Yoongi cerró la puerta tras de sí y se arrastró por las escaleras. Sonrió para sí mismo, pensando en cómo había hecho lo mismo hace poco y exactamente por la misma razón Sus dos compañeros estaban agotados.
Yoongi realmente no podía culparlos. Después de lo que
habían pasado en los últimos días, ellos merecían dormir. Aun así, era bueno
saber que esta vez, estaban durmiendo porque estaban cansados del maratón de
sexo nocturno, y no porque algo terrible hubiese sucedido.
Yoongi estaba cansado de situaciones extremas, cansado de
que sus compañeros siempre estuvieran en peligro, y cansado de estar siempre
preocupado de que algo pudiera sucederles. Ahora, los dos eran vampiros, lo que
significaba que ambos eran más fuerte y más rápidos, y más difíciles de matar.
Todavía estaba un poco conmocionado por la idea de que sus
dos compañeros ahora eran vampiros, especialmente después de todo lo que le
habían enseñado sobre la Gran Guerra. Los vampiros y los hombres lobos no
debían ser amigos, mucho menos compañeros. Yoongi había abandonado esa loca
idea después de que Wondin se acoplara con Zacarius.
Y ahora se alegraba de que lo hubiese hecho.
Yoongi apenas podía recordar su vida sin Taehyung y Jungkook
en ella, y, francamente, no quería hacerlo. Lo hacían más feliz de lo que
alguna vez pudiera recordar haber estado.
Yoongi se dirigió a la cocina, con la intención de hacer una
taza de café, pero un golpe en la puerta lo detuvo. Frunció el ceño y miró el
reloj en su muñeca. No eran ni las seis de la mañana. ¿Quién diablos llamaba a
su puerta en un momento como este?
Yoongi se acercó a la puerta y con cuidado se asomó a través
de la mirilla. Todo lo que vio fue la yema de un pulgar. Yoongi puso los ojos
en blanco y abrió el cerrojo de la puerta, tirándola para abrirla.
—Buenos días, Marc —dijo mientras se volvía y se dirigía de
nuevo a la cocina.
—Pensé
que te encontraría aquí. —Marc arrastró las palabras mientras cerraba la puerta
y seguía a Yoongi.
—Me mudé
la semana pasada. Estamos buscando algo un poco más grande, pero esto
funcionará hasta entonces. — Yoongi levantó la vista de donde estaba midiendo
el café para mirar a su amigo y antiguo compañero de trabajo—. ¿Por qué? ¿Qué
pasa?
—Hice
una pequeña investigación —dijo Marc mientras apoyaba el hombro contra el marco
de la puerta de la cocina—. Lowell Erickson no es quien dice ser.
Yoongi hizo una mueca. Él realmente no quería hablar de ese
hijo de puta antes de tener su primera taza de café del día y tal vez ni
siquiera antes de la primera olla.
—Justo como pensé.
—No, no
lo entiendes, Yoongi. Quiero decir, él no existe. Hace veinticinco años, no
existía Lowell Erickson, y entonces él apareció de la nada, ya establecido con
un certificado de nacimiento y todo. Incluso tenía antecedentes policiales con
una violación de tráfico por aparcar en frente de una boca de incendios.
—Está
bien. —Yoongi volvió a colocar la cuchara en el recipiente de café y colocó la
tapa y la lata nuevamente en el armario. Encendió la cafetera y sacó dos tazas
mientras se daba tiempo para pensar. Él no estaba seguro de qué pensar.
—Hay
algo en serio mal en ese hombre, Yoongi. —Marc se frotó la barbilla con la
mano, luciendo confundido e intrigado al mismo tiempo—. Simplemente nadie
aparece así de la nada, y me refiero a nadie, y sabes de qué estoy hablando.
Marc lo hacía. Él era el hombre clave en más misiones a las
que Yoongi había ido que alguien más. Él era un genio en la creación de
identidades y documentación falsa. Si él decía que algo andaba mal, entonces
algo no iba bien.
—No olvides
de que podría haber engendrado más hijos que la mitad de las mujeres en el
planeta —Yoongi le recordó a Marc—. Si Taehyung tiene un hermano por ahí,
necesitamos saberlo, teniendo en cuenta que parece que este hombre podría estar
vendiendo a sus hijos. Yo no quiero a la agencia involucrada en esto, Marc.
—No, no
creo que lo hagas.
—Lo digo
en serio. No necesitan saber acerca de esto, nada de esto. Si la agencia no
sabe ya sobre nosotros, entonces preferiría que nunca se enteraran. Hay un
montón de personas que dependen de tu discreción, no sólo yo.
—Te
escuché, Yoongi, y te prometo que no voy a decir ni una palabra. Pero uno de
estos días, tú y yo tenemos que tener una larga charla acerca de guardar
secretos. Yo sabía de ti. Siempre he sabido de ti. Pero no sabía nada de los
demás.
Yoongi suspiró.
—No era mi secreto para contar, Marc.
—Entiendo
eso —dijo Marc—. Pero ahora estoy al tanto. Ya no hay ninguna necesidad de
mantenerlo en secreto de mí.
—Marc...
—Sobre
todo porque he guardado muchos secretos para ti. —Marc sacó un sobre manila
tamaño oficio de su chaqueta y la golpeó sobre el mostrado—. Especialmente tú
nueva identidad.
Las cejas de Yoongi se alzaron mientras cogía el gran sobre.
—¿Mi qué?
Marc sonrió mientras cruzaba los brazos sobre el pecho y se
apoyaba nuevamente contra el quicio de la puerta.
—Es muy triste. Por lo que el alguacil y yo hemos sido
capaces de reconstruir, Min Yoongi descubrió que su ubicación había sido
descubierta, y decidió escapar. Por desgracia, el pobre hombre perdió el
control de su camioneta y se estrelló en un barranco a las afueras de la
ciudad. Todo el vehículo se incendió. El sheriff Namjoon tuvo que utilizar los
registros dentales para identificar el cuerpo, ya que estaba quemado más allá
del reconocimiento.
Marc lentamente caminó hacia la barra de desayuno y se sentó
en una de las sillas. Llevó una de sus manos a la cara y sopló las uñas antes
de frotarlas en la camisa.
—Todos
en la agencia estaban muy molesto al oír la noticia. Tenían la esperanza de
traer de vuelta a Yoongi a la compañía. —Marc sonrió—. Sobre todo ahora porque
otro de nuestros agentes está perdido, también. Parece que Remington ha
desaparecido, y el director tenía la esperanza de que Yoongi tomara su lugar.
Ahora, por supuesto, han suspendido mi trabajo para rastrear a Remington, y
quién sabe a dónde se ha metido.
La boca de Yoongi cayó abierta. Miró a Marc por varios
momentos llenos de tensión y luego echó un vistazo a los papeles que sacó del
sobre manila.
—¿Jeon Kim Yoongi ? — La cabeza de Yoongi se levantó—. ¿Mi
nombre es Jeon Kim Yoongi ? ¿Tenías que dividirlo con un guion?
—Funciona
para nosotros.
Yoongi giró para ver a Jungkook y Taehyung parados en la
entrada a la cocina, ambos luciendo adorables en sus pantalones de pijama y el
pelo desordenado. La mirada adormilada en sus ojos fue eclipsada por las
amplias sonrisas en sus labios. Sus rostros resplandecían.
Era una buena apariencia en ellos.
—¿No les
importa que cambie mi nombre?
—Yoongi,
no nos acoplamos contigo por tu nombre — dijo Taehyung—. Nos acoplamos contigo
porque te amamos, y por ninguna otra razón.
Yoongi tragó el nudo que repentinamente había aparecido en
su garganta.
—¿Sí?
—Sí. —Jungkook
sonrió mientras se acercaba a Yoongi y luego se inclinó para plantar un pequeño
beso en sus labios— . Podrías llamarte Santa Claus, y todavía serías tú.
Yoongi se rio entre dientes mientras devolvía el beso de Jungkook
y luego plantó otro en el rostro de Taehyung. Volvió a mirar hacia abajo a los
papeles en sus manos, sintiéndose extraño al estar leyendo su nuevo nombre en
una partida de nacimiento, donde su antiguo nombre debería estar.
Pero era lo mejor.
Con una nueva identidad y un cadáver que había demostrado
ser Min Yoongi, tenía una mejor oportunidad de mantener a sus compañeros a
salvo. También era una gran solución para el cadáver que habían tenido en sus
manos una vez que Marc asesinó a Remington. En realidad, nadie echaría de menos
al hombre. Después de uno o dos meses de tratar de encontrar al hombre, Marc
sería puesto en una misión diferente por la agencia y finalmente, el paradero
de Remington sería olvidado.
—Está
bien, entonces, supongo que soy Jeon Kim Yoongi ahora.
—Creo
que quiero ser un Jeon Kim, también —dijo Taehyung—. ¿Jungkook? ¿Qué hay de ti?
—Bueno.
—La nariz de Jungkook se levantó en el aire como si estuviera horriblemente
ofendido—. Si alguien fuera a pedirme ser un Jeon Kim, podría considerarlo.
Yoongi torció los labios, teniendo un duro momento tratando
de evitar reírse ante el pequeño alarde de Jungkook.
—Por
supuesto, si esa pregunta viene con un anillo...
—¿Qué?
—espetó Taehyung, claramente sin entender que Jungkook estaba bromeando. Pegó
una mano a su cadera y miró a Jungkook, golpeando a Jungkook en el brazo con la
otra—. ¿Un antiguo ritual prohibido no fue suficiente para ti?
Yoongi podía ver hacia dónde iba esto, y sabía que tenía que
detenerlo ahora. Sólo podía pensar en una sola forma de hacer eso. Dio una
palmada en las dos bocas de sus compañeros y se volvió para mirar a Marc.
—Si nos
disculpas, tenemos algunos pequeños detalles que resolver. Gracias por tu
ayuda.
—Hey, no
hay problema, amigo. Me alegró poder ayudar. —Marc se rio entre dientes
mientras se ponía de pie y se dirigía hacia la puerta—. De todos modos tengo
que irme. Tengo un par de pistas sobre Lowell Erickson que tengo que ver de
todas formas. Sigo pensando que hay algo muy mal acerca de ese hombre además de
ser un completo hijo de puta. También voy a hacer un poco de investigación
sobre el gemelo. Te haré saber lo que descubra.
Marc se detuvo en la puerta y se volvió, sacudiendo su dedo
al Yoongi.
—Sólo recuerda invitarme a la boda, señor Jeon Kim.
—Te
llamaré, Marc, y gracias.
Yoongi esperó hasta que la puerta se cerró detrás de Marc y
luego se volvió hacia sus compañeros.
—Ahora, ustedes dos escúchenme muy atentamente. Hay tres de
nosotros en esta relación. Eso significa tres opiniones, y no siempre van a ser
las mismas opiniones. Pero sin ninguna duda sé esto. Nos amamos, y tenemos toda
la eternidad para trabajar en los detalles. Nada más importa, ni los nombres,
ni en donde vivimos, o quién folla a quién. Sólo el hecho de que nos amemos
unos a otros. ¿Tengo razón?
Jungkook y Taehyung asintieron con entusiasmo.
—Bien.
Ahora... Ahora... —Yoongi dejó caer las manos de las bocas de Taehyung y de Jungkook
y los golpeó a ambos en el culo antes de empujar a sus compañeros para pasar
junto a ellos y correr hacia las escaleras—. El primer hombre desnudo en la
cama conseguirá ser el hombre en el medio.
FIN
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