Yoongi estaba ansioso. Su mirada continuamente iba de la puerta que estaba a su cargo hacia las escaleras al principio del pasillo que conducían a la oficina de Taehyung. No había visto a Taehyung desde que salió de la oficina y eso le preocupaba. No sabía si se había perdido a Taehyung yendo arriba o si el hombre todavía estaba en su oficina.
Y no sabía si Taehyung estaba ileso.
Sabía que no tenía que conocer lo que Taemin había venido a
hablar con Taehyung. Con la forma en que Taehyung había desafiado a Taemin, Yoongi
estaba preocupado de
que los dos
hombres pudieran haber iniciado la lucha.
Taemin se veía ileso cuando caminó por el pasillo y
ciertamente no como alguien que acabara de estar en una pelea. Pero Taemin era
un depredador. Podía acabar la existencia de Taehyung con solo deslizar una
garra.
Y Yoongi no había visto a Taehyung en absoluto.
Su ansiedad crecía con cada segundo que pasaba. Estaba
tratando de hacer lo que Taehyung le había pedido y encargarse de la puerta,
pero se le estaba haciendo más difícil quedarse donde estaba mientras los
minutos pasaban y no había señales de Taehyung. Si Yoongi no le veía muy
pronto, mandaría al diablo las órdenes de Taehyung e iría a buscar al hombre.
Sin importar lo mucho que su estómago se encogió ante la
idea de desobedecer a Taehyung.
Yoongi sabía que iba a ser el hazmerreír del aquelarre si alguien
descubría cuánto le molestaba desobedecer a Taehyung. Se supone que
los vampiros son
los depredadores del
mundo, aquellos en la cima de la cadena alimenticia. Ellos no deberían ser
sumisos.
Y sin embargo, Yoongi
nunca había sido más feliz que cuando le dio
el control a Taehyung. Tal
vez eso era algo que tendría que
hablar con Namjoon
una vez que
el hombre se recuperara. Namjoon parecía alguien que
estaba bien versado en el mundo, tanto en el mundo humano como en el mundo de
los vampiros. Podría tener
idea de por
qué Yoongi estaba
tan cómodo dando a Taehyung el dominio sobre él.
Infiernos, Yoongi lo ansiaba.
No era sólo su necesidad de dejar que Taehyung lo dominara lo que Yoongi ansiaba.
Tenía que asegurarse
que Taehyung estuviera feliz y Taehyung parecía estar feliz cuando
dominaba a Yoongi. Parecía especialmente
encantado cuando Yoongi
lo llamaba señor y Yoongi no tenía problemas para hacerlo. Le pareció
que era la manera de abordar al hombre.
Yoongi comprobó los números de identificación de tres personas
más antes de poder soportarlo más. Llamó
con la mano a Jungkook y esperó a que el hombre llegar hasta él.
—¿Has visto a Taehyung?
—Sí, está arriba.
—¿Está bien?
Jungkook se encogió de
hombros.
—Supongo. Quiero
decir que me parece un poco estresado, pero Taehyung se pone así a veces, especialmente cuando
las cosas con
el bar lo sobrepasan. Realmente necesita un
asistente, hombre, alguien que se ocupe
de las pequeñas
mierdas. No se
relaja lo suficiente ¿sabes?
Yoongi cerró los ojos por un momento mientras le llenaba el
alivio. Jungkook no parecía preocupado en lo más mínimo, así que tal vez Yoongi
veía peligro donde no lo había. Sabía que su sonrisa era un poco inestable
cuando abrió los ojos y vio a Jungkook mirándolo extrañado.
—Estoy
preocupado por él
—dijo Yoongi a
modo de explicación—. Trabaja muy
duro.
Esa respuesta pareció satisfacer a Jungkook. Asintió y agitó
su mano hacia el bar.
—Tengo que volver a atender el bar. ¿Hay algo más que
necesites?
—No, estoy bien. Sólo quería asegurarme que Taehyung
estuviera bien.
