domingo, 5 de junio de 2022

CAPITULO 1

—Hey Taehyung, hay un tipo por aquí preguntando por el trabajo de portero.

 

Taehyung rodó su cabeza, escuchando el distintivo ruido seco de su propio cuello reajustándose. Frotó su nuca y su cuello tratando de masajear el resto de la tensión reunida ahí. A veces odiaba ser dueño de un bar.       

 

Noches  como  esta  noche  eran  un  ejemplo  perfecto. Parecía que casi todos los trabajadores que empleaba trataban de llamarlo para reportarse enfermos justo antes del inicio de turno, su entrega semanal de alcohol tenía más de dos horas de  retraso  y  las  puertas  del  bar  se  abrirían  en  menos  de cuarenta y cinco minutos.        

 

Y ahora alguien quería un trabajo.          

 

—Oye Taehyung —gritó la voz de nuevo—. ¿Qué quieres que le diga a este tipo?            

 

Taehyung  abrió  la  boca  para  gritar  de  nuevo  una  réplica furiosa, reteniéndola para sí mismo justo a tiempo. Chasqueó la boca cerrada y pasó la mano por sus gruesos rizos, tirando un poco en los extremos como si pudiera tirar sus preocupaciones lejos con sus dedos.             

 

Se quedó mirando el montón de facturas y documentos sobre su escritorio y sacudió la cabeza. Su mente no estaba en eso.      

 

El bar debería abrir pronto y necesitaba recomponerse antes de que sucediera o acabaría golpeando al primer bastardo borracho que lo mirara mal.

 

 

Taehyung arrojó su pluma sobre la mesa y se levantó. Sería mejor descubrir quién quería verlo antes de iniciar el negocio o nunca tendría la oportunidad. Se dirigió a la sala principal, explorando con los ojos inmediatamente el salón y evaluando la forma de las cosas.

 

Las puertas aún cerradas.

 

Listo.

 

La habitación estaba limpia y organizada.

 

Listo.    

               

Precioso musculoso dios del sexo en jeans ajustados.

 

Listo.

 

Los ojos de Taehyung se giraron de nuevo al bar. Su miembro se endureció y palpitó contra los confines de sus vaqueros negros más rápido de lo que nunca lo habían hecho en su vida mientras miraba la notable alta figura de pie en el bar.

 

¡Malditamente caliente!

 

Impresionante ni siquiera empezaría a describir al hombre. De pie, sobresalía varios centímetros respecto de los otros hombres en la habitación, haciéndole fácil a Taehyung que lo viera.

 

Los músculos ondulaban bajo la apretada camisa blanca de  algodón  del  hombre,  acelerando  el  pulso de Taehyung.  Su poderoso cuerpo se movía con una gracia sensual que Taehyung no habría esperado en un hombre de su tamaño.  

 

Y  si  sus  pantalones abrazaban  su  culo apretándolo  un poco más todo el hombre perdería la conciencia por falta de oxígeno  en  su  cerebro.  Pero  maldición,  el  culo  era  el  más apretado y redondo que Taehyung había visto jamás. A Taehyung realmente le gustaba joder culos como ese. 

Y si añadía esos hombros que parecían tan anchos como un granero y los músculos gruesos y abultados, Taehyung sabía que estaba  mirando  al  hombre  de  sus  sueños.  Y  aún  no  había            

mirado por encima incluso del cuello del hombre.          

 

Cuando lo hizo, Taehyung  estuvo más allá  de  aturdido. No imaginaba que  un hombre  que tuviera el  cuerpo de  un dios griego pudiera  tener el  rostro de  un ángel. Sus labios eran firmes y sensuales, su suave piel bronceada estirada sobre los pómulos altos.              

 

Un  mechón  de  cabello  rubio  aguado  le  caía  sobre  la frente, su cabello claro era un profundo contraste con su piel bronceada.  Taehyung  golpeó  su  dura  polla  y  luego  cruzó  la habitación, su mirada puesta en el hombre que le devolvía la mirada con sus ojos verde musgo.   

 

Estaba tan jodido.          

 

Y si estaba de suerte, entonces lo estaba el hombre que tenía en su mira.           

 

—Kim Taehyung ¿qué puedo hacer por ti? —Tengo algunas ideas que podría sugerir.

 

—Mi nombre es Min Yoongi. Estoy buscando trabajo —dijo el hombre, con voz baja y suave y lo suficientemente ronca para enviar escalofríos de placer por la espalda de Taehyung —.  Tengo  experiencia  como  portero,  cantinero  de  bar  y cocinero. ¿Tiene alguna posición disponible?

 

Taehyung  ahogó  un  gemido  mordiendo  su  labio.  Esto  era demasiado fácil. Flexionó los dedos para no alcanzar a Yoongi. Quería arrastrar al gigantesco hombre de regreso a su oficina, doblarlo sobre su escritorio y saber cuántas posiciones podían descubrir juntos.       

