Taehyung levantó la vista cuando Yoongi se dejó caer en la silla al otro lado de su escritorio. Arqueó una ceja al ver el gran paquete marrón que su compañero tenía en el regazo y el ceño fruncido en su rostro.
―¿Qué
hay en el paquete, mi amor?
Yoongi se encogió de hombros.
―No
tengo ni idea. Jimin y Jungkook lo enviaron.
―Entonces,
ábrelo ya.
―No está
dirigido a mí, mi Príncipe ―dijo Yoongi mientras colocaba el paquete encima de
la mesa―, está dirigido a ti.
―¿En
serio?― Taehyung alcanzó el paquete y empezó a desenvolverlo preguntándose por
qué
Jimin y Jungkook irían a enviarle algo a él y no a Yoongi.
Ellos le gustaban, pero eran amigos más cercanos a Yoongi que a él.
―¿Oíste
algo de Jin desde lo que ocurrió con su hermano?
Taehyung negó con la cabeza.
―No, y
estoy empezando a estar un poco preocupado. Ya pasaron tres meses desde que Jin
se fue y no he oído ni una sola palabra, pensé que por lo menos llamaría o algo
así.
―¿Crees
que haya podido pasarle algo?
Taehyung dejó de desenvolver el paquete marrón para mirar a
su compañero.
―¿Honestamente? No lo sé, estoy preocupado por no haber
tenido noticias, pero eso no es de extrañar cuando hay una muerte en la
familia.
―Bueno,
no es como si Jin y su hermano estuvieran de luto por la muerte de Desmond, el
hombre era un monstruo.
―Es
verdad, pero eso no excluye todo lo que está implicado cuando alguien de la
posición de Desmond muere. Está todo el asunto de la herencia, y cuando hay de
por medio un vampiro, puede ser bastante peso con el que cargar.
―Lo
imagino.
Taehyung se rió de la mueca de desagrado en la boca de
Yoongi. Amaba a su compañero, pero Yoongi podía ser muy intenso cuando las
personas a las que quería estaban implicadas. Era una de las cosas que amaba de
él, una de muchas. Yoongi era todo lo que él jamás había esperado o soñado en
un compañero. Demostraba su amor y su cariño en todo lo que hacía.
Taehyung no podría estar más feliz. Los últimos tres meses
habían sido toda una experiencia que le había abierto los ojos a él y a su
aquelarre. Cada vez, más hombres lobo llegaban para visitarlos. Su aquelarre
había llegado a aceptarlos e incluso a acogerlos. Algunos aún se contenían,
pero sentía que eso mejoraría con el tiempo.
Taehyung volvió a desenvolver su paquete, enviando miradas
curiosas a Yoongi.
―Envié
un memorándum, todos los miembros solteros del aquelarre están obligados a
comparecer a la reunión de compañeros con tu manada la semana que viene. Estoy
seguro de que Jin estará allí.
―¿Tú
crees?― preguntó Yoongi pareciendo más interesado.
―Es una
orden de su Príncipe ―Taehyung sonrió―. Tiene que participar.
Yoongi se rió y se inclinó hacia adelante cuando Taehyung
apartó el último trozo de papel y levantó la tapa mirando su regalo con
sorpresa.
―¿Entonces?―
preguntó Yoongi―. ¿Qué es?
―Una
botella de whisky escocés. ―Miró a Yoongi con confusión―. ¿Por qué Jimin y Jungkook
me enviarían una botella de escocés?
Yoongi se levantó y alcanzó la botella. Retiró la tapa y le
dio un largo y profundo trago, tosiendo y palmeándose el pecho. Dejó la botella
sobre la mesa y acto seguido se mordió la muñeca, causando una pequeña herida.
Yoongi sonrió y ofreció su muñeca sangrante a Taehyung.
―¿Por
qué crees tú, mi Príncipe?
-FIN-
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