—Está bien, hombre. —Jungkook dio la vuelta y comenzó a
alejarse, pero se detuvo y miró hacia atrás por encima del hombro—. Es bueno
que estés aquí Yoongi. Taehyung necesita a alguien que se preocupe por él. Dios
sabe que estoy cansado de hacerlo y es un trabajo a tiempo completo.
Yoongi sonrió, una
verdadera sonrisa esta
vez.
—No tengo ningún problema con tomar el puesto de trabajo.
Creo que estoy singularmente
calificado para eso.
Estoy loco por Taehyung.
Jungkook se echó a reír.
—Lo sé. Eso sí, no vengas corriendo hacia mí con lágrimas en
los ojos cuando Taehyung te vuelva loco, porque eso va a suceder. Al hombre no
le gusta escuchar a nadie excepto a sí mismo.
Yoongi sonrió para
sus adentros, porque
sabía cuán precisas eran las
palabras de Jungkook. Sabía que Taehyung le había dado su fidelidad a Namjoon,
pero sospechaba que llegaría un día
en que los dos hombres chocarían sus cabezas. Ambos eran demasiado
tercos para ser agradables el uno con el otro para siempre.
—Hey, Jungkook —llamó a Yoongi cuando el hombre empezó a
alejarse—, ¿puedes conseguir que uno de los otros chicos me sustituya pronto?
Me gustaría ir a ver a Taehyung en persona.
Jungkook hizo un gesto con la mano en el aire, pero no se molestó
en mirar atrás. Yoongi supuso que el gesto significaba que Jungkook le había
oído y que haría lo que le pedía. Yoongi sólo esperaba que fuera pronto. Por
más que las palabras de Jungkook le aliviaron, no se sentiría totalmente
tranquilo hasta que viera a Taehyung con sus propios ojos.
Yoongi se volvió
hacia la puerta,
listo para tomar
la identificación de la
siguiente persona, pero
en su lugar,
el miedo se alojó en su garganta, robando la capacidad de Yoongi de
moverse y mucho menos de respirar.
—Hola Yoon.
El corazón de Yoongi martilleaba en su pecho mientras miraba
a los ojos fríos y calculadores de su hermano.
—¿Qué estás haciendo
aquí, Hoseok? —Yoongi
se sorprendió de que
su voz sonara
algo normal cuando
por dentro estaba temblando de miedo.
—He venido a disfrutar de este maravilloso bar tuyo —Los oscuros ojos
verdes de Hoseok
inspeccionaron el bar.
Una pequeña sonrisa comenzó a
cruzar sus labios, creciendo con
cada segundo—. Esto parece el lugar en donde a mí y a mis amigos
nos gustaría pasar el rato. ¿No es así muchachos?
Los ojos de Yoongi se abrieron como platos cuando miró detrás
de Hoseok para ver a varios de los amigos de su hermano, de pie justo detrás de Hoseok. Yoongi se estremeció al
recordar exactamente lo que le había sucedido la última vez que había visto a
su hermano y sus amigos. Apenas había podido caminar para alejarse.
—No puedes estar aquí —dijo Yoongi rápidamente, rezando para
que su voz no empezara a temblar tanto como sus entrañas lo hacían.
—Es un bar público hermanito. No puedes dejarnos fuera.
—No, pero yo sí.
La cabeza de Yoongi giró bruscamente. Taehyung estaba de pie
a unos metros de distancia, con los brazos cruzados sobre el pecho.
El reto en la cara de Taehyung hizo que el corazón de Yoongi
cayera a sus pies. Sabía que su amante no tenía ni idea de lo grande que era la
tormenta de mierda que acabada de desatar. Hoseok odiaba ser contrariado y
odiaba aún más cuando la persona que no estaba de acuerdo con él era un humano.
—Se trata de un establecimiento privado, no uno público. Y
este me pertenece. Puedo decir quién se queda y quien se va —sonrió Taehyung—.
Y yo digo que ustedes se van.
El palpitante corazón de Yoongi subió a su garganta cuando Hoseok
se acercó y se paró frente a Taehyung. Podía ver la sangre venir.