 

Los ojos de Yoongi se estrecharon sobre el labio atrapado entre los dientes de Taehyung. Un rubor llenó su rostro y sus ojos parecieron ensancharse sólo una fracción antes de mirar hacia otro lado rápidamente. Taehyung sonrió, levantando una ceja.     

 

—Puede que tenga algunas... uh... posiciones en las que quizás te encuentres interesado. —Taehyung arrastró las palabras. No podía creer la mierda que salió de su boca. Ese fue la peor              

línea para un levante, que jamás había escuchado.        

 

—Uh, se lo agradezco señor.     

 

¡Maldición!       

 

Sólo ¡maldición!              

 

Taehyung respiró profundamente y luego al instante deseó no haberlo hecho. 

 

El fuerte olor a sudor masculino y la excitación llenó sus fosas nasales. Parecía  que  había  un olor subyacente  que  se envolvía en la polla de Taehyung y lo conducía a la locura. Nunca había olido algo tan dulce y sin embargo tan masculino en su vida. Podría embotellar la cosa y hacer millones… si estuviera dispuesto a compartir.   

 

No lo estaba.    

 

—Por qué no vienes a mi oficina y podremos hablar. —Era una  afirmación, no una  pregunta. Taehyung  no hacía  preguntas. Estaba demasiado acostumbrado a dar órdenes y ser obedecido al instante. Tal vez se le había subido a la cabeza, pero no estaba  dispuesto  a  cambiar  eso  ahora,  ni  siquiera  por  un hombre que parecía sexo en una barra de caramelo.    

 

Taehyung giró sobre sus talones y caminó hacia su oficina. El dulce aroma masculino que lo siguió muy de cerca le dijo que el magnífico hombre lo había seguido. Esperó hasta que Yoongi entró luego cerró la puerta antes de caminar alrededor de su lado de la mesa para sentarse.

 

—Toma asiento Yoongi.               

 

Yoongi  se  sentó.  Taehyung  notó  que  sus  ojos  parecían descansar sobre él, entonces miraban salvajemente alrededor           del cuarto y luego volvían a descansar sobre él. Eso intrigó a Taehyung. Yoongi intrigaba a Taehyung, incluso las botas que cubrían sus pies.  

 

Taehyung estiró las piernas debajo del escritorio y las cruzó, reflejando la acción con sus manos.            

 —Háblame de ti, Yoongi —dijo—. ¿Por qué estás buscando un trabajo y por qué elegiste mi bar para buscar uno?

 

—Sólo necesito un trabajo, señor Taehyung.

 

—Llámame solo Taehyung, Yoongi.

 

El rostro de Yoongi se sonrojó de nuevo. Taehyung encontró esta respuesta interesante para un hombre de la talla de Yoongi. Se comportaba con un aire imponente de confianza en sí mismo, pero se sonrojaba tan bellamente. Taehyung se preguntó hasta qué punto se había ruborizado. Estaba malditamente seguro de querer descubrirlo.

 

Taehyung no podía recordar la última vez que había estado cautivado por alguien, especialmente alguien que acababa de conocer. Por supuesto, generalmente sabía luego de unos momentos de conocer a alguien si estaba interesado en ellos, pero no recordaba que alguna vez hubiera estado fascinado a primera vista.

 

—Oh, sí y por favor llámame Yoongi.

 

—¿Cuántos años tienes Yoongi?

 

Los ojos del hombre se entrecerraron, sus cejas rubias oscuras se arrugaron juntas.

 

—Suficientemente viejo.

 

—Necesito saber que tienes edad suficiente para cuidar un bar y más aún para estar dentro de uno.

 

¡Maldición! Ahí estábamos de nuevo.

 

El rostro de Yoongi se puso  rojo  brillante  cuando  se inclinó hacia delante, sacó la  billetera del  bolsillo trasero del pantalón y sacó su licencia de conducir. Se la ofreció a Taehyung.           

 

—Tengo veinticuatro años señor.           

 

Taehyung  tomó  la  licencia,  examinándola  cuidadosamente antes de  devolverla. Así  que el  hombre  era  unos años más joven que él. Bueno, varios años menor que los treinta y ocho de Taehyung, pero no era un menor que pudiera meterse en líos.              

 

Taehyung entregó la licencia de nuevo y vio a Yoongi guardarla.              

 

—Este  es  un  bar  Yoongi  —dijo  Taehyung  ante  el  aspecto contrariado que Yoongi le disparó antes de volver a sentarse —. También es mi medio de vida.         

 

La  cabeza  de  Yoongi  cayó  hacia  adelante. 

 

—Lo  siento señor.         

 

—No  hay  necesidad  de  disculparse  Yoongi.  —Taehyung  no estaba dispuesto a pedir disculpas al hombre por proteger lo que  era  suyo—.  Espero  que  entiendas  por  qué  tenía  que hacerlo. Puse  demasiados años en este lugar como para  no verificar la edad de mis empleados.             

 

—¿Empleados?  —Dijo  Yoongi  un  poco  sin  aliento—. ¿Entonces obtuve el trabajo?  

