jueves, 9 de junio de 2022

CAPITULO 3

Taehyung podía escuchar el dolor en la voz de Yoongi, y carcomía su alma. Nadie debería tener que descubrir que su padre era un despiadado y frío bastardo que lo vendió. No era algo inaudito comprar un donante de sangre en su círculo, pero a Taehyung todavía no le gustaba.

 

Es por eso que él había exigido que el donante firmara un contrato. Quería un donante dispuesto. Muchos de los suyos no pensaban nada en forzar un humano a donar, pero Taehyung creía que él estaba por encima de las barbáricas formas de su raza.

 

Sin embargo, no parecía que hubieran conseguido un donante dispuesto.

 

Levántalo del suelo, Jimin.

 

Taehyung hizo lo mejor que pudo para deslizarse hacia arriba en las almohadas cuando Jimin cruzó la habitación, levantó a Yoongi y le ayudó a sentarse en la silla. Yoongi sólo se inclinó y hundió el rostro entre sus manos.

 

Dile que rescindiré el contrato —dijo Taehyung en silencio. Tenía que hacer algo para apartar la angustia de la cara de Yoongi. La mera visión del pálido rostro de Yoongi hizo retorcerse su estómago, una sensación extraña para que él sintiera, pero la sintió.

 

 Jimin se dio la vuelta y lo miró.

 

—¿Has perdido la cabeza? Necesitas su sangre.

 

Taehyung negó con la cabeza débilmente.

 

—No de esta forma.

 

Morirás, Taehyung.

 

Encontraremos a alguien más.

 

No hay nadie más. Hemos estado buscando durante meses. Yoongi es el primer humano que hemos encontrado que es compatible contigo. No tenemos tiempo para encontrar otro donante. Sé razonable.

 

Dile, Jimin.

 

Los labios de Jimin se apretaron en una protesta rebelde. Taehyung sólo siguió mirando a Jimin hasta que los hombros del hombre se desplomaron y dejó escapar un profundo suspiro, girándose para mirar a Yoongi.

 

Yoongi.

 

—¿Huh? —La cabeza de Yoongi subió.

 

Taehyung no quiere obligarte a estar aquí.

 

Eso no es lo que dije, Jimin —gruñó Taehyung—. Dile lo que dije.

 

Para el momento en que había terminado de gritarle a Jimin a través del vínculo telepático que compartían, Yoongi lo estaba mirando a él. Taehyung torció su dedo y luego observó a Yoongi ponerse de pie, caminar lentamente por el piso y, a continuación, sentarse en el borde de la cama.

 

—¿Esto está bien? —Yoongi preguntó, acariciando el borde de la cama cerca de su muslo.

 

 Taehyung asintió.

 

Mira, esta cosa entre mi padre y yo —dijo Yoongi—, no tiene nada que ver contigo. Si su contrato es legal, lo voy a cumplir.

 

La esquina de la boca de Taehyung se curvó hacia arriba mientras resoplaba.

 

—Dile que es legal, pero no lo obligaré a cumplirlo. Me niego a tener un donante de sangre contra su voluntad.

 

Jimin rodó los ojos y se acercó para pararse detrás de Yoongi.

 

—Has perdido la cabeza. Él es un humano. Sólo ofrécele más dinero. Ofrécele pagar sus estudios.

 

De alguna manera, no creo que él esté interesado en el dinero, Jimin.

 

Él es un humano —espetó Jimin.

 

Suficiente —gritó Taehyung en voz alta. Se dio cuenta de su error casi inmediatamente cuando Yoongi salió disparado de la cama y se trasladó a varios metros de distancia, temblando de pies a cabeza. Taehyung también se dio cuenta de que su pequeño exabrupto había agotado su restante energía.

 

Taehyung se dejó caer sobre las almohadas y cerró sus ojos ante la luz cegadora de la habitación. Su cabeza latía como zarcillos de dolor tejiéndose alrededor de su cráneo. No tenía fuerzas ni para levantar la mano y masajear sus sienes.

 

—¿Taehyung? —susurró Jimin.

 

Estoy aquí —respondió mentalmente.

 

Ha utilizado toda su energía, ¿no? —preguntó Jimin.

 

 —¿Necesita sangre? —preguntó Yoongi.

