domingo, 26 de junio de 2022

CAPITULO 11

—¿Ves algo? —susurró Taehyung a Namjoon cuando se agachó junto  al  hombre  en  los  arbustos  fuera  de  la  casa  del  Alfa Min. Odiaba la espera. Sabía que Yoongi estaba dentro del edificio, sufriendo Dios sabe qué y lo estaba matando sentarse y esperar a  que el lugar fuera  rodeado por los hombres de Namjoon.           

 

Quería correr justo en el interior y exigir la devolución de su hombre.

 

—¡Tranquilo Taehyung! —espetó Namjoon. Taehyung  rodó  los  ojos.  Había  oído  decírselo  como  veinte veces  desde  que  salieron  del  bar.  Estaba  malditamente cansando de eso. Si alguien le explicara qué infiernos estaban esperando, él podría ser capaz de mantener la boca cerrada.

 

—Namjoon... —el resto de las palabras de Taehyung fueron estrangulados por debajo de la mano que de pronto se envolvió alrededor de su garganta. Rápidamente agarró los dedos que lentamente estaban cortando su aire.

 

Los ojos de Namjoon parecían casi brillar cuando se inclinó tan cerca que sus narices casi se tocaron.

 

—Te dije que te callaras Taehyung —gruñó Namjoon con una voz profunda y áspera que no era del todo humana—. Si no puedes seguir esa simple orden, entonces tenemos un problema.

 

—Lo siento —se atragantó Taehyung.

 

Namjoon suspiró y algo de la fiereza desapareció de su rostro.

 

 —Mira, sé  que  estás preocupado por Yoongi. Todos lo estamos. Pero si vamos al lugar primero sin estar listos, uno o más de nosotros podrían salir lastimados. Yoongi incluso podría salir lastimado. ¿Quieres eso?

 

—No.   

 

—Por lo tanto necesitas hacer lo que te digo. Esta no es mi primera vez haciendo algo como esto.          

Taehyung  podía  ver  eso.  Cada  uno  de  ellos  parecía  saber exactamente qué hacer sin que Namjoon dijera una palabra y eso era extraño como el infierno. Taehyung se agachó, volviendo a mirar la casa con renovado interés.           

 

La espera lo estaba matando, pero Namjoon parecía saber lo que estaba haciendo y Taehyung necesitaba confiar en eso. Mientras que podía tener alguna experiencia habiendo sido criado en el infierno, realmente no sabía mucho sobre el mundo de los vampiros. Y no quería que nadie resultara herido, especialmente Yoongi.

 

—Namjoon —dijo Taemin cuando se acercó y se puso en cuclillas al lado de Namjoon—. Tenemos movimiento en la parte trasera de la casa.

 

—¿Qué tipo de movimiento? —preguntó Namjoon.

 

Taemin sonrió, lo que Taehyung encontró totalmente inadecuado teniendo en cuenta las circunstancias.

 

—Yoongi y un tipo rubio se colaron por una ventana del segundo piso y corrieron hacia el bosque.

 

—Yoon… —Taehyung gritó mientras saltaba sobre sus pies. Inmediatamente fue agarrado y tirado de nuevo al suelo, gruñendo cuando la tierra implacable hizo un contacto estrecho con sus rodillas.

 

—Ya basta de esta mierda. —Gruñó Namjoon—. O haré que te escolten de regreso al bar.

 

Taehyung parpadeó en estado de shock y apretó los labios. Por la severa mirada en el rostro de Namjoon, Taehyung no tenía duda alguna de que el hombre iba a hacer exactamente lo que había dicho. Namjoon le miró fijamente durante un momento y luego se volvió hacia Taemin.

 

—¿Quién los está siguiendo?

 

—Zus está tras su cola. Llamará tan pronto como lleguen  lo suficientemente lejos de la casa y nos hará saber hacia qué dirección se dirigen.

