—Yoongi.
Yoongi gimió y agitó las manos a la voz que estaba tratando
de sacarlo de su sueño. Quería quedarse en su sueño. Le gustaba allí. Nada
duele, y Taehyung estaba allí. Yoongi quería quedarse donde Taehyung estaba.
—Yoongi.
—¡Aléjate!
—Por
favor, chéri, por favor abre los ojos para mí.
«Chéri». Yoongi conocía esa palabra. Era cómo Taehyung lo
llamaba en sus sueños. Abrió los ojos y miró hacia arriba.
—Tae... hy... ung.
—Así es,
chéri, abre los ojos.
—Dónde...
—Estamos
con amigos, chéri. Ahora estás a salvo.
Yoongi se preguntó si eso era cierto cuando los ojos de Taehyung
se oscurecieron, y una solitaria lágrima de color rojo sangre cayó por su
mejilla. Nunca había visto llorar a Taehyung antes. Tomó toda la fuerza de Yoongi
levantar la mano y limpiar la lágrima.
—¿Qué
sucede?
Taehyung se rio, pero
parecía ser una risa nerviosa, no una feliz.
—Estás muy, muy enfermo, chéri.
Yoongi tragó saliva.
—¿Qué tan enfermo?
—Te
estás muriendo.
—Estoy
mu… —Yoongi intentó tragar saliva, pero no era capaz de superar el nudo en la
garganta. Su corazón se empezó a acelerar, golpeando en el pecho—. ¿Có… cómo?
—Es mi
culpa —le susurró Taehyung.
Yoongi frunció el ceño cuando más lágrimas de roja sangre
comenzaron a fluir por el rostro de Taehyung. Había aprendido un montón de
cosas acerca de Taehyung en el momento que lo conoció. Sabía que el hombre
tenía mucho valor, y su sentido del honor era casi legendario. Al igual que su
temperamento. Taehyung podría ser un verdadero gilipollas cuando se le
provocaba.
Pero la única cosa que sabía Yoongi era que Taehyung no era
un asesino. Taehyung nunca le haría daño. Yoongi acunó su mano alrededor de un
lado de la cara de Taehyung.
—Dímelo.
Taehyung cogió la mano, volvió la cabeza y dio un beso en la
palma de la mano de Yoongi.
—Yo… lo lamento tanto, Yoongi. Nunca quise que fueras
lastimado. Yo no lo sabía. Te juro que no lo sabía.
—¿Sabes
qué?
—Eres mi
pareja.
Yoongi frunció el ceño y se devanaba los sesos para una
definición de lo que eso significaba, pero se quedó en blanco.
—¿Qué significa eso?
—Esto significa que el destino decidió
que debemos estar juntos.
Yoongi estaba tan confundido.
—¿Y es por eso que me estoy muriendo?
—Sí y
no.
—Dices
mucho eso. ¿Podrías ser más específico?
—Yo no
sabía que los vampiros podían acoplarse con los humanos, Yoongi. Creía que sólo
se podían acoplar a otros vampiros, por lo que no actué de acuerdo a la
necesidad que sentía por ti. Traté de convencerme de que era sólo debido a tu
sangre.
—¿No fue
así?
Una risa rota salió de los labios de Taehyung mientras
negaba con la cabeza.
—No, chéri. La necesidad que siento por ti es porque somos
pareja.
—Pero
todavía necesitas mi sangre, ¿verdad?
El corazón de Yoongi empezó a hundirse cuando los ojos de Taehyung
cayeron. Su sangre era casi lo único que tenía para dar a Taehyung. Él no era
rico. En este momento ni siquiera tenía una educación universitaria. Eso había
quedado en suspenso cuando empezó a enfermarse. Yoongi simplemente había
perdido interés. Todo lo que tenía era su sangre. Si Taehyung ya no necesitaba
su sangre, ya no necesitaría a Yoongi.
—¿Taehyung?
—Una vez
que estemos completamente acoplados... — Taehyung hizo una mueca—. Si te
emparejas conmigo, entonces seré incapaz de beber de otra persona por el resto
de mi vida. —Taehyung miró a Yoongi, con aprehensión clara en sus vívidos ojos
azules—. Si bebo de cualquier otra persona, me va a matar.
Yoongi empezó a gruñir ante la idea de Taehyung muriendo,
hasta que las palabras del hombre realmente se hundieron en su cabeza, y luego
su mandíbula se abrió en shock.
—¿Yo soy el único que puede alimentarte?
—Si nos
convertimos en pareja, sí.
—¿Y si
no lo hacemos?
