jueves, 28 de abril de 2022

CAPITULO 8

Tae dejó escapar un profundo suspiro al segundo en que  la  puerta  del  estudio  se  cerró. Douglas  era  un  idiota. ¿Cómo él o sus secuaces pudieron pensar alguna vez que su plan iba a funcionar?, nunca lo sabría. No había manera de que Park fuera a renunciar a su compañero con el fin de aparearse con una vampiro mestizo. Tae, que acababa de conocer a Park, incluso lo sabía.

 

Un compañero era demasiado importante. Tae no podía pensar en alguien que estuviera dispuesto a renunciar a su compañero. Él sabía que lucharía hasta la muerte para mantener a Yoongi a su lado. Sintiendo un escalofrío subiendo por su columna vertebral, se acercó a Yoongi, sintiéndose agradecido cuando el brazo de su compañero se envolvió alrededor de su cintura.

 

—Ese hombre es vil —susurró Tae a través del vínculo telepático que tenía con Yoongi. Se sentía como que tenía que bañarse y limpiar la suciedad de su cuerpo. Simplemente no podía entender cómo alguien podía ser tan malo.

 

¿Y cómo podía ser que vendiera a los miembros de su propia manada como fuente de sangre para los vampiros?

 

¿Quién hacía esa mierda?

                         

—Este hombre tiene que ser detenido.

 

—Así que, ¿qué vamos a hacer? —Jungkook preguntó—. ¿Cómo vamos a detenerlo?

 

Tae tenía curiosidad acerca de eso también. Su primer impulso fue llamar a su padre y que trajera a cada maldito ejecutor que tenían, y tal vez pedir prestados algunos pocos y así poner fin a este repugnante lío.

 

—No sé, cariño. —Park negó con la cabeza—. Tienen que ser detenidos. Simplemente no estoy seguro de cómo hacerlo.

 

—Bueno, lo primero que tenemos que hacer es conseguir que las familias no principales estén fuera de aquí. Sus vidas están en peligro —dijo Jungkook, mientras caminaba de nuevo hacia Park y se volvió para mirar a Yoongi, Tae, Jin y Namjoon.

 

—Estoy de acuerdo —dijo Namjoon—. Podemos llevarlos a Wolf Creek. Estoy seguro de que mi padre estaría feliz de darles la bienvenida a nuestra manada o, por lo menos, darles un lugar para esconderse hasta que esto termine.

 

Tae sabía que su hermano estaba en lo cierto. Kim Dowoo era uno de los Alfas más respetados en el área, no sólo por lo fuerte que era su manada, sino por el amor y el respeto que su manada tenía para con él. Sólo había una manera de conseguir amor y respeto, y era siendo un buen líder. Kim Dowoo era un gran líder.

 

—Yoongi, ha estado aquí tanto tiempo como yo lo he estado —dijo Park—. ¿Tienen alguna idea para que  sepamos cuáles son las familias no principales?

 

Yoongi  asintió  con la cabeza.

 

—Estoy bastante  seguro de que puedo averiguarlo. Definitivamente sé que no es la familia de Douglas o la familia de Timmins.

 

—O sus familiares —agregó Namjoon.

 

Park asintió con la cabeza.

 

—¿Podrías ir con Namjoon y Jin y sacarlos de aquí? Díganles que es una orden de su Alfa, y que tienen que salir de inmediato, llevando sólo lo más necesario.

 

Yoongi asintió con la cabeza.

 

—¿Qué vas a hacer?

 

—Con suerte, poner fin a sus pequeños planes. Después de eso, vamos a estar justo detrás de ti.

 

—Jimin, si los miembros de la manada quieren unirse con la manada de Namjoon, ¿dónde te deja eso?

Jungkook preguntó mientras se volvía hacia su compañero, una mano llegó a descansar  en  el  pecho  de  Park—.  Eres  el  Alfa   de   aquí. ¿Cómo puedes ser un Alfa sin manada?

 

Park miró a Namjoon.

 

—¿Puede tu manada emplear a otro ejecutor o dos?

 

Namjoon sonrió.

