jueves, 9 de junio de 2022

CAPITULO 3

—¿Yoongi no ha llegado todavía, Jungkook?

 

—No jefe —dijo Jungkook mientras secaba un vaso—. No lo he visto desde anoche a la hora de cierre.

 

Taehyung  casi  gruñó mientras daba  la  vuelta  y salía  por el pasillo hacia su oficina. No había visto a Yoongi desde la noche anterior tampoco. Después de un sexo alucinante, Taehyung había pensado que se acurrucarían en la cama por un rato.              

 

Se había equivocado.   

 

Yoongi se había lanzado por la puerta segundos después de  que  se  hubiera  vestido  con  sus  pantalones  con  una miserable excusa sobre la necesidad de un cambio de ropa y una ducha. Se había ido antes de que Taehyung lo supiera. Y Taehyung había ido a la cama solo.   

 

Taehyung entró a su despacho y cerró la puerta tras él. Agarró una botella de whisky del aparador junto a la puerta y se sirvió un  trago.  Sabía  que  no  debía  beber  tan  temprano.  Afuera apenas  había  oscurecido.  Necesitaba  algo  para  calmar  sus nervios.           

 

Se sentía utilizado.         

 

Era tan simple como eso.            

 

Yoongi le había dado la experiencia sexual más intensa de su vida y luego se había marchado a las montañas tan rápido como sus botas talla quince se lo permitieron. Taehyung no sabía si sentirse insultado de haber sido botado antes de que algo más pudiera  pasar  entre  él  y  Yoongi  o  agradecido  por  haber esquivado una bala.             

 

Era  obvio  que  Yoongi  tenía  algunos  serios  problemas sobre compromiso y francamente Taehyung no necesitaba ese dolor de cabeza. Tenía un bar para dirigir. No tenía por qué estar suspirando por un chico que no sabía lo que realmente quería en la vida.      

 

No, era mejor de esa forma.      

 

Y si Taehyung pudiera convencerse de eso, estaría bien. Por desgracia, su polla parecía tener otras ideas. Cada maldita vez         que pensaba en follar a Yoongi otra vez, se ponía tan duro que dolía. Infiernos, se ponía duro pensando en Yoongi. Ni siquiera necesitaba estar jodiéndolo. El  hombre  era  una  amenaza,  claro  y  simple.  Estaba interfiriendo  en  el  trabajo  de  Taehyung  porque  Taehyung  no  podía pensar en nada más, excepto en Yoongi. Ni siquiera había sido capaz de dormir más de unas pocas horas porque estaba muy preocupado por el hombre.

 

Sabía que Yoongi había perdido su último trabajo porque era gay y por lo que Yoongi le había dicho, su apartamento era propiedad de su antiguo jefe. No hacía falta ser un genio para darse cuenta de que Yoongi había perdido probablemente su apartamento, así como su empleo.  

 

Así que ¿dónde había dormido la noche anterior?

 

¿Había  sido  Taehyung  sólo  uno  más  en  la  larga  lista  de hombres que Yoongi había conquistado con la esperanza de encontrar un lugar donde dormir? ¿Todo eso que dijo acerca de no  querer  ser  un  mantenido  era  una  sarta  de  mentiras  de mierda?    

 

Los dedos de Taehyung se apretaron alrededor de la copa en su  mano.  Tenía  ganas  de  tirar  el  vaso  contra  la  pared  y escucharlo  romperse  en  mil  pedazos.  Lo  haría  si  tuviera  a alguien más para limpiar el desorden. Además, dejar que su temperamento saliera de él, nunca era una buena idea. Taehyung tenía un temperamento enorme y una vez que se liberaba, la gente salía herida. Había aprendido muy  temprano  en  la  vida  a  estar  siempre  en  control.    

               

Probablemente era por eso que le gustaban tanto los hombres sumisos, para poder controlarlos.           

Y Yoongi había sido perfecto.   

 

Taehyung gruñó cuando oyó un suave golpe en la puerta de su oficina.

 

—¿Quién es?   

 

—Yoongi, señor.             

