Yoongi abrió y cerró la boca, su
padre sí que sabía dar donde duele.
— ¡Eres un…!
—¡Cierra es maldita boca antes de
que te la cosa! — Amenazo el alfa poniendo las manos en las caderas, tratando
de mantener sus garras en algún lugar que no fuera la garganta de su hijo. — Tu
maldito mal genio va a cavar con la paz de esta manada—.El Alfa estaba
empezando a sentir como un dolor de cabeza se comenzaba a formar justo detrás
de sus ojos— controlarte o has algo, pero deja de desquitarte con todos los que
te rodean.
Decir que el lobo más joven estaba
furioso era decir poco, toda esa situación era como dormir sobre nitroglicerina
sobrecalentada, el Alfa debía de estar pateando el culo del centinela agrede mujeres,
en vez de estarle riñendo por haber puesto al tipo en su lugar.
—Si estoy de buen o mal humor no
tiene nada que ver con lo que ese idiota le estaba haciendo a su pareja…
Los humos del alfa bajaron
lentamente, en eso, su hijo tenía razón.
—Te doy algo de crédito por patear
a ese culo engreído— aceptó a regañadientes—, pero date cuenta de algo, si yo
no hubiera llegado a tiempo, lo habrías matado.
Ahora fue el turno de Yoongi de poner
las barbas en remojo, sentándose pesadamente sobre la cama, puso los codos
sobre sus muslos y sostuvo la cabeza entre sus manos.
— El lobo me está volviendo loco—
se quejó, odiándose a sí mismo por tener que admitir que su padre tenía razón.
En momentos como ese era cuando Seojoon
más extrañaba a su pareja, usualmente era partidario de partir, golpear o tirar
contra una pared a sus problemas o a quién se los causaba, pero ante el asunto
de su hijo y el gato melindroso no sabía qué hacer. Pasándose las manos por los
mechones de cabello negro, los aparto de su rostro, estaba frustrado y odiaba
la sensación de impotencia.
—Mira, hijo—, se sentó Seojoon
junto al cachorro, la vieja cama se quejó por el peso de dos hombres bastante
sólidos— no creo que ese gato y tu sean una pareja destinada. Ustedes son de
especies animales diferentes. Ya es todo un logro que lográramos acordar la paz
entre las manadas, pero de allí a aceptar a su alfa emparejado con un gato, no
creo que eso ocurra. Recuerda que un felino como él está destinado a darle
cachorros a un Alfa, el simple hecho de que sean de especies distintas
impediría eso. No es natural que un lobo y un gato se apareen.
Era casi cómico ver a un par de
hombres adultos, con esa actitud de niños abandonados, ambos tan parecidos
físicamente como padre e hijo podían llegar a ser.
—Lo sé padre—, hablo Yoongi con la
vista concentrada en un punto en el viejo piso de madera— yo sé que estará
mejor con los suyos, el detalle está en convencer a mi lobo de que es lo correcto.
Seojoon guardó silencio, qué podía
decir respecto a eso. Al final decidió cambiar de tema.
—El concilio de manadas será en
una semana— hablo mientras le daba una palmada bastante fuerte en la espalda a
su hijo, tanta mierda sentimental lo ponía de nervios— quizás encuentres tu
pareja allí.
—Ya la encontré, papá— se puso de
pie, recostando la espalda contra la puerta, se golpeó la cabeza en la madera
tratando de calmar a su lobo que aruñaba desesperado ante el simple recuerdo
del tierno gatito—. No sé qué estarían tramando los dioses cuando escondieron
la mitad de mi alma en otro macho, sólo para negármelo de esta manera tan
cruel. Si tan solo él hubiera nacido lobo, ahora la manada entera estaría
celebrando que su alfa esta enlazado con un macho escogido por los mismos
dioses. ¿Quizás ya estarías anunciando la llegada de nuestros cachorros?
El padre se puso de pie, poniendo
una de sus pesadas manos sobre el hombro de su hijo, agrego.
—Las cosas son como son, no hay
nada que se pueda hacer… Entre dos especies tan distintas no puede haber
cachorros, ese simple hecho demuestra que lo tuyo es un capricho, no designio
de los dioses.
Yoongi se hizo a un lado para
darle paso a su padre. El lobo en su interior luchaba por ser liberado y salir
en busca del felino, necesitaba sentí otra vez a su pareja, escuchar sus
ronroneos mientras lo penetraba. Había probado el dulce sabor de su sangre al
morder el delgado hombro.
Esa noche el lobo aulló al cielo
en una desesperada oración. El corazón del animal llamaba a su pareja sin
perder la esperanza. El felino debía escucharlo aunque sus naturalezas humanas
negaran lo que era una realidad.
***********
Taehyung dormía calentito entre
las mantas, gracias a los cuidados de Hoseok se había estado sintiendo mucho
mejor, siempre tenía nauseas en la mañana, pero al menos lograba retener más
comida en su estómago. Lo complicado estaba en que debía esforzarse un poco más
por ocultar los síntomas que la separación de su pareja le estaba causando.
Quizás si le daba más tiempo al tiempo, sus malestares se pasarían, su gato
tenía que entender que el lobo jamás regresaría por él y que debía dejar de
hacer berrinche de una vez por todas.