 

—Siempre.

 

Tae sabía que su padre saltaría a la menor oportunidad de obtener a un par de ejecutores capaces para la manada. También significaba que él y Yoongi no tendrían que elegir en qué manada vivirían. Era una situación de ganar-ganar en lo que a él concernía.

 

—Pero, Jimin, tú… —Jungkook comenzó de nuevo.

 

—Jungkook —dijo Park mientras lo miraba—, nunca quise ser un Alfa. Estaba muy  feliz  siendo  solo  un  ejecutor. La única razón por la que me convertí en uno es porque gané el desafió cuando maté al Alfa de esta manada.

 

—Pero…

 

Tae sintió una imperiosa necesidad de decirle al pequeño hombre que se callara la jodida boca. Estaría tratando de dejar que Park siguiera hablando sobre mudarse a la manada de Wolf Creek, y eso significaba hablar de que Yoongi fuera a ella también.

 

—Jungkook, te lo juro, yo… —Park se detuvo un momento mientras miraba a Jin—. ¿Te importaría? —preguntó, tendiéndole la mano.

 

Jin sonrió, llegando a tomar la mano de Park.

 

—Prefiero ser un ejecutor que un Alfa. Nunca quise este trabajo. No tengo ningún deseo de ser un

Alfa, de verdad. Yo sería mucho más feliz siendo un ejecutor y poder volver a casa para estar contigo todas las noches —dijo Park mientras miraba hacia abajo a Jungkook.

 

—Es verdad —dijo Jin.

 

—También estaba diciendo la verdad cuando dije que te amo —Park se apresuró a añadir.

 

—Verdad.

 

Levantó la cabeza para mirar a Jin, asintiéndole.

 

—Gracias, Jin.

 

—No hay de qué. —Jin se echó a reír, liberando la mano de Park y dando un paso hacia atrás para apoyarse contra Namjoon.

 

Tae echó una rápida mirada sobre Yoongi, preguntándose qué pensaba de la pequeña escena entre su Alfa y el otro hombre. A Tae, no le parecía que Yoongi fuera la clase de hombre que evitaría decir algo si realmente lo sentía. Así que, si él no estaba diciendo esas dos palabritas

 que Park había acabado de decir, ¿significaba que no se sentía de esa manera?

 

A Tae no le gustó el dolor que ese pensamiento había creado en su pecho. Sabía que la situación entre Yoongi y él era un poco diferente a la de Park y Jungkook. Por un lado, tanto Tae como Yoongi, eran ejecutores y tenían personalidades dominantes.

 

Y, si bien había funcionado no darle cabida a eso en su habitación, no funcionaba con su vida cotidiana normal. Ellos estaban en esa clase de juego de tomar las cosas un día a la vez en estos momentos. Evitando las conversaciones que involucraran al futuro.

 

Ambos las estaban evitando.

 

—¿Me crees ahora? —Park le preguntó a Jungkook, llamando la atención de Tae de nuevo a la conversación actual.

 

Jungkook rodó los ojos.

 

—Vale, vale, te creo. Vamos a vivir en Wolf Creek, y vas a ser un ejecutor al igual que Namjoon.

 

«¡Sí!»

 

Era todo lo que Tae podía hacer para no empujar el puño al aire en señal de triunfo. Park y Jungkook se mudarían a Wolf Creek, lo que significaba que Yoongi también lo haría.

 

—Por supuesto, eso significa que puedes visitar a Jin siempre que quieras. No lo olvides, Jungkook —Namjoon se apresuró a añadir.

 

—No estoy seguro de que eso sea un buen argumento de venta, Namjoon. ¿Te imaginas los problemas en que estos dos podrían entrar? —Yoongi sonrió mientras le daba unas palmaditas en la espalda a Namjoon—. Jin no tiene alguna bandeja para hornear, ¿verdad?

 

—Oh, sí —se quejó Namjoon con todo el corazón—. No había pensado en eso.

 

—Tal vez deberíamos quedarnos aquí.

 

—¿No  tienen  todos  ustedes   un   trabajo   que   hacer? —Jungkook ladró.

