Tae se rio cuando Yoongi volvió a entrar en la habitación, con una simple camisa de algodón azul en sus manos.
—Pensé que el plan era que me compraras
otra camisa, no que me dieras una de las tuyas. —Aunque, Tae no podía pensar en nada que le gustara más
que usar la camisa de su pareja. Olía como Yoongi.
—¿Estás diciendo que no quieres usar mi
camisa?
—No —dijo Tae mientras negaba con la
cabeza y tomaba la camisa. Se la puso por sobre su cabeza y la bajó por su
pecho, alisando el material con sus manos mientras la miraba hacia abajo—. Me veo bien usando tus cosas.
—Te ves mejor usándome a mí —respondió Yoongi,
dejando escapar una risita.
Incluso después del muy satisfactorio encuentro sexual que
habían tenido juntos, Tae aún podía sentir su rostro sonrojarse de la
vergüenza. Se volvió aún más rojo cuando Yoongi se rio y se inclinó para
acariciar con su mano la mejilla de Tae.
—Eres tan lindo.
Tae puso los ojos blancos.
—Di eso dentro del alcance auditivo de
alguien y descubrirás cuán lindo puedo ser —lo amenazó. Aunque las palabras de Yoongi
lo hacían sentirse bien, no quería que nadie más le escuchara decir la
palabra “lindo”. Era vergonzoso.
—¿Lo prometes?
Tae apuntó con el dedo a Yoongi.
—Tienes una veta humorística en ti, Min Yoongi
—se volvió y caminó hacia la puerta, sonriendo a sí mismo cuando vio que
la mandíbula de Yoongi cayó—. Vamos a tener
que hacer algo al respecto.
—¿No te gusta el humor?
Tae sonrió. Podía oír la confusión en la voz de Yoongi.
Cuando llegó a la puerta, Tae se detuvo para mirar por encima del hombro a Yoongi,
mostrándole al hombre una gran sonrisa mientras batía las pestañas.
—Me encanta el humor, pero la venganza
puede ser una verdadera perra. Di que soy lindo frente a alguien y podrías
despertar con las uñas pintadas de rosa.
Tae se apartó de la cara de asombro de Yoongi y abrió la
puerta. Mientras caminaba a través de ella, podía jurar que escuchó a Yoongi
murmurar en voz baja.
—Me gusta el rosa.
Casi tropezó por las palabras de Yoongi. ¿En serio?
¿A su
gran y musculoso compañero le gustaba el rosa? Empezó a reírse. Él en realidad
podría hacer valer su amenaza y pintar de rosa las uñas de los pies de Yoongi.
O de rojo.
Tae seguía riéndose un momento después cuando llegaron a la
planta baja. Podía oír las voces provenientes de la cocina y fue en esa
dirección, con Yoongi pisándole los talones.
—¡Tae!
Tae parpadeó un poco ante el fuerte grito de su hermano. Namjoon
estaba de pie en la cocina con Jin, Ben Nobles, quien era ejecutor de la manada
y ayudante de alguacil de Namjoon.
—¿Sí?
Namjoon se giró para mirar a Tae en el momento en que ellos
entraron en la cocina.
—Voy a llevar a Jin al círculo. Quiero
que vayas a buscar a papá mientras Ben informa al resto de la manada. Quiero
que todos se reúnan con nosotros en el círculo. Es tiempo que esta manada actúe
y proteja a uno de los suyos.
Wow, ¿de qué se había perdido?
—Está bien, Namjoon, ¿pero estás seguro
que quieres que nos vayamos? ¿No nos necesitas también aquí para proteger a Jin?
—preguntó Tae. A Tae realmente no le gustaba la idea de Jin quedando sin
protección considerando que Roger estaba involucrado en lo que fuera que
estuviera pasando con el Profesor.
Roger Drummond había acusado a Jin de agredirlo y luego le
administró el castigo a Jin frente a toda la manada. Había azotado a Jin,
incluso sabiendo que Jin era inocente del crimen. Cuando se descubrió que Roger
había mentido, el hombre había sido desterrado de la manada, y ahora parecía
que quería venganza.
—Lo hago, pero creo que sería un poquito
mejor usar tu tiempo para lograr que el resto de la manada se reúna. Todos
pueden reunirse con nosotros en el círculo. Además, Yoongi estará aquí
para ayudarme a mantener seguro a Jin. Simplemente no quiero tenerlo aquí en
casa. Seguro que este será el primer lugar al que Roger traerá al Profesor.
Tae asintió mientras miraba hacia Yoongi. No estaba listo para separarse de su compañero.
Ellos acababan de reclamarse entre sí, y la necesidad de permanecer al lado de Yoongi
recorría duro a Tae. Pero su hermano aún no sabía nada de ellos, y Tae aún no
estaba dispuesto a compartir sus noticias. Tenía que mantener a Yoongi para sí
mismo un poquito más.
—Sí, supongo que tienes razón. Está bien,
Ben, tú vas conmigo. —respondió Tae mientras salía de la cocina. Casi estaba en
la puerta principal cuando escuchó a Yoongi en su cabeza.
—Espera un minuto, bebé.
—¿Por qué no te adelantas y entras
en el carro, Ben? Será sólo un momento —dijo Tae mientras
señalaba a la camioneta antes de girarse a ver a Yoongi correr hacia él—. ¿Qué
pasa? —preguntó cuando Yoongi lo alcanzó.
—Olvidaste algo —respondió Yoongi, con un
extraño brillo en sus ojos color avellana.
—¿Qué? —preguntó confundido Tae.
—Esto —dijo Yoongi mientras envolvía sus
brazos alrededor de los hombros de Tae y lo acercó, bajando sus labios para
explorar la boca de Tae. Su beso fue lento, amable, y lleno de promesas.
Y Tae lo devoró.
Gimió con decepción cuando Yoongi finalmente apartó sus
labios. En realidad gimoteó. Sintió la mano de Yoongi acariciar suavemente un
lado de su cara.
—Sigo pensando que eres lindo —susurró Yoongi—.
Ahora ve, y mantén tu sexy culo fuera de problemas. Tengo planes para él
más tarde.
Tae saltó cuando Yoongi le dio un manotazo en el culo.
Cuando Yoongi se dio vuelta y se alejó, Tae se quedó ahí de píe, aturdido.
«¡Maldita sea, el hombre puede besar!». Tae aún estaba aturdido, con una
sonrisa tonta en su rostro. Pensaría acerca de cómo su polla empezó a llenarse
de golpe más tarde. Se volvió para dirigirse a su camioneta y se metió adentro.
Lanzó una última mirada en dirección a Yoongi, sintiendo su
rostro arder cuando Yoongi le lanzó un beso, antes de retroceder con su
camioneta por el camino de entrada y dirigirse a la casa de su padre. Miró a
Ben, sorprendiéndose de la sonrisa en su rostro. Estaba bastante seguro de que
nunca había visto a Ben sonreír en todo el tiempo que lo había conocido.
—¿Qué es tan gracioso? —preguntó
vacilante Tae.
—Tú —respondió Ben, con clara diversión
en su voz—. No sabía que eras gay.
«Grandioso». Estaba fuera del closet aun cuando lo quisiera
o no.
—Sí, bueno, no lo vayas expandiendo por
los alrededores —respondió Tae—. Estoy seguro que todo el
mundo lo va a saber muy pronto. Prefiero terminar con esta cosa de Jin primero.
—¿Es tu pareja?
Tae asintió.
—Sí, ¿por qué? —¿Ben tendría alguna
intención con su compañero? Tae empezó a gruñir. Yoongi era suyo.
Ben simplemente negó con la cabeza.
—Sólo preguntaba. Ustedes dos parecen ser
bastante cercanos.
—También lo serás, cuando encuentres a tu
pareja. No hay forma de evitarlo. Una vez que te encuentres con él o ella, se
acabó para ti. Será mejor que te rindas y vayas por ello. Tu vida será
más larga —dijo Tae.
—No, no hay ninguna pareja por ahí para
mí —dijo Ben.
Tae lo miró con preocupación. Había una gran cantidad de
tristeza en esa sentencia. Coincidía con la tristeza en la voz de Ben.
—Hay una pareja ahí afuera para todos nosotros, Ben.
— No para mí —respondió Ben—. ¿Quién
querría tener que cargar conmigo?
—Ben…
—Nunca someteré a una pareja a lo que soy,
Tae. No hay nadie que se merezca eso.
—Ben, no eres un mal tipo. Cualquier
hombre… er… mujer, estará… —Tae tartamudeó, no muy seguro de los gustos
sexuales de Ben.
—Hombre —proporcionó en voz baja Ben.
—Está bien, entonces hombre. Cualquier
hombre se sentiría orgulloso de tenerte como pareja. No eres un tipo mal
parecido, y con seguridad eres lo suficientemente fuerte —dijo Tae mientras miraba a los 6,9 pies de su amigo. Ben era inmenso,
con facilidad lo suficientemente fuerte para proteger a casi cualquier
compañero que pudiera tener.
—También soy un soldado de la manada. Eso
significa que lucharé por nuestra manada. ¿Qué hombre querría cargar con
eso? No solo podría morir en cualquier momento, luchar
es mi vida. Y tengo las cicatrices para probarlo —dijo Ben.
Tae negó con la cabeza.
—No importa. Cuando encuentres a tu
pareja, aprenderás a hacer concesiones, para comprometerte. Confía en mis
palabras, Ben, no tendrás opción. Una pareja es una pareja, y estarás
malditamente agradecido cuando encuentres la tuya. Yo lo estoy.
—No estoy seguro de creer eso, pero me
alegro por ti.
Tae sonrió.
—Yo también.
—¿Se han reclamado entre ustedes?
—Oh sí. —Tae se echó a reír, recordando
lo bien que se habían reclamado uno al otro. Era más que obvio que sus
relaciones sexuales no iban a ser un problema. Yoongi excitaba a Tae más que
cualquiera que había conocido. Sólo esperaba que el resto de su relación fuera
tan fácil.
—Debió haber sido duro dejarlo.
Tae suspiró y miró sus manos.
—Sí, lo fue, pero tenemos que
hacer todo lo posible para asegurarnos de que Jin y sus amigos estén a salvo.
Esa es la única razón por la que Yoongi fue enviado aquí por su Alfa.
—Ellos lo estarán —dijo Ben con
confianza—. Wondin y sus amigos ya se están moviendo a la ubicación que Minho
nos dio. Esperamos que si mantenemos ocupado al Profesor con Jin, será más
fácil rescatarlos. Ese es el plan de todos modos.
—Bien. —Tae realmente no tenía idea de
cómo Wondin se había movido tan rápido, pero Yoongi parecía confiado en
las habilidades de su hermano para terminar el trabajo—. ¿Qué
pasa con Roger? —Tae casi gruñó.
Le gustaría estar sólo cinco minutos en una habitación
cerrada con el hombre. Además del hecho de que el hombre era una rata bastarda,
había estado husmeando a Namjoon por años. Personalmente, Tae creía que Roger
se había enganchado al Profesor sólo para vengarse de Namjoon por acoplarse con
Jin.
El hombre era un psicótico. Había mentido acerca de irrumpir
en la casa de Namjoon y luego castigado a Jin frente a toda la manada por algo
que no hizo.
—Él no ha quebrantando ninguna ley de la
manada al estar en la zona después de ser desterrado de la manada, pero no es
nada más que problemas. —La voz de Ben era severa y áspera—. El Alfa debió
haberme dejado lidiar con la situación.
—Si se llega a eso, estoy seguro
de que mi padre te permitirá hacerte cargo de Roger Drummon y el Profesor. Una
vez que los miembros de nuestra manada son amenazados, sabes que mi padre no va
a quedarse sentado y dejar que ellos se salgan con la suya.
—Lo sé, sólo… —gruñó Ben mientras
empujaba su mano a través de su pelo.
—Sencillamente odias ver a un miembro de
la manada en peligro. —Tae no era el mejor amigo de Ben, pero conocía al hombre
hace muchos años. Ben era algo así como un solitario, pero eso se debía a su
posición como ejecutor de la manada. Sabía que Ben no quería apegarse demasiado
a alguien que podría tener que castigar. Pero Ben nunca escondió el hecho que
la manada siempre era su primera prioridad.
—Es mi trabajo mantenerlos a salvo.
Tae sonrió a Ben.
—Es nuestro trabajo mantenerlos a
salvo, y entre más rápido llevemos al resto de la manada al círculo, más rápido
podremos hacer eso. —Y más rápido podría volver con Yoongi.
************
Yoongi colgó el teléfono y lo dejó caer en su bolsillo.
Cruzó los brazos sobre su pecho mientras su mente vagaba hacia su nueva pareja.
Tae era algo más. Yoongi estaba asombrado de lo rápido que estaba empezando a
encariñarse con el hombre.
Simplemente no parecía posible. Unas pocas horas y el curso
de toda su vida había cambiado y, por mucho que no supiera lo que le deparara
el futuro, sabía que Tae sería parte de este. Ese conocimiento envió un pequeño
estremecimiento a través del cuerpo de Yoongi mientras imaginaba todas las
noches que tenían delante de ellos.
