domingo, 19 de junio de 2022

CAPITULO 10

Yoongi.

 

Yoongi gimió y agitó las manos a la voz que estaba tratando de sacarlo de su sueño. Quería quedarse en su sueño. Le gustaba allí. Nada duele, y Taehyung estaba allí. Yoongi quería quedarse donde Taehyung estaba.

 

Yoongi.

 

—¡Aléjate!

 

Por favor, chéri, por favor abre los ojos para mí.

 

«Chéri». Yoongi conocía esa palabra. Era cómo Taehyung lo llamaba en sus sueños. Abrió los ojos y miró hacia arriba.

 

—Tae... hy... ung.

 

Así es, chéri, abre los ojos.

 

Dónde...

 

Estamos con amigos, chéri. Ahora estás a salvo.

 

Yoongi se preguntó si eso era cierto cuando los ojos de Taehyung se oscurecieron, y una solitaria lágrima de color rojo sangre cayó por su mejilla. Nunca había visto llorar a Taehyung antes. Tomó toda la fuerza de Yoongi levantar la mano y limpiar la lágrima.

 

—¿Qué sucede?

 

 Taehyung se rio, pero parecía ser una risa nerviosa, no una feliz.

 

—Estás muy, muy enfermo, chéri.

 

Yoongi tragó saliva.

 

—¿Qué tan enfermo?

 

Te estás muriendo.

 

Estoy mu… —Yoongi intentó tragar saliva, pero no era capaz de superar el nudo en la garganta. Su corazón se empezó a acelerar, golpeando en el pecho—. ¿Có… cómo?

 

Es mi culpa —le susurró Taehyung.

 

Yoongi frunció el ceño cuando más lágrimas de roja sangre comenzaron a fluir por el rostro de Taehyung. Había aprendido un montón de cosas acerca de Taehyung en el momento que lo conoció. Sabía que el hombre tenía mucho valor, y su sentido del honor era casi legendario. Al igual que su temperamento. Taehyung podría ser un verdadero gilipollas cuando se le provocaba.

 

Pero la única cosa que sabía Yoongi era que Taehyung no era un asesino. Taehyung nunca le haría daño. Yoongi acunó su mano alrededor de un lado de la cara de Taehyung.

 

—Dímelo.

 

Taehyung cogió la mano, volvió la cabeza y dio un beso en la palma de la mano de Yoongi.

 

—Yo… lo lamento tanto, Yoongi. Nunca quise que fueras lastimado. Yo no lo sabía. Te juro que no lo sabía.

 

—¿Sabes qué?

 

Eres mi pareja.

 

Yoongi frunció el ceño y se devanaba los sesos para una definición de lo que eso significaba, pero se quedó en blanco.

 

—¿Qué significa eso?

 

 Esto significa que el destino decidió que debemos estar juntos.

 

Yoongi estaba tan confundido.

 

—¿Y es por eso que me estoy muriendo?

 

Sí y no.

 

Dices mucho eso. ¿Podrías ser más específico?

 

Yo no sabía que los vampiros podían acoplarse con los humanos, Yoongi. Creía que sólo se podían acoplar a otros vampiros, por lo que no actué de acuerdo a la necesidad que sentía por ti. Traté de convencerme de que era sólo debido a tu sangre.

 

—¿No fue así?

 

Una risa rota salió de los labios de Taehyung mientras negaba con la cabeza.

 

—No, chéri. La necesidad que siento por ti es porque somos pareja.

 

Pero todavía necesitas mi sangre, ¿verdad?

 

El corazón de Yoongi empezó a hundirse cuando los ojos de Taehyung cayeron. Su sangre era casi lo único que tenía para dar a Taehyung. Él no era rico. En este momento ni siquiera tenía una educación universitaria. Eso había quedado en suspenso cuando empezó a enfermarse. Yoongi simplemente había perdido interés. Todo lo que tenía era su sangre. Si Taehyung ya no necesitaba su sangre, ya no necesitaría a Yoongi.

