor, permítanle...
Tae vio al doctor por un momento, viendo la súplica en los
ojos del hombre, y se volvió para acercarse y liberar a Hoseok. Antes de
hacerlo, se inclinó muy cerca de Hoseok para que el hombre no se perdiera ni
una palabra de lo que dijo.
—Toca a Yoongi
de alguna forma y no me importa lo que se vieron obligados a hacer. Te mataré
antes de que puedas parpadear. ¿Ha quedado claro?
Hoseok asintió. Tae rompió las cuerdas que ataban a Hoseok.
Estuvo a punto de caer sobre su trasero cuando Hoseok pasó junto a él, cruzando
la habitación para arrodillarse al lado de su compañero, tomando al hombre
entre sus brazos.
—Supongo
que son compañeros. —Tae se rio entre dientes mientras se levantaba—. Y tan
feliz como estoy por ustedes dos, todavía tengo preguntas y quiero respuestas.
—¿Eso no
puede esperar? —gritó Hoseok, una lágrima caía por su mejilla—. ¿No ves que
está con dolor? Podría estar muriendo.
—No,
querido —dijo el doctor, acariciando el brazo de Hoseok—. Estoy bien. Esta no
es el producto letal. Destruí todo eso. Este suero sólo me hará estar muy
incómodo por un tiempo. Estos efectos deben desaparecer en un par de horas.
—¿Qué
tanto suero hay? —preguntó Tae.
El médico se rio ligeramente entre dientes y luego empezó a
toser. Pasaron varios minutos antes de que pudiera hablar de nuevo. Mientras
tanto, Tae vio a Bishop y al Dr. Jones sacando a cuestas del estudio a Philip
seguido por los dos guardias, ahora atados, y unos pocos cambiaformas lobos.
—Desarrollé
dos sueros, uno que era letal para los cambiaformas y éste que Philip me
disparó. Cuando descubrí lo que eran los cambiaformas, lo que realmente eran,
destruí el primer suero y creé este.
—¿Por
qué?
—Al
principio no sabía lo que eran los cambiaformas. Todo lo que vi fue a este
filántropo que estaba dispuesto a financiar mi investigación durante años, si
trabajaba para su compañía. Parecía un sueño hecho realidad.
—¿Qué
investigación?
—Genética,
en su mayoría. Pensé que podría crear algún tipo de cura milagrosa para las
personas con parálisis, devolverles la vida que tuvieron una vez. Cuando Philip
me dio los datos, los datos de lobo, empecé a ver realmente las posibilidades.
Sus científicos recolectaron material bastante impresionante a lo largo de los
años.
—¿Así
que miraste hacia otro lado cuando torturaba a la gente?
—No, no
miré hacia otro lado. Durante mucho tiempo, no supe de dónde estaba obteniendo
sus datos. Sólo desde los últimos diez años he sabido acerca de los
cambiaformas. Antes de eso, sólo me dio muestras de ADN y dijeron que provenían
de donantes anónimos con anomalías genéticas.
—¿Y tú
le creíste? —Tae soltó un bufido.
—No
tenía ninguna razón para no hacerlo. Toda mi investigación estaba financiada
por una empresa privada. No tenía las restricciones habituales impuestas de los
que trabajaban en empresas públicas. Me era permitido hacer lo que quería, y no
tenía ningún comité respirando en mi cuello, exigiendo respuestas.
—Suena
perfecto, entonces ¿qué pasó para que cambiaras de opinión?
—Hoseok
pasó.
—¿Hoseok?
—Tae miró al hombre que sostenía el médico en sus brazos—. ¿Qué tiene que
ver exactamente Hoseok con todo esto?
—Hoseok
vino a trabajar para Philip. Al principio, no era más que un asistente, pero
después de un par de años, Philip hizo un enlace entre nosotros. Hoseok me
traería cualquier nueva información que Philip había descubierto y yo le daría
mis datos a Hoseok.
—Entonces,
¿cómo cambiaron las cosas?
—Yo
cambié. —La sonrisa del Dr. Zelo era extraña teniendo en cuenta la situación—.
Hubo un accidente en el laboratorio y fui infectado con el virus del lobo.
—Dr. Zelo
—dijo Zacarius—, no hay un virus de lobo. O naces como un lobo, o no lo eres.
—No hay
virus de lobo de la forma en que lo piensas, pero mezclado con el virus de
vampiro y manipulado genéticamente, es uno.
—Joder
—susurró Tae—, creaste un virus de hombre lobo.
—No te
preocupes, todas mis notas y las muestras de laboratorio han sido destruidas.
Después de esta última visita a Yoongi, Hoseok y yo íbamos a escapar y
escondernos. No podía seguir haciendo lo que estaba haciendo después de
enterarme de cómo recogía mis datos Philip. Simplemente no era correcto.
—Grandioso.
—Tae hizo un gesto con la mano en el aire—. Por lo tanto, tu trabajo ha sido
destruido. ¿Qué pasa con el resto de las instalaciones que tienen tus datos?
Porque sabes que Philip nunca pondría todos sus huevos en una sola canasta.
—Me he
encargado de eso —dijo Hoseok suavemente—. Desarrollé un virus informático y lo
envié a todos los otros laboratorios. Todos los datos guardados en ellos serán
borrados y no son recuperables.
—¿Y los
datos que se guardan en un disco?
Hoseok sonrió.
—En el momento en que se coloquen en un ordenador o alguien
trate de duplicar el disco, copiarlo, o de cualquier otra forma hacer otro, el
disco será destruido.
—¿Cómo?
—Tae frunció el ceño—. Pensé que una vez que algo se grababa en un disco era
para toda la vida.
—Técnicamente,
eso es cierto, pero el virus que instalé volverá a escribir sobre el disco,
destruyendo cualquiera de los datos anteriores. Es un pequeño y agradable
programa que descarga todas las cositas sucias que Philip ha hecho.
Tae parpadeó.
—¿El virus descarga un programa que dejará expuesto a Min
Philip?
—Síp. —Hoseok
sonrió de nuevo, sonando bastante satisfecho consigo mismo—. Apropiado, ¿no te
parece? También he incluido un pequeño chisme sobre sus socios de crimen y los
registros médicos de Philip, principalmente su evaluación psicológica. Si dice algo
a cualquiera acerca de los hombres lobo, van a pensar que está loco.
Tae tenía que admitir que estaba eufórico ante las palabras
de Hoseok. Resolvía muchos de sus problemas. Sólo tenía un duro momento para
llegar a un acuerdo con el hecho de que esas palabras salieron de Hoseok, un
hombre al que le dio un puñetazo en plena cara en el momento en que lo conoció.
—¿Por
qué haces todo esto? —preguntó Tae—. Tienes que saber que esta información
podría hacerte millonario.
—También
podría poner la vida de mi compañero en peligro —dijo Hoseok—, y no hay nada en
este mundo que valga la pena eso.
Tae no podía estar más de acuerdo.
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