Páginas

domingo, 19 de junio de 2022

CAPITULO 8

Yoongi estaba ansioso. Su mirada continuamente iba de la puerta que estaba a su cargo hacia las escaleras al principio del pasillo que conducían a la oficina de Taehyung. No había visto a Taehyung  desde que salió de la oficina y eso le preocupaba. No sabía si se había perdido a Taehyung yendo arriba o si el hombre todavía estaba en su oficina.

 

Y no sabía si Taehyung estaba ileso.       

 

Sabía que no tenía que conocer lo que Taemin había venido a hablar con Taehyung. Con la forma en que Taehyung había desafiado a Taemin,  Yoongi  estaba  preocupado  de  que  los  dos  hombres pudieran haber iniciado la lucha.     

 

Taemin se veía ileso cuando caminó por el pasillo y ciertamente no como alguien que acabara de estar en una pelea. Pero Taemin era un depredador. Podía acabar la existencia de Taehyung con solo deslizar una garra.

 

Y Yoongi no había visto a Taehyung en absoluto.

 

Su ansiedad crecía con cada segundo que pasaba. Estaba tratando de hacer lo que Taehyung le había pedido y encargarse de la puerta, pero se le estaba haciendo más difícil quedarse donde estaba mientras los minutos pasaban y no había señales de Taehyung. Si Yoongi no le veía muy pronto, mandaría al diablo las órdenes de Taehyung e iría a buscar al hombre.

 

Sin importar lo mucho que su estómago se encogió ante la idea de desobedecer a Taehyung.

 

Yoongi sabía que iba a ser el hazmerreír del aquelarre si alguien descubría cuánto le molestaba desobedecer a Taehyung. Se supone  que  los  vampiros  son  los  depredadores  del  mundo, aquellos en la cima de la cadena alimenticia. Ellos no deberían ser sumisos.         

 

Y  sin embargo, Yoongi nunca  había sido más feliz que cuando  le  dio el  control  a  Taehyung.  Tal  vez eso era  algo que tendría  que  hablar  con  Namjoon  una  vez  que  el  hombre  se recuperara. Namjoon parecía alguien que estaba bien versado en el mundo, tanto en el mundo humano como en el mundo de los vampiros.  Podría  tener  idea  de  por  qué  Yoongi  estaba  tan cómodo dando a Taehyung el dominio sobre él.             

               

Infiernos, Yoongi lo ansiaba.      

 

No era sólo su necesidad de dejar que Taehyung lo dominara lo  que  Yoongi  ansiaba.  Tenía  que  asegurarse  que  Taehyung estuviera  feliz y Taehyung parecía estar feliz cuando dominaba a Yoongi.  Parecía  especialmente  encantado  cuando  Yoongi  lo llamaba señor y Yoongi no tenía problemas para hacerlo. Le pareció que era la manera de abordar al hombre. 

 

Yoongi comprobó los números de identificación de tres personas más antes de  poder soportarlo más. Llamó con la mano a Jungkook y esperó a que el hombre llegar hasta él.

 

—¿Has visto a Taehyung?           

 

—Sí, está arriba.              

 

—¿Está bien?

 

Jungkook  se  encogió de  hombros. 

 

—Supongo.  Quiero decir que me parece un poco estresado, pero Taehyung se pone así a veces,  especialmente   cuando  las   cosas   con  el   bar  lo sobrepasan. Realmente necesita un asistente, hombre, alguien que  se  ocupe  de  las  pequeñas  mierdas.  No  se  relaja  lo suficiente ¿sabes?       

Yoongi cerró los ojos por un momento mientras le llenaba el alivio. Jungkook no parecía preocupado en lo más mínimo, así que tal vez Yoongi veía peligro donde no lo había. Sabía que su sonrisa era un poco inestable cuando abrió los ojos y vio a Jungkook mirándolo extrañado.

 

—Estoy  preocupado  por  él  —dijo  Yoongi  a  modo  de explicación—. Trabaja muy duro.         

 

Esa respuesta pareció satisfacer a Jungkook. Asintió y agitó su mano hacia el bar.

 

—Tengo que volver a atender el bar. ¿Hay algo más que necesites?

 

—No, estoy bien. Sólo quería asegurarme que Taehyung estuviera bien.