 

Había demasiada desesperación en los ojos verde musgo de Yoongi para que Taehyung lo rechazara. Había una historia con este tipo y Taehyung quería saber lo que era antes de contratarlo. No quería problemas después. 

 

Taehyung juntó las manos y miró a Yoongi por unos instantes antes  de  responder. 

 

—Lo estoy  considerando,  Yoongi,  pero todavía quiero saber por qué estás buscando un trabajo en mi bar.      

 

Yoongi se encogió de hombros.

 

—Pensé que un bar es un bar, ¿no? Servir bebidas, operar la caja registradora y limpiar al final de la noche.      

 

—Con la mayoría de los bares puede ser cierto.  —Taehyung consideró  a Yoongi  por otro instante—. Yoongi, ¿sabes qué tipo de bar es este?              

 

Yoongi frunció el ceño.

 

—Es un bar de carretera, Yoongi. Tenemos  de  todo,  desde  granjeros  que  quieren  saciar  sus salvajes deseos sexuales hasta motociclistas que  buscan una pelea. Se les sirven bebidas, pero también se les esquiva. Y nueve de cada diez veces cuando estás limpiando al final de la noche,  estarás  limpiando  alcohol,  sangre,  semen  y  vómito. ¿Crees que puedes manejar eso?           

 

Yoongi al instante soltó una risita.

 

—Sí señor.        

 

—Si  trabajas  en  la  puerta,  muchas  lagartijas  y  algún cachondo cuarentón estará tratando de entrar. Van a tratar de sobornarte con crack, mala hierba, pollas, coños y lo que crean que puede hacer que los dejes pasar la puerta —Taehyung se inclinó hacia atrás en su silla, dando ligeros golpecitos con el  dedo sobre el escritorio—. Preparar comida no es un gran problema ya  que  aquí  sólo  se  sirven  hamburguesas  y  patatas  fritas. Vienen de una sola manera, mi manera y no hacemos pedidos especiales, nunca.          

 

Yoongi se rio y asintió.

 

—Sí señor.

 

—Y  realmente  necesitas  detener  esa  cosa  de  señor, Yoongi,  al  menos  mientras  estamos  con  otras  personas, puedes  llamarme  señor  todo  lo  que quieras. De lo contrario cuando estemos solos  llámame Taehyung.        

 

Taehyung pudo ver el asombro del hombre en la forma en que sus ojos se agrandaron y su mandíbula se abrió brevemente con un adorable rubor en sus mejillas y entonces cerró la boca de golpe. Taehyung estaba comenzando a ver un patrón en la forma en que la cara de Yoongi se sonrojaba. Sucedía cada vez que Taehyung mencionaba algo remotamente sexual.   

 

—Sí señor.        

 

Sí, este hombre intrigaba a Taehyung hasta los dedos de sus pies. Aun así...       

 

—¿Por qué estás buscando trabajo Yoongi? Creería que un hombre de tu estatura podría encontrar trabajo en cualquier lugar, sin duda en un bar en un mejor barrio. —La cabeza de Yoongi volvió a caer. Sólo que esta vez, parecía un poco pálido en  lugar  de  sonrojado.  Taehyung  se  inclinó  hacia  adelante preocupado—. ¿Yoongi?              

 

—Me despidieron ¿de acuerdo? —Yoongi levantó la vista, esa desesperada mirada que Taehyung vio al principio en sus ojos de nuevo, en sus brillantes profundidades—. Trabajé en ese bar por el lado este por tres años. Nunca había perdido un día de trabajo o me reporté enfermo. Hasta me estaban entrenando para que yo fuera el gerente de noche. Entonces un imbécil hizo un comentario sobre mi sexualidad, alguien le dijo algo a mi jefe y me despidieron.

 

La sorpresa hizo que las cejas de Taehyung se dispararan en su frente.

 

—¿Fuiste despedido porque eres gay?

 

Todo el cuerpo de Yoongi parecía estremecerse mientras de repente se ponía de pie. Lanzó una larga mirada llena de ira a Taehyung y entonces se dirigió a la puerta sin decir una palabra.

 

Taehyung  se  puso  de  pie  dispuesto a  perseguir  al  hombre cuando un pensamiento lo golpeó. Se dio cuenta por la postura rígida  de  los  hombros  de  Yoongi,  que  el  hombre  estaba esperando que Taehyung dijera algo sobre él. Taehyung también sabía que  no  tenía  una  sola  vibración  de  gay  en  su  cuerpo.  Las personas  se  sorprendían  constantemente  cuando  descubrían que él prefería a los hombres. Quizá Yoongi tampoco lo sabía.      

 

—Yoongi —dijo en el tono más severo que podía reunir—. Siéntate.   No   creo   que   hayamos   terminado   nuestra conversación,  a  menos  que,  por  supuesto,  no  quieras  el trabajo.    

 

Las cejas de Yoongi se dispararon con sorpresa cuando se dio  la  vuelta. 

 

—¿Todavía  me  contratarías  sabiendo  que  soy gay?  

