Taehyung miró el reloj de pared. 16:30 de la tarde… Yoongi
debería estar pronto en casa. Parecía que se había ido hacía mucho tiempo, pero
sólo habían pasado un par de horas. Taehyung odiaba que él tuviera que salir a
trabajar todos los días. Prefería que Yoongi se quedara en casa con él.
Comprendía que Yoongi tenía un trabajo qué hacer. Pero eso
no significaba que tuviera que gustarle. Tener a Yoongi en casa con él le hacía
sentirse seguro y protegido. También se sentía bastante seguro cuando Yoongi no
estaba en casa. Sin embargo, se sentía mejor cuando tenía los fuertes brazos de
Yoongi envolviéndole. Además de eso, el tener a Yoongi abrazándole, por lo
general acababa en algo más íntimo. Taehyung estaba sorprendido de lo mucho que
le gustaba hacer el amor con Yoongi. No era que él pensara que no le iba a gustar,
pero nunca había estado con nadie antes de Yoongi, y con toda esa cosa de
tocar, nunca había imaginado que lo disfrutaría tanto.
Yoongi era muy… imaginativo. Hacía todo lo posible para
asegurarse de que Taehyung disfrutaba de todo lo que hicieran juntos. También
parecía tener un apetito insaciable por Taehyung, no era algo de lo que Taehyung
fuera a quejarse.
Apenas Yoongi entraba por la puerta ya estaba encima de Taehyung.
No parecía importarle lo que Taehyung estuviera haciendo o en qué parte de la casa
estuvieran. Si la habitación no tenía una superficie plana, Yoongi acababa
llevándolo hasta el suelo para hacer el amor con él.
Después era casi igual de agradable. Yoongi no era el tipo
de persona que hacía el amor y se iba enseguida. Después de hacer el amor a Taehyung,
le esperaban los abrazos, y ellos hablaban de sus días juntos. A Taehyung le
gustaban aquellos momentos íntimos, casi tanto como los sexuales.
Sus sentimientos por Yoongi fueron creciendo a pasos
agigantados. Casi con miedo de lo mucho que dependía de él. Una parte de él
tenía miedo de que si se involucraba demasiado con Yoongi, cuando el Profesor
viniera a por él, lo destruiría.
Por otra parte, no parecía poder detener el crecimiento de
sus sentimientos por Yoongi, sobre todo, porque podía sentir el afecto de Yoongi
por él cada vez que se tocaban. Yoongi no hacía nada por ocultar sus crecientes
sentimientos por él. De hecho, animaba a Taehyung a usar sus habilidades para
que supiera que le estaba diciendo la verdad cada vez que le decía que se
alegraba de que se hubieran acoplado.
Taehyung levantó la cabeza de la masa de pan que estaba
amasando cuando oyó abrirse la puerta delantera. Su corazón dio un salto de
alegría al darse cuenta de que Yoongi había vuelto a casa temprano. Taehyung no
podía creer que poco hacía falta para hacer su día perfecto.
Rápidamente, secándose las manos, se dirigió a la habitación
de en frente. Se sintió un poco confundido cuando no encontró a Yoongi en la
sala de estar, hasta que escuchó un ruido que venía de la oficina. Con una
pequeña sonrisa, Taehyung caminó hasta la puerta de la oficina.
Deteniéndose brevemente en la puerta, se sorprendió al ver
un pelo oscuro extraño en la habitación. Tenía uno de los muebles de archivos
de Yoongi abierto y estaba buscando algo en él. Taehyung trató de mantener la
respiración calmada cuando sintió el miedo llenándolo.
Él no sabía quién era ese hombre, pero él no tenía nada qué
buscar en los archivos personales de Yoongi, o entrar en su casa sin
invitación. Yoongi no le había dicho que alguien fuera a acercarse a casa, por
lo que ese hombre, definitivamente, no había sido invitado.
Taehyung se coló sigilosamente en la habitación, cogiendo una
pequeña estatua de un lobo de encima del aparador, caminó detrás del hombre. Lo
más silenciosamente que pudo, lo golpeó con la estatua en la cabeza,
sobresaltado por la forma en la que el hombre cayó al suelo inconsciente.
Rápidamente corrió al garaje, cogió el primer pedazo de
cuerda que encontró. En el pasillo de la casa, cogió el teléfono mientras
corría de vuelta a la oficina. Ató las manos del hombre y los pies juntos antes
de marcar el número del móvil de Yoongi.