 

—Está bien, hombre. —Jungkook dio la vuelta y comenzó a alejarse, pero se detuvo y miró hacia atrás por encima del hombro—. Es bueno que estés aquí Yoongi. Taehyung necesita a alguien que se preocupe por él. Dios sabe que estoy cansado de hacerlo y es un trabajo a tiempo completo.

 

Yoongi  sonrió,  una  verdadera  sonrisa  esta  vez. 

 

—No tengo ningún problema con tomar el puesto de trabajo. Creo que  estoy  singularmente  calificado  para  eso.  Estoy loco  por Taehyung.          

 

Jungkook se echó a reír.

 

—Lo sé. Eso sí, no vengas corriendo hacia mí con lágrimas en los ojos cuando Taehyung te vuelva loco, porque eso va a suceder. Al hombre no le gusta escuchar a nadie excepto a sí mismo.    

 

Yoongi  sonrió  para  sus  adentros,  porque  sabía  cuán precisas eran las palabras de Jungkook. Sabía que Taehyung le había dado su fidelidad a Namjoon, pero sospechaba que llegaría un día             

en que los dos hombres chocarían sus cabezas. Ambos eran demasiado tercos para ser agradables el uno con el otro para siempre.  

               

—Hey, Jungkook —llamó a Yoongi cuando el hombre empezó a alejarse—, ¿puedes conseguir que uno de los otros chicos me sustituya pronto? Me gustaría ir a ver a Taehyung en persona.            

 

Jungkook hizo un gesto con la mano en el aire, pero no se molestó en mirar atrás. Yoongi supuso que el gesto significaba que Jungkook le había oído y que haría lo que le pedía. Yoongi sólo esperaba que fuera pronto. Por más que las palabras de Jungkook le aliviaron, no se sentiría totalmente tranquilo hasta que viera a Taehyung con sus propios ojos.    

 

Yoongi  se  volvió  hacia  la  puerta,  listo  para  tomar  la identificación  de  la  siguiente  persona,  pero  en  su  lugar,  el miedo se alojó en su garganta, robando la capacidad de Yoongi de moverse y mucho menos de respirar.        

 

—Hola Yoon.

 

El corazón de Yoongi martilleaba en su pecho mientras miraba a los ojos fríos y calculadores de su hermano.    

 

—¿Qué   estás   haciendo   aquí,   Hoseok?   —Yoongi   se sorprendió  de  que  su  voz  sonara  algo  normal  cuando  por dentro estaba temblando de miedo.             

 

—He venido a disfrutar de este maravilloso bar tuyo —Los oscuros  ojos  verdes  de  Hoseok  inspeccionaron  el  bar.  Una pequeña  sonrisa comenzó a cruzar sus labios, creciendo con           

cada segundo—. Esto parece el lugar en donde a mí y a mis amigos nos gustaría pasar el rato. ¿No es así muchachos?  

 

Los ojos de Yoongi se abrieron como platos cuando miró detrás de Hoseok para ver a varios de los amigos de su hermano,           de pie justo detrás de Hoseok. Yoongi se estremeció al recordar exactamente lo que le había sucedido la última vez que había visto a su hermano y sus amigos. Apenas había podido caminar para alejarse.

 

—No puedes estar aquí —dijo Yoongi rápidamente, rezando para que su voz no empezara a temblar tanto como sus entrañas lo hacían.

 

—Es un bar público hermanito. No puedes dejarnos fuera.

 

—No, pero yo sí.

 

La cabeza de Yoongi giró bruscamente. Taehyung estaba de pie a unos metros de distancia, con los brazos cruzados sobre el pecho.

 

El reto en la cara de Taehyung hizo que el corazón de Yoongi cayera a sus pies. Sabía que su amante no tenía ni idea de lo grande que era la tormenta de mierda que acabada de desatar. Hoseok odiaba ser contrariado y odiaba aún más cuando la persona que no estaba de acuerdo con él era un humano.

 

—Se trata de un establecimiento privado, no uno público. Y este me pertenece. Puedo decir quién se queda y quien se va —sonrió Taehyung—. Y yo digo que ustedes se van.

 

El palpitante corazón de Yoongi subió a su garganta cuando Hoseok se acercó y se paró frente a Taehyung. Podía ver la sangre venir.

