domingo, 22 de mayo de 2022

CAPITULO 3

Yoongi respiró hondo y soltó el aire lentamente.

—Mira, te estoy intentando ayudar, pero no me das respuestas y sigues mordiéndome. Ayúdame a ayudarte, Taehyung.

Yoongi tenía que ser idiota. Nadie más podría tratar todavía de ayudar al hombre después de haberlo hecho más de una vez. Debía de estar más cansado de lo que le había parecido hasta ahora porque tenía que haberse ido para casa.

—Hambre—, Taehyung repitió en voz baja nuevamente.

Maldita sea. Si el hombre lo decía una vez más, iba a gritar.

— Continúas diciendo eso, pero no me dices nada de comida. Me estás confundiendo, hombre. —Se tocó la punta de la nariz, contando hasta diez para tener paciencia.

¡Mierda! Su mano le estaba doliendo nuevamente.

—¿Por qué me sigues mordiendo? ¿Sabes que intercambiar fluidos corporales no es seguro? ¿Estás intentando pegarme algo?

Taehyung bajó la cabeza una vez más, pareciendo pequeño y vulnerable. Yoongi estaba enloqueciendo intentando entender a ese hombre. Quería golpearse la cabeza con el volante.

O a Taehyung.

No sabía por qué estaba dejando que ese extraño le volviera loco, pero estaba a cinco minutos de gritar su frustración. Respirando profundamente, decidió enfrentar la situación desde otro ángulo.

 —Ok, entonces, si no quieres comida ¿Qué quieres? Y no digas que a mí. —Sólo tenía que golpear su cara y sacarlo fuera. ¿Por qué diablos tendría que lidiar con esto? No era su problema, entonces ¿Por qué no podía simplemente empujarlo de su camioneta e irse?

Estaba empezando a preguntarse si tal vez no le faltaba algo a su vida y estaba lidiando con Taehyung simplemente para ocupar ese espacio que faltaba. Algunas personas trataban con cosas extrañas cuando no se sentían completos.

Pensaba que él estaba completo pero a lo mejor su subconsciente estaba intentando decirle alguna cosa.

No estaba seguro, y ahora no era el momento para analizar sus conflictos interiores. Podría esperar hasta más tarde... mucho más tarde.

Taehyung le miró desde detrás de la caída de su flequillo y entonces encogió los hombros.

—Yo...uh. —El hombre levantó la mano y arañó la parte posterior de su cuello.

Yoongi podría decir que le estaba presionando, pero no dijo una palabra. Dejó tiempo a Taehyung para poder componer sus pensamientos.

—Necesito que tu... uh, me alimentes.

¡Eso era todo! Le estaba empezando a dolerle la maldita cabeza, y su cansancio estaba volviendo. Estar jugando no era algo que le gustaba y si ese hombre quería hacerlo, bien, tendría que encontrar a otro para hacerlo. Tenía treinta y dos años y ese tipo de juegos eran para los de cinco.

Conflicto interno o no, tenía sus límites y Taehyung lo estaba agotando.

 —Taehyung, si no me dices exactamente lo que necesitas, guau, caramba, para eso. —Un pensamiento se le ocurrió cuando aseguró su mano contra el pecho nuevamente. No había ninguna manera de que fuera remotamente posible, pero para sacarse ese loco pensamiento de la cabeza, echaría una ojeada. Extendió la mano y tiró del labio izquierdo superior de Taehyung.

¡Puta mierda!

Saltó para atrás, alejando la mano como si se hubiera quemado. ¡De ninguna manera! Esto tenía que ser un juego de fraternidad o algo así. Los amigos de Taehyung tenían que estar sentados en el segundo piso mirando hacia abajo, riéndose. Se inclinó hacia delante y miró la estructura inacabada. No podía ver a nadie, pero eso no significada que no estuvieran.

—¿Qué demonios está pasando? ¿Cambiaste tus dientes cosméticamente o algo? —Yoongi se aproximó y tiró para ver si eran falsos, como los que se pueden comprar en las tiendas para Halloween. No cedían. Eran sólidos.

—No. —Taehyung negó con la cabeza, mordiendo el dedo que Yoongi había puesto en sus dientes.

—Deja de morderme—, Yoongi gritó.

—No puedo hacerlo. Hueles bien. —Taehyung habló en voz baja con sus hombros caídos. Le chocó que su mirada le recordara la de un cachorro pero no era el momento para ocuparse de eso.

—No puede ser real. No existen los vampiros. Todos están en Hollywood, ninguno es real.— ¿Estaba intentando convencer a Taehyung o a sí mismo? No podía ser real, ¿verdad? No, su mente no se lo dejaría creer.

 No podía estar confuso en torno al hecho de que Taehyung pudiera estar diciendo la verdad. Su mente le estaba gritando que estaba loco.

—Por favor, tengo hambre—, Taehyung le pidió una vez más.

