sábado, 28 de mayo de 2022

CAPITULO 2

Yoongi miró de Tae, el hombre de cada uno de sus sueños húmedos, a Hoseok, un amigo, o algo así. Yoongi pasaba tiempo con Hoseok porque de algún modo tenía que hacerlo. Hoseok trabajaba para el padre de Yoongi y a menudo era enviado para vigilar a Yoongi. Él lo hacía, pero Yoongi se sentía como la mierda cuando lo hacía.

 

Tae, por otro lado, hizo sentir a Yoongi como la persona más especial en la faz de la tierra. Y Tae lo  llamó lindo bebé. Eso decidió las cosas por Yoongi. Se podía quedar con Hoseok, quien pensaba era mejor que todos los demás, o podía ir a casa con Tae y echar un polvo con el hombre más sexi que alguna vez hubiese conocido.

 

Su padre se iba a enojar y Yoongi lo sabía, pero al menos tendría una noche para recordar después de que se fuera. Yoongi se paró en toda su altura, que por cierto no era mucha, y respiró hondo.

 

Me voy a ir a casa con Tae. —Presionó sus labios juntos y clavó sus uñas en las palmas de sus manos para evitar añadir algo más a su sentencia. No eran necesarias más palabras, no esta vez.

 

Antes de que Yoongi pudiera decir otra palabra, fue levantado y lanzado una vez más sobre el hombro de Tae. Se rio y saludó con la mano a Hoseok mientras se dirigían a la puerta. Hoseok no lucía feliz. Yoongi, por otro lado, sentía un cosquilleo hasta en los dedos de los pies.

 

Iba a ir a casa con Tae, el chico más sexi del planeta. No sólo eso, sino que Tae parecía encontrarlo lindo. Yoongi no dudaba que podía ser lindo, como le dijo a Tae. Aunque hubiese preferido que

Tae pensara que era sexi, pero los mendigos no pueden exigir. Yoongi tomaría lo que pudiera conseguir.

 

Yoongi gritó cuando repentinamente fue bajado del hombro de Tae y dejado en el asiento delantero de un coche. Levantó los brazos al aire cuando Tae se inclinó sobre él y abrochó el cinturón.

 

Cuando Tae comenzó a retroceder, Yoongi se inclinó e inhaló profundamente, ronroneando.

 

—De verdad hueles muy bien. —Yoongi sintió que se retorcía bajo la intensa mirada que repentinamente le dio Tae—. ¿Qué? — preguntó.

 

—¿Eso es todo lo que tienes que decir?

 

Yoongi se rio tontamente.

 

—No, podría decir que no sólo hueles maravilloso sino que quiero rodar en tu olor hasta que cubra mi cuerpo de los pies a la cabeza. Si pudiera embotellar la maldita cosa estoy seguro que podría hacer millones porque es como un orgasmo en una botella y a todos les gusta el olor de un orgasmo. Bueno, tal vez no a todos, pero a mí sí, pero si lo embotello para mí no podría hacer millones y…

 

Yoongi escuchó la profunda risa de Tae justo antes de que sus labios fueran cubiertos, la lengua de Tae se deslizaba sobre él. A Yoongi le gustaba besar. Podía sentarse por horas y hacerlo con alguien, si podía encontrar a alguien dispuesto a besarlo por tanto tiempo.

 

Besar a Tae llevaba las cosas a un nuevo nivel. Yoongi estaba un poco avergonzado de que se hubiese venido en sus pantalones dentro del bar, pero cuanto más lo besaba Tae, más cerca estaba de hacerlo otra vez. Ya se estaba tambaleando en el borde y ni siquiera habían dejado el estacionamiento.

 

Cuando Tae finalmente levantó la cabeza para mirarlo hacia abajo, Yoongi sólo parpadeó, jadeando. No había nada que decir después de recibir un beso como ese, simplemente no lo había. Bueno, tal vez: “Por favor, ¿puedo tener otro?”

 

Tae se rio y se puso de pie, cerrando la puerta de Yoongi. Yoongi lo vio caminar alrededor del coche y subir en el asiento del conductor. El coche rugió cuando Tae lo puso en marcha. Yoongi sabía que debía estar impresionado cuando Tae lo miró pero, por más que lo intentara, Yoongi no tenía idea de qué tipo de coche era. En lo que a él concernía, era un coche, un coche rojo. Sólo quería saber qué tan rápido podía llevarlos de regreso a la casa de Tae.

