lunes, 23 de mayo de 2022

CAPITULO 5

Yoongi vio una variedad de emociones cruzar el rostro de Taehyung, del miedo a la incredulidad y luego hacia un toque de esperanza. Imaginó que se sentía tan sorprendido como él cuando descubrió que Jungkook era su compañero y lo reclamó.

Yoongi se tambaleó con el conocimiento de que tenía dos compañeros, no uno. No sucedía a menudo, pero ocurría. Yoongi no podía dejar de preguntarse por qué el destino lo había elegido para tener dos parejas. Tan asustado como Taehyung estaba de él, también tenía que preguntarse si todo era una broma cósmica.

—Vas a estar bien, Taehyung —dijo Yoongi—. No tienes que tener  miedo  nunca  más. Jungkook y  yo  cuidaremos  muy  bien de ti, te mantendremos a salvo. Nadie podrá hacerte daño nunca más.

—Tú... tú no entiendes —susurró Taehyung—. Félix me entregará a Changbin tan pronto como lleguemos a casa. Voy a pertenecerle.

Yoongi se esforzó por contener su gruñido. Ahora Taehyung le pertenecía a él  y  a  Jungkook.  Félix y  Changbin nunca pondrían sus manos en él si tenía algo que decir al respecto. Y tenía mucho que decir.

Yoongi palmeó la mano  de Taehyung,  entonces se  puso  de pie. Se acercó al teléfono y lo cogió.

 Un momento después se oyó la respuesta de Albert, justo el hombre con el que quería hablar.

—Albert, soy Min Yoongi —le dijo—. Estoy en el estudio con Jungkook y Taehyung. Hemos tenido un pequeño cambio de planes, y tengo que ver al Príncipe y a  Devlin, pero no quiero que nadie más lo sepa. ¿Se puede arreglar?

—Por supuesto, señor —respondió Albert—. Voy a arreglarlo de inmediato.

—Eres una joya, Albert.

—Por supuesto, señor.

Yoongi se echó  a  reír cuando  colgó el  teléfono y  volvió a mirar a Jungkook y Taehyung.

—Devlin y el Príncipe Zacarius deberían estar  aquí en  un  momento. Ellos  nos  ayudarán a asegurarnos de que ni Félix ni Changbin vuelvan a poner sus manos en ti otra vez, Taehyung.

—¿Cómo?

Yoongi volvió a arrodillarse detrás de Jungkook de nuevo. Envolvió su brazo alrededor del hombro de Jungkook y tiró de él contra su cuerpo más grande. Sonrió al sentir a Jungkook acurrucarse al lado de su cuello y agarró la mano de Jungkook y la apretó para tranquilizar a su compañero.

—Tengo que hacerte una  pregunta, Taehyung  —dijo Yoongi—, y necesito que seas honesto conmigo, ¿vale?

Taehyung asintió con la cabeza.

—Quiero que entiendas algo primero. Tienes tres opciones   aquí,   y   Jungkook    y    yo    nos    aseguraremos    de que cualquier elección que hagas, se llevara  a  cabo,  no importa lo que elijas. ¿Entiendes?

Taehyung tragó saliva y volvió a asentir.

—Tu primera opción es irte a casa con Changbin y con Félix. —Cuando Taehyung rápidamente negó con la cabeza, Yoongi levantó la mano para detenerlo.

—Espera hasta que haya terminado, ¿de acuerdo?

Una vez que Taehyung comprendió, Yoongi continuó.

—Tu segunda opción es solicitar asilo al Príncipe Zacarius —dijo Yoongi—. Sé que te lo daría, te protegería con su vida, al igual que su compañero, Devlin.

—¿Y mi tercera opción? —preguntó vacilante Taehyung.

—Tu tercera opción, Taehyung  —dijo  Yoongi—,  es  que Jungkook y yo te reclamemos y vuelvas  a  casa  con  nosotros como nuestra pareja. Sé que el  Príncipe  Zacarius  y  su consorte real te apoyarán con cualquier decisión que tomes.

—¿De verdad me quieres? —jadeó Taehyung— ¿Los dos?

Yoongi asintió con la cabeza. Sintió que Jungkook movía la cabeza contra su pecho mientras asentía, también.

—Sí, Taehyung, te queremos.

—¿Y tú crees que el Príncipe apoyará mi decisión?

—Puedo garantizártelo, Taehyung —respondió Yoongi—. Por supuesto, yo no sé mucho acerca de tu Príncipe, pero sí conozco a Devlin. Somos de la misma manada. Devlin jamás te acoplaría con un hombre que no te pueda respetar.

—¿Puedo pensármelo?

Yoongi hizo una mueca, pero asintió con la cabeza de todos modos. El tiempo era esencial. Si Taehyung los elegía, Yoongi quería reclamarlo antes de que nadie pudiera detenerlo.

Aunque creía en las palabras que le había dicho a Taehyung, se sentiría mejor si pudiera reclamarlo.

—Vamos a estar por aquí y te daremos unos minutos a solas, ¿de acuerdo? —preguntó Yoongi—, pero tienes que tomar una decisión antes de que el Príncipe Zacarius y Devlin lleguen. Sé que no te da mucho tiempo y lo siento por eso, pero es importante, Taehyung.

Yoongi se puso en pie y tiró de Jungkook con él. Agarró la mano de Jungkook y tiró de él hasta estar delante  de  la ventana, dando privacidad a Taehyung para pensar. Yoongi esperaba que él tomara la decisión correcta, pero acababa de conocerle. No tenía idea de lo que Taehyung decidiría, pero conocía a alguien que sí lo sabría.

Yoongi envolvió a Jungkook con sus brazos y abrazó al hombre más pequeño contra el pecho. Se inclinó y apoyó la barbilla en la parte superior de la cabeza de Jungkook. Yoongi se limitó a abrazar a Jungkook por unos momentos, saboreando la sensación de tener a su compañero entre los brazos. No importaba lo que Taehyung decidiera, al menos tenía a Jungkook.

