Yoongi vio una variedad de emociones cruzar el rostro de Taehyung, del miedo a la incredulidad y luego hacia un toque de esperanza. Imaginó que se sentía tan sorprendido como él cuando descubrió que Jungkook era su compañero y lo reclamó.
Yoongi se tambaleó con el conocimiento de que tenía dos
compañeros, no uno. No sucedía a menudo, pero ocurría. Yoongi no podía dejar de
preguntarse por qué el destino lo había elegido para tener dos parejas. Tan
asustado como Taehyung estaba de él, también tenía que preguntarse si todo era
una broma cósmica.
—Vas a estar bien, Taehyung —dijo Yoongi—. No tienes que
tener miedo nunca
más. Jungkook y yo cuidaremos
muy bien de ti, te mantendremos a
salvo. Nadie podrá hacerte daño nunca más.
—Tú... tú no entiendes —susurró Taehyung—. Félix me
entregará a Changbin tan pronto como lleguemos a casa. Voy a pertenecerle.
Yoongi se esforzó por contener su gruñido. Ahora Taehyung le
pertenecía a él y a Jungkook. Félix y
Changbin nunca pondrían sus manos en él si tenía algo que decir al
respecto. Y tenía mucho que decir.
Yoongi palmeó la mano
de Taehyung, entonces se puso
de pie. Se acercó al teléfono y lo cogió.
Un momento después se oyó la respuesta de Albert, justo el hombre con el que quería hablar.
—Albert, soy Min Yoongi —le dijo—. Estoy en el estudio con Jungkook
y Taehyung. Hemos tenido un pequeño cambio de planes, y tengo que ver al
Príncipe y a Devlin, pero no quiero que
nadie más lo sepa. ¿Se puede arreglar?
—Por supuesto, señor —respondió Albert—. Voy a arreglarlo de
inmediato.
—Eres una joya, Albert.
—Por supuesto, señor.
Yoongi se echó a reír cuando
colgó el teléfono y volvió a mirar a Jungkook y Taehyung.
—Devlin y el Príncipe Zacarius deberían estar aquí en
un momento. Ellos nos
ayudarán a asegurarnos de que ni Félix ni Changbin vuelvan a poner sus
manos en ti otra vez, Taehyung.
—¿Cómo?
Yoongi volvió a arrodillarse detrás de Jungkook de nuevo.
Envolvió su brazo alrededor del hombro de Jungkook y tiró de él contra su
cuerpo más grande. Sonrió al sentir a Jungkook acurrucarse al lado de su cuello
y agarró la mano de Jungkook y la apretó para tranquilizar a su compañero.
—Tengo que hacerte una
pregunta, Taehyung —dijo Yoongi—,
y necesito que seas honesto conmigo, ¿vale?
Taehyung asintió con la cabeza.
—Quiero que entiendas algo primero. Tienes tres
opciones aquí, y Jungkook y
yo nos aseguraremos de que cualquier elección que hagas, se
llevara a cabo,
no importa lo que elijas. ¿Entiendes?
Taehyung tragó saliva y volvió a asentir.
—Tu primera opción es irte a casa con Changbin y con Félix.
—Cuando Taehyung rápidamente negó con la cabeza, Yoongi levantó la mano para
detenerlo.
—Espera hasta que haya terminado, ¿de acuerdo?
Una vez que Taehyung comprendió, Yoongi continuó.
—Tu segunda opción es solicitar asilo al Príncipe Zacarius
—dijo Yoongi—. Sé que te lo daría, te protegería con su vida, al igual que su
compañero, Devlin.
—¿Y mi tercera opción? —preguntó vacilante Taehyung.
—Tu tercera opción, Taehyung
—dijo Yoongi—, es que
Jungkook y yo te reclamemos y vuelvas
a casa con
nosotros como nuestra pareja. Sé que el
Príncipe Zacarius y su
consorte real te apoyarán con cualquier decisión que tomes.
—¿De verdad me quieres? —jadeó Taehyung— ¿Los dos?
Yoongi asintió con la cabeza. Sintió que Jungkook movía la
cabeza contra su pecho mientras asentía, también.
—Sí, Taehyung, te queremos.
—¿Y tú crees que el Príncipe apoyará mi decisión?
—Puedo garantizártelo, Taehyung —respondió Yoongi—. Por
supuesto, yo no sé mucho acerca de tu Príncipe, pero sí conozco a Devlin. Somos
de la misma manada. Devlin jamás te acoplaría con un hombre que no te pueda
respetar.
—¿Puedo pensármelo?
Yoongi hizo una mueca, pero asintió con la cabeza de todos
modos. El tiempo era esencial. Si Taehyung los elegía, Yoongi quería reclamarlo
antes de que nadie pudiera detenerlo.
Aunque creía en las palabras que le había dicho a Taehyung,
se sentiría mejor si pudiera reclamarlo.
—Vamos a estar por aquí y te daremos unos minutos a solas,
¿de acuerdo? —preguntó Yoongi—, pero tienes que tomar una decisión antes de que
el Príncipe Zacarius y Devlin lleguen. Sé que no te da mucho tiempo y lo siento
por eso, pero es importante, Taehyung.
Yoongi se puso en pie y tiró de Jungkook con él. Agarró la
mano de Jungkook y tiró de él hasta estar delante de la
ventana, dando privacidad a Taehyung para pensar. Yoongi esperaba que él tomara
la decisión correcta, pero acababa de conocerle. No tenía idea de lo que Taehyung
decidiría, pero conocía a alguien que sí lo sabría.
Yoongi envolvió a Jungkook con sus brazos y abrazó al hombre
más pequeño contra el pecho. Se inclinó y apoyó la barbilla en la parte
superior de la cabeza de Jungkook. Yoongi se limitó a abrazar a Jungkook por
unos momentos, saboreando la sensación de tener a su compañero entre los
brazos. No importaba lo que Taehyung decidiera, al menos tenía a Jungkook.