—No puedes dejarnos afuera —espetó Hoseok—. Humano.
—Este no es su territorio, lo que significa que ustedes están
en el lugar equivocado para lanzar su mierda, amigo. A Namjoon no le gustará el
hecho de que hayan entrado en su territorio y estén amenazando a los miembros
de su aquelarre.
La mirada que apareció en el rostro de Hoseok sólo podía ser
descrita como totalmente mala. Yoongi siempre había sabido que su hermano mayor
tenía una vena violenta y perversa en él. No se había dado cuenta hasta este
momento que tan diabólico era su hermano en realidad.
Las señales estaban todas ahí. El aura de Hoseok había sido
gris toda su vida, pero con el tiempo había comenzado a oscurecerse. Ahora era
tan negra como la de su padre. El puro gozo que Hoseok parecía tener al
torturar a Yoongi debería haberle dado una idea también.
Yoongi no lo había querido ver. No quería reconocer lo maligna
en que se había convertido toda su familia.
—Oh —sonrió Hoseok, sus colmillos blancos destellando en la
baja luz del bar—. Mis chicos y yo nos hicimos cargo de ese problema más
temprano. De hecho… —Hoseok golpeó con su
palma sobre el pecho de Taehyung, lo que le hizo tropezar
hacia atrás varios pasos—…probablemente
deberías dirigirte a mí como alfa ahora que Namjoon ha muerto. Y
para que lo sepas, no permito seres humanos en mi aquelarre y ya que vas a
tener que dejar mi territorio, estoy confiscando tu bar.
Las cejas de Taehyung se dispararon en lo que era claramente
shock y entonces se echó a reír tan fuerte que varias personas se volvieron
hacia él. Yoongi
sabía que esto
no iba a ser bueno.
Hizo un gesto a Jungkook para que le ayudara a apartar del camino a los humanos
inocentes y esperaba que los sacara por la puerta trasera.
Sabía que Jungkook no entendería por qué los seres humanos
necesitaban ir más allá para evitar que los clientes fueran lesionados, pero al
menos lo haría sin dudarlo. Jungkook sabía que una pelea de bar estaba por
comenzar tanto como lo sabía Yoongi.
Yoongi comenzó a pasar junto a su hermano para ayudar a Jungkook
cuando de repente fue agarrado por el cuello y se estrelló contra una pared
cercana. Yoongi gruñó cuando su nariz se estrelló contra la pared. Sintió que
la sangre corría por su cara y esperaba que su nariz no estuviera rota.
Pero esa era la menor de sus preocupaciones.
Yoongi se encogió al oír el gruñido de Taehyung y luego lo único que oía eran los sonidos de
puños golpeando carne. En el momento
en que él
dio un paso
atrás y se
sacudió el aturdimiento de
estrellarse contra la pared, la lucha estaba en marcha.
Yoongi buscó desesperadamente a Taehyung entre la multitud de
combatientes. Lo encontró al otro lado de la habitación en medio de una lucha
con Hoseok. Yoongi había sido golpeado por su
hermano suficientes veces
como para saber
que Hoseok estaba jugando
con Taehyung. No
había extendido sus
garras todavía. Una vez
que lo hiciera,
Taehyung no tendría
ninguna posibilidad.
Yoongi comenzó a empujar en su camino a través de las personas, esquivando
el puño ocasional
o los objetos
que volaban en su dirección mientras trataba de abrirse paso hasta el
lado de Taehyung. Se alegró de ver que los hombres de Namjoon se habían unido a
la lucha. Taehyung podría tener una oportunidad de sobrevivir a esta pelea con
ellos ahí.
Yoongi llegó hasta Taehyung y su hermano, justo cuando Taehyung
conectaba un golpe de suerte partiendo el labio de Hoseok. Yoongi podía ver la
rabia en la cara de Hoseok cayendo como una cortina. Hoseok gruñó y sus garras
salieron. Levantó la mano en el aire, sin duda con la intención de romper a
través de la suave carne de Taehyung y matarlo de un solo golpe.
