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sábado, 16 de julio de 2022

CAPITULO 15

Taehyung miró a Jungkook mientras trataba de averiguar lo que estaba mal con su pareja. No había signos externos de que Jungkook estaba molesto, pero Taehyung había sido compañero del hombre el tiempo suficiente para leerlo.

 

Y Jungkook estaba muy molesto.

 

Él era lo bastante agradable, ayudándolos a empacar, sonriendo y diciéndole adiós a sus anfitriones, e incluso poniendo la mano en la mitad de la espalda de Taehyung mientras caminaban hacia la camioneta. Pero algo andaba mal. Taehyung podía sentirlo.

 

Sólo que no sabía cómo solucionarlo.

 

Cada vez que lo mencionó, Jungkook desestimó las preocupaciones de Taehyung como si nada estuviera mal. Taehyung estaba empezando a sentir que él podría ser el problema. ¿Quizás Jungkook aún estaba molesto con él por dejarlo? Taehyung pensó que habían solucionado eso, y que Jungkook comprendía por qué había hecho lo que hizo. Pero tal vez no.

 

Jungkook...

 

Estoy bien, Taehyung.

 

Pero...

 

Taehyung, déjalo.

 

 Taehyung apretó los labios para no gemir mientras giraba su cara en el musculoso brazo de Yoongi. Odiaba cuando Jungkook le cerraba las puertas de esta manera. Ya había ocurrido en el pasado, pero sólo cuando el Profesor estaba haciendo que Jungkook hiciera algo que no quería hacer. El Profesor era cosa del pasado, por lo que Jungkook no podía usar eso como una excusa por su comportamiento en esta ocasión.

 

Va a estar bien, ángel —Yoongi susurró silenciosamente a través de su vínculo. Taehyung sintió la mano de Yoongi darle una palmadita en la rodilla—. Jungkook resolverá lo que le está molestando y hablará con nosotros sobre ello cuando esté listo para hacerlo.

 

—¿Crees que todavía está enojado conmigo por irme? — Taehyung sólo tenía que saber. Odiaba cuando Jungkook estaba molesto. Sentía como que cada segundo marcara más lento que el atardecer cuando Jungkook estaba enfadado. El sol sólo se empezaba a levantar de nuevo cuando pudiera ver la dulce sonrisa de Jungkook.

 

No lo creo, Taehyung. Jungkook no es de los que guardar rencor. Algo le ha molestado, pero no creo que seas tú. —Los enormes hombros de Yoongi se movieron mientras se encogía de hombros—. Tal vez está preocupado por todo lo que hemos aprendido acerca de quién eres.

 

Taehyung sintió que su corazón se alojó en su garganta.

 

— Tal vez él no me quiere porque soy un vampiro. —Era lo único en lo que Taehyung podía pensar que pudiese explicar el comportamiento de Jungkook—. Él debe odiarme ahora. Yo... Yo… —Taehyung apenas sofocó su sollozo—. Probablemente ahora le de asco.

 

—¡Maldita sea! —gritó Yoongi, golpeando con su puño el volante.

 

 La cabeza de Taehyung se izó de golpe cuando sintió de repente a la camioneta desviarse. Estaba preocupado de que pudieran haberse dirigido a un accidente hasta que vio a Yoongi estacionar el vehículo a un lado de la carretera y apagar la camioneta.

 

Yoongi, qu... —Taehyung fue silenciado por la expresión oscura y enojada de Yoongi. Oh, perfecto, ahora tenía a dos hombres enojados con él. Taehyung envolvió sus brazos alrededor de su estómago y se encorvó en su asiento. Si no hubiera estado rodeado por sus compañeros a ambos lados, se habría deslizado de la camioneta y echado a correr.

 

Quiero respuestas, Jungkook —dijo Yoongi bruscamente—, y las quiero ahora.

 

No sé de qué estás hablando —dijo Jungkook en un tono sarcástico.

 

Estás mintiendo.

 

—¡No lo hago! —gritó Jungkook.

 

Jungkook...

 

Taehyung soltó un fuerte alarido y comenzó a empujar a Jungkook, queriendo salir. No podía soportarlo más. Odiaba estar cerca de personas que estaban discutiendo o enojadas. Y si eso venía de sus compañeros lo hacía aún peor.

 

—¡Déjenme salir! —gritó Taehyung.

 

Taehyung —comenzó Jungkook.

 

—¡Déjame salir ahora! —Taehyung gritó aún más fuerte. Sentía que se ahogaba en un mar de testosterona amplificada en torno a estos dos. Necesitaba aire fresco, y necesitaba espacio para respirar.