—No te preocupes, mi gran lobo feroz —susurró Jungkook
contra el pecho de Yoongi—, Taehyung nos elegirá. Sólo necesita reflexionar,
pensar sobre todo esto en su mente. Taehyung nunca ha sido de los que toman
decisiones rápidas.
—Ojalá pudiera estar tan seguro como tú, cariño, pero tengo
que admitir que estoy temblando en mis
botas. —Yoongi se inclinó y acarició la
parte superior de la cabeza de Jungkook —. No sé lo que voy a hacer si él nos
niega.
Jungkook inclinó la cabeza hacia atrás y sonrió
hacia Yoongi.
—Confía en mí, no lo hará.
Yoongi se echó a reír.
—Estás seguro de eso, ¿verdad?
—¿Cómo podría resistirse a nosotros dos?
—Supongo que no puedo.
Yoongi saltó y dio
vuelta para encontrarse
a Taehyung de pie junto a ellos. No había oído que el
hombre se acercara. Yoongi frunció el ceño.
Debía estar perdiendo
su agudeza. O eso, o todas sus
preocupaciones nublaban lo demás.
—¿No puedes qué, Taehyung? —preguntó Yoongi en voz baja.
Parecía que un viento fuerte pudiera hacer volar al hombrecito. Yoongi decidió
que si Taehyung los aceptaba, conseguiría que Jungkook cocinara para él y
pudieran engordarlo un poco.
—No me puedo resistir —dijo Taehyung—. Si aún me quieren,
entonces los elijo a ti y a Jungkook.
Yoongi podía ver el miedo en los ojos azul pálido de Taehyung.
Se acercó y sostuvo la mano de Taehyung y lo atrajo hasta dejarle en medio
entre él y Jungkook.
—Todavía te deseamos, Taehyung.
—Entonces, ¿cómo hacemos esto?
Yoongi se echó a reír.
—Bueno, Jungkook y yo ya iniciamos el proceso cuando probamos
tu sangre. Ahora sólo tienes que tomar la nuestra. —Yoongi ofreció su muñeca a Taehyung—.
El resto depende de ti.
Taehyung agarró el brazo de Yoongi y puso su boca sobre la
muñeca.
Yoongi le sonrió cuando
sus pálidos ojos azules parpadearon hacia los suyos.
—Adelante, Taehyung. Está bien.
La euforia llenó a Yoongi,
un momento después,
cuando los dientes de Taehyung
se hundieron en
su muñeca. El tirón suave cuando Taehyung
chupó su sangre estuvo a
punto de hacer ceder sus rodillas. Después de haber experimentado la
marca particular de la mordida de Jungkook durante sus relaciones sexuales, Yoongi no podía
esperar para probar
a su nuevo compañero.
La sola idea hizo que su pene se endureciera.
El pequeño grito ahogado
de Jungkook llamó
la atención de Yoongi. Miró más allá de la visión erótica de Taehyung
lamiendo su muñeca para ver los amplios ojos celestes de Jungkook. Yoongi
sonrió. Sabía que
Jungkook podría oler su excitación. El olor los rodeaba.
También sabía que Jungkook sentía la misma excitación. Su
piel había tomado el cálido resplandor que Yoongi siempre asociaba a cuando Jungkook
estaba listo para el sexo. Hizo que se
sintiera bien, sabiendo que
no era el único
afectado por Taehyung.
—Mi turno —gruñó Jungkook mientras se abría la muñeca
delante de la cara de Taehyung. Yoongi se echo a reír y separó su propia muñeca
de los labios de Taehyung. La herida de la pequeña picadura todavía sangraba un
poco. Yoongi se la tendió a Jungkook, levantando
una ceja. Jungkook se inclinó y lamió la herida.
Yoongi podía sentir el vínculo formándose entre ellos tres
cuando, poco a poco, Taehyung bebió de la muñeca de Jungkook. Era una sensación
embriagadora, casi hasta el punto en el que se sentía mareado. No sólo iba a
tener a su maravilloso Jungkook para el resto de su vida, también a Taehyung,
el hombre con el aspecto más dulce en el que había puesto los ojos alguna vez.
Jungkook hizo que Yoongi se
quemara con el
deseo. Sólo tenía que mirar al
chico para querer estar
dentro de él. Jungkook era el tipo de hombre que hacía
que quisiera cazarlo y joderlo contra la pared. Taehyung era único y diferente.
Yoongi había pensado que había conocido a un hombre delicado cuando se
había acoplado con Jungkook, pero él ni siquiera se acercaba a ser tan delicado
como Taehyung. Le sorprendería si el jovencito pesaba más de cuarenta y cinco
kilos y estando empapado. Se parecía a un elfo, todo frágil y fino.
Taehyung le hacía querer acunarlo contra su cuerpo y
protegerlo de los males del mundo. Quería darle más placer suave y lento del
que habría soñado que pudiera obtener. Quería cumplir todas las fantasías
de Taehyung antes incluso de que pudiera
darse cuenta de que las tenía.
Quería consumir a Taehyung.
Yoongi no pudo contener el gruñido que trabajó el camino
hasta su garganta.
El intercambio de sangre no era la única parte de reclamar
al compañero de uno.
Yoongi y Jungkook necesitaban reclamar a Taehyung
sexualmente también.
Yoongi quería terminar el derecho de reclamación aquí y
ahora, pero las voces que venían por el pasillo le dijo que se le había acabado
el tiempo. Esa parte de la
reclamación tendría que esperar.
—Ciérralo, Taehyung —ordenó Yoongi—, Devlin y el Príncipe
están llegando.
