—Oye, Jin, ¿puedo hablar contigo un
momento antes de que medites? —preguntó Tae mientras seguía a Jin por las
escaleras. Tenía algunas preguntas y necesitaba las respuestas. Infiernos, ¿a
quién estaba engañando? Tenía más que un par de preguntas. Tenía cientos
de ellas, millones. Simplemente no estaba seguro cuál preguntar primero.
—Sí, claro, Tae ¿qué pasa? —preguntó Jin
mientras entraba a su habitación y se sentaba a un lado de la cama.
Tae metió las manos en sus bolsillos y miró hacia sus pies
mientras trataba de ordenar sus pensamientos. No podía creer que él realmente
estuviera aquí preguntándole a Jin cómo tener sexo con su pareja. Su pareja
—ese aún era un pensamiento aterrador.
—¿Tae? —preguntó Jin cuando no respondió
de inmediato— ¿Qué sucede?
Tae levantó la cabeza para mirar a Jin. Podía sentir su cara
enrojecer.
—¿Ya sabes; ese tipo en la planta baja?
—¿Yoongi, quieres decir? —preguntó Jin
con una sonrisa.
—Sí. Él es… bueno, él es…
—¿Completamente caliente? —Jin se echó a
reír.
—Será mejor que mi hermano no se
entere de que dijiste eso.
—Por favor —Jin puso los ojos en blanco y
le agitó la mano a Tae desdeñosamente—. Puedo estar acoplado, pero no estoy
muerto. Yoongi es magnífico —dijo mientras se ponía de pie—. Podría ser peor,
ya sabes.
—Él es mi compañero, Jin —explicó Tae.
—Lo sé.
La mandíbula de Tae cayó.
—¿Lo sabes? ¿Ya está? ¿Eso es
todo lo que vas a decir? ¿Que ya lo sabes? —exclamó Tae.
Jin se volvió para mirarlo, con una sonrisa en su rostro.
—¿Qué te gustaría que dijera?
¿Felicitaciones? ¿Así se hace? ¿Ya lo has visto desnudo? —se echó a reír Jin.
Tae se sentó pesadamente en un lado de la cama, dejando caer
la cabeza entre sus manos.
—No estás ayudando, Jin.
—¿Qué quieres que te diga, Tae? —preguntó
Jin mientras se arrodillaba frente a él.
Tae levantó la cabeza para mirar a Jin.
—Él es un chico, Jin.
—Me di cuenta de eso, Tae. ¿Y qué? Tú
también lo eres.
—Ese es el punto. Los dos somos chicos y
yo nunca… quiero decir, antes… Dios, ¡mis padres se van a morir! —se quejó Tae.
—Déjame preguntarte algo, Tae. ¿Piensas menos de Namjoon porque me ama
o porque yo lo amo? ¿Porque somos dos hombres?
—No, por supuesto que no, pero no es lo
mismo, Jin. Es… —comenzó Tae.
—Es lo mismo, Tae. Estar acoplado es algo
maravilloso. Y si eres tan afortunado como lo soy yo, entonces tú pareja te
hará la persona más feliz del planeta. Sólo he conocido a Namjoon desde hace
unas semanas, pero no podría imaginar estar con alguien más o no tenerlo
en mi vida.
Tae miró a Jin, de pronto entendió que su hermano, Namjoon,
se había sacado la lotería con Jin. Durante las últimas semanas, había visto lo
feliz que Jin hacía a Namjoon. Nunca se dio cuenta que Jin se sentía de la
misma manera. Tae no podía estar más feliz por ellos dos, o más celoso. Él
quería eso con Yoongi.
—Tú crees… —Tae tragó el nudo que se formaba
en su garganta—. ¿Es posible para dos hombres estar juntos cuando nunca…? —dijo
Tae, encogiéndose de hombros. Simplemente no podía decirlo en voz alta— Bueno, ya sabes.
Jin se rio mientras se ponía de pie y se sentaba junto a Tae
en la cama.
