—Perdone, ¿ha visto a Taehyung? —Preguntó Yoongi a Alice. —Se suponía que debía encontrarme con él, pero no puedo encontrarlo.
—Bert
llamó desde la casa club de campo de golf y me dijo que Taehyung estaba allí.
Yoongi estaba sorprendido.
—¿Él juega al golf?
—No
Señor, pero le gusta la hierba.
—¿La
hierba? —Yoongi no podía recordar haber visto una pintura de Taehyung con la
hierba en ella. —¿Qué hace con ella, toma fotos o algo así?
Volviendo a mirar por la ventana, Alice sonrió.
—Nada productivo. Le gusta la suavidad de la misma. La toca,
la huele, frota sus pies en ella. No estoy segura de por qué, él nunca lo ha
dicho, pero parece que le trajera una sensación de paz.
Había sido evidente la primera vez que puso los ojos sobre Taehyung
que era diferente, pero Yoongi estaba empezando a entender cuán diferente era
en realidad.
—¿Cómo puedo llegar ahí?
—Un
servicio de transporte lo llevará.— Alice señaló al aparcacoches en la
recepción. —Pregúntele a Ron.
—Gracias.
Quince minutos después de haber sido dejado en la casa club,
Yoongi pasó a un grupo de cuatro golfistas riendo.
—¿Vieron a ese loco? —uno de ellos le preguntó a los demás.
—Algo me dice que pertenece a un cuarto de goma en lugar de a un campo de golf.
Yoongi apretó los puños. Le tomó todo lo que tenía para
seguir caminando, porque una pelea con otros cuatro no resolvería nada. Echo a
correr, explorando la zona para encontrar a Taehyung. Superando una ligera
elevación en el paisaje, llegó a una parada. Su primera reacción fue sonreír ante
la vista en el borde del campo.
Girando alrededor con los brazos abiertos, Taehyung parecía
un niño disfrutando de un cálido día de primavera. No era algo que un hombre
adulto por lo general se permitiera, pero parecía ser un entretenimiento
inofensivo para Taehyung.
Yoongi cayó sobre la hierba y se quitó los zapatos y los
calcetines.
— Parece divertido —dijo, alertando a Taehyung de su
presencia.
Taehyung trató de dejar de girar, pero perdió el equilibrio
y cayó al lado de Yoongi, riendo todo el tiempo.
—Ooh —dijo,
sosteniendo su cabeza.
—Eso me
mareó.
Yoongi sonrió ante el estado de los pies descalzos de Taehyung.
—Te estás volviendo verde.
Taehyung abrió los ojos y miró sus pies. Su rostro se
congeló en una máscara de miedo durante varios segundos antes de transformarse
lentamente con la ayuda de una sonrisa traviesa.
—Lo están, ¿no?— Su sonrisa se convirtió en una amplia
sonrisa. —No se me permitía salir a jugar con los otros niños cuando crecía.—
Miró a Yoongi. —Supongo que lo estoy compensando ahora. ¿Crees que es extraño?
Yoongi se acostó junto a Taehyung y apoyó la cabeza en su
mano. Era obvio que el fuego no había sido la única cosa que estropeó la
infancia de Taehyung.
—¿Por qué no se te permitía jugar afuera?
Taehyung señaló a sus pies.
—A mamá no le gustaba el desorden. Decía que le hacía la
vida más difícil.— Cerró los ojos y apoyó su cabeza sobre la hierba.
—Probablemente suena como mierda para ti, pero en mi casa, volar bajo en el
radar hacía la vida más fácil.
Yoongi pensó en la foto que había sacado en línea. Los Kim
parecían ser una familia modelo con el Sr. Kim vestido con su uniforme de
policía formal, una atractiva mujer a su lado y dos hijos de pie orgullosamente
delante de ellos. No tenía derecho a preguntar a Taehyung los interrogantes que
giraban en su mente, pero esperaba que se hubiera ganado el derecho a ofrecer
consuelo para el tormento desconocido con el que el artista estaba luchando.
