Taehyung alisó la arruga en el pecho de su camisa púrpura y luego se sacó unas cuantas pelusas de su hombro. Quería estar lo mejor posible para su cita en la cena. El apuesto hombre lobo puede que no supiese que fuera una cita, pero eso era exactamente lo que tenía planeado Taehyung.
Todo el asunto del hombre lobo versus vampiro no le
molestaba a Taehyung. La forma en que los estrechos jeans de Yoongi se
ajustaban a su culo, un culo del que quería un buen pedazo, le molestaba mucho
más.
Así que tendrían una cena privada a la luz de las velas para
dos en el cuarto de Taehyung, una buena botella de vino para disminuir la
tensión, una chimenea, y Taehyung esperaba conocer más a su invitado, mucho
más.
―Alteza,
¿Puedo hablar?
―Por
supuesto, Albert ―respondió Taehyung, sin dejar de mirar su reflejo en el
espejo.
―¿Está
seguro que esto sea una buena idea? ―preguntó Albert―. Los hombres lobos son
peligrosos. No tienen restricciones. Están predestinados a perder el control y
cambiar, atacándolo o… o peor.
Taehyung se rió.
―Yoongi
no es una amenaza para mí, Albert, pero aprecio tu preocupación.
―¿Cómo
puede estar seguro, Alteza? ―se quejó Albert―. ¡Él es un hombre lobo!
Taehyung escuchó el horror en la voz de Albert. Suponía que Albert
creía lo que estaba diciendo. Albert era demasiado joven para recordar el
tiempo en que los vampiros y los hombres lobos convivían juntos. Sólo conocía
el tiempo de lucha entre las dos especies.
Albert no entendía que la guerra había empezado hacía tanto
tiempo, que la mayoría de las personas no sabía por qué había comenzado.
Taehyung era uno de los afortunados. Era lo suficientemente viejo para
recordar.
―Estaré
bien, Albert.
―¿Está
seguro, Alteza? ―preguntó Albert.
―Lo
prometo. Yoongi no representa ninguna amenaza para mí. ―dijo Taehyung.
―Aún así
no me gusta esto, señor.
Taehyung se rió entre dientes.
―Estoy
seguro de que no te gusta, Albert.
―¡Por
favor, Alteza, por favor sólo prométame que tendrá cuidado! ―le pidió Albert―.
No confío en ese hombre.
―Albert,
tú no confías en nadie.
Albert le dio a Taehyung una de sus escasas sonrisas.
―Eso es
verdad, señor.
―Albert
ve y asegúrate de que mi cena esté lista, antes de que olvide por qué te
contraté, y alimente contigo a un hombre lobo.
―Como
desee, Alteza.
Taehyung negó con la cabeza, divertido, mientras Albert
salía corriendo de la habitación. A pesar de lo que había dicho, nunca se
desharía de Albert. Hacía que su vida fuera simple y sin problemas. No sabía
qué haría sin él.
Taehyung salió del dormitorio hacia la sala de estar de sus
habitaciones privadas. Miró a su alrededor para asegurarse de que todo era
satisfactorio. Albert se había quejado todo el tiempo pero había hecho lo que
Taehyung le había ordenado, aparentemente lo había hecho bien.
Una pequeña mesa íntima para dos junto a la ventana con
vista al jardín de abajo. Una botella de vino enfriándose en una cubeta de
hielo junto a la mesa. El fuego crepitaba en la chimenea. Las luces bajas daban
a la habitación un ambiente sensual. Albert se había superado a sí mismo.
Ahora, era tiempo de ir a por su invitado. Taehyung se
acercó a la puerta que conectaba su suite con la contigua. Originalmente estaba
diseñada como la habitación de la princesa, pero la utilizaba muy a menudo como
habitación de invitados para sus visitantes especiales.
Golpeó dos veces y luego abrió la puerta. No vio ninguna
señal de Yoongi. Por un breve momento, Taehyung sintió que su corazón tronaba
en su pecho cuando consideró la posibilidad de que Yoongi pudiera haber huido,
hasta que escuchó la ducha.