—Oye,
bebé. ¿Cómo va tú día?. —Preguntó Yoongi cuando contestó al teléfono.
—Tienes
que volver a casa ahora mismo. Hay un hombre en casa y…
—¿Hay
alguien en casa contigo?. —Gruñó Yoongi.
Taehyung podía oír el chirrido de los neumáticos del coche
cuando Yoongi empezó a correr hacia casa. Su corazón dejó de latir tan fuerte
en su pecho cuando se dio cuenta de que Yoongi estaría en casa en cuestión de
minutos.
—Sí,
pero está atado en este momento. Lo dejé inconsciente con esa estatua de lobo
que había en el aparador de tu oficina y lo até con una cuerda del garaje.
—¿Lo
reconoces?. ¿Podría haberlo enviado el Profesor?.
Taehyung miró al hombre, agachándose para tratar de mirarlo
mejor a la cara.
—No.
Nunca lo había visto antes. El Profesor podría haberlo enviado, supongo, pero
no me resulta familiar.
—De
acuerdo. ¿Todavía está inconsciente?.
—Sí,
está fuera de combate. No creo que le haya golpeado muy fuerte. No hay sangre
ni nada.
—Bien.
Quiero que te mantengas alejado de él, pero mantén los ojos en él en todo
momento. Estaré en casa en un momento. Estoy en la misma calle. Ya he llamado a
mi padre y él debería estar ahí pronto.
—¿Por
qué llamaste a tu padre?. —Preguntó Taehyung y fue a sentarse en la silla de
detrás del escritorio de Yoongi.
—Si ese
hombre fue enviado por el Profesor, quiero que mi padre esté ahí cuando lo
interrogue. Podría conseguir sacarle algo si yo no puedo. Mi padre sabe ser muy
intimidante cuando tiene que serlo.
Taehyung no tenía ninguna duda de eso. Dowoo seguía
intimidándole a él, y eso que nunca había sido ninguna otra cosa que amable con
él. Odiaría ver cómo era Dowoo cuando estuviera en modo Alpha por completo.
—Oh, ¿Yoongi?.
Creo que está empezando a despertar. —Susurró Taehyung cuando vio que el hombre
movía la cabeza. —¿Qué debo hacer?.
—Sólo
mantente alejado de él, Taehyung. Estoy casi ahí.
Taehyung se acurrucó en la silla de Yoongi, con el teléfono
en la oreja y los ojos fijos en el hombre del suelo mientras esperaba a que Yoongi
llegara a casa.
Nunca se sintió más aliviado que cuando la puerta se abrió y
Yoongi entró en la oficina.
—Yoongi.
—Gritó mientras corría a través de la habitación hacia él dejando caer el
teléfono en el escritorio. Sintió los brazos de Yoongi envolverse a su
alrededor y se sintió seguro por primera vez desde que había descubierto al
hombre en la oficina.
—Me
alegro de que estés bien, bebé. —Susurró Yoongi contra su pelo. —No sé qué
habría hecho si te hubiera pasado algo.
Besó a Taehyung una vez más y después lo empujó detrás de
él. Se acercó y se arrodilló junto al hombre.
—Ahora,
vamos a ver que tenemos aquí.
Taehyung vio a Yoongi girar al hombre antes de soltar una
pequeña maldición. Él respiró hondo, se frotó la cara con la mano antes de
volverse hacia Taehyung. A Taehyung no le gustó la expresión de la cara de Yoongi.
Hizo que se sintiera como si hubiera hecho algo incorrecto.
—Taehyung,
quiero que subas a nuestra habitación. Quédate allí hasta que vaya a por ti.
¿Entiendes?. No dejes la habitación por ningún motivo hasta que vaya a
buscarte.
Taehyung asintió con la cabeza, sin saber lo que estaba
pasando, pero la sensación de que había hecho algo malo se estaba haciendo cada
vez más fuerte por segundos.
—¿Yoongi?.
¿Qué…?.
Ahora, Taehyung. —La voz de Yoongi no admitía discusión.