 

—No puedes dejarnos afuera —espetó Hoseok—. Humano.

 

—Este no es su territorio, lo que significa que ustedes están en el lugar equivocado para lanzar su mierda, amigo. A Namjoon no le gustará el hecho de que hayan entrado en su territorio y estén amenazando a los miembros de su aquelarre.

 

La mirada que apareció en el rostro de Hoseok sólo podía ser descrita como totalmente mala. Yoongi siempre había sabido que su hermano mayor tenía una vena violenta y perversa en él. No se había dado cuenta hasta este momento que tan diabólico era su hermano en realidad.

 

Las señales estaban todas ahí. El aura de Hoseok había sido gris toda su vida, pero con el tiempo había comenzado a oscurecerse. Ahora era tan negra como la de su padre. El puro gozo que Hoseok parecía tener al torturar a Yoongi debería haberle dado una idea también.

 

Yoongi no lo había querido ver. No quería reconocer lo maligna en que se había convertido toda su familia.       

 

—Oh —sonrió Hoseok, sus colmillos blancos destellando en la baja luz del bar—. Mis chicos y yo nos hicimos cargo de ese problema más temprano. De  hecho…  —Hoseok golpeó con su       

palma sobre el pecho de Taehyung, lo que le hizo tropezar hacia atrás varios pasos—…probablemente  deberías dirigirte  a  mí como alfa ahora que Namjoon ha muerto. Y para que lo sepas, no permito seres humanos en mi aquelarre y ya que vas a tener que dejar mi territorio, estoy confiscando tu bar.              

 

Las cejas de Taehyung se dispararon en lo que era claramente shock y entonces se echó a reír tan fuerte que varias personas se  volvieron  hacia  él.  Yoongi  sabía  que  esto  no  iba  a  ser bueno. Hizo un gesto a Jungkook para que le ayudara a apartar del camino a los humanos inocentes y esperaba que los sacara por la puerta trasera.

 

Sabía que Jungkook no entendería por qué los seres humanos necesitaban ir más allá para evitar que los clientes fueran lesionados, pero al menos lo haría sin dudarlo. Jungkook sabía que una pelea de bar estaba por comenzar tanto como lo sabía Yoongi.

 

Yoongi comenzó a pasar junto a su hermano para ayudar a Jungkook cuando de repente fue agarrado por el cuello y se estrelló contra una pared cercana. Yoongi gruñó cuando su nariz se estrelló contra la pared. Sintió que la sangre corría por su cara y esperaba que su nariz no estuviera rota.

 

Pero esa era la menor de sus preocupaciones.

 

Yoongi se encogió al oír el gruñido de Taehyung y  luego lo único que oía eran los sonidos de puños golpeando carne. En el momento  en  que  él  dio  un  paso  atrás  y  se  sacudió  el aturdimiento de estrellarse contra la pared, la lucha estaba en marcha.          

 

Yoongi buscó desesperadamente a Taehyung entre la multitud de combatientes. Lo encontró al otro lado de la habitación en medio de una lucha con Hoseok. Yoongi había sido golpeado por su  hermano  suficientes  veces  como  para  saber  que  Hoseok estaba  jugando  con  Taehyung.  No  había  extendido  sus  garras todavía.  Una  vez  que  lo  hiciera,  Taehyung  no  tendría  ninguna posibilidad.      

 

Yoongi comenzó a empujar en su camino a través de las personas,  esquivando  el  puño  ocasional  o  los  objetos  que volaban en su dirección mientras trataba de abrirse paso hasta el lado de Taehyung. Se alegró de ver que los hombres de Namjoon se habían unido a la lucha. Taehyung podría tener una oportunidad de sobrevivir a esta pelea con ellos ahí.

 

Yoongi llegó hasta Taehyung y su hermano, justo cuando Taehyung conectaba un golpe de suerte partiendo el labio de Hoseok. Yoongi podía ver la rabia en la cara de Hoseok cayendo como una cortina. Hoseok gruñó y sus garras salieron. Levantó la mano en el aire, sin duda con la intención de romper a través de la suave carne de Taehyung y matarlo de un solo golpe.