 

—¿Qué tan rápido va esta cosa? —preguntó Yoongi. Metió la mano en su bolsillo y sacó el condón y la botella de lubricante que llevaba—. Porque quiero saber cuándo debo abrir esta botella y empezar a prepararme. Me prometiste que estarías en mi culo cinco minutos después de que lleguemos a tu casa y espero que cumplas esa promesa. ¿Y cómo son tus paredes? ¿Son fuertes? Porque tengo esta fantasía en la que me sostienes contra la pared y…

 

El coche repentinamente quemó llantas en el estacionamiento del bar. Yoongi gritó y se agarró del tablero. Tae pisó el acelerador y el coche aceleró por la carretera. Yoongi se reclinó en su asiento y miró por la ventana. Dudaba seriamente que ellos estuvieran cerca del límite  de velocidad.

 

Yoongi miró nuevamente a Tae y observó su reacción mientras desabrochaba el botón superior de sus jeans y lentamente bajaba la cremallera. El coche de repente redujo la velocidad avanzando lentamente, los ojos de Tae estaban clavados en los sensuales movimientos de Yoongi.

 

No puedo esperar hasta que lleguemos a tu casa — dijo Yoongi mientras metía su mano dentro de los jeans y sacaba su polla de sus calzoncillos. Había un pequeño rastro de semen de antes. Yoongi limpió algo con sus dedos y le tendió su mano a Tae—. ¿Ves lo que me hiciste? Un besito y un toqueteo rápido y me vine encima de mis pantalones. ¿Puedes imaginar cómo voy a estar cuando en realidad me jodas? Ahora otra vez estoy demasiado cerca de venirme y ni siquiera me has tocado aún.

 

Yoongi abrió sus pantalones, dejando al descubierto su polla desnuda ante los ahumados ojos de Tae.

 

—Sólo mírame. Ya estoy duro como una roca. —Limpió una gota de líquido perlado de la cabeza de su polla—. Si me tienes así de excitado sólo por un beso, puedo desmayarme si me follas.

 

El coche repentinamente salió a un lado de  la carretera y se apagó. Antes de que Yoongi pudiera preguntarle a Tae, el hombre había desabrochado su cinturón de seguridad y se había movido en el coche hacia el lado de Yoongi. Una mano agarró un mechón del cabello de la nuca de Yoongi. La otra mano la envolvió alrededor de la polla de Yoongi.

 

Fuertes labios se presionaron contra los de Yoongi, reclamándolo rudamente. Yoongi se vanagloriaba por el agarre descontrolado que Tae tenía sobre su cuerpo. La carne de Yoongi se erizó ante el toque de Tae. Sintió su sangre elevarse desde los dedos de los pies cuando Tae se movió de sus labios a su cuello.

 

Su corazón latía ruidosamente dentro de él cuando Tae mordió suavemente la carne de su cuello. Yoongi gritó en voz alta cuando el toque de Tae lo llevó a otro orgasmo burbujeante. Su mirada se volvió neblinosa y su cabeza cayó hacia atrás en el asiento mientras cubría la mano de Tae con su liberación.

 

Yoongi se sostenía en un estado de felicidad, el toque de los labios de Tae en su garganta era extrañamente suave y acariciante. Envolvió una mano alrededor de la cabeza de Tae, sosteniéndolo ahí y estirándose para alcanzar los botones del pantalón de Tae con la otra mano.

Tae rápidamente agarró la mano de Yoongi, deteniéndolo. Yoongi inclinó la cabeza y miró a Tae confundido cuando el hombre sólo lo miró y negó con la cabeza. ¿Tae no quería que le regresara el favor? Tae lo llevó al orgasmo dos veces. Él no había tenido ninguno.

 

No me voy a venir hasta que esté profundamente enterrado hasta las bolas en tu culo, lindo bebé —dijo Tae mientras empujaba la mano de Yoongi. Le dio a Yoongi otro rápido beso, sus ojos grises plateados se deslizaron por  el chupetón en el cuello de Yoongi dejando una mordedura antes de moverse de regreso a su lado del coche.

 

Un dolor se elevó en la garganta de Yoongi mientras miraba a Tae encender el coche y conducir de regreso a la carretera. Tae lo trataba como si fuera alguien especial, alguien precioso. Yoongi quería hacer lo mismo por él. Sólo que no sabía si podía.

