—Nadie te apartará de mi hijo—.
Sentencio el Alfa— mi manada es fuerte, podemos hacerle frente a lo que venga.
Taehyung se sintió egoísta al
escuchar las palabras de Seojoon, si se negaba a ir, sabía todo lo que le
ocurriría a la manada que le había dado tan buena acogida. Cuando había paseado
por el poblado había visto a muchos cachorros jóvenes acompañados de sus protectoras
padres, el pensar en lo que podría ocurrirles si el Consejo los declaraba
rebeldes, hizo que su estómago se revolviera.
—Iré—, hablo Taehyung, luchando
contra el temblor de su voz— esta manada es ahora mi manada. Haré todo lo que
esté en mis manos para que nadie salga lastimado, si puedo evitarlo.
Yoongi suspiro cansado, durante
toda la semana temió a la reacción de su gatito, pero una vez más el pequeño
felino le demostraba que era fuerte, que era la digna pareja de un alfa. Él
también se sentía preocupado ante lo que podría suceder, su lobo gruñía solo de
pensar que un desconocido se atreviera a revisar a su pareja y a su cría, pero
tenía toda su fe puesta en que el alfa de los gatos monteses entrara en razón
sin llegar a esos extremos. Era algo demasiado íntimo como para que fuera
expuesto ante todos, como si su pareja fuera alguna atracción de circo.
El Alfa se ofreció a recoger el
desorden, dejando que Yoongi llevara a su asustada pareja a la habitación que
compartían desde hacía una semana.
Apenas cerrar la puerta tras
ellos, Yoongi halo el cuerpo más pequeño contra el suyo.
— Te amo— susurro contra los
labios entreabiertos de su gatito— no dejaré que nadie nos separe.
Un beso siguió a otro, las manos
grandes y fuertes del lobo eran suaves, cuidadosas, al tocar a su compañero. Yoongi
había hecho traer ropa para su amor, esa camisa que ahora vestía su pastelito
lo hacía ver sexy. Durante toda la cena, a pesar de los pensamientos
deprimentes, lo tenía loco el ver esa poca de piel pálida que se revelaba al
haberse abiertos dos de los botones. Metiendo las manos bajo la suave tela de
seda blanca, comenzó a pellizcar las tetillas que se encrespaban buscando ser
tocadas.
—Te deseo— jadeo más que hablar Taehyung,
al sentir el mordisquito de Yoongi bajo su oreja derecha—. Necesito que me
hagas el amor… quiero dormir soñando contigo.
Yoongi lo complació, había
descubierto que amaba lo exigente que era su dulce pastelito en la cama. Toda
esa piel suave color crema era suya, solo tenía que descubrirla prenda a
prenda. Despacio ambos se desnudaron uno al otro, de pie se tocaron despertando
hambres que no podían ser saciadas en una sola noche. Suaves toques,
insinuaciones más que hechos concretos, Yoongi quería ver retorcerse a su amor.
—Eres tan hermoso— observó
mientras acariciaba la espalda esbelta de su gatito, hasta llegar a los
montículos de su trasero—. No veo la hora de enterrarme aquí— acaricio el
botoncito de rosa tentando la entrada.
Las piernas de Taehyung se negaron
a sostenerlo, los brazos del lobo lo mantuvieron de pie. Un beso caliente,
labios, lengua y dientes, todo confabulándose para hacer arder a la joven
pareja.
Yoongi levanto en brazos a su
amante, llevándolo hasta la cama lo recostó sobre el colchón. Con gran cuidado
se coloco entre las piernas abiertas de Taehyung, besando palmo a palmo el
pecho hasta llegar al ombligo, no se detuvo hasta escuchar los ruiditos
desesperados del felino.
Taehyung se sostenía de los
hombros de su pareja, mientras el lobo introducía un dedo lubricado con una
crema que la matrona les había traído como obsequio de apareamiento. La
sensación tan íntima, al sentir como su entrada era violada ya no por un dedo,
sino por tres, lo hacía gritar. Una parte muy ínfima de su cerebro le decía que
probablemente toda la maldita aldea podía estarlo escuchando, pero para esas
alturas poco le importaba si estaban mirando por las ventanas. Necesitaba a su
compañero, y pronto.
El lobo se aseguro de tener a su
pastelito listo para ser tomado, una vez lo sintió lo suficientemente dilatado,
lo penetro despacio. Amaba ver las reacciones de su amante con cada centímetro
de pene que le introducía, sabía que era un pervertido morboso por excitarse
así solo con ver a su gatito tan entregado. Podría hacer un video de eso y se
vendría solo con mirarlo en su viejo televisor.
Entrando y saliendo, de un ritmo
despacio pasaron a uno frenético. La matrona le había dicho a Yoongi que el
sexo le ayudaba a Taehyung con su gestación, ya que los fluidos que se
compartían ayudaban al balance hormonal del padre gestante. Luego la mujer le
dio un guiño travieso al ruborizado lobo, para agregarle la cereza al pastel,
le termino diciendo que el sexo duro no le hacía daño al joven gatito, ya que
en realidad, para eso lo habían creado los dioses, ya que solo otro macho
podría soportar el ímpetu de Yoongi.
El lobo se entrego completamente a
su labor. Ambos hombres jadeaban mientras construían un orgasmo empuje a
empuje. Taehyung podía sentir el pene duro de su pareja rosar las paredes de su
ano, dándole justo en el blanco a su punto dulce. El grito de los amantes
anunció la corrida, consecuencia del más delicioso placer que un mortal puede
alcanzar sobre la tierra.
Durante la noche Yoongi tomo por
dos veces más a su joven compañero, asegurándose de dejar al minino relajado,
para que pudiera tener sueños bonitos. El lobo sonrió socarrón al limpiar el
semen que se escavaba del bien usado culo del chico que ahora estaba
profundamente dormido, definitivamente eso de ser pareja era algo bueno. Su
animal interno estaba complacido, el pequeño gatito dormía en su cama, como
debía de ser. Cualquiera con olfato podía descubrir la esencia del lobo dentro
y fuera de su hombre.
Al llegar la mañana Yoongi fue el
primero en despertar, encontrando entre sus brazos a la razón de su vida muy
bien acurrucado contra su pecho. Con sumo cuidado salió de la cama, no sabía si
antes del embarazo el gatito tenía el sueño tan pesado, pero ahora lo divertía
notar lo relajado que este descansaba. Sin hacer ruido salió de la habitación,
la matrona le había explicado que un té y galletas saladas era lo mejor para
que el gatito no se enfermera en la mañana. En la cocina encontró a su padre ya
duchado, completamente vestido para su salida de hoy.
—¿Ya se despertó? — pregunto Seojoon
mientras endulzaba su café.
—No—, suspiro cansado el lobo más
joven mientras trataba de acomodar los mechones de su cabello negro, los que
estaban un tanto aplastados por las horas de sueño— todavía duerme. Voy a
prepararle un té, hoy necesitará estar en la mejor de las condiciones… Tengo un
mal presentimiento de todo esto.
El alfa observó como su joven hijo
ponía agua a hervir para prepararle el desayuno a su pareja. Todavía Seojoon no
se creía del todo el que su hijo ahora fuera todo un hombre de familia, cuando
hace un escaso mes era todo un holgazán adolescente. Ahora el chico hacía
planes para el futuro, se levantaba temprano y hasta le preparaba el té al
padre de su cachorro. El cambio en la actitud de Yoongi lo hizo sonreír,
llegado el momento, tenía la seguridad de que la manada de lobos quedaría en
buenas manos.
—El hombre es el padre de Taehyung—,
trato Seojoon de darle un punto de vista menos negativo a la situación— estoy
seguro que solo quiere asegurarse de que su cachorro esta aquí por su gusto.