 

—No soy un hipócrita Yoongi.   

 

La quijada de Yoongi cayó.

 

 —¿Eres gay?    

 

—Si  el  fuerte  deseo  de  doblarte  sobre  mi  escritorio  y joderte hasta  que  no puedas caminar significa que  soy gay, entonces sí, soy gay. —Sonrió Taehyung—. Sorprendentemente, he sido así desde que tenía quince años y descubrí a Choi Minho pajeándose en el granero de regreso a mi casa en Nebraska.      

 

Los ojos verdes de Yoongi llegaron a estar tan redondos que dominaban su cara.

 

—¿Tú…  tú me quieres follar?   

 

¿No podría el hombre ver su propio atractivo? 

 

Taehyung caminó alrededor de su escritorio, sin apartar sus ojos  de  Yoongi  hasta  quedar  directamente  frente  a  él,  tan cerca   que   sus   pechos   casi   se   tocaban.   Sus   narices  

probablemente estarían casi tocándose también, si Yoongi no fuera varias pulgadas más alto que Taehyung. Así las cosas, no era más que la altura correcta para ver la manzana de Adán de            

               

Yoongi subir y bajar cuando el hombre tragó.    

 

—Pareces sorprendido Yoongi.

 

—Sí, supongo que sí —dijo Yoongi. Su boca se curvó en una sonrisa inconsciente—. ¿Realmente eres gay?        

 

—Me gustaría tener la oportunidad de demostrártelo, pero creo que estás más interesado en un trabajo.          

 

Los  ojos  de  Yoongi  se  dispararon  más  allá  de  Taehyung, mientras  su  cara  ardía.  Inclinó su  cabeza  ligeramente  hacia adelante como si estuviera inspeccionando sus pies.

 

—Supongo que no puedo intentar las dos cosas —murmuró.    

 

Taehyung  sintió un deseo inusual  de  bailar alrededor de  la habitación. Aferrándose a  su dignidad de  un hilo, levantó la mano y rozó su mano sobre el lado de la cara de Yoongi hasta que el hombre alzó los ojos para encontrarse con los suyos.  

 

—Infiernos, Yoongi, soy dueño del maldito lugar. —Taehyung dejó a Yoongi ver la sonrisa en su rostro. Oyó a Yoongi inhalar cuando su deseo se mostró a través de él—. Me imagino que puedo hacer casi cualquier maldita cosa que quiera.

 

Yoongi miró fijamente hacia abajo. El aire alrededor de ellos  parecía  electrizado,  la  excitación  los  rodeaba.  Si  Taehyung hubiera sido un gato, estaría ronroneando ahora mismo. Así las cosas,  quería  frotar  su  cuerpo  por  todas  partes  hasta  que Yoongi estuviera saturado por el dulce olor del hombre.        

 

Los  anchos  hombros  de  Yoongi  se  sacudieron ante  el suspiro.  Su  cercanía  era  tan  masculina,  tan  vigorizante  que envió escalofríos de placer a todo el cuerpo de Taehyung. Se inclinó hacia delante y hundió su cara en los construidos músculos del pecho de Yoongi, entonces respiró hondo, gimiendo.

 

—Hueles jodidamente bien Yoongi.       

 

—¿Sí?  

 

Taehyung inclinó la cabeza hacia atrás y sonrió a Yoongi.

 

—Sí. —Las pestañas largas y oscuras de Yoongi revolotearon contra sus sonrosadas mejillas.     

 

Inclinó la cabeza hacia abajo, se detuvo y luego se inclinó más hasta que su nariz se apoyó en la curva del cuello de Taehyung.         

 

La polla de Taehyung palpitaba contra su cierre mientras Yoongi inhalaba.

 

—Hueles bien también —murmuró Yoongi, su aliento caliente contra la oreja de Taehyung.

 

Taehyung sintió las grandes manos de Yoongi descansar sobre sus caderas, tirando de él hacia delante hasta que sus cuerpos se  apretaron.  El  agarre  era  ligero  como  si  Yoongi  se  diera cuenta  de  que  era  un hombre  más fuerte  físicamente  y no quisiera hacer daño a Taehyung.         

 

Taehyung no era tan cuidadoso. Mientras que un gentil amante siempre se sentía bien, eso tenía un tiempo y lugar. Este no lo era. Taehyung envolvió su mano alrededor del cuello de Yoongi y      

enterró sus dedos en el suave y sedoso cabello de la cabeza de Yoongi.  Agarró  un  puñado,  tirando  hacia  abajo  la  cara  de Yoongi y reclamó sus labios.     

 

Taehyung sintió el pequeño jadeo de sorpresa de Yoongi hasta el fondo de su cuerpo. Se asentó en algún lugar de sus bolas. Los labios de Yoongi fueron negligentes por un momento antes de que el hombre estuviera sometido. Sus labios se suavizaron y su boca se abrió más para que Taehyung entrara.              

 

Taehyung quiso remontar la plenitud suave de los labios de Yoongi antes de profundizar en el interior, explorando. El beso fue cálido, apasionado, tanto como Taehyung imaginó que Yoongi               

sería si se dejaba ir. Taehyung sospechaba que había un hombre sensual debajo de rígido exterior de Yoongi, a la espera de ser descubierto.        

 

Y planeaba encontrarlo.              

 

Sus  manos  se  movieron  sobre  el  cuerpo  de  Yoongi, acariciando suavemente los duros contornos de su espalda  y hacia abajo a la cintura de sus ajustados vaqueros. Decidiendo que ahora no era el momento para involucrarse demasiado, se saltó la tentación de meter la mano por la parte de atrás de los vaqueros de Yoongi y en su lugar, se trasladó más adelante para  agarrar el  culo  de  Yoongi  en sus  manos a  través  del  grueso material de algodón.           

 

Tan alto como Yoongi era, estando de pie, Taehyung tenía la ventaja de la altura perfecta. Fácilmente agarró las mejillas del culo de Yoongi con las manos y apretó. Taehyung se alegró cuando oyó un suave  gemido proviniendo de  Yoongi. El  hombre  se levantó sobre sus talones un poco, aunque nunca dejó la boca de Taehyung. Sus pollas se frotaron entre sí, Yoongi era sólo un poco más alto que  Taehyung, pero aún era  impresionante  en la dureza que se apretaba contra él.                        

Un  rígido  dedo  acarició  la  costura  de  los  pantalones vaqueros de Yoongi entre las mejillas de su culo y Taehyung obtuvo un rotundo gemido y un estremecimiento de todo el cuerpo. Ah, sí, este hombre pedía a gritos ser follado. Taehyung tenía toda la intención de hacer precisamente eso una vez que llevara al solitario hombre a su apartamento arriba de las escaleras. 

 

Escuchando las voces fuera  de la puerta de  su oficina, Taehyung  lamentó  retirar  sus  labios  de  Yoongi.  Sintió  cierta satisfacción cuando los labios de Yoongi trataron de seguir los suyos. Taehyung sonrió y deslizó su dedo por los labios de Yoongi.            

 

—Vamos a continuar esta tarde, pero si el ruido exterior es un indicativo, las puertas se abrieron y tenemos que ir a trabajar.             

 

—¿Sí?

 

Taehyung no estaba seguro de si Yoongi estaba preguntando sobre  el  trabajo o sobre joder. Él decidió que  tenía que ser claro en ambos.

 

—Lo que pase entre nosotros y el trabajo en el bar son dos cosas separadas, Yoongi. Necesitas saber eso. No recibirás ningún tratamiento especial porque estás saliendo con el jefe.

 

—¿En serio? —Parpadeó Yoongi—. ¿Quieres salir conmigo?      

 

—Hay  un  montón  de  cosas  que  quiero  hacer  contigo, bebé. —Se rio Taehyung—. Las citas son sólo una de ellas.    

 

—Genial.           

               

Taehyung se echó a reír de nuevo. Yoongi era malditamente demasiado lindo. Se imaginó que el hombre no quería escuchar eso, pero era incluso adorable. Taehyung realmente no creía que el hombre sabía lo hermoso que era. Tendría que hacer algo al respecto.       

 

Un anhelo brilló en los ojos de Yoongi que Taehyung no pudo resistir. Se  inclinó y tomó un beso más, deteniéndose en el dulce  sabor  del  hombre  en  sus  brazos  antes  de  alejarse. Acarició suavemente un mechón suelto de cabello en la mejilla de Yoongi.

 

—El  trabajo  primero,  el  juego  más  tarde,  ¿hmmm, hermoso?           

 

—Sí, está bien, puedo hacer eso.            

 

Oh, tal ansia, tal necesidad. Taehyung estaba en el cielo y ni siquiera había visto al hombre desnudo todavía. La noche, sin duda estaba mejorando.

 

—Esta noche sólo quiero que me sigas a todos lados, que conozcas el lugar. Puedes lanzarte aquí y allá cuando las cosas se calienten. Podemos discutir los detalles mañana.

 

—Sí señor.

 

Taehyung gimió. Estaba en un gran problema.

 

A Taehyung le dolían los pies, pero no tanto como los nudillos. 

               

Había tirado más de un golpe esta noche y eso lo demostraba. Negó con la cabeza.  Hombre,   estúpidos   aspirantes   a motociclistas. Ellos pensaban que eran grandes y malos porque montaban motocicletas y vestían de cuero. Ellos no sabían una mierda.        

 

—¿Necesitas un poco más de hielo jefe?            

 

—No Jungkook, estoy bien.       

 

—Me alegro de que te sientas bien porque te ves como la mierda.         

 

Taehyung rodó los ojos y extendió la mano empuñada hacia la parte posterior de la cabeza de Jungkook.           

 

Jungkook se echó a reír y se alejó rápidamente, pero no antes de que Taehyung oyera un leve gruñido venir detrás de él. Miró por encima del hombro, sorprendido. 