Por un momento, Yoongi vio el destello de fuego en los ojos
de Taehyung cuando el hombre lo miró, y luego Taehyung bajó los ojos. Yoongi
gimió ante la vista de la pequeña lengua rosada de Taehyung deslizándose contra
la marca de la mordedura en la
muñeca de Jungkook. Su
polla estaba dolorida
y se preguntó qué otra cosa podría
hacer con esa lengua.
—¿Es… está hecho? —preguntó Taehyung, su voz apenas un susurro.
—Ya está hecho, Taehyung. Nos perteneces a Jungkook y a mí
ahora —respondió Yoongi Suavemente dio unas palmaditas en el hombro de Taehyung—.
Nadie puede alejarte de nosotros ahora, ni Changbin, ni Félix, ni siquiera el
Príncipe Zacarius. Eres nuestro.
La sonrisa de Taehyung era precaria, pero estaba
allí. Era lo suficientemente bueno para Yoongi. Empezó a devolverle la
sonrisa a Taehyung, cuando se abrió la puerta del estudio. Yoongi se puso
delante de Jungkook y Taehyung, protegiendo a sus compañeros de quien entraba y
dejó escapar un suspiro de alivio cuando vio a Devlin y al Príncipe.
—¿Qué tal va tu encuentro? —Yoongi preguntó
dejando que su cuerpo se asentaba en un modo menos agresivo.
—¡Changbin es un estúpido! —exclamó Devlin.
—Siempre lo he pensado —Jungkook rio entre dientes, saliendo
de detrás de Yoongi.
—Félix no es mucho mejor —se quejó el Príncipe.
—Y ambos se van a ponerse mucho peor cuando se enteren de
que Jungkook y yo hemos reclamado a Taehyung como nuestro compañero. —Yoongi
contuvo el aliento mientras esperaba las consecuencias de sus palabras. No tardaron mucho tiempo en llegar.
—¿Que hicieron qué? —preguntó Devlin.
—Taehyung es nuestro compañero —dijo Yoongi—. Jungkook y yo
lo hemos reclamado. Te pedí que vinieras para que pudieras ser testigo de
nuestras marcas de reclamación. No quiero que Changbin o Félix tengan
alguna excusa para anular nuestro
reclamo.
Yoongi le tendió la muñeca a Devlin y al Príncipe. Jungkook
hizo lo mismo. Yoongi agarró la muñeca de Taehyung y tendió la mano hacia
Devlin y el Príncipe Zacarius para
que las vieran. El corte que
había recibido había comenzado a sanar, pero la evidencia aún permanecía en
la carne rosada fruncida.
—Taehyung nos pertenece a nosotros y nos
lo vamos llevar a casa con
nosotros a Wolf Creek cuando nos vayamos —dijo Yoongi—. ¿Hay algún
inconveniente?
—No vas a hacerlo
fácil para mí, ¿verdad?— preguntó el Príncipe Zacarius.
Cruzó los brazos sobre su pecho y fulminó con la mirada a Yoongi.
—¿Negarías a los compañeros que están juntos? — preguntó Yoongi—. No
tenía la intención
de reclamar Taehyung, pero una
vez que supimos que era
nuestro compañero, no pudimos negarnos. Seguramente sabes cómo es, ¿no?
El Príncipe Zacarius
miró a Devlin y sonrió.
—Sí, soy muy consciente de la necesidad de reclamar a un
compañero.
—¿Entonces no vas a negar nuestro reclamo?
El Príncipe permaneció en silencio durante un largo y
atormentador momento, y luego miró a través de Yoongi hacia donde Taehyung se
acurrucaba tras él.
—Taehyung, ¿cómo te sientes acerca de todo esto? Te daré
refugio aquí en la finca del aquelarre si así lo deseas.
Yoongi estaba orgulloso de Taehyung, cuando dio un paso
adelante y sacudió la
cabeza.
—No, gracias, Alteza.
Yoongi ya me ha dicho que
quedarme aquí contigo y tu
consorte real era una de mis opciones.
Yo decido ir con Yoongi y Jungkook.
—Muy bien—respondió el
príncipe—. Voy a informar a Changbin y a Félix
de que Taehyung ha sido reclamado.
Es posible que desees llevar a tu nuevo compañero al piso de arriba y
completar el reclamo antes de la cena. No tengo ninguna duda de que Changbin
y Félix
lanzarán un ataque si ellos creen que hay alguna manera de que
puedan mantener su dominio sobre Taehyung.
Yoongi asintió con la cabeza. Había estado pensando en la
misma línea, pero
no por Changbin
y Félix. Quería
completar el reclamo para que nadie pudiese llevarse a Taehyung lejos de
él y de Jungkook.
Yoongi envolvió su brazo sobre los hombros de Taehyung,
luego los de Jungkook, atrayéndolos a ambos contra la curva de su cuerpo. Yoongi
se echó a reír y sacudió la cabeza. La parte superior de la cabeza de
Jungkook apenas alcanzaba su
hombro. Y Taehyung podría caberle bajo el brazo. Se sentía como un gigante.
—Vamos, mis compañeros —dijo Yoongi empezando a llevar a
todos hacia la
puerta—. Vamos a ir
a algún lugar más privado y
poder conocernos unos a otros, ¿mmm?
Jungkook no podía dejar de saltar junto a Yoongi cuando le
llevó a él y a Taehyung escaleras arriba a sus cuartos. Estaba muy emocionado.
No sólo tenía a Yoongi, ahora
tenía a Taehyung, su mejor
amigo, también. Jungkook
no tenía ni
idea de cómo había llegado a ser tan afortunado, pero no estaba dispuesto
a discutir.
Amaba a Yoongi,
lo adoraba. No podía
imaginar su vida sin él. Yoongi lo era
todo para él. Taehyung,
sin embargo, era su mejor amigo. Habían jugado juntos cuando eran niños,
descubrieron que eran homosexuales juntos,
todo. Dejarlo atrás cuando se marchó había sido lo más difícil que había
hecho.
