Yoongi miró de Tae, el hombre de cada uno de sus sueños húmedos, a Hoseok, un amigo, o algo así. Yoongi pasaba tiempo con Hoseok porque de algún modo tenía que hacerlo. Hoseok trabajaba para el padre de Yoongi y a menudo era enviado para vigilar a Yoongi. Él lo hacía, pero Yoongi se sentía como la mierda cuando lo hacía.
Tae, por otro lado, hizo sentir a Yoongi como la persona más
especial en la faz de la tierra. Y Tae lo
llamó lindo bebé. Eso decidió las cosas por Yoongi. Se podía quedar con Hoseok,
quien pensaba era mejor que todos los demás, o podía ir a casa con Tae y echar
un polvo con el hombre más sexi que alguna vez hubiese conocido.
Su padre se iba a enojar y Yoongi lo sabía, pero al menos
tendría una noche para recordar después de que se fuera. Yoongi se paró en toda
su altura, que por cierto no era mucha, y respiró hondo.
—Me voy
a ir a casa con Tae. —Presionó sus labios juntos y clavó sus uñas en las palmas
de sus manos para evitar añadir algo más a su sentencia. No eran necesarias más
palabras, no esta vez.
Antes de que Yoongi pudiera decir otra palabra, fue
levantado y lanzado una vez más sobre el hombro de Tae. Se rio y saludó con la
mano a Hoseok mientras se dirigían a la puerta. Hoseok no lucía feliz. Yoongi,
por otro lado, sentía un cosquilleo hasta en los dedos de los pies.
Iba a ir a casa con Tae, el chico más sexi del planeta. No
sólo eso, sino que Tae parecía encontrarlo lindo. Yoongi no dudaba que podía
ser lindo, como le dijo a Tae. Aunque hubiese preferido que
Tae pensara que era sexi, pero los mendigos no pueden
exigir. Yoongi tomaría lo que pudiera conseguir.
Yoongi gritó cuando repentinamente fue bajado del hombro de Tae
y dejado en el asiento delantero de un coche. Levantó los brazos al aire cuando
Tae se inclinó sobre él y abrochó el cinturón.
Cuando Tae comenzó a retroceder, Yoongi se inclinó e inhaló
profundamente, ronroneando.
—De verdad hueles muy bien. —Yoongi sintió que se retorcía
bajo la intensa mirada que repentinamente le dio Tae—. ¿Qué? — preguntó.
—¿Eso es
todo lo que tienes que decir?
Yoongi se rio tontamente.
—No, podría decir que no sólo hueles maravilloso sino que
quiero rodar en tu olor hasta que cubra mi cuerpo de los pies a la cabeza. Si
pudiera embotellar la maldita cosa estoy seguro que podría hacer millones
porque es como un orgasmo en una botella y a todos les gusta el olor de un orgasmo.
Bueno, tal vez no a todos, pero a mí sí, pero si lo embotello para mí no podría
hacer millones y…
Yoongi escuchó la profunda risa de Tae justo antes de que
sus labios fueran cubiertos, la lengua de Tae se deslizaba sobre él. A Yoongi
le gustaba besar. Podía sentarse por horas y hacerlo con alguien, si podía
encontrar a alguien dispuesto a besarlo por tanto tiempo.
Besar a Tae llevaba las cosas a un nuevo nivel. Yoongi
estaba un poco avergonzado de que se hubiese venido en sus pantalones dentro
del bar, pero cuanto más lo besaba Tae, más cerca estaba de hacerlo otra vez.
Ya se estaba tambaleando en el borde y ni siquiera habían dejado el
estacionamiento.
Cuando Tae finalmente levantó la cabeza para mirarlo hacia
abajo, Yoongi sólo parpadeó, jadeando. No había nada que decir después de
recibir un beso como ese, simplemente no lo había. Bueno, tal vez: “Por favor,
¿puedo tener otro?”
Tae se rio y se puso de pie, cerrando la puerta de Yoongi. Yoongi
lo vio caminar alrededor del coche y subir en el asiento del conductor. El
coche rugió cuando Tae lo puso en marcha. Yoongi sabía que debía estar
impresionado cuando Tae lo miró pero, por más que lo intentara, Yoongi no tenía
idea de qué tipo de coche era. En lo que a él concernía, era un coche, un coche
rojo. Sólo quería saber qué tan rápido podía llevarlos de regreso a la casa de Tae.