 

Yoongi  estaba  detrás  de  él,  su  labio  curvado  en  una mueca y sus ojos entrecerrados siguiendo a Jungkook a través del bar.  Parecía  como  si  fuera  a  saltar  sobre  él  en  cualquier momento. Habiendo visto suficiente sangre esta noche, Taehyung extendió la mano y agarró el  brazo de  Yoongi. Los gruesos músculos se tensaron bajo su mano.

 

—Hey  bebé,  no  te  preocupes  por  Jungkook  —dijo  Taehyung mientras empujaba a Yoongi cerca de él—. Sólo está haciendo el tonto. No significa ninguna amenaza.           

 

Yoongi  tropezó sobre  Taehyung. Luego pareció envolver su cuerpo alrededor de Taehyung casi en forma protectora. Su cuerpo cubrió  el  de  Taehyung  desde  atrás, sus  brazos alrededor  de  él, colocándolos  sobre  el  estómago  de  Taehyung.  Taehyung  se  sintió extrañamente  reconfortado por  el  abrazo  de  Yoongi. 

 

  No debería hacer eso —se quejó Yoongi—. Además de que no fue agradable, tú eres el jefe.              

 

Taehyung apoyó la cabeza en la curva del cuello de Yoongi y se volvió para plantar un pequeño beso en la parte inferior de la barbilla del hombre.

 

—Jungkook ha estado conmigo desde hace más  de  cinco  años,  Yoongi.  Se  ha  ganado  el  derecho  de hacerme comer mierda. 

 

Los brazos de Yoongi comenzaron a aflojarse.

 

—¿Ustedes están juntos?          

 

Taehyung rápidamente agarró los brazos de Yoongi y se los puso de vuelta alrededor de su cuerpo.

 

—No, cariño, no como eso. Jungkook ha estado trabajando para mí durante más de cinco años. Nunca ha habido nada entre nosotros, te lo juro. Jungkook, no es para nada mi tipo.    

 

Yoongi miró al otro lado de la habitación a Jungkook por otro momento y luego inclinó la cabeza para mirar hacia abajo a Taehyung, su cabeza inclinada hacia un lado como si algo curioso pasara por su cabeza.

 

—¿Cuál es tu tipo? —preguntó.

 

Taehyung podía sentir el ardiente rubor en la cara apretada contra  su  frente.  Se  agachó  para  acariciar  el  impresionante bulto  en  los  pantalones  vaqueros  de  Yoongi.  Sintió  que  el  

hombre inmediatamente comenzó a endurecerse.

 

—Tengo una salvaje sospecha.

               

Los  brazos  de  Yoongi  se  apretaron  a  su  alrededor, pequeños silbidos viniendo de  sus labios mientras empujaba sus caderas hacia Taehyung.

 

—Maldición, no tienes ni idea de lo que se siente.         

 

¿El hombre había experimentado el deseo antes? Yoongi parecía estar absorbiendo el toque de Taehyung como una esponja. Si la mirada firme y enrojecida en la cara de Yoongi era algún indicativo, lo anhelaba más que el aire.  

 

—¿Estás listo para dejar de ser mi empleado y empezar a ser mi amante? — preguntó Taehyung.          

Los ojos de Yoongi se abrieron como platos. Su aliento salió de su boca en un pequeño jadeo.

 

—¿Amante?     

 

Taehyung sonrió al ver la expresión en el ansioso rostro de Yoongi.

 

 —El bar está cerrado. Jungkook y Jin puede limpiar la casa esta noche.

 

Taehyung se preocupó cuando la ansiosa mirada en el rostro de  Yoongi  desapareció  para  ser  reemplazada  por  una  de vacilación.  Yoongi  frunció  el  entrecejo, las  comisuras  de  su boca vueltas hacia abajo. Sus ojos se posaron lejos de Taehyung.   

 

—No  seré…  no  puedo  ser  un  mantenido  Taehyung  —dijo Yoongi en voz baja.          

 

Taehyung se volvió entre los brazos de Yoongi hasta que se presionó pecho a pecho con el hombre.

 

—Oh Yoongi, nunca esperaría  que  lo  fueras.  Además,  no  mantengo  amantes. Cuando el bar está abierto y estamos en el trabajo, tú eres mi empleado, pero después de estas horas eres mi amante. Eso es todo lo que quería decir bebé.

 

A Taehyung le encantó el rubor que llenaba la cara de Yoongi. Estaba  empezando a  ver  cambiar la  cara  del  hombre  hasta volverse roja. Eso hizo parecer a Yoongi joven e inocente, algo que Taehyung esperaba que no fuera. Lo que quería de Yoongi no era de ninguna manera infantil.     

 

—Para  que  lo sepas  Taehyung, no espero  un  paseo  gratis, incluso si nos convertimos en amantes. —Los labios de Yoongi se adelgazaron, llegando a ser sombríos—. Quiero trabajar.        

 

Taehyung  se  rio entre  dientes. 