Le pareció un poco extraño que nunca antes hubiera sabido
que eran compañeros. No lo podía explicar, excepto que tal vez ellos
necesitaban a Yoongi para que su pequeño círculo estuviera completo. A decir
verdad, no le importaba. Sólo sabía que estaban todos juntos ahora, y eso es lo
único que importaba.
En el momento en que Yoongi abrió la puerta de su habitación
y dio un paso con ellos, Jungkook agarró la mano de Taehyung y lo llevó a la
cama. Se sentó y se acomodó en la cama, haciendo un gesto a Taehyung para que
se sentara con él. Yoongi se sentó a la cabecera de la cama, y se enredó
alrededor de Jungkook por detrás. Era la posición favorita de Jungkook, estar
rodeado de Yoongi así.
—¿Cómo has estado, Taehyung? —preguntó Jungkook—. Quiero decir, ¿realmente?
Taehyung se encogió de hombros.
—He estado bien, supongo. Te extrañé, sin embargo.
Jungkook agarró la mano de Taehyung y la apretó.
— Lamento no haber podido llevarte conmigo, pero una vez que
Yoongi me reclamó, sabes que Changbin nunca me dejaría volver. Realmente
esperaba que Félix me reclamara ese día.
—Oh, no te culpo, Jungkook —dijo Taehyung. Jungkook sabía
que era verdad. No era típico de Taehyung
guardarle rencor a nadie—. Me alegro de que estemos juntos de nuevo.
—Lo estamos y ahora no tenemos que estar separados de nuevo
—dijo Jungkook. Apenas podía contener la emoción dentro de él. Quería reír,
gritar y bailar por toda la habitación—. Tú, yo, y Yoongi por fin una familia,
y nadie nos puede separar.
—Siempre tuve la esperanza de que estaríamos juntos algún
día —susurró Taehyung, con el rostro ruborizado.
Jungkook frunció el ceño.
—¿Sabías que éramos
compañeros y nunca me lo dijiste? ¿Por qué no?
Los delgados hombros Taehyung se movieron arriba y abajo cuando él los encogió.
—No parecía haber
ninguna razón. Sabes
tan bien como yo que Changbin y Félix nunca nos dejarían estar
juntos y
ninguno de los
dos era lo
suficientemente fuerte para luchar contra ellos.
Jungkook
comenzó a reírse.
Podía sentir las miradas confusas de sus dos compañeros.
Palmeó la mano de Taehyung, luego alcanzó la de Yoongi, juntando las dos
con la suya.
—No creo que eso vaya a ser un problema, Taehyung. Tenemos a
Yoongi ahora. Es lo suficientemente fuerte para los dos.
—Él parece muy fuerte —dijo Taehyung.
Jungkook conocía a Taehyung.
Sabía que la mirada que le dio a Yoongi era de curiosidad. Jungkook
quería aumentar la curiosidad a un punto álgido. Yoongi estaba muy interesado. Jungkook
podía olerlo en el aire. Se sentía bastante seguro de que el olor dulce
subyacente era la excitación de Taehyung. Jungkook sólo
tenía que conseguir que
los dos hombres se quisieran entre sí.
Se deslizó hacia abajo
y se apoyó
contra el pecho ancho de Yoongi.
Los ojos de Taehyung se abrieron
cuando las manos de Yoongi se
acercaron para envolverse alrededor de Jungkook. Jungkook gruñó y se arqueó en
los dedos que rozaban contra él. Le encantaba la sensación de las manos de Yoongi
en su cuerpo.
—Yoongi es muy
fuerte, Taehyung —dijo Jungkook mientras se desabrochaba la
camisa—. Pero tiene las manos
más suaves de la tierra. —Las manos de Yoongi se movieron justo hacia la apertura de la camisa,
rozando los dedos sobre
la piel de Jungkook—. ¿Ves?
Jungkook podría decir que Taehyung observaba cada movimiento
de los dedos de Yoongi. Sus ojos parecían pegados a ellos, siguiendo el camino
desde la clavícula de Jungkook hasta la cintura de sus pantalones. Jungkook
contuvo el aliento cuando los dedos de Yoongi se colaron bajo la tela de los
pantalones y rozó la cabeza de su polla dura.
—Yoongi —él se quejó.
—¿Te gusta esto, bebé? —preguntó Yoongi.
—¡Dios, sí!
Los ojos de Yoongi se arrugaron cuando se echó a reír.
Desabrochó los vaqueros de Jungkook.
Jungkook levantó su trasero hacia arriba cuando Yoongi
empujó los pantalones por sus piernas.
Los ojos de Taehyung se abrieron de manera significativa,
cuando el duro pene de Jungkook rebotó
y golpeó contra su abdomen. Jungkook frunció el ceño. Taehyung
parecía haber clavado la mirada en su pene. No tenía sentido, ya que sabía que la había visto antes. Ellos se bañaban juntos cuando eran niños pequeños, habían nadado desnudos cuando
eran adolescentes. Incluso se habían masturbado en la misma habitación un par
de veces.
Taehyung había visto su pene antes.
—¿Taehyung? ¿Estás bien?
—¿Eh? —Taehyung levantó la cabeza, sus ojos aturdidos se encontraron
con Jungkook— ¿Qué?
Jungkook se rio entre dientes. Se inclinó hacia adelante y
apoyó su mano sobre el brazo de Taehyung. —¿Estás bien?
El rostro de Taehyung se sonrojó.
—Sí, estoy bien.
Jungkook le dio unas palmaditas a Taehyung, a continuación, se apoyó contra el pecho de Yoongi.
Podía sentir la diversión de Yoongi en el rumor suave en su pecho. Era
agradable, pero Jungkook estaba mucho más interesado en el duro pene que se
presionaba contra su espalda.
Yoongi se inclinó
y envolvió su
mano alrededor del pene de Jungkook.