 

Yoongi se interpuso entre los dos hombres antes de que el golpe pudiera aterrizar, presionando a Taehyung contra su espalda tan fuerte como pudo. Sabía que el golpe contra Taehyung había errado cuando escuchó al hombre jurar al estrellarse contra una mesa.

 

Sin embargo él no había tenido tanta suerte. Frío parecía fluir a través del cuerpo de Yoongi mientras agarraba su estómago tratando de contener el flujo de sangre que brotaba de las marcas de garra que Hoseok había dejado en su abdomen.

 

Oh hombre, Taehyung iba a estar tan cabreado.

 

Hoseok miró a Yoongi por un momento. Yoongi casi creyó ver un brillo de tristeza en el rostro de su hermano antes de que un gruñido enojado llenara el aire y Hoseok volvió la mirada hacia Taehyung.

 

—Vas a morir por esto humano —ladró Hoseok.

 

Yoongi tomó a su hermano cuando el hombre se abalanzó hacia Taehyung. Fue lo suficientemente rápido para mantener a Hoseok lejos de Taehyung, pero no lo suficientemente rápido como para evitar que una de las garras de Hoseok rastrillara sobre el pecho de Taehyung.

 

Yoongi vio rojo. Su mente se liberó de las ataduras de sumisión que siempre la habían mantenido abajo, incluso cuando se enfrentó a las amenazas de su padre y su hermano. Todo lo que podía ver era la amenaza a su pareja de vida. Y no le importaba que esa amenaza proviniera de su propio hermano.

 

Hoseok tenía que morir.

 

Yoongi transformó sus manos en garras afiladas como navajas. Sus colmillos cayeron. Echó la cabeza hacia atrás y soltó un aullido que hizo temblar las ventanas con tanta fuerza que el vidrio saltó en trozos sobre todo el lugar.

 

Podía oír los cuidadosos susurros a su alrededor cuando la habitación quedó en silencio. Sólo que no le importaba.

 

Alguien estaba amenazando a su pareja de vida.

 

Hoseok se puso rígido y poco a poco se volvió para mirarlo.

 

—¿Yoon?

 

—Trataste de hacerle daño a mi pareja de vida —gruñó Yoongi—. Ahora vas a morir.

 

El feroz animal en el interior de Yoongi que Hoseok había desatado, se deleitaba con el miedo que podía ver apoderándose del hombre. Yoongi podía oler el terror de Hoseok en el aire. Era el olor pútrido de un hombre que sabía que se  enfrentaba a su propia ejecución.

 

—Mira Yoon —comenzó a decir Hoseok, levantando las manos en el aire como si eso pudiera detener a Yoongi. Nada lo haría.

 

Hoseok iba a morir.

 

—Mira, yo no sabía que era tu pareja de vida, Yoon.

 

—Estás mintiendo —espetó Yoongi.

 

—No, en serio Yoon. Yo ni siquiera sabía que dos hombres podían enlazarse. Nunca lo habría atacado si lo hubiera sabido. Tienes que creer eso.

 

—Te dije que había encontrado a mi pareja de vida cuando llegué a casa.

 

—Pensé que estabas tratando de librarte del castigo por dejar  el  aquelarre.  Nunca  pensé  que  estuvieras  diciendo  la verdad.          

 

Los  ojos  de  Yoongi  se  estrecharon  y  dio  un  paso amenazador hacia Hoseok.            

 

—¿Mi castigo por dejar el aquelarre? —gruñó—. Nunca me fui  Hoseok.  Me  echaron  del  aquelarre  porque  no  follaba  con cualquier mujer que movía su cola sobre mí.             

 

—¡Fue una orden de tu alfa!      

 

—¡Fue un error!              

               

—Traicionaste  a  tu  alfa  y  todo  lo  que  su  aquelarre representa.      

 

—¿Entonces  es  una  buena  cosa  que  Yoongi  se  esté uniendo a mi aquelarre, no es así?         

 

Yoongi sintió parte de su ira irse cuando oyó la alta y áspera voz viniendo detrás de él. Se volvió para ver a Namjoon ahí de  pie, con los brazos cruzados sobre  el  pecho, como Taehyung hacía a menudo. 

 

¿Tal vez el gesto era una cosa de los alfas?         