—No te preocupes, mi gran lobo feroz —susurró Jungkook contra el pecho de Yoongi—, Taehyung nos elegirá. Sólo necesita reflexionar, pensar sobre todo esto en su mente. Taehyung nunca ha sido de los que toman decisiones rápidas.

—Ojalá pudiera estar tan seguro como tú, cariño, pero tengo que admitir que  estoy temblando  en  mis botas.  —Yoongi se inclinó y acarició la parte superior de la cabeza de Jungkook —. No sé lo que voy a hacer si él nos niega.

Jungkook inclinó la cabeza hacia atrás y  sonrió  hacia Yoongi.

—Confía en mí, no lo hará.

Yoongi se echó a reír.

—Estás seguro de eso, ¿verdad?

—¿Cómo podría resistirse a nosotros dos?

—Supongo que no puedo.

Yoongi saltó y dio  vuelta  para  encontrarse  a  Taehyung  de pie junto a ellos. No había oído que  el  hombre  se  acercara. Yoongi frunció el  ceño.  Debía  estar  perdiendo  su  agudeza. O eso, o todas sus preocupaciones nublaban lo demás.

—¿No puedes qué, Taehyung? —preguntó Yoongi en voz baja. Parecía que un viento fuerte pudiera hacer volar al hombrecito. Yoongi decidió que si Taehyung los aceptaba, conseguiría que Jungkook cocinara para él y pudieran engordarlo un poco.

—No me puedo resistir —dijo Taehyung—. Si aún me quieren, entonces los elijo a ti y a Jungkook.

Yoongi podía ver el miedo en los ojos azul pálido de Taehyung. Se acercó y sostuvo la mano de Taehyung y lo atrajo hasta dejarle en medio entre él y Jungkook.

—Todavía te deseamos, Taehyung.

—Entonces, ¿cómo hacemos esto?

Yoongi se echó a reír.

—Bueno, Jungkook y yo ya iniciamos el proceso cuando probamos tu sangre. Ahora sólo tienes que tomar la nuestra. —Yoongi ofreció su muñeca a Taehyung—. El resto depende de ti.

Taehyung agarró el brazo de Yoongi y puso su boca sobre la muñeca.

Yoongi  le sonrió cuando sus pálidos ojos azules parpadearon hacia los suyos.

—Adelante, Taehyung. Está bien.

 

La euforia llenó a Yoongi,  un  momento  después,  cuando los  dientes de  Taehyung  se   hundieron   en   su   muñeca.   El tirón suave cuando  Taehyung  chupó su  sangre estuvo  a  punto de hacer ceder sus rodillas. Después de haber experimentado la marca particular de la mordida de Jungkook durante sus relaciones  sexuales, Yoongi   no podía   esperar   para   probar   a su nuevo compañero.

La sola idea hizo que su pene se endureciera.

El pequeño grito ahogado  de  Jungkook  llamó  la atención de Yoongi. Miró más allá de la visión erótica de Taehyung lamiendo su muñeca para ver los amplios ojos celestes de Jungkook.    Yoongi    sonrió.    Sabía    que    Jungkook    podría     oler su excitación. El olor los rodeaba.

También sabía que Jungkook sentía la misma excitación. Su piel había tomado el cálido resplandor que Yoongi siempre asociaba a cuando Jungkook estaba listo para el sexo. Hizo que se  sintiera  bien, sabiendo  que  no  era  el único  afectado por Taehyung.

—Mi turno —gruñó Jungkook mientras se abría la muñeca delante de la cara de Taehyung. Yoongi se echo a reír y separó su propia muñeca de los labios de Taehyung. La herida de la pequeña picadura todavía sangraba un poco. Yoongi se la tendió a  Jungkook,   levantando   una   ceja. Jungkook se   inclinó y lamió la herida.

Yoongi podía sentir el vínculo formándose entre ellos tres cuando, poco a poco, Taehyung bebió de la muñeca de Jungkook. Era una sensación embriagadora, casi hasta el punto en el que se sentía mareado. No sólo iba a tener a su maravilloso Jungkook para el resto de su vida, también a Taehyung, el hombre con el aspecto más dulce en el que había puesto los ojos alguna vez.

Jungkook hizo que Yoongi se  quemara  con  el  deseo.  Sólo tenía que mirar al chico para  querer  estar  dentro  de  él. Jungkook era el tipo de hombre que hacía que quisiera cazarlo y joderlo contra la pared. Taehyung era único y  diferente.  Yoongi había pensado que había conocido a un hombre delicado cuando se había acoplado con Jungkook, pero él ni siquiera se acercaba a ser tan delicado como Taehyung. Le sorprendería si el jovencito pesaba más de cuarenta y cinco kilos y estando empapado. Se parecía a un elfo, todo frágil y fino.

Taehyung le hacía querer acunarlo contra su cuerpo y protegerlo de los males del mundo. Quería darle más placer suave y lento del que habría soñado que pudiera obtener. Quería cumplir todas las fantasías de  Taehyung antes incluso de que pudiera darse cuenta de que las tenía.

Quería consumir a Taehyung.

Yoongi no pudo contener el gruñido que trabajó el camino hasta su garganta.

El intercambio de sangre no era la única parte de reclamar al compañero de uno.

Yoongi y Jungkook necesitaban reclamar a Taehyung sexualmente también.

Yoongi quería terminar el derecho de reclamación aquí y ahora, pero las voces que venían por el pasillo le dijo que se le había acabado el tiempo. Esa  parte  de la  reclamación tendría que esperar.

—Ciérralo, Taehyung —ordenó Yoongi—, Devlin y el Príncipe están llegando.