Jungkook gimió y arqueó
su cabeza hacia
atrás contra Yoongi. El toque de
su compañero siempre se sentía tan bien.
—¿No te parece esto bonito, Taehyung? —preguntó Yoongi
mientras estrechaba el pene de Jungkook en dirección de Taehyung. Taehyung
asintió con la cabeza—. ¿Quieres tocarlo? Puedes, lo sabes. Jungkook es tu
pareja ahora. Lo puedes tocar cuando quieras.
Jungkook estaba cerca de derretirse con la idea
de Taehyung tocándolo. Contuvo la
respiración, rezando para que fuera lo suficientemente audaz para
seguir las palabras de Yoongi. Sabía que Yoongi lo esperaba tanto como él lo
hacía. El corazón de Yoongi dio un vuelco en el pecho, golpeando contra la
parte posterior de Jungkook.
—Yo nunca…
—Ni yo lo hice antes de que Yoongi me reclamara —dijo Jungkook—.
Pero la espera mereció la pena.
Los ojos de Taehyung cayeron hasta la polla de Jungkook, una
vez más. Él se lamió los labios.
—¿Puedo…?
—Puedes hacer lo que quieras —le dijo Jungkook rápidamente.
Jungkook pudo ver temblar la mano Taehyung cuando se le
acercó y apartó suavemente una pequeña gota de líquido pre- seminal en la
pequeña hendidura en la cabeza. Los ojos de Taehyung parpadearon hacia arriba,
luego hacia abajo mientras se llevaba el dedo a la boca y lamía la gota.
Jungkook gruñó. Oyó gemir a Yoongi detrás de él. El
espectáculo de Taehyung lamiendo la prueba de la excitación de Jungkook era
embriagador. Eso hizo que más gotas aparecieran, casi como si quisieran unirse
a la primera.
Jungkook se estremeció
cuando la mano
de Taehyung volvió hacia su pene.
Esta vez, los dedos de Taehyung rozaron la parte superior.
La mano de Yoongi desapareció, sólo para ser remplazada por la de Taehyung. La
cabeza de Jungkook volvió a caer sobre el pecho de Yoongi, sus ojos se
cerraron. Taehyung le tocó íntimamente por primera vez, de lo que esperaba que
fueran muchas de ahora en adelante.
—Taehyung —gritó Jungkook al momento. El toque era tan bueno
como el de Yoongi. Le hizo sentir una dolorosa necesidad. Sentía las bolas como
si estuvieran en llamas. Apretó los puños contra los pantalones en los muslos
de Yoongi, luego los aflojó.
—Yoongi —dijo Jungkook, su voz sonaba ronca, incluso a sus
propios oídos—. Tus pantalones. Deshazte de tus pantalones. Quiero tocar tu
piel.
—Como desees, dulzura —cantó Yoongi. Se deslizó por detrás
de Jungkook y se puso al lado de la
cama. Los ojos de Jungkook
odiaban dejar la fascinación del rostro de
Taehyung, pero la visión de Yoongi desnudándose no era algo que debiera
perderse.
—Taehyung, mira —le dirigió
Jungkook, asintiendo con la cabeza hacia Yoongi.
La cabeza de Taehyung se balanceó hacia Yoongi. Su boca se
abrió cuando Yoongi comenzó a desnudarse, una prenda cada vez, poco a poco. Jungkook
sonrió. La respiración de Taehyung se hizo más rápida con cada prenda de vestir
que se desprendía del hermoso cuerpo de Yoongi.
Jungkook sabía que no todo el mundo encontraba a Yoongi
atractivo. Muchas cicatrices marcaban su cuerpo. Para Jungkook, tenía un
significado especial. Sólo esperaba que Taehyung pudiera ver a Yoongi de la
misma manera que él lo hacía. Yoongi se sentiría triste, si Taehyung lo
encontrara horrible.
Jungkook estaba bastante seguro de que no sería un problema
cuando se oyó un pequeño tirón en el aliento de Taehyung, pero no estaba
seguro. Los próximos segundos dirían la verdad.
—Precioso, ¿no? —le preguntó Jungkook.
—Tantas cicatrices —susurró Taehyung—. Tanto dolor. —El corazón
de Jungkook quedó atrapado en las palabras. ¿Taehyung estaba rechazando a Yoongi? Pero Taehyung se
acercó para recorrer una larga cicatriz a lo
largo del abdomen de Yoongi. Taehyung miró a Yoongi—. ¿Nadie
cuidó de ti?
—No, hasta Jungkook. —Yoongi le dio a Taehyung
una pequeña sonrisa—. Y espero que también tú lo hagas.
Taehyung parecía indeciso.
—¿Por qué yo?—preguntó Taehyung—. Quiero decir, entiendo lo
de Jungkook. Es hermoso, pero ¿por qué yo? No tengo nada que
ofrecer excepto un hermano
completamente loco, un
hombre que cambiaría a su propio hermano para conseguir ponerme
las manos encima, y la necesidad de
alimentarme.
Yoongi empujó sus pantalones hasta el suelo, luego se
inclinó para acariciar el lado de la cara de Taehyung. Taehyung dio un salto
hacia atrás, el miedo nublaba sus ojos. Yoongi se quedó helado. El rostro de Taehyung
se sonrojó y bajó los ojos al mirar hacia abajo en su regazo.
—Supongo que eso es otra de las cosas que tengo para ofrecer
—se rio nerviosamente—. Mi temor, y tengo mucho de eso.
Jungkook comenzó a inclinarse hacia delante para
tranquilizar a Taehyung cuando Yoongi se arrodilló en el suelo. Poco a poco
llegó a tocar el rostro de Taehyung, dándole un montón de tiempo para que se
alejase. Jungkook sabía que Yoongi quería consolar a Taehyung tanto como él lo
hacía, pero que tendrían que moverse con cuidado.