 

—Namjoon —dijo Yoongi con sorpresa. Vio que el rostro del hombre estaba un poco pálido  y sus   labios   estaban demacrados, pero aparte de eso no se veía como si estuviera en las puertas de la muerte. Tenía el aspecto de un alfa en completo control de su territorio.     

 

—¡Él  no  puede  unirse  a  tu  aquelarre!  —Espetó  Hoseok, ganando  la  atención  de  Yoongi  una  vez  más—.  Lo  mataré antes que permitir que se una a tu aquelarre.   

 

Yoongi siempre supo que su hermano lo odiaba. Sólo que no  sabía  cuánto  hasta  que  se  dio  la  vuelta  y  vio  a  Hoseok sosteniendo  a  Taehyung  delante  de  él,  sus  garras  envueltas alrededor de la garganta de Taehyung. Yoongi empezó a gruñir más profundo  en  su  garganta,  todo  el  sentido  de  la  razón  lo abandonó. Sólo la mano que le sujetaba en la parte posterior de su cuello le impidió atacar a su hermano.        

 

—Tu vida ya está condenada por atacarme Hoseok —dijo Namjoon mientras daba un paso al lado de Yoongi—. ¿Cómo mueres? Depende de ti. Puede ser lento y doloroso si derramas una gota de sangre de cualquier miembro de mi aquelarre. O bien puede ser rápida y sin dolor si dejas ir a Taehyung.

 

Los labios de Hoseok se curvaron como si estuviera disgustado por las palabras de Namjoon.

 

—¿Realmente has aceptado un ser humano en tu aquelarre?

 

—Lo hice.

 

—Eso  es  repugnante. Los  seres  humanos son  criaturas repugnantes y desagradables. Ellos son ganado, su propósito es darnos de comer. ¿Cómo puedes debilitar tu línea de sangre de esa manera?              

 

Hoseok no estaba  diciendo nada  que  Yoongi  no hubiera oído una y mil veces de su propio padre. No fue una sorpresa para él que su hermano sintiera lo mismo. Era una copia de Min Dowoo.          

 

—Bueno, teniendo en cuenta que las posibilidades de que Yoongi quede embarazado con el niño de Taehyung son bastante escasas yo diría que la pregunta no tiene sentido —Namjoon dio a Yoongi una rápida mirada, sonriendo—. Aunque, ciertamente parece  que  ellos  se  esforzaron  bastante  para  conseguir embarazar a Yoongi. 

               

Yoongi  quería  rodar  los  ojos  a  Namjoon.  Realmente  lo deseaba.  Las  posibilidades  de  que  quedara  embarazado  de Taehyung ni siquiera existían. No tenía la fontanería correcta. Pero el gesto hubiera hecho que apartara los ojos de Hoseok y eso no iba  a  suceder. Tenía  que  mirar con cuidado y a  la  primera oportunidad que tuviera, iba a matar a su hermano.     

 

Nadie lastimaba a Taehyung. ¡Nadie!    

 

—Si dejo ir al humano, Yoongi tiene que estar de acuerdo en volver a nuestro aquelarre conmigo.         

—Hecho —respondió Yoongi inmediatamente.

 

—Yoongi  ¡no!  —graznó  Taehyung,  haciendo  una  mueca cuando Hoseok apretó con más fuerza.       

 Yoongi empezó a gruñir al ver la cara de Taehyung tornándose roja.

 

 —Deja ir a Taehyung sano y salvo y yo iré a donde quieras.       

 

—¡Yoongi! —Espetó Namjoon—. Vas a dejar que me ocupe de esto.     

 

Yoongi pudo ver la alegría en el rostro de  su enfermo hermano. Hoseok no iba a dejar ir a  Taehyung sin importar lo que dijera  Namjoon.  Mataría  a  Taehyung  antes  de  que  nadie  pudiera alcanzarlo. Se estaba enfrentando a una sala llena de furiosos miembros del aquelarre y sin embargo pensaba que tenía la sartén  por  el  mango.  Yoongi  tenía  que  hacer  algo  para    

conseguir alejar a Taehyung de las manos de Hoseok.   

