Taehyung abrió los ojos para ver la cama vacía al lado de
él. Podía ver la huella de la cabeza de Yoongi en la almohada, pero las sábanas
entre ellos estaban frías. Se imaginó que Yoongi había huido al minuto en que
abrió los ojos para evitarlo.
Mientras rodaba por un lado de la cama, se preguntaba si su
vida podría ser más decepcionante. Primero, había sido secuestrado y mantenido
prisionero por un loco de atar que lo había utilizado para su propia codicia.
Luego había sido secuestrado por el hombre de sus sueños, quien lo había
utilizado para sus necesidades personales. Tal vez, sólo necesitaba mantenerse
alejado de los hombres.
Ese era un pensamiento deprimente, Taehyung sonrió mientras
se levantaba e iba al baño. Se sacó la camisa por encima de la cabeza y la tiró
en el mostrador antes de entrar en la ducha y abrir el agua.
Hizo un rápido trabajo enjabonándose y lavando su cabello
antes de enjuagarse y salir. Agarrando una toalla del anaquel, se secó y luego
miró a su alrededor buscando algo con que vestirse. De verdad no quería usar
nuevamente esa camisa sucia.
Envolviendo una toalla en su cintura regresó al dormitorio y
miró en el armario de Yoongi. ¿Le importaría a Yoongi que usara otra de sus
camisas? ¿Era eso demasiado personal? ¿Estaría invadiendo el espacio de Yoongi
si se metía en su armario?
Decidiendo que era una mejor opción mantenerse alejado de
las pertenencias de Yoongi, Taehyung se acercó a mirar por la ventana. No sabía
lo territoriales que podían ser los hombres lobos. Por lo que sabía, Yoongi
podía marcar su territorio orinando por todo el lugar.
Ese pensamiento le recordó a Taehyung lo poco que en
realidad sabía sobre Yoongi o lo que quería de él. Ni siquiera sabía si se le
permitía dejar la habitación. Pero, si tenía que estar confinado en una
habitación, esta era mejor y también más grande que la habitación en la que
estuvo con el Profesor.
Taehyung suponía que no podía ser tan malo. Tenía un baño,
una bonita vista desde la ventana y una grande y agradable cama para dormir.
Asumió que Yoongi vendría a visitarlo, aún si sólo fuera para dormir en la cama
por las noches. Después de todo esta era su habitación.
Y luego estarían esas ocasiones en las que Yoongi decidiera
compartirse a sí mismo con Taehyung. Esas serían las ocasiones con las que
fantasearía cuando estuviera solo, pretendiendo que Yoongi realmente lo quería
y no sólo como si fuera una pareja cualquiera.
Resignado, Taehyung regresó al baño y se puso nuevamente la
camisa. Tenía que ponerse algo. Con nada más que hacer, arregló la habitación.
Hizo la cama y limpió el baño.
Nuevamente se detuvo junto a la ventana mirando hacia
afuera, cuando la puerta de la habitación se abrió y Yoongi entró caminando.
—Oh
bien, estás despierto —dijo Yoongi mientras examinaba a Taehyung de pie junto a
la ventana —¿Tienes hambre? Jimin hizo algo de comer.
—Podría
comer algo —respondió Taehyung.
—Entonces
bien, vamos. La comida está esperando —dijo Yoongi, girando sobre sus talones y
saliendo por la puerta.
Taehyung se quedó mirando por un momento la puerta abierta
antes de seguir a Yoongi y bajar las escaleras. Mientras caminaba hacia la
cocina escuchó un bajo silbido. Rápidamente giró su cabeza para ver a Jimin de
pie en la puerta de la cocina con sus ojos examinado su cuerpo casi desnudo. Taehyung
pudo sentir sus mejillas sonrojarse mientras trataba de tirar de la camisa más
abajo de sus muslos.
—Maldición,
Taehyung, ¿No pudiste encontrar algo más para ponerte? ¿Tienes que desfilar
delante de todos usando sólo mi camisa? —gritó Yoongi.
Taehyung repentinamente se llenó de ira. Él no había pedido
esto. Había sido forzado a hacerlo. Yoongi no tenía derecho a estar enfadado
con él. Él sabía que toda su ropa estaba en su coche. Si quería que se pusiera
algo más, debería habérselo traído.
—Oh,
está bien —respondió Taehyung mientras se giraba para ver la cara enojada de Yoongi—.
Olvidé que es tu camisa favorita. Toma, puedes quedártela. Yo no la quiero—. Taehyung
agitó la camisa sobre su cabeza y la tiró hacia, un muy aturdido Yoongi antes
de girarse y dirigirse directo a la habitación, cerrando de un portazo cuando
llegó allí.
Yendo hacia la cama, se acostó agarrando una de las
almohadas y abrazándola contra su pecho mientras las lágrimas colmaban sus
ojos. Esto simplemente no va a funcionar. Los continuos altibajos emocionales
en los que estaba montado lo iban a volver loco.
Tal vez debería marcharse antes de perder aún más, irse
mientras pudiera. Trató de recordar qué tan lejos estaría del bar donde estaba
su coche. ¿Podría caminar hasta allí? ¿Tendría suficiente tiempo antes de que Yoongi
descubriera que se había ido?
Taehyung rodó y se puso de pie, cruzando la habitación hacia
el armario de Yoongi. Abrió varios cajones antes de encontrar una camiseta y un
par de pantalones de deportes con cordón en la cintura.
Tirando de ellos se los puso, ciñó la cintura y enrolló las
piernas hacia arriba. Yoongi era más que un poco más grande de lo que él era y
los pantalones colgaban de él, haciéndole parecer como un niñito jugando a
disfrazarse. Taehyung se sentía ridículo, pero al menos estaba cubierto. Ahora
solo necesitaba conseguir sus zapatos y el dinero de la camioneta de Yoongi e
irse antes de que lo atrapara.
Abrió la puerta de la habitación y husmeó escaleras abajo,
cuando escuchó un fuerte estruendo en la cocina. Antes de que pudiera detenerse
a pensar, Taehyung corrió hacia la cocina, pensamientos de Yoongi siendo
lastimado daban vueltas en su cabeza.
Cuando llegó a la puerta, el panorama que tenía ante él hizo
a Taehyung detenerse. Jimin y Yoongi estaban peleando en el suelo,
arrastrándose el uno al otro, en su forma humana. Quería correr mientras Yoongi
estaba distraído, pero en el momento que escuchó a Yoongi gruñir de dolor, supo
que no podía.
—¿Qué
demonios está pasando aquí? —gritó a todo pulmón. Yoongi y Jimin lo ignoraron y
siguieron luchando. Taehyung agarró el objeto más cercano que pudo hallar, una
bandeja para hacer bizcochos, y comenzó a balancearla, golpeando a ambos
hombres en la cabeza.
Ambos dejaron de luchar, agarrando sus lastimadas cabezas
antes de mirar a Taehyung completamente asombrados.
—Para
ser dos hombres que se supone son el Alfa y el Beta de su manada, con seguridad
están actuando como niños de dos años. ¿Qué diablos pasa contigo? —gritó Taehyung.
—Él
empezó —dijeron ambos al mismo tiempo, apuntándose el uno al otro.
—Salgan
de una buena vez de mi cocina hasta que ambos puedan comportarse —gruñó Taehyung.
No podía creer las palabras que estaban saliendo de su boca aún cuando era él
quien las decía.
—¿Tú
cocina? —preguntó Yoongi, con una ceja levantada. Taehyung sintió la confusión
de Yoongi. Aún no estaba seguro de por qué no estaba corriendo hacia las
colinas en vez de estar discutiendo con Yoongi.
Taehyung levantó nuevamente la bandeja para hornear
bizcochos de forma amenazadora.
—Sí, mi
cocina. ¡Ahora lárguense hasta que aprendan buenos modales!
Interiormente, Taehyung estaba asombrado cuando ambos
hombres se retiraron apresuradamente de la cocina. Estaba sorprendido de que
eso hubiera funcionado, o que Yoongi y Jimin lo hubiesen escuchado. No era como
si él fuera capaz de ganarle a alguno de los dos en una pelea, justa o no.
Ellos eran inmensos en comparación con él.
Tal vez así era como una persona trataba con hombres
dominantes, golpeándolos con bandejas para hacer bizcochos. Debía recordar
mantener algunas a mano para el futuro, porque no tenía dudas de que volvería a
usarlas contra ellos para golpear alguna cabeza testaruda. También sabía que
por ahora, estaba atrapado aquí. Lo que el mañana depararía, ¿Quién lo sabía?
Sólo tenía que tomarlo día a día.
Entre tanto, él tenía una cocina que limpiar. Mirando
alrededor el desorden de la cocina, Taehyung sólo pudo negar con la cabeza. Iba
a llevarle al menos una hora limpiar. Más le valía empezar.
—Joder,
hombre, ¿Por qué no me advertiste que Taehyung tenía temperamento? —dijo Jimin
mientras se sentaba al lado de Yoongi en la escalinata, frotando su dolorida
cabeza.
—¿Quieres
decir que no te diste cuenta anoche? —Yoongi preguntó con fingida sorpresa.
—Lo
siento, amigo, estaba muy ocupado admirando la vista.
—Cállate
antes de que te golpee otra vez. Se supone que no debes admirar absolutamente
nada de mi compañero —gruñó Yoongi.
—Bueno,
si él no sigue exhibiendo…
—Jimin —Yoongi
gruñó otra vez.
—Sólo
estoy diciendo…
—Sé lo
que estás diciendo, pero intentar pedirle al hombre que use ropa. Viste lo que
pasó cuando lo hice —contestó Yoongi.
—No. Vi
lo que pasó cuando le gritaste. No le pediste nada —Jimin se detuvo firmemente
mientras miraba a Yoongi—. De hecho, las dos veces que lo he visto, he
escuchado cerca de tres frases salir de tu boca cuando no le estabas gritando.
El resto de las veces le estabas gritando o llevándotelo a alguna parte.
Yoongi pudo sentir subir el calor a su rostro ante la
reprimenda de Jimin. Sabía que probablemente se lo merecía, pero a nadie le
gustaba que le dijeran que estaba equivocado o que se había comportado mal,
especialmente no a él.
—¿Ya lo
reclamaste? —Jimin preguntó después de un momento.
—Sí, un
par de veces. Parece ser las únicas veces en que no estamos discutiendo —dijo Yoongi.
—¿Qué
piensas de eso?
Yoongi se rió, apoyando sus codos en las rodillas y juntando
sus manos, dejándolas entre sus piernas. Miró hacia el brillante cielo azul,
inhalando profundamente, para luego soltarlo lentamente.
—Jodidamente
increíble.
—Sí,
siempre pensé eso, también —dijo Jimin.
Yoongi arrugó la frente mientras repentinamente una idea lo
golpeó. ¿Jimin estaba preocupado por cómo reaccionaría si traía un hombre a
casa? No habían discutido las preferencias sexuales de Jimin, pero realmente
nunca le había importado. Se giró para mirar a su mejor amigo y Beta.
—¿Por
qué nunca has traído a alguien a casa? ¿Tenías miedo de cómo reaccionaría?
—No, es
sólo que nunca he conocido a alguien que me importara lo suficiente para
traerlo a casa. Mantengo la esperanza de que mi compañero esté en algún lugar
ahí afuera, esperando a que yo lo encuentre. Y estoy más que seguro que será un
él.
—¿Y si
no lo es? —preguntó Yoongi con curiosidad.
Jimin encogió sus amplios hombros.
—Supongo
que lidiaré con eso al igual que tú lo has hecho.
—Dios
mío, no hagas eso —se quejó Yoongi—. No lo he manejado para nada bien.
—¿Qué
quieres decir?
—Estoy
bastante seguro de que he jodido las cosas con Taehyung, y no tengo idea de
cómo solucionarlo —dijo Yoongi tristemente.
—¿Qué
hiciste? ¿Más gritos?
—No,
desearía que fuera así de fácil. Anoche Taehyung estaba bromeando y me lo tomé
mal. Cuando trató de disculparse no se lo permití. Básicamente lo ignoré por el
resto de la noche. Para serte sincero, me quedé bastante sorprendido de que aún
estuviera aquí esta mañana.
—¿Qué
fue lo que dijo que te molestó tanto?
—Fue una
estupidez —dijo Yoongi, mirando nuevamente hacia sus manos.
—¿Y?
Obviamente te molestó. ¿Qué fue lo que dijo?
—Mientras
estábamos haciendo el amor le hice admitir que era mi compañero. Después,
cuando se lo recordé, él se rió y me dijo que lo había dicho bajo coacción.
—Puedo
ver por qué te molestó —dijo Jimin—. Creo que yo también me habría enfadado.
Yoongi asintió, las palabras de Taehyung realmente le habían
molestado. Le habían hecho daño. Había pensado que su tiempo juntos había sido
especial, algo que él sabía, nunca había experimentado con otro ser humano.
Había pensado que Taehyung también lo había sentido así.
Cuando Taehyung le había dicho que había admitido ser su
compañero bajo coacción, Yoongi se había sentido estúpido por ver algo en su
acoplamiento que Taehyung no había visto. Él simplemente había querido alejarse
lo más rápido posible para poder lamer sus heridas en privado.
—Entonces,
¿qué pasó? —preguntó Jimin, interrumpiendo los pensamientos de Yoongi.
—Le dije
que iba a darme una ducha, pero él me siguió. Me dijo que lo lamentaba, que no
había tenido la intención de herir mis sentimientos. Que sólo había sido una
broma. Luego dijo que no nos conocíamos lo suficiente como para conocer la
forma de pensar del otro.
—¿Y qué
dijiste?
Yoongi se encogió de hombros.
—No lo
hice.
—¿No
hiciste qué?
—No dije
nada. Después de algunos minutos él regresó a la habitación y yo me duché.
Cuando volví a la cama, él estaba durmiendo.
—¿Eso
fue todo? ¿No dijiste nada? ¿No lo despertaste para hablar con él? ¿Nada? —le
preguntó Jimin sorprendido.
Yoongi negó con la cabeza.
—No,
como un tonto, sólo me dormí.
—Tío,
tienes razón. La has jodido.
—Vaya,
gracias. Eres todo corazón —respondió Yoongi sarcásticamente mientras extendía
la mano y golpeaba a Jimin juguetonamente en el brazo.
—Entonces,
¿Qué vas a hacer?
—No
tengo ni la menor idea. Si Taehyung fuera una mujer, le compraría flores o
algo, pero no lo es. No sé cómo decirle a otro hombre que lo siento.
—Sabes,
a los hombres también les gustan las flores—. Jimin sonrió.
—¿En
serio? —preguntó Yoongi, mirándolo hacia atrás sorprendido— ¿Crees que a Taehyung
le gusten las flores?
—No te
lastimaría intentarlo, e incluso si no le gustan, podría ver el gesto por lo
que es. Por otro lado, siempre podrías comprarle algo de ropa. Parece que se
está vistiendo mucho con tus camisas.
La cara de Yoongi se puso de un rojo brillante y dejó caer
su cabeza.
—¿Qué?
—preguntó Jimin cuándo Yoongi murmuró.
—Me
gusta que vista mis camisas, ¿Está bien? —gruñó Yoongi mientras levantaba la
cabeza y miraba a su Beta.
—Tío,
estás mal—. Jimin sonrió.
—¿Qué
quieres decir?
—Te
estás enamorando de él —dijo Jimin—. Afortunadamente para ti, no es algo malo
teniendo en cuenta que es tu compañero.
—¿No
piensas que es demasiado… afeminado? —preguntó Yoongi, con clara incertidumbre
en su voz.
—¿Qué?
¿Sólo porque eres un hombre significa que no te puedes enamorar? Espero con
seguridad que eso no sea cierto. Tengo toda la intención de enamorarme algún
día y espero que sea de mi compañero. ¿Eso me hace menos hombre?
—No,
supongo que no —dijo Yoongi un momento después—. Todo esto es nuevo para mí.
Siempre esperé encontrar algún día a mi pareja, pero Taehyung me tiene de alguna
forma, enganchado. No sé qué hacer con él.
—¿Quieres
que te haga un dibujo? —Jimin lo miró lascivamente. Yoongi puso ojos en blanco.
—Sabes
lo que quiero decir, Jimin. Él es un hombre. No sé nada sobre estar con un
hombre. Demonios, la otra noche Taehyung tuvo que enseñarme como… bueno,
simplemente no sé qué demonios estoy haciendo.
—Por
supuesto me gustaría que terminaras esa frase. Va a volverme loco no saber lo
que te enseñó.
—No me
estás ayudando —gruñó Yoongi.
—Está
bien, está bien. ¿Has probado a hablar con el chico? ¿Preguntarle lo que
quiere? Tal vez le gustan las flores y las joyas, cosas como esas. Tal vez le
gusta el romance, los abrazos y besos. A algunos hombres les gusta, ¿Sabes?, y
eso no significa que son menos hombres. Todos necesitamos sentirnos queridos, Yoongi,
incluso los hombres.
—¿Eso
crees? —preguntó Yoongi con escepticismo.
Antes de que Jimin pudiera responderle, la puerta del frente
se abrió. Yoongi y Jimin se pusieron de pie y se giraron para ver a Taehyung de
pie en la puerta, con las manos en sus caderas mientras los miraba hacia abajo.
—Ustedes
dos tienen que ir a la ciudad y traer mi coche y mi ropa. Y mientras están
allí, busquen otra bandeja para hornear. La última tiene una gran abolladura
del tamaño de vuestras cabezas en un lado. Necesito una nueva —dijo Taehyung firmemente antes de
cerrar la puerta azotándola.
Yoongi miró asombrado hacia la puerta durante un momento.
—¿Crees
que se enfadaría conmigo si entro y le pido un beso antes de salir?
—Creo
que ya está enfadado contigo, así que no puedes hacer nada peor de lo que ya
hiciste. Además, si le gusta el sexo podría ponerlo de mejor humor. A él le
gusta el sexo, ¿no es así? —preguntó Jimin con curiosidad.
Yoongi sonrió hacia él.
—Oh sí,
le gusta el sexo.
Jimin puso los ojos en blanco mientras le daba un codazo en
el hombro.
—Estaré
esperando en la camioneta.
Yoongi esperó cerca de dos segundos después de que Jimin se
alejó antes de entrar a la casa y dirigirse a la cocina. Encontró a Taehyung
enjuagando la vajilla en el fregadero. Permaneciendo en la puerta, miró a su
compañero por un momento, preguntándose cómo iba a cerrar la brecha entre
ellos.
—¿Taehyung? —dijo suavemente mientras metía las manos en los
bolsillos.
—¿Qué? —preguntó bruscamente Taehyung, sin siquiera darse la
vuelta para mirarlo.
—No importa —dijo Yoongi, girándose para irse. Obviamente Taehyung
aún estaba enfadado con él.
—¿Qué
quieres, Yoongi? —preguntó Taehyung en voz baja antes de que Yoongi pudiera
salir de la habitación.
Yoongi se detuvo y miró atrás por encima de su hombro para
ver a Taehyung mirándolo.
—Solo
quería saber si podía conseguir un beso antes de ir a la ciudad.
Él se quedó perplejo cuando Taehyung tiró el paño de cocina
sobre el mostrador y caminó hacia él. Maldición, se veía sexy.
—Nunca
tendrás que pedir un beso, Min —respondió Taehyung justo antes de inclinarse y
besarlo.
Yoongi gimió, envolviendo sus brazos alrededor de Taehyung,
levantando su cuerpo y caminando algunos pasos para alcanzar la mesa de la
cocina. Sentando a Taehyung en la mesa, se movió hasta meterse entre sus
muslos.
Levantando sus labios un poco después, Yoongi miró hacia
abajo a la cara de Taehyung.
—Lo
siento, Taehyung. Sé que anoche fui un tonto, no tengo escusas. Estaba molesto
por lo que dijiste y debí haber aceptado tu disculpa cuando me la diste.
¿Aceptarás ahora la mía?
Taehyung miró a Yoongi, sorprendido de que se estuviera
disculpando. No se lo había esperado de él. Podría cambiar muchas cosas entre
ellos.
—Aceptaré
tu disculpa con una condición —dijo.
—Cualquier
cosa, sólo dila —dijo Yoongi rápidamente.
—Tráeme
más de una bandeja para hornear bizcochos, porque la próxima vez que me
ignores, voy a golpearte nuevamente en la cabeza.
Yoongi se subió a la camioneta veinte minutos después y la
encendió, conduciendo por el camino de entrada. Mientras salía a la carretera
principal, pudo sentir a Jimin mirándolo con diversión.
Se giró y lo miró cuando Jimin se inclinó y lo olió,
entonces se rió por lo bajo.
—¡Ni una
palabra! —gruñó.
Jimin levantó las manos en señal de rendición.
—No he
dicho nada.
—¡Bien!
—dijo Yoongi mientras volvía a mirar hacia el parabrisas del frente.
—Sin
embargo, si dijera algo, sería que apestas a sexo. ¿Supongo que Taehyung aceptó
tus disculpas? —preguntó Jimin, levantando la ceja con ávida curiosidad cuando
la cara de Yoongi se puso roja y una sonrisa cruzó sus labios lentamente.
—Sí
—respondió Yoongi, recordando como un rápido y pequeño beso de despedida se
convirtió en todo un revolcón en la mesa de la cocina. Sólo el pensar en lo
sexy que se veía Taehyung extendido sobre la mesa mientras él bombeaba en su
pequeño y apretado culo, lo estaba poniendo duro otra vez. No estaba seguro si
alguna vez iba a tener suficiente de él.
—Por
favor dime que no lo follaste en el mostrador de la cocina — preguntó Jimin.
—Nop
—sonrió Yoongi—, en la mesa de la cocina.
—¡Tío!
Eso es… Eso es simplemente…
—¿Envidioso?
—preguntó Yoongi burlonamente mientras le sonreía a Jimin.
—¡Sí,
maldita sea! —Gruñó Jimin—. Quiero que alguien ponga esa mirada en mi cara.
—¿Qué
mirada? —preguntó Yoongi, arrugando su frente.
—Oh por favor
—respondió Jimin, poniendo los ojos en blanco—.Pareces el gato que se comió al
canario. Si estuvieras más satisfecho contigo mismo, sería repugnante.
Yoongi sólo sonrió. Sí, él ahora estaba muy satisfecho
consigo mismo. No solo Taehyung le había dado un beso de despedida, y algo más,
sino que había aceptado sus disculpas cuando tenía todo el derecho de no
hacerlo.
Lentamente comenzaba a darse cuenta de que Taehyung no
encajaba en el estereotipo de lo que él creía que eran los seres humanos. Él
era desinteresado y daba más que cualquiera que hubiese conocido alguna vez,
hombre lobo o humano. Fue suficiente para estremecer los cimientos de las
creencias que Yoongi tenía sobre los humanos.
—¿Aún
piensas llevarle flores?
Yoongi le sonrió a Jimin antes de mirar nuevamente a la
carretera delante de ellos.
—Sí. Se
lo merece.
Yoongi se quedó callado por unos minutos, pensando en las
ideas que tenía sobre los seres humanos, antes de mirar nuevamente a Jimin.
—¿Jimin?
¿Qué piensas de los humanos?
—¿Qué
quieres decir?
Yoongi se encogió de hombros.
—No lo
sé. Siempre he pensado que los humanos eran… menos que nosotros. Supongo. Que
me parecían tan inescrupulosos y codiciosos, ¿Sabes?
—Creo
que eso es sólo por aquellos con los que te has relacionado. No todos los
humanos son así, Yoongi. De hecho, la mayoría de ellos son bastante agradables.
Es cierto que ellos cuidan de sí mismos, pero eso es porque no tienen manadas.
— Creo,
que Taehyung parece ser muy diferente a ellos.
—¿Cómo
es eso?
—Después
de la forma en que lo traté… demonios, desde el momento en que lo conocí, no ha
hecho nada más que aceptarme. Ni siquiera se desconcertó cuando le dije que era
un cambia formas. Él ya lo sabía.
—¿Ya lo
sabía? ¿Cómo? —preguntó
Jimin sorprendido, sentándose recto en su asiento.
—Su mejor amigo está acoplado con un cambia formas. Supongo
que ha vivido con su manada las últimas semanas.
—¿No me digas? ¿Qué manada?
Yoongi se echó a reír.
—¿Sabes?
Estaba tan ocupado intentando que él me besara que nunca le llegué a preguntar.
—Apuesto
a que nunca pensaste estar en esta posición—. Jimin sonrió.
—No,
nunca lo hice, pero, aunque parezca extraño, ahora no puedo imaginar estar
acoplado con alguien más. ¿Qué tan raro es eso?
—No es
raro en absoluto, Yoongi. Él es tu compañero. Se supone que debes sentirte así
—respondió Jimin.
—¿Eso es
todo esto? ¿Me siento de esta forma sólo porque él es mi compañero? —preguntó Yoongi.
Taehyung había señalado el mismo punto. Yoongi se preguntaba si Taehyung podría
tener razón. ¿Estaba sintiendo una fuerte conexión con él porque ellos eran
compañeros o había algo más?
—No lo
sé, Yoongi. Nunca he tenido un compañero. Eso es algo que sólo tú puedes
responder. Pero antes has tenido citas. ¿Alguna vez te habías sentido tan
cercano a alguien? ¿Es parecido a lo que estás sintiendo por Taehyung?
—No. Ese
es el punto. Nunca me he sentido así por otra persona. Es como si no pudiera
dejar de pensar en él, en quererlo. Solo el pensar que tú, mi mejor amigo, lo
vea vistiendo solamente mi camisa me hace querer rasgar tu garganta, y me
encanta verlo usando mi camisa.
—Yoongi,
sabes que nunca haría un movimiento sobre Taehyung, ¿verdad? —preguntó Jimin con precaución.
—Diablos,
sí lo sé —respondió Yoongi, golpeando el volante con su mano—. Simplemente eso
no importa. Nadie debería verlo así más que yo. Por otro lado, no quiero verlo
caminar en nada más que mi camisa. ¿Cuán jodido puede ser eso?
—¿Quieres
que me mude? —preguntó en voz baja Jimin.
—No,
también es tu casa. Sólo estoy tratando de averiguar por qué estoy tan
desquiciado con todo esto —preguntó Yoongi.
—Tío, tú
no estás desquiciado. Te estás enamorando de tu compañero. Y puede que ahora te
parezca confuso, pero una vez que eso suceda, te preguntarás por qué alguna vez
luchaste contra esto. Ahorra tu tiempo y simplemente entrégate a ello.
—¿Realmente
es tan simple? —cuestionó Yoongi con escepticismo.
—Claro
que lo es. Obviamente le gustas y parece que sexualmente no tienes problemas
con él. ¿Contra qué estás luchando? ¿El hecho de que sea un hombre? Me parece
que es un poco tarde para luchar contra eso. Ya lo has reclamado. ¿Por qué no
aceptas el hecho que te has acoplado con un hombre y lo disfrutas?
—Jimin,
lo haces sonar tan fácil, pero ¿cómo puede ser? ¿Qué sucederá cuando la manada
descubra que me acoplé con un hombre? Sabes que no va a ser fácil. Luego está
toda la cosa esa de ser un humano.
—¿Planeas
quedarte con él? —inquirió Jimin.
—Por
supuesto que sí. ¿Qué te hizo preguntar eso? ¡Taehyung es mi compañero!
—respondió bruscamente Yoongi.
—Entonces,
¿Qué importa todo lo demás? Si planeas quedarte con él, entonces eso es todo,
¿No crees? Tú y la manada simplemente van a tener que aceptarlo —razonó Jimin.
Yoongi estuvo en silencio por un momento, y luego comenzó a
reírse lentamente.
—Supongo
que eso más o menos lo dice todo, ¿Cierto?
—Sí, lo
hace, pero no te preocupes. Yoongi, habrá algunas quejas al principio, pero
tarde o temprano el resto de la manada aceptará a Taehyung. Me imagino que será
muy pronto, y el hecho de que sea humano incluso no será un problema.
—Eso
espero —respondió en voz baja Yoongi.
—Bueno,
míralo de este modo, o ellos lo aceptan o Taehyung los golpeará en la cabeza
con una bandeja para hornear.
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