Taehyung parecía un conejo asustado.
—Taehyung, no hay nada de malo en tener miedo —dijo Yoongi
en voz baja—. Incluso alguien tan grande
como yo, tiene miedo.
Taehyung soltó un bufido de incredulidad.
—No, es cierto —
afirmó Yoongi—, puede que
mis temores no sean los mismos que los tuyos, pero los tengo.
—¿Qué tipo de temores? —preguntó en
voz baja Taehyung.
Yoongi hizo un gesto a su cuerpo.
—Mírame. Tengo cicatrices en todo mi cuerpo, además de que
soy del tamaño de una casa de
ladrillos. Tú y Jungkook son perfectos. Ambos son pequeños y delicados y
no hay una sola marca en sus cuerpos. ¿Cómo puedo competir con eso?
Taehyung frunció el ceño.
—¿Por qué necesitas competir?
Yoongi se echó a reír.
—Hay un montón de hombres más atractivos por ahí fuera, Taehyung.
¿Qué sucedería si alguno encuentra a alguien a quien quiera más, a
alguien más guapo que yo? Me preocupa eso todo el tiempo, y la idea de
estar sin ninguno de ustedes me da un miedo de muerte.
—Pero somos compañeros
—insistió Taehyung—. Nunca te
dejaré.
—No puedes saberlo. Acabas de conocerme. Puedes encontrarte
con que ni siquiera te guste una
vez que llegues a conocerme.
Taehyung negó con la cabeza.
—No, yo conozco a Jungkook. Ha sido mi mejor amigo desde que
éramos bebés. Si él quiere estar contigo, entonces voy a querer estar contigo. Jungkook
nunca estaría con alguien que no le importara.
—Amo a Yoongi —dijo Jungkook—. Se
lo he dicho,
y aunque él dice que me cree, no creo que lo haga. —Jungkook se deslizó
hasta sentarse junto a Taehyung.
Su corazón se llenó de alegría al estar
tan cerca de sus
dos compañeros—. Vamos a tener que
demostrarle que lo decimos en serio.
—¿Nosotros? —preguntaron tanto Taehyung como Yoongi.
—Sí, nosotros —se rio Jungkook—. Siempre he tenido un lugar
en mi corazón para Taehyung y ahora sé por qué. Somos compañeros. Ahora puedo
amarlo libremente sin preocuparme de que nadie vaya a pensar que es raro. Yo sé
que él se preocupa por mí
también. —Jungkook movió el dedo hacia Yoongi—. Y tú, Sr. Noble, nos
mantendrás juntos. Vas a ser el centro
por el que gravitaremos alrededor. — Jungkook
se acercó deslizándose
fuera de la
cama, cayendo contra Yoongi y envolviendo sus piernas alrededor de la
cintura del hombre. Sus manos acariciaron el pecho de Yoongi—. Vamos a darte
tanto amor que no recordarás haber vivido sin él.
Jungkook se inclinó y capturó los labios de Yoongi con los
suyos. Su lengua barrió el interior, reclamándolo, tratando de decirle sin
palabras lo mucho que significaba para él. Era urgente y explorador, hizo que
el corazón de Jungkook cantara. Cuando se apartó, los dorados ojos de Yoongi se
veían vidriosos.
—¿Taehyung? —preguntó Jungkook sin apartar la mirada de Yoongi—. ¿Te gustaría ayudarme a
mostrar a nuestro gran hombre cómo vamos a amarlo?
Jungkook no podría haber estado más emocionado al ver por el
rabillo de sus ojos a Taehyung deslizarse hacia abajo al lado de él. Las manos
de Taehyung se unieron a las suyas en el pecho desnudo de Yoongi. Como
por acuerdo tácito, Jungkook y Taehyung comenzaron a
acariciar a Yoongi, amándolo.
Jungkook se trasladó a un lado de Yoongi. Se instaló en el
suelo junto Yoongi en un lado y Taehyung en el otro. Yoongi gimió. Su cabeza cayó
hacia atrás sobre sus hombros y su pene se movió. Era una sensación
embriagadora para Jungkook saber que tanto él como Taehyung complacían mucho a Yoongi.
Jungkook hizo un gesto a los pezones de Yoongi. Ambos
hombres se inclinaron al mismo tiempo y se aferraron a las pequeñas
protuberancias marrones, chupándolas, tirando de ellas. Jungkook sintió
inmediatamente la mano de Yoongi apretando en su cabello cuando el hombre dejó
escapar un gemido. El cuerpo de Yoongi se estremeció ante los estímulos
individuales.
Jungkook miró a Yoongi agarrar con la otra mano el pelo de Taehyung,
pero no muy apretado. Sabía que Yoongi estaba dando a Taehyung todas las
posibilidades de retirarse. Taehyung, no
parecía que tuviera intención de hacerlo.
Miró feliz a la derecha de donde estaba.
Jungkook acarició con la mano hacia abajo los músculos del
abdomen de Yoongi. Sonrió alrededor de la piel en su boca por los músculos que
ondulaban bajo su tacto, que se reflejaron en su toque. Yoongi era tan
sensible, tan receptivo. Era como si estuviera muerto de hambre por el tacto. Jungkook
quería darle tanto para que nunca se sintiera como si hubiera estado sin ello.
Movió la mano más lejos, enredando los dedos en el espeso
pelo rizado en la ingle de Yoongi
hasta que pudo envolver los dedos alrededor del duro
eje. Empezó a acariciar con su mano la longitud de Yoongi cuando sintió otro
apretón junto a él en el agarre que mantenía sobre Yoongi.
Jungkook miró hacia abajo, construyéndose la emoción
en él cuando vio la mano de Taehyung justo al lado de la suya. Él
comenzó a acariciar, y notó que el ritmo de
Taehyung era un poco inestable, pero después de un momento,
el hombre más pequeño se movía junto con él.