—Bueno, creo que es más fácil si al menos
uno de ustedes dos sabe lo que está haciendo, pero no siempre sucede de esa
manera. Hasta Namjoon, nunca había estado con nadie. Eso no nos detuvo.
—Yoongi quería hablar contigo sobre eso.
Quería asegurarse de no hacer nada que pudiera
lastimarnos o hacernos sentir incómodos
—dijo Tae, riendo un poco—. Todo este asunto me hace sentir incómodo.
—¿Lo suficiente como para
renunciar a él? —preguntó en voz baja Jin.
Tae abrió los ojos con exasperación cuando miró a Jin.
—¿Estaría aquí avergonzándome a mí mismo
de esta forma si hubiese decidido renunciar a él?
¿En
serio? Tae podía pensar en un montón de otras cosas que preferiría estar
haciendo que discutir su vida sexual con Jin, como tal vez tener una vida
sexual. Lo cual, desafortunadamente, significaba que tenía que hablar con Jin
sobre su vida sexual.
«Maldito círculo vicioso».
—No. —Se echó a reír Jin—. Supongo
que no. Bueno, ¿qué
quieres saber?
—Es todo este asunto sobre el sexo.
—«Dios mío». Tae sabía que iba a morir de la vergüenza.
—Te tiene un poco confundido, ¿verdad?
—No tienes ni idea —Tae se rio
bruscamente—. Quiero decir, he imaginado cosas en mi cabeza, pero no
tengo ninguna experiencia en la práctica. —Dios, él
se lo había imaginado. Tampoco podía dejar de imaginárselo. Masturbaciones
mutuas con Yoongi. Mamadas con Yoongi. Yoongi follándolo. Él follando a Yoongi.
La lista seguía y seguía.
—Está bien, creo que es seguro decir que ambos
se sienten atraídos por el otro, ¿verdad?
—Si te refieres a que quiero tocarlo
constantemente y no puedo dejar de pensar en cómo se ve desnudo —Tae asintió
vigorosamente—. Entonces, sí, ambos nos
sentimos atraídos el uno por el otro.
—Bueno, estoy bastante seguro que la
mecánica es prácticamente la misma a lo que sería estar con una mujer. Sólo hay
unas pocas variaciones. Desearás usar un montón de esto —dijo Jin mientras
metía la mano en la mesita de noche y sacaba una botella de lubricante,
entregándosela a Tae.
—¿Lubricante?
—El mejor amigo de un hombre gay. —Jin se
rio antes de ponerse serio otra vez—. Estoy seguro que con tu experiencia, has
tenido sexo anal con una mujer, ¿verdad?
—Seguro, ¿por qué? —preguntó Tae confundido.
—¿Te gusta?
Tae podía sentir nuevamente sonrojar su rostro mientras
asentía. Sí, a él le había gustado. De hecho, lo prefería. También parecía ser
la forma más fácil de correrse cuando tenía relaciones sexuales con una mujer.
Simplemente no había encontrado a una mujer que le gustara tanto como a él le
gustaba.
—Cuando estás con una mujer, no sólo
clavas tu verga en ella, ¿no es así? Te aseguras que ella esté lista, ¿verdad?
—¡Por supuesto! Podría lastimarla si yo…
¡Oh! —Tae se sintió como un idiota por no pensar acerca de por qué podría
necesitar el lubricante con un hombre. Él había visto videos y todo.
Jin le dio una palmadita en la pierna.
—Ya lo entendiste. Hombres y mujeres
tienen más o menos las mismas zonas erógenas. Creo. Los pezones son los
pezones. Un beso en los labios es un beso en los labios. ¿Lo pillas? El acto
sexual es un poco diferente pero no tanto. Cuando estés sobre Yoongi, no vas a
encontrar una vagina. Vas a encontrar una polla. Sólo has con él lo que te
gusta a ti, y no podrás equivocarte.
Tae no estaba tan seguro. Podía pensar en un montón de
formas en las que podía ir mal.
—Lo haces parecer tan fácil.
—Es fácil una vez que superas el hecho de
que él es un hombre. Ese va a ser tu mayor obstáculo. ¿Pero lo bueno de
estar acoplado con un hombre? No siempre tienes que ser gentil.
—¿Qué quieres decir? —preguntó Tae con
curiosidad.
—A veces Namjoon puede ser muy gentil y
cariñoso. Otras veces, simplemente me lanza sobre un lado de la cama y
me folla. No tenemos que preocuparnos de que él me lastime en esos momentos. Creo
que una mujer lo prefiere suave a rudo. Por supuesto, nunca he estado con una
mujer. Podría estar equivocado.
—No por mucho. Depende de la mujer, creo — respondió Tae.
—Entonces, ¿qué vas a hacer? —Jin le
preguntó después de un momento.
Tae miró la botella de lubricante en su mano, dándole
vueltas mientras pensaba acerca de qué iba a hacer.
—No sé si estoy listo para estar con un
hombre, pero no puedo renunciar a él. Él es mi compañero. Nunca voy a
tener otro, y creo que deseo tener lo que tú y Namjoon tienen. —Sólo esperaba que Yoongi quisiera lo mismo.
Después de que Yoongi lo dejara en el estudio, pero durante
la conversación en la planta baja, Tae comenzó a tener sus dudas. Yoongi lo
miraba un poco demasiado, haciendo comentarios que Tae sabía iban dirigidos a
él. Además, Tae simplemente no podía darse por vencido, no cuando su verdadera
felicidad estaba en la planta baja.
Jin le sonrió cuando levantó la vista.
—En cuanto recuerdes que se te ha
concedido un regalo muy especial y nunca tomes a Yoongi por sentado. No veo por
qué no puedas. Encontrar a tu compañero es la parte fácil. Aprender a amar a
aquel que se te ha dado no es tan fácil.
—¿No amas a Namjoon?
—Por supuesto que lo hago. Lo amo mucho,
pero las cosas no siempre son perfectas. Mira toda la mierda que he traído a su
vida. Es horrible. ¿Y siendo el alguacil? Él podría serme arrebatado cada vez
que va a trabajar. No es perfecto, pero no lo cambiaría por nada. Cuando
estoy con él, el tiempo se detiene. Él es en todo lo que pienso, todo lo que
quiero, pero no siempre es fácil.
—Creo que veo lo que quieres decir
—respondió Tae, tratando de pensar lo que sería su vida si nunca hubiese
conocido a Yoongi. Y ahora que lo había encontrado, ¿cómo sería su vida si
dejaba ir a Yoongi? Nada de eso lucía bien.
—Uh, ¿dónde puedo conseguir una botella
de esta cosa? —preguntó Tae mientras sostenía la botella de lubricante. Si conseguía
lo que deseaba, iba a necesitar un montón de esto. Tal vez un camión.
Debería pensar en comprar acciones de la compañía de lubricante.
—Puedes quedarte con esa. Es nueva, y
tenemos más. —Jin se rio disimuladamente—. Namjoon siempre se asegura comprar
acciones de la maldita compañía. Haríamos millones.
Tae se echó a reír cuando Jin expresó las palabras que
acababan de pasar por su cabeza. Se puso de pie y se dirigió a la puerta,
haciendo una pausa para dar la vuelta y mirar a Jin.
—Gracias, Jin, por hablar conmigo.
Si tengo más preguntas, tú podrías…
Jin se rio.
—Puedes preguntarme lo que quieras, Tae.
Tae asintió, abriendo la puerta.
—Me alegro que Namjoon te encontrara,
Jin.
—A mí, también.
Cerrando la puerta detrás de él, Tae empujó la botella de
lubricante en su bolsillo y se dirigió a la planta baja. Tenía que localizar a
su pareja y descubrir si él aún estaba interesado en estar acoplado a otro
hombre.
Al entrar en la sala de estar, encontró a Yoongi hablando
con Wondin y Namjoon. Esperó un momento y luego carraspeó.
—¿Yoongi? ¿Puedo hablar contigo un
momento?