Sin comprenderlo del todo, Taehyung se volvió y salió de la
oficina, subió a su dormitorio. Él se acercó a la ventana cuando oyó otro coche
llegar hasta la casa. No se sorprendió al ver a Dowoo saliendo de su coche. Lo
que le sorprendió fue ver a Yoongi escoltando al extraño fuera de la casa. El
hombre había sido desatado y parecía estar muy enfadado. Él discutía con Yoongi,
quien parecía estar tratando de aplacar al hombre.
Taehyung vio a Dowoo empezar a discutir con el desconocido, Yoongi
intervenía en la conversación de vez en cuando. Por último, Dowoo asintió con
la cabeza, estrechó la mano del hombre. Taehyung se sorprendió cuando
simplemente dejaron que el hombre se marchara por su propio pie.
¿Cómo
pudieron hacer eso?. Él había entrado en la casa, había rebuscado entre los
archivos privados de Yoongi. El Profesor habría podido enviarlo. ¿Por qué sólo
lo dejaron marchar?. ¿No entendían el tipo de riesgo que representaba aquel
hombre?.
Molesto porque ellos estaban dejándole marchar, Taehyung
corrió por las escaleras para detenerlos. Acababa de entrar en la sala cuando Yoongi
y Dowoo entraban, vio los ojos de Yoongi llenos de ira, se clavaron en él
petrificándole donde estaba.
—Pensé
que te había dicho que te quedaras en el cuarto hasta que fuera a buscarte, Taehyung.
Taehyung miró a Yoongi completamente desconcertado. Yoongi
nunca le había hablado a él en ese tono de voz. Estaba enfadado, irritado,
frustrado. Era el tono de voz que Taehyung usaba para hablar a la gente que
había hecho algo malo.
—¿Yoongi?.
—Ve
arriba, Taehyung, ¡Ahora!. —Le gritó Yoongi.
—Taehyung
¿Te acuerdas de la discusión que tuvimos acerca de recordar la jerarquía de la
manada?. —Preguntó Dowoo con severidad, como si estuviera hablando con un niño
pequeño. —Este es uno de esos momentos en los que debes hacer lo que diga tu
compañero.
Taehyung asintió con la cabeza, poco a poco, salió de la
habitación. Recordaba, pero no entendía qué era lo que tenía eso que ver con el
hecho de que dejaran irse al extraño. Echó una última mirada confundida a Yoongi
antes de girar y subir las escaleras.
Cerró con llave la puerta del dormitorio detrás de él, se
sacó la ropa y se metió en la cama. Las lágrimas no tardaron en llegar a sus
ojos. No entendía por qué Yoongi estaba tan enfadado con él. Había hecho lo que
cualquiera hubiera hecho si alguien entraba en su casa. Se había defendido a sí
mismo y a su casa. ¿Eso estaba mal?.
Tal vez a Yoongi no le importaba que ese hombre hubiera
irrumpido en su casa. Tal vez no creyera que alguien estaba persiguiendo a Taehyung.
Tal vez no creía nada de lo que Taehyung le había dicho. O tal vez simplemente
no le importaba.
Por un breve momento, Taehyung se preguntó si el último par
de semanas habrían sido una especie de plan elaborado por el profesor. Había
pensado a menudo que Yoongi era demasiado bueno para ser verdad. ¿Podría ser?.
Con la misma rapidez, Taehyung desestimó esa idea. No había
manera de que Yoongi pudiera haber fingido las emociones que Taehyung había
sentido en él. Taehyung podría decir si mentía o no. Lo que todavía no
explicaba por qué habían dejado a aquel hombre en libertad.
Taehyung cerró los ojos tratando de bloquear los
pensamientos negativos. Pero todo lo que podía pensar era en cómo Yoongi se
había enfadado con él. No entendía qué era lo que había hecho mal y Yoongi no
parecía estar de humor para explicárselo.
Dowoo estaba siendo evasivo también. No parecía tan enfadado
como Yoongi, pero aún así había sido condescendiente. No parecía estar
intentando tratar a Taehyung como si fuera un niño, pero aun así lo había
hecho.
Taehyung se preguntó si eso era lo que era tener un
compañero. ¿Sería que siempre iría a preguntar lo que estaba pasando y no
habría nadie que se lo explicara?. ¿Se enfadaría Yoongi siempre tanto con él si
no obedecía de inmediato exactamente a lo que él le dijera?. ¿Dowoo siempre lo
trataría como a un niño?.