 

Yoongi  oró  para  que  Namjoon  entendiera  lo  que  estaba diciendo cuando se volvió para mirar al hombre más grande. La vida de Taehyung tenía que ir antes que la suya y Namjoon necesitaba entender eso. Sabía lo que su hermano era capaz de hacer. Namjoon no.

 

—Tú no eres mi alfa aún Namjoon. Hasta que lo seas, no recibo órdenes de ti.

 

Una de las oscuras cejas de Namjoon se arqueó como si nunca hubiera tenido a nadie hablándole de tal manera. Yoongi hizo una mueca. Es probable que nunca fuera a ser aceptado en el aquelarre de Namjoon ahora. Mientras Taehyung sobreviviera, a él no le importaba.

 

—Muy bien Yoongi —dijo Namjoon—. Aunque creo que esta es una mala decisión, sigue siendo tu decisión. ¿Cómo quieres jugar a esto?

 

Yoongi miró a Taehyung y a Hoseok, tragando saliva por la ira en el rostro de Taehyung. Su pareja de vida estaba enojado…, pero todavía estaba vivo.

 

—Voy a tomar el lugar de Taehyung y luego tienes que dejar que Hoseok me saque de aquí.     

 

—¿Es  esto  realmente  lo  que  quieres  Yoongi?  —las palabras fueron pronunciadas tan bajo que Yoongi casi se las perdió. Negó con la cabeza mientras se volvía hacia Namjoon.

 

—Es lo que tengo que hacer Alfa. No puedo dejar que Hoseok le haga daño a Taehyung.             

 

Los  segundos  parecían  convertirse  en  años  mientras Namjoon  lo  miraba  fijamente.  La  mirada  del  hombre  era  tan penetrante que Yoongi preguntó vagamente si Namjoon podía ver directo a su alma. Al final Namjoon se acercó más a Yoongi a un soplo de distancia.    

               

—Voy  a  mantener  a  Taehyung  seguro  hasta  que  regreses Yoongi  —dijo Namjoon en voz tan baja  que  Yoongi  supo que había sido el único en oír las palabras.              

 

Sintió las lágrimas llenando sus ojos porque sabía que una vez que regresara al aquelarre de su padre, nunca volvería.

 

—Gracias Alfa. 

 

—Justo aquí y ahora mismo, ¿juras fidelidad a mí y a los míos por tu propia voluntad Min Yoongi?          

Yoongi parpadeó. No tenía ni idea de por qué el alfa le pedía eso ahora, teniendo en cuenta que estaba a punto de volver al aquelarre de su padre, pero asintió de todos modos.  

 

—Sí señor.        

 

 Yoongi inhaló profundamente cuando sintió los lazos entre él y su aquelarre de nacimiento quebrarse como si alguien los hubiera roto por la mitad. La repentina falta de conexión a un aquelarre casi hizo caer de rodillas a Yoongi. Justo cuando pensaba que no podía soportar el dolor de la soledad ni un segundo más, sintió una enorme mano aterrizando en el hombro.

 

Un radiante calor diferente de cualquier cosa que hubiera sentido alguna vez, llenó repentinamente a Yoongi de la cabeza a los pies. Era tan abrumador que Yoongi gimió en voz baja. Sintió de repente el enlace conectándolo a Namjoon y a su nuevo aquelarre, no se parecía en nada al delgado enlace que había sentido con su anterior aquelarre. Era cálido y acogedor, no frío y desagradable.

 

Namjoon le sonrió y le dio unas palmaditas en el hombro.

 

  Entonces ve Yoongi y debes saber que vas a estar de vuelta con nosotros muy pronto. No voy a abandonarte.

 

Yoongi sabía que algo fundamental había cambiado cuando él no podía hacer nada excepto lo que Namjoon había ordenado que hiciera. Siempre había tenido la impresión de que la aceptación de un miembro en un aquelarre era un enorme y elaborado ritual. Siempre había estado en su aquelarre de nacimiento. Cómo podía Namjoon aceptarlo con unas simples palabras, desconcertaba a Yoongi.

 

Sin embargo, un nuevo propósito llenó a Yoongi cuando se volvió hacia Taehyung y su hermano. De repente sabía que si Namjoon dijo que estaría de vuelta pronto, así iba a ser. Si bien no se veía separado de Taehyung, sabía al menos que no iba a durar para siempre.