Yoongi apoyó su mano sobre el estómago de Taehyung y se
inclinó hacia abajo, con la esperanza de explorar sus recién descubiertos
sentimientos.
—¿Te
puedo besar? —Susurró.
—Esperaba
que lo hicieras.
Aunque Yoongi deseaba que estuvieran en la intimidad de su
habitación, no estaba dispuesto a dejar pasar el momento sin disfrutar
plenamente de un beso en el que había pensado desde la primera vez que puso los
ojos en Taehyung. Con el primer roce de los labios de Taehyung, Yoongi empezó a
sentir un cosquilleo de excitación. Cuando probó la extraña sensación con la
punta de su lengua contra su labio inferior, Taehyung uso la apertura para
llevar el beso más allá, penetrando profundamente.
Los brazos de Taehyung se envolvieron alrededor del cuello
de Yoongi cuando el beso se convirtió en un juego erótico de lenguas. Todo el
cuerpo de Yoongi anhelaba más, sentirse más cerca de Taehyung en todas las
formas posibles. Los sentimientos que Taehyung evocaba en él eran sorprendentes,
pero bienvenidos, después de un año y medio viviendo una vida incompleta.
Rompiendo el beso en busca de aire, miró a los ojos a Taehyung.
—Será
mejor que salgamos de aquí antes de que nos echen.
Taehyung se sentó y pasó las manos sobre sus pies manchados
de hierba.
—¿Te puedo preguntar algo?
—Claro.—
Se sentó y buscó sus zapatos y calcetines.
—¿Quieres
dormir conmigo?
—Por
supuesto, pero si necesitas más tiempo, esperaré.— Yoongi golpeó sus hombros
contra los de Taehyung. —En caso de que no lo hayas notado, disfruto tu
compañía.
—Mira,
esa es la parte que no entiendo.— Taehyung arrancó el soporte de la cola de
caballo de su pelo. —Sé lo que soy, y estoy bien con ello, pero la última cosa
que quiero es someterte a más de mis… episodios.
Yoongi se puso de pie y le tendió la mano. Tirando de Taehyung
lo puso en pie, sostuvo su mano y empezó a caminar hacia el hotel.
—Mentiría si dijera que no me di cuenta de tus episodios,
pero honestamente puedo decir que me fascinas más que cualquier persona que
haya conocido.
—Claro,
soy como un espectáculo de fenómenos de circo o algo así —respondió Taehyung.
—No es
eso en absoluto.— Yoongi se paró frente a Taehyung. —Cuando te miro, me siento
vivo por primera vez en años. Sí, tienes problemas, pero todos los tenemos.
Taehyung apoyó la frente contra el hombro de Yoongi.
—Te irás en unos días de todos modos, así que supongo que
deberíamos disfrutar de nuestro tiempo, mientras lo tengamos.
Yoongi envolvió sus brazos alrededor de Taehyung. Irse al
final de la conferencia era algo en lo que no quería pensar, pero hacer que
cada momento contara era definitivamente su agenda.
—Deja que te lleve a la ciudad para una buena cena.
Taehyung se apartó y se dirigió hacia la casa club.
—Voy a cenar en el hotel. Ellos me conocen. Mientras tanto,
tengo que averiguar dónde dejé mis sandalias.
Con una sonrisa y un movimiento de cabeza, Yoongi lo siguió.
Tenía una extraña sensación de que estaría siguiendo a Taehyung por un largo
tiempo.
Apenas llegaron a la habitación de Taehyung antes de que la
pasión de Yoongi lo alcanzara. Presionó a Taehyung contra la puerta cerrada y
lo besó, duro y profundo. Sus manos se movían por la espalda de Taehyung para
aterrizar en su culo en un intento de acercarse.
—¿Quieres? —dijo entre besos.
Taehyung empezó a desabotonar la camisa blanca de Yoongi.
—Piel.
Yoongi descubrió rápidamente la banda elástica en la cintura
de Taehyung y metió las manos por debajo. Cuando sus dedos rozaron la gruesa
piel fruncida de las quemaduras que había leído, se quedó paralizado.