Yoongi se interpuso entre los dos hombres antes de que el
golpe pudiera aterrizar, presionando a Taehyung contra su espalda tan fuerte
como pudo. Sabía que el golpe contra Taehyung había errado cuando escuchó al
hombre jurar al estrellarse contra una mesa.
Sin embargo él no había tenido tanta suerte. Frío parecía
fluir a través del cuerpo de Yoongi mientras agarraba su estómago tratando de
contener el flujo de sangre que brotaba de las marcas de garra que Hoseok había
dejado en su abdomen.
Oh hombre, Taehyung iba a estar tan cabreado.
Hoseok miró a Yoongi por un momento. Yoongi casi creyó ver
un brillo de tristeza en el rostro de su hermano antes de que un gruñido
enojado llenara el aire y Hoseok volvió la mirada hacia Taehyung.
—Vas a morir por esto humano —ladró Hoseok.
Yoongi tomó a su hermano cuando el hombre se abalanzó hacia Taehyung.
Fue lo suficientemente rápido para mantener a Hoseok lejos de Taehyung, pero no
lo suficientemente rápido como para evitar que una de las garras de Hoseok
rastrillara sobre el pecho de Taehyung.
Yoongi vio rojo. Su mente se liberó de las ataduras de
sumisión que siempre la habían mantenido abajo, incluso cuando se enfrentó a
las amenazas de su padre y su hermano. Todo lo que podía ver era la amenaza a
su pareja de vida. Y no le importaba que esa amenaza proviniera de su propio
hermano.
Hoseok tenía que morir.
Yoongi transformó sus manos en garras afiladas como navajas.
Sus colmillos cayeron. Echó la cabeza hacia atrás y soltó un aullido que hizo
temblar las ventanas con tanta fuerza que el vidrio saltó en trozos sobre todo
el lugar.
Podía oír los cuidadosos susurros a su alrededor cuando la
habitación quedó en silencio. Sólo que no le importaba.
Alguien estaba amenazando a su pareja de vida.
Hoseok se puso rígido y poco a poco se volvió para mirarlo.
—¿Yoon?
—Trataste de hacerle daño a mi pareja de vida —gruñó Yoongi—.
Ahora vas a morir.
El feroz animal en el interior de Yoongi que Hoseok había
desatado, se deleitaba con el miedo que podía ver apoderándose del hombre. Yoongi
podía oler el terror de Hoseok en el aire. Era el olor pútrido de un hombre que
sabía que se enfrentaba a su propia
ejecución.
—Mira Yoon —comenzó a decir Hoseok, levantando las manos en
el aire como si eso pudiera detener a Yoongi. Nada lo haría.
Hoseok iba a morir.
—Mira, yo no sabía que era tu pareja de vida, Yoon.
—Estás mintiendo —espetó Yoongi.
—No, en serio Yoon. Yo ni siquiera sabía que dos hombres
podían enlazarse. Nunca lo habría atacado si lo hubiera sabido. Tienes que
creer eso.
—Te dije que había encontrado a mi pareja de vida cuando
llegué a casa.
—Pensé que estabas tratando de librarte del castigo por dejar el
aquelarre. Nunca pensé
que estuvieras diciendo
la verdad.
Los ojos de Yoongi se
estrecharon y dio
un paso amenazador hacia Hoseok.
—¿Mi castigo por dejar el aquelarre? —gruñó—. Nunca me fui Hoseok.
Me echaron del
aquelarre porque no
follaba con cualquier mujer que
movía su cola sobre mí.
—¡Fue una orden de tu alfa!
—¡Fue un error!
—Traicionaste a tu
alfa y todo
lo que su
aquelarre representa.
—¿Entonces es una
buena cosa que Yoongi se esté
uniendo a mi aquelarre, no es así?
Yoongi sintió parte de su ira irse cuando oyó la alta y áspera
voz viniendo detrás de él. Se volvió para ver a Namjoon ahí de pie, con los brazos cruzados sobre el
pecho, como Taehyung hacía a menudo.
¿Tal vez el gesto era una cosa de los alfas?