 

—¿Taehyung?

 

Una vez que estemos completamente acoplados... — Taehyung hizo una mueca—. Si te emparejas conmigo, entonces seré incapaz de beber de otra persona por el resto de mi vida. —Taehyung miró a Yoongi, con aprehensión clara en sus vívidos ojos azules—. Si bebo de cualquier otra persona, me va a matar.

 

Yoongi empezó a gruñir ante la idea de Taehyung muriendo, hasta que las palabras del hombre realmente se hundieron en su cabeza, y luego su mandíbula se abrió en shock.

 

—¿Yo soy el único que puede alimentarte?

 

Si nos convertimos en pareja, sí.

 

—¿Y si no lo hacemos?

 

Entonces no lo hacemos. —Los ojos de Taehyung cayeron de nuevo—. Hasta que nuestra unión esté completa, todavía puedes decir que no.

 

Dile el resto de esto, Taehyung.

 

Yoongi saltó sorprendido cuando alguien habló desde el otro lado de la habitación. Se inclinó y miró por encima del hombro de Taehyung a Jimin sentado en una silla junto a la puerta. Parecía como si hubiera estado allí por un rato. También se veía desaliñado y agotado.

 

—¿Estás bien, Jimin?

 

Estoy bien, mequetrefe. Sólo un poco cansado. — Jimin sonrió débilmente y luego hizo un gesto con la mano a Taehyung—. Haz que te cuente el resto de ello.

 

—¿El resto de qué? —Yoongi volvió a mirar a Taehyung—. Taehyung, ¿de qué está hablando?

 

Taehyung sonrió y le plantó otro beso en la palma de la mano a Yoongi.

 

—No es nada, chéri. Jimin sólo está siendo demasiado dramático, como de costumbre.

 

Maldita sea, Taehyung —gritó Jimin mientras saltaba de su silla y se paseaba por la habitación—. Dile la maldita verdad antes que lo haga yo, y todos sabemos la lengua suave que tengo.

 

—¡No! —gruñó Taehyung.

 

El sonido de la voz de Taehyung levantándose asustaba de muerte a Yoongi. Cuando Taehyung de repente se dio la vuelta y le siseó a Jimin, Yoongi simplemente se quedó allí y lo miró fijamente. ¿Había visto alguna vez a Taehyung así de enojado?

 

—¿Alguno de ustedes me dirá qué demonios está pasando?

 

Nada, chéri —dijo Taehyung mientras rodaba hacia atrás, suavizando sus rasgos mientras miraba a Yoongi.

 

Tiene que haber algo más o Jimin no estaría volviéndose loco por ello.

 

No es nada, de verdad.

 

Taehyung —gruñó Jimin—. Lo digo en serio. Habla con él o yo lo haré.

 

—¡No! —gritó Taehyung mientras se volvió hacia Jimin de nuevo—. Yoongi decidirá si se empareja conmigo o no, pero no voy a tener su decisión influenciada porque siente lastima por mí.

 

Taehyung —dijo Jimin—, vas a morir.

 

Jimin —gruñó Taehyung—, te lo advierto.

 

Yoongi se acercó y golpeó a Taehyung en la parte posterior de su cabeza. Taehyung gritó y se volvió para mirar hacia él, frotándose la cabeza.

 

—¿Por qué has hecho eso?

 

Jimin es tu amigo. Sólo está cuidando de ti. —Yoongi le entrecerró los ojos a Taehyung—. Ahora, dejen de discutir, y díganme todo. Si quieres que decida algo, entonces necesito saberlo todo. No actúes como mi padre. Así es como me metí en esta posición en primer lugar. ¿Recuerdas?

 

Taehyung apretó los labios. Yoongi rodó los ojos y miró más allá de Taehyung a Jimin parado mirando hacia abajo a Taehyung.

