Yoongi se tensó por
un momento y luego relajó sus brazos alrededor de Taehyung, acariciando su
espalda y besándolo en la frente.
—Será mejor parar, estás tan cerca... —en seguida Yoongi se
rio y luego sacudió sus brazos, sus manos acariciándole de nuevo.
—Yoongi—, le susurró, inclinando la cabeza hacia atrás para
mirar aquellos bellos ojos azules.
Yoongi se inclinó hacia delante, apenas tocándose los
labios, como si estuviera esperando permiso. Taehyung ansiosamente acortó la
distancia, besándolo tan profundamente como podía. Gimió con el especiado gusto
masculino de Yoongi. Había pasado tanto tiempo desde que Taehyung había sentido
otro beso que le hacía querer desmayarse por la pura alegría de besar.
—¿Sí? —Yoongi lamió el labio inferior de Taehyung, con sus manos viajando más hacia abajo hasta que agarraron su culo. Apretó, tirando de Taehyung más cerca.
—Yoongi—, Taehyung gimió de nuevo, sin saber lo que quería,
pero sabía que parar el beso no lo era. Sus manos agarraron la parte posterior
de los hombros de Yoongi, acercándolo aún más. Los besos Yoongi era
intoxicantes, haciendo que se mareara. Quería que fuese aún humano, capaz de
dar a Yoongi lo que quería en un hombre en lugar de ser un monstruo de la
noche. Complicaría la vida de Yoongi, pero no estaba dispuesto a parar.
Necesitaba a Yoongi.
—Taehyung—. Yoongi dijo su nombre como si fuera una deidad. Taehyung
lloriqueó, subiendo su pierna alrededor de su cintura cuando tiró de él en su
regazo.
—Yo... Por favor, Yoongi. —Taehyung empujó su polla en Yoongi,
necesitando la fricción. Habían pasado años desde que había estado con nadie.
La experiencia había sido dolorosa, pero estaba dispuesto a intentarlo de nuevo
con Yoongi, de alguna manera, sabiendo que no le haría daño.
Realmente no esperaba una mierda.
—¿Qué necesitas, amor? —Yoongi le besó haciendo un camino
desde su mandíbula hasta el cuello donde lamió regresando a sus labios. Dios,
estaba preparado para entrar en sus pantalones rotos de nuevo. Sabía
exactamente lo que estaba haciendo, y Taehyung estaba más que dispuesto a dejar
que lo hiciera.
—No lo sé. —Todo lo que Taehyung sabía era que tenía que
estar más cerca de Yoongi. Quería más. Su polla estaba dolorosamente dura,
latiendo contra la cremallera de sus vaqueros. Yoongi se separó, dejando a Taehyung
gimiendo por la pérdida.
—Primero un baño.
De acuerdo, debía verse horrible con la ropa puesta desde
hacía dos semanas. Ni siquiera le quedaban bien por el peso que había perdido.
Asintió con la cabeza a Yoongi, dando un paso atrás y dejando que Yoongi le
llevara a un pequeño cuarto de baño.
Yoongi reguló la ducha mientras Taehyung temblaba. Tenía
frío de nuevo, queriendo el calor del cuerpo de Yoongi para calentarse. Había
entrado en un estado de frío en los últimos 14 días. Sólo Yoongi le había
traído consuelo y calentado su alma. Taehyung se quedó allí nerviosamente
esperando a que Yoongi le diera privacidad para desnudarse. Nunca se había
desnudado delante de cualquier persona con las luces encendidas. Taehyung no
estaba seguro de cómo iba a reaccionar Yoongi a su cuerpo. Era mucho más pálido
ahora, y Taehyung odiaba su palidez.
Yoongi debía haber tomado la vacilación nerviosa de Taehyung
como una sugerencia para salir.
—Estaré en la habitación si necesitas algo.
—Gracias. —Taehyung lo alcanzó para otro beso antes de que Yoongi
se volviera y cerrara la puerta tras él. Maldita sea, quería tener relaciones
sexuales con Yoongi, pero tenía vergüenza de desnudarse delante del hombre.
¿Cómo jodido era eso?
El hecho de ser vampiro ahora no significaba que fuera suave
y mundano. Aún era el mismo chico nervioso de antes, aunque más delgado y
pálido. Pero la confianza en sí mismo era todavía un terreno movedizo y seguía
preocupado por el sexo inminente. Habían pasado años desde que se había
acostado con un hombre y Taehyung rezó para no perder el control y drenar al
hombre.
Eso sería algo muy malo.
Después de una ducha caliente y frotar tanto que debía haber
arrancado la piel del hueso, envolvió una toalla alrededor de su cintura y se
miró en el espejo. Le alivió el poder ver su reflejo. Taehyung había estado más
preocupado por alimentarse y esconderse que en saber si aún se reflejaba.
Se quitó una carga de los hombros al verse en el espejo.
Todavía se parecía a él mismo, a excepción de los colmillos
que se extendían desde su labio superior. Era extraño intentar mantener los
labios sobre ellos, pero lo había logrado. Su rostro era más delgado, con los
ojos negros como la medianoche. Había perdido el azul increíble que
acostumbraba a mirarlo cada vez que se miraba en el espejo. ¿Algún día
volverían o el negro era algo permanente?
Suspirando, cogió su pila de ropa en el suelo y vio a Yoongi
en la habitación rebuscando en un cajón de la cómoda.
Taehyung estudió al hombre por un momento, preguntándose qué
estaba buscando. Yoongi era el sueño húmedo de todo hombre gay. Tenía un
saludable bronceado, un agradable cuerpo musculoso y su cara no era mal
parecida. Yoongi no habría sido el tipo de hombre que Taehyung habría mirado
cuando estaba vivo, pero muerto, infiernos, el hombre tenía posibilidades.
Tal vez ése fuera el problema. Taehyung siempre había mirado
a los chicos buenos, los que se enorgullecían de su apariencia. La vanidad no
era una cualidad duradera, aunque Taehyung se había sentido atraído por ella. Yoongi
parecía un hombre con los pies en la tierra, un tipo que no se preocupaba
demasiado por su aspecto, pero que tenía una buena apariencia.
Si Taehyung no hubiera ido por alguien como Hoseok, tal vez
no habría sufrido tanta tortura en la escuela.
—¿Qué tengo que hacer con eso?—Preguntó mientras levantaba
la ropa hecha jirones en sus brazos cuando Yoongi le miró.
—Tíralas. Encontré un par de sudaderas y una camiseta que
probablemente te vayan bien. Aunque somos de la misma altura, soy un poco más
grande que tú. —Yoongi le dio un par de pantalones de algodón de color gris
suave con una camiseta negra.
—Son demasiado grandes—, dijo Taehyung con un ronroneo. ¿Era
su voz? ¿Qué diablo estaba mal con él? Taehyung no flirteaba. Ni siquiera podía
decir hola sin ser totalmente vergonzoso cundo un chico guapo le miraba.
Sabía que era mucho más emocionante desde que se había
convertido en un vampiro pero no había flirteado de esta manera antes del
cambio. Tal vez ser un vampiro tenía sus ventajas.
—No tienes que ir allí.
Taehyung tragó cuando sintió las manos en las caderas,
girándolo de vuelta, para que no pudiera entrar en el cuarto de baño. Los dedos
eran calientes contra su piel fría, haciéndolo temblar por la anticipación. Taehyung
agarró la ropa en su pecho, necesitando algo que hacer con las manos.
Yoongi tiró suavemente la ropa de su férreo control,
tirándola en la cama. Estudió el rostro de Taehyung con una sonrisa en las
comisuras de sus labios.
—Eres lindo—, dijo Yoongi en un tono bajo y gutural que hizo
que su polla se pusiera dura. Su toalla mostraba su erección, dejando a Yoongi
saber que estaba más que dispuesto.
El hombre iba a hacer que Taehyung se derritiera.