 

Tae se rio entre dientes mientras que el pequeño hombre miraba a Namjoon y a Yoongi. Casi al instante ellos levantaron las manos en señal de rendición.

 

—Sí, señor—dijeron a medida que se dirigían hacia la puerta.

 

—Park, mantén tu teléfono celular prendido. Te llamaré tan pronto como los hayamos contactado a todos—dijo Yoongi.

 

—Y yo voy a llamar a mi padre en este momento—agregó Namjoon—. Creo que podríamos necesitar un poco más de protección antes de que nos vayamos esta noche. Quiero que todos salgan primero de aquí, y luego nos preocuparemos por sus pertenencias.

 

Park asintió con la cabeza.

 

—Gracias. No sabes lo mucho que aprecio esto. Por favor, dale mis gracias a tu padre.

 

—Nos ayudaste sin ninguna razón cuando más lo necesitábamos —dijo Namjoon—. Ayudaste a mantener a mi compañero seguro. Mi padre no olvidará pronto que hiciste lo correcto al ayudarnos. Por suerte, él tiene debilidad por Jin.

 

—Creo que es como debe ser. —Jin se rio mientras seguía a Namjoon por la puerta.

 

Tae rodó los ojos ante las payasadas de Jin mientras seguía a Jin y Namjoon a través de la puerta principal. Adoraba al hombre que había hecho a su hermano tan feliz, pero Jin podía ser un verdadero dolor en el culo a veces.

 

Tae se subió a la camioneta con Yoongi y lo observó mientras la encendía y luego se dirigieron por el camino de entrada. Una vez que llegaron a la carretera principal, se dirigieron en dirección opuesta a la que tuvieron cuando llegaron.

 

—¿Sabes a dónde vamos?

 

Yoongi asintió con la cabeza.

 

—Sólo hay una treintena de miembros que quedan en la manada, así que no tendremos que ponernos en contacto con mucha gente. Voy a hablar con las familias más cercanas en primer lugar, conseguir que se muevan. A partir de ahí, tenemos que hablar con las familias que están más lejos. Espero que algunas de las personas nos puedan decir quiénes podrían estar involucrados y quiénes no.

 

—Bueno, Douglas dijo que las familias principales no habían perdido a ninguno de sus miembros, por lo que solo nos queda preguntar quiénes si lo hicieron y espero que ellos sean los que necesitemos para volver a Wolf Creek.

 

—Eso es algo en lo que estaba pensando, también.

 

Tae aún estaba conmocionado por la revelación de que alguien estaba utilizando realmente a sus propios miembros de su manada como donantes de sangre para los vampiros. Los vampiros y los lobos no se mezclaban. Jamás. Ellos no lo hacían desde la guerra hace casi quinientos años atrás.

                           

Aunque Tae no tenía planeado asociarse con los vampiros a corto plazo, lo que le molestaba más que eso era la traición de miembros de la manada sobre los otros. Infiernos, una gran cantidad de miembros de la manada formaban parte de este plan, y eso asqueaba interminablemente a Tae.

 

—No entiendo cómo alguien puede hacer algo como esto, Yoongi. Es enfermizo.

 

—Bebé, a algunas personas simplemente no les importa. Ellos anhelan el dinero y el poder más de lo que se preocupan por los demás.

 

Tae se calentó ante la palabra bebé pero no mucho. Se enfrió demasiado pronto, por todo lo que había oído, no creía que pudiera sentir calor en algún momento. Tenía un deseo desesperado de acurrucarse en la cama con Yoongi y nunca dejarlo ir. Estaba bastante seguro de que era la única manera de que pudiera entrar en calor.

 

—Esto me está volviendo loco, Yoongi. Siempre he sabido que tenía un hogar con la manada, que era aceptado, aunque nadie sabía que yo era gay. —Tae sacudió la cabeza, sintiéndose de alguna manera entumecido—. Para que alguien pueda traicionar a su manada de esta manera yo... no lo entiendo.

 

—Dudo que alguna vez lo hagas, bebé. No estás construido de esa manera. No serías capaz de traicionar a un miembro de tu manada más de lo que serías capaz de traicionarme a mi.