 

—Bueno, ya que parece que no es capaz de encontrar su lengua, es mejor que tú me lo digas.

 

El vínculo entre ustedes dos ya ha comenzado. — Jimin cruzó los brazos sobre el pecho. Sus hombros se hundieron como si parte de la pelea hubiese salido de él—. Ya sea que te emparejes con él o no, ya es demasiado tarde para Taehyung. Él ya se ha emparejado contigo. No hay vuelta atrás.

 

Yoongi podía sentir su mano temblando mientras se giraba para mirar a Taehyung, pero el hombre no quiso devolverle la mirada. Taehyung sólo dejaba colgar su cabeza.

 

—¿Qué significa eso?

 

Si tú lo niegas, él morirá. Él ya no es capaz de beber de otra persona.

 

Yoongi volvió a mirar a Jimin.

 

—Nunca le he negado mi sangre.

 

Él necesita algo más que sangre, Yoongi. Taehyung te necesita a ti.

 

Yoongi se estremeció en aprehensión. ¿Qué demonios sabía él de compañeros y vampiros? Jimin le podía alimentar con una pila de mierda de un kilómetro de largo y él no sabría la diferencia.

 

—¿Por qué?

 

—¡Suficiente! —espetó Taehyung mientras se deslizaba de la cama y se levantaba. Señaló a la puerta—. Vete, Jimin.

 

Tae…

 

 Dije que te vayas. —El tono áspero de Taehyung no admitía discusión.

 

Jimin suspiró profundamente y luego dio media vuelta y salió de la habitación, dejando a Yoongi y Taehyung solos. Yoongi se quedó allí en la cama, esperando que Taehyung dijera algo, cualquier cosa. Cuando simplemente se acercó a la ventana y apoyó las manos contra el marco, mirando a través del cristal, el corazón de Yoongi comenzó a hundirse.

 

—¿Taehyung?

 

—¿Sí, chéri?

 

—¿Es verdad lo que dijo Jimin?

 

Sí.

 

—¿Por qué no quieres que yo lo sepa?

 

Taehyung dejó caer uno de sus brazos y se frotó la parte de atrás de su cuello.

 

—No es que no quiera que lo sepas, chéri. Quiero que me elijas porque eso es lo que quieres. No porque sientas lástima por mí.

 

El corazón de Yoongi empezó a latir más rápido. Escondió las manos bajo las sábanas cuando comenzaron a temblar. Estaba tan nervioso que su estómago estaba apretado.

 

—¿Pero quieres que yo te elija?

 

La boca de Taehyung estaba abierta cuando se dio la vuelta.

 

—Por supuesto que sí.

 

Entonces te elijo.

 

Yoongi, no… —Taehyung apretó los labios.

 

—¿No qué? ¿Lo sé todo?

 

Taehyung asintió.

 

 —¿Hablabas en serio cuando dijiste que me amabas? —Yoongi rezó para que él no se hubiese imaginado esas palabras pronunciadas en voz baja.

 

Sí —susurró Taehyung sin dudarlo.

 

Y eso es todo lo que necesito saber.

 

Taehyung dio un paso adelante y se detuvo como si quisiera ir a Yoongi, pero tuviera miedo de hacerlo.

 

—Tú te alteraste tanto cuando te dije.

 

Yoongi se encogió de hombros.

 

—Pensabas que era ganado.

 

No, no lo hice —protestó vehementemente Taehyung.

 

Sí, lo hiciste. Lo dijiste.

 

La frente de Taehyung se arrugó mientras fruncía el ceño.

 

—¿Cuándo?

 

Te oí con mis propios oídos —dijo Yoongi. Todavía le dolía pensar en lo que Taehyung había dicho—. Dijiste, “Yoongi no va a gobernar el aquelarre a mi lado, Jimin. Es mi donante de sangre, nada más”, ¿recuerdas?

 

Oh cielos, Yoongi. —Taehyung se pasó la mano por la cara—. Tú entendiste mal lo que quise decir.