Por un momento, Yoongi vio el destello de fuego en los ojos de Taehyung cuando el hombre lo miró, y luego Taehyung bajó los ojos. Yoongi gimió ante la vista de la pequeña lengua rosada de Taehyung deslizándose contra la marca de la mordedura en la  muñeca  de  Jungkook. Su  polla  estaba  dolorida   y   se preguntó qué otra cosa podría hacer con esa lengua.

—¿Es… está hecho? —preguntó Taehyung, su  voz apenas un susurro.

—Ya está hecho, Taehyung. Nos perteneces a Jungkook y a mí ahora —respondió Yoongi Suavemente dio unas palmaditas en el hombro de Taehyung—. Nadie puede alejarte de nosotros ahora, ni Changbin, ni Félix, ni siquiera el Príncipe Zacarius. Eres nuestro.

La sonrisa de Taehyung era precaria, pero  estaba  allí. Era lo suficientemente bueno para Yoongi. Empezó a devolverle la sonrisa a Taehyung, cuando se abrió la puerta del estudio. Yoongi se puso delante de Jungkook y Taehyung, protegiendo a sus compañeros de quien entraba y dejó escapar un suspiro de alivio cuando vio a Devlin y al Príncipe.

—¿Qué tal va tu encuentro? —Yoongi  preguntó  dejando que su cuerpo se asentaba en un modo menos agresivo.

—¡Changbin es un estúpido! —exclamó Devlin.

—Siempre lo he pensado —Jungkook rio entre dientes, saliendo de detrás de Yoongi.

—Félix no es mucho mejor —se quejó el Príncipe.

—Y ambos se van a ponerse mucho peor cuando se enteren de que Jungkook y yo hemos reclamado a Taehyung como nuestro compañero. —Yoongi contuvo el aliento mientras esperaba las consecuencias de sus palabras. No  tardaron mucho tiempo en llegar.

—¿Que hicieron qué? —preguntó Devlin.

—Taehyung es nuestro compañero —dijo Yoongi—. Jungkook y yo lo hemos reclamado. Te pedí que vinieras para que pudieras ser testigo de nuestras marcas de reclamación. No quiero que Changbin  o  Félix  tengan  alguna excusa  para anular nuestro reclamo.

Yoongi le tendió la muñeca a Devlin y al Príncipe. Jungkook hizo lo mismo. Yoongi agarró la muñeca de Taehyung y tendió la mano hacia Devlin y el Príncipe Zacarius para  que  las vieran. El corte que había recibido había  comenzado  a sanar, pero la evidencia aún permanecía en la carne rosada fruncida.

—Taehyung nos pertenece a nosotros y  nos  lo  vamos llevar a casa con nosotros a Wolf Creek cuando nos vayamos —dijo Yoongi—. ¿Hay algún inconveniente?

—No vas a hacerlo  fácil para  mí,  ¿verdad?— preguntó el Príncipe Zacarius. Cruzó los brazos sobre su pecho y fulminó con la mirada a Yoongi.

—¿Negarías a los compañeros que están juntos? — preguntó Yoongi—.   No   tenía   la   intención   de   reclamar Taehyung, pero una vez que supimos  que  era  nuestro compañero, no pudimos negarnos. Seguramente sabes  cómo es, ¿no?

El Príncipe  Zacarius miró a Devlin y sonrió.

—Sí, soy muy consciente de la necesidad de reclamar a un compañero.

—¿Entonces no vas a negar nuestro reclamo?

El Príncipe permaneció en silencio durante un largo y atormentador momento, y luego miró a través de Yoongi hacia donde Taehyung se acurrucaba tras él.

—Taehyung, ¿cómo te sientes acerca de todo esto? Te daré refugio aquí en la finca del aquelarre si así lo deseas.

Yoongi estaba orgulloso de Taehyung, cuando dio un paso adelante y  sacudió  la  cabeza.

—No,  gracias,  Alteza.  Yoongi ya me ha dicho que  quedarme  aquí contigo  y  tu consorte  real era una de mis opciones. Yo decido ir con Yoongi y Jungkook.

—Muy bien—respondió el  príncipe—.  Voy  a informar a Changbin y a  Félix  de que Taehyung ha  sido  reclamado.  Es posible que desees llevar a tu nuevo compañero al piso de arriba y completar el reclamo antes de la cena. No tengo ninguna duda de que Changbin y  Félix  lanzarán un  ataque  si ellos creen que hay alguna manera de  que  puedan mantener su dominio sobre Taehyung.

Yoongi asintió con la cabeza. Había estado pensando en la misma  línea,  pero  no  por  Changbin  y  Félix.  Quería  completar el reclamo para que nadie pudiese llevarse a Taehyung lejos de él y de Jungkook.

Yoongi envolvió su brazo sobre los hombros de Taehyung, luego los de Jungkook, atrayéndolos a ambos contra la curva de su cuerpo. Yoongi se echó a reír y sacudió la cabeza. La parte superior de la  cabeza de  Jungkook apenas alcanzaba  su hombro. Y Taehyung podría caberle bajo el brazo. Se sentía como un gigante.

—Vamos, mis compañeros —dijo Yoongi empezando a llevar  a  todos  hacia  la  puerta—.  Vamos  a ir  a   algún lugar más privado y poder conocernos unos a otros, ¿mmm?

Jungkook no podía dejar de saltar junto a Yoongi cuando le llevó a él y a Taehyung escaleras arriba a sus cuartos. Estaba muy emocionado. No sólo tenía a  Yoongi,  ahora  tenía  a Taehyung, su  mejor  amigo,  también.  Jungkook  no  tenía  ni  idea de cómo había llegado a ser tan afortunado, pero no estaba dispuesto a discutir.

Amaba   a   Yoongi,   lo   adoraba. No   podía   imaginar su vida sin él. Yoongi lo era  todo  para él.  Taehyung,  sin embargo, era su mejor amigo. Habían jugado juntos cuando eran niños, descubrieron que eran homosexuales juntos,  todo. Dejarlo atrás cuando se marchó había sido lo más difícil que había hecho.

