sábado, 28 de mayo de 2022

CAPITULO 3

Perdone, ¿ha visto a Taehyung? —Preguntó Yoongi a Alice. —Se suponía que debía encontrarme con él, pero no puedo encontrarlo.

 

Bert llamó desde la casa club de campo de golf y me dijo que Taehyung estaba allí.

 

Yoongi estaba sorprendido.

 

—¿Él juega al golf?

 

No Señor, pero le gusta la hierba.

 

—¿La hierba? —Yoongi no podía recordar haber visto una pintura de Taehyung con la hierba en ella. —¿Qué hace con ella, toma fotos o algo así?

 

Volviendo a mirar por la ventana, Alice sonrió.

 

—Nada productivo. Le gusta la suavidad de la misma. La toca, la huele, frota sus pies en ella. No estoy segura de por qué, él nunca lo ha dicho, pero parece que le trajera una sensación de paz.

 

Había sido evidente la primera vez que puso los ojos sobre Taehyung que era diferente, pero Yoongi estaba empezando a entender cuán diferente era en realidad.

 

—¿Cómo puedo llegar ahí?

 

Un servicio de transporte lo llevará.— Alice señaló al aparcacoches en la recepción. —Pregúntele a Ron.

 

Gracias.

 

Quince minutos después de haber sido dejado en la casa club, Yoongi pasó a un grupo de cuatro golfistas riendo.

 

—¿Vieron a ese loco? —uno de ellos le preguntó a los demás. —Algo me dice que pertenece a un cuarto de goma en lugar de a un campo de golf.

 

Yoongi apretó los puños. Le tomó todo lo que tenía para seguir caminando, porque una pelea con otros cuatro no resolvería nada. Echo a correr, explorando la zona para encontrar a Taehyung. Superando una ligera elevación en el paisaje, llegó a una parada. Su primera reacción fue sonreír ante la vista en el borde del campo.

 

Girando alrededor con los brazos abiertos, Taehyung parecía un niño disfrutando de un cálido día de primavera. No era algo que un hombre adulto por lo general se permitiera, pero parecía ser un entretenimiento inofensivo para Taehyung.

 

Yoongi cayó sobre la hierba y se quitó los zapatos y los calcetines.

 

— Parece divertido —dijo, alertando a Taehyung de su presencia.

 

Taehyung trató de dejar de girar, pero perdió el equilibrio y cayó al lado de Yoongi, riendo todo el tiempo.

 

 —Ooh —dijo, sosteniendo su cabeza.

 

Eso me mareó.

 

Yoongi sonrió ante el estado de los pies descalzos de Taehyung.

 

—Te estás volviendo verde.

 

Taehyung abrió los ojos y miró sus pies. Su rostro se congeló en una máscara de miedo durante varios segundos antes de transformarse lentamente con la ayuda de una sonrisa traviesa.

 

—Lo están, ¿no?— Su sonrisa se convirtió en una amplia sonrisa. —No se me permitía salir a jugar con los otros niños cuando crecía.— Miró a Yoongi. —Supongo que lo estoy compensando ahora. ¿Crees que es extraño?

 

Yoongi se acostó junto a Taehyung y apoyó la cabeza en su mano. Era obvio que el fuego no había sido la única cosa que estropeó la infancia de Taehyung.

 

—¿Por qué no se te permitía jugar afuera?

 

Taehyung señaló a sus pies.

 

—A mamá no le gustaba el desorden. Decía que le hacía la vida más difícil.— Cerró los ojos y apoyó su cabeza sobre la hierba. —Probablemente suena como mierda para ti, pero en mi casa, volar bajo en el radar hacía la vida más fácil.

 

Yoongi pensó en la foto que había sacado en línea. Los Kim parecían ser una familia modelo con el Sr. Kim vestido con su uniforme de policía formal, una atractiva mujer a su lado y dos hijos de pie orgullosamente delante de ellos. No tenía derecho a preguntar a Taehyung los interrogantes que giraban en su mente, pero esperaba que se hubiera ganado el derecho a ofrecer consuelo para el tormento desconocido con el que el artista estaba luchando.