 

Los ojos de Namjoon cortaron a Taehyung por un momento y luego parpadeó de nuevo hacia Taemin.

 

—¿Cómo se veía Yoongi?

 

—Sorprendentemente sano y salvo.

 

Taehyung dejó escapar un suspiro de alivio. Yoongi estaba ileso y fuera de la casa de su padre. Eso era algo. Pero Taehyung no se sentiría mejor, hasta que pudiera ver a Yoongi con sus propios ojos y asegurarse de que el hombre estaba sano y salvo.

 

—¿Hacia dónde se dirigieron?

 

—Fueron al oeste —dijo Taemin.

 

—Está bien, quiero que te quedes aquí y vigiles la casa. Si alguien  viene,  me  llamas  y  me  dejas  saber.  Quiero  estar preparado en caso de que vayan tras de Yoongi. —Namjoon hizo un gesto con la mano a los demás—. El resto de ustedes vienen conmigo.            

 

Taehyung  se  quedó  donde  estaba,  casi  gimiendo  por  su necesidad  de  ir  detrás  de  Yoongi.  No  sabía  si  el  resto  de ustedes lo incluía.     

 

Namjoon rodó los ojos.

 

—Sí, Taehyung, eso significa tú también.             

 

Taehyung sonrió colocándose de pie y empezó a ir tras Namjoon hacia el bosque. Las motocicletas del aquelarre se ocultaban a unos cientos de metros en el bosque. Taehyung había conducido la camioneta ya que no tenía una moto, aunque estaba bastante seguro de que pronto estaría consiguiendo una. Parecía ser una especie de cosa del aquelarre.

 

Cuando llegaron a la oscura calle donde habían dejado las motos y las camionetas, Taehyung rápidamente subió a su auto y esperó a Namjoon para ponerse en marcha. Una vez que estuvieron en la carretera, condujo tan rápido como pudo, sin golpear a nadie. No tenía ni idea de a dónde se dirigían. Sólo sabía que Yoongi estaba ahí afuera en algún lugar corriendo por su vida.

 

Namjoon de repente paró su moto a un lado de la carretera y sacó su teléfono celular. El corazón de Taehyung martilleaba en su pecho mientras miraba al chico hablando. No podía oír lo que decían, pero sabía que se trataba de Yoongi.

 

Namjoon comenzó a cerrar su teléfono cuando timbró de nuevo. El hombre lo levantó de nuevo a su oído por un momento y habló. Cuando por fin guardó el teléfono. Taehyung apretaba el volante con tanta fuerza que podía oírlo crujir bajo sus manos.

 

Namjoon utilizó el pie de apoyo en su moto y luego se bajó antes de caminar hacia la ventanilla de Taehyung.

 

—Zus llamó. Yoongi y el chico que le acompaña fueron vistos en un edificio de apartamentos no muy lejos de aquí.

 

—¿Y la otra llamada? —Taehyung tenía temor de saberlo.

 

—El padre de Yoongi sabe que se ha ido y está cabreado.

 

El corazón de Taehyung se estrelló contra su garganta.

 

— Tenemos que llegar a Yoongi.

 

—Ese es el plan —dijo Namjoon antes de regresar a su motocicleta y subir en ella. Le dio una patada a la pata fija y empezó a conducir por la carretera de nuevo. Unos diez minutos más tarde, se detuvo en el estacionamiento de un edificio de apartamentos de pálido ladrillo antiguo.

 

Namjoon se detuvo en una de las plazas de aparcamiento vacías y señaló una al lado de él. Taehyung estacionó su camión donde Namjoon le señaló y luego se bajó del vehículo. Caminó directo a Namjoon y luego se volvió para mirar el edificio.

 

—¿Sabemos en qué apartamento esta Yoongi?

 

Namjoon miró a Zus mientras se acercaba.

 

—¿Qué piso?

 

—Tercer piso apartamento en la esquina en el lado frontal izquierdo —contestó Zus.   