Yoongi, que ya miraba en su dirección, asintió con la
cabeza. Antes de que alguien pudiera ver el rubor llenar su rostro, Tae giró y
volvió a subir las escaleras. Podía escuchar a Yoongi detrás de él mientras se
dirigía a la habitación de invitados en el lado más alejado en la casa de Jin.
Realmente no quería que nadie los escuchara, especialmente cuando no sabía si
iban a tener sexo o una pelea.
Tae se dirigió al centro de la habitación, volviéndose para
enfrentar a Yoongi cuando él lo siguió adentro.
—Por m favor, cierra la puerta —dijo. Observó a Yoongi cerrar la puerta y luego girarse hacia
él, con una ceja marrón oscura levantada a modo de pregunta.
Mientras Yoongi lo miraba, a Tae repentinamente no se le
ocurría nada que decir. Sentía la boca seca, las palmas sudorosas. Frotándolas
en sus pantalones, sintió la botella de lubricante en su bolsillo. Sacándola,
se la entregó a Yoongi.
—¿Qué es esto?
—Mi respuesta —dijo Tae con un tranquilo
énfasis.
—¿A qué?
—Si voy a quedarme contigo o no —murmuró
apresuradamente Tae. De repente, se sintió como el tonto más grande del mundo
cuando Yoongi sólo se lo quedó mirando, con asombro escrito en todo su
rostro. Tal vez esto no había sido una muy buena idea. Tal vez Yoongi no había
estado pensado en la misma línea de pensamiento.
—Parece que has pensado sobre ello
—finalmente dijo Yoongi.
Tae asintió con la cabeza mientras miraba el pulgar de Yoongi
frotar la pequeña botella de lubricante y recordó lo que se sentía tener ese
mismo pulgar frotando sobre la cabeza de su polla.
—No estoy seguro de que realmente pensara
en otra cosa —dijo con una voz que parecía venir de muy lejos.
Tae sintió que sus nervios se estaban estirando al límite
mientras miraba a Yoongi caminar de un lado al otro. Cada pocos pasos se
detenía y miraba a Tae, sus cejas se juntaban como si estuviera reflexionando
profundamente.
Y Tae no tenía ni idea en qué estaba pensando. No se mostraba
ninguna emoción en el rostro de Yoongi.
Finalmente, Yoongi dejó de pasear para pararse frente a Tae.
—¿Tengo algo que decir en esto?
La boca de Tae cayó en estado de shock y la sorpresa vació
la sangre de su rostro.
—Sí, por supuesto que sí. —Tae bajó sus
ojos al piso y metió las manos en los bolsillos de sus jeans. Obviamente, era
el idiota más grande del mundo—. Sólo quería que supieras cómo me sentía.
—Debidamente anotado.
Tae levantó la vista para mirar a Yoongi un momento.
Desconcertado por la indiferencia en sus ojos, Tae se cruzó de brazos y
deliberadamente apartó la vista de la penetrante mirada de Yoongi.
—Entonces te dejaré regresar a lo que
estabas haciendo.
Empezó a caminar más allá de Yoongi para salir cuando un
fuerte apretón en su brazo lo detuvo. Tae volteó a mirar y vio la mano de Yoongi
en su brazo, impidiéndole salir. Sus ojos parpadearon brevemente mientras se
preguntaba qué otra humillación estaba apunto de soportar.
Tae vaciló en decir cualquier cosa, desgarrado por las emociones.
Quería girarse en los brazos de Yoongi y besarlo otra vez. Quería explorar
todas las fantasías sexuales que giraban alrededor de su cabeza.
Quería correr hacia la puerta y escapar de la cerrada
expresión en el rostro de Yoongi, retractarse de lo sucedido en las últimas
horas y pretender que nada nunca sucedió. Quería ser felizmente ignorante del
hecho que ya no podía vivir en el closet nunca más porque su pareja era un
hombre.
De repente estaba ansioso por escapar de la inquietante
presencia de Yoongi, de los sentimientos de añoranza que le causaba. Para su
consternación, su voz se quebró ligeramente cuando habló.
—¿Hay algo más que quieras, Yoongi?
