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domingo, 24 de abril de 2022

CAPITULO 16

 

Se dirigió subiendo las escaleras, rodando su cabeza en su cuello.

 

Hacía tres días que Yoongi se había ido.

 

Dos largas noches con la luna brillando bajo él, haciéndole que le doliera. Se levantaba cada mañana exhausto, la casa era una ruina, los moretones en su cuerpo por la necesidad de dejar salir a su gato, necesitando encontrar a su compañero.

 

Esto era de locos.

 

Aunque había terminado su trabajo e hizo una gran cantidad de dinero haciéndolo. Ahora todo lo que tenía que hacer era limpiar, empacar, y conseguir un billete de avión.

 

Divertido, realmente cómo había temido dejar la jodida ciudad por años y ahora… ahora sabía que Yoongi estaba esperándolo, sabía que había un lugar para él y estaba haciéndolo. Se iba a ir y dejar toda la locura y preocupación detrás de él.

 

Los pelos detrás de su nuca se levantaron mientras abría la puerta de enfrente. Raro, porque su edificio era seguro, ¿verdad? ¿Seguro? No había nada detrás de él y tenía alarmas de seguridad.

 

Había algo, no estaba seguro qué, no estaba seguro de nada, pero…

 

Algo.

 

Cerró la puerta detrás de él sorteando el caos hacia la cocina, marcando a Yoongi. El teléfono sonó y sonó, finalmente fue hacia la contestadora de voz. Esperando a que finalizara el saludo, entonces sonrió. Amando que pudiera saborear a Yoongi ahora, jugar con su pareja.

 

—Hey, tú, espero que la luna haya sido buena para ti. He finalizado todas las cosas aquí, estoy libre. Quién sabe, quizás me vaya unas largas vacaciones. Ve las señales. Llámame.

 

Ahí. Si no conseguía que lo llamara pronto nada podría, ¿verdad?

 

Se echo a reír, sacudió su cabeza, y tiró su teléfono en el sofá. Necesitaba empacar una mochila, la laptop y un puñado de otras cosas. Agarró las fotos de Má y Pop, añadió su copia del primer cartel de teatro que apareció en su maletín.

 

Tenía que lidiar con el banco, trasferir dinero alrededor. Hacer cosas…

 

¿Qué era eso?

 

Taehyung giró alrededor, gruñendo profundamente desde su pecho, sus fosas nasales llameando

 

—¿Quién está ahí?

 

Aquí. Gatito, gatito. —La voz no le era familiar, baja y sin error… felina.

 

Sal de mi casa. —Envolvió sus brazos alrededor del atizador de la chimenea.

 

No es una opción. —Ahora esa voz se deslizaba detrás de él, entonces la reconoció. Al, el monstruoso gato, aspirante extraordinario. Jesús, eso era tan jodidamente trillado.

 

Apestas, traidor. Nosotros no dejamos que los traidores vivan aquí.

 

No es tu edificio, Al. Trent es el dueño. Y pago todo y me voy. —Había pagado en carne, en dinero y en tiempo. Estaba hecho. Iba a salir.

 

Trent no está más en el negocio. —Un teléfono estaba siendo levantado, un bendito video silencioso corriendo que mostraba un jaguar gritando, ambas patas de adelante se habían ido, sus dientes arrancados. Mierda.

 

Mierda.

 

Taehyung se mantendría en libertad, mantendría la mano ganadora, no importaba qué tan mal fuera la mordaza, gritaría. Control. Eso era todo acerca de control.

 

—Demasiado malo para él. Toma el lugar entonces. Me mudaré.

 

Que no es con todo ese dinero que tienes en el banco.

 

Oh. No. ¿Qué era eso? Su vida. Suya y de Yoongi por tanto tiempo como lo necesitaran.

 

—Jódete, hijo de puta.

 

Estaba cansado de ponerse en esa mierda, maldita sea. Cansado de este sin sentido.

 

Oyó el movimiento detrás de él, y golpeó, el atizador golpeó contra la carne, incluso en la oscuridad. Ahí estaba un satisfactorio grito de alguien cayendo abajo, y lo balanceó de nuevo, su cuerpo tratando de decidir si era más efectivo su pelaje y sus garras, o con el arma.

 

Para ese tiempo notó a dos felinos saltando por encima de él, era demasiado tarde para decidir.

 

Demasiado tarde para alguna cosa.

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