 

Los ojos de Taehyung al instante dejaron de ver a Zus  para mirar al apartamento que había indicado. Podía ver las luces a través  de  la  única  ventana  con  cortinas,  pero  nada  parecía moverse en su interior. Quería correr escaleras arriba y golpear la  puerta  hasta que  se  abriera y luego exigir ver a Yoongi.      

 

Sabía que no podía. Taehyung se volvió a Namjoon para esperar por órdenes. Si el hombre había hecho este tipo de cosas antes, sabría qué hacer.

 

—¿Y ahora qué?             

 

—Zus,   Tuvia,   Murrin,   mantengan   un   puesto   de observación.  Si  alguien  aparece,  háganmelo  saber,  pero  no ataquen al enemigo. Taehyung y yo vamos a ir arriba y asegurarnos de que Yoongi está seguro. Voy a llamar cuando estemos listos para  irnos  —Namjoon  sacudió  sus  dedos  en  cada  uno  de  los hombres que estaban ahí—. No bajen la guardia ni por un segundo. Min Dowoo es tan diabólico como enfermo. No dudaría en matarlos a todos y cada uno de ustedes sólo porque están respirando.

 

Taehyung estaba un poco sorprendido de que Namjoon pareciera saber mucho sobre el padre de Yoongi. Sabía que Namjoon había mencionado al hombre antes, pero no sabía que se conocían. No podía dejar de preguntarse qué tan bien se conocían los dos hombres. Estaba empezando a sospechar que tenían una historia juntos y no una buena.

 

—Me dejarás entrar primero —dijo Namjoon al llegar a la tercera planta. Lo dijo de tal manera que no había lugar para una discusión. Era una orden del alfa, así de simple.

 

Sin embargo Taehyung no pudo evitar fruncir el ceño mientras se apoyaba contra la pared junto a la puerta que conducía al apartamento donde esperaba que Yoongi estuviera escondido. Namjoon llamó y el corazón de Taehyung comenzó a golpear más rápido en su pecho. Si estaban llamando a la puerta equivocada, Taehyung iba a gritar.

 

—¿Sí? —preguntó una voz aguda por la puerta.

 

—Mi nombre es Namjoon. Estoy buscando…

 

La puerta se abrió y Yoongi estaba ahí, tan blanco como el papel. Namjoon sonrió.

 

— Yoongi.

 

—¿Namjoon?

 

La sonrisa de Namjoon era relajada y le daba la bienvenida.      

 

—Te dije que vendría por ti.

 

Los hombros de Yoongi se hundieron como si el peso del mundo acabara de ser quitado de ellos.

 

—Lo hiciste y te lo agradezco, pero dónde está…

 

La mirada de Namjoon señaló a Taehyung.

 

—¿Es esto lo que estás buscando?

 

—Hey, bebé —susurró Taehyung suavemente cuando los ojos de Yoongi cayeron sobre él. Se ampliaron por un breve instante, las lágrimas llenando sus profundidades verdes musgo dándoles un tembloroso brillo. Y entonces Yoongi dejó escapar un pequeño grito y se arrojó a los brazos de Taehyung.

 

Tan pequeño como era comparándose con el cuerpo más grande de Yoongi, debería haber lucido un poco ridículo. A Taehyung no le importaba. Acunó a Yoongi, metiendo la cara del hombre en su cuello mientras pasaba sus manos arriba y abajo por la espalda de Yoongi.

 

—Te extrañé bebé.

 

—Oh Dios Taehyung —murmuró Yoongi contra su cuello—. Estaba tan asustado de que nunca llegaría a verte de nuevo.

 

—Yo nunca dejaría que eso sucediera —dijo Taehyung—. Tú me perteneces, ¿recuerdas?

 

—Si. —Los enormes hombros de  Yoongi  se elevaron y cayeron cuando respiró profundamente el aire. Parecía ser una respiración purificadora, una por la que Yoongi había estado esperando  para  tomar  durante  tanto tiempo que  dolía.    