 

—Oh, vamos a  ser amantes bebé, tan pronto como pueda conseguir tu sexy culo en el piso de arriba, pero eso no tiene nada que ver con trabajar en el bar.           

 

—¿No  crees que  podría  haber un conflicto?  —Preguntó Yoongi—. Qué  pasa  si… y si  no me  gusta  después de  que nosotros… quiero decir, no soy muy… no suelo…             

 

Maldición,  Yoongi  lucía  adorable  cuando tartamudeaba. Parecía muy nervioso e incómodo, pero al menos trataba de poner su punto. Taehyung decidió dar al hombre un respiro. Tomó la  mano de  Yoongi  y la apretó contra  la  dura  polla en  sus pantalones.            

 

—He estado muy duro desde el momento en que te vi de pie junto al bar. Si sólo mirarte me puede poner así de duro, no dudo ni por un segundo que tenerte en mi cama va a hacer mucho  más.  —Taehyung  miró alrededor  del  salón  del  bar—.  En cuanto a tu empleo aquí, estaría más que feliz de firmar un contrato  contigo  en  que  establezcas  que  no  puedes  ser despedido si vamos por caminos separados.      

               

—¿Crees que va a pasar?            

 

—Honestamente no, pero quiero que estés seguro que lo uno no tiene que ver con lo otro. Puedo separar mi trabajo y mi vida amorosa, Yoongi. —Taehyung arqueó una ceja al hombre—. ¿Puedes tú?           

 

—No lo sé. —Yoongi se encogió de hombros, sus enormes hombros moviéndose tranquilamente debajo de la camisa de algodón—. Nunca ha sido un problema antes.            

 

—¿Crees que va a ser un problema ahora?         

 

Los  enormes  hombros  de  Yoongi  tiraron  contra  las costuras de su camisa cuando él se encogió de hombros otra vez.  La  boca  de  Taehyung  se  llenó  de  agua  ante  el  deseo  de acariciar con su lengua la piel bajo la camisa de Yoongi.

 

—No  lo  puedo  decir  Taehyung.  Nunca  he  estado  en  esta situación antes.

 

La mano de Taehyung se deslizó hacia abajo por el brazo de Yoongi y se apretó alrededor de su muñeca.            

 

—Yoongi, no eres virgen ¿verdad? —Taehyung no se alejaría de Yoongi si lo era, pero podría cambiar algunas de las cosas que quería hacer con el hombre, por lo menos al principio.            

 

La cara de Yoongi enrojeció de nuevo mientras agachaba la cabeza.

 

—No, pero...    

               

—¿Pero? —Taehyung le animó.

 

Las cejas de Yoongi vacilaron un poco. La calidez de su sonrisa se hizo eco de su voz.

 

—Nunca he conocido a nadie como tú. No sé si puedo ser lo que tú quieres que sea, darte lo que necesitas.      

 

Taehyung  pensó  cuidadosamente  sus  palabras  antes  de responder.  No  tenía  ninguna  duda  de  que  Yoongi  podría cumplir todas y cada  una  de  las fantasías que  había  tenido sobre el hombre desde que lo conoció y unas pocas que no había  pensado  hasta  ese  momento.  Sin  embargo  no  quería asustar a Yoongi antes de que pudiera probarlo.            

 

Taehyung se echó hacia atrás y miró en los ojos verde musgo de Yoongi.

 

—Yoongi, no hay reglas aquí. Nosotros hacemos lo que  es  correcto  para  nosotros.  Tenemos  que  llegar  a conocernos el  uno al  otro fuera  de  la  cama, pero sin duda quiero conocerte también dentro de ella. Y de ninguna manera estoy preocupado de que no puedas darme lo que quiero. — Taehyung acarició la mejilla de Yoongi con el dorso de la mano—. Creo que eres perfecto.    

 

—¿Sí? —Los ojos de Yoongi se iluminaron cuando Taehyung le terminó de entregar su más grande sueño.         

 

—Sí.     

 

—Sí, ok  —la  voz de  Yoongi  fue  un suave  murmullo—. Entonces podemos… 

               

Taehyung sonrió.

 

—Recuerda lo que te dije bebé. Soy dueño de este lugar. Puedo hacer casi todo lo que quiera. 

 

Su estado de ánimo de  repente  parecía  vibrante por la emoción y lleno de anticipación. Dio un paso atrás y le dio al cuerpo  de  Yoongi  una  mirada  libertina,  degustándolo  tanto como  lo  hizo  la  primera  vez  que  lo  vio. Yoongi  era  alto  y hermoso y totalmente digno de babear. Taehyung quería hacer una comida de buffet con él.      

 

—¿Quieres ir arriba y conocernos mejor? —Ok, eso se oyó como  una  mala  frase  para  levantar.  Podría  también  haberle preguntado a Yoongi si quería subir y ver sus grabados… si tuviera grabados. Realmente  necesitaba  ser más encantador, porque sonaba como un idiota tratando de recoger su primer chico en un bar.       