 

En el departamento de la experiencia, Yoongi no era virgen, pero lo suficientemente cerca. Había sido besado un montón de veces pero usualmente una vez o dos antes de que su boca hiperactiva espantara a los hombres. Había sido follado exactamente una vez, y no había sido tan memorable.

Además del acto físico en sí, el principal recuerdo de Yoongi era que el chico que lo había follado sólo quería joder con él para llegar al padre de Yoongi. Había sido uno de esos que eran agradables con el hijo para llegar al padre, ese tipo de cosas. En el momento en que había terminado, el chico se olvidó casi de inmediato de la existencia de Yoongi. El padre de Yoongi nunca dejó que olvidara que había sido usado por cualquiera.

 

Tae, ¿alguna vez has oído hablar de Corp Min? —preguntó en voz baja Yoongi, conteniendo la respiración mientras esperaba la respuesta de Tae.

 

No, ¿debería hacerlo?

 

—¿Nunca antes has invertido dinero?

 

Tae negó con la cabeza.

 

—Compré una casa hace un par de años pero fue a través del banco de la ciudad con un préstamo hipotecario. ¿Cuenta eso?

 

Yoongi sonrió.

 

—Sí, eso cuenta.

 

Corp Min —dijo Tae—. ¿Como Corporación Min? ¿Alguna relación con Min Philip?

 

¡Maldita sea! Yoongi se encogió.

 

—La compañía de mi padre.

 

Cool, mi padre es el alcalde de Wolf Creek. —Tae se encogió de hombros—. Creo que el gobierno local es una especie de cosa familiar. Mi hermano, Namjoon, es el sheriff local y mi primo Minho es el ayudante del sheriff.

 

—¿Y tú no entraste en el negocio familiar porque…? — Yoongi sintió la risa de Tae como si el hombre se estuviera presionando contra él. Se estremeció en respuesta. El hombre era demasiado seductor para su propio bien, o el de Yoongi.

 

Mi reputación de chico malo no encaja bien con la policía.

 

Sí, puedo ver eso. —Yoongi sonrió mientras miraba al hombre de gran musculatura sentado junto a él. Los tatuajes tribales alrededor de su grueso brazo le daban a Tae un aire peligroso. Si le añadía la ajustada camisa negra de algodón, los jeans ajustado, y las botas negras… el hombre definitivamente era un chico malo.

 

Yoongi se inclinó y lamió el oscuro tatuaje tribal en el bíceps derecho de Tae. Se rio cuando sintió el coche desviarse un poco.

 

—Me gustan los chicos malos, amor. Ellos son muy sexis. Saben todo tipo de cosas sucias que las personas pueden hacer juntas. ¿Te gustan las cosas sucias, Tae? El sexo regular tiene su lugar pero ser empujado contra la pared mientras un chico malo tiene su poll…

 

Los ojos de Yoongi se abrieron como platos cuando Tae gruñó y le dio un manotazo sobre su boca. Sabía que había hablado sucio y no a todos les gustaba, pero pensó que a Tae podría gustarle si se había auto declarado un chico malo. Tal vez Yoongi estaba equivocado.

 

Lo único cosa que quiero escuchar salir de tu boca ahora, lindo bebé —dijo Tae—, son los gemidos y quejidos que harás mientras te preparas para mí. ¿Está claro?

 

Yoongi asintió, la excitación lo embargó ante la mirada salvaje que Tae dio en su dirección. Tae no estaba enojado, estaba excitado, que era exactamente donde Yoongi lo quería. Bueno, Yoongi quería al gran hombre entre sus piernas pero sabía que eso iba a venir muy pronto.

 

Puedes guardar el condón. Yo me quedo con el lubricante porque vamos a necesitar los dos si me vas a follar contra la pared, y tengo muchas ganas de que me folles contra la pared. No creo que haya pensado en nada más desde que en el bar me sentaste en tu regazo.

 

Yoongi tomó el condón y la botella de lubricante que anteriormente había dejado caer en el asiento. Le tendió el condón a Tae, esperando hasta que el hombre lo tomó y lo guardó en su bolsillo, luego abrió la botella de lubricante.

 

Empujó sus calzoncillos y los pantalones hasta las rodillas y separó sus piernas. Cuando empezó a deslizarse debajo de su asiento, un súbito pensamiento entró en la cabeza de Yoongi. Miró a Tae, con curiosidad.

 

—¿Quieres ver? Porque sé que me gusta ver. Es muy excitante, ¿no lo crees? Podría inclinarme contra la puerta si quieres o incluso puedo ponerme en mis manos y rodillas, ¿qué prefieres? Estoy bien con cualquiera y…

 

Yoongi.

 

—¿Qué? —Yoongi parpadeó ante la respuesta poco mesurada… bueno, no creía que fuera de rabia porque no creía que Tae estuviera enojado, pero…

 

—¡Deja de hablar sobre ello y simplemente hazlo! — espetó Tae. Los ojos de Yoongi se abrieron de par en par cuando escuchó los nudillos de Tae tronar sobre el volante. Tal vez Tae estaba enojado—. Tienes cerca de tres minutos para estar listo, llegaremos a mi casa y no esperaré una vez que lleguemos ahí.

 

Yoongi respiró hondo cuando la excitación de pronto lo inundó. Bajó los pantalones el resto del camino por sus piernas, luchando como loco cuando sus piernas se enredaron en los calzoncillos. Casi gritó por la desesperación hasta que Tae se inclinó y le arrancó los ofensivos calzoncillos de las piernas.

 

Libre, Yoongi abrió sus piernas alrededor,  colocando una sobre la parte posterior del asiento y la otra estirada en el piso mientras se inclinaba hacia atrás en la puerta y se deslizó hacia abajo hasta que pudo inclinar su culo en el aire.

 

Tan excitado como estaba, no le tomó a Yoongi más que unos segundos lubricar sus dedos y empujar dos dentro de su culo. Siseó, sintiendo el profundo ardor al no estirarse a sí mismo antes de añadir dos dedos al mismo tiempo, pero tenía prisa.

 

Mientras trabajaba sacando y metiendo los dedos de su apretado agujero, Yoongi pudo sentir sus músculos lentamente empezar a aflojarse. Muy pronto, el dolor desapareció para ser remplazado por un intenso placer. Yoongi añadió un tercer dedo tan rápido como pudo.

 

Miró a través del interior del coche a Tae y luego chupó su labio inferior, mordiéndolo para evitar hablar cuando vio a Tae mirándolo intensamente. El fuego del deseo que podía ver arder en los ojos de Tae casi envió a Yoongi sobre el precipicio por tercera vez. Yoongi rápidamente alcanzó y rodeó la base de su polla, apretando hasta que la necesidad de llegar al orgasmo desapareció.

 

—¿Qué tan lejos está tu casa, Tae? —Jadeó mientras lentamente acarició con la mano su dura longitud— .  Me  estoy  excitando  mucho  aquí  sabiendo  que  me  estás mirando y no sé cuánto más podré contenerme. Sólo el que me estés mirando me está volviendo loco.

 

Yoongi —gruñó Tae—, dije sin hablar.

 

No puedo evitarlo. —No podía. Yoongi mordió nuevamente su labio mientras trataba de mantener las palabras encerradas detrás de sus labios. Quería estar callado mientras Tae lo dirigía, pero cada vez que miraba al hombre y lo veía apretar la mandíbula, Yoongi lo necesitaba. Una parte de él necesitaba aflorar verbalmente— . Lo estoy intentando, Tae, lo juro.

 

Sorprendentemente, Tae sonrió.

 

—Sé que lo haces, lindo bebé. Hazlo si necesitas correrte. No tengo dudas que puedo hacer que te endurezcas otra vez.

 

—¿En serio? ¿No te importa? —Yoongi estaba sorprendido… e increíblemente excitado—. Ya me he corrido dos veces y tú no lo has hecho en absoluto y no me parece justo. No lo es, Tae, y quiero ser justo así que si tú me dejarás…

 

Menos charla, más acción, lindo bebé. Quiero verte joderte a ti mismo.

 

Sí, está bien, Yoongi podía hacer eso. Yoongi ya estaba haciendo eso. Sus dedos, tres de ellos, estaban profundamente presionados dentro de su culo. Su mano estaba firmemente envuelta alrededor de su polla. Tener un orgasmo en cualquier momento era una posibilidad muy real.

 

Vas a necesitar otro dedo, Yoongi. —Tae se rio—. Soy mucho más grande de lo que tienes en tu culo justo ahora.

 

Los ojos de Yoongi casi rodaron hacia atrás de su cabeza por el alarde de Tae… bueno, esperaba que no estuviera alardeando. Metió con impaciencia otro dedo en su culo, haciendo una mueca otra vez cuando llevó los cuatro tan profundo como pudo llegar.

 

La cabeza de Yoongi cayó hacia atrás contra la puerta cuando empezó a empujar los dedos dentro de su culo, acariciando su polla al mismo tiempo.

 

—Oh, por favor, dime que no estás mintiendo, Tae, porque de verdad necesito sentir…

 

—¡Yoongi! ¿Qué fue lo que dije?

 

—¡Me corro! —gritó Yoongi cuando se puso rígido, las explosiones de placer encendieron todo su cuerpo. Se quedó inmóvil con los dedos enterrados en su culo y la mano sosteniendo su polla mientras cuerdas de semilla blanco- perla salieron disparadas sobre él.

 

A Yoongi no le importó que cubriera su camisa con semen. No le importó que las gotas aterrizaran en el tablero del lujoso coche de Tae. Ni siquiera le importó cuando el coche repentinamente derrapó para detenerse hasta que sintió la puerta ceder detrás de él. Yoongi gritó y retiró sus dedos justo a tiempo para ser arrastrado del coche por grandes manos que se envolvieron alrededor de su torso.

 

Yoongi miró la cara de Tae justo cuando fue levantado en los brazos del hombre y llevado a la casa. Tragó para pasar el repentino nudo en su garganta cuando recibió un buen vistazo de la forma en que Tae apretaba su mandíbula.

 

—¿Ta… Tae?

 

Yoongi instantáneamente cerró la boca ante la dura mirada en los ojos gris plateados oscuros de Tae cuando lo miró hacia abajo. De repente se sintió muy inquieto, preguntándose si había hecho algo malo.

 

Luego se dio cuenta que lo había hecho, y su estómago se apretó. Se había venido tres veces como un bastardo egoísta y Tae ni siquiera se había venido una vez. No se sorprendía de que Tae lo dejara en el suelo y se rehusara a hablarle otra vez. Yoongi enterró su rostro contra el suave algodón de la camisa de Tae y oró para que el hombre le diera una oportunidad para probarle que no era un completo idiota.

 

Sin embargo, Yoongi suspiró aliviado cuando Tae empujó la puerta principal abriéndola y lo llevó adentro en vez de dejarlo afuera, sobre todo considerando que no vestía ni pantalones ni calzoncillos. A los vecinos seguramente les encantaría eso.

 

Los próximos segundos volaron para Yoongi en una neblina llena de lujuria. Tae apretó a Yoongi entre su cuerpo y la pared. Nada existía fuera de ellos dos, sin respirar, sin ver, nada excepto los duros labios presionando contra los suyos e incluso la dura pared contra la que Tae presionaba a Yoongi.

 

Yoongi gimió en protesta cuando los labios de Tae se apartaron de los suyos para trazar la línea de su mandíbula. Realmente le gustaba besar a Tae. Volvió a gemir cuando sintió a Tae comenzar a mordisquear su cuello.

 

Su cabeza cayó hacia atrás contra la pared con un pequeño ruido sordo cuando intentó darle más acceso a Tae. Cada hueso de su cuerpo se sentía como si se estuvieran derritiendo. Su piel hormigueaba donde Tae lo mordía, enviando un estremecimiento de necesidad dentro de Yoongi el cual era incapaz de mantenerse por sí mismo.

 

Tae, por favor.

 

Envuelve tus piernas alrededor de  mi cintura,  lindo bebé.

 

Yoongi  estaba  demasiado ansioso por obedecer, especialmente cuando Tae lo levantó con las manos agarrando sus nalgas. Yoongi sintió su ingle desnuda chocar contra la ajustada tela de mezclilla de los jeans de Tae. Su respiración quedó atrapada en su garganta cuando miró hacia arriba a Tae para encontrarlo mirándolo, con una extraña e intensa mirada en sus ojos.

 

Ahora eres mío, Yoongi, siempre mío.

 

Yoongi asintió. No estaba seguro exactamente a qué estaba accediendo, pero si eso significaba que obtendría su sueño y Tae lo follaba contra la pared, Yoongi estaría de acuerdo en todo. Yoongi asintió otra vez sólo para estar seguro de que Tae entendiera.

 

La sonrisa de Tae estaba llena con tal promesa que Yoongi casi olvida respirar hasta que sintió al hombre deslizarse entre ellos. Yoongi inhaló hondo cuando escuchó a Tae bajar la cremallera de su pantalón, luego aguantó la respiración, anticipando la sensación de la polla de Tae empujando dentro de él.

 

En cualquier momento…

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CAPITULO 8

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