Taehyung se paró en medio de la habitación, que parecía ser el comedor y la cocina combinada, mirando a su alrededor. El apartamento era pequeño, pero no se quejaría. Era mejor que dormir afuera, tratando de esconderse del sol y rezando para que nadie le encontrara.
Yoongi le había ayudado más de lo que esperaba. Todo lo que
quería era alimentarse y, al final, tener un lugar en el que quedarse. O Yoongi
era un hombre muy bueno o una persona retorcida por tener una casa de vampiros.
Esperaba que fuera lo primero.
Taehyung furtivamente echó una mirada rápida al hombre que
lo estaba ayudando.
Tenía que admitir que era guapo como el infierno. Tenía el
pelo castaño corto, lindos ojos azules y una arrogante autoconfianza que Taehyung
deseaba tener. El hombre tenía músculos esculpidos que le hicieron querer
morder en ellos...y en otros sitios también.
Maldita sea, si el hombre era un loco o no, le había tocado
el premio gordo. Ahora, si sólo pudiera tenerlo para follar con él, estaría en
el cielo.
El pensamiento de dejar que un desconocido lo follara le hizo encogerse pero había descubierto que no sólo anhelaba la sangre, sino también el sexo. No estaba seguro de por qué funcionaba de esta manera, pero era así.
Ahora que se había ocupado de su hambre, Taehyung estaba
caliente como el infierno.
—Ponte cómodo. Sólo
voy a hacerme un sándwich. Te puedo ofrecer uno, pero no creo que puedas comer.
¿Puedes? —Yoongi fue hasta la pequeña nevera y abrió la puerta, inclinándose
hacia dentro.
Maldita sea, el hombre tenía buen culo. Tenía curvas en los
lugares adecuados, con sus pantalones vaqueros apretados abrazando todos esos
músculos deliciosos. Ése era otro sitio en el que le gustaría hundir sus
colmillos. Se estaba poniendo duro sólo de pensarlo.
Se aclaró la garganta mientras suspiraba, volviendo a la
realidad, donde no tenía una oportunidad con Yoongi.
—No, traté de comer como solía hacerlo, pero lo vomité todo
de nuevo.— Taehyung se sentó en el sofá, viendo los músculos de Yoongi
flexionándose en sus brazos y el pecho mientras hacía lo que parecía un
sándwich de jamón. Taehyung perdió el poder comer. Su comida favorita había
sido costillas con ensalada de repollo, pero ahora era B positivo.
—Bonita imagen. —Yoongi rio mientras llevaba los cosas a la
nevera, luego agarró el sándwich y lo mordió. La boca se le hizo agua sólo de
pensar en un solo un bocado de ese sándwich. Aún no se había habituado a una
dieta de sangre y deseaba comida. Se preguntaba si se acostumbraría a beber de
una vena. Se pasó la lengua inferior por el labio, mirando a Yoongi. Si fuese
la vena de ese hombre, Taehyung podría acostumbrarse con el hecho de tener que
beber sangre.
Yoongi le miró y entonces paró de masticar, con una media
sonrisa en su cara cuando tragó.
—Disculpa, ¿te incomoda? — Señaló su sándwich.
—Sí, pero es algo con lo que me tengo que acostumbrar. No
pares. Creo que tienes que substituir lo que te chupé. Tal vez tendrías que
obtener algunas vitaminas o algo parecido. —No quería que Yoongi sufriera por
ayudarle. Taehyung sabía, por las últimas semanas, que necesitaba alimentarse
diariamente. No tanto como lo había hecho con Yoongi antes. Eso había sido por
no haberse alimentado la noche anterior.
—¿Pensando en tomar más?— Yoongi le preguntó y después dio
otro bocado a su comida, mirándolo de cerca.
Taehyung podía decir que Yoongi no albergaba ningún rencor
hacia él. El hombre tenía una leve sonrisa en sus labios, como si estuviera
intentando detenerlo. Taehyung había sentido el orgasmo alucinante recorrerle
antes y sabía que Yoongi había experimentado lo mismo. Era la primera vez que
le había pasado desde que se había convertido. Normalmente, sólo tomaba lo que
necesitaba y lo hacía tan rápidamente cuanto podía. Chupar a un extraño para
tener sus nutrientes no era un fetiche de Taehyung pero la succión de la vena
de Yoongi le tenía deseando por más.
Sus objetivos eran borrachos para que no se acordaran de lo
que Taehyung había hecho pero la sangre no era tan dulce como la de Yoongi.
Faltaba el alcohol. ¿Pero la sangre de Yoongi? ¡Oh, hombre! Había sido como
beber el mejor vino o el mejor whisky o el dulce néctar. Estaba casi babeando
por hacerlo de nuevo, preferiblemente con Yoongi desnudo empujando la polla
dentro de su culo en esta ocasión.