 

Los ojos de Taehyung se abrieron de golpe al oír hablar a Yoongi. Parecía preocupado. Sus cejas rubias oscuras se juntaron, arrugando la frente. El colchón se hundió cuando Yoongi volvió a sentarse. Yoongi seguía temblando, pero él estaba sentado. La boca de Taehyung se abrió en shock cuando Yoongi le tendió el brazo.

 

No sé exactamente cómo se hace esto —dijo Yoongi—, pero puedes tener lo que necesitas.

 

Taehyung podía sentir el miedo correr a través de Yoongi. Sabía que el hombre estaba tratando de ser valiente cuando todo lo que realmente quería hacer era escapar. Taehyung tuvo que admitir que estaba impresionado. No se había encontrado con muchos humanos que tuvieran el sentido de honor de Yoongi.

 

Pregúntale si está seguro, Jimin.

 

Taehyung quiere saber si estás seguro, Yoongi.

 

Los labios de Yoongi se separaron cuando su cabeza se volvió para mirar a Jimin.

 

—Él no dijo ni una palabra. —La cabeza de Yoongi volvió bruscamente a su alrededor—. Tú no dijiste ni una palabra. Tus labios nunca se movieron.

 

Los labios de Taehyung se curvaron hacia arriba con diversión cuando Jimin se rio entre dientes. Él asintió con la cabeza a Jimin.

 

—Díselo.

 

Taehyung puede hablar conmigo telepáticamente, Yoongi.

 

Cuanto mucho, la boca de Yoongi pareció caer aún más abierta.

 

—¿Eres psíquico?

 

 No es exactamente psíquico —explicó Jimin. Con cada palabra que Jimin dijo, Taehyung podía ver los ojos de Yoongi ampliándose—. Hemos estado juntos por muchos años. Tenemos un vínculo que nos permite hablar de esta manera.

 

Taehyung estaba intrigado cuando los ojos de Yoongi de repente se apartaron y su rostro se sonrojó.

 

—¿Son amantes?

 

Difícilmente. —Jimin comenzó a reír histéricamente.

 

Taehyung giró los ojos. Él no dormiría con Jimin tanto como lo haría con una mujer. El hombre era más parecido a su hermano que nada. Ni siquiera había mirado así a Jimin.

 

No, no, Yoongi —Jimin dijo rápidamente—. Taehyung y yo nunca hemos sido amantes. Me gustan mis amantes con unas pocas piezas más de las que tiene Taehyung. Pero hemos sido amigos por un tiempo muy largo. Nuestra estrecha asociación nos permite hablar telepáticamente.

 

Oh —susurró Yoongi. Sus cejas rubias oscuras se juntaron, y se mordió el labio inferior por un momento cuando se encontró con los ojos de Taehyung—. ¿Es por eso que no puedo oírte? ¿Debido a que acabamos de conocernos?

 

Taehyung asintió.

 

Tú no tienes un vínculo con Taehyung —Jimin agregó.

 

Taehyung inclinó la cabeza hacia un lado cuando los ojos de Yoongi se alejaron rápidamente una vez más. Las emociones que fluían fuera de Yoongi eran de resignación, y, aunque pareciera extraño, tristeza. Taehyung no estaba acostumbrado a las emociones humanas. Su especie no

sentía las cosas como lo hacían los humanos. No tenía ni idea de qué hacer para que Yoongi se sintiera mejor.

 

Toma mi sangre si la necesitas. —Yoongi le tendió el brazo de nuevo—. De verdad, está bien.

 

Taehyung podía sentir sus encías picar ante la posibilidad de degustar, una vez más, la dulce y adictiva sangre de Yoongi. No estaba seguro de lo que debía hacer. La última vez Yoongi había estado inconsciente. Esta vez, él estaba despierto y plenamente consciente de lo que estaba pasando.

 

—¿Qué sucede? —preguntó Yoongi mientras lentamente bajaba su brazo a la cama—. Pensé que la necesitabas desesperadamente.

 

La necesita —respondió Jimin por Taehyung—. Sólo es que él no sabe cómo tomarla de ti.

 

—¡No lo asustes!

 

Jimin se encogió de hombros, luciendo impenitente.

 

— Bien podría descubrirlo ahora.

 

—¿Qué significa eso? —Yoongi preguntó mientras miraba de Taehyung a Jimin—. Usan una aguja, ¿no?