—Entonces
no lo hacemos. —Los ojos de Taehyung cayeron de nuevo—. Hasta que nuestra unión
esté completa, todavía puedes decir que no.
—Dile el
resto de esto, Taehyung.
Yoongi saltó sorprendido cuando alguien habló desde el otro
lado de la habitación. Se inclinó y miró por encima del hombro de Taehyung a Jimin
sentado en una silla junto a la puerta. Parecía como si hubiera estado allí por
un rato. También se veía desaliñado y agotado.
—¿Estás
bien, Jimin?
—Estoy
bien, mequetrefe. Sólo un poco cansado. — Jimin sonrió débilmente y luego hizo
un gesto con la mano a Taehyung—. Haz que te cuente el resto de ello.
—¿El
resto de qué? —Yoongi volvió a mirar a Taehyung—. Taehyung, ¿de qué está
hablando?
Taehyung sonrió y le plantó otro beso en la palma de la mano
a Yoongi.
—No es nada, chéri. Jimin sólo está siendo demasiado
dramático, como de costumbre.
—Maldita
sea, Taehyung —gritó Jimin mientras saltaba de su silla y se paseaba por la
habitación—. Dile la maldita verdad antes que lo haga yo, y todos sabemos la
lengua suave que tengo.
—¡No!
—gruñó Taehyung.
El sonido de la voz de Taehyung levantándose asustaba de
muerte a Yoongi. Cuando Taehyung de repente se dio la vuelta y le siseó a Jimin,
Yoongi simplemente se quedó allí y lo miró fijamente. ¿Había visto alguna vez a
Taehyung así de enojado?
—¿Alguno de ustedes me dirá qué demonios está pasando?
—Nada,
chéri —dijo Taehyung mientras rodaba hacia atrás, suavizando sus rasgos
mientras miraba a Yoongi.
—Tiene
que haber algo más o Jimin no estaría volviéndose loco por ello.
—No es
nada, de verdad.
—Taehyung
—gruñó Jimin—. Lo digo en serio. Habla con él o yo lo haré.
—¡No!
—gritó Taehyung mientras se volvió hacia Jimin de nuevo—. Yoongi decidirá si se
empareja conmigo o no, pero no voy a tener su decisión influenciada porque
siente lastima por mí.
—Taehyung
—dijo Jimin—, vas a morir.
—Jimin
—gruñó Taehyung—, te lo advierto.
Yoongi se acercó y golpeó a Taehyung en la parte posterior
de su cabeza. Taehyung gritó y se volvió para mirar hacia él, frotándose la
cabeza.
—¿Por qué has hecho eso?
—Jimin
es tu amigo. Sólo está cuidando de ti. —Yoongi le entrecerró los ojos a Taehyung—.
Ahora, dejen de discutir, y díganme todo. Si quieres que decida algo, entonces
necesito saberlo todo. No actúes como mi padre. Así es como me metí en esta
posición en primer lugar. ¿Recuerdas?
Taehyung apretó los labios. Yoongi rodó los ojos y miró más
allá de Taehyung a Jimin parado mirando hacia abajo a Taehyung.
—Bueno, ya que parece que no es capaz de encontrar su
lengua, es mejor que tú me lo digas.
—El
vínculo entre ustedes dos ya ha comenzado. — Jimin cruzó los brazos sobre el
pecho. Sus hombros se hundieron como si parte de la pelea hubiese salido de
él—. Ya sea que te emparejes con él o no, ya es demasiado tarde para Taehyung.
Él ya se ha emparejado contigo. No hay vuelta atrás.
Yoongi podía sentir su mano temblando mientras se giraba
para mirar a Taehyung, pero el hombre no quiso devolverle la mirada. Taehyung sólo
dejaba colgar su cabeza.
—¿Qué significa eso?
—Si tú
lo niegas, él morirá. Él ya no es capaz de beber de otra persona.
Yoongi volvió a mirar a Jimin.
—Nunca le he negado mi sangre.
—Él
necesita algo más que sangre, Yoongi. Taehyung te necesita a ti.
Yoongi se estremeció en aprehensión. ¿Qué demonios sabía él
de compañeros y vampiros? Jimin le podía alimentar con una pila de mierda de un
kilómetro de largo y él no sabría la diferencia.
—¿Por qué?
—¡Suficiente!
—espetó Taehyung mientras se deslizaba de la cama y se levantaba. Señaló a la
puerta—. Vete, Jimin.
—Tae…
—Dije que te vayas. —El tono áspero de
Taehyung no admitía discusión.
Jimin suspiró profundamente y luego dio media vuelta y salió
de la habitación, dejando a Yoongi y Taehyung solos. Yoongi se quedó allí en la
cama, esperando que Taehyung dijera algo, cualquier cosa. Cuando simplemente se
acercó a la ventana y apoyó las manos contra el marco, mirando a través del
cristal, el corazón de Yoongi comenzó a hundirse.
—¿Taehyung?
—¿Sí,
chéri?
—¿Es
verdad lo que dijo Jimin?
—Sí.
—¿Por
qué no quieres que yo lo sepa?
Taehyung dejó caer uno de sus brazos y se frotó la parte de
atrás de su cuello.
—No es que no quiera que lo sepas, chéri. Quiero que me
elijas porque eso es lo que quieres. No porque sientas lástima por mí.
El corazón de Yoongi empezó a latir más rápido. Escondió las
manos bajo las sábanas cuando comenzaron a temblar. Estaba tan nervioso que su
estómago estaba apretado.
—¿Pero quieres que yo te elija?
La boca de Taehyung estaba abierta cuando se dio la vuelta.
—Por supuesto que sí.
—Entonces
te elijo.
—Yoongi,
no… —Taehyung apretó los labios.
—¿No
qué? ¿Lo sé todo?
Taehyung asintió.
—¿Hablabas en serio cuando dijiste que
me amabas? —Yoongi rezó para que él no se hubiese imaginado esas palabras
pronunciadas en voz baja.
—Sí
—susurró Taehyung sin dudarlo.
—Y eso
es todo lo que necesito saber.
Taehyung dio un paso adelante y se detuvo como si quisiera
ir a Yoongi, pero tuviera miedo de hacerlo.
—Tú te alteraste tanto cuando te dije.
Yoongi se encogió de hombros.
—Pensabas que era ganado.
—No, no
lo hice —protestó vehementemente Taehyung.
—Sí, lo
hiciste. Lo dijiste.
La frente de Taehyung se arrugó mientras fruncía el ceño.
—¿Cuándo?
—Te oí
con mis propios oídos —dijo Yoongi. Todavía le dolía pensar en lo que Taehyung
había dicho—. Dijiste, “Yoongi no va a gobernar el aquelarre a mi lado, Jimin.
Es mi donante de sangre, nada más”, ¿recuerdas?
—Oh
cielos, Yoongi. —Taehyung se pasó la mano por la cara—. Tú entendiste mal lo
que quise decir.
Yoongi se quedó boquiabierto.
—¿Cómo se puede entender mal eso?
—Yo
simplemente quería decir que tú no gobernarías el aquelarre, Yoongi. Esa no es
tu responsabilidad. Es mía. Hay otras cosas que quieres hacer con tu vida, como
terminar tu educación. No es tu trabajo liderar el aquelarre.
—Bien. —Yoongi
apretó los puños. Podía entender esa parte. Él en realidad no quería liderar el
aquelarre de todos modos. Eso era una cosa de vampiro—. Pero, ¿cómo explicas la
parte donde dijiste que yo no era nada más que tu donante de sangre?
—Porque,
en ese momento, no eras nada más que mi donante de sangre. Yo esperaba más, y
pensé que estábamos trabajando hacia eso, pero de repente decidiste dejar de
hablarme. Imaginé que era tu forma de decirme que no querías ser otra cosa que
mi donante de sangre.
Yoongi gimió cuando se dio la vuelta y miró hacia otro lado.
Tantas oportunidades perdidas debido a un simple malentendido. Si Taehyung sólo
le hubiese explicado lo que había dicho, ninguno de los miserables días pasados
habrían sucedido jamás.
—Yoongi,
¿estás bien?
Yoongi negó con la cabeza cuando sintió que la cama se
hundía a sus espaldas. Podía sentir las lágrimas comenzar a reunirse en la
esquina de sus ojos. Bajó la cabeza y extendió la mano para secarlas, con la
esperanza de que Taehyung no las viera. Eran vergonzosas.
—¿Quieres
que te deje ir, Yoongi?
—¡Claro
que no! —Yoongi se dio la vuelta y miró hacia Taehyung—. Estoy cansado de todo
el mundo tome decisiones por mí sin decirme nada. Por una vez, me gustaría que
alguien me diera toda la información, parcial o imparcial.
Taehyung suspiro mientras bajaba la vista para mirar sus
manos.
—Te diré lo que sé, pero ni siquiera yo lo sé todo.
—Bien,
entonces dime lo que sabes, y vamos a averiguar el resto a medida que
avanzamos.
—De alguna manera, durante nuestro
tiempo juntos, un vínculo se inició entre nosotros. No sé cómo ocurrió ni
cuándo. Sólo sé que empezó.
—¿Un
vínculo como el que tienes con Jimin?
—Sí y
no.
Yoongi arqueó una ceja. Taehyung se rio entre dientes,
sonrojándose su rostro.
—Sí, es
parecido a ese vínculo, sólo que más.
—¿Más?
—Somos
compañeros, Yoongi. En mi mundo, eso cuenta con más distinción que incluso uno
de tus matrimonios humanos. Nuestras almas se funden, como lo hacen nuestros
hilos de vida, cuando nos acoplamos. Nuestras vidas se entrelazan para siempre.
Podrías vivir tanto como yo.
—¿Eso
significa que puedo hablar contigo mentalmente como Jimin puede?
—Así es.
Yoongi sonrió.
Taehyung se rio entre dientes.
—Eso realmente te molesta, ¿no es así?
Yoongi sintió que su rostro se ruborizaba mientras miraba
hacia abajo a sus manos.
—Tal
vez.
—Yoongi,
no todos los vampiros tienen la capacidad de hablar telepáticamente. Nunca he
oído hablar de otro vampiro que sea capaz de comunicarse de esta manera. Parece
ser algo que sólo ocurre de forma natural en mi línea familiar. Tú no serás
capaz de hablar con Jimin.
—No
quiero hablar con Jimin —resopló Yoongi—. Yo quería ser capaz de hablar
contigo.
Taehyung se rio entre dientes.
—Y si estamos acoplados, lo harás.
—Espera.
—Yoongi dio una palmada en el pecho de Taehyung—. Pensé que ya estábamos
acoplados.
—No,
chéri. El proceso se ha iniciado, pero no está terminado. Hay algunos pasos más
que deben suceder primero.
—¿Por
ejemplo? —Yoongi tragó saliva ante la sonrisa salvaje que apareció en el rostro
de Taehyung.
—Tengo
que reclamarte y finalmente descubrir si ese culo tuyo es tan perfecto como
creo que lo es.
Yoongi tragó saliva.
—Oh, demonios.
Yoongi abrió los ojos ampliamente cuando Taehyung se tendió
en la cama junto a él y acarició el costado de su cuello. Probablemente fue la
caricia más suave que Yoongi había sentido en su vida y, sin embargo, tenía el
poder más intenso.
—Te voy a morder aquí, Yoongi, como lo he hecho en el
pasado, sólo que esta vez, la marca no va a desaparecer. Se va a curar, pero
siempre estará ahí, marcándote como mi pareja. —Taehyung tiró del collar
alrededor del cuello de Yoongi—. Ni siquiera tendrás que usar esto. Todo el
mundo sabrá que eres mío.
Yoongi abrió mucho los ojos mientras cubría el cuello con la
mano.
—No, me gusta mi collar.
—Te dije que era tuyo, Yoongi. Si
quieres usarlo, entonces úsalo. Eso depende de ti.
Yoongi chupó su labio inferior y lo mordió.
—¿La gente todavía me tratará como a un donante de sangre?
Porque tengo que decirte, que no es un lugar muy feliz para estar.
Taehyung se quedó quieto.
—¿Qué quieres decir?
—Ustedes, los vampiros son gente arrogante.
Las cejas de Taehyung se alzaron.
—¿Arrogante?
—Tratan
a los donantes de sangre, las personas que les dan la sangre que necesitan para
vivir, como si fueran ganado. Incluso los llaman ganado. No estoy diciendo que
tienen que ponernos en un pedestal ni nada así, pero no les haría daño ser
agradable de vez en cuando. Nadie de tu aquelarre siquiera habló conmigo.
—No está
permitido, Yoongi.
—¿Por
qué diablos no?
—Porque
no lo está.
—Eso no
es lo suficientemente bueno, Taehyung — espetó Yoongi—. Somos personas, como
ustedes. ¿Cómo te sentirías si nos acoplamos y alguien me trata como ganado?
—Los
mataría —gruñó Taehyung. Sus ojos se oscurecieron, amenazando con volverse
rojos.
—Bueno,
así es exactamente cómo me han tratado en tu casa, ¿y tú honestamente quieres
que me acople contigo y regresar a eso? Puedo amarte, pero ya he vivido en una
casa donde me trataron como a la mierda antes. No lo haré otra vez.
—Tú... —El cordón de músculos en la
garganta de Taehyung se movía arriba y abajo al tragar—. ¿Me amas?
—Ese no
es el punto, Taehyung.
—Eso es
en gran medida el punto —dijo Taehyung mientras saltaba a Yoongi y rodaba con
él en la cama hasta que se asentaron en el extremo más alejado, Yoongi sentado
sobre Taehyung. Taehyung deslizó una mano alrededor del cuello de Yoongi y lo
atrajo hacia sí—. Ese es el punto más importante.
Los ojos de Yoongi se redondearon cuando Taehyung reclamó
sus labios, y luego gimió cuando sus ojos se cerraron. Besar a Taehyung era
como besar a una estrella fugaz. Envió los sentidos de Yoongi directamente al
espacio exterior.
—Taehyung.
—Yoongi jadeó mientras de mala gana se apartó de los labios de Taehyung—.
Todavía tenemos que hablar.
—Vamos a
hablar, chéri, lo prometo. —Los ojos de Taehyung le rogaron a Yoongi—. Sólo
déjame reclamarte primero.
Yoongi se mordió el labio por un momento mientras miraba a
los ojos de Taehyung.
—¿Me prometes que hablaremos?
—¡Sí!
Cualquier cosa —gritó Taehyung—. Voy a renunciar al aquelarre si eso es lo que
quieres. Podemos viajar por el mundo y ver todo. Podemos hacer lo que quieras.
Yoongi dejó caer su cabeza sobre el pecho de Taehyung. Si
bien apreciaba el entusiasmo de Taehyung, Yoongi quería asegurarse de que Taehyung
entendía de dónde venía. Se negaba a vivir en un hogar en el que no estaba
cómodo, pero también sabía que Taehyung era necesario como el príncipe de su
aquelarre.
—Tu
aquelarre te necesita, Taehyung. Entiendo eso, y nunca me interpondría entre tú
y el aquelarre. Pero las cosas tienen que cambiar. No está bien que los
donantes de sangre sean tratados como ganado. Si significamos tan poco para
ustedes, entonces ¿por qué es que no pueden tratarnos mejor?
—Yoongi,
yo nunca he pensado de esa manera, tienes que creerme. —Taehyung rápidamente
levantó la mano cuando Yoongi abrió la boca—. Pero nunca he hecho nada para
detener a otros de tratar a los donantes de sangre de esa manera tampoco, y
debería haberlo hecho. No va a suceder en una noche, pero me comprometo a hacer
cuanto esté en mi poder para cambiarlo.
Yoongi consideró a Taehyung cuidadosamente durante varios
minutos y luego se echó hacia atrás hasta que estuvo sentado, a horcajadas
sobre la cintura de Taehyung.
—Bien, me puedes reclamar. —Yoongi rápidamente movió su dedo
a Taehyung cuando el hombre comenzó a sonreír—. Pero te juro que si no hacemos
algo para solucionarlo, voy a patearte el culo.
Taehyung arqueó una ceja.
—¿Quieres un contrato?
—No. —Yoongi
se rio entre dientes—. Confío en ti.
—¿Lo
haces, Yoongi? —Taehyung de repente se puso serio—. Ser mi consorte no será
fácil. Primero es peligroso. Ya has sido envenenado una vez y…
Yoongi parpadeó.
—Espera, ¿qué? ¿Fui envenenado?
Taehyung se sobresaltó
por un momento casi como si fuera atrapado en algo y no pudiera moverse, y
luego su rostro se enrojeció.
—¿Se me olvidó mencionar esa parte?
—Huh,
sí.
—Yo
estaba tratando de decírtelo, pero luego perdimos el hilo y…
Yoongi agitó su mano en un movimiento circular.
— Regresa a la cosa del envenenamiento, Taehyung.
—Es por
eso que no podías retener nada —dijo Taehyung—. Alguien puso veneno en tus
vitaminas.
La boca de Yoongi cayó abierta.
—¿Alguien trató de matarme?
—Bueno,
en realidad, después de hablar con el médico y el Príncipe Jin, Jimin y yo
llegamos a la conclusión de que alguien estaba tratando de matarme a través de
ti.
Yoongi parpadeó confundido.
—A
través de tu sangre, chéri.
—Oh
—dijo Yoongi cuando la bombilla de repente se encendió en su cabeza—. Entonces,
¿ellos me envenenaron con la esperanza de que te enfermaras por beber mi
sangre?
—Sí.
—Entonces,
¿por qué no te enfermaste?
Taehyung negó con la cabeza.
—Nadie lo sabe. Lo único que puedo pensar es que mi cuerpo
se acababa de reparar, y tenía tanta de tu sangre pura en mi sistema que luchó
contra el veneno.
—Así que, ¿básicamente estás diciendo
que me debes tu vida? —Yoongi sonrió.
—Puedes
tenerla. —Taehyung sonrió—. Es tuya.
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