 

Yoongi apoyó su mano sobre el estómago de Taehyung y se inclinó hacia abajo, con la esperanza de explorar sus recién descubiertos sentimientos.

 

—¿Te puedo besar? —Susurró.

 

Esperaba que lo hicieras.

 

Aunque Yoongi deseaba que estuvieran en la intimidad de su habitación, no estaba dispuesto a dejar pasar el momento sin disfrutar plenamente de un beso en el que había pensado desde la primera vez que puso los ojos en Taehyung. Con el primer roce de los labios de Taehyung, Yoongi empezó a sentir un cosquilleo de excitación. Cuando probó la extraña sensación con la punta de su lengua contra su labio inferior, Taehyung uso la apertura para llevar el beso más allá, penetrando profundamente.

 

Los brazos de Taehyung se envolvieron alrededor del cuello de Yoongi cuando el beso se convirtió en un juego erótico de lenguas. Todo el cuerpo de Yoongi anhelaba más, sentirse más cerca de Taehyung en todas las formas posibles. Los sentimientos que Taehyung evocaba en él eran sorprendentes, pero bienvenidos, después de un año y medio viviendo una vida incompleta. Rompiendo el beso en busca de aire, miró a los ojos a Taehyung.

 

Será mejor que salgamos de aquí antes de que nos echen.

 

Taehyung se sentó y pasó las manos sobre sus pies manchados de hierba.

 

—¿Te puedo preguntar algo?

 

Claro.— Se sentó y buscó sus zapatos y calcetines.

 

—¿Quieres dormir conmigo?

 

Por supuesto, pero si necesitas más tiempo, esperaré.— Yoongi golpeó sus hombros contra los de Taehyung. —En caso de que no lo hayas notado, disfruto tu compañía.

 

Mira, esa es la parte que no entiendo.— Taehyung arrancó el soporte de la cola de caballo de su pelo. —Sé lo que soy, y estoy bien con ello, pero la última cosa que quiero es someterte a más de mis… episodios.

 

Yoongi se puso de pie y le tendió la mano. Tirando de Taehyung lo puso en pie, sostuvo su mano y empezó a caminar hacia el hotel.

 

—Mentiría si dijera que no me di cuenta de tus episodios, pero honestamente puedo decir que me fascinas más que cualquier persona que haya conocido.

 

Claro, soy como un espectáculo de fenómenos de circo o algo así respondió Taehyung.

 

No es eso en absoluto.— Yoongi se paró frente a Taehyung. —Cuando te miro, me siento vivo por primera vez en años. Sí, tienes problemas, pero todos los tenemos.

 

Taehyung apoyó la frente contra el hombro de Yoongi.

 

—Te irás en unos días de todos modos, así que supongo que deberíamos disfrutar de nuestro tiempo, mientras lo tengamos.

 

Yoongi envolvió sus brazos alrededor de Taehyung. Irse al final de la conferencia era algo en lo que no quería pensar, pero hacer que cada momento contara era definitivamente su agenda.

 

—Deja que te lleve a la ciudad para una buena cena.

 

Taehyung se apartó y se dirigió hacia la casa club.

 

—Voy a cenar en el hotel. Ellos me conocen. Mientras tanto, tengo que averiguar dónde dejé mis sandalias.

 

Con una sonrisa y un movimiento de cabeza, Yoongi lo siguió. Tenía una extraña sensación de que estaría siguiendo a Taehyung por un largo tiempo.

 

Apenas llegaron a la habitación de Taehyung antes de que la pasión de Yoongi lo alcanzara. Presionó a Taehyung contra la puerta cerrada y lo besó, duro y profundo. Sus manos se movían por la espalda de Taehyung para aterrizar en su culo en un intento de acercarse.

 

—¿Quieres? —dijo entre besos.

 

Taehyung empezó a desabotonar la camisa blanca de Yoongi.

 

—Piel.

 

Yoongi descubrió rápidamente la banda elástica en la cintura de Taehyung y metió las manos por debajo. Cuando sus dedos rozaron la gruesa piel fruncida de las quemaduras que había leído, se quedó paralizado.

 

— ¿Son sensibles?

 

Taehyung se encogió de hombros.

 

—Sí, pero estoy acostumbrado a eso.— Dejó de tratar de desnudar a Yoongi y empujó su falda hasta el suelo, quedando desnudo de la cintura para abajo. —Tengo que lavarme los pies antes de entrar en la cama.

 

Era un comentario extraño para hacer a mitad de desnudarse.

 

— Estoy seguro de que el servicio de limpieza cambiará tus sábanas antes de ir a la cama si lo pides.— Yoongi sacó la camisa de Taehyung sobre su cabeza y la arrojó detrás de él. Cuando Taehyung no respondió, Yoongi le vantó su barbilla. —¿Estás bien?

 

Realmente tengo que lavarme los pies —murmuró Taehyung.

 

A pesar de que Yoongi no lo entendía, llevó a Taehyung al cuarto de baño. Conectó la bañera y comenzó a llenarla con agua tibia.

 

—¿Te importa si ayudo?

 

No.

 

Yoongi terminó de desnudarse y cerró el agua. Se metió en la bañera.

 

Siéntate en el borde.

 

Taehyung se giró y agarró una botella de cloro de debajo del lavabo.

 

—¿Qué estás haciendo? No puedes utilizar eso.

 

Es lo que mamá usaba antes de que me hiciera mantenerme fuera del patio definitivamente —explicó Taehyung.

 

Yoongi no podía imaginar a una madre tratando a su hijo de tal manera.

 

—No necesito usar cloro.

 

Taehyung a regañadientes dejó la botella antes de sentarse en el borde de la bañera.

 

—Realmente no tienes que hacer esto.

 

Lo sé.— Yoongi comenzó con jabón, limpiando tanto como podía. Vio una botella de exfoliante facial y la levantó. —¿Puedo usar esto?

 

Taehyung negó con la cabeza, sin apartar sus ojos de la flácida polla de Yoongi.

 

—Eres grande.

 

Yoongi sonrió y trató de concentrarse en los pies de Taehyung. No era fácil. Entre más fregaba, más dura se ponía la polla de Taehyung.

 

—¿Esto se siente bien?

 

Taehyung notó el estado de su polla y envolvió su mano alrededor de su longitud.

 

—Sí. No estoy acostumbrado a que nadie sea tan amable.

 

Yoongi enjuagó sus manos antes de tirar de Taehyung al borde y a su regazo. Con un brazo envuelto alrededor de la espalda de Taehyung, Yoongi empezó a enjabonar el pecho suave sin pelo.

 

—Eso es una vergüenza. No puedo imaginar ser cualquier cosa salvo amable contigo.

 

Fue el turno de Taehyung de reír.

 

—No me malinterpretes, no siempre me gusta suave.— Frotó su erección contra el estómago de Yoongi. —A veces me gusta duro y rudo.

 

Estás buscando en el lugar equivocado para rudo, pero puedo manejar duro.— Yoongi movió su mano por el culo de Taehyung. A pesar de que no tenía intención de joder a Taehyung en la bañera su primera vez, se dio a sí mismo unos momentos para jugar. —Para ser honesto, creo que no me gusta la idea de que alguien sea rudo contigo.

 

Taehyung se deslizó hacia atrás y se agachó para envolver su mano alrededor de la polla de Yoongi.

 

—Creo que no piensas en las cosas como rudas si eso es todo lo que has conocido.

 

Yoongi estaba más decidido que nunca a mostrar a Taehyung la alegría de tomar las cosas con calma. Se puso de pie con Taehyung en sus brazos y salió de la bañera.

 

—Supongo que también tenemos que secarnos bien antes de meternos en la cama.

 

Taehyung negó con la cabeza.

 

—No hay ninguna regla acerca de ir a la cama mojado, siempre y cuando estés limpio.

 

Seguir reglas parecía ser un tema recurrente con Taehyung, pero Yoongi tenía una fuerte sensación de que no eran las suyas.

 

—Eres un hombre. Las únicas reglas que tienes que seguir son las puestas por ti mismo. — Puso a Taehyung de pie y cogió una toalla del estante. En vez de secarse, Yoongi envolvió la toalla alrededor de Taehyung y tiró de él en un beso profundo. La expresión avergonzada en la hermosa cara de Taehyung era una buena señal de que Yoongi no debería haber dicho lo que dijo. —Lo siento —susurró.

 

—¿No vives con las reglas y los valores que tus padres te enseñaron? —Preguntó Taehyung.

 

Hasta cierto punto, sí, pero las reglas para los niños son diferentes. Cruzo la calle por mí mismo ahora, porque a pesar de que mi mamá me dijo que no, ella no quería decir que nunca lo hiciera. ¿Tiene eso sentido?

 

Taehyung se apartó, llevando la toalla con él.

 

—No quiero hablar de mis padres —murmuró al salir de la habitación.

 

Yoongi se mordió la lengua mientras se secaba. No quería empujar a Taehyung demasiado duro, pero esperaba finalmente conseguir que se abriera sobre su pasado. Con la toalla colgada en la parte posterior de la puerta, Yoongi salió del baño para unirse a Taehyung. La imagen de Taehyung en la cama, empujó todos los pensamientos del pasado de su mente. Con los ojos cerrados y los pies plantados en el colchón, Taehyung se estaba follando a si mismo entusiastamente con un vibrador de color rosa brillante.

 

Obviamente, era un hecho común, y Yoongi se preguntaba si él era incluso necesario.

 

Jimin había cuidado de sí mismo en la ducha cada mañana durante los últimos dieciocho meses de su relación, por lo que Yoongi era más sensible a la acción de lo que probablemente debería ser, pero no podía ignorar la forma en que lo hacía sentir. Decidió quedarse atrás hasta que Taehyung le reconociera.

 

Momentos más tarde, Taehyung abrió los ojos y miró fijamente a Yoongi.

 

—¿No vas a venir conmigo?

 

Con los brazos cruzados, Yoongi se encogió de hombros.

 

—No estaba seguro de que me necesitaras.

 

Por supuesto que te necesito.— Taehyung retiró el dildo y lo dejó caer al suelo. —Sólo me preparaba.

 

Yoongi empujó el dolor y se acercó a la cama.

 

—Parte de la diversión es la preparación.— Se puso sobre el colchón y agarró la polla de Taehyung. La próxima vez, déjame tener mi diversión, ¿de acuerdo?

 

En vez de responder, Taehyung se movió para tomar la polla de Yoongi en su boca. Empezó a chupar la cabeza, moviendo el culo lo suficientemente cerca para alcanzar a Yoongi.

 

Yo podría usar más lubricante —dijo Taehyung entre lamidas.

 

Yoongi agarró la costosa botella de lubricante de la mesita de noche, feliz de que tendría la oportunidad de jugar. Le encantaba escuchar a un amante gemir y lloriquear mientras su culo era tocado.

 

—Tu boca es jodidamente asombrosa.

 

El cumplido pareció impulsar a Taehyung y pronto la polla de Yoongi estuvo enterrada en la garganta de Taehyung.

 

—Mierda.— Yoongi hundió tres dedos profundamente en el culo de Taehyung. Los bombeó dentro y fuera varias veces antes de sacarlos. Utilizó la toalla que Taehyung había dejado junto a la cama para limpiarse las manos antes de alcanzar un condón. — ¿Me quieres dentro de ti?—le dijo a Taehyung.

 

Taehyung liberó la polla de Yoongi y se recostó en la cama.

 

—Sí.— Enganchó los brazos por debajo de sus rodillas y tiró de sus piernas contra su pecho, dejando su estirado agujero expuesto.

 

Arrastrándose hasta el centro de la cama, Yoongi miró a Taehyung. El hombre, extendido y listo, no se parecía en nada al Taehyung que había llegado a conocer. Yoongi sólo esperaba que Taehyung disfrutara del sexo con él tanto como obviamente lo hacía consigo mismo. Enfundado y listo, Yoongi tomó un momento para chupar la polla de Taehyung antes de lamer un camino desde el pecho a sus labios. Mientras se movía para un beso, empujó su polla profundamente en el culo de Taehyung.

 

Taehyung gritó, mientras seguía encerrado en el beso. Yoongi empezó a moverse dentro y fuera, tomando el tiempo para molerse contra la polla y las bolas de Taehyung con cada embestida hacia adentro.

 

Las cortas uñas de Taehyung se enterraron en la espalda de Yoongi cuando comenzó a moverse con el ritmo de Yoongi.

 

—Tan bueno —Taehyung gimió una y otra vez mientras Yoongi seguía follándolo.

 

Sólo se pondrá mejor mientras más lo hagamos.— Yoongi besó a Taehyung de nuevo, disfrutando de la manera en que sabía.

 

—¿Podemos practicar de nuevo más tarde? —Preguntó Taehyung entre beso y beso.

 

Yoongi empezó a empujar más duro, prestando atención al suave juego de su lengua, mientras lamía un camino desde el mentón de Taehyung hasta su boca.

 

—Esta noche. Mañana por la mañana. Mañana por la tarde. Tengo dos horas de reuniones obligatorias mañana, pero voy a escabullirme del resto.

 

—¿Vas a meterte en problemas? —Preguntó Taehyung, alcanzando su polla.

 

En este momento, no estoy seguro de que me importe. Todo en lo que puedo pensar es en ti, por lo que las reuniones no están haciéndome bien de todos modos. —Terminando de hablar, Yoongi se concentró en follar.

 

En cuestión de minutos, Taehyung empezó a jadear. Momentos más tarde, gritó, esparciendo la calidez de su semen entre ellos.

 

Después de los dos últimos años de relativamente nada de sexo, Yoongi no podía durar mucho más tiempo. Enterró su polla tan profundo como pudo y disparó su semilla, liberando casi dos años de frustración sexual. Colapsando en la parte superior de Taehyung, Yoongi luchó para recuperar el aliento.

 

—¿Podemos tomar una siesta?

 

Taehyung, que siempre parecía tener más energía de la que cualquier persona debería, negó con la cabeza.

 

—Es casi la hora de cenar.

 

Una vez más, el rígido horario de Taehyung parecía seguir causando que Yoongi preguntara acerca de su crianza. Sin embargo, la última cosa que quería era arruinar el estado de ánimo.

 

—Déjame correr de vuelta a mi habitación y limpiarme.

 

Yo también. Nos vemos abajo, ¿en treinta minutos? —Sugirió Taehyung.

 

Yoongi gruñó en señal de protesta cuando salió de Taehyung.

 

—Yo voy a aceptar tu oferta para practicar otra vez después de la cena.

 

Cuento con ello —respondió Taehyung con un guiño.

 

Los pies de Taehyung todavía estaban hormigueando de la vigorosa fregada que habían recibido cuando se encontró con Yoongi frente al restaurante de carnes.

 

—Hey.— Se inclinó para un beso suave, del tipo que no podía dejar de pensar en él. Aunque el beso apasionado que habían compartido antes había sido fantástico, este era el lado tierno de Yoongi que realmente tiraba del corazón de Taehyung.

 

Yoongi rozó sus labios en la frente de Taehyung.

 

—Están preparando una mesa para nosotros. De acuerdo con el maître, es la mejor de la casa.

 

Taehyung sonrió.

 

—Carlos les dice a todos eso.— Tomó la mano de Yoongi y lo llevó adentro.

 

Sr. Kim —Saludó Carlos.

 

Taehyung había pedido a Carlos que lo llamara por su nombre un millón de veces, pero Carlos insistía en dirigirse a él formalmente cuando camarero en los restaurantes u hoteles, encargado de asignar una mesa a los comensales y de proveer todo lo necesario para que estén cómodos. Tiene como primera responsabilidad comprobar la reserva de los clientes. Por regla general es la persona que ofrece el menú cuando todo está a punto para servir y que además proporciona la cuenta por lo consumido, delegando el resto del servicio en algún camarero. En algunos locales es el camarero principal o el encargado de los camareros. estaba en el trabajo.