 

Taehyung  golpeó  su  copa  sobre  el  aparador  y  cruzó  la habitación para abrir la puerta de un tirón. La ira que lo recorría ante la vista de la hermosa cara de Yoongi era casi más de lo que podía manejar.          

 

Taehyung  hundió los dedos en el  marco de  la  puerta  para evitar alcanzar al hombre y darle una buena sacudida mientras demandaba saber qué infiernos estaba pasando.         

 

—¿Sí?  

 

Yoongi  tragó saliva  y palideció, sus ojos mirando a  lo lejos. 

 

—Sólo  quería  hacerte  saber  que  estaba  aquí  —dijo Yoongi vacilante.            

 

—Debidamente  anotado  —Taehyung  golpeó la  puerta  en la cara de Yoongi y regresó a su vaso.

 

Bebió el contenido de un solo  trago.  En  el  momento  en  que  lo  colocó  en  la  parte posterior  del  aparador  de  cristal, el  temperamento  de  Taehyung comenzó a enfriarse. Volvió a colocar el tapón en la botella de whisky  y  luego  se  volvió  y  se  acercó  a  la  silla  detrás  del escritorio. Se dejó caer en la silla y dejó caer su cabeza entre sus manos.

 

La ira enconada dentro de él comenzó a drenarse poco a poco, siendo sustituida por la expresión del rostro de Yoongi cuando le había cerrado la puerta en la cara. Taehyung sintió la culpa  apoderándose  de  él  por  la  angustia  que  eso  había encendido en los ojos verde musgo de Yoongi.     

 

Está  bien,  tal  vez  había  exagerado.  No  podía  evitar sentirse utilizado por Yoongi. El hombre era asustadizo, incluso Taehyung pudo ver eso. Pero había sido tan suave como pudo haber sido y Yoongi había huido de él. Eso hizo que Taehyung se sintiera como un monstruo.           

 

Cerrar la puerta en la cara de Yoongi probablemente no había ayudado con su caso. Taehyung sabía que tendría que pedir disculpas, incluso si eso no llevaba a Yoongi de regreso a su cama. El hombre merecía más que eso de él.

 

Taehyung hizo una mueca mientras se levantaba y salía de su oficina.  Sus  ojos  recorrieron  el  interior  del  bar  mientras  se dirigía al salón principal, en busca de Yoongi. Cuando no lo vio,      

Taehyung volvió a mirar a Jungkook, quien seguía secando vasos.           

 

—¿A dónde se fue Yoongi?        

 

Jungkook se encogió de hombros.

 

—No lo sé jefe. Salió de aquí como si sus botas estuvieran en llamas.    

 

—¡Maldición! —Taehyung pasó la mano por sus rizos, agitación y enojo creciendo de nuevo. Ya nunca tendría la oportunidad de pedir  disculpas  a  Yoongi  o  tratar  de  convencerlo  de  que   

estaban  bien  juntos.  Infiernos,  dudaba  de  que  alguna  vez volviera a ver a Yoongi de nuevo.              

¿Y por qué eso hacía que el pecho doliera tanto?            

 

—He  oído  rumores  de  que  Namjoon  y  sus  muchachos vendrán esta noche.

 

—¡Jodidamente perfecto! —Taehyung dejó caer sus manos a las caderas e inclinó la cabeza hacia atrás para mirar hacia el techo.  —¿Cualquier  otra  buena  noticia  que  tengas  para  mí Jungkook?        

—Milly llamó reportándose enferma de nuevo.

 

Taehyung rodó los ojos. Milly siempre estaba llamando para reportarse  enferma.  Si  no  fuera  por  el  hecho  de  haber trabajado aquí cuando su hermano era el dueño  del lugar y porque tenía un hijo que cuidar, Taehyung la habría despedido hace años.   

 

—¿Qué fue esta vez? —Preguntó Taehyung—. Otro dedo del pie aplastado.      

 

—No, Jason fue enviado a casa desde la guardería con gripe.     

 

Taehyung  frunció el  ceño. 

 

—¿Necesitan algo? —podía  tener problemas con Milly llamando para reportarse enferma todo el tiempo, pero le gustaba el hijo de Milly, Jason. El muchacho acababa de cumplir cuatro y era muy travieso, en el mejor de los casos.     

               

—Voy a llevarles un poco de sopa más tarde esta noche — dijo Jungkook y luego sacudió su dedo hacia  Taehyung—. Entonces, sopa de pollo está en el menú de esta noche. Estoy haciendo una enorme olla.           

 

—Averigua  si  Jason  necesita  algo  más,  medicinas  o cualquier cosa. 

 

—Lo haré jefe.

 

Taehyung no estaba muy contento con la forma en que Milly se hacía cargo de su hijo. Sabía que Milly amaba a Jason, pero tendía a ser un poco descuidada a veces. Jungkook y Taehyung trataban de asegurarse que Jason estuviera bien cuidado, a pesar de las protestas de Milly.          

 

—Si Yoongi vuelve, dile que quiero verlo en mi oficina — dijo Taehyung cuando se volvió y regresó a su oficina—. Y coloca los objetos frágiles lejos. Si Namjoon y sus muchachos están llegando esta noche, quiero minimizar los daños tanto como sea posible.

 

—¿Quieres que llame a un guardia de seguridad?

 

Taehyung se frotó la parte de atrás de su cuello. Ya podía sentir la tensión formándose en sus rígidos músculos.

 

—Sí, eso podría ser una buena idea. No estoy seguro de si Yoongi va a volver o no. —Y Taehyung odiaba admitir eso. Esto hizo que el dolor en su pecho fuera aún mayor.

 

Maldición, realmente necesitaba superar este enamoramiento que tenía con Yoongi. Estaba claro que Yoongi no estaba interesado en algo a largo plazo con Taehyung. Haría mucho mejor si simplemente se olvidaba de Yoongi y encontraba a alguien más para calentar su cama.

 

Tal vez eso era lo que iba a hacer. Chicos y chicas, siempre estaban ofreciéndose a él cuando entraba en el bar. Taehyung no sabía si era por el hecho de ser el dueño del lugar o si pensaban que era atractivo. Ahora mismo no le importaba. Sólo necesitaba a alguien para limpiar el recuerdo de la noche que había pasado con Yoongi.

 

El resto de la noche de Taehyung pasó malditamente bastante rápido. Namjoon y su grupo habían aparecido unas pocas horas después de que el bar fuera abierto. Taehyung había pasado la mayor parte de la velada tratando de mantener el bar en una sola pieza. Había tirado más de un golpe y probablemente arrojaría más hasta la hora de cierre del bar. Pero al menos había encontrado una salida para su agresión.

 

Hacia el final de la noche, las cosas comenzaron a calmarse. Taehyung sabía que ese grupo de Namjoon no estaba borracho porque nunca se emborrachaban, incluso si bebían como un pez. Ellos simplemente disfrutaban relajándose.

 

Taehyung tomó una botella de buen whisky de detrás del bar y dos copas y luego se dirigió al otro lado de la habitación a la cabina que Namjoon siempre ocupaba cuando estaba ahí. Se deslizó en el reservado y sirvió dos vasos de whisky, entregándole uno a Namjoon y tomando el otro para sí mismo. Taehyung se bebió el líquido ámbar en un largo trago.

 

—Yo no creo que fuese tan malo esta noche, Taehyung.

 

Taehyung hizo una mueca mientras se servía otro vaso.

 

—No,los chicos estuvieron muy bien esta noche. No destruyeron casi tanto como yo esperaba —Se rio ligeramente mientras se encontraba con la mirada del otro hombre—. No debería costar más de unos pocos cientos de dólares.

 

Namjoon frunció el ceño metiendo la mano en su bolsillo y sacando un fajo de billetes. Tomó varios billetes de cien dólares y los golpeó hacia abajo sobre la mesa. Taehyung negó con la cabeza mientras tomaba el dinero y lo guardaba en el bolsillo. No tenía ni idea de dónde obtenía Namjoon su dinero, pero el hombre estaba cargado. Nunca estaba corto de efectivo.

 

—Así que, si no fue mi gente, entonces ¿qué es lo que te tiene tan deprimido?

 

Taehyung soltó un bufido. Como si fuera a compartirlo con Namjoon.

 

—Ah, problemas de hombre.