 

Yoongi se quedó boquiabierto.

 

—¿Cómo se puede entender mal eso?

 

Yo simplemente quería decir que tú no gobernarías el aquelarre, Yoongi. Esa no es tu responsabilidad. Es mía. Hay otras cosas que quieres hacer con tu vida, como terminar tu educación. No es tu trabajo liderar el aquelarre.

 

Bien. —Yoongi apretó los puños. Podía entender esa parte. Él en realidad no quería liderar el aquelarre de todos modos. Eso era una cosa de vampiro—. Pero, ¿cómo explicas la parte donde dijiste que yo no era nada más que tu donante de sangre?

 

Porque, en ese momento, no eras nada más que mi donante de sangre. Yo esperaba más, y pensé que estábamos trabajando hacia eso, pero de repente decidiste dejar de hablarme. Imaginé que era tu forma de decirme que no querías ser otra cosa que mi donante de sangre.

 

Yoongi gimió cuando se dio la vuelta y miró hacia otro lado. Tantas oportunidades perdidas debido a un simple malentendido. Si Taehyung sólo le hubiese explicado lo que había dicho, ninguno de los miserables días pasados habrían sucedido jamás.

 

Yoongi, ¿estás bien?

 

Yoongi negó con la cabeza cuando sintió que la cama se hundía a sus espaldas. Podía sentir las lágrimas comenzar a reunirse en la esquina de sus ojos. Bajó la cabeza y extendió la mano para secarlas, con la esperanza de que Taehyung no las viera. Eran vergonzosas.

 

—¿Quieres que te deje ir, Yoongi?

 

—¡Claro que no! —Yoongi se dio la vuelta y miró hacia Taehyung—. Estoy cansado de todo el mundo tome decisiones por mí sin decirme nada. Por una vez, me gustaría que alguien me diera toda la información, parcial o imparcial.

 

Taehyung suspiro mientras bajaba la vista para mirar sus manos.

 

—Te diré lo que sé, pero ni siquiera yo lo sé todo.

 

Bien, entonces dime lo que sabes, y vamos a averiguar el resto a medida que avanzamos.

 

 De alguna manera, durante nuestro tiempo juntos, un vínculo se inició entre nosotros. No sé cómo ocurrió ni cuándo. Sólo sé que empezó.

 

—¿Un vínculo como el que tienes con Jimin?

 

Sí y no.

 

Yoongi arqueó una ceja. Taehyung se rio entre dientes, sonrojándose su rostro.

 

Sí, es parecido a ese vínculo, sólo que más.

 

—¿Más?

 

Somos compañeros, Yoongi. En mi mundo, eso cuenta con más distinción que incluso uno de tus matrimonios humanos. Nuestras almas se funden, como lo hacen nuestros hilos de vida, cuando nos acoplamos. Nuestras vidas se entrelazan para siempre. Podrías vivir tanto como yo.

 

—¿Eso significa que puedo hablar contigo mentalmente como Jimin puede?

 

Así es.

 

Yoongi sonrió.

 

Taehyung se rio entre dientes.

 

—Eso realmente te molesta, ¿no es así?

 

Yoongi sintió que su rostro se ruborizaba mientras miraba hacia abajo a sus manos.

 

Tal vez.

 

Yoongi, no todos los vampiros tienen la capacidad de hablar telepáticamente. Nunca he oído hablar de otro vampiro que sea capaz de comunicarse de esta manera. Parece ser algo que sólo ocurre de forma natural en mi línea familiar. Tú no serás capaz de hablar con Jimin.

 

No quiero hablar con Jimin —resopló Yoongi—. Yo quería ser capaz de hablar contigo.

 

Taehyung se rio entre dientes.

 

—Y si estamos acoplados, lo harás.

 

Espera. —Yoongi dio una palmada en el pecho de Taehyung—. Pensé que ya estábamos acoplados.