—Namjoon —dijo Yoongi con sorpresa. Vio que el rostro del
hombre estaba un poco pálido y sus labios
estaban demacrados, pero aparte de eso no se veía como si estuviera en
las puertas de la muerte. Tenía el aspecto de un alfa en completo control de su
territorio.
—¡Él no puede
unirse a tu
aquelarre! —Espetó Hoseok, ganando la
atención de Yoongi
una vez más—.
Lo mataré antes que permitir que
se una a tu aquelarre.
Yoongi siempre supo que su hermano lo odiaba. Sólo que no sabía
cuánto hasta que se dio
la vuelta y
vio a Hoseok sosteniendo a Taehyung delante
de él, sus
garras envueltas alrededor de la
garganta de Taehyung. Yoongi empezó a gruñir más profundo en
su garganta, todo
el sentido de
la razón lo abandonó. Sólo la mano que le sujetaba en
la parte posterior de su cuello le impidió atacar a su hermano.
—Tu vida ya está condenada por atacarme Hoseok —dijo Namjoon
mientras daba un paso al lado de Yoongi—. ¿Cómo mueres? Depende de ti. Puede
ser lento y doloroso si derramas una gota de sangre de cualquier miembro de mi
aquelarre. O bien puede ser rápida y sin dolor si dejas ir a Taehyung.
Los labios de Hoseok se curvaron como si estuviera
disgustado por las palabras de Namjoon.
—¿Realmente has aceptado un ser humano en tu aquelarre?
—Lo hice.
—Eso es repugnante. Los seres
humanos son criaturas repugnantes
y desagradables. Ellos son ganado, su propósito es darnos de comer. ¿Cómo
puedes debilitar tu línea de sangre de esa manera?
Hoseok no estaba
diciendo nada que Yoongi
no hubiera oído una y mil veces de su propio padre. No fue una sorpresa para
él que su hermano sintiera lo mismo. Era una copia de Min Dowoo.
—Bueno, teniendo en cuenta que las posibilidades de que Yoongi
quede embarazado con el niño de Taehyung son bastante escasas yo diría que la
pregunta no tiene sentido —Namjoon dio a Yoongi una rápida mirada, sonriendo—.
Aunque, ciertamente parece que ellos
se esforzaron bastante
para conseguir embarazar a Yoongi.
Yoongi quería rodar
los ojos a Namjoon. Realmente
lo deseaba. Las posibilidades
de que quedara
embarazado de Taehyung ni
siquiera existían. No tenía la fontanería correcta. Pero el gesto hubiera hecho
que apartara los ojos de Hoseok y eso no iba
a suceder. Tenía que
mirar con cuidado y a la primera oportunidad que tuviera, iba a matar
a su hermano.
Nadie lastimaba a Taehyung. ¡Nadie!
—Si dejo ir al humano, Yoongi tiene que estar de acuerdo en
volver a nuestro aquelarre conmigo.
—Hecho —respondió Yoongi inmediatamente.
—Yoongi ¡no! —graznó
Taehyung, haciendo una
mueca cuando Hoseok apretó con más fuerza.
Yoongi empezó a
gruñir al ver la cara de Taehyung tornándose roja.
—Deja ir a Taehyung
sano y salvo y yo iré a donde quieras.
—¡Yoongi! —Espetó Namjoon—. Vas a dejar que me ocupe de
esto.
Yoongi pudo ver la alegría en el rostro de su enfermo hermano. Hoseok no iba a dejar ir
a Taehyung sin importar lo que dijera Namjoon.
Mataría a Taehyung
antes de que
nadie pudiera alcanzarlo. Se
estaba enfrentando a una sala llena de furiosos miembros del aquelarre y sin
embargo pensaba que tenía la sartén
por el mango.
Yoongi tenía que
hacer algo para
conseguir alejar a Taehyung de las manos de Hoseok.
Yoongi oró para
que Namjoon entendiera
lo que estaba diciendo cuando se volvió para mirar
al hombre más grande. La vida de Taehyung tenía que ir antes que la suya y Namjoon
necesitaba entender eso. Sabía lo que su hermano era capaz de hacer. Namjoon
no.