 

Los ojos de Taehyung se estrecharon.

 

—Yo no dije eso.

 

—No tenías que hacerlo —dijo Namjoon—. Está todo escrito en tu cara.

 

Jodidamente perfecto.

 

—Sí, bueno, olvida que alguna vez lo viste.

 

Namjoon y Taehyung tenían un acuerdo sobre sus visitas al bar.

 

Eso no los hacía camaradas o incluso amigos. Eran socios de negocios,  en una  especie  de  extraño  modo. Taehyung  no iba  a decirle al hombre una maldita cosa. A Taehyung no le gustaba la forma en que Namjoon le estaba mirando fijamente.

 

—Amigo, deja de mirarme. Es escalofriante.     

               

Namjoon  se  rio  y  quitó  los  ojos  de  encima. 

 

—Necesitas relajarte Taehyung. Vas a tener un ataque al corazón si sigues así. 

 

Taehyung  rodó  los  ojos. 

 

—Estoy  seguro  de  que  esto  te mantendrá  despierto  por  la  noche  —Namjoon  se  encogió  de hombros, pero no dijo nada.          

 

Taehyung agitaba el whisky alrededor de su vaso mientras se recostaba en la cabina.

 

—Así que ¿cómo van las cosas en el negocio de la banda de motociclistas?         

 

—Ocupado.      

 

—Estoy seguro.

 

—¿Cómo va el negocio de bar?

 

Taehyung miró por encima del bar y sonrió. Había unos pocos locales que habían sido lo suficientemente valientes como para entrar al lugar con los hombres de Namjoon en el interior, pero sólo unos pocos. Los hombres de Namjoon estaban bebiendo en el bar, acurrucados en las cabinas, en la pista de baile y jugando al billar, haciendo todo los que hacían los clientes habituales con  excepción  del  mobiliario  roto  y  las  botellas  de  cerveza rotas.      

 

—Nunca he estado mejor.         

 

—Me alegra oír eso.      

 

—Entonces  —dijo  Taehyung  mirando  de  nuevo  a  Namjoon—, ¿cuánto tiempo hasta que los veamos a todos de nuevo?

               

—En realidad, debemos estar en la ciudad por unos días. Tengo algunos asuntos a tratar aquí y mis chicos necesitan un lugar para quemar un poco de vapor. Espero no te importe.

 

No era una pregunta y Taehyung lo sabía.

 

—Voy a llevar la cuenta. Puedes pagar cuando te vayas.              

 

—Siempre lo hago.        

 

Taehyung  señaló con el  dedo a  Namjoon. 

 

—Y  esa  es la  única razón por la que permito que tus bárbaros estén aquí.        

 

Namjoon sonrió.

 

—Yo también te quiero Taehyung.         

 

Taehyung abrió la boca para decirle a Namjoon que podía irse al infierno cuando oyó una aguda inhalación. Se volvió para ver a Yoongi de pie, con la cara pálida. Taehyung miró fijamente, sin saber si estaba viendo lágrimas en los ojos de Yoongi o si era un reflejo de la luz.

 

—Yoongi, que…

 

Yoongi se había ido antes de que Taehyung pudiera terminar su pregunta. Taehyung gruñó y se deslizó fuera de la cabina. Vio a Yoongi corriendo hacia la puerta, pero sólo porque el hombre era muy alto. Taehyung corrió tras él.

 

Antes de que Yoongi pudiera llegar hasta la puerta, se estrelló contra un par de los hombres de Namjoon que estaban discutiendo por la máquina de discos. Las palabras fueron dichas, pero Taehyung no podía oír por encima del ruido del bar. Sin embargo estaba seguro de que fueron palabras de enojo cuando uno de los hombres de Namjoon tomó a Yoongi por el cuello y lo golpeó contra la pared junto a la puerta.

 

Taehyung rugió. Empujó a la gente quitándola de su camino mientras corría por la habitación y saltaba sobre el tipo que había clavado a Yoongi en la pared. No le importaba si el tipo era un miembro de la pandilla de Namjoon. Nadie ponía las manos sobre Yoongi.