 

No, chéri. El proceso se ha iniciado, pero no está terminado. Hay algunos pasos más que deben suceder primero.

 

—¿Por ejemplo? —Yoongi tragó saliva ante la sonrisa salvaje que apareció en el rostro de Taehyung.

 

Tengo que reclamarte y finalmente descubrir si ese culo tuyo es tan perfecto como creo que lo es.

 

Yoongi tragó saliva.

 

—Oh, demonios.

 

Yoongi abrió los ojos ampliamente cuando Taehyung se tendió en la cama junto a él y acarició el costado de su cuello. Probablemente fue la caricia más suave que Yoongi había sentido en su vida y, sin embargo, tenía el poder más intenso.

 

—Te voy a morder aquí, Yoongi, como lo he hecho en el pasado, sólo que esta vez, la marca no va a desaparecer. Se va a curar, pero siempre estará ahí, marcándote como mi pareja. —Taehyung tiró del collar alrededor del cuello de Yoongi—. Ni siquiera tendrás que usar esto. Todo el mundo sabrá que eres mío.

 

Yoongi abrió mucho los ojos mientras cubría el cuello con la mano.

 

—No, me gusta mi collar.

 

 Te dije que era tuyo, Yoongi. Si quieres usarlo, entonces úsalo. Eso depende de ti.

 

Yoongi chupó su labio inferior y lo mordió.

 

—¿La gente todavía me tratará como a un donante de sangre? Porque tengo que decirte, que no es un lugar muy feliz para estar.

 

Taehyung se quedó quieto.

 

—¿Qué quieres decir?

 

—Ustedes, los vampiros son gente arrogante.

 

Las cejas de Taehyung se alzaron.

 

—¿Arrogante?

 

Tratan a los donantes de sangre, las personas que les dan la sangre que necesitan para vivir, como si fueran ganado. Incluso los llaman ganado. No estoy diciendo que tienen que ponernos en un pedestal ni nada así, pero no les haría daño ser agradable de vez en cuando. Nadie de tu aquelarre siquiera habló conmigo.

 

No está permitido, Yoongi.

 

—¿Por qué diablos no?

 

Porque no lo está.

 

Eso no es lo suficientemente bueno, Taehyung — espetó Yoongi—. Somos personas, como ustedes. ¿Cómo te sentirías si nos acoplamos y alguien me trata como ganado?

 

Los mataría —gruñó Taehyung. Sus ojos se oscurecieron, amenazando con volverse rojos.

 

Bueno, así es exactamente cómo me han tratado en tu casa, ¿y tú honestamente quieres que me acople contigo y regresar a eso? Puedo amarte, pero ya he vivido en una casa donde me trataron como a la mierda antes. No lo haré otra vez.

 

 Tú... —El cordón de músculos en la garganta de Taehyung se movía arriba y abajo al tragar—. ¿Me amas?

 

Ese no es el punto, Taehyung.

 

Eso es en gran medida el punto —dijo Taehyung mientras saltaba a Yoongi y rodaba con él en la cama hasta que se asentaron en el extremo más alejado, Yoongi sentado sobre Taehyung. Taehyung deslizó una mano alrededor del cuello de Yoongi y lo atrajo hacia sí—. Ese es el punto más importante.

 

Los ojos de Yoongi se redondearon cuando Taehyung reclamó sus labios, y luego gimió cuando sus ojos se cerraron. Besar a Taehyung era como besar a una estrella fugaz. Envió los sentidos de Yoongi directamente al espacio exterior.

 

Taehyung. —Yoongi jadeó mientras de mala gana se apartó de los labios de Taehyung—. Todavía tenemos que hablar.

 

Vamos a hablar, chéri, lo prometo. —Los ojos de Taehyung le rogaron a Yoongi—. Sólo déjame reclamarte primero.

 

Yoongi se mordió el labio por un momento mientras miraba a los ojos de Taehyung.

 

—¿Me prometes que hablaremos?

 

—¡Sí! Cualquier cosa —gritó Taehyung—. Voy a renunciar al aquelarre si eso es lo que quieres. Podemos viajar por el mundo y ver todo. Podemos hacer lo que quieras.

 

Yoongi dejó caer su cabeza sobre el pecho de Taehyung. Si bien apreciaba el entusiasmo de Taehyung, Yoongi quería asegurarse de que Taehyung entendía de dónde venía. Se negaba a vivir en un hogar en el que no estaba cómodo, pero también sabía que Taehyung era necesario como el príncipe de su aquelarre.

 

Tu aquelarre te necesita, Taehyung. Entiendo eso, y nunca me interpondría entre tú y el aquelarre. Pero las cosas tienen que cambiar. No está bien que los donantes de sangre sean tratados como ganado. Si significamos tan poco para ustedes, entonces ¿por qué es que no pueden tratarnos mejor?

 

Yoongi, yo nunca he pensado de esa manera, tienes que creerme. —Taehyung rápidamente levantó la mano cuando Yoongi abrió la boca—. Pero nunca he hecho nada para detener a otros de tratar a los donantes de sangre de esa manera tampoco, y debería haberlo hecho. No va a suceder en una noche, pero me comprometo a hacer cuanto esté en mi poder para cambiarlo.

 

Yoongi consideró a Taehyung cuidadosamente durante varios minutos y luego se echó hacia atrás hasta que estuvo sentado, a horcajadas sobre la cintura de Taehyung.

 

—Bien, me puedes reclamar. —Yoongi rápidamente movió su dedo a Taehyung cuando el hombre comenzó a sonreír—. Pero te juro que si no hacemos algo para solucionarlo, voy a patearte el culo.

 

Taehyung arqueó una ceja.

 

—¿Quieres un contrato?

 

No. —Yoongi se rio entre dientes—. Confío en ti.

 

—¿Lo haces, Yoongi? —Taehyung de repente se puso serio—. Ser mi consorte no será fácil. Primero es peligroso. Ya has sido envenenado una vez y…

 

Yoongi parpadeó.

 

—Espera, ¿qué? ¿Fui envenenado?

 

 Taehyung se sobresaltó por un momento casi como si fuera atrapado en algo y no pudiera moverse, y luego su rostro se enrojeció.

 

—¿Se me olvidó mencionar esa parte?

 

Huh, sí.

 

Yo estaba tratando de decírtelo, pero luego perdimos el hilo y…

 

Yoongi agitó su mano en un movimiento circular.

 

— Regresa a la cosa del envenenamiento, Taehyung.

 

Es por eso que no podías retener nada —dijo Taehyung—. Alguien puso veneno en tus vitaminas.

 

La boca de Yoongi cayó abierta.

 

—¿Alguien trató de matarme?

 

Bueno, en realidad, después de hablar con el médico y el Príncipe Jin, Jimin y yo llegamos a la conclusión de que alguien estaba tratando de matarme a través de ti.

 

Yoongi parpadeó confundido.

 

A través de tu sangre, chéri.

 

Oh —dijo Yoongi cuando la bombilla de repente se encendió en su cabeza—. Entonces, ¿ellos me envenenaron con la esperanza de que te enfermaras por beber mi sangre?

 

Sí.

 

Entonces, ¿por qué no te enfermaste?

 

Taehyung negó con la cabeza.

 

—Nadie lo sabe. Lo único que puedo pensar es que mi cuerpo se acababa de reparar, y tenía tanta de tu sangre pura en mi sistema que luchó contra el veneno.

 

 Así que, ¿básicamente estás diciendo que me debes tu vida? —Yoongi sonrió.

 

Puedes tenerla. —Taehyung sonrió—. Es tuya.

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CAPITULO 8

Amanecía. Jin y Namjoon se despedían de Taehyung Y Yoongi.   El destino los separaba una vez más.   Yoongi y Taehyung se quedaron en...