Taehyung mentalmente negó con la cabeza, tratando de alejar
esos pensamientos. Nunca había estado tan excitado antes. Parecía que desde que
se había convertido en un vampiro, o por lo menos alrededor de Yoongi, esos
pensamientos eran lo único en que podía pensar. Yoongi estaba allí mirándolo, y
recordó que le había hecho una pregunta. Se pasó las manos sobre los muslos
bajo sus vaqueros, sintiendo su corazón latir con violencia en el pecho.
—Si está bien para ti.
Taehyung podía estar muerto, pero aún podía sentir el rubor
recorriendo su cara y cuello. El morder el cuello de Yoongi había desencadenado
el primer orgasmo que Taehyung había experimentado desde que regresó, y estaba
agradecido de que su polla aún funcionara.
No era como si el que le había transformado a la fuerza le
hubiera dado un manual de cómo ser un vampiro o qué esperar en su nueva vida.
Hubiera sido bueno follar.
En cambio, Taehyung había despertado solo y desorientado,
escapando del almacén tan pronto como el sol se puso. Tenía más dudas que lo
que estaba aprendiendo.
Gracias a Dios, Yoongi no había cumplido su promesa y le
había golpeado el culo, echándolo fuera. Eso habría sido malo.
Muy malo.
Pero ahora se había alimentado y estaba mirando a Yoongi,
deseando como el infierno que el hombre se encontrara lo suficientemente bien
para follar.
—¿Cuántas veces me necesitas? —Yoongi le preguntó mientras
se lavaba las manos en el fregadero y, en seguida, sacó una cerveza de la
nevera, abrió el tapón y tomó un sorbo.
Taehyung vio los músculos de su garganta deslizándose hacia
arriba y hacia abajo y se preguntó si harían lo mismo con su polla enterrada en
la garganta del hombre.
Sintió sus mejillas ardiendo cuando bajó la cabeza y se
preguntó si Yoongi se le estaba insinuando. Deseo.
—Uh, todos los días.
¿Yoongi era hetero? Sería tan extraño si lo fuese. Aunque el
hombre parecía disfrutar de lo que le había hecho en la camioneta, después del
shock inicial que había pasado. Taehyung nunca fue realmente bueno cuando se
trataba de dar el primer paso. Él no era el tipo de hombre que tomaba la
iniciativa y siempre dejaba que sus amantes lo hicieran. Quizás por eso Hoseok
lo había echado de su vida. Podía sentir la rabia construyéndose lentamente
mientras pensaba en Hoseok. El bastardo.
Antes del cambio Taehyung había estado rellenito pero la
transformación había sido un infierno de programa de pérdida de peso. Había
adelgazado y eso le dio un cuerpo que sólo había soñado. Ni tan siquiera su
tiempo en el gimnasio le había dado tan buenos resultados. Sólo recordó que había
tenido que morir y volver siendo un vampiro para verse así de bien.
Realmente le había sorprendido que alguien como Hoseok le
diera incluso los buenos días. Pero Taehyung descubrió más tarde que era sólo
porque Hoseok quería su virginidad. El hijo de puta se había jactado a sus
amigos sobre cómo había dormido con Taehyung, y la noticia se extendió por toda
el instituto al que ambos iban, siendo aún más humillante.
Había estado feliz por ir a la universidad, comenzando desde
cero, donde nadie sabía que era gay. Taehyung se había concentrado en sí mismo,
estudiando fuerte para ser el mejor enfermero posible. Y entonces su mierda de
vida le golpeó de nuevo, volviéndose peor. Taehyung nunca se imaginó que los
vampiros existieran.
Pero allí estaba él, la prueba viviente. O prueba muerta.
Sin embargo uno eligió mirarlo.
—Creo que, entonces, voy a necesitar esas vitaminas.
—¿Eh? —Taehyung parpadeó un par de veces, olvidando que
estaba sentado en el comedor de Yoongi teniendo una conversación con el hombre.
—Si te vas a alimentar de mí todos los días, necesitaré
vitaminas. ¿Verdad? —Yoongi cruzó la habitación y se sentó junto a Taehyung con
una mirada de preocupación en su bonito rostro. Sus muslos y sus hombros se
tocaron y la excitación fue directa a la polla Taehyung.
El olor de Yoongi le estaba casi sofocando. Olía tan bien
que tuvo que luchar para no morder al hombre. Se había alimentado hacía apenas
una hora, pero quería a Yoongi de nuevo, sólo que de una manera más como
fóllame hasta gritar. Dios, tenía que conseguir un revolcón.
Taehyung se aclaró la garganta y se movió un poco, tratando
de aliviar la presión en sus pantalones vaqueros. Sabía que sus ropas eran las
de un vagabundo pero no era como si pudiera correr a casa y cambiarse, ¿podría?
—Perdona, no quería invadir tu espacio. —Yoongi se deslizó
por el sofá con una mirada de incomodidad en sus ojos. Taehyung no podía dejar
que pasara eso. El hombre había sido más que generoso y él no estaba tratando
de que le echara.
—No eres tú. Yo, uh... — Nunca había salido y dicho a
alguien que era gay. No después de su humillación en la escuela. No estaba
escondido en el fondo del armario pero tampoco daba esa información. Taehyung
apenas precisó enfrentarse cara a cara con el peligro para aprender la lección.
— Soy gay y estás sentado tan cerca... — Cerró la boca, preguntándose qué
diablos le hizo decir eso.
Demasiado para
aprender de mi maldita lección.
—Oh.
¿Eso era un Oh bueno o uno malo?
Espera, ¿Yoongi se estaba acercando? Taehyung debía estar
mirando con los ojos llenos de esperanza, porque no había manera de que a
alguien tan sorprendente como Yoongi le gustaran los hombres. Las mujeres
probablemente estaban persiguiéndole.
—No voy a limitar tu estilo, ¿verdad? —Taehyung le preguntó
vagando su mirada por la habitación, negándose a mirar a Yoongi.
—¿Qué significa eso? —Yoongi se acercó.
Su cabeza giraba por la posibilidad de que Yoongi le
quisiera. Tenía que estar seguro. No había forma de que él estuviera reviviendo
la pesadilla de la escuela. Una vez fue suficiente para su vida.
No importa que fuera ahora.
—Debes tener una gran cantidad de mujeres detrás de ti. Me
quedaré fuera de tu camino y encontraré un lugar para ir cuando estés
entretenido. —Taehyung había hecho su jugada. Ahora todo lo que tenía que hacer
era ver qué respuesta iba a conseguir.
Dios, oró porque saliera bien.
—Realmente no me entretengo con mujeres, Taehyung—, dijo Yoongi
mientras se inclinaba para atrás y le guiñaba un ojo. —No tienes que ir a
ninguna parte.
Taehyung sintió que su esperanza se alzaba como un cohete a
la luna cuando él miró boquiabierto a Yoongi.
—¿Eres gay?
—Sí.
Una feliz danza mental a través de la sala de estar.
Taehyung lo estaba celebrando consigo mismo. Espera...
—¿Entonces debes tener mucha compañía masculina?— Por favor,
di que no. Su cohete estaba chisporroteando y cayendo hacia la Tierra. Dios,
por favor, no dejes que se estrelle y arda.
—Una vez más, no realmente. Tengo a alguien que llamo cuando
surge la necesidad, pero aparte de eso, tengo una vida muy ocupada tal y como
es. En realidad, nadie sabe que soy gay, lo que hace que la vida sea un poco
menos complicada.
Un hombre en el armario.
Mierda.
Qué desperdicio.
¿Yoongi sólo jugaría con él? Quería ser osado y dar primer
paso, pero aunque no fuera el mismo chico que antes, aún era demasiado tímido
para ir a por ello. También recordó cómo dolorosa fue su experiencia sexual con
Hoseok y dudó en probarlo con Yoongi. Tal vez fuera mejor dejarlo todo como
estaba.
—Entonces, ¿dónde voy a dormir?
—Ah, ah, sólo tengo una habitación. Puedo oscurecer las
ventanas y puedes quedarte en mi cama. —Yoongi se puso de pie y caminó por el
pasillo.
Taehyung le siguió y suspiró mientras sus ojos seguían su
culo. Qué desperdicio de verdad.
—No voy a quedarme en tu cama—, dijo Taehyung. El hombre ya
le estaba ayudando más de lo que había imaginado. No iba a sacarlo de su propia
cama.
—Podríamos compartirla. Duermo de noche y tengo la seguridad
de que tú duermes de día. No es una gran cosa. —Yoongi comenzó a hurgar en su armario,
cogiendo mantas extras y poniéndolas en su cama. Luego fue a la cocina y cogió
una caja de bolsas de basura de debajo del fregadero. Taehyung le siguió todo
el tiempo como un tonto enamorado.
Un tonto muy caliente.
Le ayudó a poner las bolsas negras de basura en la ventana y
luego los edredones en la parte superior de las cortinas. Los resultados
finales parecían una mierda, pero serviría.
—No vas a tener problemas por el hecho de tener bolsas de
basura en tu ventana ¿verdad?
—Es una solución para esta noche. Mañana saldré y compraré
algunas cortinas más tupidas.
Taehyung no podía parar. Extendió la mano y cruzó los brazos
alrededor de la cintura de Yoongi, abrazándolo. Nunca nadie se había preocupado
por él como Yoongi lo estaba haciendo. Su propia madre tuvo una mirada de
alivio en su cara el día que Taehyung se fue a la universidad. Sabía que ella
no aprobaba su preferencia sexual y había mentido a sus amigos, diciendo que
era un florecimiento tardío. Ni una sola vez desde que asistió a la universidad
ella había llamado para ver cómo estaba. Él estuvo solo hasta conocer a Yoongi.
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