Una vez que escuche de sus labios que es tu pareja, él se calmará.
El silbido de la cafetera
comenzando a anunciar el hervor del agua, llenando el tenso silencio de la
cocina. Yoongi puso una bolsita de té de manzanilla en una taza, luego vacio el
agua caliente sobre esta.
—Eso espero, papá— se encogió de
hombros el lobo más joven—. Un padre no sometería a su hijo a semejante
humillación solo por salir de una maldita duda.
Seojoon se levanto de la mesa para
alcanzarle a su hijo una bandeja para que colocara allí la taza y el plato con
galletas.
—Todo saldrá bien— lo animó el
alfa— en unos días toda esta historia no será más que una mala broma. Lo único
que te pido es que no demuestres tus dudas delante de Taehyung, sabes que por
su embarazo él se estresa muy fácilmente.
—La matrona me lo dijo—, hablo Yoongi
antes de salir de la cocina— un embarazo masculino es más complicado que uno de
una hembra. Sólo espero que el viaje no le haga daño.
Con la práctica que le había dado
una semana de hacer malabares con el desayuno de Taehyung, Yoongi abrió con una
mano la puerta de la habitación que compartían mientras con la otra sostenía la
bandeja.
—¡Buenos días! — saludo el lobo a
su joven amante que lo observaba desde el fondo de las mantas.
El gatito aparto su nido caliente,
dejando que su pareja observara toda su piel desnuda, estirándose como todo un
felino mimado se acostó boca abajo, dándole una maravillosa vista de su trasero
respingón al pobre Yoongi que luchaba por no dejar caer la bandeja con el desayuno.
—¡Buenos días, amor! — le sonrió
con travesura Taehyung a su desprevenido compañero— creía que te habías ido sin
mí.
Respirando profundo Yoongi logró
controlar a su lobo interno, poniendo el desayuno sobre la pequeña mesa junto a
la cama, logro quedar con las manos libres.
—¡Ahy! — Se quejó Taehyung al
sentir una palmada en los globos carnosos de su trasero— ¡Eso dolió!
La carcajada de Yoongi hizo que el
felino se sentara, dedicándole una mirada asesina al hombre más alto que lo
observaba con una ceja levantada.
—No es gracioso—, se cruzo de
brazos el gatito— me va a quedar la marca de tu mano.
—Esa es la idea, amor— se sentó
junto a su amante, robándole un beso—. Te ves tan lindo en la mañana.
Taehyung achico los ojos, no se
creía mucho ese comentario.
—Tú lo que quieres es entrar en
mis pantalones—diciendo esos lucho por acomodarse los risos rubios que
señalaban a todas partes.
—No trates de hacer que entre en
una parte más divertida que tus pantalones—. Dedicándole un guiño travieso al
sonrojado gatito, le ofreció la bandeja con el desayuno— ahora debes comer,
esto te ayuda con las nauseas, después de que tomes una ducha, te daré algo más
consistente.
Cuando eran las diez de la mañana,
todo estaba listo para el viaje que les llevaría un día y medio en auto. Según
los planes, estarían en el lugar de reunión del consejo con el suficiente
tiempo para que el felino se duchara y tomara una larga siesta antes de acudir
al llamado de los ancianos.
En cuestión de una hora dos SUV
estuvieron fuera del territorio de la manada, llevando consigo al Alfa, a su
hijo y a la pareja de este, además de cuatro centinelas. Estos eran tiempos de
supuesta paz, así que llevar más escolta que esa, podía tomarse como una
muestra de rebeldía por parte de los lobos. Las luchas entre alfas había sido
encarnizadas, instintos animales mezclados con malicia humana, eso nunca era
una buena combinación, ahora que por fin habían alcanzado la paz, esta era
apreciada hasta el punto de que casi era toda una religión en sí misma.
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