 

Taehyung se echó hacia atrás, dispuesto a meter su puño en la cara del chico que sostenía a Yoongi, pero antes de que pudiera dar el golpe, alguien le agarró por detrás y le hizo girar a su alrededor. Taehyung gruñó y se preparó para luchar contra quien fuera que lo había agarrado.

 

Hizo  una  pausa,  pensando  mejor  esa  idea  cuando  vio Namjoon ahí de pie. Puede que no tuviera ningún problema en pelear contra uno de los hombres de Namjoon, pero no estaba tan seguro de  que  quisiera enredarse  con Namjoon en persona. El hombre era incluso más grande que Yoongi.    

 

—Namjoon…   

 

—¿Cuál es el significado de esto, Taemin? —gritó Namjoon.      

 

Taemin  tiró  a  Yoongi  hacia  adelante  y  lo  empujó  hacia Namjoon.

 

—Está fuera de su territorio.     

 

¿Uh?    

 

Taehyung frunció el ceño y bajó lentamente el puño. Estaba confundido y eso sólo se agravó cuando Namjoon agarró a Yoongi por el cuello y lo atrajo hacia sí. Algo profundo dentro de él se liberó cuando Namjoon se inclinó y olisqueó la piel de Yoongi. Un gruñido  profundo  comenzó  en  la  garganta  de  Taehyung,  que amenazaba con entrar en erupción.           

 

—¿Quién eres tú? —espetó Namjoon cuando se echó hacia atrás.          

 

—Min Yoongi.  

 

—¿El muchacho de Min  Dowoo?           

 

Yoongi asintió con la cabeza tanto como pudo teniendo               en cuenta que gran parte de la mano de Namjoon todavía estaba envuelta alrededor de su garganta.

 

—Estás un poco fuera de tu territorio, ¿no es así, muchacho?

 

Taehyung juró que podía oír tragar saliva a Yoongi desde donde estaba.

 

—Sí señor —le susurró Yoongi.

 

—Este es mi territorio —gruñó Namjoon—. No te di permiso para estar aquí.

 

—No señor —respondió Yoongi.

 

—Necesitas irte —Namjoon lanzó a Yoongi y retrocedió. Los ojos de Yoongi parpadearon hacia Taehyung por un momento antes de asentir.

 

—Sí señor —Había tanta tristeza en la voz de Yoongi que Taehyung casi sintió que las lágrimas acudían a sus propios ojos y eso lo hizo enojar, por Yoongi y por sí mismo. Él no era un             

llorón.  

 

—Ahora,  esperen  un  maldito  minuto  —espetó  Taehyung—. Este es mi bar y si…      

 

—¡No! —Gritó Namjoon agarrando a Taehyung por la garganta y levantándolo del suelo—. No te inmiscuyas en cosas de las que no sabes nada, Taehyung. Déjalo en paz.       

 

Los ojos de Taehyung se abrieron como platos y una espina de miedo se deslizó por su espalda, no por el agarre que Namjoon tenía  sobre  él,  sino  por  el  gruñido  salvaje  que  podía  oír llenando el espacio a su alrededor y hacía que la habitación se silenciara.          

 

Cuando volvió la cabeza para mirar, no estaba muy seguro de lo que estaba viendo. Era Yoongi, pero no era él. Parecía haber crecido varios centímetros, los músculos de su cuerpo cada  vez más grandes hasta  el  punto de  que  su camisa  se rasgó por las costuras. Largas garras afiladas habían surgido de la punta de sus dedos y dos colmillos muy blancos colgaban sobre su labio inferior.              

 

Taehyung frunció el ceño mientras miraba a Yoongi.

 

—¿Qué eres?   

 

Yoongi pareció perder vitalidad justo ante sus ojos. Su tamaño se redujo de nuevo a su normal de seis pies con cuatro y los músculos que habían sobresalido de su camisa se habían reducido  de  tamaño.  Las  garras  de  la  mano  de  Yoongi  se deslizaron de nuevo en sus manos y los colmillos que colgaban sobre el labio se retrajeron. 