Le pareció un poco extraño que nunca antes hubiera sabido que eran compañeros. No lo podía explicar, excepto que tal vez ellos necesitaban a Yoongi para que su pequeño círculo estuviera completo. A decir verdad, no le importaba. Sólo sabía que estaban todos juntos ahora, y eso es lo único que importaba.

En el momento en que Yoongi abrió la puerta de su habitación y dio un paso con ellos, Jungkook agarró la mano de Taehyung y lo llevó a la cama. Se sentó y se acomodó en la cama, haciendo un gesto a Taehyung para que se sentara con él. Yoongi se sentó a la cabecera de la cama, y se enredó alrededor de Jungkook por detrás. Era la posición favorita de Jungkook, estar rodeado de Yoongi así.

—¿Cómo  has   estado, Taehyung?   —preguntó Jungkook—. Quiero decir, ¿realmente?

Taehyung se encogió de hombros.

—He estado bien, supongo. Te extrañé, sin embargo.

Jungkook agarró la mano de Taehyung y la apretó.

— Lamento no haber podido llevarte conmigo, pero una vez que Yoongi me reclamó, sabes que Changbin nunca me dejaría volver. Realmente esperaba que Félix me reclamara ese día.

—Oh, no te culpo, Jungkook —dijo Taehyung. Jungkook sabía que era verdad. No era típico de Taehyung  guardarle rencor a nadie—. Me alegro de que estemos juntos de nuevo.

—Lo estamos y ahora no tenemos que estar separados de nuevo —dijo Jungkook. Apenas podía contener la emoción dentro de él. Quería reír, gritar y bailar por toda la habitación—. Tú, yo, y Yoongi por fin una familia, y nadie nos puede separar.

—Siempre tuve la esperanza de que estaríamos juntos algún día —susurró Taehyung, con el rostro ruborizado.

Jungkook frunció el ceño.

—¿Sabías que  éramos compañeros y nunca me lo dijiste? ¿Por qué no?

Los delgados hombros Taehyung se movieron arriba  y abajo cuando él los encogió.

—No  parecía   haber   ninguna   razón.   Sabes   tan bien como yo que Changbin y Félix nunca nos dejarían estar juntos  y  ninguno  de  los  dos  era  lo   suficientemente fuerte para luchar contra ellos.

Jungkook   comenzó   a   reírse.   Podía   sentir   las miradas confusas de sus dos compañeros. Palmeó la mano de Taehyung, luego alcanzó la de Yoongi, juntando las dos con  la suya.

—No creo que eso vaya a ser un problema, Taehyung. Tenemos a Yoongi ahora. Es lo suficientemente fuerte para los dos.

—Él parece muy fuerte —dijo Taehyung.

Jungkook conocía a Taehyung.  Sabía que la mirada que le dio a Yoongi era de curiosidad. Jungkook quería aumentar la curiosidad a un punto álgido. Yoongi estaba muy interesado. Jungkook podía olerlo en el aire. Se sentía bastante seguro de que el olor dulce subyacente era la excitación de Taehyung. Jungkook   sólo   tenía   que conseguir   que   los   dos hombres se quisieran entre sí.

Se deslizó hacia abajo  y  se  apoyó  contra el  pecho ancho de Yoongi. Los ojos de Taehyung se abrieron  cuando  las manos de Yoongi se acercaron para envolverse alrededor de Jungkook. Jungkook gruñó y se arqueó en los dedos que rozaban contra él. Le encantaba la sensación de las manos de Yoongi en su cuerpo.

—Yoongi  es  muy  fuerte, Taehyung   —dijo   Jungkook mientras se desabrochaba la camisa—. Pero tiene  las  manos  más suaves de la tierra. —Las manos de Yoongi se movieron  justo hacia la apertura de la  camisa,  rozando  los  dedos sobre  la piel de Jungkook—. ¿Ves?

Jungkook podría decir que Taehyung observaba cada movimiento de los dedos de Yoongi. Sus ojos parecían pegados a ellos, siguiendo el camino desde la clavícula de Jungkook hasta la cintura de sus pantalones. Jungkook contuvo el aliento cuando los dedos de Yoongi se colaron bajo la tela de los pantalones y rozó la cabeza de su polla dura.

—Yoongi —él se quejó.

—¿Te gusta esto, bebé? —preguntó Yoongi.

—¡Dios, sí!

Los ojos de Yoongi se arrugaron cuando se echó a reír.

Desabrochó los vaqueros de Jungkook.

Jungkook levantó su trasero hacia arriba cuando Yoongi empujó los pantalones por sus piernas.

Los ojos de Taehyung se abrieron de manera significativa, cuando el duro pene de  Jungkook  rebotó  y  golpeó  contra su abdomen. Jungkook frunció el ceño. Taehyung parecía haber clavado la mirada en su pene. No tenía sentido, ya que sabía que  la había visto antes. Ellos  se bañaban juntos  cuando eran   niños pequeños, habían nadado desnudos cuando eran adolescentes. Incluso se habían masturbado en la misma habitación un par de veces.

Taehyung había visto su pene antes.

—¿Taehyung? ¿Estás bien?

—¿Eh? —Taehyung levantó la cabeza, sus ojos aturdidos se encontraron con Jungkook— ¿Qué?

Jungkook se rio entre dientes. Se inclinó hacia adelante y apoyó su mano sobre el brazo de Taehyung. —¿Estás bien?

El rostro de Taehyung se sonrojó.

—Sí, estoy bien.

Jungkook le dio unas palmaditas a Taehyung,  a continuación, se apoyó contra el pecho de Yoongi. Podía sentir la diversión de Yoongi en el rumor suave en su pecho. Era agradable, pero Jungkook estaba mucho más interesado en el duro pene que se presionaba contra su espalda.

Yoongi se  inclinó y   envolvió   su   mano alrededor   del pene de Jungkook.