 

Taehyung gimió, deseando poder palmear su cara cuando Jimin negó con la cabeza. Su viejo amigo no iba a explicar esto correctamente. Simplemente podía sentirlo.

 

Está bien, Yoongi. Este es el trato —dijo Jimin—. Voy a poner todo de manera que puedas llegar a la parte en que te asustas lejos del camino, y luego Taehyung puede alimentarse.

 

—¡Alimentar! —gritó Yoongi mientras se bajaba de la cama—. ¿Qué diablos quieres decir con “alimentarse”?

 

 Taehyung gruñó. Jimin parecía que estaba teniendo demasiada diversión con esto. Si estuviera en su potencia máxima, patearía el culo del vampiro de un extremo a otro de la mansión.

 

—¡Basta ya!

 

Taehyung podía decir que Jimin estaba tratando de ocultar la sonrisa que amenazaba con surgir. Su amigo siempre había tenido un sentido del humor un tanto retorcido.

 

Tú tienes la sangre, él tiene los colmillos —dijo Jimin de manera casual.

 

¡Ya está! Taehyung oficialmente iba a encadenar a Jimin por sus bolas cuando estuviera en plena forma.

 

—Te lo advierto —Taehyung le espetó bajo amenazadoramente.

 

E… eso lo convertiría en un vampiro. —Yoongi chillaba cuando sus ojos se movían entre ellos—. No hay manera de que él sea un vampiro. ¿La hay? —Yoongi negó con la cabeza frenéticamente—. No, no hay forma. No puede ser, ¿verdad? No. Eso es sólo una fantasía. ¿No es así?

 

Taehyung vio con el corazón encogido colapsar lentamente a Yoongi. Deseaba que hubiese algo que pudiera hacer para consolar al humano pero, por desgracia, estaba demasiado débil para incluso ofrecer una palabra de apoyo. Se preguntaba de dónde provenían sus compasivos sentimientos. Como vampiro, tenía emociones, pero estaban apagadas, sin brillo.

 

Debo irme. Tengo que pasear a mi perro —murmuró Yoongi mientras caminaba alrededor en círculos, mordiéndose la uña del pulgar—. Si no paseo a mi gato, va a mojar el suelo.

 

 Las cejas de Taehyung se reunieron mientras Yoongi parecía trastornarse. Esto le preocupó. Sí, necesitaba la sangre de Yoongi, pero no al precio de la cordura del hombre.

 

Llévalo a su cama. Haz que descanse.

 

Pero necesitas alimentarte —protestó Jimin mientras veía a Yoongi achicar el círculo, casi como si estuviera persiguiendo su propia cola. Taehyung gruñó al ver la expresión asombrada en el rostro de Jimin.

 

Puedo esperar mientras su mente absorbe lo que acabas de tirarle sin un pensar.

 

Jimin parecía que quería discutir y luego asintió.

 

— ¿Quieres que lo ponga en trance?

 

Taehyung repentinamente sintió que se comenzaba a construir un gruñido en su pecho. Apretó las manos en las sábanas para evitar hacer algo que no debía. Sólo el pensamiento de que alguien intentara encantar a Yoongi envío la rabia hervir a través de él. Taehyung parpadeó sorprendido. Eso era nuevo. En muy raras ocasiones se enojaba por cualquier cosa.

 

No, a menos que tengas que hacerlo. Preferiría que Yoongi no esté bajo más influencia que la necesaria.

 

Te has vuelto loco, mi amigo. —Jimin se rio entre dientes mientras negaba con la cabeza y se acercó a Yoongi con cautela, cuidadosamente, y luego puso sus manos sobre los hombros de Yoongi. —Tiempo para una siesta, Yoongi.

 

Yoongi miró hacia arriba como si acabara de darse cuenta de que no estaba solo en la habitación.

 

—Está bien. ¿Puedes llevar a mi ave a dar un paseo?

 

Jimin asintió, dirigiendo a Yoongi de vuelta a la otra habitación.

 

Bueno, eso fue muy interesante.

 

Taehyung despertó al instante en que se abrió la puerta del dormitorio. Realmente no había estado durmiendo, más bien dormitando a ratos. El lento ardor construyéndose en su estómago había comenzado a doler hace más de una hora. La pequeña cantidad de la sangre que había tomado de Yoongi antes se había ido. La necesidad de alimentarse estaba creciendo constantemente.