               

Yoongi miró a Taehyung durante un largo rato y luego tiró su cabeza hacia atrás. El estruendo que provenía de Yoongi era tan  desgarrador  que  Taehyung  se  estremeció  con  aprehensión. Antes de que pudiera cuestionar a Yoongi, el hombre se dio la vuelta  y  salió  corriendo  del  bar,  desapareciendo  en  la oscuridad. 

 

—¿Cómo lo conociste? —preguntó Namjoon.  

 

Taehyung volvió la mirada desconcertada de la puerta vacía hacia Namjoon.     

 

—Es uno de mis gorilas.               

 

—¿Desde cuándo? —preguntó Namjoon mientras cruzaba los brazos  sobre  el  pecho,  mirando  tan  imponentemente  como pudo y eso decía mucho. Namjoon se  veía imponente  como el             

infierno en un buen día. Este no era un buen día.            

 

—Él no estaba aquí la última vez que vine a la zona.      

 

Taehyung miró a Namjoon por un momento, confundido en su mente y entonces recordó dónde estaba y quién era.

 

—No te respondo a ti, Namjoon. Este es mi bar. Puedo contratar a quien me dé la real gana y no hace falta que te lo explique.           

 

Namjoon  arqueó  una  ceja  castaño  oscura. 

 

—Taemin  —dijo, nunca apartando la mirada de Taehyung.       

 

—Estoy en eso.

               

Taehyung  se  quedó  con  la  mandíbula  abierta  mientras observaba a los hombres de Namjoon limpiar el bar de clientes y empleados en menos de cinco minutos. No sabía si iba a ser retenido o si le iban a sacar la mierda. Sin embargo sabía que esto no le gustaba. Este era su bar. 

 

—Namjoon, tú y sus hombres tienen que salir y no volver — Taehyung señaló hacia la puerta—. Ya no eres bienvenido en mi bar.          

 

—¿Es eso cierto? —preguntó Namjoon.

 

Taehyung de repente sintió que acababa de cometer el mayor error de su vida. Miró a su alrededor para descubrir que cada miembro de la banda de Namjoon lo rodeaba.              

 

Taehyung  no  era  de  ninguna  manera  un  cobarde  y  había estado en algo más que su parte justa de peleas, pero incluso él no era lo suficientemente fuerte como para luchar contra los

cinco grandes y musculosos motociclistas. Sí, estoy jodido.        

 

—Te advertí que no te metieras en cosas de las que no tienes  conocimiento  Taehyung  —dijo  Namjoon  cuando  empezó  a caminar de ida y vuelta frente a Taehyung—, pero simplemente no quisiste escuchar. Ahora voy a darte el conocimiento que tanto pareces querer.            

 

Namjoon hizo chasquear los dedos y uno de sus hombres se adelantó.  La  confusión  que  Taehyung  había  estado  sintiendo  se convirtió en aprehensión. Levantó las manos y retrocedió hasta que se quedó justo tocando otro cuerpo. Taehyung se sacudió y se giró. Su corazón empezó a tronar en el  pecho cuando Taemin sonrió hacia él.              

 

No era una sonrisa agradable.

 

—Ahora, mira, esto no es…        

 

—¡Silencio!       

 

Los ojos de Taehyung se abrieron más ante las duras palabras de Namjoon. Poco a poco se volvió para ver a Namjoon de pie detrás de  él.  Un  hombre  que  había  sido  despojado  de  sus  ropas estaba justo al lado de Namjoon, completamente desnudo. Taehyung estaba bastante seguro de que no era una buena cosa.      

 

Taehyung estuvo positivamente seguro que no era una buena cosa cuando el hombre que estaba junto a Namjoon comenzó a cambiar de la misma forma en que Yoongi lo había hecho.  

 

Antes de que Taehyung pudiera preguntar qué infiernos estaba pasando, algo crujió en el aire. Su mandíbula cayó cuando largas garras afiladas surgieron de las manos del hombre y dos colmillos perfectamente blancos se deslizaron hacia abajo sobre el labio inferior del hombre.

 

—Este es el conocimiento que se te oculta, Taehyung —dijo Namjoon mientras salía de detrás de él—. Tu hermano sabía de nosotros, pero no mucho. Siento tener que decir que él murió por su conocimiento, asesinado por alguien que intentaba tomar el control de mi territorio. Es por eso que nunca se te dijo. Tenía la esperanza de evitar que tuvieras la misma suerte.

 

Taehyung oyó las palabras de Namjoon, pero no tenían mucho sentido ante la vista de lo que estaba frente a él. Poco a poco, el cuerpo del hombre cambió y se hizo más grande hasta convertirse en algo no del todo humano de pie en medio del bar de Taehyung. Había un aire de peligro sobre el hombre, como si pudiera llegar a más y arrancar la garganta de Taehyung sin siquiera gastar un solo gramo de energía.

 

—Ahora, ¿sabes por qué es importante que yo sepa quien está en mi territorio?

 

Taehyung se lamió los labios y apartó la vista del hombre para mirar a Namjoon.

 

—¿Pueden todos ustedes cambiar así?

 

—Podemos.

 

—Y, ¿mi hermano sabía de esto?

 

Namjoon asintió.

 

—Sí.

 

Taehyung estaba... algo. No estaba seguro de qué. Aturdido ni siquiera empezaba a describir los sentimientos que lo inundaban en este momento. Se sentía como si estuviera de pie en un cuarto lleno de aliens o algo así.

 

—¿Cómo?

 

—Algunos creen que es una maldición —dijo Namjoon—. Otros creen que es un regalo de los dioses. Nadie está muy seguro de cuál es su causa. Sólo sabemos que somos lo que somos. Hemos nacido de esta manera, aunque no sabíamos sobre la capacidad de transformarnos hasta que llegamos a la pubertad y cambiamos por primera vez.

 

—Ustedes son como los hombres lobo, o ¿algo así? —el hombre observándolo desde el centro de la habitación no  parecía exactamente un hombre lobo, pero tampoco se veía como si no lo fuera. Era alguna cosa entre hombre y lobo.

 

—No, no somos hombres lobo. Los hombres lobo son un mito, una leyenda de Hollywood —dijo Namjoon—. Somos criaturas de la noche que necesitan sangre para sobrevivir. Somos una especie única que ha existido durante siglos, desde la época romana. Podemos transformarnos en otra forma, pero es sólo una forma más grande y más letal de lo que ya somos.

 

Taehyung se volvió cuando oyó un ruido y vio como la criatura se transformaba de nuevo en un hombre. Ver la transformación era imponente y aterrador como el infierno. Taehyung no podía descubrir si se sentía intrigado o muerto de miedo.

 

—Necesito un trago —dijo Taehyung—, uno grande.

 

Taehyung  parpadeó sorprendido  cuando  un  vaso  de  líquido ámbar fue colocado en su mano. Se encogió de hombros y tiró el  whisky en  su  garganta. El  vaso  fue  de  nuevo  llenado  al segundo que lo bajó de sus labios.             

 

Después de lo que acababa de ver, ni siquiera Taehyung se desconcertó  cuando  fue  llevado a  la  cabina  de  Namjoon  y  se sentó. Sólo engulló el whisky y luego hizo un gesto por más. Después de  dos vasos más, finalmente  pensó que  ya  había tenido suficiente  para  hacer frente  a  lo que  iba  a  ocurrir a continuación.           

 

—Así que, ¿ahora qué? —Preguntó Taehyung mientras miraba al otro lado de la mesa en Namjoon—. ¿Tienes que matarme ahora que sé lo que eres?       

 

—Esperaría que no —dijo Namjoon—. Pero, si eso es lo que deseas, puedo ver que se haga.     

 

—No.  —Taehyung  rápidamente  negó  con  la  cabeza—.  Soy  partidario de continuar respirando.

 

—Y  seguirá  siendo  de  esa  manera,  siempre  y  cuando mantengas el secreto.             

 

Las cejas de Taehyung se alzaron.

 

—¿A quién se lo diría? —Sus ojos se abrieron más—. Infiernos, ¿Quién me creería?       

 

—Necesito saber cómo el hijo de Min Dowoo llegó aquí, Taehyung.       

 

—¿Por qué?     

 

—Min Dowoo es el alfa de su aquelarre. Su territorio está cerca de aquí.

 

—¿Es el qué?