El sexo había sido más que fenomenal de lo que incluso Yoongi
había imaginado. Yoongi no sabía si era el sexo gay o sencillamente el estar
con su pareja, pero había quedado sorprendido de cuánto lo había disfrutado. Y
lo mucho que quería experimentarlo otra vez.
Levantó la vista cuando escuchó que gente caminaba hacia él
para ver a Namjoon y Jin que se acercaban.
—¿Listo? —preguntó Namjoon tan pronto
llegaron a la camioneta.
—Sí —respondió Yoongi—. Le dejé un
mensaje de voz a Wondin. Probablemente justo ahora está entrando en el almacén,
así que no contestará su teléfono. Me devolverá la llamada tan pronto como sea
seguro hacerlo.
Vio a Namjoon asentir con la cabeza mientras se volvía y subía
en el asiento del conductor, Jin subió en el asiento de atrás. Yoongi abrió la
puerta del frente y miró dentro del vehículo.
—Uh, ¿Namjoon? ¿No debería Jin sentarse
aquí contigo?
Cuando Namjoon le hizo un gesto, Yoongi subió en el asiento
del copiloto. Estaba un poco confundido de estar sentado al frente cuando Jin
era la pareja de Namjoon. Habría pensado que Namjoon quería sentarse al lado de
su pareja.
—Normalmente, eso sería cierto —dijo Namjoon
mientras encendía el vehículo—, sin embargo, quiero saber cuáles son tus
intenciones hacia mi hermano. Por eso, quiero ser capaz de verte a la cara.
Además, es más fácil para Jin saber si estás diciendo la verdad si no
tiene que estar girando en su asiento.
Yoongi de pronto recordó que Jin dijo que podía decir si
alguien estaba mintiendo o no, justo en el momento que la mano de Jin se posó
en su hombro. Yoongi sólo hizo rodar sus ojos mientras miraba a Namjoon.
—¿Qué quieres saber?
—Quiero saber cuáles son tus intenciones
hacia mi hermano. Sabes que él no es gay, ¿verdad? Si tienes planes de
seducirlo, no lo hagas —dijo Namjoon mientras conducía la camioneta por la
carretera.
«¡Bueno,
mierda!»
Yoongi pasó la mano por su nuca. De repente supo cómo se
sentía un ciervo encandilado por los faros. Si decía algo, estaría revelando el
secreto de Tae. Si bien habían acordado estar juntos, ellos nunca habían
discutido cómo iban a estar juntos. Simplemente no habían tenido tiempo.
—Mira, Namjoon —respondió Yoongi,
deseando estar en cualquier lugar menos en el que estaba—. Entiendo tu
posición, de verdad lo hago, pero esto es entre Tae y yo. Quiero que sepas que
soy serio acerca de Tae. Lo siento, pero no puedo discutir esto contigo
sin el permiso de Tae.
—Me parece justo —respondió Namjoon,
confundiendo aún más a Yoongi.
Yoongi estaba a punto de preguntarle a Namjoon qué había
querido decir cuando Namjoon miró al asiento trasero, su rostro se puso blanco
cuando Jin gritó. Yoongi se giró para ver a Jin, con los ojos vidriosos,
mirando al vacío.
—¿Jin? ¿Bebé? —preguntó con ansiedad Namjoon—
¿Qué sucede?
—Taylor acaba de decirme que él, Roger,
el Profesor y dos guardias armados están esperándonos en el círculo. Les dijo
en dónde estaríamos porque está tratando de mantener al Profesor ocupado
mientras Wondin y los otros chicos van por Minho.
—¿Quién es Taylor? —preguntó Yoongi.
—Taylor es el amante de Minho. También es
una de las mascotas del Profesor.
—¿Podemos confiar en él?
Jin hizo una mueca.
—No lo sé.
«Demonios, eso no es bueno».
—¿Por qué necesita mantener al Profesor
ocupado? —preguntó Yoongi.
—Creo que Minho está en contacto con él,
diciéndole que Wondin ya está en el almacén. Uno de los guardias llamó al
Profesor y le dijo que ellos estaban siendo atacados. Estaba listo para
regresar cuando Taylor le dijo dónde estaríamos. Dijo que lo lamentaba,
pero fue en lo único que pudo pensar para mantener al Profesor ocupado.
—No, no, es un buen plan. Al menos
sabemos que nos están esperando, no seremos sorprendidos o emboscados —respondió
Namjoon.
—¿Todavía quieres ir? —preguntó Jin.
—Tenemos que hacerlo, bebé. Como
dijo Taylor, tenemos que darle tiempo a Wondin para que saque a los otros.
Además, la manada estará aquí en cualquier minuto —dijo Namjoon
mientras estacionaba la camioneta y la apagaba.
Jin no parecía muy seguro, pero de todos modos le asintió a Namjoon.
—Está bien, si tú lo dices. Creo que has perdido la cabeza, pero…
Yoongi oyó reír a Jin desde el asiento trasero mientras se
bajaba de la camioneta. Se dirigió al frente de la camioneta y espero a que Jin
y Namjoon se le unieran. Namjoon tiró de Jin a sus brazos y le dio un beso. Yoongi
observó por un momento y luego se giró para darles a los dos hombres algo de
privacidad. Esperaba que él y Tae fueran eventualmente de la misma manera. Era
como si Namjoon y Jin vivieran sólo el uno para el otro.
—Bueno, vamos a terminar con esto —dijo Namjoon mientras él y Jin caminaban hacia el frente de la camioneta.
Yoongi asintió. No podía pensar en nada que quisiera más que terminar con esto
y volver con Tae.
Mientras caminaban en el borde del círculo un momento
después. Yoongi se colocó cuidadosamente junto a Jin, colocando al hombre más
pequeño entre Namjoon y él para
protegerlo. Se detuvieron cuando llegaron a un gran claro que Yoongi asumió era
el círculo ritual.
Yoongi miró atentamente a los cinco hombres que podía ver
frente a él a varios metros de distancia. Con cuidado olió el aire. Cuatro de
los hombres eran humanos, y uno era un cambiaforma. Dos de los hombres estaban
de pie al frente, dos hombres grandes armados a un lado. El quinto hombre
estaba detrás de todos ellos.
—Hola, Jin, te he estado buscando por
mucho tiempo —dijo uno de los hombres del frente. Yoongi asumió por el costoso
traje que estaba usando y el aire de confianza que tenía, que era el Profesor.
—¿Por qué no vienes aquí donde perteneces
y simplemente nos vamos? No me gustaría ver a alguien más lastimado —dijo el Profesor.
—No, tú no eres mi dueño, y no puedes
decirme lo que tengo que hacer. —Jin respondió con severidad.
—Jin, no me gusta repetir las cosas. Trae
tu culo acá antes de que alguien salga lastimado —dijo el
Profesor mientras señalaba a un punto en el suelo junto a él.
—No —repitió Jin.
—Sólo recuerda que tú causaste esto, Jin.
Si hubieses hecho lo que te dije que hicieras, nada de esto habría pasado.
Antes de que Yoongi pudiera reaccionar a la amenaza que
sentía venir, el Profesor sacó un arma, levantó su brazo, y disparó. Yoongi
sintió un dolor punzante proyectarse a través de su cuerpo. Agarró su pecho y
cayó al suelo, su camisa se volvió roja con sangre.
Escuchó a Jin gritar, a continuación sonidos de una pelea.
Los gruñidos que escuchó le dijeron que Namjoon había cambiado y que incluso
estaba luchando por sus vidas. Yoongi trató de sentarse, pero el dolor lo
atravesaba cada vez que se movía.
Yoongi sintió una profunda sensación de pérdida cuando se
dio cuenta que nunca podría ver a Tae otra vez. Espantosos lamentos lo
asaltaron cuando el dolor de su pecho se intensificó. Nunca podría tener la
oportunidad de experimentar la sensación que Tae había sentido antes cuando Yoongi
lo había follado, nunca llegaría a conocer al hombre con el que se había
acoplado. Podría perder a Tae antes de siquiera llegar a conocerlo.
Justo cuando la visión de Yoongi empezó a debilitarse,
escuchó un ahogado y atormentado grito. A continuación, manos lo estaban
tocando, presionando su herida sangrante. Yoongi levantó sus ojos para ver a Tae
arrodillado frente a él, lágrimas caían por su pálido rostro.
—Si llegas a morir, Min Yoongi, te juro
por Dios que me suicidaré sólo para perseguirte a través del infierno —sollozó Tae a través de sus dientes apretados. Rápidamente se sacó la
camisa sobre su cabeza y la presionó contra la herida de Yoongi.
Yoongi se rio, luego
gimoteó cuando el dolor lo inundó.
—Prefiero que me persigas a través
de la habitación —susurró.
—Por los dioses, Yoongi, ¿cómo puedes
bromear en un momento como este? —gritó Tae— Tienes un jodido hoyo en tu pecho.
—Tae parecía estar a punto de entrar en pánico.
—Me gusta el rosa. —Yoongi le
sonrió a su compañero justo antes de desmayarse.
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