Tal vez todo aquel asunto del acoplamiento no era tan
glorioso como lo había pensado la primera vez. Todo parecía maravilloso cuando
lo miró por primera vez. Ahora no estaba tan seguro. No era un niño. Le
molestaba que lo trataran como tal.
Por otra parte, había prometido entender su posición dentro
de la manada. No sabía qué significaba que su compañero lo desterrara a su
habitación. Por supuesto, su compañero estaba por encima de él en la jerarquía.
Suponía que eso significaba que podía decirle a Taehyung lo que debía hacer.
Justo antes de quedarse dormido, Taehyung se preguntaba si
su relación con Yoongi sería muy diferente a la que tenía con el Profesor.
Ambos parecían querer controlarlo, decirle lo que podía y lo que no podía
hacer. Y ninguno de ellos lo trataban como si pudiera tomar decisiones por sí
mismo.
**********
Yoongi se pasó una mano por el pelo, miraba hacia la luna
creciente en el cielo nocturno tras la ventana de su oficina. Podía oír a su
padre moviéndose detrás de él, su madre tarareaba en la sala de estar.
—Yoongi,
tienes que decirle lo que está pasando y dejarle elegir. —Dijo su padre.
—No.
—Yoongi.
—No voy
a hablar de esto con Taehyung, papá. No me importa lo que haya hecho.
—Respondió Yoongi cuando se volvió a mirar a su padre.
—Yoongi,
rompió la ley de la manada. Tiene que enfrentar las consecuencias de lo que
hizo. —Dijo Dowoo.
—No
sabía lo que estaba haciendo. Me olvidé mencionarle que había enviado a Jimin a
casa para recoger unos archivos. Lo único que sabía era que un hombre, un
desconocido, estaba entrando en nuestra casa sin mi permiso. Él no sabía que yo
había enviado a Jimin aquí.
—Eso no
significa que no tenga que pagar su deuda, Yoongi. Por la ley de la manada,
cualquier miembro de la manada que agreda a otro tiene que ser castigado. Lo
sabes tan bien como yo. Tú eres el ejecutor de la legislación.
—Taehyung
no. —Gruñó Yoongi. —Él no es lo suficientemente fuerte.
—Hijo, a
la manada ya le va a costar bastante el aceptar tu relación con Taehyung tal y
como es. Si muestras un trato preferente hacia él, sólo vas a empeorar las
cosas. Tiene que ser tratado igual que cualquier otra persona que hubiera
quebrantado la ley de la manada.
—¡Conozco
la ley de la manada!. —Gritó Yoongi. —Yo la aplico a diario. Y también sé que
cualquier miembro de la manada puede tomar el castigo en lugar de su compañero.
No voy a hacer a Taehyung objeto de este castigo. No entiende lo que hizo mal y
no es lo suficientemente fuerte como para soportar diez latigazos. Lo sabes tan
bien como yo.
—Yoongi.
—Taehyung
es mi compañero, y ésta es mi decisión. Está hecho.
Dowoo respiró hondo y soltó el aire poco a poco antes de
asentir con la cabeza.
—Muy
bien. Reuniré a la manada y nos encontraremos en el círculo ceremonial dentro
de dos horas para llevar a cabo el castigo.
Yoongi vio a su vez a su padre caminar hacia la puerta, hizo
una breve pausa para mirar atrás, hacia él. Podía ver la empatía y la
comprensión en sus ojos, junto con una gran cantidad de orgullo.
—No
estoy de acuerdo con tu decisión, Yoongi, pero entiendo por qué estás haciendo
esto. Estoy orgulloso de ti por cómo defiendes a tu compañero. Te has
convertido en un hombre fuerte, en un buen hombre.
Yoongi sintió las lágrimas floreciendo en sus ojos por la
alabanza de su padre. Siempre había sabido que su padre estaba orgulloso de él,
pero seguía siendo agradable el oírlo. Él asintió con la cabeza a su padre, con
la garganta demasiado apretada por la emoción cómo para responder con palabras.
—Me voy
a llevar a tu madre a casa ahora. La enviaré de vuelta a esperar con Taehyung
en un rato. Él no tiene que estar sólo ahora.
—Gracias.
—¿Se lo
vas a decir?.
—No.
Sólo serviría para preocuparlo. Se lo diré después. —Dijo Yoongi con una
pequeña sonrisa cruzando sus labios.
Dowoo asintió con la cabeza antes de girarse y salir de la
habitación. Un poco después, Yoongi escuchó la puerta de la calle cerrándose. A
continuación, el coche arrancó y se alejó. Ahora tenía que encontrar la manera
de hacer frente a su compañero.
Yoongi sabía que Taehyung no entendía lo que estaba pasando.
¿Cómo podría?. No se le había explicado nada de eso. Ellos no habían tenido su
ceremonia oficial de acoplamiento, por lo que la mayoría de las cosas no se le
habían explicado aún.
Él no iba a entenderlo y Yoongi no estaba seguro de poder
explicárselo adecuadamente. Se había roto una ley de la manada, una que no
podía ser barrida bajo la alfombra. Incluso aunque quisiera hacerlo, Jimin
nunca se lo permitiría.
Jimin era un dolor en el culo y lo había sido desde que Yoongi
se había convertido en el ejecutor de la legislación de la manada. Jimin había
querido esa posición y sentía que Yoongi la había conseguido por ser el hijo
del Alpha. La verdad era que Jimin no tenía el temperamento para el trabajo. Lo
veía más como una posición de poder y no como un deber de su manada.
No ayudó que Jimin estuviera celoso de que Yoongi hubiera
encontrado a su compañero. O tal vez estaba celoso por que Taehyung fuera su
compañero. Taehyung era un hombre magnífico. Jimin era el tipo de hombre que
respondería a eso. Por mucho que sintiera que la posición de ejecutor era de
poder, él iba a querer a un compañero perfecto a su lado.
Yoongi sabía que Jimin era tan gay como él. Habían tenido su
momento de casi diversión una vez, muchos años atrás. Era una de las
principales razones por las que Jimin estaba tan furioso con él. Yoongi se
había sentido atraído por Jimin por un breve período de tiempo, pero había
decidido que no quería involucrarse con él después de un beso. Jimin no era
para él.
Jimin no lo había tomado bien. Él no había estado muy
interesado en Yoongi como persona. Él había querido el prestigio que iba a
tener por estar junto al hijo mayor del Alpha. Yoongi se había dado cuenta y se
había alejado de él.
Después de eso, Jimin había hecho todo lo posible por
hacerle la vida a Yoongi lo más miserable que pudiera, como negarse a retirar
los cargos contra Taehyung por asalto. Ahora, Yoongi tendría que pagar por el
crimen de Taehyung.
En realidad había otra manera. Su compañero era pequeño,
demasiado frágil para tomar el castigo necesario para satisfacer las demandas
de ese tipo de crimen. Sería terriblemente herido, tal vez incluso quedarían
cicatrices de por vida. Yoongi no podía dejar que eso pasara. Era su deber el
proteger a su compañero de todos los costos, incluso de este.
Yoongi entró en la sala de estar, asegurándose de que la
puerta principal estaba cerrada antes de subir. Tenía un poco menos de dos
horas con Taehyung antes de que tuviera que irse, y no pensaba desaprovecharlas
abajo, en su oficina. Prefería gastarlas arriba, con su compañero.
Él negó con la cabeza cuando llegó arriba y vio la puerta
cerrada. Obviamente significaba que Taehyung no estaba contento con él.
Hablando sobre comportamiento pasivo-agresivo. Bueno, una puerta cerrada no iba
a detenerlo.
Tampoco era una puerta cerrada, pensó Yoongi cuando agarró
el picaporte y trató de girarlo. Dando un paso atrás, levantó el pie y lo
utilizó para golpear la puerta. Vio la puerta abrirse golpeando contra la
pared. Taehyung se levantó de dónde había estado durmiendo y miró hacia la
puerta alarmado.
Yoongi entró en la habitación, su ceja arqueada, mirando a Taehyung,
desafiándolo a negarle la entrada. Miró a Taehyung con intención, comenzó a
desabrochar la camisa, la dejó caer al suelo. Sus zapatos y pantalones vaqueros
la siguieron inmediatamente.
Vio cómo los ojos de Taehyung se ampliaron cuando agarró la
botella de lubricante de la cómoda y se arrastró hasta el borde de la cama
junto a él. Él sonrió cuando comprobó que Taehyung no se veía afectado por su
agresivo y silencioso comportamiento. La prueba se levantaba ante sus ojos. Yoongi
oyó gritar a Taehyung cuando lo agarró por las caderas y lo volvió para dejarlo
tumbado sobre su estómago. Se estiró sobre Taehyung, agarrando sus manos las
estiró sobre su cabeza. Puso las manos de Taehyung alrededor de las barras
redondas del cabecero de hierro antiguo forjado. Echándose hacia atrás, se
arrodilló entre las piernas de Taehyung. Sus ojos viajaron por la espalda
desnuda de Taehyung y su agradable culo redondo. Sólo podía ver el borde del
saco de Taehyung reposando en la cama bajo él, su polla dura apretada contra el
colchón.
Agarró la botella de lubricante, hizo saltar la tapa y
exprimió algunos chorros entre las mejillas del culo de Taehyung. Añadió otro
sobre su propia polla y a continuación, se acarició a sí mismo varias veces
para lubricar toda su longitud. Derramó un poco más sobre sus dedos.
Cerró la tapa, lanzó la botella sobre la cama. Su atención
se trasladó al cuerpo delante de él. Yoongi se agachó para agarrar a Taehyung
de las caderas, tiró de él hacia atrás hasta que Taehyung cogió la idea y se
arrodilló, se volvió a poner de rodillas entre sus piernas.
Oh, sí. Ahí es donde lo quería, así, donde todos sus
atributos estaban en exhibición. Pasando los dedos lubricados por la grieta del
culo de Taehyung, empezó a frotar el lubricante que había dejado caer sobre él,
sus dedos a propósito evitaron el contacto directo con su pequeño agujero
ansioso. Se limitó a acariciar los bordes.
Sabía que estaba llevando a Taehyung fuera de su mente. Oía
los pequeños gemidos que procedían de él cuando enterró la cabeza en la
almohada. Quería a Taehyung completamente loco. Quería que perdiera todo el
control.
Yoongi sabía que no estaba pensando racionalmente. Estaba
lleno de deseo por controlar a Taehyung, para dominarlo, lo amaba. No parecía
poder ayudarse a sí mismo. Brevemente se preguntó si era su personalidad o el
lobo dentro de él, pero no le importaba en ese momento.
Había una necesidad incontrolable de dominar a su compañero
y hacerle ceder ante su naturaleza más fuerte, la sumisión natural de Taehyung
no era suficiente esta vez. Tenía que hacer que se rindiera. Si hubiera estado
en forma de lobo, querría ver a Taehyung corriendo escapando de él para poder
darle caza y reclamarlo.
Con ese pensamiento en mente, Yoongi empujó dos dedos en el
interior de Taehyung, rápidamente lo ensanchó hasta que pudo añadir un tercero.
Tan pronto como lo extendió, sacó los dedos y los remplazó con su polla,
empujando profundamente dentro de él sin previo aviso.
Antes de que Taehyung pudiera acostumbrarse a la invasión
rápida, Yoongi empezó un ritmo rápido, un ritmo constante, con furia empujando
dentro de él. Sus manos se apoderaron de las caderas de Taehyung, se inclinó y
empezó a morder la piel suave sobre sus hombros y el cuello.
Podía sentir a Taehyung yendo rápidamente hacia la
construcción de un orgasmo por los espasmos de su cuerpo, el endurecimiento de
los músculos alrededor del pene de Yoongi. Fue hacia abajo por el cuerpo de Taehyung,
agarró su pene, acariciándolo rápidamente incluso mientras continuaba el
incesante golpeteo en su culo.
Cuando Taehyung se corrió, gritando su nombre en la
almohada, Yoongi rápidamente se retiró y lo tumbó sobre su espalda. Empujó las
rodillas hacia su pecho, se metió en él nuevamente, empezando otra vez con los
golpes rápidos antes de que ni siquiera Taehyung tuviera tiempo de bajar de su
clímax.
Sus manos se movieron a los pezones de Taehyung. Tiró de
ellos, los pellizcó entre sus dedos. Deslizó la boca sobre la mordida del
acoplamiento en su cuello para sacarlo de quicio, pero no hundió los colmillos
en su piel.
Yoongi agarró los lados de la cabeza de Taehyung, sus dedos
se hundieron en su pelo dorado para mantener la cabeza en su lugar. Le lamió
los labios antes de hundirse en lo más profundo para explorar cada centímetro
de su boca.
