Yoongi respiro profundo, tratando de recuperar el control sobre sus sentidos sobrecargados. Sosteniéndose con sus brazos logro a miles costos no colapsar sobre su joven amante que había cerrado los ojos, dejando que su cuerpo cansado se recostara sobre el suelo cubierto de hojas.
—¿Estás bien? — Le pregunto el
lobo al ver que el chico apenas si podía respirar.
Taehyung sonrió perezosamente, era
la viva imagen del gato que se comió el canario, o sí, el minino estaba llenito
y satisfecho. Al menos eso fue lo que pensó el lobo hasta que el chico abrió
los atrevidos ojos azules.
— ¿Eso fue todo? — Increpo el
felino lamiéndose los labios— un gran y terrible lobo solo puede con una
vuelta…¡Qué pena!
La risa de Taehyung hizo que el
canal íntimo se estrechara, acariciando el pene que todavía estaba enterrado
allí. La noche era joven, el chico pensaba sacarle todo el provecho que pudiera
a la luna llena que gobernaba en el cielo.
—¿Te habían dicho alguna vez que
eres un culo malagradecido? — Empujo dentro del felino, su pene, ya estaba
listo para un segundo asalto.
— Hay quién podría sospechar, pero
tú eres el primero en corroborarlo— se sostuvo sobre sus codos para
incorporarse, solo para ver la expresión del hombre más grande que estaba
arrodillado entre sus piernas abiertas. La mirada afiebra del lobo era justo lo
que Taehyung quería ver, colocado sobre su espalda, lanzó su reto a Yoongi—
Ahora… ¿vas a dejar de hablar y follarme, o tengo que buscar a alguien más que
me pueda colaborar con estas terribles ganas que tengo?
Un gruñido salvaje salió del pecho
de Yoongi, el lobo estaba furioso, nadie tocaría nunca a ese pequeño gatito
mientras él tuviera latido en su pecho. Para dejar claro el punto, tomo de las
caderas a su amante hablador, levanto las piernas del chico hasta dejarlas
sobre sus hombros, empujándose hasta el fondo, hizo gritar a Taehyung.
—Nadie más que yo entrara en este
culo— en los ojos dorados de Yoongi eran las pupilas lobunas las que se veían—
¡Eres mío!
Las palabras de Yoongi encendieron
una luz de alarma en el cerebro de Taehyung, pero las fervorosas embestidas
terminaron por hacerlo perder el escaso razonamiento que en sus mejores días
solía tener.
— ¡Entra! — gritó Taehyung al
sentir como el miembro duro golpeaba su próstata—¡Justo allí!...¡Por favor! —
Si la primera vez el felino había estado algo temeroso, ahora sabía justo lo
que quería y no lo amedrentaba la fuerza de Yoongi a la hora del sexo. Haciendo
gala de su elasticidad felina, se aferró de los brazos fuertes de su amante,
mientras este tenía sus piernas largas sobre sus hombros, logrando mayor
profundidad en cada estocada.
Después de unos cuantos gruñidos
lobunos y chillidos felinos, el bosque escucho los gritos de la pareja que por
fin alcanzaba el orgasmo después de una copula salvaje.
Cuando Yoongi volvió a ser dueño
de sí mismo, sintió como gotas de sangre se deslizaban por sus brazos, el
felino había clavado sus garritas durante las olas de placer.
—¿Llenito? — se mofo el lobo al
ver el cuerpo salpicado de gotas de sudor de Taehyung. Haciendo un movimiento
con la pelvis hizo que su pene hiciera un ruido de chapoteo dentro del canal íntimo
del felino —¿Creo que este culo tuyo ya excedió su capacidad?
El felino abrió los ojos, con
mucho cuidado bajo sus piernas que todavía estaban sobre los hombros de Yoongi,
teniendo buen cuidado de que el pene semiduro no se saliera de su entrada.
Dejando caer su dorso sobre el suelo del bosque, se quedó allí con las piernas
abiertas, su propio
miembro caía de lado sobre su muslo derecho.
Estirándose como un gatito perezoso agrego.
— ¡Naa!... Siempre me ha gustado
mucho la leche tibia… ¿Todavía te queda algo allí? — señalo con un movimiento
lánguido a la parte donde ambos cuerpos se fundían en uno.
Los colmillos de Yoongi salieron
de sus encías, haciéndose notar cuando el lobo gruño. Con una sonrisa Taehyung
le dedico un guiño coqueto a su amante, mientras en un rápido movimiento escapo
del agarre del chucho. Justo cuando el Yoongi iba a entrar en pánico al pensar
que tendría que perseguir a su presa para lograr otra gloriosa follada, el
felino se puso sobre sus manos y rodillas, bajando la espalda pego el rostro
sobre la hierba del suelo, dándole una vista panorámica del delicioso trasero
redondito y firme a su depredador.
Para que Yoongi no respondiera a
semejante provocación, tenía que estar muerto de al menos tres días, porque estaba
seguro que regresaría del más allá solo para hacerle los honores a semejante
culo ahorcador de penes.
Lamiéndose los labios camino
despacio hasta situarse entre los muslos abiertos del pequeño provocador.
Lentamente, tomándose su tiempo, penetro disfrutando de la manera en que su
sexo entraba en la estrecha cavidad. Ahogo un gemido cuando sintió la piel
tersa de los globos del trasero de Taehyung golpearse contra sus bolas. La
sensación era tan deliciosa como la vista que tenía ante sus ojos. La piel de
la espalda del felino en su forma humana era pálida, suave, sin ninguna
imperfección, el cabello rubio lucía revuelto como solo horas de sexo lo puede
enredar.
Pasando sus manos grandes por la
piel suave, disfruto ver el poder que tenía sobre ese pequeño malcriado.
—¡Quédate quieto! — ordeno el lobo
al notar como Taehyung intentaba retroceder para enterrarse aún más el pene que
lo clavaba hasta el alma. Tomando con una mano la delgada cadera, evito que el
chico se viera tentado a desobedecer —Eres tan hermoso…— susurro mientras
tomaba por el cabello a Taehyung, haciendo que este echara la cabeza hacia
atrás, estirando su cuello de gacela.
—¡Ah! — grito Taehyung al sentir
como Yoongi comenzaba a moverse en su interior, siendo tomado del cabello con
una mano y con la otra sostenido por la cadera, estaba totalmente bajo el poder
del macho dominante, disfrutando cada segundo de ello— Demuestra quién eres—
una voz sedosa, la que Yoongi presumió era la del felino que vivía dentro de su
amante, exigió— ¡Gáname!
La naturaleza lobuna de Yoongi
respondió al desafío, penetrando duro una y otra vez la tierna entrada de su
compañero. El apareamiento fue largo, una lucha de poderes. El felino le negaba
al lobo la satisfacción de hacerlo venirse, y el chucho luchaba contra sus
propias ganas de hacerlo en el canal de su presa. Las cosas iban bastante
empatadas hasta que Yoongi decidió hacer un poco de trampa, dejando salir sus
colmillos, mordió la tierna piel del cuello del minino. El resultado fue
instantáneo, el rubio comenzó a gritar mientras gruesas lágrimas de placer
escapaban de sus ojos, su pene comenzó a empapar con semen la hojarasca bajo
él.
Dos estocadas más y el lobo vacío
el contenido de sus bolas en el culo retador de Taehyung, ambos envueltos en la
bruma del placer fueron inconscientes de que la luna les daba una última mirada
antes de retirarse a sus aposentos tras el firmamento.
La tímida luz del sol encontró a
un imponente lobo dormido, con un pequeño felino protegido entre sus patas.
Estirándose lentamente Taehyung sintió como cada uno de sus músculos se quejaba
por toda la acción de la noche anterior. Levantando la cabecita peluda se
encontró a sí mismo envuelto por la presencia de su amante, aun mientras dormía
en su forma animal, el lobo parecía gritar a los cuatro vientos: ¡Mío!
Una tristeza profunda invadió el tierno
corazón de Taehyung, ahora bajo la luz del día pudo reconocer el lugar donde
estaban. En menos de un día de camino llegarían al territorio donde eran
vecinas la manada de lobos y la de gatos monteses. Unas horas y todo acabaría
como si fuera un sueño, uno muy dulce. Quedándose quietecito esta vez no
refunfuño cuando el lobo comenzó a lamer su dorso hasta llegar a su cabecita de
orejas puntiagudas. Recordando que los gatitos valientes no lloraban, se tragó
sus lágrimas, cerrando los ojos fingió que todavía dormía, tratando de robarle
tiempo al destino.
El lobo sabía que su gatito estaba
despierto, lo sabía de la misma manera que estaba seguro que era de día. En tan
pocos días se sentía conectado con el pequeño felino como sabía que no lo
estaría con nadie más. Sin dejar de lamer el suave pelaje del gatito, comenzó a
soñar despierto con lo que podría haber sido, si tan solo Taehyung hubiera sido
un lobo, entonces sí podría reclamarlo como su pareja, pero siendo el hijo
único del alfa, se esperaba que tomara su lugar. Si reclamara al felino como
pareja, estaba seguro que no podrían tener cachorros y eso sería una traición
para su familia, ni que decir para la manada. Si realmente amaba a su gatito,
debía dejarlo libre para que este encontrara a su pareja destinada, para que
fuera feliz con los de su propia raza.
Permaneciendo en su forma animal,
era más cómodo de esa manera cuando no había nada para decirse uno al otro. Yoongi
cazo dos ardillas y un par de conejos para que el soñoliento gatito se
alimentara, era increíble como un cuerpo tan pequeño podía consumir tanta
comida sin ponerse redondo como una pelota. Luego de la alimentación,
comenzaron el camino de regreso a sus respectivos hogares.
Al cruzar un pequeño riachuelo
bebieron agua, el día era muy caluroso, aún bajo las sombras de los árboles los
rayos del sol golpeaban duro. Levantando la nariz el lobo comenzó a olfatear,
buscando las marcas de olor que advertían los límites de los territorios de las
manadas. Ya no estaban lejos de su destino.
Con cada paso el corazón del
felino pesaba más, las orejas gachas y la siempre vivaz colita, ahora se
arrastraba desalentada. Los olores que identificaban lo que hasta ese momento
había sido su hogar se comunicaban con su nariz, dejándole saber que estaban
cada vez más cerca de llegar.
Justo cuando llegaban a la
bifurcación donde los caminos se separaban, el siempre impulsivo Taehyung tomo
una decisión. Muchos cambia-formas vivían mucho años buscando lo que él había
encontrado en los brazos de ese lobo testarudo, no lo perdería. Evocando su
piel humana, se paró sobre sus dos piernas, la luz del sol acariciaba su
desnudez, sus ojos azules encarando al lobo frente suyo.
Yoongi regreso a su forma humana,
el cuerpo musculoso y flexible del hombre se hizo presente envuelto en una piel
de porcelana, mechones de cabello negro revuelto cayeron sobre los ojos color
oro.
—Supongo que aquí es donde nos
separamos— hablo Yoongi, su rostro no mostraba ninguna emoción —. Creo que
regresamos a la rutina, yo trato de morder tu cola y tú me arañas— trato de
bromear, fallando miserablemente, aunque la voz sonaba firme, el brillo en sus
ojos desmentían el humor de las palabras.
—No tiene por qué ser de ese modo—
dio un paso al frente el felino, estirando la mano la ofreció al lobo— podemos
luchar… Yo me iría contigo a donde quieras.
Por lo que dura un latido Yoongi
dudo, estiro la mano, pero justo antes de que las pieles se tocaran, recupero
el sentido común.
— No… es imposible— hablo dando un
paso atrás. Sabiendo que las palabras serían hirientes, las prefirió antes de
darle falsas esperanzas al alocado gatito— regresa con los tuyos… La noche de
luna fue hermosa, la recordaré por el resto de mi vida como una de las mejores
folladas… pero hay cosas que no están destinadas a pasar de más de una noche.
Las palabras dieron justo en el
blanco, solo que el impacto del golpe fue mayor de lo que Yoongi calculo en un
principio. Se imagino que el gatito le gritaría, lo enviaría a la mierda y tal
vez hasta le diera algunos buenos arañazos, estaba dispuesto a pagar ese
precio, pero nada lo hubiera preparado para la mirada de profunda tristeza que
vio reflejada en esos dulces ojos azules. Ahora podía decir que había visto el
momento justo en que un corazón se rompía.
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