Yoongi parecía estar disfrutando. Los gruesos músculos en
los muslos de Yoongi estaban tensos y temblaba cuando él mismo se empujó hacia
adelante en las manos de Jungkook y Taehyung. Jungkook podía sentir la
restricción apenas controlada en sus movimientos. Yoongi estaba al borde.
Si hubieran sido
sólo ellos dos, Jungkook no
tenía ninguna duda de que ya habría estado o bien en sus manos y
rodillas con un pene en el culo, o de espaldas en la misma situación. Con Taehyung
allí, Yoongi estaba tratando, luchando consigo mismo, para no asustar a su
nuevo compañero.
Jungkook quería que tanto Yoongi como Taehyung
experimentaran lo maravilloso que él creía que podía ser entre ellos tres si
todos pudieran simplemente aprender a confiar los unos en los otros. Tenía que
hacerlo. Tenía que llevar a su mejor amigo y a su amante a estar juntos.
Jungkook soltó el pene de Yoongi y se movió más hacia abajo
tomando las bolas de Yoongi en la mano, masajeándolas suavemente entre sus
dedos. Dejó a Taehyung tener la longitud completa de Yoongi y había un montón
de centímetros que tener para cualquier persona, especialmente para alguien del
tamaño de Taehyung.
—Jungkook —gruñó Yoongi—. Dame tu culo.
La excitación hizo que el corazón de Jungkook fuera más
rápido. Podía oír la necesidad en el profundo retumbar de Yoongi. Soltó el
pezón de Yoongi y llegó a la botella pequeña en la mesita de noche. Abrió la
parte superior rociando una buena cantidad en los dedos de Yoongi, se dio la
vuelta y presentó su culo para el hombre.
Apoyado en sus manos y rodillas, Jungkook podía ver el pene
duro de Taehyung rebotar justo en frente de él. Era demasiada tentación como
para perdérsela. Se acomodó un poco y le lamió toda la cabeza reluciente. Su
recompensa fue el gemido de Taehyung y el temblor de su cuerpo. Fue
maravilloso.
Jungkook lo hizo de nuevo, y luego embistió el vientre del
hombre hasta que Taehyung se volvió hacia él y extendió un poco más las
rodillas, ofreciéndose a sí mismo a la boca inquisitiva de Jungkook. Jungkook
de inmediato cayó en toda la longitud de Taehyung, tragando hasta que sintió
que la cabeza de la polla golpeaba la parte trasera de su garganta.
—Maldición, Jungkook —se quejó Yoongi—. Eso es tan sexy.
Traga su polla. Muéstrale a Taehyung lo perfecta que es tu boca.
Jungkook gruñó. Rodando
sus ojos hasta dejarlos
en blanco cuando la lujuria
se encendió en su cuerpo. Yoongi sabía lo mucho que le
gustaba oírle hablar así. Sabía lo mucho que lo encendía. Eso, combinado con
los dedos en su culo casi consiguió
que se corriera
en aquel momento,
pero quería sentir a Yoongi profundamente en su culo cuando lo hiciera.
Jungkook sacó el pene de Taehyung fuera de su boca el tiempo
suficiente para mirar a Yoongi por
encima del hombro, suplicó:
—Yoongi, por favor.
Yoongi sonrió. Sacó los dedos y golpeó a Jungkook en el
culo.
—Toma el lubricante y prepara a Taehyung.
Tú puedes montar su culo mientras
me das el tuyo.
Los ojos de Jungkook corrieron hasta Taehyung. —¿Estás de
acuerdo con eso, Taehyung?
Taehyung se sonrojó, pero asintió con la cabeza. Jungkook
sonrió e hizo un gesto con la mano
para que se
diera la vuelta. Taehyung comenzó
a girar, luego hizo una pausa, frunciendo el ceño mientras miraba por encima
del hombro a Jungkook.
—¿No podemos mirarnos mientras hacemos esto? — preguntó Taehyung—.
¿Tengo que estar de espaldas a ti?
—Por supuesto que podemos mirarnos el uno al otro —
respondió Jungkook rápidamente—, pero sería más fácil para ti estando de
rodillas la primera vez.
Taehyung negó
con la cabeza,
mirando vacilante y un poco
ansioso.
—Prefiero poder verte.
—Entonces vamos a subir a la cama —dijo Jungkook.
La subida a la cama fue rápida. Taehyung se deslizó de nuevo
tumbándose contra las almohadas en la parte superior de la cama, Jungkook se
arrodilló entre sus piernas, y Yoongi detrás de él. Las manos de Jungkook
temblaban mientras el chorro de lubricante salía hacia sus dedos.
Estaba muy excitado. Las manos que estaban jugando con su culo no estaban ayudando
tampoco. Lo estaban volviendo loco, moviéndose sobre su culo, entre sus nalgas,
llegando hasta abajo para masajear
sus bolas. Jungkook se esforzó cuanto pudo por ir suavemente con Taehyung.
Pero pronto lo tuvo retorciéndose y gimiendo, presionándose en respuesta contra
sus dedos empujándolos en su apretado agujero.
—¿Estás listo para Jungkook, Taehyung? —preguntó
Yoongi. Su voz no sonaba lo bastante estable—. No voy a poder resistir
mucho tiempo más.
Taehyung asintió con la cabeza rápidamente.
Jungkook subió y empezó
a adaptar la cabeza de su
polla a la entrada de color de rosa de Taehyung, cuando de pronto un
pensamiento lo golpeó. Se inclinó y besó a Taehyung profundamente. Cuando
separó los labios, miró a los ojos de color verde pálido que parpadeaban al
mirarlo.
—¿Es esto lo que quieres, Taehyung? —le susurró.
Taehyung sonrió y asintió con la cabeza.
Jungkook se inclinó con la mano ahuecada contra le mejilla de Taehyung,
los ojos casi cerrados por el gesto de ternura.