 

La boca de Tae cayó.

 

—¿Cómo puedes saber eso? Por supuesto, somos compañeros, pero sólo hemos estado acoplados por algunas semanas. ¿Cómo puedes siquiera saberlo?

 

—¿En serio? —Las cejas de Yoongi fueron hasta casi la línea de su cabello  cuando  se  volvió  para  mirar  a  Tae— Tae, durante las últimas semanas he llegado a conocer todo acerca de ti, por dentro y por fuera. Sé qué clase de hombre eres.

 

Tae se sentía un poco aturdido por la confianza de Yoongi en él. No sabía qué decir, así que no dijo nada en absoluto. Sólo se dio la vuelta y miró por la ventana. No es que Yoongi estuviera equivocado, porque Tae nunca traicionaría a su manada. Sólo que no esperaba que Yoongi confiara tanto en él después de sólo unas pocas semanas de conocerse.

 

Pero estaría mintiendo si dijera que no se sentía bien.

 

—Tae, ¿cuánta experiencia tienes como ejecutor?

 

Tae hizo una mueca.

 

—No mucha, en realidad. Esa fue siempre la especialidad de Namjoon, no la mía.

 

—¿Pero puedes luchar si es necesario?

 

—Oh, sí, puedo luchar. Mi padre se aseguró de que todos fuéramos entrenados para defendernos. Pero prefiero no pelear si puedo evitarlo.

 

Yoongi asintió estando de acuerdo.

 

—Yo tampoco, pero lo haré si tengo que hacerlo, y puede ser que tengamos que hacerlo. No sé a lo que nos enfrentamos, pero tengo una muy mala sensación aquí.

 

—Creo que hacemos un formidable bonito equipo.

 

La rápida sonrisa de Yoongi calentó a Tae aún más.

 

Teniendo en cuenta que caminaban hacia lo desconocido, Tae estaba contento de que podía ver esa mirada en el rostro de su compañero.

 

—Estoy de acuerdo y prefiero que nos mantengamos tan cerca como nos sea posible. Vamos a trabajar mucho mejor si nos mantenemos unidos, y no tenga que preocuparme de que algo pudiera pasarte si llego a perderte de vista.

 

—Puedo pelear, Yoongi, ¿recuerdas?

 

—Te creo. Pero aun así prefiero que trates de mantenerte al margen de una lucha, si es posible. —Los ojos de Tae se abrieron como platos cuando la sonrisa cayó de los labios de Yoongi y se puso muy serio. El volante crujió cuando las manos de Yoongi apretaron alrededor de  este—. No quiero que te pase nada, Tae.

 

—Y yo preferiría que te  abstuvieras  de  lesionarte  así. —De hecho, la sola idea de que a Yoongi le hicieran daño, una vez más, hacía que quisiera vomitar—. No me importa cuánto tiempo haya pasado, todavía me estoy recuperando de la última vez que saliste herido.

 

Yoongi se echó a reír.

 

—Recordaré agacharme la próxima vez.

 

—No es un motivo de risa, Yoongi.

 

—Tae...

 

—Cómo puedes sentarte ahí y bromear cuando tenías un agujero en el pecho hace apenas un mes, nunca lo sabré.

 

Sí, Yoongi se había recuperado. Y sí, en realidad había sido una herida muy leve en comparación con algunas otras heridas, pero aun así. Le habían disparado. Tae todavía tenía pesadillas en donde no podía conseguir quitarse la sangre de Yoongi de las manos.

 

—¿Tienes alguna idea de lo que fue verte con un agujero en el pecho? ¿O toda esa sangre sobre ti?

 

—Tae…

 

—¿Qué? —Tae contestó bruscamente.

 

Yoongi señaló hacia la ventana frontal.

 

—Estamos aquí.

 

—Oh. —Tae rápidamente se volvió para mirar por la ventana mientras su rostro se llenaba de calor. Había estado despotricando tanto que no se había dado cuenta siquiera que Yoongi había apagado la camioneta. Estaban allí sentados. Lo que es peor, Namjoon y Jin estaban de pie en frente de la camioneta mirándolos.