 

Taehyung dejó caer la cabeza hacia delante sobre el pecho de Yoongi.  Tomó  un  par  de  respiraciones  profundas  antes  de levantar la cabeza y mirar los ojos centelleantes de Yoongi.

 

— Sé  que  sueno  como  un  completo  idiota.  Tendrás  que perdonarme. No he tenido a alguien tan sexy como tú en un largo tiempo —sonrió—. Realmente me gustaría que subieras a mi casa conmigo. Me gustaría llegar a conocerte mucho mejor y luego ver a dónde van las cosas desde ahí.          

Los perfectos dientes blancos de Yoongi brillaban con la luz de la barra mientras sonreía.

 

—Creo que eres lindo.  

 

¿Lindo?

 

Taehyung no podía recordar ser llamado lindo… sexy, tal vez incluso  agresivo,  pero  ¿lindo?  Taehyung  pensó  en  eso  y  luego decidió que no le importaba que Yoongi pensara en él como lindo. Tendría que llevarlo hacia sexy.       

 

—Vamos  hermoso  —dijo  Taehyung  mientras  se  alejaba  de Yoongi, girando la cabeza hacia su apartamento por encima del bar. No era mucho, básicamente un lugar para dormir cuando no estaba abajo, pero era todo suyo.

 

Taehyung podía oír los pesados pasos de Yoongi mientras el hombre se arrastraba detrás de él. Sus ojos nunca dejaron de viajar  de  vuelta  al  bulto  en  los  pantalones  de  Yoongi, demasiado  intrigado  con  lo  que  se  escondía  detrás  de  la cremallera  del  hombre,  pero ahora  se  daba  cuenta  de  que Yoongi  llevaba  botas.  Podía  oírlas  golpeando  el  suelo  de madera con cada paso que Yoongi daba.    

 

Taehyung francamente no lo admitiría a nadie, pero tenía una cosa por las botas de hombre. No había nada en el mundo tan sexy como un hombre  fuerte  en un par de  botas. Taehyung  no estaba muy interesado en el tipo de botas, siempre y cuando fueran botas. Tendría que conseguir que Yoongi modelara para él.      

 

—¿Yoongi?  —Dijo  Taehyung  por  encima  de  su  hombro mientras  subía  las  escaleras  hacia  su  apartamento—.  ¿Qué tamaño de botas usas?    

 

—Uh, talla quince —respondió Yoongi. Taehyung podía oír la confusión en su voz—. ¿Por qué?

 

¿Tamaño quince? ¡Malditamente caliente!        

 

Taehyung escondió su sonrisa mirando de nuevo a la escalera. 

               

—Ninguna razón, sólo curiosidad. —De hecho tan curioso, que le tomó todo lo que era a Taehyung para no mirar hacia atrás a los pies de Yoongi. En su lugar aceleró sus pasos, ansioso por tener a Yoongi en el interior de su apartamento.  

 

Le tomó unos instantes llegar a su apartamento, abrir la puerta y entrar con Yoongi. Taehyung cerró la puerta con llave y luego se apoyó en ella, cruzando los brazos sobre el pecho. Observó la magnífica figura de Yoongi mientras lo veía mirar alrededor.    

 

Taehyung se preguntó lo que Yoongi veía. ¿Se nota la limpieza del  lugar a  pesar de  sus escasos muebles? ¿Vería los libros cuidadosamente seleccionados que Taehyung había recogido aquí y allá y que se encontraban en las estanterías empotradas a lo largo de una pared?    

 

¿El cuidado de Taehyung en su sofá de limpio cuero negro o la mesa  de  centro  de  madera  suavemente  pulida  le  parecería demasiado femenino?            

 

Podían parecer pequeñas cosas para la mayoría, pero para Taehyung,  éste  era  su  santuario  lejos  del  mundo.  Mantuvo  con pocos muebles porque él no necesitaba mucho, sólo un lugar para  retirarse  del  mundo  en  general.  Sin  embargo,  se enorgullecía de cuidar lo que él tenía.

 

—¿Qué te parece?         

 

La cabeza de Yoongi se balanceó sobre la pila de DVDs que había estado mirando.

 

—Muy agradable. Es mucho mejor que el agujero de mierda en la pared que tengo rentado de mi antiguo jefe.

               

El interés de Taehyung se despertó por el descenso repentino de los labios de Yoongi.

 

—Yoongi, ¿pasa algo malo?       

 

—¿Qué? Oh, no. —Yoongi negó con la cabeza—. Estaba pensando en algo.        

 

—No parece como si fuera algo bueno —Taehyung se acercó hasta quedar delante de Yoongi—. ¿Algo en lo que te pueda ayudar?

 

—No, es algo que tengo que resolver por mi cuenta. —Los labios de Yoongi temblaron un poco y entonces se curvaron en una sonrisa—. Pero gracias. 

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CAPITULO 8

Amanecía. Jin y Namjoon se despedían de Taehyung Y Yoongi.   El destino los separaba una vez más.   Yoongi y Taehyung se quedaron en...