 

Yoongi comenzó a tomar pasos lentos y medidos hacia Hoseok. No quería asustar a Hoseok de ninguna manera. Un simple movimiento de la muñeca y Hoseok podría terminar con la razón de ser de Yoongi. Cuando estaba a un paso de Hoseok, Yoongi se detuvo.

 

—¿Cómo quieres hacer esto?

 

—Haz que retrocedan —dijo Hoseok, haciendo un gesto con la barbilla al grupo de hombres que estaban detrás de Namjoon—. Y quiero un camino despejado hacia la puerta.

 

Yoongi ni siquiera tenía que mirar para saber que se estaba haciendo. Podía oír los pasos del aquelarre de Namjoon, ya que todos ellos se trasladaron a los lados de la habitación.

 

—¿Y ahora qué?

 

—Cambia.

 

Yoongi respiró hondo y trató de reprimir a la criatura violenta dentro de él. No era fácil cuando su pareja de vida estaba en peligro. Él quería mutilar y matar, para destruir la amenaza sobre Taehyung. Sólo por pura voluntad Yoongi era capaz de hacer que la criatura se retirara y cambiar completamente de nuevo a su forma humana.

 

—Camina hasta aquí, pero mantén las manos donde yo pueda verlas.

 

Yoongi levantó las manos en el aire y lentamente se acercó a su hermano. Sintió el momento en que Hoseok lanzó a Taehyung como una sacudida en su pecho.

 

Hoseok empujó a Taehyung y se tambaleó hacia delante. Namjoon lo atrapó antes de  que  pudiera  caer al  suelo, empujando a Taehyung detrás de él.     

 

Antes de que Yoongi incluso pudiera tomar un respiro de alivio, sintió las garras de Hoseok clavarse en su carne cuando el hombre las envolvió alrededor de su garganta. Un movimiento           

en falso y Hoseok rasgaría su garganta. Yoongi había visto al hombre  hacerlo antes.  Era  como  si  el  movimiento  fuera  su firma o algo así. Realmente disfrutaba rasgar la garganta de las personas y escucharlos gorgotear hasta que poco a poco se ahogaban en su propia sangre. 

 

—Ahora  vamos  a  caminar  directo  fuera  de  aquí  —dijo Hoseok cuando empezó a forzar a Yoongi hacia adelante—. Si alguien hace un movimiento, Yoongi muere.

               

Namjoon dio un paso atrás, llevándose a Taehyung con él. Yoongi pudo  ver  por  el  rabillo  del  ojo  a  Taehyung  luchando  contra  el dominio de Namjoon sobre él. Deseaba poder tener un momento con Taehyung, para decir adiós o decirle que volvería pronto. No estaba seguro de que todavía. Pero sí quería una última palabra con su amante.         

 

—Hoseok…       

 

Yoongi  palideció  cuando  el  agarre  de  Hoseok  apretó dolorosamente.

 

—Ni una sola palabra Yoon. Ya has causado bastantes problemas.          

 

¿Él había causado suficientes problemas? ¿Desde cuándo? ¿No fue él quien atacó a Namjoon o entró en territorio del hombre sin ser invitado?             

 

Había dejado el aquelarre cuando se le ordenó. No había hecho una mierda. ¿Y estaba siendo culpado de esta situación?          

 

Hoseok realmente era la copia de su padre. Ninguno de los dos podía asumir la responsabilidad de sus acciones. Siempre culpaban  a  otras personas,  a  los  miembros  del  aquelarre  o incluso  entre  ellos  mismos.  Nunca  entendieron  que  sus despreciables acciones fueron las que les metieron en apuros una y otra vez.      

 

Yoongi  escuchó a  Taehyung  empezar a  gritar mientras era empujado a través de la puerta principal y rezó para que Namjoon le hubiera dicho la verdad cuando dijo que iba a cuidar de Taehyung hasta  que  Yoongi  regresara.  Taehyung  no  lo  iba  a  aceptar  tan fácilmente.  Iba  a  estar  cabreado  más  allá  de  las  palabras. Yoongi esperaba que Namjoon tomara eso en cuenta cuando se tratara de Taehyung.    

 

O su pareja de vida iba a estar en una mierda de problemas.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario