—Sí ¿Y?
Yoongi se quedó mirando a Taehyung muy sorprendido. Tal vez
él no le había entendido.
—Taehyung,
soy un hombre lobo, un cambia formas. Puedo cambiar a mi forma de lobo, con el
pelo, las garras, los dientes y todo eso.
—¿Eso
era todo? ¿Tú gran noticia? —preguntó Taehyung—. Yoongi, ya sabía que eras un
lobo.
—¿Lo
sabías? ¿Cómo puedes saberlo? Tú eres humano —preguntó Yoongi asombrado.
—Bueno,
las garras y los largos colmillos fueron una pista bastante buena. Además de
eso, uno de mis mejores amigos está acoplado a un hombre lobo. He estado
viviendo con su manada las últimas semanas.
Yoongi se quedó mirándolo, abriendo la boca y cerrándola
varias veces, estaba completamente noqueado. ¿Taehyung ya sabía que él era un
hombre lobo porque su mejor amigo estaba acoplado a uno? ¿Lo sabía todo
entonces? ¿Sabía qué significaba estar acoplado?
—¿Cuánto
sabes de nosotros?—preguntó.
Taehyung se encogió de hombros.
—Sé que
sois un grupo cerrado por razones de seguridad. A pesar de eso, la manada con
la que estuve era bastante abierta y amistosa. Mi amigo, Jungkook, no me lo
explicó todo, estoy seguro, pero me contó lo suficiente para saber qué buscar
cuando me encontrara con uno.
—Y tu
amigo, ¿Es humano?
Taehyung asintió con la cabeza.
—Sí ¿Por
qué?
—¿Te
habló acerca del acoplamiento?—preguntó Yoongi con tono vacilante.
—En
realidad, no. Quiero decir, él me habló acerca de todo ese asunto de la luna
llena cuando vi todas las fechas de luna llena marcadas con círculos rojos en
su calendario, así que de eso sé. Sé también que él y Hoseok se pasan el día
atornillados —Taehyung dejó escapar una risita—. De hecho, no creo haber visto
jamás a dos personas tan apegadas la una a la otra, como ellos.
Taehyung se quedó mirando la cara llena de aprensión que
tenía Yoongi, supo que había algo más.
—¿Qué es
lo que no sé?
—Para un
lobo, encontrar a su pareja es lo más maravilloso que puede pasarle. Es como
encontrar la otra mitad de nuestra alma. Nuestros compañeros son elegidos por
el destino para nosotros. No es como que podamos simplemente salir y elegir a
alguien. Y una vez que encontramos a nuestro compañero, no habrá nadie más para
nosotros.
—¿Y qué
tiene eso que ver conmigo? —preguntó Taehyung sintiéndose de golpe lleno de
aprensión.
—Cuando
encontramos a nuestros compañeros, intercambiamos sangre con ellos. Eso crea un
lazo entre nosotros que no podrá romperse nunca. Ni siquiera conseguimos una
erección con nadie más después de eso. No importa quién sea, hombre o mujer,
sigue siendo nuestro compañero.
—¡No me
jodas! Toda esa historia del mordisco que me diste en el cuarto de baño… ¿Te
has acoplado conmigo? —susurró Taehyung con asombro.
—Sí
—respondió Yoongi en voz baja.
—¿Es por
eso por lo que tuviste sexo conmigo? ¿Porque soy tu compañero?
Yoongi asintió con la cabeza.
—Ahora
que estamos acoplados, nunca podré volver a tener relaciones sexuales con
ninguna otra persona. Lo mismo para ti.
—Qué
aburrido eres —dijo Taehyung.
—¿Significa
eso que no quieres estar acoplado a mi? —preguntó Yoongi cauteloso. Taehyung le
sonrió.
—No he
dicho eso exactamente, aunque tampoco se puede decir que esté muy contento con
todo esto—dijo mientras se escabullía hasta acomodar su cuerpo contra la
cabecera de la cama. Yoongi se giró sobre su estómago y lo miró.
—¿Con
qué no estás contento?
Taehyung miró hacia sus propias manos entrelazadas en su
regazo.
—No me
escogiste porque me quisieras. Sólo tuviste algún tipo de respuesta de
sobrecarga hormonal.
—Taehyung,
tú eres mi compañero. Eso significa que…
—Eso
significa que me elegiste porque tenías que hacerlo, no porque quisieras. Ni
siquiera eres gay, Yoongi. Nunca has estado con un hombre. Si pudieras elegir,
tu compañero sería una mujer.
—¿Cómo
lo sabes? Podría haberme acostado con un montón de hombres —se burló Yoongi.
—Lo que
explica cómo es que sabes tanto sobre joder a otro hombre — respondió Taehyung
con sarcasmo.
—¿Qué
quieres decir? ¿No te gustó?
—Sí, lo
disfruté, pero pudiste haberme hecho mucho daño haciéndomelo como lo hiciste
—dijo Taehyung.
—¿Qué
quieres decir?
Taehyung puso los ojos en blanco. Nunca pensó que se
encontraría en la posición de tener que explicar a otro hombre como funciona el
sexo entre hombres, a su amante, además. Era extraño, y un poco embarazoso.
—¿Taehyung?
—preguntó Yoongi cuando él no dijo nada.
—No
puedes simplemente meter tu polla en mi culo y esperar que salga bien, Yoongi.
No sólo es incómodo, además podrías haberme hecho sangrar, incluso desgarrar
algo. Hay… cosas, que tienes que hacer antes para que yo este listo.
—¿Cosas?
¿Qué cosas?—preguntó Yoongi pareciendo totalmente confundido, pero intrigado.
—Pues… cosas.
—¿Cómo qué? Dime. ¿Cómo voy a saber si no me lo dices? No
quiero hacer nada que pueda lastimarte o que te haga sentir incómodo. Y tienes
razón, nunca he estado con un hombre antes, así que necesito que me digas qué
hacer.
—¡Oh, demonios! Necesito un poco de lubricante. ¿Tienes?
—preguntó Taehyung pensando en que sería más fácil demostrarle las cosas a Yoongi
que simplemente decírselas.
—¿Lubricante? ¿Qué tipo de lubricante?
—Lubricante, crema, aceite de trabajitos apurados, ¿Tienes
algo de eso? ¿Algo que se use para una paja?
Taehyung observó divertido como la cara de Yoongi se
encendía con el color rojo mientras se arrastraba a un lado de la cama y metía
la mano en el cajón de la mesita de noche. Era bueno saber que no era el único
avergonzado aquí. Yoongi le entregó una botella de aceite de masajes íntimos. Taehyung
tomó la botella y abrió la tapa, derramó una buena cantidad en los dedos antes
de mirar a Yoongi otra vez con las cejas arqueadas.
—Abajo con esos vaqueros y ponte a cuatro patas, tipo
grande.
—Abajo con los va… ¿Qué vas a hacer?
—No te preocupes, lo disfrutarás. Vamos, apúrate —ordenó Taehyung.
Yoongi no parecía convencido, pero hizo lo que Taehyung le
había dicho, dejó caer sus vaqueros al suelo y se subió a la cama plantándose
sobre las manos y las rodillas. Cruzó los brazos y apoyó la cabeza sobre ellos,
dejando su trasero en el aire.
Taehyung se arrastró por detrás hasta quedar arrodillado
entre sus piernas. Alzó una mano para acariciar la ondulación de la mejilla
redondeada del culo de Yoongi, sonrió cuando sintió que Yoongi se tensaba.
—Relájate, cariño. Sé exactamente lo que estoy haciendo.
Sabía que Yoongi estaba nervioso. Apostaba, que siendo él un
hombre grande y fuerte, nadie había estado nunca en ningún lugar cerca de su
culo antes. Bueno, eso estaba a punto de cambiar.
—Taehyung,
¿No puedes simplemente explicármelo?—rogó Yoongi casi desesperado.
—No, no
sería lo mismo. Necesitas saber qué se siente, lo que es agradable y lo que no.
Esta es la mejor forma de enseñarte. Ahora, sólo quédate ahí y disfrútalo. Y
acuérdate de relajarte.
—Para ti
es fácil decirlo. Tú no eres el Alfa de tu manada que de golpe tiene el culo en
el aire —murmuró Yoongi.
Taehyung le dio una palmadita en el culo haciendo que Yoongi
diera un salto.
—No se
lo diré a nadie si tú no lo dices.
—¿Lo
prometes?
—Te lo
prometo. Esto es sólo entre tú y yo, Yoongi—respondió Taehyung antes de
inclinarse y darle a Yoongi un beso en la nalga.
—Oh
Dios… —susurró Yoongi.
Taehyung se limitó a sonreír, a continuación, deslizó los
dedos por el pliegue del culo de Yoongi. Podía sentir el pequeño temblor que
atravesó su cuerpo mientras acariciaba su pequeña y arrugada entrada. A partir
de esa pequeña respuesta, Taehyung se sintió bastante seguro de que le iba a
gustar esto tanto como le gustaba a él.
—Hay que
empezar siempre con un solo dedo—explicó mientras empujaba con el dedo y lo
movía alrededor—. Hay que estirar lentamente de forma que no haga daño. Además,
el estiramiento en sí puede ser muy excitante.
—Ajá —se
quejó Yoongi, presionando hacia atrás contra el dedo de Taehyung.
—¿Lo
ves? ¿Acaso no se siente bien, Yoongi? —preguntó mientras empujaba un segundo
dedo y lo movía en círculos.
—¡Mierda,
sí!
—Si te
gusta, entonces esto realmente te va a encantar. Hay un lugar dentro de ti. Yo
lo llamo Punto Dulce. Si curvas los dedos justo así…
—¡Oh,
Joder! ¡Hazlo de nuevo! —gritó Yoongi arqueando su cuerpo sobre la cama.
Taehyung obedeció, acariciando con los dedos sobre la
próstata de Yoongi otra vez.
—Puedes
llegar a este punto con tu polla si el ángulo es el adecuado. Y entonces es
cuando es realmente perfecto —dijo Taehyung añadiendo un tercer dedo y
empezando otra vez a empujar dentro de su culo.
—No te
detengas, por favor, no pares —murmuró Yoongi.
Taehyung se acomodó bien entre sus piernas y usó su otra
mano para alcanzar su pene, lo acarició al mismo ritmo con el que empujaba los
dedos en él. Los pequeños gemidos y quejidos que soltaba su gran macho Alfa lo
estaban poniendo tan duro que Taehyung tenía que esforzarse para no correrse él
mismo.
—Taehyung,
Taehyung, voy a…
Esa fue su señal. Taehyung se apuró en sacar los dedos del
culo de Yoongi y los reemplazó con su pene, empujando en él tan profundamente
como pudo. Joder, estaba tan apretado. Sentía su pene aprisionado bajo un
férreo control.
—Taehyung,
quiero… tengo que verte… —Yoongi se quejó, Taehyung salió de él y se tumbó boca
arriba, agarrándose la polla con la mano.
—Sube
aquí, puedes montarme.
Yoongi lo miró con escepticismo por un momento. Luego se
montó a horcajadas sobre él, y bajó poco a poco sobre su erección.
Cuando Taehyung apartó la mano fuera de su camino y agarró
sus caderas, Yoongi descendió todo el camino presionando el culo contra las
bolas de Taehyung. Apretó los músculos internos en varias ocasiones adaptándose
al objeto extraño que lo empalaba antes de mirar hacia abajo y encontrarse con
la mirada de Taehyung.
—¿Y
ahora qué?
Taehyung rió.
—Haz lo
que te haga sentir bien, Yoongi. Muévete, experimenta un poco, averigua lo que
te gusta, lo que sientas agradable.
Yoongi se inclinó hacia adelante, puso una mano a cada lado
de la cabeza de Taehyung, apoyando su peso sobre las manos. Levantó sus caderas
y volvió a descender poco a poco, cerró los ojos con éxtasis.
—Más… Taehyung,
necesito más… —exigió Yoongi.
—Cualquier
cosa que quieras, cariño —respondió Taehyung estirando la mano para alcanzar la
dura polla de Yoongi. Empezó a acariciarle, lentamente primero, luego más y más
rápido a medida que las caderas de Yoongi aceleraban el ritmo.
Alzó la otra mano y la enredó tras el cuello de Yoongi, tiró
de él hacia abajo para poder besarlo, deslizó la lengua lentamente a lo largo
de sus labios antes de profundizar en su interior. Al rozar su lengua contra la
de él pudo sentir cómo empezaba a enloquecer.
Las caderas de Yoongi se movieron más rápido, empalándose a
sí mismo en la polla de Taehyung lo más rápido que pudo. Taehyung siguió
acariciándole el pene mientras sus gemidos se convertían en gruñidos. Sintió
como las manos de Yoongi se movían para agarrarlo del cabello.
—Yoongi…
—susurró mientras giraba la cabeza a un lado. Sabía lo que le estaba pidiendo
que le hiciera. Sabía que los uniría más de lo que ya estaban. Simplemente no
le importaba. Necesitaba que lo reclamara, tanto como Yoongi necesitaba
hacerlo. Era una compulsión abrumadora que no podía ignorar.
Cuando Yoongi hundió los dientes en la suave carne de su
cuello, Taehyung plantó los pies firmemente en el colchón modificando el ángulo
de sus caderas, alcanzando el punto dulce de Yoongi de un empujón. Sonrió
cuando oyó su gruñido, con las manos apretadas contra los lados de su cabeza.
Envolvió el brazo rodeando el cuello de Yoongi, tratando de aferrarse el tiempo
suficiente para que él se corriera. Necesitaba sentir el apretón de Yoongi a su
alrededor, sentir su dulce liberación antes de poder obtener la suya.
Miró hacia arriba sorprendido cuando Yoongi se echó hacia
atrás de repente, arqueándose hasta gritar por su liberación, cubriendo la mano
y el estómago con su semilla de color blanco perla, antes de caer hacia abajo
sobre el cuerpo de Taehyung, la cabeza hundida en su cuello. Oh, sí, eso era lo
que había estado esperando.
Dejó caer las manos para sujetar las caderas de Yoongi, se
empujó dentro de su compañero todo lo profundo que pudo, regodeándose en la
sensación de los músculos internos de Yoongi apretándolo. Gritó cuando su pene
explotó, llenando a Yoongi con su placer.
Taehyung tenía los ojos cerrados, su pecho subía y bajaba
con rapidez con cada respiración que tomaba, con la boca ligeramente abierta.
—Taehyung
—dijo Yoongi rompiendo el silencio que llenaba el dormitorio—, nunca más Taehyung.
¿Me entiendes? —gruñó.
Taehyung abrió los ojos y lo miró.
—Lo
siento —susurró él, bajando los ojos para evitar la feroz mirada de Yoongi.
Obviamente había cruzado una línea que no debía cruzar. ¿Qué esperaba? Yoongi
era un macho Alfa. A ellos no les gustaba ceder el control a nadie más, en
especial a otro hombre.
—Me
perteneces ahora, y si alguna vez haces esto con alguien más aparte de mi, te
arrancaré la piel a tiras y no te recuperarás jamás —gruñó Yoongi.
Los ojos de Taehyung se abrieron para mirarlo. ¿Estaba
hablando en serio?
—¿A
pesar de que soy un hombre?
—No me
importa si eres un extraterrestre con lunares púrpura. Eres mi compañero y no
voy a compartirte, ¡Jamás! Incluso si sólo miras a otro hombre, sabrás por qué
soy el Alfa de mi manada. ¿He sido claro?
—¿No
estás enfadado conmigo por lo que acabo de hacerte?
—¡Diablos,
no! Espero que tengas más cosas para enseñarme. Eso fue algo increíble —dijo Yoongi
con una sonrisa antes de ponerse serio otra vez—. ¿Entendiste lo que dije, Taehyung?
Nadie más. Sólo nosotros, tú y yo.
¿Entender?
Yoongi le estaba diciendo que no sólo lo había hecho disfrutar con lo que
habían hecho juntos, sino que además, quería hacerlo de nuevo. Además de eso,
le estaba exigiendo que no estuviera con nadie más que con él, a pesar de que
era un hombre. Joder que sí. Entendía, y estaba emocionado.
—Estaré
de acuerdo, con una condición —dijo Taehyung.
—¿Qué?
—preguntó Yoongi, mirándolo con suspicacia.
—Esta
vez, tú me joderás a mí.
Taehyung pensó que podría haber exigido algo más que Yoongi
no estuviera deseando dar, pero luego empezó a sonreír. Su cara se iluminó.
—Creo
que eso puedo hacerlo.
—Ahora
—dijo Taehyung sin aliento. Podía sentir como su pene se endurecía sólo con la
idea de Yoongi golpeando dentro de él. La vez anterior, en la camioneta, había
sido increíble. Quería experimentarlo de nuevo, y después otra, y otra vez.
Yoongi se sentó y se colocó a su lado, buscando alrededor de
la cama.
—¿Dónde
está el lubricante?
Taehyung sonrió, levantando la botella en la mano. Yoongi se
la quitó de la mano y abrió la tapa, vertió un poco en sus dedos antes de
cerrar la tapa golpeándola contra la cama. Se acercó y dio una palmada en el
culo de Taehyung con la otra mano.
—Está
bien, cariño, en tus manos y rodillas.
Taehyung negó con la cabeza.
—Quiero
ver.
Yoongi arqueó una ceja, sorprendido.
—¿Es
esto seguro?
Taehyung asintió con la cabeza, sujetando sus rodillas las
apretó contra el pecho abriendo completamente las piernas, descubriéndose a sí
mismo a la hambrienta mirada de Yoongi.
—Oh, sí.
Es perfectamente seguro, y es estupendo también —contestó Taehyung riéndose.
Yoongi se deslizó alrededor hasta quedar de rodillas delante
de Taehyung, maravillado por lo mucho que estaba anticipando el estar dentro de
ese pequeño culo. Si su manada lo viera ahora, pensarían que había perdido la
cordura. Prácticamente se le hacía agua la boca sólo con mirar el apretado
agujero. Se le estaría cayendo la baba para el momento en el que estuviera
realmente dentro de él.
Miró a Taehyung preocupado.
—¿Me lo
dirás si te duele?
Tan pronto como Taehyung asintió con la cabeza, Yoongi se
agachó y con el dedo comenzó a acariciar con suavidad alrededor de la fruncida
entrada, poco a poco, rodeaba los bordes, nunca tocándola directamente. Era el
momento de reclamar a su compañero, y le quería tan fuera de sí con el placer,
que no sintiera ningún dolor o malestar.
Cuando vio las pequeñas gotas de líquido claro comenzando a
brillar en la punta del pene erecto de Taehyung, supo que se estaba acercando.
Cuanto más le acariciaba, acercándose a lo que él deseaba, los gemidos de Taehyung
parecían aumentar.
—Yoongi,
por favor… —rogó Taehyung mientras Yoongi se limitaba a acariciar ligeramente
su temblorosa carne.
Yoongi sonrió. Podría acostumbrarse a eso. Taehyung era
malditamente receptivo a su más leve toque. Se preguntó cómo iba a ser cuando
él aprendiera y fuera realmente bueno en lo que estaba haciendo. Bueno, la
práctica hacía la perfección.
Con tanto cuidado como pudo, y recordando cómo lo había
hecho Taehyung, Yoongi empujó su dedo dentro de él. Hizo una pausa, mirándole a
la cara para ver como respondía. ¿Lo estaría haciendo bien? Debía ser que sí, a
juzgar por cómo el labio inferior de Taehyung quedaba atrapado entre sus
dientes y cómo sus manos agarraban sus muslos con tanta fuerza que sus dedos
estaban casi blancos. Decidido a volver loco a Taehyung de pura lujuria, Yoongi
empujó un segundo dedo y empezó a buscar el esquivo punto dulce del que le
había hablado.
Supo que lo había encontrado cuando el cuerpo de Taehyung se
puso rígido de golpe y gritó, con la cabeza cayendo de vuelta al colchón. Le
llevó todo su autocontrol el seguir acariciando a Taehyung cuando lo único que
realmente quería hacer era enterrar su polla tan profundamente dentro de él,
que sería parte de Taehyung para siempre.
—Yoongi,
más. Necesito más… —jadeó mirándole con ojos desesperados.
Yoongi empujó un tercer dedo metiéndolos todos al mismo
tiempo. Curvó los dedos ligeramente tratando de alcanzar la próstata de Taehyung
con cada empuje de sus dedos. Debía estar haciendo algo bien, porque los gritos
de Taehyung se hacían más fuertes a cada momento.
—Yoongi,
por favor. Te lo ruego. Necesito más —gimió Taehyung.
—¿Qué necesitas, cariño?
—Te necesito.
—Entonces,
puedes tenerme —dijo Yoongi mientras sacaba los dedos y agarraba sus piernas,
colocándolas sobre sus hombros. Miró hacia abajo y respiró hondo. Taehyung
estaba allí, esperando por él.
Cogió su dura erección y la acarició un par de veces antes
de empujarla contra Taehyung, frotando arriba y abajo sobre él.
—¿Es
esto lo que quieres, cariño? ¿Quieres mi polla en ese apretado culo tuyo? —gruñó.
—¡Sí,
sí, sí! —gritó Taehyung apretando los dedos desesperadamente alrededor de los
brazos de Yoongi.
Yoongi contuvo el aliento, viendo como poco a poco se hundía
en la apretada profundidad de Taehyung. Antes había estado fuera de sí lleno de
lujuria cuando había reclamado a Taehyung. En esta ocasión quería disfrutar de
cada momento con él.
Una vez que estuvo totalmente dentro, se inclinó sobre Taehyung,
con una mano a cada lado de su rostro. Se inclinó hasta que su nariz casi
tocaba la suya.
—Abre
los ojos, bebé. Quiero que me veas poseerte…
Taehyung abrió los ojos y lo miró con ojos aturdidos y
llenos de deseo. Yoongi no podía creer lo poderoso que le hacía sentir el saber
que había provocado aquella mirada en los ojos de Taehyung. Empezó a mover sus
caderas, consciente, gracias a la rápida respiración de Taehyung, de que estaba
golpeando justo en su punto dulce. No había manera de que pudiera fingir la
mirada de éxtasis que había en su rostro. Continuó empujando dentro de él a un
ritmo lento y constante.
—Eres
mío ahora, Taehyung, mi compañero. Dilo. Quiero escucharte decirlo —exigió Yoongi
mientras lo miraba.
—Sí, soy
tuyo, Yoongi —dijo Taehyung.
—Min —le
corrigió—. Aquí, cuando estemos solos, cuando te esté haciendo el amor, quiero
que me llames Min. No quiero que haya ninguna confusión en cuanto a quién está
haciendo el amor contigo, Taehyung.
—Min
—susurró Taehyung—. Soy tu compañero, Min.
—¡Sí! —Yoongi
silbó entre dientes—. ¡Mío!
La respiración de Taehyung se aceleró y deslizó la mano
entre ellos para agarrar su pene. Yoongi lo detuvo, sujetando sus manos y
apretándolas contra la cama mientras entrelazaba sus dedos.
—No,
sólo yo, Taehyung —dijo Yoongi en voz baja.
Taehyung respiraba con dificultad, su erección palpitaba
entre ellos con las palabras de Yoongi. Apretó las manos contra las de él,
sujetándolo firmemente mientras Yoongi seguía empujando en él. Era lento y
constante, y eso los estaba llevando a los dos al borde.
—Min
—susurró mientras se sentía a punto de llegar.
—Eso es,
bebé, córrete para mí. Muéstrame lo mucho que me quieres — exigió Yoongi.
—Ohhhhh
—exclamó Taehyung mientras explotaba, sus ojos se cerraron.
—¡No!
Abre los ojos, bebé. Mírame. Quiero ver —ordenó Yoongi.
Vio como Taehyung abría los ojos de nuevo y lo miraba. Su
aliento estaba atrapado en su garganta al ver la mirada en los ojos verde
pálido de Taehyung. Se agradaron por la sorpresa, pero fue la mirada de adoración
en ellos lo que detuvo el aliento de Yoongi.
Esa mirada lo hizo gemir un momento después, cuando explotó,
la sensación de los músculos internos de Taehyung apretándose alrededor de él,
cuando se corrió dentro de su férreo abrazo. Bombeó dentro de Taehyung hasta
sentir el nudo extendiéndose y arraigando y a Taehyung gritando otra vez.
—Eso es,
bebé —susurró Yoongi mientras Taehyung gemía. Movió sus caderas adelante y
atrás, lo suficiente para mantener la estimulación de Taehyung.
Quería prolongar su placer, para ver esa mirada afectada en
sus hermosos ojos verdes durante tanto tiempo como pudiera.
Yoongi continuó moviendo sus caderas, sus manos seguían
unidas con las de Taehyung mientras dejaba besos tiernos a lo largo de la
mandíbula, el mentón, el cuello. Besó cada pedazo de piel hasta la que pudo
llegar con sus labios. Cada movimiento impulsado por los pequeños gemidos y
lloriqueos de Taehyung.
Al final, lamentablemente, sintió al nudo retrocediendo.
Salió de su cuerpo, rodó sobre su espalda acercando a Taehyung hacia él. Lo
envolvió entre sus brazos por los hombros y lo mantuvo cerca, con la cabeza
dorada escondida debajo de su barbilla.
Pasó algún tiempo antes de que ninguno de los dos dijera una
palabra, cada uno atrapado en la emoción del momento. Yoongi estaba sorprendido
por la forma en la que se comportaba con Taehyung, como se había convertido en
una obsesión en unas pocas horas. No tenía ni idea de qué pasaría después de
unos días o incluso semanas.
Estaba sorprendido por la rapidez con la que se estaba
enamorando. Lo conocía desde hacía apenas un día y ya no podía imaginarse
estando sin él. Taehyung se estaba haciendo tan importante como respirar, y eso
lo asustaba.
—¿Y
ahora qué, Yoongi? —preguntó Taehyung rompiendo el silencio de la habitación.
—¿Ahora?
Ahora vamos a darnos una ducha y dormiremos un poco. En la mañana, iremos a
buscar tu coche y traeremos tus cosas aquí —respondió.
—¿Así de
fácil? —preguntó Taehyung.
—Sí, así
de fácil —Yoongi se rió entre dientes—, ya te dije que me pertenecías y que no
iba a dejarte ir. Tú estuviste de acuerdo conmigo.
—Bajo
presión —Taehyung se echó a reír, alertado rápidamente cuando el cuerpo de Yoongi
se quedó inmóvil. Levantó la cabeza y miró a Yoongi con preocupación—. ¿Yoongi?
Yoongi lo soltó, rodó a un lado de la cama y se puso de pie.
—Voy a
ducharme. Puedes usarla cuando termine, si quieres —dijo sobre su hombro antes
de entrar en el baño.
Taehyung supo inmediatamente que Yoongi se había tomado en
serio sus palabras. ¡Maldita sea! Aquel hombre necesitaba relajarse un poco. Se
levantó hacia un lado de la cama y se puso de pie después de que Yoongi entrara
en el baño.
Lo alcanzó justo cuando estaba cruzando las mamparas de
cristal de la ducha.
—Min, si
vuelves a alejarte de mí de esa forma otra vez, verás toda una rabieta que hará
que lo que viste hoy más temprano sea un paseo por el parque.
Yoongi se dio la vuelta y lo miró, arqueando una ceja
desafiando a Taehyung. Pero bajo el exterior del macho Alfa dominante, Taehyung
creyó ver la incertidumbre que persistía en sus ojos negros como el carbón. Taehyung
sabía que su comentario le había lastimado.
Dio un paso adelante, presionó su cuerpo contra el de Yoongi,
enmarcó su cara entre las manos y le obligó a mirar hacia abajo.
—Lo
siento, no fue mi intención herir tus sentimientos. Estaba bromeando. Supongo
que sólo necesitamos más tiempo para conocer la forma de pensar del otro.
Yoongi se lo quedó mirando durante tanto tiempo, con una
dura mirada en su rostro, que Taehyung empezó a preguntarse si había
interpretado mal la situación. Tal vez no había herido sus sentimientos después
de todo. Tal vez a Yoongi simplemente no le importase. Taehyung se sintió como
el imbécil más grande del mundo, dejó caer sus manos de su cara y miró hacia
sus propios pies.
—Te
dejaré para que puedas ducharte —dijo apurándose en darse la vuelta y volver a
entrar en el dormitorio. Esperaba que Yoongi lo llamara y que le dijera que lo
entendía, que no estaba enfadado. En cambio, escuchó abrirse la ducha.
Supuso que eso lo decía todo. Había visto algo que no estaba
allí. Yoongi le aceptaba debido a un aumento hormonal excesivo. No lo quería a
él, no realmente. Sólo quería un compañero y al parecer, no le importaba quien
fuera. Taehyung cogió la camisa descartada que había llevado antes y se la pasó
por la cabeza antes de subirse a la cama. Se deslizó tan cerca del borde como
pudo sin caerse y se cubrió con las mantas hasta los hombros.
Era una estupidez y lo sabía, pero la forma en la que Yoongi
le había hecho el amor…, tal vez ese era el problema. Yoongi no había hecho el
amor con él. Solo había jodido con él. No había habido amor involucrado, sólo
una simple necesidad sexual. Pensó que había significado algo. Era un idiota.
Quería lo que Hoseok y Jungkook tenían. Ellos se amaban
tanto que apenas podían soportar estar lejos el uno del otro. Jungkook
prácticamente seguía a Hoseok al cuarto de baño porque no quería estar sin él.
Aquel amor y aquella necesidad, aquella obsesión, eso era lo
que quería, pero no parecía que fuera a conseguirlo con Yoongi. Aún no sabía
qué era lo que Yoongi quería de él. En un momento parecía que lo quería, que lo
necesitaba, y al siguiente, ni siquiera quería estar en la misma habitación.
Sólo deseaba que se lo explicara, al menos entonces sabría en qué punto estaba.
Hasta entonces, Taehyung supuso que sólo tendría que ir
tocando de oído. Sólo tendría que recordar que Yoongi no lo quería de la misma
manera que él lo quería. La única razón por la que estaba aquí era porque era
el compañero de Yoongi.
Taehyung se apuró en secarse las lágrimas de los ojos cuando
escuchó el sonido de la ducha apagándose. No le haría ningún bien a Yoongi
mostrándole como de afectado estaba. Obviamente, Yoongi no estaba interesado en
la parte emocional ni en los enredos que iban unidos a una relación.
Cuando escuchó a Yoongi entrar en el dormitorio cerró los
ojos y rezó para que pensara que ya estaba dormido. No quería hablar con él
ahora mismo. No sabía si podría decir alguna otra cosa que lo hiciera sentirse
más estúpido aún.
Taehyung contuvo el aliento, esperando, sintió la
inclinación de la cama con el peso de Yoongi al subirse. Pero Yoongi se limitó
a cubrirse con las mantas y se dio la vuelta para dormir. Taehyung no sabía qué
le dolía más, si sentirse como un estúpido o ser ignorado.
Dejó escapar el aliento lentamente al oír el suave ronquido
de Yoongi. Se volvió sobre su costado para mirarlo, estaba durmiendo boca
arriba, con un brazo sobre el estómago, el otro sobre su cabeza. Y era la cosa
más sexy que había visto nunca. Era culpa de su mala suerte el haberse
enamorado de un hombre que no quería quererle, sólo quería su cuerpo. A pesar
de que hubiera preferido que Taehyung fuera una mujer.
Taehyung cerró los ojos preguntándose cuanto podría tardar
antes de enamorarse de Yoongi, y acto seguido, tener el corazón roto. Porque
estaba seguro de que eso era lo que iba a pasar.
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