 

Tae se sentía como un estúpido.

 

Se desabrochó el cinturón de seguridad y abriendo la puerta, salió. Metió las manos en los bolsillos mientras caminaba alrededor de la parte delantera de la camioneta para unirse a Namjoon y Jin.

 

Cuando Yoongi salió de la camioneta y se unió a ellos, dándole una mirada cómplice, Tae deseó que alguna especie de agujero se abriera en la tierra y se lo tragara.

 

—Esta es la residencia de los Baker —dijo Yoongi, y comenzaron a ir hacia la puerta principal—.

Hasta donde yo recuerdo, el señor y la señora Baker tienen tres niños, de  dos, tres y seis años. La madre de la señora Baker también vive con ellos.

 

—¿Algún humano? —preguntó Jin.

 

—La anciana señora Baker es humana, pero su marido era un cambiaforma. —Antes de llegar a la puerta principal, Yoongi se volvió y señaló más por la carretera oscura—. Hay cuatro casas más abajo así que tendremos que parar en cada una, pero Tae y yo sentimos que tenemos que hablar con cada uno de ellos a medida que avancemos, averiguar lo que saben.

 

Bueno, eso no era exactamente lo que Tae había dicho pero lo suficientemente cerca. Tae no quería que caminaran en alguna situación para la que no estuvieran lo suficientemente preparados. Con los pelos de punta en la parte posterior de su cabeza de la manera en que estaban, Tae estaba siendo especialmente cuidadoso.

 

—Suena bien —dijo Namjoon.

 

Tae se apresuró a estar junto a Yoongi cuando llamó a la puerta. Cuando Yoongi hizo una pausa y levantó una ceja ante él, Tae respondió en silencio a su compañero.

 

—Cualquier cosa a la que te enfrentes, la enfrentaremos juntos.

 

La sonrisa fácil de Yoongi fue la recompensa que Tae recibió por apoyar a su compañero, y Tae tomaría esa hermosa sonrisa cada maldita vez. Hizo a sus rodillas temblar tanto que Tae tuvo que

tomar una profunda respiración cuando Yoongi levantó la mano para llamar a la puerta.

 

Sin embargo, cuando lo hizo, recibió una bocanada de un olor que no debería estar en ese lugar. Agarró el brazo de Yoongi para que dejara de tocar, pero ya era demasiado tarde. Tae saltó encima de Yoongi, llevándolo hasta el suelo al mismo tiempo en que un disparo de escopeta atravesó la puerta.

 

Tan rápido como aterrizó, Tae volvió a elevarse y se apretó contra la pared de la casa y luego se volvió para comprobar que todo el mundo estuviera bien. Yoongi estaba todavía en el suelo, pero parecía ileso. Namjoon tenía a Jin pegado a la pared de la casa en el borde del garaje y fuera de la línea de fuego.

 

—Puedo olerte —gritó una voz masculina desde el interior de la casa—. Sé que estás ahí.

 

—¿Señor Baker? —Yoongi le llamó mientras él se acercaba a Tae y se puso de pie—. Soy Min Yoongi. El Alfa Park me envió.

 

—¿Yoongi? ¿Cómo puedo saber que estás diciendo la verdad?

 

—Encienda la luz del porche, Carl —llamó  Yoongi—. Voy a caminar en la luz.

 

Los ojos de Tae se abrieron como platos mientras el pánico estallaba en su interior cuando la luz del porche se encendió. Cuando Yoongi empezó a moverse hacia la luz, Tae lo agarró del  brazo  y  trató  de  tirar  de  él  hacia  atrás.

 

—¡Yoongi, no!

 

—Tae, todo estará bien. —Yoongi jaló su brazo liberándolo y caminó unos cuantos pasos más  hacia  la  luz—. Carl Baker es un buen hombre. Él está tratando de proteger a su familia, al igual que lo haríamos tú o yo. Una vez que él sepa que soy yo, todo estará bien.

 

Tae contuvo la respiración mientras Yoongi entró de lleno en la luz del porche. Inclinó la cabeza, esperando oír cargar el gatillo de la escopeta. Si Carl apretaba el gatillo, no le importaría a Tae quien era el hombre. Tae lo mataría.

 

Tae estaba tan concentrado en escuchar que casi saltó de su piel cuando la puerta lentamente se abrió y un hombre de unos treinta y cinco años salió a la puerta, manteniendo una escopeta firmemente en sus manos.

 

—¿Quiénes están contigo, Yoongi?

 

—Mi compañero, Tae, y un par de amigos de la manada de Wolf Creek. Están aquí para ayudar, Carl.

 

El cañón de la escopeta bajó lentamente para apuntar a tierra.

 

—¿Ayuda con qué? —Carl preguntó.

 

—El Alfa Park ha ordenado a varios de los miembros de la manada que se dirijan hacia Wolf Creek. El Alfa de allí, Kim Dowoo, los está esperando.

 

—Ahora, ¿por qué iba yo a querer salir de mi granja en perfecto estado para ir a quedarme con alguna otra manada que ni siquiera conozco?

 

Tae podía pensar en mil razones, todas ellas partiendo de: “con eso les estamos salvando la vida”.

 

—La manada está en peligro, Carl. El Alfa Park los quiere en un lugar seguro.

 

—¿Peligro? ¡Tonterías! —Carl levantó su escopeta de caza en el aire— Si alguien trata de dañar a mi familia, se dará cuenta con qué objetivo fue fabricada mi escopeta.

 

—Estamos hablando  de  vampiros  aquí,  señor  Baker. —La cara de Carl se puso pálida de forma instantánea—. No estoy seguro de que tu escopeta les haga mucho daño.

 

El cañón de la escopeta vaciló mientras el color de la cara de Carl se evaporó.

 

—¡Vampiros!

 

—Me temo que sí, Carl. Al parecer, varios de nuestra manada decidieron hacer algo de dinero mediante la venta de otros miembros a un aquelarre de vampiros como donantes de sangre. El Alfa Park descubrió esa información esta noche, cuando una de los vampiros atacó al compañero del Alfa y trató de matarlo para que ella pudiera tomar su lugar.

 

El labio de Carl se rizó hacia atrás.

 

—Timmins siempre ha sido un idiota.

 

Las cejas de Tae se dispararon.

 

—¿Sabes lo que Timmins está haciendo?

 

—Sé que él no es para nada bueno. Me parecía muy extraño que los miembros de nuestra manada siguieran desapareciendo, excepto cualquier persona relacionada con Timmins.

 

—¿No sabes de algún otro miembro de la manada que esté involucrado en lo que Timmins está haciendo?

 

—Sé que Douglas está involucrado, pero sólo porque Douglas es el perro faldero de Timmins. Él no hace algo si Timmins no le dice que lo haga.

 

—De acuerdo con la información que tenemos —explicó Yoongi—, cada familia tuvo que someter a sus hijos a un ritual secreto para ser plenamente aceptado en la manada en su décimo octavo cumpleaños. Si su sangre era lo suficientemente buena, era raptado, y a sus familias se les decía que no fueron aceptados en la manada, por lo que habían sido desterrados.

 

—Y si su sangre no era lo suficientemente buena —continuó Tae después de Yoongi—, eran enviados de vuelta a sus familias para proporcionar cachorros en el programa de crianza establecido por el primer Alfa.

 

—¿Es esto correcto? —Yoongi le preguntó.

 

—Sí, bastante. —Carl hizo un gesto por encima de su hombro—. Mi Tina fue una de los que enviaron a casa. Justo después de eso, el Alfa nos animó a casarnos. Incluso se ofreció a pagar la luna de miel. Nos pareció en ese momento que estaba siendo amable.

 

—¿Y cuándo te diste cuenta de que no lo era?

 

—El último niño realmente tocó sacárselo a Tina. El doctor dice que ella no debe tener más.

