domingo, 1 de mayo de 2022

CAPITULO 4

―¿Cómo te sientes, mi Príncipe?

 

Taehyung arqueó una ceja mientras miraba por encima de su hombro al hombre que lo abrazaba

 

―¿Mi Príncipe?

 

Yoongi hizo rodar sus ojos.

 

No preguntes.

 

Taehyung se rió entre dientes.

 

Pero quiero preguntar.

 

Se giró en los brazos de Yoongi, inclinándose hacia atrás para mirar al hombre que se había vuelto tan fascinante en tan poco tiempo. Aún no había tenido el valor para hablarle a Yoongi acerca de su acoplamiento. Tal vez él querría evitarlo. Yoongi parecía bastante seguro de que un vampiro y un hombre lobo nunca podrían tener una relación a largo plazo. Taehyung no manejaba bien el rechazo.

 

Soy un Príncipe, ya sabes ―Taehyung indicó altivamente―. No estoy acostumbrado a que mis solicitudes no sean respondidas de inmediato.

 

Soy un hombre lobo, Príncipe ―contestó Yoongi―. No estoy acostumbrado a responderle a nadie excepto a mi Alfa.

 

Por el momento puedes considerarme tu Alfa.

 

No lo creo, Tae. ―Yoongi se rió entre dientes, negando con su cabeza―. Creo que prefiero mantener nuestra relación en igualdad de condiciones.

 

Entonces, ¿Admites que tenemos una relación?― Taehyung no pudo esconder el pequeño temblor en su voz. Él lo supo cuando Yoongi frunció el ceño.

 

Nosotros tenemos algo, Alteza ―respondió Yoongi―. Simplemente no he descubierto qué.

 

―¿Me lo dirás cuando lo hagas?

 

Serás el primero en saberlo ―murmuró Yoongi mientras bajaba la cabeza―. Lo prometo.

 

Taehyung gimió cuando los labios de Yoongi tocaron los suyos. Oh, él podía besar como nadie que Taehyung hubiese conocido anteriormente. No sólo besaba, lo devoraba, robando hasta el último aliento de sus pulmones. Podía vivir de sus besos todo el día.

 

Cuando las manos de Yoongi se movieron bajo la bata para agarrar su desnudo culo, acercando su cuerpo contra el hombre más grande, Taehyung supo que necesitaba reevaluar la idea. Tal vez le gustaría un poco más.

 

Esto sería mucho más divertido si tú te desnudaras ―susurró Taehyung contra los labios de Yoongi.

 

Yoongi se apartó, sonriendo mientras se alejaba un paso de Taehyung.

 

Esa es una orden que creo puedo seguir, Alteza.

 

La boca de Taehyung cayó abierta mientras Yoongi rápidamente se quitaba sus jeans poniéndose de pie en toda su hermosa gloria. Había visto desnudo a Yoongi la noche anterior, pero no había estado en condiciones de disfrutarlo. Ese no era el caso ahora.

 

Taehyung miró su erección, con ganas de más. Quería tocarlo, lamerlo, explorar cada pulgada del magnífico hombre que se mostraba ante él. Taehyung sonrió. Lo que quiere el Príncipe, el Príncipe lo tiene y quería a Yoongi.

 

Taehyung empezó a caminar hacia atrás al dormitorio, doblando el dedo hacia Yoongi. Sabía desde el principio que él tendría a ese hombre en su cama. Era solo cuestión de tiempo y el tiempo había llegado.

 

Ven conmigo, mi amor.

 

Yoongi sonrió.

 

―¿Y otra vez estremecerás mi mundo?

 

Lo puedo garantizar ―le aseguró Taehyung a su amante mientras dejaba caer la bata al suelo.

 

Yoongi flexionó los músculos de sus brazos y gruñó, Taehyung chilló, giró y corrió a saltar en la cama. Un gran peso cayó sobre él, empujándolo en el colchón. Taehyung se retorcía mientras una larga y húmeda lengua acariciaba su cuello. Empezó a darse la vuelta, gruñó cuando Yoongi lo empujó de nuevo hacia el colchón.

 

No, quédate así ―ordenó Yoongi.

 

Taehyung comenzó a discutir, diciéndole a Yoongi que él daba las órdenes aquí, no las recibía, cuando sintió la lengua que lamía su cuello bajando por su espalda. Unas grandes y fuertes manos masajeaban las mejillas de su culo.

 

Podría aprender a que le gustaran las órdenes.

 

Hueles muy bien, Tae ―murmuró Yoongi contra su piel luego nuevamente lo golpeó con su lengua―. Sabes aún mejor.

 

Taehyung esperaba que fuera así. Quería que Yoongi encontrara placer en lo que hacía, hasta el punto en que perdiera su autocontrol. Probablemente no era algo bueno a desear considerando que su amante era un hombre lobo, pero no podía evitarlo. El pensar que Yoongi cambiara y lo tomara, hacía que los dedos de sus pies se curvaran.

 

Antes de que Yoongi pudiera detenerlo, Taehyung usó su velocidad superior para girarse y rodar al hombre debajo de él. Yoongi lo miraba hacia arriba sorprendido.

 

―¿Por qué hiciste eso? ―preguntó Yoongi―. Estaba disfrutando.

 

Creo que disfrutarás más de esto. ―Taehyung arrastró sus palabras seductoramente. Se inclinó y recorrió con su lengua desde el ombligo de Yoongi hasta uno de sus pezones. Sintió el cuerpo de Yoongi tensarse debajo de él mientas acariciaba con su lengua sobre la pequeña protuberancia.

Mordió, una pequeña gota de sangre salpicó a través de su lengua mientras Yoongi gritaba. Taehyung chupó fuerte, arrastrado por la dulce esencia del hombre antes de moverse a su otro pezón y morderlo.

 

No solía disfrutar muy a menudo de los juegos de sangre durante el sexo. Le parecía demasiado íntimo para una sola noche o una simple aventura, pero con su compañero, no sólo era permitido sino que era fomentado. Cada pequeño mordisco fue seguido por una gota de sangre, incrementando la excitación de Taehyung y alimentando la de Yoongi.

 

Taehyung no lo mordió muchas veces, sólo un mordisco aquí y otro allá, nunca extrayendo más de una gota de sangre, pero eso era suficiente. Quería aumentar la lujuria de Yoongi, no incapacitarlo.

El cuerpo de Yoongi comenzó a temblar, y Taehyung ni siquiera había llegado a su pene. Levantó la vista para ver la cabeza de Yoongi presionándose contra la almohada, su mandíbula rígida mientras luchaba por controlarse. Eso lo complacía.

 

Pero quería más. Yoongi aún no perdía el control. Colgaba de un hilo. Taehyung supuso que un poco más lo mandaría sobre el borde. Se movió un poco hacia abajo por el cuerpo de Yoongi hasta que el duro pene del hombre se erguía frente a él.

 

¡Ñam!

 

Taehyung apenas podía controlarse a sí mismo. Quería zambullirse en esa polla, chupar y tragar hasta que Yoongi le entregara todo. Sabía que eso podría satisfacerlos a los dos pero no tanto como lo que había planeado.

 

Mi amor, dame la pequeña botella con líquido azul del cajón. ―Taehyung se rió mientras Yoongi lo miraba completamente confundido. Apuntó hacia la mesita de noche―. Si esperas tener tu pene en mi culo, Yoongi. Necesito el lubricante.

 

El entendimiento llegó a Yoongi en un instante y sonrió, se extendió sobre la mesita de noche para agarrar la botella de lubricante. Taehyung fue a agarrarla pero Yoongi la sostuvo fuera de su alcance.

 

Yo puedo hacer esto si tú puedes hacer eso ―declaró Yoongi, apuntando a su pene.

 

Taehyung sonrió. Se giró, montando a horcajadas sobre el pecho de Yoongi, su culo estaba a unos centímetros por encima del rostro del hombre. Taehyung escuchó el pop de la botella de lubricante abriéndose y vertiendo un poco en la mano. Esperó hasta que sintió el primer toque gentil de los dedos de su amante presionando dentro de su culo antes de bajar su cabeza hacia el pene de Yoongi.

 

De inmediato se dio cuenta de que había cometido un gran error. Sería muy difícil concentrarse en chupar el pene de Yoongi cuando el hombre lo jodía con sus gruesos dedos. Incluso podría ser imposible.

 

Aunque Taehyung estaba determinado a dar su mejor golpe. Se tragó a Yoongi hasta que la cabeza de su polla golpeó la parte posterior de su garganta. Usando sólo la punta de sus colmillos, él volvió a subir. No era suficiente para romper la piel, sólo lo suficiente para darle a Yoongi una pista de lo que vendría.

 

Yoongi se estremeció. El dedo en el culo de Taehyung hizo una pausa sólo un momento, luego los impulsos aumentaron de velocidad y en profundidad. Taehyung sonrió mientras Yoongi añadía un segundo dedo. Su amante comenzó a perder el control. Tal vez sólo un poco más sería todo lo que podría soportar.

 

Taehyung incrementó sus esfuerzos. Chupó a Yoongi hasta abajo y luego subió antes de dejar caer el órgano de su boca para lamer su camino hacia abajo a los testículos de Yoongi, chupando uno profundamente en su boca.

 

Casi pierde su agarre sobre Yoongi cuando un tercer dedo empujó dentro de su estrecho agujero. Si estaba así de excitado sólo por tener los dedos de Yoongi penetrándolo, Taehyung no podía esperar a sentir la polla del hombre lobo. Prometía ser alucinante.

 

―¡Tae!

 

Taehyung movió su culo.

 

Uno más, mi amor, añade sólo uno más ―Taehyung había visto a un hombre lobo en pleno cambio. Tres dedos no contarían. Necesitaba al menos cuatro dedos para estirarlo lo suficiente para aceptar a Yoongi en su forma de lobo.

 

Cuatro dedos empujaban dentro de él. Taehyung estaba sobrecargado. Era casi más de lo que podía tomar. Podía sentir su polla goteando líquido preseminal por todo el abdomen de Yoongi. Se elevó sobre sus rodillas, su pene golpeó la barbilla de Yoongi. Volvió a chuparle el pene con su boca esperando que el hombre pudiese leer las señales no habladas.

 

Yoongi captó la pista. Un momento después, cálidos labios cubrían el de él y la hábil lengua de Yoongi lamía las gotas en la cabeza del pene de Taehyung. Los dedos de Yoongi siguieron penetrándolo, curvándose para acariciar el dulce punto de Taehyung.

 

Taehyung mordió la polla en su boca. Sangre dulce y caliente salpicó a través de la lengua de Taehyung, llenando su boca. Su succión creó un doble efecto. Le permitía tragar la sangre que llenaba su boca y acrecentar el placer de Yoongi.

 

El dulce sabor de la esencia de la vida de Yoongi, la sensación de los cuatro dedos penetrándolo en un férreo agarre, los labios calientes envueltos alrededor de su polla, todo se reunió en una explosión sensual que hizo a Taehyung gritar alrededor del pene que tenía en su boca mientras cuerdas de semilla perladas hicieron erupción de él.

 

Taehyung se estremeció cuando Yoongi tragó todo lo que le había dado. Extrajo sus dientes y apoyó su cabeza sobre el muslo de Yoongi. Su cuerpo se sentía lánguido, derretido. No podía recuperar el aliento.

 

Apenas sintió las poderosas manos que lo levantaban y lo recostaban de nuevo sobre el colchón. No se percató hasta que las manos en garras de Yoongi se enterraron en sus caderas y un suave gruñido sonó en su oído.

 

Tae.

 

Taehyung ni siquiera abrió los ojos. Su mano se curvó alrededor de la parte posterior del cuello de Yoongi y lo arrastró hacia abajo para un beso. Pasó la otra mano hacia abajo por la espalda de Yoongi, sus propias garras se enterraban, dejando pequeños hematomas a su paso.

Yoongi volvió a gruñir, mordiendo sus labios. Taehyung pudo sentir los colmillos de Yoongi empezar a salir. Abrió los ojos para verlo. El rostro de Yoongi era algo hermoso, haciendo que el aliento de Taehyung quedara atrapado en su garganta.

 

Su boca estaba fuertemente apretada, con un pequeño tic que era la única señal del rígido control que ejercía sobre sí mismo. La piel normalmente bronceada de su cara enrojeció mientras trataba de mantener a la bestia controlada.

 

Taehyung sonrió, ahuecando sus manos sobre el rostro de Yoongi.

 

Déjalo salir, mi amor. Prometo que puedo tomarlo. Soy mucho más fuerte de lo que parezco.

 

Yoongi negó con la cabeza rápidamente, pero Taehyung pudo ver la luz brillando en sus oscuros ojos. Él quería, lo deseaba. Taehyung estaba determinado a dárselo. Cogió un puñado de cabello de Yoongi y jaló su cabeza hacia atrás, desnudando el cuello de Yoongi.

 

Inclinándose, hundió sus dientes en la suave carne de la garganta de Yoongi. Caliente y dulce líquido fluyó nuevamente a su boca. Yoongi rugió. Taehyung sintió que pelo rozaba su cuerpo. Los brazos que lo sostenían se engrosaron, haciéndose más grandes, al igual que el cuerpo encima de él.

 

Taehyung se preparó mientras la bestia tomó el control. El rostro de Yoongi se extendía ligeramente. Sus orejas crecieron por sobre la parte superior de la cabeza. Pelaje cubría la mayor parte de su cuerpo. Garras crecieron de los dedos del hombre lobo. Y el pene que se encontraba entre las piernas de Taehyung creció en ancho y largo.

 

Taehyung gimió. Dudaba que fuera capaz de sentarse durante una semana. Yoongi lo agarró, volteándolo sobre sus manos y rodillas. Incluso antes de que Taehyung pudiera acomodarse, Yoongi clavó su pene profundamente en su culo.

 

Gritó, el placer primó a la quemadura que sintió al estar tan lleno. Yoongi no le dio tiempo para acostumbrarse a su aumento de tamaño antes de bombear dentro de su férreo agarre. Taehyung extendió sus piernas, enterrándolas en las mantas al igual que sus manos.

 

Yoongi fue implacable. No se detuvo. No desaceleró. No tomaba prisioneros. Lo jodía tan fuerte y tan rápido que Taehyung olvidó dónde empezaba él y dónde terminaba Yoongi. Todo su mundo se redujo al hombre que lo penetraba. No sentía nada más.

 

Estaba tan ensimismado siendo jodido que gritó cuando Yoongi repentinamente se retiró y lo giró de nuevo sobre su espalda. Yoongi inmediatamente regresó, empujándose nuevamente dentro de Taehyung antes de que él pudiese protestar.

 

Sus manos fueron unidas y mantenidas sobre su cabeza por una de las manos de Yoongi. No podía moverse, aun cuando quisiera, sin embargo no quería. Yoongi lo sujetó a la cama con el peso de su cuerpo mucho más grande y la fuerza de su mano.

 

Mío ―gruñó Yoongi hacía él, su rostro era feroz.

 

―¡Sí!― sonrió Taehyung, inclinando su cabeza hacia atrás desnudando su cuello para que el hombre lobo lo reclamara. La bestia de Yoongi entendió aun cuando su lado humano no lo hizo. Nunca había sido mordido antes, Taehyung se descubrió un poco sorprendido por lo excitado que se sintió cuando Yoongi hundió sus largos colmillos en su cuello.

 

―¡Sí, mi amor, sí!― Taehyung gritó cuando las emociones de posesividad, alegría y profunda satisfacción lo abrumaron. Su grito se convirtió en un grito agudo cuando su pene entró en erupción y llenó el espacio entre ellos con su segundo orgasmo.

 

Cuando Yoongi gruñó sobre él, lava caliente llenó su culo, Taehyung sintió que llegaba a su clímax por tercera vez. Se sentía estimulado al saber que había llevado a su pareja a la cima del placer. Y luego el nudo al final de la polla de Yoongi se extendió, alojándose contra su próstata.

 

Taehyung inhalaba rápidamente mientras Yoongi continuaba moviéndose con pequeños empujes con la intención de prolongar su placer. Sacudió el nudo, estimulando a Taehyung a un nivel de éxtasis nunca antes alcanzado. Se quejó más allá de los gruñidos y gemidos. Sus manos se cerraron, buscando algo en lo que sostenerse, pero Yoongi aún las mantenía sobre su cabeza. Su cuerpo se resistió, demasiado sensible para permanecer quieto.

 

Cuando Yoongi levantó su cabeza y lamió la pequeña marca del mordisco en su cuello, cerrándola, el cuerpo de Taehyung perdió su batalla con la realidad. El toque de las manos de Yoongi sobre su sensible pene fue el colmo.

 

Un orgasmo de proporciones monumentales arrasó el cuerpo de Taehyung, un cortocircuito en cada terminación nerviosa lo poseyó y terminó en su pene. Sus ojos se pusieron en blanco y la luz explotó en sus ojos. Luego todo se volvió negro.

 

Taehyung abrió los ojos lentamente. Ambos párpados se sentían unidos con pegamento. Le costó todas sus fuerzas sólo levantarlos y mirar alrededor buscando a su compañero. Esperaba que Yoongi estuviera con él en la cama. No lo estaba.

 

Una repentina chispa de energía lo golpeó cuando cundió el pánico. Taehyung rodó a un lado de la cama. Sacó las sabanas del colchón y las envolvió alrededor de su cuerpo antes de ir hacia la otra habitación.

 

Taehyung se apoyó en el marco de la puerta cuando vio a Yoongi inclinado en la ventana, mirando hacia afuera al cielo nocturno. Estaba completamente vestido hasta sus zapatos, con una bolsa pequeña a sus pies y un vaso de líquido en su mano. Taehyung asumió que era whisky. A Yoongi le gustaba el whisky.

 

Podrías habérmelo dicho ―dijo Yoongi sin siquiera girar la cabeza.

 

Podría haberlo hecho pero, ¿me habrías creído?― preguntó Taehyung.

 

Tal vez sí, tal vez no ―respondió Yoongi. Se encogió de hombros antes de girarse para mirar a Taehyung―, pero debió haber sido mi decisión.

 

Sí, está bien, Yoongi podría tener un punto de razón. Taehyung sabía que eran compañeros antes de que se acostaran juntos. Debería haberlo mencionado antes de forzar a Yoongi a cambiar y reclamarlo. Se sintió culpable, pero no lo suficiente para dejar al hombre libre de culpa. Yoongi reclamó a Taehyung justamente y él no se daría por vencido sin luchar.

 

Tienes razón ―dijo Taehyung―. Debí haberte dado esa elección. No puedo cambiar eso ahora, sin embargo, no quería. Me has reclamado. Yo te pertenezco.

 

―¿Y si no te quiero?― gruñó Yoongi, enviando una flecha directamente al corazón de Taehyung―. ¿Entonces qué, Alteza? ¿Me vas a ordenar que sea tu compañero? ¿Me enviarás a las mazmorras si me rehuso?

 

N… no, por supuesto que no ―balbuceó Taehyung, con su corazón cayendo a sus pies. Nunca consideró la posibilidad de que Yoongi podría no quererlo. Sabía que su compañero tenía sus reservas acerca de una relación entre un vampiro y un hombre lobo, pero supuso que podrían hacerlo funcionar. ¿Podría estar equivocado?

 

Eres libre de irte cuando quieras ―susurró. Rogaba porque Yoongi no tomara esa opción, pero la feroz mirada de traición en su rostro le dijo que lo haría. Taehyung trató de esconder el dolor de su corazón detrás de una máscara de indiferencia.

 

Yoongi levantó su bolso y caminó por la habitación, dirigiéndose a la puerta. Se detuvo cerca de Taehyung. La mirada en los ojos de Yoongi cuando lo miró hizo que el corazón de Taehyung se marchitara en su pecho.

 

Lo sabía. Nunca debí haber confiado en un chupasangre ―Yoongi gruñó―. Te traicionarán y te apuñalarán por la espalda a la mínima oportunidad que tengan.

 

Taehyung no pudo responder. Yoongi tenía razón. Él mintió. Fue una mentira por omisión, pero aun así una mentira. Taehyung no tenía derecho a detener a Yoongi cuando salió encolerizado de la habitación. Aún así levantó su mano para detenerlo, lloriqueando con aflicción cuando Yoongi liberó su brazo y se alejó sin mirar atrás.

 

Taehyung hizo una mueca cuando la puerta golpeó al salir su compañero. Entumecido, caminó hacia el teléfono y llamó a Albert. Contestó inmediatamente.

 

Albert ―dijo Taehyung, sorprendido de que su voz sonara tan firme cuando el resto de él se derrumbaba en el suelo―, el Señor Min va de camino hacia abajo. Por favor asegúrate de que llegue a salvo a su auto.

 

Por supuesto, Alteza ―contestó Albert.

 

Gracias, Albert. Necesito descansar. No quiero ser molestado.

 

―¿Está todo bien, Alteza?

 

¡Por supuesto que no! Acababa de perder a su compañero.

 

Todo está bien, Albert.

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CAPITULO 8

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