Jungkook gimió y arqueó  su  cabeza  hacia  atrás  contra Yoongi. El toque de su compañero siempre se sentía tan bien.

—¿No te parece esto bonito, Taehyung? —preguntó Yoongi mientras estrechaba el pene de Jungkook en dirección de Taehyung. Taehyung asintió con la cabeza—. ¿Quieres tocarlo? Puedes, lo sabes. Jungkook es tu pareja ahora. Lo puedes tocar cuando quieras.

Jungkook estaba cerca de derretirse con la  idea  de Taehyung tocándolo. Contuvo la  respiración,  rezando  para que fuera lo suficientemente audaz para seguir las palabras de Yoongi. Sabía que Yoongi lo esperaba tanto como él lo hacía. El corazón de Yoongi dio un vuelco en el pecho, golpeando contra la parte posterior de Jungkook.

—Yo nunca…

—Ni yo lo hice antes de que Yoongi me reclamara —dijo Jungkook—. Pero la espera mereció la pena.

Los ojos de Taehyung cayeron hasta la polla de Jungkook, una vez más. Él se lamió los labios.

—¿Puedo…?

—Puedes hacer lo que quieras —le dijo Jungkook rápidamente.

Jungkook pudo ver temblar la mano Taehyung cuando se le acercó y apartó suavemente una pequeña gota de líquido pre- seminal en la pequeña hendidura en la cabeza. Los ojos de Taehyung parpadearon hacia arriba, luego hacia abajo mientras se llevaba el dedo a la boca y lamía la gota.

Jungkook gruñó. Oyó gemir a Yoongi detrás de él. El espectáculo de Taehyung lamiendo la prueba de la excitación de Jungkook era embriagador. Eso hizo que más gotas aparecieran, casi como si quisieran unirse a la primera.

Jungkook  se  estremeció  cuando  la  mano  de  Taehyung volvió hacia su pene.

Esta vez, los dedos de Taehyung rozaron la parte superior. La mano de Yoongi desapareció, sólo para ser remplazada por la de Taehyung. La cabeza de Jungkook volvió a caer sobre el pecho de Yoongi, sus ojos se cerraron. Taehyung le tocó íntimamente por primera vez, de lo que esperaba que fueran muchas de ahora en adelante.

—Taehyung —gritó Jungkook al momento. El toque era tan bueno como el de Yoongi. Le hizo sentir una dolorosa necesidad. Sentía las bolas como si estuvieran en llamas. Apretó los puños contra los pantalones en los muslos de Yoongi, luego los aflojó.

—Yoongi —dijo Jungkook, su voz sonaba ronca, incluso a sus propios oídos—. Tus pantalones. Deshazte de tus pantalones. Quiero tocar tu piel.

—Como desees, dulzura —cantó Yoongi. Se deslizó por detrás de Jungkook y se puso al lado de la  cama. Los  ojos de Jungkook odiaban dejar la fascinación del rostro de  Taehyung, pero la visión de Yoongi desnudándose no era algo que debiera perderse.

—Taehyung, mira —le dirigió  Jungkook,  asintiendo  con la cabeza hacia Yoongi.

La cabeza de Taehyung se balanceó hacia Yoongi. Su boca se abrió cuando Yoongi comenzó a desnudarse, una prenda cada vez, poco a poco. Jungkook sonrió. La respiración de Taehyung se hizo más rápida con cada prenda de vestir que se desprendía del hermoso cuerpo de Yoongi.

Jungkook sabía que no todo el mundo encontraba a Yoongi atractivo. Muchas cicatrices marcaban su cuerpo. Para Jungkook, tenía un significado especial. Sólo esperaba que Taehyung pudiera ver a Yoongi de la misma manera que él lo hacía. Yoongi se sentiría triste, si Taehyung  lo  encontrara horrible.

Jungkook estaba bastante seguro de que no sería un problema cuando se oyó un pequeño tirón en el aliento de Taehyung, pero no estaba seguro. Los próximos segundos dirían la verdad.

—Precioso, ¿no? —le preguntó Jungkook.

—Tantas cicatrices —susurró Taehyung—. Tanto dolor. —El corazón de Jungkook quedó atrapado en las palabras. ¿Taehyung estaba rechazando a Yoongi?  Pero  Taehyung  se  acercó para recorrer una larga cicatriz a  lo  largo del  abdomen  de Yoongi. Taehyung miró a Yoongi—. ¿Nadie cuidó de ti?

—No, hasta Jungkook. —Yoongi le  dio  a Taehyung una pequeña sonrisa—. Y espero que también tú lo hagas.

Taehyung parecía indeciso.

—¿Por qué yo?—preguntó Taehyung—. Quiero decir, entiendo lo de Jungkook.  Es  hermoso, pero ¿por qué yo? No tengo nada que ofrecer excepto un hermano  completamente  loco,  un  hombre  que cambiaría  a su propio hermano para conseguir  ponerme  las  manos encima, y la necesidad de alimentarme.

Yoongi empujó sus pantalones hasta el suelo, luego se inclinó para acariciar el lado de la cara de Taehyung. Taehyung dio un salto hacia atrás, el miedo nublaba sus ojos. Yoongi se quedó helado. El rostro de Taehyung se sonrojó y bajó los ojos al mirar hacia abajo en su regazo.

—Supongo que eso es otra de las cosas que tengo para ofrecer —se rio nerviosamente—. Mi temor, y tengo mucho de eso.

Jungkook comenzó a inclinarse hacia delante para tranquilizar a Taehyung cuando Yoongi se arrodilló en el suelo. Poco a poco llegó a tocar el rostro de Taehyung, dándole un montón de tiempo para que se alejase. Jungkook sabía que Yoongi quería consolar a Taehyung tanto como él lo hacía, pero que tendrían que moverse con cuidado.

Taehyung parecía un conejo asustado.