—Tú no eres mi alfa aún Namjoon. Hasta que lo seas, no
recibo órdenes de ti.
Una de las oscuras cejas de Namjoon se arqueó como si nunca
hubiera tenido a nadie hablándole de tal manera. Yoongi hizo una mueca. Es
probable que nunca fuera a ser aceptado en el aquelarre de Namjoon ahora.
Mientras Taehyung sobreviviera, a él no le importaba.
—Muy bien Yoongi —dijo Namjoon—. Aunque creo que esta es una
mala decisión, sigue siendo tu decisión. ¿Cómo quieres jugar a esto?
Yoongi miró a Taehyung y a Hoseok, tragando saliva por la
ira en el rostro de Taehyung. Su pareja de vida estaba enojado…, pero todavía
estaba vivo.
—Voy a tomar el lugar de Taehyung y luego tienes que dejar que
Hoseok me saque de aquí.
—¿Es esto realmente
lo que quieres
Yoongi? —las palabras fueron
pronunciadas tan bajo que Yoongi casi se las perdió. Negó con la cabeza
mientras se volvía hacia Namjoon.
—Es lo que tengo que hacer Alfa. No puedo dejar que Hoseok
le haga daño a Taehyung.
Los segundos parecían
convertirse en años
mientras Namjoon lo miraba
fijamente. La mirada
del hombre era
tan penetrante que Yoongi preguntó vagamente si Namjoon podía ver directo
a su alma. Al final Namjoon se acercó más a Yoongi a un soplo de distancia.
—Voy a mantener
a Taehyung seguro
hasta que regreses Yoongi —dijo Namjoon en voz tan baja que Yoongi supo que había sido el único en oír las
palabras.
Sintió las lágrimas llenando sus ojos porque sabía que una vez
que regresara al aquelarre de su padre, nunca volvería.
—Gracias Alfa.
—Justo aquí y ahora mismo, ¿juras fidelidad a mí y a los míos
por tu propia voluntad Min Yoongi?
Yoongi parpadeó. No tenía ni idea de por qué el alfa le pedía
eso ahora, teniendo en cuenta que estaba a punto de volver al aquelarre de su
padre, pero asintió de todos modos.
—Sí señor.
Yoongi inhaló
profundamente cuando sintió los lazos entre él y su aquelarre de nacimiento
quebrarse como si alguien los hubiera roto por la mitad. La repentina falta de
conexión a un aquelarre casi hizo caer de rodillas a Yoongi. Justo cuando
pensaba que no podía soportar el dolor de la soledad ni un segundo más, sintió
una enorme mano aterrizando en el hombro.
Un radiante calor diferente de cualquier cosa que hubiera
sentido alguna vez, llenó repentinamente a Yoongi de la cabeza a los pies. Era
tan abrumador que Yoongi gimió en voz baja. Sintió de repente el enlace
conectándolo a Namjoon y a su nuevo aquelarre, no se parecía en nada al delgado
enlace que había sentido con su anterior aquelarre. Era cálido y acogedor, no
frío y desagradable.
Namjoon le sonrió y le dio unas palmaditas en el hombro.
— Entonces ve Yoongi y debes saber que vas a
estar de vuelta con nosotros muy pronto. No voy a abandonarte.
Yoongi sabía que algo fundamental había cambiado cuando él
no podía hacer nada excepto lo que Namjoon había ordenado que hiciera. Siempre
había tenido la impresión de que la aceptación de un miembro en un aquelarre
era un enorme y elaborado ritual. Siempre había estado en su aquelarre de
nacimiento. Cómo podía Namjoon aceptarlo con unas simples palabras,
desconcertaba a Yoongi.
Sin embargo, un nuevo propósito llenó a Yoongi cuando se
volvió hacia Taehyung y su hermano. De repente sabía que si Namjoon dijo que
estaría de vuelta pronto, así iba a ser. Si bien no se veía separado de Taehyung,
sabía al menos que no iba a durar para siempre.
Yoongi comenzó a tomar pasos lentos y medidos hacia Hoseok.
No quería asustar a Hoseok de ninguna manera. Un simple movimiento de la muñeca
y Hoseok podría terminar con la razón de ser de Yoongi. Cuando estaba a un paso
de Hoseok, Yoongi se detuvo.
—¿Cómo quieres hacer esto?
—Haz que retrocedan —dijo Hoseok, haciendo un gesto con la barbilla
al grupo de hombres que estaban detrás de Namjoon—. Y quiero un camino
despejado hacia la puerta.
Yoongi ni siquiera tenía que mirar para saber que se estaba
haciendo. Podía oír los pasos del aquelarre de Namjoon, ya que todos ellos se
trasladaron a los lados de la habitación.
—¿Y ahora qué?
—Cambia.
Yoongi respiró hondo y trató de reprimir a la criatura
violenta dentro de él. No era fácil cuando su pareja de vida estaba en peligro.
Él quería mutilar y matar, para destruir la amenaza sobre Taehyung. Sólo por
pura voluntad Yoongi era capaz de hacer que la criatura se retirara y cambiar
completamente de nuevo a su forma humana.
—Camina hasta aquí, pero mantén las manos donde yo pueda
verlas.
Yoongi levantó las manos en el aire y lentamente se acercó a
su hermano. Sintió el momento en que Hoseok lanzó a Taehyung como una sacudida
en su pecho.
Hoseok empujó a Taehyung y se tambaleó hacia delante. Namjoon
lo atrapó antes de que pudiera
caer al suelo, empujando a Taehyung
detrás de él.
Antes de que Yoongi incluso pudiera tomar un respiro de alivio,
sintió las garras de Hoseok clavarse en su carne cuando el hombre las envolvió
alrededor de su garganta. Un movimiento
en falso y Hoseok rasgaría su garganta. Yoongi había visto
al hombre hacerlo antes. Era
como si el
movimiento fuera su firma o algo así. Realmente disfrutaba
rasgar la garganta de las personas y escucharlos gorgotear hasta que poco a
poco se ahogaban en su propia sangre.
—Ahora vamos a
caminar directo fuera
de aquí —dijo Hoseok cuando empezó a forzar a Yoongi
hacia adelante—. Si alguien hace un movimiento, Yoongi muere.
Namjoon dio un paso atrás, llevándose a Taehyung con él. Yoongi
pudo ver
por el rabillo
del ojo a Taehyung luchando
contra el dominio de Namjoon
sobre él. Deseaba poder tener un momento con Taehyung, para decir adiós o
decirle que volvería pronto. No estaba seguro de que todavía. Pero sí quería
una última palabra con su amante.
—Hoseok…
Yoongi palideció cuando
el agarre de Hoseok apretó dolorosamente.
—Ni una sola palabra Yoon. Ya has causado bastantes
problemas.
¿Él había causado suficientes problemas? ¿Desde cuándo? ¿No
fue él quien atacó a Namjoon o entró en territorio del hombre sin ser invitado?
Había dejado el aquelarre cuando se le ordenó. No había hecho
una mierda. ¿Y estaba siendo culpado de esta situación?
Hoseok realmente era la copia de su padre. Ninguno de los dos
podía asumir la responsabilidad de sus acciones. Siempre culpaban a
otras personas, a los
miembros del aquelarre
o incluso entre ellos
mismos. Nunca entendieron
que sus despreciables acciones
fueron las que les metieron en apuros una y otra vez.
Yoongi escuchó a Taehyung
empezar a gritar mientras era empujado
a través de la puerta principal y rezó para que Namjoon le hubiera dicho la
verdad cuando dijo que iba a cuidar de Taehyung hasta que Yoongi regresara.
Taehyung no lo
iba a aceptar
tan fácilmente. Iba a
estar cabreado más
allá de las
palabras. Yoongi esperaba que Namjoon tomara eso en cuenta cuando se tratara
de Taehyung.
O su pareja de vida iba a estar en una mierda de problemas.
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