 

—Buenas noches, Carlos. Mi amigo me dice que estás preparando la mejor mesa de la casa para nosotros.

 

Con una leve reverencia, Carlos sonrió.

 

—Por supuesto que sí.— Recogió dos menús y los condujo a una mesa íntima en la esquina.

 

Creí que nos situarías junto a la ventana.— Taehyung sacó una silla y se sentó frente a Yoongi.

 

—¿Por qué, cuando es obvio que los dos sólo se preocupan por mirarse el uno al otro? Guardaré la vista para las personas que han estado casados durante tanto tiempo que han memorizado la cara del otro.— Carlos les entregó a ambos un menú. —Jessica estará aquí en un momento para obtener sus órdenes de bebidas.

 

Gracias, Carlos.— Taehyung observó al hombre alejarse.

 

Hombre inteligente.

 

Sí —estuvo de acuerdo Taehyung. Él no tenía necesidad de mirar el menú para saber lo que quería.  —Háblame de ti.

 

Jessica se detuvo junto a la mesa y ordenaron una botella de vino.

 

— No suelo beber —le advirtió Taehyung a Yoongi. —Espero no ser demasiado tonto.

 

Yoongi cruzó los brazos y los apoyó sobre la mesa.

 

—Si tonto es lo que eras más temprano cuando estabas disfrutando de la hierba al otro lado de la calle, estoy completamente a favor de eso.

 

Taehyung se inclinó sobre la mesa y apretó el antebrazo de Yoongi.

 

— Nunca he conocido a nadie como tú.

 

Yo podría decir lo mismo.— Yoongi levantó la mano de Taehyung hasta sus labios y lo besó en la palma de la mano.

 

Jessica volvió con una botella de vino. Después de servir dos copas, dispuso el vino con una toalla envuelta sobre la mesa.

 

—¿Están listos para ordenar?

 

Todavía no —dijo Yoongi, negándose a liberar la mano de Taehyung.

 

—¿Te importaría darnos unos minutos más?

 

Tómense todo el tiempo que necesiten.— Jessica le hizo un guiño a Taehyung antes de dejar la mesa.

 

Así que, estabas a punto de contarme todo acerca de tu vida en...— Taehyung se detuvo, esperando a Yoongi para llenar el espacio en blanco.

 

El área de Seattle, Port Orchard, para ser exactos.— Yoongi tomó un sorbo de su vino. —Compré una casa con mi ex hace unos seis años, pero cuando las cosas no funcionaron, dejé que comprara mi parte.

 

Taehyung trató de restar importancia a la racha de celos que amenazaba con salir a la superficie.

 

—¿Cuál es su nombre?

 

Jimin.

 

—¿Todavía está ahí? —Taehyung no pudo dejar de preguntar.

 

No.— Yoongi tomó una respiración profunda. —Bueno, él quiere estar, pero las cosas se han terminado entre nosotros hace ya un tiempo muy largo.— Entrelazó sus dedos con los de Taehyung. —No estaría aquí contigo, si tuviera sentimientos por otra persona. No soy esa clase de hombre.

 

Taehyung miró a Yoongi por encima del borde de su copa de vino.

 

—Me alegro.

 

A medida que avanzaba la noche, Taehyung continuó disfrutando de la compañía de Yoongi, así como de otra botella de vino. En el momento en que Jessica le entregó la cuenta, parecía que no podía borrar la sonrisa de su cara.

 

—Creo que estoy borracho.

 

Yoongi le arrebató la cuenta a Taehyung.

 

—Por favor, déjame.

 

Taehyung entrelazó las manos en su regazo. No estaba acostumbrado a que las personas pagaran por él, y Yoongi lo había hecho dos veces.

 

—Tengo dinero.

 

Estoy seguro que sí, pero yo...— Yoongi exhaló y se pasó los dedos por el pelo. —¿Sabes qué? Me acabo de dar cuenta de algo. Usualmente me gusta pagar porque me hace sentir como que tengo el control de la velada.— Negó con la cabeza. —Pero no necesito estar en control, ¿verdad?— Puso la carpeta de cuero que contenía la cuenta en el centro de la mesa. —¿Por qué no pagamos los dos?

 

Puedo hacer que Jessica ponga el vino en mi cuenta si quieres pagar por la cena —sugirió Taehyung.

 

Puedo hacer eso —coincidió Yoongi. —Mira, ya estás teniendo un efecto positivo en mí.

 

—¿En serio?— Taehyung se había acostumbrado a sentirse jodidamente sin valor para los que lo rodeaban, a menos que pagara, así que el cumplido de Yoongi hizo que su corazón se hinchara de orgullo.

 

Taehyung se bajó de la cama y le entregó a su nuevo amigo, Michael, el cómic que estaba orgulloso de mostrar. Era una rara edición, uno que había recibido por su cumpleaños.

 

—Este es mi favorito.

 

Oh, cool.— Michael sacó el libro del protector plástico y de inmediato comenzó a hojear las páginas. —¿Puedo tenerlo?

 

Taehyung quería agarrar el cómic de vuelta, pero se detuvo en su lugar. Michael fue el primer niño en su clase que había accedido a venir a jugar, y por mucho que le gustaba el libro, quería más un amigo.

 

— Supongo que sí —murmuró.

 

Impresionante.— Michael enrolló el cómic y se lo metió en su bolsillo trasero. —Mejor me voy a casa a cenar. Nos vemos en la escuela.

 

—¿Quieres venir mañana?

 

Michael soltó un bufido.

 

—Estoy jugando a la pelota con mis amigos el sábado.

 

Taehyung nunca había hecho deporte, pero salir con otros chicos de su misma edad sonaba divertido.

 

—¿Te importa si voy?

 

Lo siento, ya tenemos suficientes jugadores, pero déjame saber cuando tengas algunos cómics más.— Con esas palabras, Michael se fue.

 

Sentado en su cama, Taehyung sabía que tendría que gastar el resto de su dinero de cumpleaños en más cómics. Haría lo que fuera para pasar más tiempo con su nuevo amigo.

 

—¿Te pasa algo?

 

Taehyung parpadeó varias veces, volviendo en sí. Yoongi estaba de pie en el ascensor, esperando por Taehyung para entrar

 

—Tengo que firmar por el vino —murmuró.

 

Yoongi alargó la mano y tiró suavemente de Taehyung al ascensor.

 

— Lo hiciste.— Una expresión de preocupación cruzó su rostro. —¿Ocurrió de nuevo?

 

Taehyung siempre había sido enseñado a no hablar de su vida en casa, pero no podía seguir pasando tiempo con Yoongi sin por lo menos explicar sus episodios en algún momento.

 

—¿Podemos ir a tu habitación?

 

Si estás seguro de ir.— Yoongi deslizó la tarjeta de su habitación en la ranura del ascensor y pulsó el botón del octavo piso.

 

Taehyung arrastró los pies, sabiendo que Yoongi le estaba dando una salida. Enderezó la espalda y cuadro sus hombros. Los secretos tenían que terminar en algún momento. Tal vez dando un poco de sí mismo podría convencerlo de poder confiar o no en Yoongi tanto como él quería.

 

—Ahora estoy bien.

 

Las puertas del ascensor se abrieron y Yoongi condujo a Taehyung por el pasillo. Tiró de la banda elástica de su muñeca, y recogió su cabello en una cola de caballo.

 

—Estoy nervioso —admitió Taehyung.

 

Yoongi se detuvo en el proceso de abrir la puerta.

 

—¿Por qué?, creo que ya hemos demostrado que estamos bien juntos.

 

No es eso.— Taehyung nunca se había negado a tener sexo con alguien que le interesaba. El sexo lo hacía sentirse normal, probablemente porque no empezó a tenerlo hasta después de que su familia había muerto y no podían imponer sus estrictas reglas. —Quiero abrirme a ti, pero nunca he hecho eso antes.

 

Me encantaría eso.— Yoongi besó a Taehyung. —Quiero entender por qué tienes estos episodios, tal vez te pueda ayudar con ellos.

 

Taehyung negó con la cabeza.

 

—No van a parar. Nada los hace parar.

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CAPITULO 8

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