—¿Qué
tan rápido va esta cosa? —preguntó Yoongi. Metió la mano en su bolsillo y sacó
el condón y la botella de lubricante que llevaba—. Porque quiero saber cuándo
debo abrir esta botella y empezar a prepararme. Me prometiste que estarías en
mi culo cinco minutos después de que lleguemos a tu casa y espero que cumplas
esa promesa. ¿Y cómo son tus paredes? ¿Son fuertes? Porque tengo esta fantasía
en la que me sostienes contra la pared y…
El coche repentinamente quemó llantas en el estacionamiento
del bar. Yoongi gritó y se agarró del tablero. Tae pisó el acelerador y el
coche aceleró por la carretera. Yoongi se reclinó en su asiento y miró por la
ventana. Dudaba seriamente que ellos estuvieran cerca del límite de velocidad.
Yoongi miró nuevamente a Tae y observó su reacción mientras
desabrochaba el botón superior de sus jeans y lentamente bajaba la cremallera.
El coche de repente redujo la velocidad avanzando lentamente, los ojos de Tae
estaban clavados en los sensuales movimientos de Yoongi.
—No
puedo esperar hasta que lleguemos a tu casa — dijo Yoongi mientras metía su
mano dentro de los jeans y sacaba su polla de sus calzoncillos. Había un
pequeño rastro de semen de antes. Yoongi limpió algo con sus dedos y le tendió
su mano a Tae—. ¿Ves lo que me hiciste? Un besito y un toqueteo rápido y me
vine encima de mis pantalones. ¿Puedes imaginar cómo voy a estar cuando en
realidad me jodas? Ahora otra vez estoy demasiado cerca de venirme y ni
siquiera me has tocado aún.
Yoongi abrió sus pantalones, dejando al descubierto su polla
desnuda ante los ahumados ojos de Tae.
—Sólo mírame. Ya estoy duro como una roca. —Limpió una gota
de líquido perlado de la cabeza de su polla—. Si me tienes así de excitado sólo
por un beso, puedo desmayarme si me follas.
El coche repentinamente salió a un lado de la carretera y se apagó. Antes de que Yoongi
pudiera preguntarle a Tae, el hombre había desabrochado su cinturón de
seguridad y se había movido en el coche hacia el lado de Yoongi. Una mano
agarró un mechón del cabello de la nuca de Yoongi. La otra mano la envolvió
alrededor de la polla de Yoongi.
Fuertes labios se presionaron contra los de Yoongi,
reclamándolo rudamente. Yoongi se vanagloriaba por el agarre descontrolado que Tae
tenía sobre su cuerpo. La carne de Yoongi se erizó ante el toque de Tae. Sintió
su sangre elevarse desde los dedos de los pies cuando Tae se movió de sus
labios a su cuello.
Su corazón latía ruidosamente dentro de él cuando Tae mordió
suavemente la carne de su cuello. Yoongi gritó en voz alta cuando el toque de Tae
lo llevó a otro orgasmo burbujeante. Su mirada se volvió neblinosa y su cabeza cayó
hacia atrás en el asiento mientras cubría la mano de Tae con su liberación.
Yoongi se sostenía en un estado de felicidad, el toque de
los labios de Tae en su garganta era extrañamente suave y acariciante. Envolvió
una mano alrededor de la cabeza de Tae, sosteniéndolo ahí y estirándose para
alcanzar los botones del pantalón de Tae con la otra mano.
Tae rápidamente agarró la mano de Yoongi, deteniéndolo. Yoongi
inclinó la cabeza y miró a Tae confundido cuando el hombre sólo lo miró y negó
con la cabeza. ¿Tae no quería que le regresara el favor? Tae lo llevó al
orgasmo dos veces. Él no había tenido ninguno.
—No me
voy a venir hasta que esté profundamente enterrado hasta las bolas en tu culo,
lindo bebé —dijo Tae mientras empujaba la mano de Yoongi. Le dio a Yoongi otro
rápido beso, sus ojos grises plateados se deslizaron por el chupetón en el cuello de Yoongi dejando
una mordedura antes de moverse de regreso a su lado del coche.
Un dolor se elevó en la garganta de Yoongi mientras miraba a
Tae encender el coche y conducir de regreso a la carretera. Tae lo trataba como
si fuera alguien especial, alguien precioso. Yoongi quería hacer lo mismo por
él. Sólo que no sabía si podía.
En el departamento de la experiencia, Yoongi no era virgen,
pero lo suficientemente cerca. Había sido besado un montón de veces pero
usualmente una vez o dos antes de que su boca hiperactiva espantara a los
hombres. Había sido follado exactamente una vez, y no había sido tan memorable.
Además del acto físico en sí, el principal recuerdo de Yoongi
era que el chico que lo había follado sólo quería joder con él para llegar al
padre de Yoongi. Había sido uno de esos que eran agradables con el hijo para
llegar al padre, ese tipo de cosas. En el momento en que había terminado, el
chico se olvidó casi de inmediato de la existencia de Yoongi. El padre de Yoongi
nunca dejó que olvidara que había sido usado por cualquiera.
—Tae,
¿alguna vez has oído hablar de Corp Min? —preguntó en voz baja Yoongi,
conteniendo la respiración mientras esperaba la respuesta de Tae.
—No,
¿debería hacerlo?
—¿Nunca
antes has invertido dinero?
Tae negó con la cabeza.
—Compré una casa hace un par de años pero fue a través del
banco de la ciudad con un préstamo hipotecario. ¿Cuenta eso?
Yoongi sonrió.
—Sí, eso cuenta.
—Corp Min
—dijo Tae—. ¿Como Corporación Min? ¿Alguna relación con Min Philip?
¡Maldita
sea! Yoongi se encogió.
—La compañía de mi padre.
—Cool,
mi padre es el alcalde de Wolf Creek. —Tae se encogió de hombros—. Creo que el
gobierno local es una especie de cosa familiar. Mi hermano, Namjoon, es el
sheriff local y mi primo Minho es el ayudante del sheriff.
—¿Y tú
no entraste en el negocio familiar porque…? — Yoongi sintió la risa de Tae como
si el hombre se estuviera presionando contra él. Se estremeció en respuesta. El
hombre era demasiado seductor para su propio bien, o el de Yoongi.
—Mi
reputación de chico malo no encaja bien con la policía.
—Sí,
puedo ver eso. —Yoongi sonrió mientras miraba al hombre de gran musculatura
sentado junto a él. Los tatuajes tribales alrededor de su grueso brazo le daban
a Tae un aire peligroso. Si le añadía la ajustada camisa negra de algodón, los
jeans ajustado, y las botas negras… el hombre definitivamente era un chico
malo.
Yoongi se inclinó y lamió el oscuro tatuaje tribal en el
bíceps derecho de Tae. Se rio cuando sintió el coche desviarse un poco.
—Me gustan los chicos malos, amor. Ellos son muy sexis.
Saben todo tipo de cosas sucias que las personas pueden hacer juntas. ¿Te
gustan las cosas sucias, Tae? El sexo regular tiene su lugar pero ser empujado
contra la pared mientras un chico malo tiene su poll…
Los ojos de Yoongi se abrieron como platos cuando Tae gruñó
y le dio un manotazo sobre su boca. Sabía que había hablado sucio y no a todos
les gustaba, pero pensó que a Tae podría gustarle si se había auto declarado un
chico malo. Tal vez Yoongi estaba equivocado.
—Lo
único cosa que quiero escuchar salir de tu boca ahora, lindo bebé —dijo Tae—,
son los gemidos y quejidos que harás mientras te preparas para mí. ¿Está claro?
Yoongi asintió, la excitación lo embargó ante la mirada
salvaje que Tae dio en su dirección. Tae no estaba enojado, estaba excitado,
que era exactamente donde Yoongi lo quería. Bueno, Yoongi quería al gran hombre entre sus piernas
pero sabía que eso iba a venir muy pronto.
—Puedes
guardar el condón. Yo me quedo con el lubricante porque vamos a necesitar los
dos si me vas a follar contra la pared, y tengo muchas ganas de que me folles
contra la pared. No creo que haya pensado en nada más desde que en el bar me
sentaste en tu regazo.
Yoongi tomó el condón y la botella de lubricante que
anteriormente había dejado caer en el asiento. Le tendió el condón a Tae,
esperando hasta que el hombre lo tomó y lo guardó en su bolsillo, luego abrió
la botella de lubricante.
Empujó sus calzoncillos y los pantalones hasta las rodillas
y separó sus piernas. Cuando empezó a deslizarse debajo de su asiento, un
súbito pensamiento entró en la cabeza de Yoongi. Miró a Tae, con curiosidad.
—¿Quieres
ver? Porque sé que me gusta ver. Es muy excitante, ¿no lo crees? Podría
inclinarme contra la puerta si quieres o incluso puedo ponerme en mis manos y
rodillas, ¿qué
prefieres? Estoy bien con cualquiera y…
—Yoongi.
—¿Qué? —Yoongi
parpadeó ante la respuesta poco mesurada… bueno, no creía que fuera de rabia
porque no creía que Tae estuviera enojado, pero…
—¡Deja
de hablar sobre ello y simplemente hazlo! — espetó Tae. Los ojos de Yoongi se
abrieron de par en par cuando escuchó los nudillos de Tae tronar sobre el
volante. Tal vez Tae estaba enojado—. Tienes cerca de tres minutos para estar
listo, llegaremos a mi casa y no esperaré una vez que lleguemos ahí.
Yoongi respiró hondo cuando la excitación de pronto lo
inundó. Bajó los pantalones el resto del camino por sus piernas, luchando como
loco cuando sus piernas se enredaron en los calzoncillos. Casi gritó por la
desesperación hasta que Tae se inclinó y le arrancó los ofensivos calzoncillos
de las piernas.
Libre, Yoongi abrió sus piernas alrededor, colocando una sobre la parte posterior del
asiento y la otra estirada en el piso mientras se inclinaba hacia atrás en la
puerta y se deslizó hacia abajo hasta que pudo inclinar su culo en el aire.
Tan excitado como estaba, no le tomó a Yoongi más que unos
segundos lubricar sus dedos y empujar dos dentro de su culo. Siseó, sintiendo
el profundo ardor al no estirarse a sí mismo antes de añadir dos dedos al mismo
tiempo, pero tenía prisa.
Mientras trabajaba sacando y metiendo los dedos de su
apretado agujero, Yoongi pudo sentir sus músculos lentamente empezar a
aflojarse. Muy pronto, el dolor desapareció para ser remplazado por un intenso
placer. Yoongi añadió un tercer dedo tan rápido como pudo.
Miró a través del interior del coche a Tae y luego chupó su
labio inferior, mordiéndolo para evitar hablar cuando vio a Tae mirándolo
intensamente. El fuego del deseo que podía ver arder en los ojos de Tae casi
envió a Yoongi sobre el precipicio por tercera vez. Yoongi rápidamente alcanzó
y rodeó la base de su polla, apretando hasta que la necesidad de llegar al
orgasmo desapareció.
—¿Qué
tan lejos está tu casa, Tae? —Jadeó mientras lentamente acarició con la mano su
dura longitud— . Me estoy
excitando mucho aquí
sabiendo que me
estás mirando y no sé cuánto más podré contenerme. Sólo el que me estés
mirando me está volviendo loco.
—Yoongi
—gruñó Tae—, dije sin hablar.
—No
puedo evitarlo. —No podía. Yoongi mordió nuevamente su labio mientras trataba
de mantener las palabras encerradas detrás de sus labios. Quería estar callado
mientras Tae lo dirigía, pero cada vez que miraba al hombre y lo veía apretar
la mandíbula, Yoongi lo necesitaba. Una parte de él necesitaba aflorar
verbalmente— . Lo estoy intentando, Tae, lo juro.
Sorprendentemente, Tae sonrió.
—Sé que lo haces, lindo bebé. Hazlo si necesitas correrte.
No tengo dudas que puedo hacer que te endurezcas otra vez.
—¿En
serio? ¿No te importa? —Yoongi estaba sorprendido… e increíblemente excitado—.
Ya me he corrido dos veces y tú no lo has hecho en absoluto y no me parece
justo. No lo es, Tae, y quiero ser justo así que si tú me dejarás…
—Menos
charla, más acción, lindo bebé. Quiero verte joderte a ti mismo.
Sí, está bien, Yoongi podía hacer eso. Yoongi ya estaba
haciendo eso. Sus dedos, tres de ellos, estaban profundamente presionados
dentro de su culo. Su mano estaba firmemente envuelta alrededor de su polla.
Tener un orgasmo en cualquier momento era una posibilidad muy real.
—Vas a
necesitar otro dedo, Yoongi. —Tae se rio—. Soy mucho más grande de lo que
tienes en tu culo justo ahora.
Los ojos de Yoongi casi rodaron hacia atrás de su cabeza por
el alarde de Tae… bueno, esperaba que no estuviera alardeando. Metió con
impaciencia otro dedo en su culo, haciendo una mueca otra vez cuando llevó los
cuatro tan profundo como pudo llegar.
La cabeza de Yoongi cayó hacia atrás contra la puerta cuando
empezó a empujar los dedos dentro de su culo, acariciando su polla al mismo
tiempo.
—Oh, por favor, dime que no estás mintiendo, Tae, porque de
verdad necesito sentir…
—¡Yoongi!
¿Qué fue lo que dije?
—¡Me
corro! —gritó Yoongi cuando se puso rígido, las explosiones de placer
encendieron todo su cuerpo. Se quedó inmóvil con los dedos enterrados en su
culo y la mano sosteniendo su polla mientras cuerdas de semilla blanco- perla
salieron disparadas sobre él.
A Yoongi no le importó que cubriera su camisa con semen. No
le importó que las gotas aterrizaran en el tablero del lujoso coche de Tae. Ni
siquiera le importó cuando el coche repentinamente derrapó para detenerse hasta
que sintió la puerta ceder detrás de él. Yoongi gritó y retiró sus dedos justo
a tiempo para ser arrastrado del coche por grandes manos que se envolvieron
alrededor de su torso.
Yoongi miró la cara de Tae justo cuando fue levantado en los
brazos del hombre y llevado a la casa. Tragó para pasar el repentino nudo en su
garganta cuando recibió un buen vistazo de la forma en que Tae apretaba su mandíbula.
—¿Ta… Tae?
Yoongi instantáneamente cerró la boca ante la dura mirada en
los ojos gris plateados oscuros de Tae cuando lo miró hacia abajo. De repente
se sintió muy inquieto, preguntándose si había hecho algo malo.
Luego se dio cuenta que lo había hecho, y su estómago se
apretó. Se había venido tres veces como un bastardo egoísta y Tae ni siquiera
se había venido una vez. No se sorprendía de que Tae lo dejara en el suelo y se
rehusara a hablarle otra vez. Yoongi enterró su rostro contra el suave algodón
de la camisa de Tae y oró para que el hombre le diera una oportunidad para
probarle que no era un completo idiota.
Sin embargo, Yoongi suspiró aliviado cuando Tae empujó la
puerta principal abriéndola y lo llevó adentro en vez de dejarlo afuera, sobre
todo considerando que no vestía ni pantalones ni calzoncillos. A los vecinos
seguramente les encantaría eso.
Los próximos segundos volaron para Yoongi en una neblina
llena de lujuria. Tae apretó a Yoongi entre su cuerpo y la pared. Nada existía
fuera de ellos dos, sin respirar, sin ver, nada excepto los duros labios
presionando contra los suyos e incluso la dura pared contra la que Tae
presionaba a Yoongi.
Yoongi gimió en protesta cuando los labios de Tae se
apartaron de los suyos para trazar la línea de su mandíbula. Realmente le
gustaba besar a Tae. Volvió a gemir cuando sintió a Tae comenzar a mordisquear
su cuello.
Su cabeza cayó hacia atrás contra la pared con un pequeño
ruido sordo cuando intentó darle más acceso a Tae. Cada hueso de su cuerpo se
sentía como si se estuvieran derritiendo. Su piel hormigueaba donde Tae lo
mordía, enviando un estremecimiento de necesidad dentro de Yoongi el cual era
incapaz de mantenerse por sí mismo.
—Tae,
por favor.
—Envuelve
tus piernas alrededor de mi
cintura, lindo bebé.
Yoongi estaba demasiado ansioso por obedecer, especialmente
cuando Tae lo levantó con las manos agarrando sus nalgas. Yoongi sintió su
ingle desnuda chocar contra la ajustada tela de mezclilla de los jeans de Tae.
Su respiración quedó atrapada en su garganta cuando miró hacia arriba a Tae
para encontrarlo mirándolo, con una extraña e intensa mirada en sus ojos.
—Ahora
eres mío, Yoongi, siempre mío.
Yoongi asintió. No estaba seguro exactamente a qué estaba
accediendo, pero si eso significaba que obtendría su sueño y Tae lo follaba
contra la pared, Yoongi estaría de acuerdo en todo. Yoongi asintió otra vez
sólo para estar seguro de que Tae entendiera.
La sonrisa de Tae estaba llena con tal promesa que Yoongi
casi olvida respirar hasta que sintió al hombre deslizarse entre ellos. Yoongi
inhaló hondo cuando escuchó a Tae bajar la cremallera de su pantalón, luego
aguantó la respiración, anticipando la sensación de la polla de Tae empujando
dentro de él.
En cualquier momento…
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