Podía oír los pequeños gemidos procedentes de Taehyung,
anunciando su próximo orgasmo. Sintió el líquido caliente derramándose en
contra de su estómago cuando Taehyung se corrió otra vez, su cuerpo temblaba
por la liberación. Podía sentir los músculos internos de Taehyung apretándose
alrededor de su pene. El sudor goteaba del cuerpo de Taehyung, manchando su
piel caliente. Sin embargo, continuó bombeando en él, sus impulsos aumentando
en velocidad y fuerza. No estaba dispuesto a dejar ir a Taehyung todavía. Necesitaba
más de él. Taehyung todavía no se había perdido en el deseo. No estaba pidiendo
la liberación.
No se estaba rindiendo… pero lo haría.
Yoongi empezó a hacer pequeñas marcas de mordidas por todo
el tórax de Taehyung, su garganta, sus hombros. Sabía que las marcas no
desaparecerían inmediatamente, pero no le importaba. Estaba marcando a Taehyung
como suyo para que todo el mundo lo viera. Para que nadie tuviera duda de a
quién pertenecía Taehyung, que él ya lo había reclamado.
Sin soltar la cabeza de Taehyung, Yoongi se levantó sobre él
para mirar hacia abajo a los ojos de Taehyung. Podía ver el verde musgo
brillando en sus suaves ojos mirándolo, pidiendo comprensión silenciosamente.
Él sabía que Taehyung no entendía lo que estaba pasando con él. Yoongi ni
siquiera se entendía a sí mismo.
Cuando Taehyung lo miró, lentamente, arqueó la cabeza hacia
atrás, sumisamente desnudando su cuello, Yoongi no pudo contenerse por más
tiempo.
Se inclinó y hundió sus caninos profundamente en su piel,
saboreando el sabor dulce como la miel de su compañero y sintió su propia
liberación asaltándole.
Se negó a soltar la marca de acoplamiento de Taehyung,
incluso gritando su orgasmo a través de sus dientes, sus caderas empujando por
última vez en un golpe profundo, y se vació en su compañero, llenándolo y
marcándolo como suyo.
Sintió su nudo extendiéndose, afianzándose en el interior de
Taehyung, como a lo lejos, lo escuchó gritar. Él gruñó sabiendo que el nudo se
habría anclado en el dulce punto del interior de Taehyung, movió las caderas lo
suficiente como para extraer el placer de Taehyung, a pesar de que el nudo era
para prolongar su propio placer.
Parecía que habían pasado horas cuando Yoongi fue capaz de
lamer la marca de acoplamiento y levantar la cabeza para mirar hacia abajo a su
compañero. Él se rió entre dientes suavemente cuando se encontró con los ojos
cerrados de Taehyung, y unos ronquidos suaves saliendo de sus labios en medio
de una sonrisa.
Una vez que el nudo se retiró, salió de su compañero y
lentamente rodó hacia el lado de la cama para ir al baño, y limpiarse. Cogió
una toallita húmeda para limpiar a Taehyung.
Una vez hubo terminado, dejó caer el paño en el cesto.
Agarró su ropa y se la puso de nuevo. Su tiempo se acababa. Su madre llegaría
pronto, lo que significaba que debía irse al círculo ceremonial.
Sentado en el borde de la cama, Yoongi cubrió a su pareja
con las mantas. Confiaba en que podía hacerlo y volver antes de que Taehyung se
despertara, pero probablemente no. Y una vez que Taehyung se diera cuenta de lo
que había pasado, no iba a estar nada feliz. Yoongi tendría que lidiar con eso
más adelante.
En ese momento, tenía que mantener la cabeza lejos del
delicioso cuerpo de su compañero y en los acontecimientos venideros. Necesitaba
todo de él para pasar por esto. Los pensamientos sobre Taehyung podrían
confortarlo, pero sabía que si Jimin abría la boca sobre su compañero, estaría
en más problemas de los que tenía ahora mismo. Lo mataría.
Yoongi se inclinó para dejar un pequeño beso en los labios
de Taehyung, con los ojos devoraba su dulce rostro.
—Te
quiero bebé. —Le susurró antes de ponerse en pie y volver a salir de la
habitación.
Sintió que las lágrimas se reunían en sus ojos mientras se
alejaba, sin mirar atrás al hermoso hombre en su cama, el hombre que le
pertenecía en corazón, cuerpo y alma.
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