―¿Cómo te sientes, mi Príncipe?
Taehyung arqueó una ceja mientras miraba por encima de su
hombro al hombre que lo abrazaba
―¿Mi
Príncipe?
Yoongi hizo rodar sus ojos.
―No
preguntes.
Taehyung se rió entre dientes.
―Pero
quiero preguntar.
Se giró en los brazos de Yoongi, inclinándose hacia atrás
para mirar al hombre que se había vuelto tan fascinante en tan poco tiempo. Aún
no había tenido el valor para hablarle a Yoongi acerca de su acoplamiento. Tal
vez él querría evitarlo. Yoongi parecía bastante seguro de que un vampiro y un
hombre lobo nunca podrían tener una relación a largo plazo. Taehyung no
manejaba bien el rechazo.
―Soy un
Príncipe, ya sabes ―Taehyung indicó altivamente―. No estoy acostumbrado a que
mis solicitudes no sean respondidas de inmediato.
―Soy un
hombre lobo, Príncipe ―contestó Yoongi―. No estoy acostumbrado a responderle a
nadie excepto a mi Alfa.
―Por el
momento puedes considerarme tu Alfa.
―No lo
creo, Tae. ―Yoongi se rió entre dientes, negando con su cabeza―. Creo que
prefiero mantener nuestra relación en igualdad de condiciones.
―Entonces,
¿Admites que tenemos una relación?― Taehyung no pudo esconder el pequeño
temblor en su voz. Él lo supo cuando Yoongi frunció el ceño.
―Nosotros
tenemos algo, Alteza ―respondió Yoongi―. Simplemente no he descubierto qué.
―¿Me lo
dirás cuando lo hagas?
―Serás
el primero en saberlo ―murmuró Yoongi mientras bajaba la cabeza―. Lo prometo.
Taehyung gimió cuando los labios de Yoongi tocaron los
suyos. Oh, él podía besar como nadie que Taehyung hubiese conocido
anteriormente. No sólo besaba, lo devoraba, robando hasta el último aliento de
sus pulmones. Podía vivir de sus besos todo el día.
Cuando las manos de Yoongi se movieron bajo la bata para
agarrar su desnudo culo, acercando su cuerpo contra el hombre más grande,
Taehyung supo que necesitaba reevaluar la idea. Tal vez le gustaría un poco
más.
―Esto
sería mucho más divertido si tú te desnudaras ―susurró Taehyung contra los
labios de Yoongi.
Yoongi se apartó, sonriendo mientras se alejaba un paso de
Taehyung.
―Esa es
una orden que creo puedo seguir, Alteza.
La boca de Taehyung cayó abierta mientras Yoongi rápidamente
se quitaba sus jeans poniéndose de pie en toda su hermosa gloria. Había visto
desnudo a Yoongi la noche anterior, pero no había estado en condiciones de
disfrutarlo. Ese no era el caso ahora.
Taehyung miró su erección, con ganas de más. Quería tocarlo,
lamerlo, explorar cada pulgada del magnífico hombre que se mostraba ante él.
Taehyung sonrió. Lo que quiere el Príncipe, el Príncipe lo tiene y quería a
Yoongi.
Taehyung empezó a caminar hacia atrás al dormitorio,
doblando el dedo hacia Yoongi. Sabía desde el principio que él tendría a ese
hombre en su cama. Era solo cuestión de tiempo y el tiempo había llegado.
―Ven
conmigo, mi amor.
Yoongi sonrió.
―¿Y otra
vez estremecerás mi mundo?
―Lo
puedo garantizar ―le aseguró Taehyung a su amante mientras dejaba caer la bata
al suelo.
Yoongi flexionó los músculos de sus brazos y gruñó, Taehyung
chilló, giró y corrió a saltar en la cama. Un gran peso cayó sobre él,
empujándolo en el colchón. Taehyung se retorcía mientras una larga y húmeda
lengua acariciaba su cuello. Empezó a darse la vuelta, gruñó cuando Yoongi lo
empujó de nuevo hacia el colchón.
―No,
quédate así ―ordenó Yoongi.
Taehyung comenzó a discutir, diciéndole a Yoongi que él daba
las órdenes aquí, no las recibía, cuando sintió la lengua que lamía su cuello
bajando por su espalda. Unas grandes y fuertes manos masajeaban las mejillas de
su culo.
Podría aprender a que le gustaran las órdenes.
―Hueles
muy bien, Tae ―murmuró Yoongi contra su piel luego nuevamente lo golpeó con su
lengua―. Sabes aún mejor.
Taehyung esperaba que fuera así. Quería que Yoongi
encontrara placer en lo que hacía, hasta el punto en que perdiera su
autocontrol. Probablemente no era algo bueno a desear considerando que su
amante era un hombre lobo, pero no podía evitarlo. El pensar que Yoongi
cambiara y lo tomara, hacía que los dedos de sus pies se curvaran.
Antes de que Yoongi pudiera detenerlo, Taehyung usó su
velocidad superior para girarse y rodar al hombre debajo de él. Yoongi lo
miraba hacia arriba sorprendido.
―¿Por
qué hiciste eso? ―preguntó Yoongi―. Estaba disfrutando.
―Creo
que disfrutarás más de esto. ―Taehyung arrastró sus palabras seductoramente. Se
inclinó y recorrió con su lengua desde el ombligo de Yoongi hasta uno de sus
pezones. Sintió el cuerpo de Yoongi tensarse debajo de él mientas acariciaba
con su lengua sobre la pequeña protuberancia.
Mordió, una pequeña gota de sangre salpicó a través de su
lengua mientras Yoongi gritaba. Taehyung chupó fuerte, arrastrado por la dulce
esencia del hombre antes de moverse a su otro pezón y morderlo.
No solía disfrutar muy a menudo de los juegos de sangre
durante el sexo. Le parecía demasiado íntimo para una sola noche o una simple
aventura, pero con su compañero, no sólo era permitido sino que era fomentado.
Cada pequeño mordisco fue seguido por una gota de sangre, incrementando la
excitación de Taehyung y alimentando la de Yoongi.
Taehyung no lo mordió muchas veces, sólo un mordisco aquí y
otro allá, nunca extrayendo más de una gota de sangre, pero eso era suficiente.
Quería aumentar la lujuria de Yoongi, no incapacitarlo.
El cuerpo de Yoongi comenzó a temblar, y Taehyung ni
siquiera había llegado a su pene. Levantó la vista para ver la cabeza de Yoongi
presionándose contra la almohada, su mandíbula rígida mientras luchaba por
controlarse. Eso lo complacía.
Pero quería más. Yoongi aún no perdía el control. Colgaba de
un hilo. Taehyung supuso que un poco más lo mandaría sobre el borde. Se movió
un poco hacia abajo por el cuerpo de Yoongi hasta que el duro pene del hombre
se erguía frente a él.
¡Ñam!
Taehyung apenas podía controlarse a sí mismo. Quería
zambullirse en esa polla, chupar y tragar hasta que Yoongi le entregara todo.
Sabía que eso podría satisfacerlos a los dos pero no tanto como lo que había
planeado.
―Mi
amor, dame la pequeña botella con líquido azul del cajón. ―Taehyung se rió
mientras Yoongi lo miraba completamente confundido. Apuntó hacia la mesita de
noche―. Si esperas tener tu pene en mi culo, Yoongi. Necesito el lubricante.
El entendimiento llegó a Yoongi en un instante y sonrió, se
extendió sobre la mesita de noche para agarrar la botella de lubricante.
Taehyung fue a agarrarla pero Yoongi la sostuvo fuera de su alcance.
―Yo
puedo hacer esto si tú puedes hacer eso ―declaró Yoongi, apuntando a su pene.
Taehyung sonrió. Se giró, montando a horcajadas sobre el
pecho de Yoongi, su culo estaba a unos centímetros por encima del rostro del
hombre. Taehyung escuchó el pop de la botella de lubricante abriéndose y
vertiendo un poco en la mano. Esperó hasta que sintió el primer toque gentil de
los dedos de su amante presionando dentro de su culo antes de bajar su cabeza
hacia el pene de Yoongi.
De inmediato se dio cuenta de que había cometido un gran
error. Sería muy difícil concentrarse en chupar el pene de Yoongi cuando el
hombre lo jodía con sus gruesos dedos. Incluso podría ser imposible.
Aunque Taehyung estaba determinado a dar su mejor golpe. Se
tragó a Yoongi hasta que la cabeza de su polla golpeó la parte posterior de su
garganta. Usando sólo la punta de sus colmillos, él volvió a subir. No era
suficiente para romper la piel, sólo lo suficiente para darle a Yoongi una
pista de lo que vendría.
Yoongi se estremeció. El dedo en el culo de Taehyung hizo
una pausa sólo un momento, luego los impulsos aumentaron de velocidad y en
profundidad. Taehyung sonrió mientras Yoongi añadía un segundo dedo. Su amante
comenzó a perder el control. Tal vez sólo un poco más sería todo lo que podría
soportar.
Taehyung incrementó sus esfuerzos. Chupó a Yoongi hasta
abajo y luego subió antes de dejar caer el órgano de su boca para lamer su
camino hacia abajo a los testículos de Yoongi, chupando uno profundamente en su
boca.
Casi pierde su agarre sobre Yoongi cuando un tercer dedo
empujó dentro de su estrecho agujero. Si estaba así de excitado sólo por tener
los dedos de Yoongi penetrándolo, Taehyung no podía esperar a sentir la polla
del hombre lobo. Prometía ser alucinante.
―¡Tae!
Taehyung movió su culo.
―Uno
más, mi amor, añade sólo uno más ―Taehyung había visto a un hombre lobo en
pleno cambio. Tres dedos no contarían. Necesitaba al menos cuatro dedos para
estirarlo lo suficiente para aceptar a Yoongi en su forma de lobo.
Cuatro dedos empujaban dentro de él. Taehyung estaba
sobrecargado. Era casi más de lo que podía tomar. Podía sentir su polla
goteando líquido preseminal por todo el abdomen de Yoongi. Se elevó sobre sus
rodillas, su pene golpeó la barbilla de Yoongi. Volvió a chuparle el pene con
su boca esperando que el hombre pudiese leer las señales no habladas.
Yoongi captó la pista. Un momento después, cálidos labios
cubrían el de él y la hábil lengua de Yoongi lamía las gotas en la cabeza del
pene de Taehyung. Los dedos de Yoongi siguieron penetrándolo, curvándose para
acariciar el dulce punto de Taehyung.
Taehyung mordió la polla en su boca. Sangre dulce y caliente
salpicó a través de la lengua de Taehyung, llenando su boca. Su succión creó un
doble efecto. Le permitía tragar la sangre que llenaba su boca y acrecentar el
placer de Yoongi.
El dulce sabor de la esencia de la vida de Yoongi, la
sensación de los cuatro dedos penetrándolo en un férreo agarre, los labios
calientes envueltos alrededor de su polla, todo se reunió en una explosión
sensual que hizo a Taehyung gritar alrededor del pene que tenía en su boca
mientras cuerdas de semilla perladas hicieron erupción de él.
Taehyung se estremeció cuando Yoongi tragó todo lo que le
había dado. Extrajo sus dientes y apoyó su cabeza sobre el muslo de Yoongi. Su
cuerpo se sentía lánguido, derretido. No podía recuperar el aliento.
Apenas sintió las poderosas manos que lo levantaban y lo
recostaban de nuevo sobre el colchón. No se percató hasta que las manos en
garras de Yoongi se enterraron en sus caderas y un suave gruñido sonó en su
oído.
―Tae.
Taehyung ni siquiera abrió los ojos. Su mano se curvó
alrededor de la parte posterior del cuello de Yoongi y lo arrastró hacia abajo
para un beso. Pasó la otra mano hacia abajo por la espalda de Yoongi, sus
propias garras se enterraban, dejando pequeños hematomas a su paso.
Yoongi volvió a gruñir, mordiendo sus labios. Taehyung pudo
sentir los colmillos de Yoongi empezar a salir. Abrió los ojos para verlo. El
rostro de Yoongi era algo hermoso, haciendo que el aliento de Taehyung quedara
atrapado en su garganta.
Su boca estaba fuertemente apretada, con un pequeño tic que
era la única señal del rígido control que ejercía sobre sí mismo. La piel
normalmente bronceada de su cara enrojeció mientras trataba de mantener a la
bestia controlada.
Taehyung sonrió, ahuecando sus manos sobre el rostro de
Yoongi.
―Déjalo
salir, mi amor. Prometo que puedo tomarlo. Soy mucho más fuerte de lo que
parezco.
Yoongi negó con la cabeza rápidamente, pero Taehyung pudo
ver la luz brillando en sus oscuros ojos. Él quería, lo deseaba. Taehyung
estaba determinado a dárselo. Cogió un puñado de cabello de Yoongi y jaló su
cabeza hacia atrás, desnudando el cuello de Yoongi.
Inclinándose, hundió sus dientes en la suave carne de la
garganta de Yoongi. Caliente y dulce líquido fluyó nuevamente a su boca. Yoongi
rugió. Taehyung sintió que pelo rozaba su cuerpo. Los brazos que lo sostenían
se engrosaron, haciéndose más grandes, al igual que el cuerpo encima de él.
Taehyung se preparó mientras la bestia tomó el control. El
rostro de Yoongi se extendía ligeramente. Sus orejas crecieron por sobre la
parte superior de la cabeza. Pelaje cubría la mayor parte de su cuerpo. Garras
crecieron de los dedos del hombre lobo. Y el pene que se encontraba entre las
piernas de Taehyung creció en ancho y largo.
Taehyung gimió. Dudaba que fuera capaz de sentarse durante
una semana. Yoongi lo agarró, volteándolo sobre sus manos y rodillas. Incluso
antes de que Taehyung pudiera acomodarse, Yoongi clavó su pene profundamente en
su culo.
Gritó, el placer primó a la quemadura que sintió al estar
tan lleno. Yoongi no le dio tiempo para acostumbrarse a su aumento de tamaño
antes de bombear dentro de su férreo agarre. Taehyung extendió sus piernas,
enterrándolas en las mantas al igual que sus manos.
Yoongi fue implacable. No se detuvo. No desaceleró. No
tomaba prisioneros. Lo jodía tan fuerte y tan rápido que Taehyung olvidó dónde
empezaba él y dónde terminaba Yoongi. Todo su mundo se redujo al hombre que lo
penetraba. No sentía nada más.
Estaba tan ensimismado siendo jodido que gritó cuando Yoongi
repentinamente se retiró y lo giró de nuevo sobre su espalda. Yoongi
inmediatamente regresó, empujándose nuevamente dentro de Taehyung antes de que
él pudiese protestar.
Sus manos fueron unidas y mantenidas sobre su cabeza por una
de las manos de Yoongi. No podía moverse, aun cuando quisiera, sin embargo no
quería. Yoongi lo sujetó a la cama con el peso de su cuerpo mucho más grande y
la fuerza de su mano.
―Mío
―gruñó Yoongi hacía él, su rostro era feroz.
―¡Sí!―
sonrió Taehyung, inclinando su cabeza hacia atrás desnudando su cuello para que
el hombre lobo lo reclamara. La bestia de Yoongi entendió aun cuando su lado
humano no lo hizo. Nunca había sido mordido antes, Taehyung se descubrió un
poco sorprendido por lo excitado que se sintió cuando Yoongi hundió sus largos
colmillos en su cuello.
―¡Sí, mi
amor, sí!― Taehyung gritó cuando las emociones de posesividad, alegría y
profunda satisfacción lo abrumaron. Su grito se convirtió en un grito agudo
cuando su pene entró en erupción y llenó el espacio entre ellos con su segundo
orgasmo.
Cuando Yoongi gruñó sobre él, lava caliente llenó su culo,
Taehyung sintió que llegaba a su clímax por tercera vez. Se sentía estimulado al
saber que había llevado a su pareja a la cima del placer. Y luego el nudo al
final de la polla de Yoongi se extendió, alojándose contra su próstata.
Taehyung inhalaba rápidamente mientras Yoongi continuaba
moviéndose con pequeños empujes con la intención de prolongar su placer.
Sacudió el nudo, estimulando a Taehyung a un nivel de éxtasis nunca antes
alcanzado. Se quejó más allá de los gruñidos y gemidos. Sus manos se cerraron,
buscando algo en lo que sostenerse, pero Yoongi aún las mantenía sobre su
cabeza. Su cuerpo se resistió, demasiado sensible para permanecer quieto.
Cuando Yoongi levantó su cabeza y lamió la pequeña marca del
mordisco en su cuello, cerrándola, el cuerpo de Taehyung perdió su batalla con
la realidad. El toque de las manos de Yoongi sobre su sensible pene fue el
colmo.
Un orgasmo de proporciones monumentales arrasó el cuerpo de
Taehyung, un cortocircuito en cada terminación nerviosa lo poseyó y terminó en
su pene. Sus ojos se pusieron en blanco y la luz explotó en sus ojos. Luego
todo se volvió negro.
Taehyung abrió los ojos lentamente. Ambos párpados se
sentían unidos con pegamento. Le costó todas sus fuerzas sólo levantarlos y
mirar alrededor buscando a su compañero. Esperaba que Yoongi estuviera con él
en la cama. No lo estaba.
Una repentina chispa de energía lo golpeó cuando cundió el
pánico. Taehyung rodó a un lado de la cama. Sacó las sabanas del colchón y las
envolvió alrededor de su cuerpo antes de ir hacia la otra habitación.
Taehyung se apoyó en el marco de la puerta cuando vio a
Yoongi inclinado en la ventana, mirando hacia afuera al cielo nocturno. Estaba
completamente vestido hasta sus zapatos, con una bolsa pequeña a sus pies y un
vaso de líquido en su mano. Taehyung asumió que era whisky. A Yoongi le gustaba
el whisky.
―Podrías
habérmelo dicho ―dijo Yoongi sin siquiera girar la cabeza.
―Podría
haberlo hecho pero, ¿me habrías creído?― preguntó Taehyung.
―Tal vez
sí, tal vez no ―respondió Yoongi. Se encogió de hombros antes de girarse para
mirar a Taehyung―, pero debió haber sido mi decisión.
Sí, está bien, Yoongi podría tener un punto de razón.
Taehyung sabía que eran compañeros antes de que se acostaran juntos. Debería
haberlo mencionado antes de forzar a Yoongi a cambiar y reclamarlo. Se sintió
culpable, pero no lo suficiente para dejar al hombre libre de culpa. Yoongi
reclamó a Taehyung justamente y él no se daría por vencido sin luchar.
―Tienes
razón ―dijo Taehyung―. Debí haberte dado esa elección. No puedo cambiar eso
ahora, sin embargo, no quería. Me has reclamado. Yo te pertenezco.
―¿Y si
no te quiero?― gruñó Yoongi, enviando una flecha directamente al corazón de
Taehyung―. ¿Entonces qué, Alteza? ¿Me vas a ordenar que sea tu compañero? ¿Me enviarás
a las mazmorras si me rehuso?
―N… no,
por supuesto que no ―balbuceó Taehyung, con su corazón cayendo a sus pies.
Nunca consideró la posibilidad de que Yoongi podría no quererlo. Sabía que su
compañero tenía sus reservas acerca de una relación entre un vampiro y un
hombre lobo, pero supuso que podrían hacerlo funcionar. ¿Podría estar
equivocado?
―Eres
libre de irte cuando quieras ―susurró. Rogaba porque Yoongi no tomara esa
opción, pero la feroz mirada de traición en su rostro le dijo que lo haría.
Taehyung trató de esconder el dolor de su corazón detrás de una máscara de
indiferencia.
Yoongi levantó su bolso y caminó por la habitación,
dirigiéndose a la puerta. Se detuvo cerca de Taehyung. La mirada en los ojos de
Yoongi cuando lo miró hizo que el corazón de Taehyung se marchitara en su
pecho.
―Lo
sabía. Nunca debí haber confiado en un chupasangre ―Yoongi gruñó―. Te
traicionarán y te apuñalarán por la espalda a la mínima oportunidad que tengan.
Taehyung no pudo responder. Yoongi tenía razón. Él mintió.
Fue una mentira por omisión, pero aun así una mentira. Taehyung no tenía
derecho a detener a Yoongi cuando salió encolerizado de la habitación. Aún así
levantó su mano para detenerlo, lloriqueando con aflicción cuando Yoongi liberó
su brazo y se alejó sin mirar atrás.
Taehyung hizo una mueca cuando la puerta golpeó al salir su
compañero. Entumecido, caminó hacia el teléfono y llamó a Albert. Contestó
inmediatamente.
―Albert
―dijo Taehyung, sorprendido de que su voz sonara tan firme cuando el resto de
él se derrumbaba en el suelo―, el Señor Min va de camino hacia abajo. Por favor
asegúrate de que llegue a salvo a su auto.
―Por
supuesto, Alteza ―contestó Albert.
―Gracias,
Albert. Necesito descansar. No quiero ser molestado.
―¿Está
todo bien, Alteza?
¡Por
supuesto que no! Acababa de perder a su compañero.
―Todo
está bien, Albert.
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