 

—Alfa de su aquelarre.

 

—¿Aquelarre?

 

—Min Dowoo es un vampiro. Es el alfa de su aquelarre, el líder, así como yo soy el alfa de mi aquelarre. Y como yo soy el alfa de este territorio, cualquiera que no sea de mi aquelarre que entra en mi territorio es visto como un enemigo. La presencia de Yoongi aquí podría ser vista como un acto de agresión en contra de mi aquelarre.

 

Taehyung gimió dejándose caer contra el respaldo del asiento.

               

—¿Yoongi es una de esas criaturas?       

 

—Sí, lo es —sonrió Namjoon—. Y somos llamados vampiros Taehyung, o por lo menos los vampiros como ustedes nos conocen. Bebemos sangre para sobrevivir, aunque también necesitamos alimento humano para sostenernos. No podemos salir a la luz del día, aunque podemos comer ajo. Y el agua bendita sólo nos moja. No nos hace derretir. Somos más rápidos, más fuertes y un infierno entero de mucho más malos que cualquier humano que hayas encontrado.     

 

—¡Joder!  —Taehyung  se  pasó la  mano por  la  cara. ¿Había jodido con un vampiro? Un frío temor repentino le llenó. ¿Se convertiría en vampiro por haber jodido con Yoongi? Sus ojos          

miraron de repente a Namjoon—. ¿Esta cosa es contagiosa?     

 

—¿Contagiosa?

 

—Sí ya sabes, ¿me puedo contagiar? —Preguntó Taehyung—. ¿Voy a convertirme en un vampiro o algo así?

 

—No lo creo. —Los ojos de Namjoon parpadearon a uno de los hombres de pie junto a la mesa por un momento antes de volver a Taehyung—. Nunca he oído hablar de un caso de alguien contagiándose. O naces con eso o no lo eres.        

 

Taehyung  dejó  escapar  un  profundo  suspiro  de  alivio.  No quería  convertirse  en  un  vampiro  chupa  sangre.  No  estaba preparado para algo así. No estaba seguro de  que  nunca lo estuviera. Infiernos, ni siquiera le gustaban las agujas. La cosa completa de la sangre estaba definitivamente fuera.     

 

—Por supuesto, eso no quiere  decir que alguien no se pueda enlazar con uno de nosotros. Y aunque no se convertiría en uno de nosotros, podría tomar algunos de nuestros rasgos  

más interesantes.          

 

Taehyung tragó saliva.

 

—¿Qué quieres decir con enlazar?         

 

—Supongo   que   sería   el   equivalente   humano   del matrimonio, sólo que es de por vida. Una vez que un vampiro se  enlaza  con alguien, vampiro o humano, es para siempre. Tomamos  las  cosas  muy  en  serio.  Sólo  he  conocido  unos cuantos  vampiros  que  se  han  rendido  a  la  necesidad  de enlazarse, porque una vez que están unidos, nunca desearán a otro y la muerte de uno significa la muerte del otro.               

 

—Mierda.  —Taehyung  alcanzó  su  vaso  de  whisky  otra  vez.

 

Acababa de llevarlo a sus labios cuando Namjoon dejó caer una bomba en su regazo.   

 

—Por supuesto, no es nada por lo que tú puedas estar preocupado.  Es  prácticamente  imposible  enlazarse  con  un vampiro.            

 

Taehyung  se atragantó con el  whisky en su boca, tragando saliva  mientras intentaba  aclararse  la  garganta. Simplemente sabía  que  no  era  tan  simple.  No  podría  ser.  Su  suerte  no parecía estar funcionando de esa manera últimamente.   

 

—¿Co… cómo haces un vínculo con un vampiro?             

 

La sonrisa que cruzó por los labios de Namjoon fue una que Taehyung nunca quería volver a ver en su vida. Era como mirar un tren en movimiento y saber que no había nada que pudiera hacer para evitar ser golpeado.    

 

—Hay que tener sexo con ellos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

CAPITULO 8

Amanecía. Jin y Namjoon se despedían de Taehyung Y Yoongi.   El destino los separaba una vez más.   Yoongi y Taehyung se quedaron en...