Estaba en esos decididos
pensamientos cuando lo escucho, un lobo solitario aullaba a lo lejos. Antes de
que pudiera siquiera pensarlo, se encontró a sí mismo en su forma felina, por
fortuna ya sabía que su animal podía hacerle una jugarreta como esa, así que
había dejado la ventana cerrada y la puerta con seguro.
Después de aruñar los paneles de
vidrio de la ventana de su habitación, el gatito fue a por la puerta. Al ver
que tampoco podía hacer nada allí, regreso al alfeizar de la ventana y comenzó
a maullar bajito mientras su vista se perdía más allá de los árboles del
bosque.
La noche paso lentamente, el lobo
aullándole a la luna ausente y el pequeño felino observando el cielo nocturno
desde el otro lado del panel de vidrio de su habitación. Taehyung se sintió
morir al pensar que así sería el resto de su vida, una constante espera de algo
que de hecho jamás llegaría.
Cuando el sol rayaba en el
horizonte, el gato montés se arrastró a la cama, tomando forma humana se
escondió bajo las mantas deseando jamás despertar. Apenas caía en lo profundo
del sueño, el sonido de la puerta al abrirse lo hizo abrir los ojos. Hoseok
entraba a hurtadillas tratando de no hacer mucho ruido. Al ver que Taehyung
halaba la manta para taparse hasta las orejas, supo que el chico estaba
despierto.
—Tienes que bajar a desayunar—,
advirtió Hoseok— al parecer quieren a toda la familia reunida para hacer un
importante anuncio.
Un cansado Taehyung se asomó entre
las mantas.
— ¿De qué hablas?
Encogiéndose de hombres Hoseok
trato de restarle importancia a la situación.
— Tu prometido llegará para la
cena de esta noche.
Esa fue sorpresa suficiente para
que Taehyung se levantara de golpe.
— ¡Te volviste loco! — Balbuceo
incrédulo.
—¡No! — Aclaro Hoseok, sentándose
en la orilla de la cama—, por desgracia no estoy loco. Te juro que a veces
siento que estoy en un universo alternativo. Un día tengo a mi engreído
hermano, al día siguiente se pierde al caer al río y prácticamente lo dan por
muerto, luego resulta que aparece pero es un muerto en vida— recapitulo el
felino cruzándose de brazos— Realmente a veces pienso que sí estoy loco.
—Lo lamento—, hablo Taehyung
mientras trataba de controlar a su estómago que ya se estaba comenzando a revolver—
te prometo que voy a dejar de estar en esto de la autocompasión.
Soltando el aire lentamente Hoseok
le prestó toda su atención al rostro pálido de su hermano, a las ojeras bajo
sus ojos cansados, pero de todo eso lo que le acabo robando la paz, fue ver
como las mejillas se veían hundidas.
—A ti te pasa algo más que un
corazón roto— afirmo el hermano posando la palma de la mano sobre la mejilla
marcada por la cabecera donde hasta hace poco había estado acostado.
—¿De qué hablas? — Logro preguntar
justo antes de tener que salir corriendo al baño, doblándose sobre el inodoro
comenzó su rutina de náuseas y vómitos de las mañanas.
Hoseok se puso de pie, obedeciendo
al impulso de ayudar a su hermano. Al escuchar como el chico volvía el
estómago, se quedó como de piedra, sintiendo como el miedo comenzaba a recorrer
sus venas dejándole una sensación de hielo en todo sus cuerpo.
— ¡Demonios!...¡Demonios! — Logro
balbucear cuando pudo llenar de aire sus pulmones— esto no es posible.
—¡Voy a darme un baño! — Grito Taehyung
desde el otro lado de la puerta — Bajo en un momento.
Temiendo el felino que su rostro lo
traicionara, agradeció en silencio que su hermano no pudiera ver su expresión
perpleja.
—Bien, le diré a padre— se sintió
orgulloso de que su voz no temblara—. Te espero a bajo, recuerda poner cara de
sorpresa cuando papá te de la “maravillosa” noticia.
Una vez que estuvo listo, duchado,
dientes lavados y peinadito, Taehyung bajo las escaleras dirigiéndose a la
primera planta. Cuando llego al comedor ya sus cuatro hermanos, su padre y su padre
estaban sentados en la mesa.
—¡Buenos días! — saludo a todos
mientras se sentaba en su lugar habitual junto a Hoseok.
Los otros miembros de la familia
tenían cara de niños en la mañana de navidad, eso hizo que los bellos de la
nuca de Taehyung se erizaran, una suerte que ya haya cumplido con sus deberes
matinales de vomitar antes de sentarse a la mesa.
—¿Se puede saber por qué tan
contentos? — se quejó más que preguntar el joven felino.
Sus hermanos, Minho, Minjae y Jimin,
le sonrieron esperanzados, pero fue el menor de ellos, Jimin, el que se decidió
hablar.
—Simple, hermanito. Hoy llega quién
nos va a librar de tu fastidiosa presencia— bromeo el chico soltando una
carcajada — de seguro después de mañana estrenas marido.
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