Yoongi no sabía lo que pensar. Tal vez si le diera la oportunidad de alimentarse, le haría ver a Taehyung y a él mismo que todo esto era algún juego o los delirios de una joven mente perturbada. Tal vez si se tiraba un farol podría irse a casa y meterse en la cama. Estaba cansado, y mucho, de Taehyung y sus juegos.

—De acuerdo, ¿cómo vamos a hacerlo? ¿Vas a chuparme el cuello? — Yoongi inclinó la cabeza hacia un lado, sabiendo que Taehyung le atacaría. En una milésima de segundo sus dientes afilados mordieron su suave cuello.

—¡Demonios! —Yoongi gritó cuando un dolor lacerante atravesó su cuello y fue hasta su hombro. ¡Esta mierda era real!

¡Taehyung era realmente un vampiro!

Pánico y miedo se apoderaron de él como si fuera un puño cerrado. Tenía miedo de que Taehyung lo vaciara y lo transformara en uno de los muertos vivientes.

Levantó las manos para empujar a la sanguijuela lejos cuando su polla se endureció y, en seguida, explotó en sus jeans. Un placer increíble recorrió sus venas como un rayo. Yoongi arqueó la espalda y gritó cuando se corrió mientras Taehyung chupaba su cuello. Eso tenía que ser el orgasmo más largo que nunca había experimentado en su puta vida.

—T—Taehyung, mareado—murmuró mientras cabalgaba en una ola de éxtasis, incapaz de colocar dos pensamientos juntos. No quería que el placer se acabara pero una pequeña parte de su mente sabía que Taehyung tenía que parar o arriesgarse a matarlo. —T—Taehyung, por favor.

Taehyung lloriqueó pero finalmente lamió el cuello de Yoongi, donde lo había chupado. La presión ya no estaba pero el placer aún permanecía, haciendo que Yoongi respirara entrecortadamente. Taehyung apoyó la cabeza en su hombro, enroscando su cuerpo en el suyo.

Yoongi tuvo que tumbarse y dejar su cabeza caer. Todo eso era demasiado.

Había alimentado a un vampiro.

A uno sexy pero, aun así, una sanguijuela con dientes afilados. Su mano instintivamente acunó la cabeza de Taehyung, acariciando con círculos suaves su espalda.

—¿Estás bien? —No conseguía pensar en nada más que decir. Sus pensamientos estaban dispersos en un millar de direcciones diferente desde que Taehyung tuvo un poco de él y su mente aún no se había recuperado. ¿Estaba abrazando el camino de los muertos vivientes o quería saber si el hombre estaba bien? ¿Se había vuelto loco?

Taehyung asintió en el hombro de Yoongi, su respiración regulándose, su piel realmente caliente. Yoongi se sorprendió de la metamorfosis que Taehyung estaba experimentando con su donación de sangre. Los temblores habían disminuido y ya no le estaba mordiendo más.

Bien, duh, simplemente te ha chupado la sangre, maldito idiota.

Eso no podía ser verdad.

—¿Necesitas un lugar donde quedarte? —Buen Señor, finalmente había perdido la cabeza. No podía creer lo que estaba saliendo de su boca. Pero sabía que no podía dejar a Taehyung aquí para cuidar de sí mismo. Si él fuese un vampiro no iría a comprobar que la cerveza que consumía no era de un mal lote y querría a alguien que estuviera pendiente de él.

¿Realmente pensaba eso?

Taehyung asintió nuevamente.

Joder, si él estaba abrazando esta locura, podría muy bien hacerlo hasta el final.

—Bien, siéntate y ponte el cinturón de seguridad. —Yoongi se enderezó la ropa, sus pantalones vaqueros pegajosos y desconfortables. —Voy a llevarte a mi casa. —Se puso el cinturón y movió la camioneta del sitio.

Taehyung miraba fijamente la noche, mientras Yoongi conducía, con sus ojos entrecerrados siempre que pasaban algo particularmente brillante. Bien, el mito sobre la luz solar debía ser verdad. Yoongi se preguntó si con el ajo y la plata pasaba lo mismo. Espera, ¿La plata no era para los hombres lobo?

Por favor, no dejes que también sean reales.

Quitó la calefacción y puso el aire acondicionado de nuevo. Ahora que Taehyung estaba caliente, Yoongi no tenía que morir de insolación.

—¿Entonces, uh, tienes que dormir lejos de la luz del sol? —Le preguntó para romper el incómodo silencio. Y chico, era extraño. Estaba llevando a un vampiro a casa.

Un vampiro.

Su mente estaba girando con ese pensamiento. Nada de eso tenía sentido y ahora estaba con el piloto automático, no pensando realmente mucho y sólo viendo dónde le llevaría todo esto. No pasaba todos los días que estuviera con un vampiro. Infiernos, esta era la primera vez que veía uno. No sabía si hacía esto porque estaba puramente fascinado o porque no sabía qué hacer.

—Sí. Quema. —Desvió la mirada de la ventanilla, sus ojos tan llenos de tristeza que hizo que Yoongi sintiera pena de él.

—¿Te vas a quemar y morir?

–No lo sé, no lo estoy intentando descubrir. —Taehyung le dio una sonrisa que no trascendió a sus ojos negros como el carbón. No parecían huecos, tan sólo tristes. Supuso que él también los tendría si los papeles se invirtieran.

—Te escucho. Entonces, ¿cómo pasó?

Taehyung se encogió de hombros.

—Realmente no me acuerdo. Tengo imágenes de una facultad, de la biblioteca del campus. Era de noche. Estaba caminando por una amplia zona de césped y sentí un gran dolor en mi cuello. La próxima cosa de la que me acuerdo es despertar en un almacén abandonado con las ventanas oscuras. Cuando intenté salir, el sol me quemó. —Frotó sus piernas y sus dedos se clavaron en su pantalón vaquero. —He estado tratando de entender qué pasó, qué hacer, cómo adaptarme para sobrevivir a esta vida de mierda. Pero es difícil. Siempre tengo hambre y frío.

Yoongi asimiló lo que Taehyung le estaba contando, reflexionado sobre eso. ¿La gente seguiría envejeciendo, una vez que morían y volvían a renacer? ¿Era así como ocurría? No lo sabía. Lo único que conocía era de las películas, y tampoco sabía si eran exactas. Pero ahora que tenía la cosa real al lado, tal vez debería averiguar algo sobre el hombre.

—¿No te acuerdas de nada antes de eso? ¿Quiénes son tus padres? ¿Cuántos años tienes?

—Tengo 22 años. Me acuerdo de mi madre pero nunca conocí a mi padre. También recuerdo mi vida anterior, antes de que me la quitaran. — Su voz entrecortada, sus manos cerradas y debajo de sus brazos. —Me acuerdo que estaba en la facultad de enfermería. —Le miró.

—Es una profesión noble. Cada vez hay más hombres haciéndolo. — Yoongi extendió su mano hasta la pierna de Taehyung, la golpeó torpemente y la dejó descansando ahí por alguna razón que no conseguía entender.

—No es como si pudiera acabarla.

Yoongi casi se salió de la carretera cuando vio una lágrima roja caer por la mejilla de Taehyung. Eso hizo que toda la noche fuera surrealista. ¿Estaba realmente llevando a casa a un vampiro para que se sintiera bien? ¿Iba a alimentarlo y confortarlo?

—Gracias. —Taehyung acarició con sus dedos la mano de Yoongi, apretándosela.

—Eres bienvenido. —le correspondió. El hombre había sobrevivido a ese evento traumático y trató de continuar siendo humilde.

En la mayoría de las películas, la mayoría de ellos se escondían en un callejón oscuro rasgando cruelmente gargantas sin pensar en nadie, más que en sí mismos. Taehyung intentó controlar su voluntad, había parado cuando le dijo que estaba mareado y ahora le estaba dando las gracias. Haría lo que fuera preciso para ayudarle, para que se ajustara a esta nueva vida.

 Y tal vez él iría a terapia por considerar el tenerlo en casa. No era seguro y no era inteligente pero, infiernos, si podía dejarlo aquí afuera por cuenta propia.

Sí, la terapia parecía algo que tenía que hacer.

—Aquí estamos. —Entró en el aparcamiento detrás del edificio de apartamentos donde vivía.

Taehyung le sonrió, una sonrisa verdadera, y Yoongi sabía que estaba agradecido. La sonrisa iluminó su rostro, volviéndolo impresionante por la cantidad de luz que se reflejaba. Estaba muy delgado pero Yoongi lo contribuyó a su reciente cambio de dieta. Su sonrisa era deslumbrante y sus facciones suaves. Si aún estuviera vivo, habría ido a por él. Sólo que no era de caminar y hablar con cadáveres. Incluso el pensamiento de un hombre muerto sentando a su lado lo enloquecía, pero no iba a dejar que el hombre sufriera porque algún idiota decidió acabar con su vida.

—Azul.

—¿Cómo? —Yoongi se sacudió sus pensamientos.

—Mis ojos solían ser azules antes de cambiar. —Taehyung salió de la camioneta y caminó alrededor, encontrándose con Yoongi y cogiéndole la mano. Se la aceptó, mientas Taehyung se inclinaba hacia atrás, bloqueando la puerta de su casa.

—Apuesto a que eran tan impresionantes como tu sonrisa. —No podía creer que se estaba sonrojando. Se sentía mareado por alguna razón. Debía ser la pérdida de sangre. ¿Estaba realmente coqueteando con un cadáver? Tal vez necesitaba que alguien le examinara la cabeza.

Como mañana.

 —No sé nada sobre eso. —Le sonrió mientras le seguía hacia el interior.

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CAPITULO 8

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