—He querido esto desde que supe por primera vez que éramos
compañeros. Pensé que nunca iba a
suceder. —Los ojos de Taehyung se
movieron más allá de Jungkook para abarcar a Yoongi—. O que yo tendría a Yoongi,
también.
Eso era lo suficientemente bueno para Jungkook. No sólo
respondía su pregunta, sino que hizo que su corazón latiera con fuerza y que el
aliento se entrecortara en su garganta. Jungkook parpadeó varias veces y se
dijo que sólo estaba reaccionando al polvo en el aire... realmente.
Agarró las piernas
de Taehyung enroscándolas
por encima de sus
brazos, y luego siguió adelante
con su pene. Sus ojos comenzaron
a humedecerse de nuevo al ver su eje
entrando en Taehyung,
por primera vez.
Ellos encajaban a la perfección.
El momento se hizo aún más perfecto cuando Yoongi se
hundió en él por detrás. Los dedos de
Jungkook se clavaron en las
caderas de Taehyung, cuando Yoongi tocó fondo, su cuerpo presionando contra Jungkook.
Por un momento, todo el mundo se quedó inmóvil, atrapados en el momento,
la primera vez que conectaban todos juntos. Era un
momento que nunca volvería a suceder. Era especial.
—¡Si no te mueves juro voy a gritar!
Los ojos de Jungkook se encajaron en Taehyung, su mandíbula
cayó por la fiera mirada en el rostro del hombre. Nunca había oído hablar así a
Taehyung. Él era el más callado, el tímido, el reservado. Nunca había pedido
nada y tampoco había jurado.
—¿Taehyung?
—Por favor, Jungkook. —Taehyung gimió, un cambio rápido de
sus palabras que un momento antes eran de exigencia—. No puedo soportarlo. Me
duele. Necesito… necesito…
—Te tengo, Taehyung —dijo
Jungkook que ya empezaba a moverse, empujando poco a poco en
él.
—Y yo los tengo a los dos —Yoongi gruñó en su oído—. Es
estupendo, bebé. Me estoy tirando a los dos.
Jungkook apenas si consiguió evitar derretirse en un charco
de babas cuando Yoongi empezó a moverse. La fuerza del empuje de Yoongi lo
empujaba a él
en Taehyung. Cuando Yoongi se retiraba, también lo hacía él. Realmente Yoongi les tenía a los dos.
—La próxima vez, Taehyung podrá estar en el medio
— dijo Yoongi—. Te gustaría eso, ¿verdad, Taehyung? ¿No te gustaría
joder a Jungkook, mientras yo jodo tu apretado culito?
Jungkook gritó cuando los músculos interiores de Taehyung se
contrajeron de golpe alrededor de su polla, derramando su blanco esperma entre
ellos mientras se corría. Estuvo a punto de cerrar los ojos ante la exquisita
sensación, pero la visión debajo de él se impuso. La cabeza de Taehyung se
arqueó hacia atrás, los ojos cerrados y la boca entreabierta mientras gemía.
Era espectacular.
Los músculos tensos en el cuello arqueado de Taehyung
llamaron la atención de Jungkook. Se lamió los labios mientras contemplaba el
pequeño latido del pulso en
su garganta. Podía sentir sus
colmillos descendiendo, anticipando el sabor de su compañero.
Jungkook podía sentir su orgasmo creciendo, su cuerpo a
punto de explotar.
Se inclinó y hundió sus dientes en la garganta de Taehyung.
El sabor dulce de
la sangre de Taehyung inundó su boca y sobrecargó sus sentidos.
Sintió la mordedura de los caninos de Yoongi en su hombro, y eso fue todo lo
que necesitó para llegar al borde. Su rugido de finalización coincidió con el
de Yoongi, los dos hombres se corrieron al mismo tiempo. Jungkook llenó a Taehyung con
su semilla cuando
Yoongi lo llenó
a él, los estímulos simultáneos
eran casi más de lo que Jungkook podía manejar.
Tenía la vista borrosa.
La cabeza dando
vueltas. Tuvo la previsión suficiente de apartar sus colmillos liberando
la garganta de Taehyung antes de que
colapsara hacia abajo sobre él, con la cabeza apoyada sobre su hombro.
Sentía unas suaves y delicadas manos frotándole la espalda
mientras trataba de recobrar el aliento. No fue fácil, especialmente cuando el
nudo de Yoongi creció apoderándose de su interior, conectándolos entre sí. Una
pequeña parte de Jungkook lamentó
el hecho de no tener una forma similar de conectarse con Taehyung.
—¿Qué pasa, cariño?
—preguntó Yoongi en
voz baja mientras lo abrazaba desde la espaldas—. Deberías estar feliz
en este momento. Hemos reclamado a Taehyung. Nadie lo puede alejar de nosotros.
—Lo estoy —dijo Jungkook—. Sólo desearía… desearía ser un
hombre lobo como tú para poder anudar a Taehyung — dijo Jungkook—. Me
gustaría que estuviéramos conectados todos juntos.
—Jungkook, lo que tú y Taehyung aportan es mucho
mejor que cualquier nudo —dijo Yoongi mientras frotaba la
mano arriba y abajo por el
brazo de Jungkook—. ¿Recuerdas
lo del hilo de la vida de la que me hablaste? Tú y Taehyung nos darán
muchos más años juntos, los años que no tendríamos si fuéramos todos hombres
lobo.
—Supongo —dijo Jungkook, no del todo convencido. Suspiró y echó la cabeza
hacia arriba, cuando
Yoongi se acurrucó en su cuello.
—Sé que es así, Jungkook —murmuró
Yoongi en contra
de su piel.
—Tengo una pregunta —dijo Taehyung en voz baja. Jungkook miró al hombre envuelto en sus brazos.
—¿Sí?
—¿Qué es un nudo?
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