 

Cuando oyó el sonido de pies en el suelo acolchado, Taehyung se giró. Sus cejas se alzaron cuando vio a Yoongi de pie al lado de la cama, mirándolo fijamente. Cuando Yoongi no dijo nada, Taehyung comenzó a preguntarse si el hombre era sonámbulo.

 

Yoongi sólo se quedó mirando.

 

—¿Yoongi? —Taehyung sabía que Yoongi no lo oía, pero no podía soportar el silencio por más tiempo. Sus ojos se abrieron como plato cuando Yoongi levantó las mantas y se metió en la cama junto a él. Taehyung no tenía la fuerza para luchar contra Yoongi.

 

Y no estaba seguro de querer hacerlo, sobre todo cuando Yoongi se acunó junto a él y se acurrucó como si no tuviera planes de ir a alguna parte. Yoongi se movió un momento, y luego se estiró hacia atrás y agarró el brazo de Taehyung, tirando de él para envolverse como un escudo. La

cabeza de Yoongi acarició bajo la barbilla de Taehyung y envolvió su brazo alrededor del pecho de Taehyung.

 

Y luego suspiró.

 

El corazón de Taehyung comenzó a correr. Él no se acurrucaba. Nunca. Simplemente no era algo que los vampiros hicieran. Si la necesidad de follar surgía, encontraban a alguien para aliviar esa necesidad y luego se iban por caminos separados. Ellos no se acurrucaban.

 

Así que, ¿por qué se sentía tan correcto tener a Yoongi en sus brazos, acurrucado a su lado de manera segura? Taehyung no podía recordar estar tan confundido en su vida, y él había estado vivo más años de lo que quería contar.

 

Yoongi lo confundía. En primer lugar, él era un humano. Esa era una cosa muy grande. Después de siglos de observar a su clase siendo sistemáticamente eliminados y perseguidos por los humanos, Taehyung no tenía mucha consideración para ellos. Eran buenos para alimentarse, y eso era todo. Aún tenía que encontrar a un humano que considerara un amigo, o incluso que quisiera considerar como un amigo.

 

El padre de Yoongi era un ejemplo perfecto de todo lo que él odiaba de la raza humana. El hombre era malvado hasta la médula de los huesos. Desafortunadamente, Taehyung no tenía ninguna otra opción que tratar con él. Min Lowell era uno de los pocos humanos que sabían acerca de los vampiros, y eso significaba, tanto como Taehyung despreciaba al hombre, que tenía que tratar con él. Entre menos personas supieran de la existencia de los vampiros, mejor.

 

Y, por mucho que rechazara a Lowell , se sentía atraído por el hijo del hombre. Taehyung no sabía cómo explicar lo que sentía, sobre todo porque no recordaba haber sentido nunca estas extrañas emociones antes.

 

Quería acunar a Yoongi contra él, mantener al hombre cerca y mantenerlo a salvo de cualquier daño. Al mismo tiempo, quería atacar a cualquiera que siquiera mirara a Yoongi, y eso incluía a Jimin, un hombre al que le confiaba su propia vida.

 

Taehyung estaba demasiado cansado para tratar de entender todo esto justo ahora. El calor del cuerpo de Yoongi presionando contra él junto a la extraña sensación de calma que sentía lo atraía hacia el sueño.

 

Taehyung volvió su rostro hacia la cabeza de Yoongi. Inhaló profundamente, disfrutando del fresco aroma a menta que llenó sus sentidos. Había algo más, casi como el olor de la primera lluvia de verano cuando caía a la tierra reseca y saturaba el suelo. Sorprendentemente, la suave fragancia reconfortaba a Taehyung. Era el olor de la renovación, algo que Taehyung necesitaba desesperadamente y esperaba que Yoongi pudiera darle.

 

Taehyung cerró los ojos y apretó su brazo alrededor del cuerpo de Yoongi tanto como era posible teniendo en cuenta su falta de fuerza. Esta extraña sensación de paz que sentía le preocupaba. Tal vez debería hablarlo con Jimin... en la mañana.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

CAPITULO 8

Amanecía. Jin y Namjoon se despedían de Taehyung Y Yoongi.   El destino los separaba una vez más.   Yoongi y Taehyung se quedaron en...