Estamos de acuerdo con eso. Tenemos tres hijos sanos. En realidad, no necesitamos más, pero nuestro primer Alfa no quería oír hablar de ello. Quería a Tina embarazada de inmediato, dijo que si yo no podía hacer el trabajo, iba a encontrar a alguien que lo hiciera.

 

—¡Diablos!

 

Carl asintió con la cabeza.

 

—Nunca había estado tan contento como lo estuve el día en que Park mató a ese hijo de puta.

 

—Bueno —dijo Yoongi—, me temo que no ha terminado, Carl. Park quiere que todas las familias que no participan en este lio salgan de aquí lo antes posible. Hay un montón de mierda cayendo, y él no quiere tener a personas inocentes atrapadas en el fuego cruzado.

 

—¿Podremos volver?

 

—Me temo que no puedo decirlo en este momento. Ojalá pudiera. Por ahora, creo que es mejor que empaquen maletas para unos días y salgan de aquí. Te llamaré tan pronto como sea seguro volver a casa.

 

Tae se adelantó y le tendió la mano. Carl fue lento para tomarla, pero lo hizo, sacudiéndola.

 

—Mi nombre  es Kim Tae, señor Baker. Mi padre es el Alfa de la manada de Wolf Creek. Es un buen hombre. Tú y tu familia van a estar a salvo.

 

Carl lo miró fijamente y luego miró más allá de Tae donde Yoongi estaba de pie.

 

—¿Él está siendo honesto, Yoongi?

 

Tae rodó los ojos cuando sintió los brazos de Yoongi rodear su cintura.

 

—Es bueno, Carl. Confío en Tae y su padre, con mi vida.

 

—Eso es suficiente para mí —dijo Carl—. Si nos puedes dar instrucciones para llegar con esa otra manada, voy a decirle a Tina que empaque una bolsa y vamos a cargar a los niños.

 

Tae se volvió cuando Namjoon y Jin se adelantaron.

 

—¿Tienes un pedazo de papel? —preguntó Namjoon— Te voy a dibujar un mapa.

 

—Claro que sí. —Carl hizo un gesto con la mano y dio un paso atrás dentro de la casa—. Vamos, entren. Voy a tomar algo.

 

Tae se sintió un poco aprensivo acerca de entrar en una casa que no conocía, pero confiaba en Yoongi. Si su compañero decía que Carl Baker y su familia estaban bien, Tae confiaría en que él tenía razón. Sin embargo, no bajó la guardia cuando entró en la casa después de Yoongi.

 

Una mujer joven de cabello negro llegó desde lo que claramente era la cocina. Ella se limpiaba las manos en una toalla de mano, mientras su mirada se precipitó entre Carl y sus nuevos huéspedes.

 

—¿Tina, te acuerdas de Min Yoongi, uno de los nuevos ejecutores?

 

—Sí, por supuesto —dijo Tina mientras sostenía su mano.

 

—Tina —Yoongi negó con la cabeza e hizo un gesto a Tae—. Este es mi compañero, Kim Tae, su hermano Namjoon, y su compañero Jin. Son de la manada de Wolf Creek.

 

Tina asintió con la cabeza a todo  el  mundo,  sonriendo.

 

—Encantada de saludarlos. —Ella miró a su marido de manera inquisitiva.

 

—Ve y empaca una bolsa para  los  niños  —dijo Carl—. Suficiente para unos pocos días.

 

—¿Vamos a alguna parte?

 

—Ha habido problemas con Timmins. El Alfa Park quiere que vayamos con la manada Wolf Creek donde estaremos seguros hasta que todo esto acabe.

 

La cara de Tina se oscureció.

 

—Ese hijo de puta rata tiene que tener sus bolas clavadas en una pared del granero.

 

Tae parpadeó. Está bien, entonces. La mujer era feroz. Tae imaginó que si tuviera unos cuantos niños, también lo sería. Era una lástima que tuviera que renunciar a ese sueño por otro sueño, uno con un hombre a su lado.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

CAPITULO 8

Amanecía. Jin y Namjoon se despedían de Taehyung Y Yoongi.   El destino los separaba una vez más.   Yoongi y Taehyung se quedaron en...