—Taehyung, no hay nada de malo en tener miedo —dijo Yoongi en voz baja—. Incluso alguien tan grande  como  yo, tiene miedo.

Taehyung soltó un bufido de incredulidad.

—No, es cierto  — afirmó Yoongi—,  puede  que  mis temores no sean los mismos que los tuyos, pero los tengo.

—¿Qué tipo de temores? —preguntó  en  voz  baja Taehyung.

Yoongi hizo un gesto a su cuerpo.

—Mírame. Tengo cicatrices en todo mi cuerpo, además de que soy del tamaño de una  casa  de  ladrillos. Tú  y Jungkook son  perfectos. Ambos son pequeños y delicados y no hay una sola marca en sus cuerpos. ¿Cómo puedo competir con eso?

Taehyung frunció el ceño.

—¿Por qué necesitas competir?

Yoongi se echó a reír.

—Hay un montón de hombres más atractivos por ahí fuera, Taehyung. ¿Qué sucedería si alguno encuentra a alguien a quien quiera  más, a  alguien más guapo que yo? Me preocupa eso todo el tiempo, y la idea de estar sin ninguno de ustedes me da un miedo de muerte.

—Pero somos compañeros  —insistió Taehyung—.  Nunca te dejaré.

—No puedes saberlo. Acabas de conocerme. Puedes encontrarte con que ni  siquiera  te guste una  vez  que  llegues a conocerme.

Taehyung negó con la cabeza.

—No, yo conozco a Jungkook. Ha sido mi mejor amigo desde que éramos bebés. Si él quiere estar contigo, entonces voy a querer estar contigo. Jungkook nunca estaría con alguien que no le importara.

—Amo a  Yoongi  —dijo  Jungkook—.  Se  lo  he  dicho,  y aunque él dice que me cree, no creo que lo haga. —Jungkook se deslizó hasta  sentarse junto  a   Taehyung. Su corazón   se   llenó de alegría  al estar  tan  cerca  de sus  dos  compañeros—. Vamos a tener que demostrarle que lo decimos en serio.

—¿Nosotros? —preguntaron tanto Taehyung como Yoongi.

—Sí, nosotros —se rio Jungkook—. Siempre he tenido un lugar en mi corazón para Taehyung y ahora sé por qué. Somos compañeros. Ahora puedo amarlo libremente sin preocuparme de que nadie vaya a pensar que es raro. Yo sé que él se  preocupa  por  mí también.  —Jungkook movió  el dedo hacia Yoongi—. Y tú, Sr. Noble, nos mantendrás  juntos. Vas a ser el centro por el que gravitaremos alrededor. — Jungkook  se  acercó  deslizándose   fuera   de   la   cama, cayendo contra Yoongi y envolviendo sus piernas alrededor de la cintura del hombre. Sus manos acariciaron el pecho de Yoongi—. Vamos a darte tanto amor que no recordarás haber vivido sin él.

Jungkook se inclinó y capturó los labios de Yoongi con los suyos. Su lengua barrió el interior, reclamándolo, tratando de decirle sin palabras lo mucho que significaba para él. Era urgente y explorador, hizo que el corazón de Jungkook cantara. Cuando se apartó, los dorados ojos de Yoongi se veían vidriosos.

—¿Taehyung? —preguntó Jungkook sin apartar la  mirada de Yoongi—. ¿Te gustaría ayudarme a mostrar a nuestro gran hombre cómo vamos a amarlo?

Jungkook no podría haber estado más emocionado al ver por el rabillo de sus ojos a Taehyung deslizarse hacia abajo al lado de él. Las manos de Taehyung se unieron a las suyas en el pecho desnudo  de  Yoongi.  Como  por  acuerdo  tácito, Jungkook y Taehyung comenzaron a acariciar a Yoongi, amándolo.

Jungkook se trasladó a un lado de Yoongi. Se instaló en el suelo junto Yoongi en un lado  y Taehyung  en el otro. Yoongi gimió. Su cabeza cayó hacia atrás sobre sus hombros y su pene se movió. Era una sensación embriagadora para Jungkook saber que tanto él como Taehyung complacían mucho a Yoongi.

Jungkook hizo un gesto a los pezones de Yoongi. Ambos hombres se inclinaron al mismo tiempo y se aferraron a las pequeñas protuberancias marrones, chupándolas, tirando de ellas. Jungkook sintió inmediatamente la mano de Yoongi apretando en su cabello cuando el hombre dejó escapar un gemido. El cuerpo de Yoongi se estremeció ante los estímulos individuales.

Jungkook miró a Yoongi agarrar con la otra mano el pelo de Taehyung, pero no muy apretado. Sabía que Yoongi estaba dando a Taehyung todas las posibilidades de retirarse. Taehyung,  no parecía que tuviera intención de hacerlo.

Miró feliz a la derecha de donde estaba.

Jungkook acarició con la mano hacia abajo los músculos del abdomen de Yoongi. Sonrió alrededor de la piel en su boca por los músculos que ondulaban bajo su tacto, que se reflejaron en su toque. Yoongi era tan sensible, tan receptivo. Era como si estuviera muerto de hambre por el tacto. Jungkook quería darle tanto para que nunca se sintiera como si hubiera estado sin ello.

Movió la mano más lejos, enredando los dedos en el espeso pelo rizado en la ingle  de  Yoongi  hasta  que  pudo envolver los dedos alrededor del duro eje. Empezó a acariciar con su mano la longitud de Yoongi cuando sintió otro apretón junto a él en el agarre que mantenía sobre Yoongi.

Jungkook miró hacia abajo, construyéndose  la emoción  en él cuando vio la mano de Taehyung justo al lado de la suya. Él comenzó a acariciar, y notó que el ritmo de  Taehyung  era  un poco inestable, pero después de un momento, el hombre más pequeño se movía junto con él.

