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domingo, 24 de abril de 2022

CAPITULO 3

 

Sí ¿Y?

 

Yoongi se quedó mirando a Taehyung muy sorprendido. Tal vez él no le había entendido.

 

Taehyung, soy un hombre lobo, un cambia formas. Puedo cambiar a mi forma de lobo, con el pelo, las garras, los dientes y todo eso.

 

—¿Eso era todo? ¿Tú gran noticia? —preguntó Taehyung—. Yoongi, ya sabía que eras un lobo.

 

—¿Lo sabías? ¿Cómo puedes saberlo? Tú eres humano —preguntó Yoongi asombrado.

 

Bueno, las garras y los largos colmillos fueron una pista bastante buena. Además de eso, uno de mis mejores amigos está acoplado a un hombre lobo. He estado viviendo con su manada las últimas semanas.

 

Yoongi se quedó mirándolo, abriendo la boca y cerrándola varias veces, estaba completamente noqueado. ¿Taehyung ya sabía que él era un hombre lobo porque su mejor amigo estaba acoplado a uno? ¿Lo sabía todo entonces? ¿Sabía qué significaba estar acoplado?

 

—¿Cuánto sabes de nosotros?—preguntó.

 

Taehyung se encogió de hombros.

 

Sé que sois un grupo cerrado por razones de seguridad. A pesar de eso, la manada con la que estuve era bastante abierta y amistosa. Mi amigo, Jungkook, no me lo explicó todo, estoy seguro, pero me contó lo suficiente para saber qué buscar cuando me encontrara con uno.

 

Y tu amigo, ¿Es humano?

 

Taehyung asintió con la cabeza.

 

Sí ¿Por qué?

 

—¿Te habló acerca del acoplamiento?—preguntó Yoongi con tono vacilante.

 

En realidad, no. Quiero decir, él me habló acerca de todo ese asunto de la luna llena cuando vi todas las fechas de luna llena marcadas con círculos rojos en su calendario, así que de eso sé. Sé también que él y Hoseok se pasan el día atornillados —Taehyung dejó escapar una risita—. De hecho, no creo haber visto jamás a dos personas tan apegadas la una a la otra, como ellos.

 

Taehyung se quedó mirando la cara llena de aprensión que tenía Yoongi, supo que había algo más.

 

—¿Qué es lo que no sé?

 

Para un lobo, encontrar a su pareja es lo más maravilloso que puede pasarle. Es como encontrar la otra mitad de nuestra alma. Nuestros compañeros son elegidos por el destino para nosotros. No es como que podamos simplemente salir y elegir a alguien. Y una vez que encontramos a nuestro compañero, no habrá nadie más para nosotros.

 

—¿Y qué tiene eso que ver conmigo? —preguntó Taehyung sintiéndose de golpe lleno de aprensión.

 

Cuando encontramos a nuestros compañeros, intercambiamos sangre con ellos. Eso crea un lazo entre nosotros que no podrá romperse nunca. Ni siquiera conseguimos una erección con nadie más después de eso. No importa quién sea, hombre o mujer, sigue siendo nuestro compañero.

 

—¡No me jodas! Toda esa historia del mordisco que me diste en el cuarto de baño… ¿Te has acoplado conmigo? —susurró Taehyung con asombro.

 

Sí —respondió Yoongi en voz baja.

 

—¿Es por eso por lo que tuviste sexo conmigo? ¿Porque soy tu compañero?

 

Yoongi asintió con la cabeza.

 

Ahora que estamos acoplados, nunca podré volver a tener relaciones sexuales con ninguna otra persona. Lo mismo para ti.

 

Qué aburrido eres —dijo Taehyung.

 

—¿Significa eso que no quieres estar acoplado a mi? —preguntó Yoongi cauteloso. Taehyung le sonrió.

 

No he dicho eso exactamente, aunque tampoco se puede decir que esté muy contento con todo esto—dijo mientras se escabullía hasta acomodar su cuerpo contra la cabecera de la cama. Yoongi se giró sobre su estómago y lo miró.

 

—¿Con qué no estás contento?

 

Taehyung miró hacia sus propias manos entrelazadas en su regazo.

 

No me escogiste porque me quisieras. Sólo tuviste algún tipo de respuesta de sobrecarga hormonal.

 

Taehyung, tú eres mi compañero. Eso significa que…

 

Eso significa que me elegiste porque tenías que hacerlo, no porque quisieras. Ni siquiera eres gay, Yoongi. Nunca has estado con un hombre. Si pudieras elegir, tu compañero sería una mujer.

 

—¿Cómo lo sabes? Podría haberme acostado con un montón de hombres se burló Yoongi.

 

Lo que explica cómo es que sabes tanto sobre joder a otro hombre — respondió Taehyung con sarcasmo.

 

—¿Qué quieres decir? ¿No te gustó?

 

Sí, lo disfruté, pero pudiste haberme hecho mucho daño haciéndomelo como lo hiciste —dijo Taehyung.

 

—¿Qué quieres decir?

 

Taehyung puso los ojos en blanco. Nunca pensó que se encontraría en la posición de tener que explicar a otro hombre como funciona el sexo entre hombres, a su amante, además. Era extraño, y un poco embarazoso.

 

—¿Taehyung? —preguntó Yoongi cuando él no dijo nada.

 

No puedes simplemente meter tu polla en mi culo y esperar que salga bien, Yoongi. No sólo es incómodo, además podrías haberme hecho sangrar, incluso desgarrar algo. Hay… cosas, que tienes que hacer antes para que yo este listo.

 

—¿Cosas? ¿Qué cosas?—preguntó Yoongi pareciendo totalmente confundido, pero intrigado.

 

—Pues… cosas.               

               

—¿Cómo qué? Dime. ¿Cómo voy a saber si no me lo dices? No quiero hacer nada que pueda lastimarte o que te haga sentir incómodo. Y tienes razón, nunca he estado con un hombre antes, así que necesito que me digas qué hacer.

               

—¡Oh, demonios! Necesito un poco de lubricante. ¿Tienes? —preguntó Taehyung pensando en que sería más fácil demostrarle las cosas a Yoongi que simplemente decírselas.                     

               

—¿Lubricante? ¿Qué tipo de lubricante?             

               

—Lubricante, crema, aceite de trabajitos apurados, ¿Tienes algo de eso? ¿Algo que se use para una paja?                          

               

Taehyung observó divertido como la cara de Yoongi se encendía con el color rojo mientras se arrastraba a un lado de la cama y metía la mano en el cajón de la mesita de noche. Era bueno saber que no era el único avergonzado aquí. Yoongi le entregó una botella de aceite de masajes íntimos. Taehyung tomó la botella y abrió la tapa, derramó una buena cantidad en los dedos antes de mirar a Yoongi otra vez con las cejas arqueadas.

               

—Abajo con esos vaqueros y ponte a cuatro patas, tipo grande.

               

—Abajo con los va… ¿Qué vas a hacer?

               

—No te preocupes, lo disfrutarás. Vamos, apúrate —ordenó Taehyung.

 

Yoongi no parecía convencido, pero hizo lo que Taehyung le había dicho, dejó caer sus vaqueros al suelo y se subió a la cama plantándose sobre las manos y las rodillas. Cruzó los brazos y apoyó la cabeza sobre ellos, dejando su trasero en el aire.                           

               

Taehyung se arrastró por detrás hasta quedar arrodillado entre sus piernas. Alzó una mano para acariciar la ondulación de la mejilla redondeada del culo de Yoongi, sonrió cuando sintió que Yoongi se tensaba.   

               

—Relájate, cariño. Sé exactamente lo que estoy haciendo.

 

Sabía que Yoongi estaba nervioso. Apostaba, que siendo él un hombre grande y fuerte, nadie había estado nunca en ningún lugar cerca de su culo antes. Bueno, eso estaba a punto de cambiar.       

Taehyung, ¿No puedes simplemente explicármelo?—rogó Yoongi casi desesperado.

 

No, no sería lo mismo. Necesitas saber qué se siente, lo que es agradable y lo que no. Esta es la mejor forma de enseñarte. Ahora, sólo quédate ahí y disfrútalo. Y acuérdate de relajarte.

 

Para ti es fácil decirlo. Tú no eres el Alfa de tu manada que de golpe tiene el culo en el aire —murmuró Yoongi.

 

Taehyung le dio una palmadita en el culo haciendo que Yoongi diera un salto.

 

No se lo diré a nadie si tú no lo dices.

 

—¿Lo prometes?

 

Te lo prometo. Esto es sólo entre tú y yo, Yoongi—respondió Taehyung antes de inclinarse y darle a Yoongi un beso en la nalga.

 

Oh Dios… —susurró Yoongi.

 

Taehyung se limitó a sonreír, a continuación, deslizó los dedos por el pliegue del culo de Yoongi. Podía sentir el pequeño temblor que atravesó su cuerpo mientras acariciaba su pequeña y arrugada entrada. A partir de esa pequeña respuesta, Taehyung se sintió bastante seguro de que le iba a gustar esto tanto como le gustaba a él.

 

Hay que empezar siempre con un solo dedo—explicó mientras empujaba con el dedo y lo movía alrededor—. Hay que estirar lentamente de forma que no haga daño. Además, el estiramiento en sí puede ser muy excitante.

 

Ajá —se quejó Yoongi, presionando hacia atrás contra el dedo de Taehyung.

 

—¿Lo ves? ¿Acaso no se siente bien, Yoongi? —preguntó mientras empujaba un segundo dedo y lo movía en círculos.

 

—¡Mierda, sí!

 

Si te gusta, entonces esto realmente te va a encantar. Hay un lugar dentro de ti. Yo lo llamo Punto Dulce. Si curvas los dedos justo así…

 

—¡Oh, Joder! ¡Hazlo de nuevo! —gritó Yoongi arqueando su cuerpo sobre la cama.

               

Taehyung obedeció, acariciando con los dedos sobre la próstata de Yoongi otra vez.

 

Puedes llegar a este punto con tu polla si el ángulo es el adecuado. Y entonces es cuando es realmente perfecto —dijo Taehyung añadiendo un tercer dedo y empezando otra vez a empujar dentro de su culo.

 

No te detengas, por favor, no pares —murmuró Yoongi.

 

Taehyung se acomodó bien entre sus piernas y usó su otra mano para alcanzar su pene, lo acarició al mismo ritmo con el que empujaba los dedos en él. Los pequeños gemidos y quejidos que soltaba su gran macho Alfa lo estaban poniendo tan duro que Taehyung tenía que esforzarse para no correrse él mismo.

 

Taehyung, Taehyung, voy a…

 

Esa fue su señal. Taehyung se apuró en sacar los dedos del culo de Yoongi y los reemplazó con su pene, empujando en él tan profundamente como pudo. Joder, estaba tan apretado. Sentía su pene aprisionado bajo un férreo control.

 

Taehyung, quiero… tengo que verte… —Yoongi se quejó, Taehyung salió de él y se tumbó boca arriba, agarrándose la polla con la mano.

 

Sube aquí, puedes montarme.

 

Yoongi lo miró con escepticismo por un momento. Luego se montó a horcajadas sobre él, y bajó poco a poco sobre su erección.

 

Cuando Taehyung apartó la mano fuera de su camino y agarró sus caderas, Yoongi descendió todo el camino presionando el culo contra las bolas de Taehyung. Apretó los músculos internos en varias ocasiones adaptándose al objeto extraño que lo empalaba antes de mirar hacia abajo y encontrarse con la mirada de Taehyung.

 

—¿Y ahora qué?

 

Taehyung rió.

 

Haz lo que te haga sentir bien, Yoongi. Muévete, experimenta un poco, averigua lo que te gusta, lo que sientas agradable.

 

Yoongi se inclinó hacia adelante, puso una mano a cada lado de la cabeza de Taehyung, apoyando su peso sobre las manos. Levantó sus caderas y volvió a descender poco a poco, cerró los ojos con éxtasis.

 

Más… Taehyung, necesito más… —exigió Yoongi.

 

Cualquier cosa que quieras, cariño —respondió Taehyung estirando la mano para alcanzar la dura polla de Yoongi. Empezó a acariciarle, lentamente primero, luego más y más rápido a medida que las caderas de Yoongi aceleraban el ritmo.

 

Alzó la otra mano y la enredó tras el cuello de Yoongi, tiró de él hacia abajo para poder besarlo, deslizó la lengua lentamente a lo largo de sus labios antes de profundizar en su interior. Al rozar su lengua contra la de él pudo sentir cómo empezaba a enloquecer.

 

Las caderas de Yoongi se movieron más rápido, empalándose a sí mismo en la polla de Taehyung lo más rápido que pudo. Taehyung siguió acariciándole el pene mientras sus gemidos se convertían en gruñidos. Sintió como las manos de Yoongi se movían para agarrarlo del cabello.

 

Yoongi… —susurró mientras giraba la cabeza a un lado. Sabía lo que le estaba pidiendo que le hiciera. Sabía que los uniría más de lo que ya estaban. Simplemente no le importaba. Necesitaba que lo reclamara, tanto como Yoongi necesitaba hacerlo. Era una compulsión abrumadora que no podía ignorar.

 

Cuando Yoongi hundió los dientes en la suave carne de su cuello, Taehyung plantó los pies firmemente en el colchón modificando el ángulo de sus caderas, alcanzando el punto dulce de Yoongi de un empujón. Sonrió cuando oyó su gruñido, con las manos apretadas contra los lados de su cabeza. Envolvió el brazo rodeando el cuello de Yoongi, tratando de aferrarse el tiempo suficiente para que él se corriera. Necesitaba sentir el apretón de Yoongi a su alrededor, sentir su dulce liberación antes de poder obtener la suya.

 

Miró hacia arriba sorprendido cuando Yoongi se echó hacia atrás de repente, arqueándose hasta gritar por su liberación, cubriendo la mano y el estómago con su semilla de color blanco perla, antes de caer hacia abajo sobre el cuerpo de Taehyung, la cabeza hundida en su cuello. Oh, sí, eso era lo que había estado esperando.

 

Dejó caer las manos para sujetar las caderas de Yoongi, se empujó dentro de su compañero todo lo profundo que pudo, regodeándose en la sensación de los músculos internos de Yoongi apretándolo. Gritó cuando su pene explotó, llenando a Yoongi con su placer.

 

Taehyung tenía los ojos cerrados, su pecho subía y bajaba con rapidez con cada respiración que tomaba, con la boca ligeramente abierta.

 

Taehyung —dijo Yoongi rompiendo el silencio que llenaba el dormitorio—, nunca más Taehyung. ¿Me entiendes? —gruñó.

 

Taehyung abrió los ojos y lo miró.

 

Lo siento —susurró él, bajando los ojos para evitar la feroz mirada de Yoongi. Obviamente había cruzado una línea que no debía cruzar. ¿Qué esperaba? Yoongi era un macho Alfa. A ellos no les gustaba ceder el control a nadie más, en especial a otro hombre.

 

Me perteneces ahora, y si alguna vez haces esto con alguien más aparte de mi, te arrancaré la piel a tiras y no te recuperarás jamás —gruñó Yoongi.

 

Los ojos de Taehyung se abrieron para mirarlo. ¿Estaba hablando en serio?

 

—¿A pesar de que soy un hombre?

 

No me importa si eres un extraterrestre con lunares púrpura. Eres mi compañero y no voy a compartirte, ¡Jamás! Incluso si sólo miras a otro hombre, sabrás por qué soy el Alfa de mi manada. ¿He sido claro?

 

—¿No estás enfadado conmigo por lo que acabo de hacerte?

 

—¡Diablos, no! Espero que tengas más cosas para enseñarme. Eso fue algo increíble —dijo Yoongi con una sonrisa antes de ponerse serio otra vez—. ¿Entendiste lo que dije, Taehyung? Nadie más. Sólo nosotros, tú y yo.

 

¿Entender? Yoongi le estaba diciendo que no sólo lo había hecho disfrutar con lo que habían hecho juntos, sino que además, quería hacerlo de nuevo. Además de eso, le estaba exigiendo que no estuviera con nadie más que con él, a pesar de que era un hombre. Joder que sí. Entendía, y estaba emocionado.

 

Estaré de acuerdo, con una condición —dijo Taehyung.

 

—¿Qué? —preguntó Yoongi, mirándolo con suspicacia.

 

Esta vez, tú me joderás a mí.

 

Taehyung pensó que podría haber exigido algo más que Yoongi no estuviera deseando dar, pero luego empezó a sonreír. Su cara se iluminó.

 

Creo que eso puedo hacerlo.

 

Ahora —dijo Taehyung sin aliento. Podía sentir como su pene se endurecía sólo con la idea de Yoongi golpeando dentro de él. La vez anterior, en la camioneta, había sido increíble. Quería experimentarlo de nuevo, y después otra, y otra vez.

 

Yoongi se sentó y se colocó a su lado, buscando alrededor de la cama.

 

—¿Dónde está el lubricante?

 

Taehyung sonrió, levantando la botella en la mano. Yoongi se la quitó de la mano y abrió la tapa, vertió un poco en sus dedos antes de cerrar la tapa golpeándola contra la cama. Se acercó y dio una palmada en el culo de Taehyung con la otra mano.

 

Está bien, cariño, en tus manos y rodillas.

 

Taehyung negó con la cabeza.

 

Quiero ver.

 

Yoongi arqueó una ceja, sorprendido.

 

—¿Es esto seguro?

 

Taehyung asintió con la cabeza, sujetando sus rodillas las apretó contra el pecho abriendo completamente las piernas, descubriéndose a sí mismo a la hambrienta mirada de Yoongi.

 

Oh, sí. Es perfectamente seguro, y es estupendo también —contestó Taehyung riéndose.

 

Yoongi se deslizó alrededor hasta quedar de rodillas delante de Taehyung, maravillado por lo mucho que estaba anticipando el estar dentro de ese pequeño culo. Si su manada lo viera ahora, pensarían que había perdido la cordura. Prácticamente se le hacía agua la boca sólo con mirar el apretado agujero. Se le estaría cayendo la baba para el momento en el que estuviera realmente dentro de él.

 

Miró a Taehyung preocupado.

 

—¿Me lo dirás si te duele?

 

Tan pronto como Taehyung asintió con la cabeza, Yoongi se agachó y con el dedo comenzó a acariciar con suavidad alrededor de la fruncida entrada, poco a poco, rodeaba los bordes, nunca tocándola directamente. Era el momento de reclamar a su compañero, y le quería tan fuera de sí con el placer, que no sintiera ningún dolor o malestar.

 

Cuando vio las pequeñas gotas de líquido claro comenzando a brillar en la punta del pene erecto de Taehyung, supo que se estaba acercando. Cuanto más le acariciaba, acercándose a lo que él deseaba, los gemidos de Taehyung parecían aumentar.

 

Yoongi, por favor… —rogó Taehyung mientras Yoongi se limitaba a acariciar ligeramente su temblorosa carne.

 

Yoongi sonrió. Podría acostumbrarse a eso. Taehyung era malditamente receptivo a su más leve toque. Se preguntó cómo iba a ser cuando él aprendiera y fuera realmente bueno en lo que estaba haciendo. Bueno, la práctica hacía la perfección.

 

Con tanto cuidado como pudo, y recordando cómo lo había hecho Taehyung, Yoongi empujó su dedo dentro de él. Hizo una pausa, mirándole a la cara para ver como respondía. ¿Lo estaría haciendo bien? Debía ser que sí, a juzgar por cómo el labio inferior de Taehyung quedaba atrapado entre sus dientes y cómo sus manos agarraban sus muslos con tanta fuerza que sus dedos estaban casi blancos. Decidido a volver loco a Taehyung de pura lujuria, Yoongi empujó un segundo dedo y empezó a buscar el esquivo punto dulce del que le había hablado.

 

Supo que lo había encontrado cuando el cuerpo de Taehyung se puso rígido de golpe y gritó, con la cabeza cayendo de vuelta al colchón. Le llevó todo su autocontrol el seguir acariciando a Taehyung cuando lo único que realmente quería hacer era enterrar su polla tan profundamente dentro de él, que sería parte de Taehyung para siempre.

 

Yoongi, más. Necesito más… —jadeó mirándole con ojos desesperados.

 

Yoongi empujó un tercer dedo metiéndolos todos al mismo tiempo. Curvó los dedos ligeramente tratando de alcanzar la próstata de Taehyung con cada empuje de sus dedos. Debía estar haciendo algo bien, porque los gritos de Taehyung se hacían más fuertes a cada momento.

 

Yoongi, por favor. Te lo ruego. Necesito más —gimió Taehyung.

 

—¿Qué necesitas, cariño?

               

—Te necesito.

 

Entonces, puedes tenerme —dijo Yoongi mientras sacaba los dedos y agarraba sus piernas, colocándolas sobre sus hombros. Miró hacia abajo y respiró hondo. Taehyung estaba allí, esperando por él.

 

Cogió su dura erección y la acarició un par de veces antes de empujarla contra Taehyung, frotando arriba y abajo sobre él.

 

—¿Es esto lo que quieres, cariño? ¿Quieres mi polla en ese apretado culo tuyo? —gruñó.

 

—¡Sí, sí, sí! —gritó Taehyung apretando los dedos desesperadamente alrededor de los brazos de Yoongi.

 

Yoongi contuvo el aliento, viendo como poco a poco se hundía en la apretada profundidad de Taehyung. Antes había estado fuera de sí lleno de lujuria cuando había reclamado a Taehyung. En esta ocasión quería disfrutar de cada momento con él.

 

Una vez que estuvo totalmente dentro, se inclinó sobre Taehyung, con una mano a cada lado de su rostro. Se inclinó hasta que su nariz casi tocaba la suya.

 

Abre los ojos, bebé. Quiero que me veas poseerte…

 

Taehyung abrió los ojos y lo miró con ojos aturdidos y llenos de deseo. Yoongi no podía creer lo poderoso que le hacía sentir el saber que había provocado aquella mirada en los ojos de Taehyung. Empezó a mover sus caderas, consciente, gracias a la rápida respiración de Taehyung, de que estaba golpeando justo en su punto dulce. No había manera de que pudiera fingir la mirada de éxtasis que había en su rostro. Continuó empujando dentro de él a un ritmo lento y constante.

 

Eres mío ahora, Taehyung, mi compañero. Dilo. Quiero escucharte decirlo exigió Yoongi mientras lo miraba.

 

Sí, soy tuyo, Yoongi —dijo Taehyung.

 

Min —le corrigió—. Aquí, cuando estemos solos, cuando te esté haciendo el amor, quiero que me llames Min. No quiero que haya ninguna confusión en cuanto a quién está haciendo el amor contigo, Taehyung.

 

Min —susurró Taehyung—. Soy tu compañero, Min.

 

—¡Sí! —Yoongi silbó entre dientes—. ¡Mío!

 

La respiración de Taehyung se aceleró y deslizó la mano entre ellos para agarrar su pene. Yoongi lo detuvo, sujetando sus manos y apretándolas contra la cama mientras entrelazaba sus dedos.

 

No, sólo yo, Taehyung —dijo Yoongi en voz baja.

 

Taehyung respiraba con dificultad, su erección palpitaba entre ellos con las palabras de Yoongi. Apretó las manos contra las de él, sujetándolo firmemente mientras Yoongi seguía empujando en él. Era lento y constante, y eso los estaba llevando a los dos al borde.

 

Min —susurró mientras se sentía a punto de llegar.

 

Eso es, bebé, córrete para mí. Muéstrame lo mucho que me quieres — exigió Yoongi.

 

Ohhhhh —exclamó Taehyung mientras explotaba, sus ojos se cerraron.

 

—¡No! Abre los ojos, bebé. Mírame. Quiero ver —ordenó Yoongi.

 

Vio como Taehyung abría los ojos de nuevo y lo miraba. Su aliento estaba atrapado en su garganta al ver la mirada en los ojos verde pálido de Taehyung. Se agradaron por la sorpresa, pero fue la mirada de adoración en ellos lo que detuvo el aliento de Yoongi.

 

Esa mirada lo hizo gemir un momento después, cuando explotó, la sensación de los músculos internos de Taehyung apretándose alrededor de él, cuando se corrió dentro de su férreo abrazo. Bombeó dentro de Taehyung hasta sentir el nudo extendiéndose y arraigando y a Taehyung gritando otra vez.

 

Eso es, bebé —susurró Yoongi mientras Taehyung gemía. Movió sus caderas adelante y atrás, lo suficiente para mantener la estimulación de Taehyung.

 

Quería prolongar su placer, para ver esa mirada afectada en sus hermosos ojos verdes durante tanto tiempo como pudiera.

 

Yoongi continuó moviendo sus caderas, sus manos seguían unidas con las de Taehyung mientras dejaba besos tiernos a lo largo de la mandíbula, el mentón, el cuello. Besó cada pedazo de piel hasta la que pudo llegar con sus labios. Cada movimiento impulsado por los pequeños gemidos y lloriqueos de Taehyung.

 

Al final, lamentablemente, sintió al nudo retrocediendo. Salió de su cuerpo, rodó sobre su espalda acercando a Taehyung hacia él. Lo envolvió entre sus brazos por los hombros y lo mantuvo cerca, con la cabeza dorada escondida debajo de su barbilla.

 

Pasó algún tiempo antes de que ninguno de los dos dijera una palabra, cada uno atrapado en la emoción del momento. Yoongi estaba sorprendido por la forma en la que se comportaba con Taehyung, como se había convertido en una obsesión en unas pocas horas. No tenía ni idea de qué pasaría después de unos días o incluso semanas.

 

Estaba sorprendido por la rapidez con la que se estaba enamorando. Lo conocía desde hacía apenas un día y ya no podía imaginarse estando sin él. Taehyung se estaba haciendo tan importante como respirar, y eso lo asustaba.

 

—¿Y ahora qué, Yoongi? —preguntó Taehyung rompiendo el silencio de la habitación.

 

—¿Ahora? Ahora vamos a darnos una ducha y dormiremos un poco. En la mañana, iremos a buscar tu coche y traeremos tus cosas aquí —respondió.

 

—¿Así de fácil? —preguntó Taehyung.

 

Sí, así de fácil —Yoongi se rió entre dientes—, ya te dije que me pertenecías y que no iba a dejarte ir. Tú estuviste de acuerdo conmigo.

 

Bajo presión —Taehyung se echó a reír, alertado rápidamente cuando el cuerpo de Yoongi se quedó inmóvil. Levantó la cabeza y miró a Yoongi con preocupación—. ¿Yoongi?

 

Yoongi lo soltó, rodó a un lado de la cama y se puso de pie.

 

Voy a ducharme. Puedes usarla cuando termine, si quieres —dijo sobre su hombro antes de entrar en el baño.

 

Taehyung supo inmediatamente que Yoongi se había tomado en serio sus palabras. ¡Maldita sea! Aquel hombre necesitaba relajarse un poco. Se levantó hacia un lado de la cama y se puso de pie después de que Yoongi entrara en el baño.

 

Lo alcanzó justo cuando estaba cruzando las mamparas de cristal de la ducha.

 

Min, si vuelves a alejarte de mí de esa forma otra vez, verás toda una rabieta que hará que lo que viste hoy más temprano sea un paseo por el parque.

 

Yoongi se dio la vuelta y lo miró, arqueando una ceja desafiando a Taehyung. Pero bajo el exterior del macho Alfa dominante, Taehyung creyó ver la incertidumbre que persistía en sus ojos negros como el carbón. Taehyung sabía que su comentario le había lastimado.

 

Dio un paso adelante, presionó su cuerpo contra el de Yoongi, enmarcó su cara entre las manos y le obligó a mirar hacia abajo.

 

Lo siento, no fue mi intención herir tus sentimientos. Estaba bromeando. Supongo que sólo necesitamos más tiempo para conocer la forma de pensar del otro.

 

Yoongi se lo quedó mirando durante tanto tiempo, con una dura mirada en su rostro, que Taehyung empezó a preguntarse si había interpretado mal la situación. Tal vez no había herido sus sentimientos después de todo. Tal vez a Yoongi simplemente no le importase. Taehyung se sintió como el imbécil más grande del mundo, dejó caer sus manos de su cara y miró hacia sus propios pies.

 

Te dejaré para que puedas ducharte —dijo apurándose en darse la vuelta y volver a entrar en el dormitorio. Esperaba que Yoongi lo llamara y que le dijera que lo entendía, que no estaba enfadado. En cambio, escuchó abrirse la ducha.

 

Supuso que eso lo decía todo. Había visto algo que no estaba allí. Yoongi le aceptaba debido a un aumento hormonal excesivo. No lo quería a él, no realmente. Sólo quería un compañero y al parecer, no le importaba quien fuera. Taehyung cogió la camisa descartada que había llevado antes y se la pasó por la cabeza antes de subirse a la cama. Se deslizó tan cerca del borde como pudo sin caerse y se cubrió con las mantas hasta los hombros.

 

Era una estupidez y lo sabía, pero la forma en la que Yoongi le había hecho el amor…, tal vez ese era el problema. Yoongi no había hecho el amor con él. Solo había jodido con él. No había habido amor involucrado, sólo una simple necesidad sexual. Pensó que había significado algo. Era un idiota.

 

Quería lo que Hoseok y Jungkook tenían. Ellos se amaban tanto que apenas podían soportar estar lejos el uno del otro. Jungkook prácticamente seguía a Hoseok al cuarto de baño porque no quería estar sin él.

 

Aquel amor y aquella necesidad, aquella obsesión, eso era lo que quería, pero no parecía que fuera a conseguirlo con Yoongi. Aún no sabía qué era lo que Yoongi quería de él. En un momento parecía que lo quería, que lo necesitaba, y al siguiente, ni siquiera quería estar en la misma habitación. Sólo deseaba que se lo explicara, al menos entonces sabría en qué punto estaba.

 

Hasta entonces, Taehyung supuso que sólo tendría que ir tocando de oído. Sólo tendría que recordar que Yoongi no lo quería de la misma manera que él lo quería. La única razón por la que estaba aquí era porque era el compañero de Yoongi.

 

Taehyung se apuró en secarse las lágrimas de los ojos cuando escuchó el sonido de la ducha apagándose. No le haría ningún bien a Yoongi mostrándole como de afectado estaba. Obviamente, Yoongi no estaba interesado en la parte emocional ni en los enredos que iban unidos a una relación.

 

Cuando escuchó a Yoongi entrar en el dormitorio cerró los ojos y rezó para que pensara que ya estaba dormido. No quería hablar con él ahora mismo. No sabía si podría decir alguna otra cosa que lo hiciera sentirse más estúpido aún.

 

Taehyung contuvo el aliento, esperando, sintió la inclinación de la cama con el peso de Yoongi al subirse. Pero Yoongi se limitó a cubrirse con las mantas y se dio la vuelta para dormir. Taehyung no sabía qué le dolía más, si sentirse como un estúpido o ser ignorado.

 

Dejó escapar el aliento lentamente al oír el suave ronquido de Yoongi. Se volvió sobre su costado para mirarlo, estaba durmiendo boca arriba, con un brazo sobre el estómago, el otro sobre su cabeza. Y era la cosa más sexy que había visto nunca. Era culpa de su mala suerte el haberse enamorado de un hombre que no quería quererle, sólo quería su cuerpo. A pesar de que hubiera preferido que Taehyung fuera una mujer.

 

Taehyung cerró los ojos preguntándose cuanto podría tardar antes de enamorarse de Yoongi, y acto seguido, tener el corazón roto. Porque estaba seguro de que eso era lo que iba a pasar.

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