El despertador sonó, despertando a
Jungkook, bostezando y sobándose la cara. Salió de la cama, trastabillando
hasta el baño para tomar una ducha y poder ir a la escuela. Después de que se
vistió, fue hasta el cuarto de su padre para ver si es que ya había despertado
pero no escuchó nada. No importaba, se preparó un tazón con cereal y echó un
vistazo al reloj de la pared para asegurarse que no se le había hecho tarde
para coger el autobús.
Jungkook lavó su plato, tomó su
mochila y las llaves. Se detuvo un momento, considerando despedirse de su papá
antes de partir para la escuela. Pensó en todas las cosas a las que tendría que
enfrentarse en la escuela después de su pelea con Jerry, por lo que mejor
desistió. Cerró la puerta de un portazo y caminó hasta el autobús con muy mal
genio.
Tae llegó temprano al trabajo.
Sentado enfrente de su escritorio revisó su correo para ver los nuevos casos,
organizándolos por prioridad. Antes de empezar su trabajo decidió llamar a la
casa de Suga. Cuando nadie contestó llamó a la librería.
—¿Hola, Srta. Shin? Es el
detective Kim. ¿Esta Suga?
—No detective. No se encuentra.
Estoy empezando a preocuparme por él. Bueno, usualmente llega tarde, pero nunca
tan tarde. Ya compré los cafés, afortunadamente me dejó las llaves anoche por
que…
Tae comenzó a entrar en pánico mientras que
ella divagaba sin cesar.