 

 Jungkook se bajó de la camioneta, sus movimientos eran espasmódicos mientras se movía a un lado para que Taehyung saliera. Taehyung empezó a caminar, sintiendo hundirse su corazón porque sus dos compañeros estaban discutiendo, y lo más probable, sobre él.

 

—¿A dónde vas? —gritó Yoongi.

 

Lejos de ustedes dos —contestó Taehyung.

 

—¿Huyendo de nuevo? —espetó Jungkook.

 

Taehyung podía oír el dolor en la voz de Jungkook, pero no pudo encontrar en él que le importara en este momento. Estaba enfermo y cansado de esta maldita relación disfuncional. Ellos podrían tenerse entre sí. Si así es como las cosas iban a ser, Taehyung no quería ser parte de ello. Volvería con Jimin y su compañero, y vivir su solitaria existencia solo.

 

Taehyung se dio la vuelta y zapateó hacia Jungkook, metiendo su dedo en el pecho de Jungkook.

 

—Es mejor que tenerte de mal humor sobre Dios sabe qué, y Yoongi gritando sus demandas para que se lo digas. ¡No necesito esta mierda!

 

—¿No lo necesitas? —espetó Jungkook—. Entonces, ¿cómo crees que me siento cuando...? —Jungkook curvó sus labios y se dio la vuelta, caminando hacia la camioneta.

 

—¡Oh, no, no lo hagas! —Taehyung dijo mientras corría hacia Jungkook. Agarró el brazo de su compañero y lo hizo girar. Wow, estaba sorprendido por lo fuerte que era. Bueno, él examinaría eso más tarde. En este momento tenía un compañero al cual reprender—. Dime qué está mal, o Dios me ayude, te morderé.

 

 —¿Es así como conseguiré que te alimentes de mí? — El ácido en la voz de Jungkook sorprendió a Taehyung. Nunca antes había oído a Jungkook hablarle de esa manera.

 

A él no le gustó.

 

—¿De qué diablos estás hablando?

 

Taehyung miró cómo Yoongi caminó lentamente alrededor de la parte delantera de la camioneta, manteniendo una estrecha vigilancia sobre Jungkook. Taehyung miró dentro de los ojos azules de Jungkook, viendo irradiar el dolor en carne viva en ellos. Oh, dioses, ¿qué estaba mal con Jungkook?

 

Estoy hablando de ti preguntándole a Yoongi, qué tipo de sangre era, pero no te molestaste en preguntarme. Estoy hablando de que te alimentaste de Yoongi la primera vez, dejándome fuera del circuito. Con todas las cosas que se refiera a los vampiros, te remites a Yoongi. ¿Es así como es, Taehyung? ¿Ahora que eres un de los paranormales, el humano Jungkook es tan poco importante que está consiguiendo el eje?

 

Taehyung retrocedió diez pies por la sorpresa del golpe. ¿Había realmente hecho sentir a Jungkook como que no lo quería o necesitaba?

 

Sabes cómo nos sentimos por ti, Jungkook —dijo Yoongi mientras se acercaba unos pasos—. ¿Cómo se te ocurre pensar semejante cosa?

 

Jungkook lanzó una mirada a Yoongi que hizo que se formaran esquirlas de hielo alrededor del corazón de Taehyung. Era fría y fulminante.

 

—Realmente no sé cómo te sientes, Yoongi, teniendo en cuenta que nos acabamos de acoplar.

 

—¿Y yo? —susurró Taehyung, sintiendo como si su felicidad dependiera en gran medida de la respuesta de Jungkook.

 

Pensé que sabía cómo te sentías, Taehyung. Pero desde que descubriste que eres un vampiro, me siento excluido — dijo en voz baja—. Dime cuál es mi sitio en esta relación. Dime, ¿dónde encajo yo?

 

Oh, infiernos —dijo Taehyung mientras envolvía sus brazos alrededor de Jungkook, tirando de su amante más cerca—. Tú has sacrificado tanto por mí, Kook. Yo no quería pedirte que sacrificaras nada más. Me sentía culpable por todos los años que pasaste defendiéndome contra el Profesor, por eso no quería que tuvieras que alimentarme, también. Sólo era otra de las cosas en tu “lista de Taehyung de las que tienes que preocuparte”.

 

—¿Estás bromeando? —Jungkook preguntó mientras acunaba la cara de Taehyung, sus dedos eran cálidos y acogedores—. Me encanta cuidar de ti. Sería un honor para mí alimentarte.

 

Yoongi cerró la brecha, estrechando a ambos en sus fuertes brazos.

 

—Tú perteneces con nosotros, Jungkook. Ahí es donde está tu lugar. Y el único eje que vas a recibir es el mío cuando lleguemos a casa.

 

Una sonrisa asomó en los labios de Jungkook mientras miraba hacia el suelo.

 

Y puedo alimentarme de ti la próxima vez, si lo deseas —dijo Taehyung, esperanzado, no, rezando para que Jungkook supiera lo sincero que era. No tenía ni idea de que no alimentarse de Jungkook iba a hacer que el hombre se volviera chiflado. Todo lo que había estado tratando de hacer era quitar parte de la carga de los hombros de Jungkook, no distanciarse de él.

 

—¿Listo para ir a casa? —Yoongi preguntó justo antes de posar un suave beso en los labios de Jungkook, y luego en los de Taehyung.

 

Seguro —dijo Jungkook, como si estuviera avergonzado por su colapso.

 

Cuanto más Taehyung pensaba en ello, más sabía que si los papeles se invirtieran, él podría haber tenido una crisis también. No había tenido intención de no incluir a Jungkook, pero mientras pensaba en los eventos ocurridos desde que descubrió que era un vampiro, Taehyung supuso que parecía ser de esa manera.

 

Y voy a chupar tu polla hasta que tus globos oculares sobresalgan tan pronto como lleguemos a casa —le dijo a Jungkook mientras batía las pestañas y empezó a caminar hacia la camioneta, añadiendo un pequeño bamboleo a sus caderas.

 

Coqueto —dijo Jungkook, pero Taehyung podía ver la lujuria llenando los ojos azules de Jungkook.

 

Vamos a casa, compañeros —dijo Yoongi cuando los tres volvieron a subir a la camioneta.

 

Jungkook se sentía cien por ciento mejor cuando Yoongi se detuvo en el camino de entrada. Dioses, se sentía bien estar en casa. Sentía como que había pasado cien años desde que Jungkook había dejado su casa para ir a cazar a Taehyung.

 

Nunca pensé que estaría así de contento de estar en casa —dijo Taehyung mientras se bajaba de la camioneta—. Recuérdame no despegar de nuevo, aunque crea que es por un bien mayor. Tan agradable como es la casa de Jimin y Hoseok, no hay nada como dormir en mi propia cama.

 

Amen a eso —dijo Yoongi mientras se dirigía a la parte trasera de la camioneta para agarrar las cosas suyas y de Jungkook.

 

Jungkook y Taehyung entraron al apartamento, Jungkook golpeando el interruptor de la luz. Frunció el ceño cuando las luces de la cocina no se encendieron.

 

—Debe ser un fusible — dijo—. Quédate junto a la puerta mientras voy a comprobar.

 

Tal vez deberíamos enviar a Yoongi —dijo Taehyung, con su voz un poco temblorosa.

 

Estaré bien, Taehyung. Sólo es un fusible fundido. He tratado con ellos antes. —Jungkook entró aún más lejos en el apartamento, sintiendo que algo estaba mal. Él no podía estar seguro, pero había algo en el aire, algo que no estaba bien.

 

—¿Qué sucede? —preguntó Yoongi cuando entró por la puerta—. ¿Por qué las luces están apagadas?

 

Hay un fusible quemado —respondió Taehyung.

 

Jungkook. Muévete lentamente hacia la puerta. —La voz de Yoongi dentro de la cabeza de Jungkook fue hablaba tan despacio que Jungkook tuvo que concentrarse sólo para escucharla. Sonaba cautelosa y llena de tensión.

 

—¿Por qué? —preguntó mientras empezaba a mirar a su alrededor, moviéndose lentamente hacia Yoongi.

 

 No —gritó Jungkook cuando fue agarrado por detrás, algo metálico empujó en su costado.

 

Mucho tiempo sin verte, Mordedor del tobillo —dijo la persona detrás de Jungkook, las palabras salieron con un acento perezoso—. No pensaste que me verías otra vez, ¿verdad?

 

Dé. Ja. Lo. Ir. —Yoongi escupió cada palabra entre dientes apretados.

 

—¿Qué tengo que hacer? —Jungkook preguntó frenéticamente—. ¿Quién es él?

 

Un hombre muy malo. El mismo hombre del que estaba tratando de proteger a los dos de entrar en contacto.

 

Tiene un arma metida en mi costado.

 

—¡Oh, dioses, Jungkook! —Taehyung susurró en la mente de Jungkook—. Has lo que él quiera. ¡No dejes que te disparen!

 

No lo había planeado, Taehyung.

 

Vamos a cortar por lo sano —dijo el hombre y luego se echó a reír, pero carecía de cualquier tipo de humor—. No quise decirlo en doble sentido.

 

No quieres hacer esto —advirtió Yoongi—. No te gustará el resultado.

 

Jungkook sintió el frío acero presionar más duro en su costado, haciendo una mueca de dolor.

 

—A ti tampoco.

 

—¿Por qué? ¿Por qué estás haciendo esto? Nunca te he hecho nada —preguntó Yoongi, mientras se movía una pulgada hacia su derecha. Apenas era un movimiento, pero Jungkook lo captó, y lo mismo hizo el hombre con el arma.

 

 Joder, no te muevas —gruñó—. Sabes exactamente por qué. Alemania, tres años atrás.

 

—¿El caso Parkins? —preguntó Yoongi, con evidente confusión en su voz.

 

Esa era mi presa. Ese era mi dinero para tener. ¡Tenías que ir y advertirle al hombre!

 

A Jungkook no le gustaba la forma en que la voz del tipo estaba creciendo en histeria. Eso no presagiaba nada bueno para él. No estaba seguro de cómo hacer frente a un loco, pero sabía que Yoongi no debería enojar al tipo.

 

—¡Yoongi, lo estás haciendo enojar!

 

Sólo mantén la calma, Jungkook —contestó Yoongi, sus ojos parpadeándole a Jungkook por un momento—. Él ya tiene una agenda. Lo único que puedo hacer es tratar de alejarte de él.

 

Fue inteligencia defectuosa. Le habrías disparado a un hombre inocente.

 

El tipo se rio, el sonido hizo que los pelos del cuerpo de Jungkook se pusieran de punta. ¡El hombre estaba fuera de sus jodidos cabales!

 

Nadie es inocente, Yoongi. Todo el mundo es prescindible. Ese fue siempre tu problema. Pensabas que podías salvar al mundo. Fuiste un tonto en ese entonces, y todavía eres un tonto.

 

Jungkook gritó cuando el arma se disparó. Colapsó en el suelo, sintiendo un dolor tan crudo irradiando en su lado derecho que se volvió hacia su lado izquierdo y empezó a arrastrarse por el suelo. Tenía que llegar a Taehyung. Tenía que salvar a su amante.

 

 Un aullido tan fuerte que Jungkook pensó que sus oídos sangrarían estalló cuando Yoongi cambió. Pero entonces Jungkook escuchó otro disparo. Se puso de pie, tambaleándose ligeramente mientras cruzaba la habitación, tirando a Taehyung dentro de sus brazos, y manteniendo el hombre más pequeño fuera de peligro.

 

Jungkook —gritó Taehyung mientras se aferraba a él—. ¡Él te disparó!

 

Estaré bien —Jungkook escupió entre dientes apretados, sintiendo el cuarto girar a su alrededor. Tal vez necesitaba descansar un minuto.

 

Yoongi retrocedió cuando Remington cayó al suelo, con los ojos vidriosos y la mirada perdida. Él no tenía un arma de fuego, por lo que Yoongi sabía que había alguien más en el apartamento. Su corazón dejó de latir cuando miró a sus compañeros y vio a Jungkook en el suelo, con Taehyung aferrándose a él, llorando.

 

Ve con ellos. Ve a ayudar a tus parejas.

 

—¿Marc? —La boca de Yoongi cayó cuando su amigo, Marc Duggon bajó las escaleras y se dirigió directamente hacia el cuerpo muerto en el suelo junto a la puerta.

 

Date prisa, Yoongi. Yo me ocuparé de este pedazo de mierda —dijo Marc mientras se inclinaba sobre el cuerpo.

 

Yoongi se olvidó por completo de Marc mientras corría por la habitación, levantando a Jungkook del piso. Su corazón cayó cuando vio la enorme cantidad de sangre que ya estaba en el suelo debajo de su compañero.

 

—¡Ayúdalo! —gritó Taehyung.

 

Llama a Wondin, Taehyung. Dile que llegue aquí tan rápido como le sea posible con su pareja. Usa mi teléfono. — Yoongi le entregó su teléfono a Taehyung mientras se sacaba la camisa y trataba de detener la hemorragia. Si Jungkook perdía demasiada sangre, podría haber un daño irreversible. Aplicó una fuerte presión sobre la herida mientras Taehyung prácticamente le gritaba en el teléfono a Wondin que trajera su culo aquí ahora.

 

No me dejes, Jungkook. Taehyung y yo te necesitamos. No somos nada sin ti con nosotros. —Yoongi sintió las calientes y húmedas lágrimas deslizarse por su rostro mientras oraba para que Zacarius y Wondin llegaran aquí a tiempo.

 

Las sirenas se oían a lo lejos, y Yoongi sabía que Namjoon era probable que fuera le que estaba al frente de la caballería, pero él no tenía tiempo de contestar ninguna pregunta. Tenía que salvar a su compañero.

 

Voy a ir a hablar con la policía —dijo Marc mientras volvía a entrar por la puerta del patio. A Yoongi ni siquiera le importó lo que el hombre había hecho con el cuerpo de Remington. Todo lo que le importaba era asegurarse que Jungkook se mantuviera con vida.

 

Ellos-Ellos dijeron que están a sólo veinte minutos de distancia —dijo Taehyung cuando otro sollozo rasgó su pecho. Se dejó caer de rodillas, colocando el teléfono de Yoongi en el suelo mientras acunaba la cara de Jungkook—. No me dejes, Kook. Te amo.

 

 No voy a ninguna parte —escupió a Jungkook y luego hizo una mueca.

 

Sin hablar —dijo Yoongi, volviendo la cabeza hacia un lado para poder secarse las lágrimas en su hombro—. Acuéstate completamente inmóvil.

 

—¿Por qué estamos esperando a Zacarius y Wondin? ¡Deberíamos llevarlo corriendo al hospital! —Taehyung gritó.

 

Porque Yoongi sabía que Jungkook no sobreviviría si iba al hospital. Había visto este tipo de herida antes, y casi siempre era mortal. Wondin le había dicho lo que había hecho Zacarius por Jimin cuando fue envenenado. Yoongi estaba deseando desesperadamente que el príncipe pudiera hacer lo mismo con Jungkook. Era la única esperanza de que Jungkook sobreviviera a esto, y Yoongi estaba orando para que Zacarius pudiera llevarlo a cabo.

 

Después de veinte agonizantes minutos, de mantener la presión sobre la herida de Jungkook, y Jungkook poniéndose tan pálido que Yoongi temía que fuera demasiado tarde, Zacarius y Wondin entraron por la puerta.

 

Oh, mi… —dijo Zacarius mientras se apresuraba—. ¿Cuánto tiempo ha estado perdiendo sangre?

 

Desde que te llamé —Taehyung casi gritó.

 

Incluso después de veinte minutos, el hombre no se había calmado ni un poco. Yoongi no culpaba a su pareja. Si él no estuviese haciendo todo lo posible por mantener a Jungkook vivo, también se habría venido abajo. Sólo concentrándose en Jungkook, Yoongi había sido capaz de mantenerse calmado.

 

 —¿Necesitas mi ayuda? —Namjoon preguntó mientras caminaba a través de la puerta del piso, con el rostro sombrío y el ceño fruncido.

 

Sí, ¿puedes mantener a todo el mundo fuera? — preguntó Yoongi.

 

Namjoon asintió.

 

—Considérelo hecho.

 

Yoongi miró a su cuñado.

 

—Zacarius, ¿puedes salvarlo?

 

Tal vez.

 

—¿Tal vez? —espetó Yoongi—. ¿Qué quiere decir con tal vez?

 

Quiero decir que puedo realizar el ritual, y podría salvar la vida de tu compañero, pero también podría costarle la vida. No sé si él es lo suficientemente fuerte como para sobrevivir el ritual.

 

Él es lo suficientemente fuerte. —Yoongi miró a Jungkook, sonriendo débilmente cuando vio los ojos de Jungkook mirándolo a través de la pequeña abertura de sus párpados—. Es uno de los hombres más fuertes que conozco.

 

Yoongi levantó la vista cuando sintió la mano de Zacarius en su brazo.

 

Debo advertirte, si realizo este ritual, Jungkook ya no será como es ahora. No sólo es un ritual prohibido y nunca puede ser mencionado, sino que transformará a Jungkook en un vampiro como Taehyung.

 

La mandíbula de Yoongi cayó. ¿Dos compañeros vampiros? ¿Tenía tanta sangre dentro de él?

 

—¿Co... cómo puedo alimentarlos a los dos?

 

 Zacarius sonrió por primera vez desde que entró por la puerta.

 

—Hay maneras, mi hermano. Una vez que Taehyung y Jungkook estén acostumbrados a nuestras costumbres, sólo tendrán que alimentarse un par de veces a la semana, y tú tienes un montón de sangre para eso.

 

—¿Y hasta entonces?

 

Hasta entonces, tendrán que alimentarse de sangre empaquetada al igual que tú.

 

Oh, Taehyung no va a estar feliz por eso. No le gusta ver sangre.

 

Zacarius rio entre dientes.

 

—Él va a acostumbrarse a ello.

 

Supongo que tendrá que hacerlo. —Yoongi suspiró mientras miraba hacia abajo a Jungkook—. Creo que ambos lo harán.

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