Yoongi parecía estar disfrutando. Los gruesos músculos en los muslos de Yoongi estaban tensos y temblaba cuando él mismo se empujó hacia adelante en las manos de Jungkook y Taehyung. Jungkook podía sentir la restricción apenas controlada en sus movimientos. Yoongi estaba al borde.

Si hubieran sido  sólo  ellos  dos,  Jungkook  no  tenía ninguna duda de que ya habría estado o bien en sus manos y rodillas con un pene en el culo, o de espaldas en la misma situación. Con Taehyung allí, Yoongi estaba tratando, luchando consigo mismo, para no asustar a su nuevo compañero.

Jungkook quería que tanto Yoongi como Taehyung experimentaran lo maravilloso que él creía que podía ser entre ellos tres si todos pudieran simplemente aprender a confiar los unos en los otros. Tenía que hacerlo. Tenía que llevar a su mejor amigo y a su amante a estar juntos.

Jungkook soltó el pene de Yoongi y se movió más hacia abajo tomando las bolas de Yoongi en la mano, masajeándolas suavemente entre sus dedos. Dejó a Taehyung tener la longitud completa de Yoongi y había un montón de centímetros que tener para cualquier persona, especialmente para alguien del tamaño de Taehyung.

—Jungkook —gruñó Yoongi—. Dame tu culo.

La excitación hizo que el corazón de Jungkook fuera más rápido. Podía oír la necesidad en el profundo retumbar de Yoongi. Soltó el pezón de Yoongi y llegó a la botella pequeña en la mesita de noche. Abrió la parte superior rociando una buena cantidad en los dedos de Yoongi, se dio la vuelta y presentó su culo para el hombre.

Apoyado en sus manos y rodillas, Jungkook podía ver el pene duro de Taehyung rebotar justo en frente de él. Era demasiada tentación como para perdérsela. Se acomodó un poco y le lamió toda la cabeza reluciente. Su recompensa fue el gemido de Taehyung y el temblor de su cuerpo. Fue maravilloso.

Jungkook lo hizo de nuevo, y luego embistió el vientre del hombre hasta que Taehyung se volvió hacia él y extendió un poco más las rodillas, ofreciéndose a sí mismo a la boca inquisitiva de Jungkook. Jungkook de inmediato cayó en toda la longitud de Taehyung, tragando hasta que sintió que la cabeza de la polla golpeaba la parte trasera de su garganta.

—Maldición, Jungkook —se quejó Yoongi—. Eso es tan sexy. Traga su polla. Muéstrale a Taehyung lo perfecta que es  tu boca.

Jungkook gruñó. Rodando  sus ojos  hasta  dejarlos  en blanco cuando la lujuria  se  encendió  en su cuerpo. Yoongi sabía lo mucho que le gustaba oírle hablar así. Sabía lo mucho que lo encendía. Eso, combinado con los dedos en su culo casi consiguió   que   se   corriera   en   aquel   momento,   pero quería sentir a Yoongi profundamente en su culo cuando  lo hiciera.

Jungkook sacó el pene de Taehyung fuera de su boca el tiempo suficiente para mirar a  Yoongi  por  encima  del hombro, suplicó:

—Yoongi, por favor.

Yoongi sonrió. Sacó los dedos y golpeó a Jungkook en el culo.

—Toma el lubricante y prepara a  Taehyung.    puedes montar su culo mientras me das el tuyo.

Los ojos de Jungkook corrieron hasta Taehyung. —¿Estás de acuerdo con eso, Taehyung?

Taehyung se sonrojó, pero asintió con la cabeza. Jungkook sonrió e hizo un gesto con la mano  para  que  se  diera  la vuelta. Taehyung comenzó a girar, luego hizo una pausa, frunciendo el ceño mientras miraba por encima del hombro a Jungkook.

—¿No podemos mirarnos mientras hacemos esto? — preguntó Taehyung—. ¿Tengo que estar de espaldas a ti?

—Por supuesto que podemos mirarnos el uno al otro — respondió Jungkook rápidamente—, pero sería más fácil para ti estando de rodillas la primera vez.

Taehyung negó  con  la  cabeza,  mirando vacilante  y un poco ansioso.

—Prefiero poder verte.

—Entonces vamos a subir a la cama —dijo Jungkook.

La subida a la cama fue rápida. Taehyung se deslizó de nuevo tumbándose contra las almohadas en la parte superior de la cama, Jungkook se arrodilló entre sus piernas, y Yoongi detrás de él. Las manos de Jungkook temblaban mientras el chorro de lubricante salía hacia sus dedos.

Estaba muy excitado. Las manos que estaban  jugando con su culo no estaban ayudando tampoco. Lo estaban volviendo loco, moviéndose sobre su culo, entre sus nalgas, llegando hasta abajo para masajear  sus  bolas. Jungkook  se esforzó cuanto pudo por ir suavemente con Taehyung. Pero pronto lo tuvo retorciéndose y gimiendo, presionándose en respuesta contra sus dedos empujándolos en su apretado agujero.

—¿Estás listo para Jungkook, Taehyung?  —preguntó  Yoongi. Su voz no sonaba lo bastante estable—. No voy a poder resistir mucho tiempo más.

Taehyung asintió con la cabeza rápidamente.

Jungkook subió y empezó  a adaptar  la cabeza  de  su polla a la entrada de color de rosa de Taehyung, cuando de pronto un pensamiento lo golpeó. Se inclinó y besó a Taehyung profundamente. Cuando separó los labios, miró a los ojos de color verde pálido que parpadeaban al mirarlo.

—¿Es esto lo que quieres, Taehyung? —le susurró.

Taehyung sonrió y asintió con la  cabeza.  Jungkook se inclinó con la mano ahuecada contra le mejilla de Taehyung, los ojos casi cerrados por el gesto de ternura.

—He querido esto desde que supe por primera vez que éramos compañeros. Pensé que nunca iba a  suceder.  —Los ojos de Taehyung se movieron más allá de Jungkook para abarcar a Yoongi—. O que yo tendría a Yoongi, también.

Eso era lo suficientemente bueno para Jungkook. No sólo respondía su pregunta, sino que hizo que su corazón latiera con fuerza y que el aliento se entrecortara en su garganta. Jungkook parpadeó varias veces y se dijo que sólo estaba reaccionando al polvo en el aire... realmente.

Agarró las  piernas de  Taehyung  enroscándolas  por encima  de  sus  brazos,  y   luego siguió   adelante   con   su pene. Sus ojos comenzaron a humedecerse de nuevo al ver su eje  entrando  en  Taehyung,  por  primera  vez.  Ellos encajaban a la perfección.

El momento se hizo aún más perfecto cuando Yoongi se hundió  en él por detrás.  Los dedos de  Jungkook se  clavaron en las caderas de Taehyung, cuando Yoongi tocó fondo, su cuerpo presionando contra Jungkook. Por un momento, todo el mundo se quedó inmóvil, atrapados en el momento, la  primera  vez que conectaban todos juntos. Era un momento que nunca volvería a suceder. Era especial.

—¡Si no te mueves juro voy a gritar!

Los ojos de Jungkook se encajaron en Taehyung, su mandíbula cayó por la fiera mirada en el rostro del hombre. Nunca había oído hablar así a Taehyung. Él era el más callado, el tímido, el reservado. Nunca había pedido nada y tampoco había jurado.

—¿Taehyung?

—Por favor, Jungkook. —Taehyung gimió, un cambio rápido de sus palabras que un momento antes eran de exigencia—. No puedo soportarlo. Me duele. Necesito… necesito…

—Te   tengo, Taehyung   —dijo   Jungkook que    ya   empezaba a moverse, empujando poco a poco en él.

—Y yo los tengo a los dos —Yoongi gruñó en su oído—. Es estupendo, bebé. Me estoy tirando a los dos.

Jungkook apenas si consiguió evitar derretirse en un charco de babas cuando Yoongi empezó a moverse. La fuerza del empuje de Yoongi  lo  empujaba  a  él  en  Taehyung. Cuando  Yoongi se retiraba, también lo hacía él.  Realmente Yoongi les tenía a los dos.

—La próxima vez, Taehyung podrá estar en el  medio  — dijo Yoongi—. Te gustaría eso, ¿verdad, Taehyung? ¿No te gustaría joder a Jungkook, mientras yo jodo tu apretado culito?

Jungkook gritó cuando los músculos interiores de Taehyung se contrajeron de golpe alrededor de su polla, derramando su blanco esperma entre ellos mientras se corría. Estuvo a punto de cerrar los ojos ante la exquisita sensación, pero la visión debajo de él se impuso. La cabeza de Taehyung se arqueó hacia atrás, los ojos cerrados y la boca entreabierta mientras gemía. Era espectacular.

Los músculos tensos en el cuello arqueado de Taehyung llamaron la atención de Jungkook. Se lamió los labios mientras contemplaba el pequeño latido del  pulso  en  su  garganta. Podía sentir sus colmillos descendiendo, anticipando el sabor de su compañero.

Jungkook podía sentir su orgasmo creciendo, su cuerpo a punto de explotar.

Se inclinó y hundió sus dientes en la garganta de Taehyung. El sabor  dulce  de   la  sangre   de  Taehyung    inundó su boca y sobrecargó sus sentidos. Sintió la mordedura de los caninos de Yoongi en su hombro, y eso fue todo lo que necesitó para llegar al borde. Su rugido de finalización coincidió con el de Yoongi, los dos hombres se corrieron al mismo tiempo. Jungkook llenó a Taehyung  con  su  semilla  cuando  Yoongi  lo  llenó  a  él, los estímulos simultáneos eran casi más de lo que Jungkook podía manejar.

Tenía la vista borrosa.  La  cabeza  dando  vueltas. Tuvo la previsión suficiente de apartar sus colmillos liberando la garganta de Taehyung antes de que  colapsara hacia abajo sobre él, con la cabeza apoyada sobre su hombro.

Sentía unas suaves y delicadas manos frotándole la espalda mientras trataba de recobrar el aliento. No fue fácil, especialmente cuando el nudo de Yoongi creció apoderándose de su interior, conectándolos entre  sí. Una  pequeña  parte de Jungkook lamentó el hecho de no tener una forma similar de conectarse con Taehyung.

—¿Qué   pasa,   cariño?   —preguntó   Yoongi   en   voz baja mientras lo abrazaba desde la espaldas—. Deberías estar feliz en este momento. Hemos reclamado a Taehyung. Nadie lo puede alejar de nosotros.

—Lo estoy —dijo Jungkook—. Sólo desearía… desearía ser un hombre lobo como tú para poder anudar a Taehyung — dijo Jungkook—.  Me  gustaría  que estuviéramos  conectados todos juntos.

—Jungkook, lo que tú y Taehyung aportan es  mucho  mejor que cualquier nudo —dijo Yoongi mientras  frotaba la  mano arriba y abajo  por  el  brazo de  Jungkook—.  ¿Recuerdas  lo del hilo de la vida de la que me hablaste? Tú y Taehyung nos darán muchos más años juntos, los años que no tendríamos si fuéramos todos hombres lobo.

—Supongo —dijo Jungkook, no del todo  convencido. Suspiró y echó la  cabeza  hacia  arriba,  cuando  Yoongi se acurrucó en su cuello.

—Sé que es  así, Jungkook  —murmuró  Yoongi  en  contra  de su piel.

—Tengo una pregunta —dijo Taehyung en voz baja. Jungkook miró al hombre envuelto en sus brazos. 

—¿Sí?

—¿Qué es un nudo?

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CAPITULO 8

Amanecía. Jin y Namjoon se despedían de Taehyung Y Yoongi.   El destino los separaba una vez más.   Yoongi y Taehyung se quedaron en...