—No lo soy—, Taehyung negó sin aliento. No le decían
cumplidos, así que no sabía cómo responder. Sintió la lengua trabada, sin poder
decir nada. Yoongi estaba teniendo un efecto sobre él que no había sentido en
mucho tiempo. No desde la escuela secundaria. Su estómago se anudó, y Taehyung
se sentía como si no pudiera respirar con Yoongi tan cerca con su olor
invadiendo sus sentidos. Su garganta se le secó y sus nervios se tensaron en
todo su cuerpo.
—Sí, lo eres. —Yoongi se acercó rápidamente, dándole otro de
aquellos sorprendentes besos. Sus malditos dedos curvados hacían que su polla
le doliera. Taehyung era masilla en los brazos del hombre. Su cuerpo se
moldeaba al de Yoongi, asumiendo su forma, donde momentos habían sido seres
separados.
—Uh. —Taehyung murmuró palabras evasivas. Todo él eran ahora
gemidos y gemidos mientras Yoongi lo sostenía, poseyéndolo. Su cuerpo le
necesitaba, su polla en duelo cuando tocó el estómago de Yoongi. Ya no le
importaba nada más. Todo lo que quería era sentir a Yoongi dentro de él,
llevándolo a un cielo que sólo se atrevió a soñar.
Y vaya si no parecía que el hombre pudiera hacerlo. Estaba
dispuesto a apostar su vida después de la muerte. Taehyung sólo sabía que Yoongi
sería un maldito buen amante y él estaba más que dispuesto a averiguarlo. Se
quedó sin aliento cuando Yoongi le quitó la toalla que tenía alrededor de su
cintura y la arrojó a un lado.
—Te puedo ayudar con eso. —Yoongi sonrió mientras señalaba
en dirección a la erección de Taehyung.
—Por favor. —Taehyung se empujó contra él, su polla
deslizándose contra la erección cubierta de Yoongi. Parecía que él no era el
único afectado por el beso. Las manos de Yoongi comenzaron a frotar su espalda,
sus uñas arañando con suavidad su piel expuesta. Su piel estaba sensible por el
ataque de las manos de Yoongi que estaban por todas partes, frotando su
espalda, su culo, brazos y caderas. Taehyung se iba a correr sólo por el toque
de Yoongi.
Lo guio hasta la cama, quitándose la ropa enseguida,
empujando a Taehyung de espaldas. Yoongi se subió sobre él, sus pollas
tocándose. Era una sensación gloriosa, la polla de Yoongi goteando, dejando un
rastro húmedo atrás.
Apenas se movía hacia adelante y hacia atrás y esa sensación
enviaba corrientes eléctricas por todo su cuerpo.
—Yoongi. —Taehyung no podía dejar de decir su nombre. Sólo
lograba decir monosílabos.
—Oh sí. —Yoongi se agachó, cogió su polla en un puño y comenzó
un ritmo erótico de puro placer. Cerró los ojos por un momento, y una sensación
de felicidad se reflejó en su rostro antes de que sus párpados se abrieran,
mirándole directamente. Una sonrisa arrogante apareció en su rostro cuando
aceleró el ritmo, empujando sus caderas.
Taehyung gritó, derramándose en el puño de Yoongi. Había
pasado demasiado tiempo, mucho tiempo desde que había sido tocado, y el toque
de Yoongi era cuidadoso, no apresurado como el de Hoseok.
—Eso es, cariño. Dame lo que tienes—, Yoongi gimió cuando se
juntó a Taehyung, con la boca abierta y un sonido gutural escapando de ella
cuando su semen se mezcló con el de Taehyung.
La cabeza de Yoongi se inclinó para tocarle, su aliento
caliente en los labios de Taehyung. Se giró, tirando de Taehyung hacia su pecho
mientras sus manos acariciaban hacia arriba y hacia abajo su columna.
Satisfecho como nunca antes, Taehyung se acurrucó al lado de
Yoongi cuando empezó a dormirse.
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