Mis músculos dolían deliciosamente bajo la presión del agua de la ducha del vestuario. Estaba sudado y cansado a causa del Taekwondo. Practico desde los cinco años, buscando la autodefensa y los beneficios mentales que acompaña la práctica del deporte, pero desde que entré a la Facultad Rose, hace unos años, nunca encontré un maestro que pudiera desafiarme. Hasta ahora.
El Maestro Eun era muy exigente y siempre después del
entrenamiento, yo estaba muy cansado. ¡Me gustaba! Si no fuera tan recto y
demasiado malhumorado, con edad suficiente como para ser mi abuelo, competiría con mi novio Taehyung, por
mi completa y absoluta adoración. Pensando en eso, el dolor y la disciplina no
son cosas que realmente quiero en mi cama. Prefiero alguien más amable y
divertido, lo que hace que el estilo de Taehyung sea perfecto para mí.
Ya estaba renovado, lo suficiente después de lavar mi pelo y
mi cuerpo. El taekwondo me dejaba delgado y en forma. Soy un poco más pequeño
que Taehyung, pero mis músculos están rígidos y por la noche, cuando luchábamos
en la cama, casi siempre acababa como activo. A menos que quisiera sentir a Taehyung
en mí, entonces le dejaba ganar. Esto me recuerda que tengo que enseñar más
taekwondo a Taehyung, para que las cosas se pongan más interesantes.
Me detuve frente al espejo, quite la toalla de mi pelo y me
di cuenta de que el sol del verano añadía un color dorado a mi cabello castaño.
Estaba haciendo algunas muecas en el espejo. Mis ojos marrones con ojeras y
parecían cansados. El pensamiento trajo a mi mente las razones por las que no
pude dormir suficiente por la noche. Y deseé que mi pene no quedara duro en
medio de los vestuarios. Creo que tardé mucho en la ducha porque el vestuario
ya estaba vacío.
Cuando llegué aquí, ¿no había algunos chicos jugando con las
toallas unos contra otros? Envuelto en una toalla mojada, estaba de pie y
atento al silencio. Una gotera y el ruido del aire acondicionado eran las
únicas cosas que se podían oír. De repente tuve un mal presentimiento, un frio
recorrió mis huesos, al igual que la música de una película de terror que me
decía que algo estaba mal. Me aclaré la garganta y me dije que no era nada,
pero aún así, no me pude resistir y llamé en voz baja.
—¿Hola?
¿Jungkook?
Jungkook siempre me esperaba, después del entrenamiento, ya
que íbamos en la misma dirección. Su novia alquiló un pequeño apartamento en la misma calle donde vive Taehyung y así
acabamos siendo amigos. No lo conoces bien, mi mente siempre desconfiada me
decía. Lo conozco bastante bien, me dije a mí mismo.
Confianza. Era algo en lo que estaba trabajando y confiar en
Jungkook como un nuevo amigo no había sido demasiado difícil. Estaba mejorando
en no creer que todos eran psicópatas. Así que me sorprendió que se fuera sin
esperarme. Sorprendido lo suficiente para que el sudor apareciera en la frente,
un claro signo de un ataque de pánico inminente. Trastorno de estrés
post-traumático estúpido. Respiré profunda y lentamente.
No es nada. No hay nada malo.
Desenrollé la toalla de mi cintura y la tiré en el cesto. Un
ruido en la parte trasera del vestuario llamó mi atención y me volví tratando
de averiguar lo que era. ¿Tal vez Jungkook estaba todavía aquí después de todo?
No vi a nadie, pero me di cuenta de que el candado de la cerradura de una de
las taquillas se balanceaba como si alguien la hubiera tocado. El pelo en la
parte de atrás de mi cuello se erizó y mi respiración se hizo rápida y
superficial. Me di la vuelta y vi a alguien con una chaqueta oscura desaparecer
por la esquina.
—¿Hola?
—Llamé. Mi visión borrosa y mi boca seca. El corazón me latía con fuerza. Traté
de mantener la calma. —¿Hay alguien ahí?
Con el aire acondicionado encendido, traté de prestar
atención en el silencio, pero sólo oía el goteo del agua y el zumbido de las
luces fluorescentes.
Estás imaginando cosas, dije a mi severo trastorno de estrés
postraumático.
Joder, mi trastorno me contestó.
El bajo crujido de una puerta cerrándose, el pequeño sonido
de una llave girando y el sonido de un zapato pisando sobre una alfombra, paralizó mi cuerpo y quedé aturdido con la
adrenalina corriendo por mis venas.
—¿Quién
está ahí?
Nadie respondió y la ira comenzó a llenar el centro de mi
miedo. No quería sentirme así. A la mierda el idiota que desencadenó mi ataque
de pánico, que apretaba mi pecho... a la mierda.
Cálmate. Probablemente es alguien con auriculares.
Sólo los idiotas podrían utilizar los auriculares en el
vestuario, mi rabia ladraba.
Esperé, pero no escuché otro sonido. Enfadado, ansioso y con
ganas de salir de allí antes de que terminara aún más aterrorizado y acabara
desmayándome a causa de la hiperventilación, abrí la taquilla para conseguir mi
ropa. Mi corazón dio un salto en el pecho y un grito silencioso se congeló en
mi garganta.
El armario estaba lleno de fotografías en blanco y negro de Taehyung
y mías. Fotos, obviamente tomadas por alguien que nos estaba vigilando.
Cortadas en forma de corazones, había dibujos y garabatos hechos con marcador
de color rojo brillante. La garganta de Taehyung cortada derramando sangre por
el suelo; los intestinos de Taehyung saliendo a través de cortes profundos.
¡Él me
encontró!
Miré mi cuerpo desnudo, mi pene y pelotas encogidos a causa
del frío y del miedo. Mi respiración era pesada y, de alguna manera, me puse
rápidamente los pantalones cortos y la camiseta, cogí las llaves, quería salir
lo más rápido posible de los vestuarios. Entonces alguien tosió.
Miré alrededor de las taquillas.
Había un hombre con una capucha negra bloqueando la salida.
Su mano izquierda estaba colgaba vacía, pero en su mano derecha tenía un cuchillo.
Es la hora.
¿Cuántos
avisos me envió mi acosador diciendo que yo sabría cuando llegara la hora?
¿Cuántos mensajes de números de teléfono no identificado? Me había encontrado.
No había vuelta atrás. Mi corazón se aceleró, mi mente daba vueltas y mi visión
se estaba volviendo borrosa. Respiré profundamente tratando de mantener la
calma. Practicas taekwondo, me recordé.
Podría luchar contra él. Y podría vencerlo.
Estaba imaginando qué golpes usaría para derribarlo. Pero
aún había otra alternativa que no fuera la violencia. Tal vez podría haber otra
forma de salir... Poco a poco, caminé hacia el lado opuesto de donde estaba,
preguntándome si habría salidas de emergencia... Fui hacia la parte posterior
de los vestuarios.
Pero, ¿y si no hay otra salida? Morirás encogido, niño
pequeño, ¡bañado en tu propia sangre!
Cállate, me dije. Y no me digas esas aterradoras tonterías.
Puedo vencerlo.
No puedes.
—Muéstrate.
—Oí y sentí el calor de la respiración en mi cuello. No me volví. Grité y corrí
por encima de los bancos, corriendo hacia la salida. Increíblemente, él también
estaba allí. Me volví para ver a mi alrededor, pero no había nadie... Solo el
hombre encapuchado en la puerta con el cuchillo en la mano.
Así que, aquí estamos.
Después de algunos regalos, amenazas y violencia, rajar los
neumáticos del coche, ventanas rotas, comida envenenada y un patio lleno de
pájaros muertos, después de amenazas de muerte, de violación, mensajes
violentos con detalles acerca de lo que haría con mi cuerpo, todo eso generó
mucho miedo en mí. Terminé dando la espalda a todos para estar lejos de él,
incluyendo a mi familia, para mantenerla a salvo, me alejé de ella también.
Dejé todo.
Y ahora aquí estamos.
Finalmente.
—No te
tengo miedo. —Dije, mi voz temblando con cada palabra. Cambié a una posición de
combate y esperé a que hiciera el primer movimiento. Otro ruido detrás de mí me
obligó a romper el contacto visual y mirar a mi alrededor. Una vez más no había
nadie. Oscilé de nuevo hacia delante, agazapado y listo.
Mi corazón dejó de latir por lo que vi.
Cogía a Taehyung -mi Taehyung- por el cuello, el cuchillo
presionando contra su yugular.
—Taehyung,
detente. —Susurré, con un nudo en la garganta y las lágrimas queriendo salir de
mis ojos. Un hilo de sangre corría por el cuello de Taehyung y sus ojos estaban
cerrados. La adrenalina, como nunca había sentido, casi explotó mi cabeza, y me
quedé aterrorizado. —Por favor, no necesitas hacerle daño. Voy a hacer lo que
quieras. —Dije. — No voy a luchar. Me quedaré contigo. Por favor, solo déjalo
ir.
Taehyung luchaba, pero el hombre encapuchado lo dominó con
un movimiento del cuchillo. Me estremecí cuando vi la sangre que bajaba en
cascada por el cuello de Taehyung y su grito aterrado se hizo eco en el
vestuario.
—Por
favor... —Dije de nuevo. —Voy a hacer lo que quieras. Lo amo.
El hombre apretó con más fuerza y mi corazón se aceleró.
Dije algo equivocado. Taehyung parecía saber eso, también, sus ojos brillaban
con miedo.
—Yo
también te amo. —susurró Taehyung.
Y sucedió como en cámara lenta. La sangre brotó del cuello
de Taehyung, me salpicó, salpicaduras de líquido caliente en mi cara, y grité,
cayendo de rodillas. Impotente, sintiendo una tristeza abrumadora y el horror
se apoderó de mí cuando dejó el cuerpo de Taehyung en el suelo y caminó hacia
mí. Me arrodillé en la sangre de Taehyung, todavía gritando. Levanté los brazos
y cerré los ojos, esperando el cuchillo…
—¡Jimin,
Despierta! Es un sueño. Vamos, despierta, es sólo un sueño. Está todo bien.
Estás aquí, conmigo.
Parpadeé en la penumbra de la habitación de Taehyung,
sentándome en la cama, empapado en sudor. No podía dejar de gritar. Acababa de
ver a Taehyung morir delante de mí. Sus brazos rodeándome, sosteniéndome
mientras aún luchaba y su voz en mi oído no era nada en comparación con la
realidad de ese momento en que el desconocido que me acechaba mató al hombre
que amaba.
—¡No! —Me tapé los ojos, tratando de
bloquear las imágenes.
—Jimin...
- dijo Taehyung, pero esta vez su voz era muy severa y autoritaria. No recuerdo
a Taehyung hablado conmigo en ese tono, de esta manera. —Es un sueño,
despierta.
Apreté la mano en mi boca para contener el horror y mi grito
fue reducido a un gemido suave.
—Eso es.
—Dijo Taehyung, su voz suave de nuevo. —Despierta, Chim chim.
La puerta de nuestra habitación estaba abierta y Hoseok, el
amigo de Taehyung que vive con nosotros, entró con un bate de béisbol, con el
pelo revuelto y la ropa interior debajo de la cadera. La furia en sus ojos
finalmente convenció a mi mente que era sólo un sueño.
—¿Qué
demonios? —Dijo. —¿Qué está pasando aquí, Tae?
—Pesadilla.
—Taehyung le explicó, frotando mi espalda desnuda. —Lo siento. Vuelve a la
cama.
Hoseok me miró hasta que se lo confirmé.
—Jesús...
– murmuró— Me asustaste, mierda!
—Lo siento.
—Susurré.
—¿Estás
bien?
—Sí.
Estoy despierto, así que sí.
Hoseok se pasó una mano por el pelo, bostezó, y luego dijo:
—Ok,
bien, debe haber sido un sueño de mierda, hombre. Nunca oí a nadie gritar así.
Mi garganta se cerró un poco y asentí. Quería decir algo
más, pero no podía.
—Está
todo bien, J Hope. —Dijo Taehyung, invocando el apodo de Hoseok suavemente.
—Entiendo.
Bueno, si necesitas algo…
—En
realidad... - dije, sabiendo que estaba pidiendo algo un poco inusual, pero
pensando que eso ayudaría a mis nervios, o por lo menos llenar el espacio en mi
cabeza ahora ocupado con gritos silenciosos. — ¿Quizás podrías tocar esa
canción que has estado tocando últimamente?
—¡Sabía
que te gustaba! —dijo, frotando una mano sobre los ojos.
—Sí.
—La voz
no sonará muy bien, pero seguro, voy a tocar amigo. — Hoseok bostezó y asintió.
Luego salió del cuarto sin decir una palabra, dejando la puerta abierta.
Taehyung todavía estaba frotando mi espalda y me senté en la
cama, abracé mis rodillas, mirando hacia abajo a la tenue luz de la pantalla
del portátil. Taehyung no dijo nada, continuó a mi lado e inmediatamente estaba
escuchando la canción de Hoseok que le había pedido. Él estaba en lo cierto. Su voz estaba ronca y
llena de sueño, pero la música me tranquilizó. Respiré profundamente. Me apoyé
contra Taehyung y le dejé estirarme para abajo, a su lado.
Taehyung envolvió su pierna alrededor de mi cintura y tiró
de mí lo más cerca posible de él. Me sentí seguro y protegido en sus brazos, y
escuché la música hasta que terminó. Después de que la canción terminara, el
silencio siguió hasta que Hoseok lo rompió gritando.
—Ahora
ve a dormir, ¡maldita sea!
Sin embargo, estaba despierto y el pensamiento de tener, de
nuevo, un sueño parecido al que tuve era algo que no quería.
Pensé que Taehyung se había quedado dormido y estaba
tratando de encontrar la manera de salir de sus brazos para ir a orinar cuando
dijo.
—Se
trata de la boda, ¿verdad? Estás soñando con él, porque Jin te pidió que
volvieras a casa.
—Dije
que volvería. —Respondí irritado. —Lo haré. Fue sólo un sueño de mierda.
—Está
bien. —Dijo Taehyung, pero me di cuenta que no me creía. Nunca discutía cuando
yo estaba enfadado, siempre era muy amable conmigo.
Suspiré y me giré bajo su pierna y su brazo. Por supuesto
que era porque tenía que volver a casa.
Para la casa de mi acosador.
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