—Yo no… No soy muy bueno en esto, Tae.
La mente de Tae estaba congestionada con dudas y miedos.
Apartó la mirada apresuradamente, luego se movió inquieto. Tal vez sólo era su
propia inquietud, pero Tae de repente se preguntó si Yoongi estaba siendo
completamente sincero con él.
—¿Bueno en qué? —dijo las palabras tentativamente como si analizara la idea. Dio un
paso atrás confundido cuando Yoongi dejó escapar una risa amarga.
—Además de todo el asunto de “estoy
esperando a mi pareja”, hay una razón por la que en este momento no tengo
novia, Tae —dijo Yoongi mientras liberaba el brazo
de Tae sólo para pasar las manos sobre su cabello castaño claro. Su voz era
engañosamente calmada mientras continuaba—. Yo no tengo relaciones, Tae. Es
demasiado complicado. Y básicamente apesto en ellas.
Cuando Tae habló su voz era tierna, casi un murmullo.
—¿Y crees que yo soy mejor? He estado
evitando involucrarme con una mujer durante toda mi vida adulta. Y eso no tiene
nada que ver con esperar a mi pareja.
—¿Todo el asunto de vivir en el closet?
—preguntó Yoongi mientras se sentaba en un lado de la cama y miraba a Tae.
Tae asintió, sintiendo que su cara se sonrojaba.
—Observé lo que Namjoon tuvo que
atravesar cuando salió, cómo cambió la gente con él, y yo nunca quise pasar por
eso. Así que, escogí no hacerlo.
Yoongi se echó a reír.
—Eso volvió y te mordió en el culo, ¿no
es así?
Tae no sabía cómo responder a las palabras de Yoongi sin
lastimar sus sentimientos o sonar como un completo pueblerino, así que no dijo
nada. Se limitó a asentir con la cabeza en acuerdo. De todos modos mantener la
boca cerrada parecía funcionar mucho mejor para él.
—Si decides aceptarme —dijo Yoongi
mientras miraba la botella de lubricante en su mano—, ¿cómo planeas seguir
evitando eso? Estoy bastante seguro que la gente lo descubrirá, Tae,
porque me niego a vivir en el closet contigo.
—¿Qué hay de mi casa entonces? ¿Vivirías
ahí conmigo? —Tae preguntó cautelosamente. Podía sentir los ojos de Yoongi en
él, observándolo, midiéndolo.
—Entonces, ¿se supone que sencillamente
dejo mi hogar y mi posición en mi manada para mudarme aquí y vivir
contigo? —preguntó Yoongi— ¿Por qué no te mudas tú a mi
manada?
Tae cerró los ojos y respiró hondo, dejando escapar el aire
lentamente mientras trataba de controlar su creciente ira. Sentía que Yoongi no
le estaba dando ni una pulgada. Tae abrió sus ojos y miró a Yoongi, con la
esperanza de haber desinflado lo suficiente su ira como para no sonar como que estaba atacando a Yoongi.
—Está bien, entonces viviremos con tu
manada.
—¿Hablas en serio? —Yoongi parecía asombrado. Tae no podía entender por qué.
—¿Por qué estás tan sorprendido? —Tae
preguntó confundido.
Las manos de Yoongi golpearon el colchón junto a él.
—Tae, estás hablando de renunciar a toda
tu vida aquí, tus amigos, tu familia, incluso tu trabajo para mudarte a
mi manada y vivir conmigo. ¿Por qué harías eso?
—¿Porque eres mi pareja? —preguntó Tae,
desconcertado. Las parejas fueron hechas para estar juntos.
¿No es
así? ¿Planeaba Yoongi que ellos fueran pareja y vivieran en manadas distintas?
¿Planeaba incluso que fueran pareja?
—Tae, soy un hombre.
Tae inclinó la cabeza a un lado mientras miraba a Yoongi,
con una leve sonrisa en su rostro.
—Eso es un poco difícil de dejar pasar.