La curiosidad podría haber matado al gato pero inspiraba al
vampiro. Taehyung caminó hacia el baño y abrió la puerta. El vapor llenaba la
habitación. La lujuria colmó el cuerpo de Taehyung.
Yoongi estaba debajo de la alcachofa de la ducha, su cabeza
estaba hacia atrás, con los músculos de su cuello muy tensos, Taehyung
amortiguó su gemido mordiendo el talón de su mano. La mano de Yoongi estaba
envuelta alrededor de su pene mientras se acariciaba a sí mismo.
Taehyung se endureció tan rápido que se mareó por la pérdida
de sangre en su cerebro. Se había ido toda a sus pantalones. El cuerpo de
Yoongi parecía una obra de arte, y Taehyung quería estudiarlo desde la parte
superior de su cabeza hasta la planta de los pies perfectamente formados.
Yoongi le recordaba a una estatua griega, todo líneas magras
y músculos duros. El rastro de vello que bajaba por su abdomen desde el oscuro
vello castaño sobre su pecho le daba una pista de la verdadera naturaleza de la
bestia.
El gruñido ahogado desde la ducha reflejó al de Taehyung, el
cuerpo de Yoongi se tensó y luego cuerdas de semilla perlada brotaron de su
pene. Taehyung habría dado todo su reino por saborear el cremoso líquido. Lamió
sus labios, sólo al imaginar lo dulce y picante que debía saber el hombre.
Cuando Yoongi finalmente dejó caer su mano de su agotado
pene, su cuerpo palpitaba, Taehyung rápidamente salió de la habitación y cerró
la puerta lo más silenciosamente que pudo. Apoyó su cabeza en la fría madera,
su respiración era rápida mientras trataba de calmar su voraz lujuria.
Quería a Min Yoongi, y no le importaba si el hombre era un
lobo o no. Sólo necesitaba encontrar una manera para que sucediera. Tan
interesado como Taehyung estaba en conocer a Yoongi, no estaba seguro de que el
hombre lobo pudiese cruzar el invisible límite entre ellos dos. Tenía que
colgar el incentivo correcto frente a él. A sí mismo.
Taehyung se contuvo y encerró sus emociones bajo una fachada
neutral. Tomando una profunda respiración, golpeó la puerta del baño.
―¿Yoongi?
La cena está lista para ser servida. Por favor reúnete conmigo en la otra
habitación tan pronto como hayas terminado.
Tomó todo el control de Taehyung volverse y alejarse
sabiendo que Yoongi estaba desnudo al otro lado de la puerta. No quería nada
más que abrirla y dejarle saber a Yoongi cuanto lo deseaba.
Odiaba andarse por las ramas. Aunque disfrutara de la
cacería durante la seducción de Yoongi, preferiría simplemente llevar al tipo a
la cama y que lo jodiera contra la cabecera. Él sabía que el sexy hombre lobo
sería un sabroso bocado.
Taehyung regresó a su lado de la suite real y se acomodó en
una de las sillas junto a la chimenea. La estación se había acercado lo
suficiente al invierno como para sentirse un ligero frío en el aire, por lo que
el fuego era práctico, nunca lo admitiría, pero también hacía más romántica la
habitación.
Bebía su segunda copa de vino en el momento en que Yoongi
entró en la habitación. Taehyung cruzó una pierna sobre la otra para esconder
la instantánea excitación que sintió ante la vista. Sería un doloroso placer
seducir a Yoongi.
―Yoongi,
que agradable es que me acompañes.
Yoongi sonrió.
―Tengo
la impresión que no tenía mucha opción.
Taehyung se rió entre dientes.
―Siempre
hay una opción, querido.
Yoongi escupió.
―¿Querido?
Taehyung sonrió. Dejó que Yoongi viera sus ojos recorrer el
buen cuerpo expuesto frente a él en jeans ajustados y una blanca camisa de
vestir.
―¿Preferirías
hermoso? ¿Semental? ―Una de las cejas se arqueó mientras Taehyung sonreía―.
¿Mío?
―Sabes
que soy un hombre lobo, ¿verdad? ―preguntó Yoongi, con una de sus cejas
castañas levantada.
―Soy muy
consciente de eso, querido ―respondió Taehyung―. No estoy seguro de qué tiene
que ver eso con nuestra situación actual. Aún planeo tenerte en mi cama antes
de que la noche termine. El que seas un hombre lobo no tiene nada que ver con
lo que quiero de ti.
Yoongi lo miró, su boca caía abierta con incredulidad,
Taehyung sabía que lo había sorprendido. No parecía tener mucho sentido negar
su atracción. Como Príncipe, usualmente obtenía lo que quería, y él quería a
Yoongi.
Yoongi repentinamente cruzó el espacio entre ellos y tomó la
copa de vino de Taehyung, tragando el resto del contenido en un solo trago,
Taehyung casi se quejó. Ese era un merlot antiguo, uno muy bueno, pero la cara
aturdida de Yoongi valdría la pena cualquier precio.
―No te
andas con rodeos, ¿Verdad? ―finalmente preguntó Yoongi. Su voz sonaba tensa. Su
cuerpo se veía tenso. Sus ojos no se encontraban con los de Taehyung. La dura
inflamación detrás de la cremallera de Yoongi decía bastante, más o menos lo
decía todo.
―¿Cuál
sería el punto, querido? ―preguntó Taehyung, le gustaba el enrojecimiento en la
piel de Yoongi cuando la sangre se agolpó en su cara―. Te deseo, creo que tú me
deseas. ¿Deberíamos ignorar eso y pretender que la atracción no está aquí?
―¡Sí!
―exclamó Yoongi.
―Muy
bien ―dijo Taehyung. Señaló la puerta que separaba las dos habitaciones―. La
puerta está justo ahí. Hay una cerradura en ambos lados. Si estoy equivocado en
mi presunción, entonces no dudes en usarla. Yo no lo usaría en tu contra.
Yoongi lo miró durante tanto tiempo que Taehyung se preguntó
si la intensa atracción entre ellos importaría o no. Tal vez todo el asunto del
hombre lobo y vampiro era un problema más grande de lo que había pensado.
Taehyung se preguntaba si había cometido un error.
Repentinamente, Yoongi se levantó y caminó hacia la ventana para mirar afuera.
Su postura aún parecía rígida, pero Taehyung no recibió ninguna vibración de
disgusto en él.
No estaba seguro si Yoongi sabía que un Príncipe vampiro
podía leer a las personas. Todo el mundo emitía vibraciones de un tipo o de
otro. Los hombres lobo podían oler los sutiles cambios en el aroma de otros.
Los vampiros podían sentir las vibraciones.
Bueno, la población general de vampiros no podía leer a las
personas. Esto al parecer estaba reservado para los Príncipes, era uno de los
signos de un Príncipe vampiro.
―Si te
he ofendido, Yoongi ―declaró Taehyung―, me disculpo.
Yoongi lo miró sobre su hombro, sus cejas estaban juntas
como si estuviese confundido.
―No, no
estoy ofendido. Sólo no veo la ventaja de involucrarme. Tú eres un Príncipe
vampiro. Yo soy un hombre lobo. No es una buena combinación.
―Puede
que eso sea verdad ahora, pero en los siglos pasados, los vampiros y hombres
lobo vivían uno al lado del otro, incluso se acoplaban entre las dos especies.
Aunque eso no ha ocurrido desde hace años, ya ha sucedido antes.
Yoongi resopló.
―Sí,
hace como quinientos años.
―Yo era
un niño cuando la Gran Guerra comenzó ―dijo Taehyung―. Recuerdo ver a los
hombres lobo caminar por las calles en nuestra comunidad como miembros de
nuestro aquelarre.
―¿Cuántos
años tienes?
―Sinceramente
espero que te gusten los hombres mayores porque nací en 1496. Tengo quinientos
trece años.
Yoongi se quedó boquiabierto.
―Maldición,
te ves bien para alguien de esa edad.
―Gracias
―se rió Taehyung―. Eso creo.
―¿Estabas
vivo cuando la Gran Guerra comenzó? ―preguntó Yoongi mientras se volvía para
mirar a Taehyung―. ¿Cómo fue? ¿Qué la comenzó? Siempre he sabido de las
hostilidades entre nuestras especies, pero nunca entendí por qué.
Taehyung se acercó al bar para servirse un poco más de vino.
Sostuvo en alto la botella.
―¿Te
gustaría un poco de vino? Esta podría ser una larga conversación.
Yoongi negó con la cabeza.
―No,
estoy bien, gracias.
Taehyung volvió a colocar el corcho en la botella de vino y
se acercó hasta estar al lado de Yoongi. Miró hacia afuera por la ventana, sin
estar muy seguro de poder explicar el más grande error que él pensaba había
cometido alguna vez uno de los de su especie.
―Yo aún
era un niño cuando comenzó, así que lo vi desde la perspectiva de un niño. Todo
parecía bastante estúpido para mí.
―¿Cómo
es eso? ―preguntó Yoongi. Cuando Taehyung lo miró, Yoongi parecía de verdad
interesado.
―Cuando
dos personas se juntan, siempre hay una lucha por el dominio. Eso es un hecho.
En el tiempo en que nací, eso había funcionado bastante bien entre nuestra
gente. Era una elección individual entre las parejas, como lo es hoy en día con
los humanos.
―¿Supongo
que eso cambió?
Taehyung asintió.
―El
Príncipe Laurent Von Byrne decidió que los hombres lobos deberían ser soldados
de su ejército personal, en vez de hombres libres. Era una persona muy
influyente y convenció a muchas personas de su forma de pensar.
Taehyung suspiró. Odiaba esta parte de la historia. Hacía
que los vampiros parecieran como monstruos sedientos de sangre, y no los dejaba
bien parados.
―Los
aquelarres se unieron en una demostración de fuerza. Si un hombre lobo se
rehusaba a aceptar los ideales del Príncipe Laurent, era ejecutado. No
importaba si estaba acoplado o no a un vampiro. Si un vampiro se rehusaba,
ellos también era ejecutados, pero sólo después de que sus compañeros fueran
asesinados en frente de ellos.
―¿Y la
gente dejó que eso pasara? ―preguntó Yoongi, con su voz mezclada con horror.
―No, ahí
fue cuando la guerra comenzó. Unos pocos vampiros que quedaron se unieron a los
hombres lobo y se defendieron, pero ellos estaban en inferioridad numérica. A
diferencia de los lobos, los vampiros no estamos regidos por el ciclo de la
luna. Podemos atacar en cualquier momento y lugar.
―¿Incluso
durante el día?
Taehyung se rió entre dientes.
―La luz
del sol es un cuento de viejas. Puedo salir al sol tanto como cualquier otro.
―Pero tú
eres tan pálido ―dijo Yoongi―. Pensé que se debía a la falta de luz solar.
Taehyung negó con la cabeza.
―No, es
el virus en nuestro sistema. Cuanta más sangre ingerimos, más color tenemos.
Hoy no he comido, lo que explica la palidez de mi piel.
―¿Es un
virus? Pensé que habías nacido de ese modo.
―Así
fue. La mayoría de nuestra gente nace como vampiros. Sin embargo hay un virus
en nuestro torrente sanguíneo que puede transformar a alguien en vampiro, pero
sólo si tienen el gen de un vampiro.
―¿Gen de
vampiro?
―Cada
vampiro lo tiene. Eso nos hace vampiros. Para los humanos, si ellos tienen el
gen y son mordidos por un vampiro, los transforma en un vampiro. Si no tienen
el gen no les afecta.
―¿Y los
hombres lobo? ¿Funciona igual para ellos?
―No, los
hombres lobo son inmunes al mordisco de un vampiro ―dijo Taehyung―. Fue una de
las muchas razones por la que el Príncipe Laurent quería subyugarlos. Fue en la
edad media. Los vampiros aterrorizaban a los seres humanos. Los hombres lobo
no. Ellos necesitaban controlarlos de alguna forma.
―Entonces,
¿Empezaron una guerra que duró siglos?
Taehyung se encogió de hombros.
―¿Por
qué nadie intentó detener esto? Han sido qué, ¿quinientos años? ¿Por qué nadie
ha intentado volver las cosas a cómo eran?
―¿Demasiado
tiempo? ―preguntó Taehyung―. Querido, debes entender, que no muchos de los
vampiros de ese tiempo de guerra aún están vivos.
―Tú lo
estás ―dijo simplemente Yoongi.
―Es
verdad ―asintió tristemente con su cabeza Taehyung―. Pero yo estoy en la
minoría. Un Príncipe vampiro vive más que un vampiro normal. Cada uno gobierna
su propio aquelarre, no hay muchos de nosotros, y hay reglas estrictas sobre la
confraternicación entre los aquelarres.
―¿En
serio?
Taehyung se rió entre dientes. Volviendo a su silla para
sentarse, haciéndole señas a Yoongi para que se sentara en la silla frente a
él. Una vez que Yoongi se sentó, él continuó.
―Somos
tan territoriales como los hombres lobo. Me imagino que han pasado años desde
que vi a un vampiro de otro aquelarre. No socializamos bien.
―Uaau,
no lo sabía. Siempre supusimos que se reunían constantemente.
―No, hay
una convocatoria cada cien años ―declaró Taehyung―. Aparte de eso, no nos
mezclamos.
―¿Entonces,
cómo encuentran a su compañero?
―Esperamos
que esté dentro de nuestro propio aquelarre. Si nuestro compañero resulta ser
un humano, pueden ser transformados si tienen el gen de vampiro. Si es así, y
el destino nos sonríe, nuestros hilos se entrelazan de por vida. Si el destino
no nos bendice de esa forma, simplemente estamos con ellos hasta que mueren y
luego seguimos adelante, esperando encontrar a otro compañero.
Yoongi frunció las cejas juntas.
―¿Hilos
de vida? No creo haber escuchado hablar de eso, ¿Qué es exactamente?
―Si tú
fueras mi compañero, por supuesto, hablando hipotéticamente, y asumiendo que el
destino nos concede esta bendición, tu hilo de vida se entrelazaría con el mío.
Vivirás tanto como yo. Sin embargo, también morirías cuando yo lo haga o
viceversa.
―¿Te has
acoplado alguna vez?
―No,
nunca he tenido la suerte de encontrar a mi pareja. Supongo que él o ella está
esperando por mí en algún lugar, o tal vez aún no ha nacido. ―Taehyung
suspiró―. Tal vez estoy destinado a reinar sin un compañero. Ha pasado antes.
Mentalmente sacudió lejos ese pensamiento y miró a Yoongi.
―¿Qué
hay de ti, querido, hay alguna amenaza de pareja en tu horizonte?
Yoongi sonrió aun cuando su rostro se enrojeció un poco.
―No, aún
no.
―¿Y cómo
te sientes acerca de que tu Alfa tenga un compañero hombre?
Yoongi se encogió de hombros.
―Jungkook
está bien. Realmente se preocupa por Jimin y eso es bueno, pero lo juro, uno de
estos días voy a asfixiar al pequeño mocoso mientras duerme.
Taehyung sonrió.
―Vaya.
―lo animó.
―Jungkook
es todo un personaje. Hace exactamente lo que quiere Jimin mientras piense que
es una buena idea. Si no lo es, básicamente ignora a Jimin, lo que hace que Jimin
se trepe por las paredes. Se mete en más problemas que cualquier otra persona
que he conocido, y creo que lo hace a propósito sólo para mantener a Jimin
alerta.
―Suena
como un personaje interesante.
―Oh, lo
es ―dijo Yoongi, con una sonrisa en sus labios―. Usa esmalte de uñas, un aro en
el ombligo y delineador de ojos. Vuelve loco a Jimin. El hombre no tiene
control en lo que concierne a Jungkook. Cuando Jungkook entra en la habitación,
Jimin pierde toda su concentración.
―Suena
maravilloso.
Yoongi permaneció en silencio por un momento y luego se echó
a reír.
―Sí, lo
es. ¿No es así?
―¿Esperas
encontrar a tu compañero, Yoongi?
―Por
supuesto, ¿quién no?
―Muchas
personas no lo hacen ―contestó Taehyung―. Una vez que nos acoplamos, nos
volvemos muy territoriales, posesivos. Tenemos una imperiosa necesidad de
acoplarnos con frecuencia, y no podemos beber sangre de nadie más a excepción
de nuestro compañero.
―¿Sólo
pueden beber de su compañero?
Taehyung vio un pequeño estremecimiento pasar a través del
cuerpo de Yoongi. Pobre chico. Aprendería cuan excitante era al terminar la
noche si Taehyung tenía algo que decir al respecto.
Taehyung presionó sus dedos mientras miraba a Yoongi.
―No lo
rechaces hasta haberlo probado, querido. Beber sangre puede ser un acto muy
íntimo entre dos personas, especialmente cuando se hace de la forma correcta y
en el lugar correcto.
Yoongi intentó esconder su interés, Taehyung podía decirlo.
El hombre no quería que él supiera que la idea lo intrigaba. El bulto duro que
crecía detrás de su cremallera le demostraba que Yoongi estaba fascinado como
si él agitara una gran bandera roja.
―¿Te
gustaría probar, querido? ―preguntó Taehyung, bajando la voz―. No se parece a
nada que hayas experimentado alguna vez, puedo asegurártelo.
El rostro de Yoongi nuevamente se sonrojó y Taehyung supo
que lo tenía. El hombre no sería capaz de decir que no. A pesar de lo que
pudiera salir de su boca, él tenía curiosidad. Taehyung sospechaba que a Yoongi
le gustaba el placer con un poco de dolor. Él lamió sus labios. No podía
esperar.
Decidiendo que habían jugado lo suficiente, Taehyung se puso
de pie y se acercó hasta estar delante del sexy hombre lobo. Se agachó y se
arrastró a los pies de Yoongi. Trazó con sus manos los brazos de Yoongi, su
pecho y luego más abajo para palmear la impresionante erección en los jeans de
Yoongi. Tan ceñidos como parecían, no dejaban mucho a la imaginación.
Apretó, sonriendo cuando Yoongi gimió y dejó caer su cabeza
sobre sus hombros. Se inclinó más cerca de Yoongi, inhalando la embriagadora y
natural esencia masculina del hombre. Uno de los aromas afrodisiacos más
fuertes que un vampiro pudiera experimentar aparte del sabor, y Yoongi tenía
una fragancia muy potente.
Movió sus dedos para acariciar suavemente la carne de los
muslos de Yoongi justo debajo del vértice de sus muslos.
―La
arteria femoral es uno de los puntos más íntimos en que un vampiro podría
extraer sangre. Tan cerca de tu pene, querido ―susurró Taehyung tan
seductoramente como pudo―, podría estremecer tu mundo.
Taehyung podía sentir pulsar el pene de Yoongi contra su
brazo. Se movió de nuevo hasta el botón y la cremallera de los jeans. Abrió el
botón, Yoongi gimió, Taehyung bajó el cierre lentamente, Yoongi se estremeció.
―¿Te
gustaría eso, querido? ―preguntó Taehyung suavemente―. Mis labios en tu hermoso
pene, chupándote hasta poco antes de que te corras. Luego moveré mis labios a
la cara interna de tu muslo, justo debajo de tus testículos. Hundiré mis
dientes en tu dulce carne, tomando sólo lo suficiente para enviarte sobre el
borde. O tal vez simplemente morderé tu pene. Me han dicho que es un mordisco
muy íntimo y muy placentero.
Taehyung agarró el pene que rebotó en su mano. El pene de
Yoongi palpitaba, Taehyung podía sentir la sangre pulsar en la gruesa longitud
del hombre. Se regocijó al saber que lo excitaba hasta ese punto, el pequeño
juguete de Taehyung estaba a punto de explotar.
―Mmm,
apuesto que sabes dulce, ¿No es así, querido? ―preguntó Taehyung. Acarició a
Yoongi lentamente desde la raíz hasta la punta, su pulgar acariciaba la pequeña
rendija en la cabeza―. ¿Deberíamos descubrirlo? ¿Quieres que chupe tu pene?
Taehyung miró su cara, las emociones que la cruzaban eran
fascinantes. Yoongi quería negar lo que sentía, pero la lujuria que se había
adueñado de su cuerpo lo guiaba. Taehyung podía verlo, Yoongi luchaba consigo
mismo.
―¡Oh
joder! ―gritó Yoongi, su cuerpo temblaba, Taehyung siseó cuando Yoongi mordió
sus labios lo suficientemente fuerte para derramar sangre y el intoxicante
aroma llegó a las ventanas de su nariz. Oh, él deseaba tanto saborearlo.
―Sería
tan bueno entre nosotros dos, Yoongi ―susurró Taehyung―, todo lo que tienes que
decir es sí.
Estaba sorprendido por la fuerza de las manos que agarraban
sus brazos. El cuerpo de Yoongi comenzó a temblar incontrolablemente. Su pene
pulsaba, congestionado, Taehyung sabía que tenía al hombre lobo incluso antes
de que abriera la boca.
―¡Sí!
―exclamó Yoongi mientras su pene explotaba, derramando crema por toda la mano
de Taehyung.
Taehyung ya no se pudo contener más. Aparentemente Yoongi lo
había seducido tanto como él había seducido a Yoongi. Taehyung cayó sobre sus
rodillas y tomó el pene de Yoongi en su boca, lamiendo la dulce crema del
pulsante orgasmo.
Las manos de Yoongi se aferraron a su cabello. Pequeños
gemidos provenía de Yoongi. Cada golpe de su lengua hacía que el hombre lobo se
estremeciera hasta que Yoongi comenzó a follar su boca. Taehyung sonrió
alrededor del pene. Yoongi se endurecía otra vez.
Estaba determinado a que Yoongi experimentara el supremo
beso de un vampiro. Yoongi sería adicto a él, Taehyung no tenía dudas de eso.
Tal vez casi tanto como Taehyung pensaba podría ser adicto a su sabor.
Taehyung recorrió con su lengua hacia abajo por la longitud
de Yoongi, para luego regresar capturando la cabeza y chuparla de nuevo con su
boca. Lo tragó por completo, hasta que sintió la cabeza golpear su garganta,
luego repitió el proceso.
Sabía que Yoongi se acercaba a otro orgasmo cuando la sangre
que llenaba su ingle comenzó a pulsar otra vez. Estaba justo ahí, justo debajo
de su piel, tan cerca que Taehyung prácticamente casi podía saborearla. Sólo
una fina capa de piel los separaba.
―Ta… Tae
―gimió Yoongi―. Me voy… me voy a correr otra vez.
A Taehyung lo calentó ser llamado Tae. Nadie se dirigía a él
de otro modo que no fuera Taehyung o Alteza. Le daba un sentimiento más íntimo
a lo que sucedía entre ellos y se llevó lo último del control que le quedaba.
Sin pensar en las consecuencias, enterró sus largos
colmillos en la sedosa piel de la polla, dura como una roca. El dulce sabor de
la sangre del hombre lobo golpeó su sistema una fracción de segundo antes de
que Yoongi culminara explotando en su boca.
Los dos sabores combinados estremecieron el mundo de
Taehyung como nada antes lo había hecho. Nunca había probado algo tan sublime,
tan delicioso. Nadie lo había afectado tanto como Yoongi. Abrumado, Taehyung
retiró sus dientes de la polla de Yoongi y lo atrapó cuando colapsaba sobre el
suelo.
Miró hacia abajo a los ojos aturdidos y confundidos de
Yoongi. Todos los cimientos en la vida de Taehyung temblaron cuando se dio
cuenta, de que después de quinientos años, sostenía entre sus brazos al hombre
destinado a ser su compañero. Y era un hombre lobo.
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