— ¿Son sensibles?
Taehyung se encogió de hombros.
—Sí, pero estoy acostumbrado a eso.— Dejó de tratar de
desnudar a Yoongi y empujó su falda hasta el suelo, quedando desnudo de la
cintura para abajo. —Tengo que lavarme los pies antes de entrar en la cama.
Era un comentario extraño para hacer a mitad de desnudarse.
— Estoy seguro de que el servicio de limpieza cambiará tus
sábanas antes de ir a la cama si lo pides.— Yoongi sacó la camisa de Taehyung
sobre su cabeza y la arrojó detrás de él. Cuando Taehyung no respondió, Yoongi
le vantó su barbilla. —¿Estás bien?
—Realmente
tengo que lavarme los pies —murmuró Taehyung.
A pesar de que Yoongi no lo entendía, llevó a Taehyung al
cuarto de baño. Conectó la bañera y comenzó a llenarla con agua tibia.
—¿Te importa si ayudo?
—No.
Yoongi terminó de desnudarse y cerró el agua. Se metió en la
bañera.
—Siéntate
en el borde.
Taehyung se giró y agarró una botella de cloro de debajo del
lavabo.
—¿Qué
estás haciendo? No puedes utilizar eso.
—Es lo
que mamá usaba antes de que me hiciera mantenerme fuera del patio
definitivamente —explicó Taehyung.
Yoongi no podía imaginar a una madre tratando a su hijo de
tal manera.
—No necesito usar cloro.
Taehyung a regañadientes dejó la botella antes de sentarse
en el borde de la bañera.
—Realmente no tienes que hacer esto.
—Lo sé.—
Yoongi comenzó con jabón, limpiando tanto como podía. Vio una botella de
exfoliante facial y la levantó. —¿Puedo usar esto?
Taehyung negó con la cabeza, sin apartar sus ojos de la
flácida polla de Yoongi.
—Eres grande.
Yoongi sonrió y trató de concentrarse en los pies de Taehyung.
No era fácil. Entre más fregaba, más dura se ponía la polla de Taehyung.
—¿Esto se siente bien?
Taehyung notó el estado de su polla y envolvió su mano
alrededor de su longitud.
—Sí. No estoy acostumbrado a que nadie sea tan amable.
Yoongi enjuagó sus manos antes de tirar de Taehyung al borde
y a su regazo. Con un brazo envuelto alrededor de la espalda de Taehyung, Yoongi
empezó a enjabonar el pecho suave sin pelo.
—Eso es una vergüenza. No puedo imaginar ser cualquier cosa
salvo amable contigo.
Fue el turno de Taehyung de reír.
—No me malinterpretes, no siempre me gusta suave.— Frotó su
erección contra el estómago de Yoongi. —A veces me gusta duro y rudo.
—Estás
buscando en el lugar equivocado para rudo, pero puedo manejar duro.— Yoongi
movió su mano por el culo de Taehyung. A pesar de que no tenía intención de
joder a Taehyung en la bañera su primera vez, se dio a sí mismo unos momentos
para jugar. —Para ser honesto, creo que no me gusta la idea de que alguien sea
rudo contigo.
Taehyung se deslizó hacia atrás y se agachó para envolver su
mano alrededor de la polla de Yoongi.
—Creo que no piensas en las cosas como rudas si eso es todo
lo que has conocido.
Yoongi estaba más decidido que nunca a mostrar a Taehyung la
alegría de tomar las cosas con calma. Se puso de pie con Taehyung en sus brazos
y salió de la bañera.
—Supongo que también tenemos que secarnos bien antes de
meternos en la cama.
Taehyung negó con la cabeza.
—No hay ninguna regla acerca de ir a la cama mojado, siempre
y cuando estés limpio.
Seguir reglas parecía ser un tema recurrente con Taehyung,
pero Yoongi tenía una fuerte sensación de que no eran las suyas.
—Eres un hombre. Las únicas reglas que tienes que seguir son
las puestas por ti mismo. — Puso a Taehyung de pie y cogió una toalla del
estante. En vez de secarse, Yoongi envolvió la toalla alrededor de Taehyung y
tiró de él en un beso profundo. La expresión avergonzada en la hermosa cara de Taehyung
era una buena señal de que Yoongi no debería haber dicho lo que dijo. —Lo
siento —susurró.
—¿No
vives con las reglas y los valores que tus padres te enseñaron? —Preguntó Taehyung.
—Hasta
cierto punto, sí, pero las reglas para los niños son diferentes. Cruzo la calle
por mí mismo ahora, porque a pesar de que mi mamá me dijo que no, ella no
quería decir que nunca lo hiciera. ¿Tiene eso sentido?
Taehyung se apartó, llevando la toalla con él.
—No quiero hablar de mis padres —murmuró al salir de la
habitación.
Yoongi se mordió la lengua mientras se secaba. No quería
empujar a Taehyung demasiado duro, pero esperaba finalmente conseguir que se
abriera sobre su pasado. Con la toalla colgada en la parte posterior de la
puerta, Yoongi salió del baño para unirse a Taehyung. La imagen de Taehyung en
la cama, empujó todos los pensamientos del pasado de su mente. Con los ojos
cerrados y los pies plantados en el colchón, Taehyung se estaba follando a si
mismo entusiastamente con un vibrador de color rosa brillante.
Obviamente, era un hecho común, y Yoongi se preguntaba si él
era incluso necesario.
Jimin había cuidado de sí mismo en la ducha cada mañana
durante los últimos dieciocho meses de su relación, por lo que Yoongi era más
sensible a la acción de lo que probablemente debería ser, pero no podía ignorar
la forma en que lo hacía sentir. Decidió quedarse atrás hasta que Taehyung le
reconociera.
Momentos más tarde, Taehyung abrió los ojos y miró fijamente
a Yoongi.
—¿No vas a venir conmigo?
Con los brazos cruzados, Yoongi se encogió de hombros.
—No estaba seguro de que me necesitaras.
—Por
supuesto que te necesito.— Taehyung retiró el dildo y lo dejó caer al suelo.
—Sólo me preparaba.
Yoongi empujó el dolor y se acercó a la cama.
—Parte de la diversión es la preparación.— Se puso sobre el
colchón y agarró la polla de Taehyung. —La
próxima vez, déjame tener mi diversión, ¿de acuerdo?
En vez de responder, Taehyung se movió para tomar la polla
de Yoongi en su boca. Empezó a chupar la cabeza, moviendo el culo lo
suficientemente cerca para alcanzar a Yoongi.
—Yo
podría usar más lubricante —dijo Taehyung entre lamidas.
Yoongi agarró la costosa botella de lubricante de la mesita
de noche, feliz de que tendría la oportunidad de jugar. Le encantaba escuchar a
un amante gemir y lloriquear mientras su culo era tocado.
—Tu boca es jodidamente asombrosa.
El cumplido pareció impulsar a Taehyung y pronto la polla de
Yoongi estuvo enterrada en la garganta de Taehyung.
—Mierda.— Yoongi hundió tres dedos profundamente en el culo
de Taehyung. Los bombeó dentro y fuera varias veces antes de sacarlos. Utilizó
la toalla que Taehyung había dejado junto a la cama para limpiarse las manos
antes de alcanzar un condón. — ¿Me quieres dentro de ti?—le dijo a Taehyung.
Taehyung liberó la polla de Yoongi y se recostó en la cama.
—Sí.— Enganchó los brazos por debajo de sus rodillas y tiró
de sus piernas contra su pecho, dejando su estirado agujero expuesto.
Arrastrándose hasta el centro de la cama, Yoongi miró a Taehyung.
El hombre, extendido y listo, no se parecía en nada al Taehyung que había
llegado a conocer. Yoongi sólo esperaba que Taehyung disfrutara del sexo con él
tanto como obviamente lo hacía consigo mismo. Enfundado y listo, Yoongi tomó un
momento para chupar la polla de Taehyung antes de lamer un camino desde el
pecho a sus labios. Mientras se movía para un beso, empujó su polla
profundamente en el culo de Taehyung.
Taehyung gritó, mientras seguía encerrado en el beso. Yoongi
empezó a moverse dentro y fuera, tomando el tiempo para molerse contra la polla
y las bolas de Taehyung con cada embestida hacia adentro.
Las cortas uñas de Taehyung se enterraron en la espalda de Yoongi
cuando comenzó a moverse con el ritmo de Yoongi.
—Tan bueno —Taehyung gimió una y otra vez mientras Yoongi
seguía follándolo.
—Sólo se
pondrá mejor mientras más lo hagamos.— Yoongi besó a Taehyung de nuevo,
disfrutando de la manera en que sabía.
—¿Podemos
practicar de nuevo más tarde? —Preguntó Taehyung entre beso y beso.
Yoongi empezó a empujar más duro, prestando atención al
suave juego de su lengua, mientras lamía un camino desde el mentón de Taehyung
hasta su boca.
—Esta noche. Mañana por la mañana. Mañana por la tarde.
Tengo dos horas de reuniones obligatorias mañana, pero voy a escabullirme del
resto.
—¿Vas a
meterte en problemas? —Preguntó Taehyung, alcanzando su polla.
—En este
momento, no estoy seguro de que me importe. Todo en lo que puedo pensar es en
ti, por lo que las reuniones no están haciéndome bien de todos modos.
—Terminando de hablar, Yoongi se concentró en follar.
En cuestión de minutos, Taehyung empezó a jadear. Momentos
más tarde, gritó, esparciendo la calidez de su semen entre ellos.
Después de los dos últimos años de relativamente nada de
sexo, Yoongi no podía durar mucho más tiempo. Enterró su polla tan profundo
como pudo y disparó su semilla, liberando casi dos años de frustración sexual.
Colapsando en la parte superior de Taehyung, Yoongi luchó para recuperar el
aliento.
—¿Podemos tomar una siesta?
Taehyung, que siempre parecía tener más energía de la que
cualquier persona debería, negó con la cabeza.
—Es casi la hora de cenar.
Una vez más, el rígido horario de Taehyung parecía seguir
causando que Yoongi preguntara acerca de su crianza. Sin embargo, la última
cosa que quería era arruinar el estado de ánimo.
—Déjame correr de vuelta a mi habitación y limpiarme.
—Yo
también. Nos vemos abajo, ¿en treinta minutos? —Sugirió Taehyung.
Yoongi gruñó en señal de protesta cuando salió de Taehyung.
—Yo voy a aceptar tu oferta para practicar otra vez después
de la cena.
—Cuento
con ello —respondió Taehyung con un guiño.
Los pies de Taehyung todavía estaban hormigueando de la
vigorosa fregada que habían recibido cuando se encontró con Yoongi frente al
restaurante de carnes.
—Hey.— Se inclinó para un beso suave, del tipo que no podía
dejar de pensar en él. Aunque el beso apasionado que habían compartido antes
había sido fantástico, este era el lado tierno de Yoongi que realmente tiraba
del corazón de Taehyung.
Yoongi rozó sus labios en la frente de Taehyung.
—Están preparando una mesa para nosotros. De acuerdo con el
maître, es la mejor de la casa.
Taehyung sonrió.
—Carlos les dice a todos eso.— Tomó la mano de Yoongi y lo
llevó adentro.
—Sr. Kim
—Saludó Carlos.
Taehyung había pedido a Carlos que lo llamara por su nombre
un millón de veces, pero Carlos insistía en dirigirse a él formalmente cuando camarero
en los restaurantes u hoteles, encargado de asignar una mesa a los comensales y
de proveer todo lo necesario para que estén cómodos. Tiene como primera
responsabilidad comprobar la reserva de los clientes. Por regla general es la
persona que ofrece el menú cuando todo está a punto para servir y que además
proporciona la cuenta por lo consumido, delegando el resto del servicio en
algún camarero. En algunos locales es el camarero principal o el encargado de
los camareros. estaba en el trabajo.
—Buenas noches, Carlos. Mi amigo me dice que estás
preparando la mejor mesa de la casa para nosotros.
Con una leve reverencia, Carlos sonrió.
—Por supuesto que sí.— Recogió dos menús y los condujo a una
mesa íntima en la esquina.
—Creí
que nos situarías junto a la ventana.— Taehyung sacó una silla y se sentó
frente a Yoongi.
—¿Por
qué, cuando es obvio que los dos sólo se preocupan por mirarse el uno al otro?
Guardaré la vista para las personas que han estado casados durante tanto tiempo
que han memorizado la cara del otro.— Carlos les entregó a ambos un menú.
—Jessica estará aquí en un momento para obtener sus órdenes de bebidas.
—Gracias,
Carlos.— Taehyung observó al hombre alejarse.
—Hombre
inteligente.
—Sí
—estuvo de acuerdo Taehyung. Él no tenía necesidad de mirar el menú para saber
lo que quería. —Háblame de ti.
Jessica se detuvo junto a la mesa y ordenaron una botella de
vino.
— No suelo beber —le advirtió Taehyung a Yoongi. —Espero no
ser demasiado tonto.
Yoongi cruzó los brazos y los apoyó sobre la mesa.
—Si tonto es lo que eras más temprano cuando estabas
disfrutando de la hierba al otro lado de la calle, estoy completamente a favor
de eso.
Taehyung se inclinó sobre la mesa y apretó el antebrazo de Yoongi.
— Nunca he conocido a nadie como tú.
—Yo
podría decir lo mismo.— Yoongi levantó la mano de Taehyung hasta sus labios y
lo besó en la palma de la mano.
Jessica volvió con una botella de vino. Después de servir
dos copas, dispuso el vino con una toalla envuelta sobre la mesa.
—¿Están listos para ordenar?
—Todavía
no —dijo Yoongi, negándose a liberar la mano de Taehyung.
—¿Te
importaría darnos unos minutos más?
—Tómense
todo el tiempo que necesiten.— Jessica le hizo un guiño a Taehyung antes de
dejar la mesa.
—Así
que, estabas a punto de contarme todo acerca de tu vida en...— Taehyung se
detuvo, esperando a Yoongi para llenar el espacio en blanco.
—El área
de Seattle, Port Orchard, para ser exactos.— Yoongi tomó un sorbo de su vino.
—Compré una casa con mi ex hace unos seis años, pero cuando las cosas no
funcionaron, dejé que comprara mi parte.
Taehyung trató de restar importancia a la racha de celos que
amenazaba con salir a la superficie.
—¿Cuál es su nombre?
—Jimin.
—¿Todavía
está ahí? —Taehyung no pudo dejar de preguntar.
—No.— Yoongi
tomó una respiración profunda. —Bueno, él quiere estar, pero las cosas se han
terminado entre nosotros hace ya un tiempo muy largo.— Entrelazó sus dedos con
los de Taehyung. —No estaría aquí contigo, si tuviera sentimientos por otra
persona. No soy esa clase de hombre.
Taehyung miró a Yoongi por encima del borde de su copa de
vino.
—Me alegro.
A medida que avanzaba la noche, Taehyung continuó
disfrutando de la compañía de Yoongi, así como de otra botella de vino. En el
momento en que Jessica le entregó la cuenta, parecía que no podía borrar la
sonrisa de su cara.
—Creo que estoy borracho.
Yoongi le arrebató la cuenta a Taehyung.
—Por favor, déjame.
Taehyung entrelazó las manos en su regazo. No estaba acostumbrado
a que las personas pagaran por él, y Yoongi lo había hecho dos veces.
—Tengo dinero.
—Estoy
seguro que sí, pero yo...— Yoongi exhaló y se pasó los dedos por el pelo.
—¿Sabes qué? Me acabo de dar cuenta de algo. Usualmente me gusta pagar porque
me hace sentir como que tengo el control de la velada.— Negó con la cabeza.
—Pero no necesito estar en control, ¿verdad?— Puso la carpeta de cuero que
contenía la cuenta en el centro de la mesa. —¿Por qué no pagamos los dos?
—Puedo
hacer que Jessica ponga el vino en mi cuenta si quieres pagar por la cena
—sugirió Taehyung.
—Puedo
hacer eso —coincidió Yoongi. —Mira, ya estás teniendo un efecto positivo en mí.
—¿En
serio?— Taehyung se había acostumbrado a sentirse jodidamente sin valor para
los que lo rodeaban, a menos que pagara, así que el cumplido de Yoongi hizo que
su corazón se hinchara de orgullo.
Taehyung se bajó de la cama y le entregó a su nuevo amigo,
Michael, el cómic que estaba orgulloso de mostrar. Era una rara edición, uno
que había recibido por su cumpleaños.
—Este es mi favorito.
—Oh,
cool.— Michael sacó el libro del protector plástico y de inmediato comenzó a
hojear las páginas. —¿Puedo tenerlo?
Taehyung quería agarrar el cómic de vuelta, pero se detuvo
en su lugar. Michael fue el primer niño en su clase que había accedido a venir
a jugar, y por mucho que le gustaba el libro, quería más un amigo.
— Supongo que sí —murmuró.
—Impresionante.—
Michael enrolló el cómic y se lo metió en su bolsillo trasero. —Mejor me voy a
casa a cenar. Nos vemos en la escuela.
—¿Quieres
venir mañana?
Michael soltó un bufido.
—Estoy jugando a la pelota con mis amigos el sábado.
Taehyung nunca había hecho deporte, pero salir con otros
chicos de su misma edad sonaba divertido.
—¿Te importa si voy?
—Lo siento,
ya tenemos suficientes jugadores, pero déjame saber cuando tengas algunos
cómics más.— Con esas palabras, Michael se fue.
Sentado en su cama, Taehyung sabía que tendría que gastar el
resto de su dinero de cumpleaños en más cómics. Haría lo que fuera para pasar
más tiempo con su nuevo amigo.
—¿Te
pasa algo?
Taehyung parpadeó varias veces, volviendo en sí. Yoongi
estaba de pie en el ascensor, esperando por Taehyung para entrar
—Tengo que firmar por el vino —murmuró.
Yoongi alargó la mano y tiró suavemente de Taehyung al
ascensor.
— Lo hiciste.— Una expresión de preocupación cruzó su
rostro. —¿Ocurrió de nuevo?
Taehyung siempre había sido enseñado a no hablar de su vida
en casa, pero no podía seguir pasando tiempo con Yoongi sin por lo menos
explicar sus episodios en algún momento.
—¿Podemos ir a tu habitación?
—Si
estás seguro de ir.— Yoongi deslizó la tarjeta de su habitación en la ranura
del ascensor y pulsó el botón del octavo piso.
Taehyung arrastró los pies, sabiendo que Yoongi le estaba
dando una salida. Enderezó la espalda y cuadro sus hombros. Los secretos tenían
que terminar en algún momento. Tal vez dando un poco de sí mismo podría
convencerlo de poder confiar o no en Yoongi tanto como él quería.
—Ahora estoy bien.
Las puertas del ascensor se abrieron y Yoongi condujo a Taehyung
por el pasillo. Tiró de la banda elástica de su muñeca, y recogió su cabello en
una cola de caballo.
—Estoy nervioso —admitió Taehyung.
Yoongi se detuvo en el proceso de abrir la puerta.
—¿Por qué?, creo que ya hemos demostrado que estamos bien
juntos.
—No es
eso.— Taehyung nunca se había negado a tener sexo con alguien que le
interesaba. El sexo lo hacía sentirse normal, probablemente porque no empezó a
tenerlo hasta después de que su familia había muerto y no podían imponer sus
estrictas reglas. —Quiero abrirme a ti, pero nunca he hecho eso antes.
—Me
encantaría eso.— Yoongi besó a Taehyung. —Quiero entender por qué tienes estos
episodios, tal vez te pueda ayudar con ellos.
Taehyung negó con la cabeza.
—No van a parar. Nada los hace parar.
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