 

—¿Estás listo para ir a casa bebé?

 

—Sí, pero… —Yoongi levantó la cabeza y miró al suelo—. No puedo irme sin Jimin.

 

—¿Jimin? —gruñó Taehyung, sus brazos apretándose alrededor de Yoongi. ¿Quién diablos era Jimin y por qué era tan importante para Yoongi?

 

—Te hablé de Jimin. Él ha sido mi mejor amigo desde una eternidad.

 

—No. —Taehyung negó con la cabeza—. Debo haberme perdido eso.

 

—Oh. —La cara de Yoongi enrojeció y su mirada se fue lejos—. Supongo que estaba un poco atrapado en lo que estaba pasando y demás. Jimin es genial. Me ayudó a huir de mi padre esta mañana. Tenía una lista. Incluso tenía ropa para mí —Yoongi levantó uno de sus zapatos—, y zapatos. Él es siempre…

 

—Yoongi —dijo Taehyung—. Sólo preséntamelo. Necesitamos irnos.

 

—Correcto.

 

Las cejas de Taehyung subieron lentamente en su rostro por la rapidez con la que Yoongi dio la vuelta y se precipitó dentro del apartamento. No sabía que un hombre tan grande pudiera moverse así de rápido. Tal vez era una cosa de vampiros.

 

Taehyung comenzó a entrar en el apartamento después de Yoongi, frunciendo el ceño ante Namjoon cuando vio al hombre sonriendo mientras permanecía de pie junto al marco de la puerta.

 

—Oh ¡cállate!

 

La sonrisa de Namjoon se transformó en una carcajada mientras sostenía su mano.

 

—Yo no he dicho nada.

 

—Mentiroso.

 

—Pero si dije algo...

 

—No lo hagas.

 

Taehyung sabía que Namjoon estaba teniendo un buen momento a  costa  suya,  pero  teniendo  en  cuenta  que  el  alfa  había encontrado a Yoongi por él, Taehyung podía perdonarle cualquier cosa.   Negó   con   la   cabeza   y   entró   al   apartamento.            

 

Yoongi estaba al otro lado de la habitación cerca del comedor, agitando rápidamente las manos en el aire mientras hablaba con otro hombre, un hombre mucho más pequeño con cabello rubio en punta... y uñas de color rosa... y lápiz labial de color rosa... y una camiseta de algodón corta de color rosa metida en unos  jeans  desteñidos.  Taehyung  tragó  saliva  cuando  vio  las sandalias rosa adornando al hombre que tenía los dedos de los pies pintados de color rosa. Wow, eso era un montón de rosa.

 

—¿Yoongi?       

 

¿Ese era el mejor amigo de Yoongi?       

 

—Taehyung este es Jimin.          

               

Maldición. Lo era.           

 

Taehyung  pegó  una  sonrisa  en  su  rostro y  se  acercó  para estrechar la mano de Jimin. Sus cejas subieron de vuelta hasta  su  frente  cuando  Jimin  tendió  la  mano  como  una mujer y parecía que esperaba que Taehyung la besara.      

 

La mirada de Taehyung saltó a Yoongi, cuyos ojos se movían adelante y atrás entre Taehyung y Jimin mientras se mordía el labio inferior.  Taehyung  se  encogió de  hombros mentalmente. Si   

Jimin era el mejor amigo de Yoongi, sabía que iba a tener que acostumbrarse a este tipo.           

 

Taehyung sonrió y le dio un pequeño beso en el dorso de la mano a Jimin.         

 

—Es muy agradable conocerte Jimin. Yoongi me dice que eres su mejor amigo —Taehyung sabía que había conmocionado tanto a Yoongi y como a Jimin cuando los dos hombres se quedaron ahí mirándolo fijamente—. ¿Hay algún problema?            

 

—No,   no,   por   supuesto   que   no   —dijo   Jimin rápidamente—. Yoongi  acaba  de  decirme  que  todos ustedes vinieron de un bar y bueno... —. Jimin frunció el ceño. — Para ser honesto, estaba esperando a alguien un poco menos... uh... caballeroso.         

 

—Ah  cariño,  has  estado  pasando el  rato  en  los  bares equivocados —Taehyung sonrió y se volvió para mirar a Yoongi—. Bebé tu boca está abierta.     

 

La cara de Yoongi enrojeció de nuevo mientras cerraba su boca  de  golpe.  Parecía  avergonzado  como  el  infierno  y era         totalmente adorable.

 

—Taehyung —dijo Namjoon desde la puerta—, debemos irnos.

 

Taehyung asintió.

 

—¿Ustedes dos tienen todo lo que necesitan? No vamos a volver.

 

Yoongi corrió y agarró una funda de almohada llena de cosas que estaba en el suelo junto al sofá. Jimin agarró su mochila. Los dos hombres se acercaron a la puerta. Jimin miró a su alrededor al apartamento y luego asintió.

 

—Estoy listo.

 

—Yo  también  —agregó  Yoongi—.  Esto  es todo  lo  que escondí aquí  en el lugar de Jimin, cuando       me fui del aquelarre de mi padre por primera vez. Me importa un bledo todo lo demás.

 

Todos  ellos se  dirigieron  hacia  la  puerta  sólo para  ser detenidos  por  Namjoon  llenando  el espacio  del marco.  Namjoon señaló con  la  cabeza  en  dirección  a  Jimin. 

 

—¿Viene  con nosotros?

 

—Tiene que, Namjoon —dijo Yoongi—.Es mi mejor amigo. No puedo dejarlo atrás.

 

Namjoon miró a Jimin arriba y abajo y entonces lentamente, sacudió la cabeza como si no pudiera creer lo qu estaba viendo. Taehyung sabía cómo se sentía el alfa. Jimin era realmente algo.

 

—¿Sabes quién soy? —preguntó Namjoon a Jimin.

 

—S… sí.

 

—¿Quieres unirte a mi aquelarre?

 

Jimin tragó duro.

 

—Sí.

 

—¿Juras fidelidad a mí y a los míos por tu propia voluntad Jimin uh ¿cuál es tu apellido?

 

—Park, Park Jimin.

 

—¿Juras fidelidad a mí y a los míos por tu propia voluntad Park Jimin ?

 

—Lo juro.

 

Namjoon asintió.

 

—Entonces, bienvenido a mi aquelarre.

 

Taehyung frunció el ceño cuando Jimin y Yoongi ambos se estremecieron visiblemente. Sabía que algo profundo sucedía cuando  un  vampiro  juraba  fidelidad  y  era  aceptado  en  un aquelarre,  pero  maldito  si  sabía  lo  que  era.  Tendría  que preguntarle a Yoongi más tarde.   

 

—Quédense  cerca  muchachos  —dijo  Namjoon  mientras encabezaba la salida del apartamento de Jimin—. Min Dowoo está en la zona y está en busca de problemas.  

 

—Entonces vamos a  darle  unos pocos  —Taehyung  no tenía ninguna intención de dejar que Min Dowoo pusiera sus  pequeñas  sucias  manos  de  nuevo  sobre  Yoongi.  Y  si  eso significaba luchar contra el hombre, bueno…. tenía que comprar un arma muy grande.

 

—Sólo quédate cerca —dijo Namjoon—. Hemos tratado con imbéciles como estos antes. Sabemos lo que estamos haciendo.

 

—Namjoon tengo que decírtelo. Te respeto mucho, pero no creo que juegues con las mismas reglas que Min Dowoo.

 

La sonrisa de Namjoon creció maliciosamente y una vez más Taehyung se encontró a sí mismo sintiendo lástima por su enemigo.

 

—¿Quién dijo que jugaré con las reglas?

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CAPITULO 8

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