—Si vivimos juntos, si nos reclamamos uno
al otro, tendrás que admitir que eres gay. Me niego a pretender que sólo
somos compañeros de cuarto o amigos. Quiero vivir contigo en todo sentido, ser
capaz de tocarte cada vez que quiera. No me aseguraré de que no haya nadie a
nuestro alrededor antes de besarte.
—¿Y? —Tae preguntó.
—¡Tae! —exclamó Yoongi— Has estado
viviendo en el closet toda tu vida. ¿De verdad estás dispuesto a salir sólo
porque nos conocimos?
—Yoongi, ¿a quién estás tratando de
convencer? ¿A mí o a ti? —preguntó Tae. Su tono irónico ocultó las abrumadoras
emociones que sentía.
Tae vio a Yoongi empezar a decir algo, luego cerró la boca.
La abrió de nuevo, pero no salió ningún sonido.
Finalmente, Yoongi miró a Tae, luciendo desconcertado.
—No lo sé.
Así como estaba de perplejo, y un poco más que nervioso, Tae
se acercó para quedarse de pie entre las piernas abiertas de Yoongi, apoyó las
manos en sus hombros mientras lo miraba hacia abajo.
—Qué es lo que no sabes, Yoongi —susurró Tae.
—¿Qué pasa si cambias de opinión, Tae?
¿Qué pasa si decides que no valgo la pena? —dijo Yoongi, sonando muy nervioso—
Ya viste que soy un hombre encerrado en mi mismo. ¿Cómo sé que no decidirás en
algún momento cortar por lo sano y escapar?
—Creo que lo mismo podría decirse de ti.
Podrías decidir que ser gay no es algo que quieres tampoco. Yo, al menos,
siempre he sabido que era gay, incluso si nunca hice nada al respecto. Hasta
que me conociste, supongo que
nunca se te pasó por la mente.
Las cejas de Tae casi se levantaron más allá de su frente
cuando el rostro de Yoongi se puso rojo y el hombre miró a otro lado.
—¿Yoongi?
—Es verdad que nunca he estado con otro
hombre, pero eso no quiere decir que no haya pensado en ello. No sé si
eso me hace gay o qué —murmuró Yoongi.
—Está bien, saquemos el sexo de la
ecuación. Si nosotros… —comenzó Tae.
—¿Te has vuelto absolutamente loco?
—exclamó Yoongi. Sus manos se aproximaron para agarrar la cintura de Tae como
si tuviera miedo de dejar ir a Tae— Si no quieres
que nosotros tengamos sexo, ¿por qué me diste la botella de lubricante?
—¡No, no! Quiero decir dejemos todo el
asunto de gay- no-gay fuera de esto —dijo rápidamente Tae. Echándose a reír—.
Creo que es seguro decir que ambos nos sentimos atraídos por el otro y
ninguno de nosotros tiene una onza de experiencia con otros hombres.
—Está bien… —los ojos de Yoongi se
estrecharon—. ¿Y eso
qué significa? ¿Que ninguno de nosotros sabe qué demonios estamos haciendo?
Creo que eso ya lo sabemos.
Tae se rio.
—Está bien, sí, es cierto. También
significa que aquí estamos en igualdad de condiciones. Nunca antes he hecho
esto, y tú tampoco. Y no estoy hablando sólo del sexo. Ninguno de nosotros ha
tenido alguna relación seria, una pareja, o a nadie con quien
consideráramos comprometernos.
—¿A dónde vas con todo esto, Tae?
—¿Estarías dispuesto de darme una oportunidad?
¿Sabiendo
que tengo miedo de salir del closet, pero que estoy dispuesto a intentarlo?
¿Sabiendo que nunca he estado con un hombre? ¿Sabiendo que realmente prefiero
que te mudes aquí y vivas conmigo? ¿Que no quiero dejar Wolf Creek? ¿Estás
dispuesto a poner todo a un lado y ser mi pareja? —le
preguntó Tae con miedo y temor anudándose dentro de él. La respuesta de Yoongi
tenía el poder de hundirlo o fortalecerlo.
—Sí —respondió Yoongi sin dudar.
—¡Entonces dame el maldito lubricante!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario