—¡Oye, Jungkook! Ven aquí. —Con sus libros bajo el brazo, Min Jungkook se acercó a Lee Jeno en el caos en entre las clases.
—¿Qué quieres? Tengo que llegar a
la clase de biología.
—Nunca me dijiste que tu padre
solía ser una estrella del porno.
Jungkook se estremeció con el
comentario.
—No era una estrella del porno. Él
sólo hizo algunas películas en los años ochenta, eso es todo. —Se dio cuenta de
un grano a punto de estallar en la barbilla grasosa de Jeno.
—Sí, claro —río Jeno—. Él tuvo
relaciones sexuales en ellas, Jungkook. Odio tener que informarte, pero eso
significa que es una estrella del porno, amigo.
—¡Cállate! Déjame en paz. —Mirando
por encima del hombro mientras se apresuraba a su clase, Jungkook aguantó la
sonrisa de Jeno hasta que dobló la esquina en el pasillo. Dejó sus libros sobre
su escritorio y se desplomó en la silla. Jungkook se sintió mal. Se suponía que
nadie iba a saberlo.
¿Cómo diablos lo había averiguado Jeno?
*****************************
Min Yoongi "Suga"
arregló por orden alfabético las novelas de ficción en la estantería de su
librería “La Uncut Buzzard”. Un cargamento había llegado con los últimos
best-sellers que tenía cuidadosamente seleccionados de la lista. Con la caja de
cartón abierta a sus pies, deslizó a los recién llegados en las ranuras,
mientras que su asistente, Shin Suran, ayudaba a un cliente en el mostrador.
Cuando la campanilla de la caja registradora
sonó anunciando el fin de la venta, Suran se puso de pie detrás de Suga para
ver qué nuevos stocks habían entrado.
—¡Oooh! Éstos parecen
interesantes. ¿Lee Rowan? ¿G.A. Hauser? ¿Nuevos autores?
Haciendo una pausa para investigar
uno de los pulidos diseños de cubierta, Suga contestó:
—Sí, pensé en reforzar nuestra
literatura erótica gay con nuevos autores. Se ve un poco escasa en este
momento.
—¡Cool! — Añadió el que tenia en
la mano a su lugar en el estante—. ¿Es eso todo el envio o hay algo más en la
parte de atrás?
—No. Esto es todo por ahora. —
Sacó el último libro de la caja, y luego aplastó la caja de cartón—. Creo que
podemos deshacernos de ‘regreso a la escuela’ y mostrar y empezar a establecer
algunas cosas de Halloween. ¿Qué piensas?
Suran reflexionó en voz alta.
Comprobando su reloj como si pudiera decirle la estación, Suga sacudió la
cabeza y murmuró:
—¿Dónde diablos se ha ido el
tiempo? No puede ser Halloween ya.
—Casi, ¡cosa caliente! —Suran se
rió, cabeceando en dirección a la mesa donde los libros escolares estaban
expuestos. Sonriendo para sí mismo por su entusiasmo, Suga llevo el cartón a la
puerta de atrás para tirarlo con el resto de la basura. Cuando lo dejo colocado
al lado de la otra basura, suspiró con cansancio, sacó la banda elástica de su
larga cola de caballo, y sacudió su pelo castaño para poder rozar con sus dedos
sobre el cuero cabelludo para tratar de despertarse. No fue hasta la hora del
cierre que se preguntó cómo lo habría
hecho Jungkook en la escuela.
*****************
Dejando de lado una pila de libros de
referencia, Suran vio regresar a Suga al mostrador para atender a un cliente.
Suga se había quitado la cinta de su pelo y
este fluía hacia abajo, más allá de sus hombros en mechones largos y
rectos. Admiraba su altura, un poco más
de 1'82 de alto, y su increíble estructura delgada. Bien afeitado, con los ojos azules más
brillantes que había visto nunca en un hombre, no podía dejar de coquetear con
el chico a pesar de que él tenía diez años más que ella. Él era increíble de
observar. Fue a causa de Suga que amaba su trabajo, le encantaba venir a esta
pequeña y acogedora librería acurrucada entre una cafetería y una tienda de
esoterismo. Le encantó la vista al otro lado de la calle del Océano Pacífico,
el olor del mar y la arena cada vez que se abría la puerta cuando la pequeña
campana sonaba para anunciar otro cliente. Redondo Beach era un largo camino
desde la isla de Manhattan, pero le encantó la zona y nunca miró hacia atrás.
Trabajando en estrecha colaboración con Suga, había notado algo triste y
misterioso en él. Se preguntó qué. Eso la intrigaba. Tal vez eso era lo que
mantenía su interés.
********************
Suga dio las gracias al joven por
su compra y observó como salía de la
tienda, la campana hizo un sonido como un tintineo pequeño, la puerta se abrió
y cerró de nuevo. Después de que el cliente desapareció, Suga se acercó a Suran
para ver lo que estaba haciendo.
—¿Linus y Snoopy junto a Poe y el
arroz? Eso es una extraña yuxtaposición incluso para tus gustos. —Acomodando
una figura de cartón pequeño de los personajes de Peanuts (Es una tira de prensa creada y
ampliamante desarrollada por Charles M. Schulz desde 1950 hasta el 2000. Sus
personajes son Snoopy, Rabanitos y Charlie Brown.) en una parcela de
calabazas, Suran respondió:
—No sé puede discutir con la Gran
Calabaza, Suga. Lo sentimos.
—¿Dónde encontraste esta muestra?
—Lo levantó para inspeccionarlo.
—En el cuchitril, en el cuarto de
atrás. No creerías las cosas que hay allí.
—Deben ser del dueño anterior. No
recuerdo haber comprado esto. —La colocó de nuevo sobre la mesa.
—¿Jungkook y tu vais a venir a mi
fiesta de Halloween? — Suran gritó desde detrás de una estantería. Tratando de
no hacer una mueca ante la idea de una fiesta de disfraces, Suga no respondió.
Cuando llegó Suran de nuevo a donde estaba, seguía mirando a Snoopy y Linus con
nostalgia—. ¿Suga? ¿Hola? —Ella se echó a reír—. Vosotros vendréis. Tienes que venir.
—Uh... —Trató de pensar en una
buena excusa.
—¡No seas así! —Ella le golpeó el
brazo juguetonamente—. Haz algo emocionante, alguna vez. — Elevando las cejas
por el comentario, Suga no quería ni hablar de su pasada "emocionante"
vida con ella, para decirle que había tenido suficiente "emoción"
para durarle toda la vida. Ella no tenía
por qué saberlo. Nadie tenía. Fue hace
casi veinte años. Nadie se acordaba de esas viejas películas de todos modos—.
Iras, —advirtió—. No voy a aceptar un no por respuesta.
—¿Tengo que disfrazarme? Odio
disfrazarme.
—¡Sí! ¡Suga! —Levantando las manos
para defenderse del ataque, Suga se limitó a sonreír a su persistencia. Se dio
cuenta de otro cliente de pie en el mostrador para comprar un libro. Después de
haber terminado la venta, suspiró cansado y se quedó mirando a la arena blanca
y la tranquila playa. Algunos días le gustaría poder borrar todo lo que había
hecho en el pasado, y algunos días lo apreciaba por darle el dinero que necesitaba
para abrir su librería. Mientras que el pasado se quedara enterrado, él podría
vivir con ello.
********************
—¡Oye, Min! —Jungkook se detuvo en
su caminar hacia el autobús. Al ver quien gritaba su nombre, él se quejó:
—¿Qué quieres? —Jeno se paseó
hacia él, su pelo de punta no se movía un ápice en la cálida brisa.
—Uno de los chicos dijo que tocas
la guitarra.
—¿Y?
—¿Conoces a Park Jimin?
—Sí, ¿qué pasa con él? —Respondió Jungkook.
—Él toca la batería. ¿Quieres formar una banda? —Jeno
miró hacia atrás por encima del hombro, y luego preguntó: —¿Qué estás mirando?
—Mi autobús. No quiero perderlo.
—Te puedo dar un raid.
—Oh. Bien. Cualquier cosa es mejor
que el autobús. Se demora una eternidad. —Jungkook siguió a Jeno al lugar donde
había aparcado su jeep. A medida que subía en el lado del pasajero, Jungkook
dijo: —Bonitas ruedas. ¿Tus padres te las compraron?
—Sí. —Jeno puso en marcha el
motor. Jungkook se sentía un poco
celoso. Su padre no tenía exactamente los fondos para financiar un coche nuevo
para él, tras haber invertido todos sus ahorros en su casa y la librería.
—Vivo justo al sur de…
—Sé dónde vives, —se burló Jeno.
—Oh. —Jungkook puso su mochila en
el suelo delante de él y trato de no mirar fijamente el perfil de Jeno. El
muchacho era feo. Jungkook no pensaba en sí mismo como una gran belleza, ¡pero
sabía que tenía que verse mejor que eso! Sintió lástima por Jeno. Su piel era un desastre, y su pelo había sido
recubierto con tanto gel que se levantaba tieso como clavos de su cuero
cabelludo. En contraste con el acné de color rojo, la tez pálida de Jeno
parecía aún más pálida. La barriga de Jeno se añadía a la combinación. Para
tener diecisiete años, era gordo. Jungkook imaginaba que el único ejercicio en
el que participaba involucraba mover los pulgares sobre un control de
videojuegos.
—¿Cómo sabes donde vivo, Jeno? —Jungkook
miró por la ventana, cuando se dirigían hacia el norte.
—Busqué en Google tu apellido.
Todo tipo de mierda salió. No sobre ti... pero si sobre tu padre. ¿Es Min Suga
su nombre real o es algo que hicieron para él cuando empezó en esas películas
de clasificación-X?
Tratando de no perder la calma y
sabiendo que no podía luchar con cada persona que lo descubría, Jungkook exhaló
un profundo suspiro.
—Su verdadero nombre es Min Yoongi.
Suga es sólo un apodo que su madre le dio cuando era joven. No eran de
clasificación X, Jen. Eran como R3 o algo así. Él me dijo que eran las
películas de arte y ensayo. Ya sabes. No es como porno de verdad. — Escuchando
una risita condescendiente de Jeno, Jungkook se volvió a mirarlo finalmente.
— Si piensas que es gracioso, ¿por
qué demonios quieres pasar el rato conmigo?
—No creo que sea divertido. Creo
que es genial.
—Oh. —Eso desarmó a Jungkook
completamente—. Supongo que es de alguna forma genial. Yo no le pregunto mucho
sobre eso. Él no está realmente interesado en hablar de ello.
—¿Has visto alguna de esas viejas
películas? ¿Cómo Filth?
—¿Filth? —Jungkook trataba de
decidir si eso hizo sonar una campana.
—Sí. Ese fue el nombre de su
primera película. ¿Ni siquiera sabes acerca de las estúpidas películas que
hizo? Si mi padre fuera tan cool, me gustaría saber todo sobre él. — Jeno entró
en el camino de tierra y grava de la casa en la playa de Jungkook. Jungkook
estaba todavía tratando de obtener más
sobre el nombre de la película. De
repente se sintió un poco demasiado protegido por su padre.
—Gracias, Jen. —Jungkook hizo un
movimiento para salir.
—Ah, ¿puedo pasar un minuto?
—¿Por qué?
—Tengo que ir a mear.
—Oh. Bien. —Jungkook saltó del
jeep y abrió el camino a la puerta de su casa. Miró la hora, consciente de que
su padre volvería a casa pronto. Por lo general cerraba la tienda de libros a
las cuatro para así poder hacer la cena para ellos dos. Haciendo uso de su
clave, Jungkook abrió la puerta y entró en la modesta casa de dos habitaciones.
Sólo había cuatro habitaciones en total, incluyendo el cuarto de baño. Lo que
le faltaba de grandeza lo tenía en localización. Mirando por encima de los pocos
muebles, Jungkook trató de ver el interior con nuevos ojos. Jungkook sabía que Jeno
venía de una familia con dinero y se disculpó.
—Yo sé que no es mucho, pero la
vista del patio trasero es fantástica.
—¿En serio?
—Sí. Ven aquí. —Jungkook le llevó
a través de la sala de estar a la puerta de atrás. La abrió para él, entraron
en un pequeño porche cerrado con una puertas de cristal y luego se trasladaron
a un parche de arena en la hierba. Cuando salieron afuera, el viento
arremolinaba el cabello largo de Jungkook en su rostro—. Échale un vistazo. —Jeno
se detuvo un momento, como si absorbiera la vista. Luego se acercó al borde de
lo que parecía ser una bajada en la tierra. Caminando con él hasta el final, Jungkook
dijo: —Hay un escalera que papá hizo por la que se puede bajar hasta llegar a
la playa. —Jeno asintió con la cabeza en respuesta, inspeccionando la misma. Jungkook
añadió—: Mi padre dice que debemos tener algún tipo de valla, ya sabes, para
evitar que alguien se caiga de noche, pero no creo que nunca vaya a
construirla. Quiero decir, sólo nosotros estamos aquí, y sabemos dónde está el
límite.
—Hay algo que no entiendo. —Jeno se alejó de
la bajada, como si él estuviera nervioso por estar tan cerca.
—¿Qué?
—¿Cómo es que tiene un hijo, si él
es gay? ¿Y dónde está tu mamá?
Sintiéndose insultado por las
contundentes e indiscretas preguntas de Jeno, Jungkook murmuró.
— Pensé que tenías que hacer pis.
—Sí, lo sé. Pero tengo que saber
por qué. Quiero decir, él hizo cosas con los chicos en esas películas, Jungkook.
—Era algo más a lo que Jungkook no había tenido acceso. Tal vez por protegerlo, su padre en realidad sólo lo
mantenía ignorante. Al igual que un pitbull con un pedazo de carne, Jeno se
acercó, obviamente, no estaba dispuesto a dejarlo ir—. ¿Qué pasó con tu mamá, Jungkook?
—Ella murió. —Jungkook se mordió
los labios, su mirada con un tinte triste.
—¿De qué?
—Cáncer. Murió cuando yo tenía
siete años. —Jungkook regresó a la casa, haciendo una pausa en el porche para
quitarse la arena de los zapatos.
—Por lo tanto, ¿entonces, tu padre
es bi?
—¡No lo sé! ¿Por qué significa
tanto para ti? —Gritó Jungkook, enojándose.
—No es así. Sólo curiosidad. ¿Dónde
está el baño?
—Ahí. —Jungkook hizo una señal a
una puerta. Después de que Jeno se desvaneciera por ella, Jungkook echó un
vistazo a algunas fotos enmarcadas que se encontraban en la repisa de la
chimenea. Las había de toda su familia, tres de ellos: su papá, su mamá, y él.
************************
Suga se detuvo en su camino de
entrada, dándose cuenta de que allí había un jeep extraño. Aparcando junto a él para que pudiera salir
sin tener que mover su automóvil, se preguntó a quien había traído Jungkook a
casa. Cargando las compras que había comprado de camino, se encontró con la
puerta desbloqueada y la empujó para abrirla.
—¿Jungkook? —Cuando su hijo se dio
la vuelta, la mirada de desconfianza en los ojos de Jungkook le sorprendió.
—¿Estás bien? —Suga dejo los
alimentos en la mesa de la cocina—. ¿Quién está contigo? —Justo cuando
pronunció esas palabras, un adolescente de aspecto muy extraño salió del baño.
A pesar de la aparición del molesto niño, Suga trató de ser cortés—. ¿Quién es
tu nuevo amigo?
—Este es Jeno, papá. —El mohín de Jungkook
no se desvaneció.
—Hola, Jeno. —Suga trató de hacer
que sonara amable, aunque no tenía ni idea de lo que su guapo hijo estaba
haciendo con un personaje tan extraño.
—Hola, señor Min, —contestó Jeno,
curiosamente sonriendo. Después de recibir una intimidante inspección, que
incluía a su área de la ingle, Suga señaló a la cocina como una excusa para
salir de la habitación.
—Tengo compras que guardar. —A
medida que llenaba los armarios y la nevera con sus compras, oyó a Jungkook
decir.
—Por lo tanto, gracias por el
raid, Jen. ¿Nos vemos mañana en la escuela?
—Sí. Piensa acerca de la banda, Jungkook.
Jimin realmente esta insistiendo al respecto, y todo lo que necesitamos es una
guitarra.
—Está bien. Voy a hablar con Jimin mañana en
clase. Nunca me lo mencionó antes.
—Él quería que yo te preguntara
primero.
—Oh. Bien. —Suga asomó por la
cocina y encontró a Jungkook caminado hacia la puerta con Jeno. Cuando Jeno lo
miró a los ojos, Suga casi se estremeció en la conexión que hizo, como si fuera
de naturaleza satánica.
—Un placer conocerlo, señor Min,
—dijo de nuevo.
—Sí, nos vemos, Jeno. —Suga no
podía forzar una sonrisa. Cuando se fue, Suga suspiró con alivio. Con una
hogaza de pan en sus manos, mientras desembalaba las bolsas de la compra, le
gritó a Jungkook—: ¿Dónde diablos lo has encontrado?
—Olvídalo, papá —le gritó Jungkook
de regreso, y luego se encerró en su dormitorio. En el silencio que
siguió, Suga se estremeció con
exageración y murmuró.
—Ey, chico escalofriante...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario