martes, 24 de mayo de 2022

CAPITULO 8

Jungkook agachó la cabeza y escondió la sonrisa mientras veía a Taehyung limpiarse otro rastro de harina de la mejilla. Estaba cubierto con más harina de la que tenía en el cuenco. Taehyung era un desastre en la cocina, pero era un desastre entusiasta.

Jungkook no había sido capaz de decirle que no a su compañero cuando le rogó que le enseñara a cocinar. Taehyung quería hacerle la comida a Yoongi. Jungkook estuvo de acuerdo, obteniendo a cambio la promesa de que Taehyung le enseñaría a tallar.

Y luego invitó a Jin para ayudarle. Podía ver a Jin de pie al otro lado de la cocina, intentando tan duramente como Jungkook esconder su sonrisa. Jungkook creía que todos tenían un talento. Y el de Taehyung no estaba en la cocina.

—Jungkook, ¿estás seguro que esto está bien? —preguntó Taehyung mientras se inclinaba sobre el cuenco.

—¿Añadiste los huevos? —preguntó Jungkook.

—Sí, los tres huevos como me dijiste.

Jungkook se mordió el labio cuando casi se le escapa la risa. Tuvo que tomarse un momento antes de poder hablar otra vez. Taehyung estaba mirando el cuenco frente a él como si lo que había dentro pudiera alcanzarle y morderle.

—¿Añadiste la levadura y el azúc

ar? —preguntó finalmente Jungkook.

—Sí, pero no está subiendo como dijiste que lo haría.

—Lo hará —dijo Jungkook—. Tienes que mezclar  todo junto, y luego lo cubriremos con una toalla y dejaremos que suba en un lugar cálido.

—¿Y con eso se hacen los rollos de canela? —Taehyung sonaba escéptico.

—Así es.

Taehyung se limpió otro rastro de harina que manchaba su mejilla y pareció ser todo lo que hizo falta. Jin comenzó a reírse tan fuerte que apenas podía mantenerse en pie. Jungkook pasó por un momento realmente difícil evitando reírse, pero no quería herir los sentimientos de Taehyung. Se había esforzado mucho en el intento.

Cuando Taehyung agarró la bola de masa en la que había trabajado y la sostuvo en sus manos, pequeños globos cayeron golpeando la mesa, Jungkook no pudo aguantarse más. La risa brotó de él y llenó la habitación, uniéndose a la de Jin.

La boca de Taehyung se extendió en una delgada sonrisa en sus labios. Jungkook estuvo a punto de caer cuando Taehyung agarró un puñado de la masa y la lanzó hacia él. Golpeó la cara de Jungkook y luego cayó al suelo con un plop.

Jungkook le dio a Taehyung una sonrisa torcida y metió la mano en la mantequilla. Taehyung se rio e intentó esquivar el puñado de suave porquería que Jungkook le había lanzado. No lo hizo muy bien, tenía mantequilla por todo el pelo y en un lado de la cara.

Taehyung agarró el paquete de harina. Jungkook fue  por más mantequilla. Escuchó a Jin riéndose histéricamente. Su mano, llena de mantequilla, se levantó en el aire. Le arqueó una ceja a Taehyung e hizo un gesto de asentimiento hacia Jin.

Taehyung sonrió. Se giraron y juntos le tiraron los ingredientes a Jin, cubriéndolo con mantequilla y harina. Jin farfulló y se limpió los ojos. Miró a Jungkook y Taehyung y luego sonrió.

Eso empezó una guerra total, cada uno por su cuenta. La mantequilla voló, la harina fue rociada, todo lo que pudiera ser usado como munición fue arrojado por toda la cocina. Unos minutos después, los tres yacían en el suelo, riéndose histéricamente.

Jungkook miró alrededor de  la  cocina  e  hizo  una  mueca. El lugar estaba como si hubiese pasado un huracán.  Las paredes estaban manchadas y el suelo cubierto de comida. Incluso los electrodomésticos tenían comida por todos lados.

Por no mencionar a los tres  hombres  en  el  suelo.  Ni una pulgada de su cuerpo estaba  libre  de  comida. La  tenían en el pelo, por toda la ropa. Incluso tenían restos debajo de la ropa. Estaban hechos un desastre.

—Oh, Dios —dijo Jungkook riendo entre dientes—. No estoy ansioso por limpiar este desastre.

Taehyung se rio graciosamente y se arrastró a través del desorden hasta el lado de Jungkook. Extendió su mano y limpió algo de harina de la cara de Jungkook antes de inclinarse para besarlo.

—Te ayudé a hacerlo. Te ayudaré a limpiarlo.

Jungkook deslizó una mano por un lado del rostro de Taehyung, limpiando algo. Le metió un dedo en la boca, sonriendo.

—Ñam, relleno de canela.

Jungkook miró divertido y asombrado a Taehyung cuando él empezó a reír graciosamente otra vez, el suave sonido de la felicidad que llenaba la habitación. Levantó las sombras del corazón de Jungkook y lo hizo sentirse despreocupado y optimista acerca del futuro. Era un sonido que Jungkook quería oír tan a menudo como pudiera.

—Estás precioso, ¿lo sabías?

Un destello de incredulidad cruzó el rostro de Taehyung mientras miraba hacia abajo a su ropa sucia.

—Estoy cubierto con Dios sabe qué. No llamaría a eso excitante precisamente.

Jungkook se inclinó hacia adelante y lamió una mezcla de azúcar y canela de la mejilla de Taehyung.

—Sigo pensando que tienes un sabor delicioso.

—Pienso que estás loco —dijo Taehyung.

Jungkook se rio y comenzó a rodar a Taehyung debajo de él cuando escuchó la puerta de la cocina abrirse. Miró  hacia arriba para ver la mirada completamente asombrada  en  la cara de Yoongi y eso lo hizo reírse a carcajadas.

—¿Qué demonios pasó aquí? —preguntó Yoongi.

—Me parece que la Tercera Guerra Mundial —dijo Namjoon mientras daba un paso detrás de Yoongi—. ¿Estás causando problemas otra vez, cariño?

—Taehyung empezó —protestó Jin, con clara  diversión en su voz—. Sólo me estaba defendiendo.

Yoongi cruzó los brazos sobre su pecho y miró alrededor de la habitación.

—¿Taehyung?

La boca de Jungkook se abrió cuando repentinamente algo golpeó a Yoongi en la cara. Un asombrado silencio llenó la habitación cuando el pegote de comida cayó de la cara de Yoongi y manchó su uniforme. La habitación estaba tan silenciosa que todos escucharon el golpe en el suelo.

Jungkook no podía creer que Taehyung le hubiese tirado la comida a Yoongi, al más fuerte y grande de los lobos de la manada. Se dio la vuelta para mirarlo justo a tiempo de ver al pequeño hombre ponerse rápidamente de pie y salir corriendo de la habitación, con Yoongi corriendo tras sus talones.

Preocupado por lo que podría  pasar,  Jungkook  ignoró  a Namjoon y Jin mientras se apuró en salir por  la  puerta  de  la cocina y correr detrás de Yoongi y Taehyung. Los alcanzó justo cuando Yoongi derribaba  a  Taehyung  al  suelo  la  sala  principal. Yoongi giró en el último  momento  y así Taehyung aterrizó  sobre él, y luego volvió a rodar y dejó al hombre más pequeño debajo de su cuerpo más grande.

Jungkook se detuvo, su corazón latía frenético mientras esperaba la reacción de Yoongi. Dudaba que alguna vez, alguien le hubiese lanzado comida a Yoongi. Nadie era tan valiente, o tan estúpido. No sabía cómo se lo tomaría Yoongi.

Cuando Yoongi se inclinó hacia abajo y comenzó la lamer los restos de comida de la cara de Taehyung y la risa llenó la habitación, el corazón de Jungkook una vez más comenzó a latir normalmente. Entró a la sala de estar, alcanzado a sus parejas justo cuando Yoongi comenzaba a desvestir al hombre.

—Estás   hecho   un   desastre,   amor   —dijo   Yoongi—. Tenemos que hacer algo al respecto.

Jungkook sonrió y se arrodilló junto a la pareja mientras alcanzaba el botón de la camisa de Yoongi.

—¿Necesitas ayuda?

—Así que… —dijo Jin mientras dejaba una gran bolsa debajo de la mesa unas semanas después—. Te he traído un par de cosas para esta noche.

—¿Esta noche? —preguntó Taehyung—. ¿Qué pasa esta noche?

—Es luna llena, bobo. —Jin frunció el ceño. Jungkook se rio de la confusión que podía ver en su cara—. ¿No se lo has explicado?

—Quería que fuera una sorpresa. —Jungkook sonrió.

—Oh, lo será —bufó Jin.

—Sí, entonces, ¿qué pasa esta noche? —preguntó Taehyung— ¿Qué es lo que no sé?

Jin soltó una risa fuerte como un ladrido mientras empezaba a escarbar en la bolsa. 

—Oh, cariño, tienes algo así como una cita. Aunque, no estoy seguro de cómo funcionará cuando son dos, pero puedo imaginar que no debe ser muy diferente.

—¿Qué sucede en luna llena? —exigió Taehyung.

—Dulzura —dijo Jungkook mientras envolvía un brazo alrededor de los hombros de Taehyung. Taehyung iba a saltar de sus zapatos—. En luna llena, Yoongi cambia a algo un poco diferente, algo más grande.

—¿Más grande? —Taehyung tragó saliva— ¿Me lastimará?

—Oh, Dios, no —exclamó Jin—. Es maravilloso. Maldición. Tengo la maldita fecha marcada en mi calendario. Espero la luna llena cada mes. No hay nada que se  le parezca.

—¿Qué es exactamente? —pregunto Taehyung con ansiedad— ¿Qué va a pasar?

—Yoongi cambiará a algo así como un hombre lobo. Nos rastreará y nos follará tan fuerte que no seremos capaces de caminar durante una semana. —Jungkook veía detenidamente el rostro de Taehyung mientras hablaba. Aunque él ya había atravesado el acoplamiento de luna llena, esta sería la primera vez para Taehyung.

Taehyung pareció pensar un momento, y luego una sonrisa poco a poco se abrió paso sobre su rostro.

—Genial.

—No tienes ni idea. — Jin se rio entre dientes—.  Es por eso que te traje algunos presentes de bienvenida de la manada. —Jungkook estaba un  poco  sorprendido  por  los artículos  que  Jin  sacó de  la bolsa,  pero podía encontrarles la utilidad. Jin colocó los artículos en la mesa, una  gran botella de lubricante, dos tapones anales y un poco de sal Epsom1. Jungkook se limitó a reír y a negar con la cabeza.

Jin sostuvo los dos tapones envueltos y movió las cejas.

—Es posible que desees comprobar cómo se te ajustan estos —dijo mientras se los entregaba—. Voy hacer un poco de té mientras espero.

Jungkook casi estalló de la risa cando Taehyung rodó el tapón entre sus manos, mirando el paquete fijamente como si fuera un objeto extraño. Sabía que Taehyung había vivido una vida muy protegida con Félix, pero estaba seguro de que habría visto juguetes sexuales con anterioridad.

—¿Qué es esto? —preguntó Taehyung.

«¡Aparentemente no!», pensó Jungkook mientras subía las escaleras con Taehyung.

—Es un tapón anal, tesoro.

—Un tapón… ¿por qué?

—Cuando Yoongi cambie mañana y nos busque, no va a tener suficiente control para estirarnos como normalmente lo hace. Si usamos el tapón, entonces estaremos listos y estirados cuando nos encuentre. Nada de dolor, sólo un montón de diversión.

—¿Cómo funciona esto?

Jungkook abrió la puerta del dormitorio y le indicó a Taehyung que entrara.

—Estoy a punto de mostrártelo. Bájate los pantalones y acuéstate en la cama.

Taehyung parecía confundido, pero hizo lo que le pidió. Dejó caer sus pantalones al suelo y se arrastró sobre la cama. Cuando comenzó a rodar sobre su espalda. Jungkook se acercó y lo sujetó por la pierna, deteniéndolo.

—Quédate a gatas, Taehyung —le dijo—. No solo es más fácil así, también es mejor.

Taehyung asintió y apoyó la cara en los brazos, con el culo señalando al aire. Jungkook abrió los dos tapones y los colocó en la cama a un lado de Taehyung. Cogió el lubricante del cajón de la mesa de noche y abrió la tapa para verter una gran cantidad en sus dedos y luego en uno de los tapones.

Jungkook cerró la tapa y tiró la botella en la cama. Levantó la mano sin lubricante y acarició el tibio y redondeado globo del culo de Taehyung, luego le dio una palmadita.

—No te muevas, tesoro.

Jungkook empujó cuidadosamente un dedo lubricado en el estrecho agujero de Taehyung y comenzó a moverlo de adentro hacia afuera. Lo hizo varias veces y luego añadió un segundo dedo. El cuerpo de Taehyung comenzó a temblar mientras empujaba hacia atrás contra los intrusos dedos de Jungkook.

—¿Te gusta esto, Taehyung?

—¡Sí! —gimió Taehyung.

—Se va a poner mucho mejor. —Jungkook cogió el tapón y lo empujó contra la apretada entrada de Taehyung, trabajando gentilmente dentro y fuera hasta que se deslizó en el interior. Taehyung gritó, pero Jungkook sabía que no era de dolor. Había demasiado placer escrito en el suave brillo de su piel y en la sonrisa de su rostro.

Jungkook sacó y metió el tapón varias veces. Disfrutando de los gemidos que provenían de su pareja. Hizo que le dolieran hasta los dedos de los pies. Necesitaba más de Taehyung.

—Separa tus piernas, cariño —le dijo mientras palmeaba el muslo de Taehyung.

Tan pronto Taehyung separó las piernas, Jungkook se acostó sobre su espalda y se deslizó entre ellas hasta que su rostro estaba justo debajo de la dura polla de Taehyung. Estaba tan cerca que podía sacar la lengua y arrastrarla sobre la cabeza de la polla de Taehyung… y eso fue exactamente lo que hizo.

—¡Oh, Dios mío! —gimió Taehyung. Sus piernas temblaban. Su polla goteaba. Sus dedos se apretaban en las sábanas. Jungkook sonrió. Arqueó su garganta y tragó tanto como pudo el eje de Taehyung.

Lamió, mordió y chupó la longitud dura como el acero, sin dejar de empujar el tapón en su culo en todo momento. Agarró su polla con su mano libre, incapaz de evitar unirse. Se sentía tan caliente y excitado que le llevó sólo unas caricias antes de que su cuerpo entero se paralizara.

Jungkook gimió en voz alta  alrededor  de  la  polla  de Taehyung mientras hacía  erupción,  disparando  por  su  pene hilos de semen que cubrieron su mano y abdomen. Sólo tuvo un segundo para tomar aire antes de que Taehyung liberara la carga de caliente semilla en su boca.

Jungkook tragó tanto como pudo, sonriendo cuando varias gotas se deslizaron por su barbilla. Un momento después gruñó cuando Taehyung colapsó sobre él. Jungkook giró su cabeza y levantó a Taehyung apartándolo de él, haciéndolo rodar sobre su espalda en el colchón.

Pasando por encima de él, Jungkook miró hacia abajo a Taehyung. Apartando un rizo hacia atrás de su rostro.

—¿Estás bien, cariño?

Taehyung se rio y negó con la cabeza. Sus pálidos ojos verdes brillaban cuando los abrió y miró a Jungkook.

—Me gustan los tapones. Necesitamos más. Necesitamos uno para Yoongi.

Jungkook sonrió y se inclinó para besar los labios de Taehyung.

—Me gusta tu forma de pensar, pareja.

—Taehyung, Jungkook. —Taehyung escuchó a Jin gritar  desde abajo mientras ellos se acurrucaban en la cama—. Hay alguien aquí, y no está llamando a la puerta para entrar.

—Muévete —bufó Jungkook mientras ambos  alcanzaban sus ropas y empezaban a vestirse como un rayo—. ¿Quién es? —preguntó un poco más fuerte.

—No lo sé —jadeo Jin cuando llegó a su habitación— .Es extraño, pero parecen versiones mayores  de  ti  y  de Taehyung.

—Joder —dijo Jungkook—. Félix y Changbin nos encontraron.

—Jin, ¿tienes tu teléfono móvil? —preguntó Taehyung, aliviado cuando Jin lo sacó de su bolsillo—. Llama a Namjoon y dile lo que está sucediendo. Jungkook y yo te mostraremos cómo entrar en el ático. Ellos  no  sabrán  que  estás  aquí.  Los  dos son demasiado estúpidos para reconocer los diferentes olores. Sólo nos quieren a nosotros.

—Llamaré a Namjoon, pero no hay ninguna manera de que los deje solos —dijo Jin mientras pulsaba el botón de llamado rápido. Todos se sobresaltaron cuando escucharon que finalmente la puerta se hacía añicos por los golpes. Parecía que Changbin y Félix se habían dado cuenta que  no eran lo bastante estúpidos como para dejarlos entrar simplemente—. Namjoon, estoy en casa de Yoongi con Taehyung y Jungkook. Dicen que Félix y Changbin están aquí. Ellos acaban de irrumpir en la cocina. Por favor apúrate. Yo también te amo, Namjoon.

—Está bien, si no vas a esconderte en el ático, tenemos que idear algo más. —Taehyung suspiró, maldiciendo por  no tener más tiempo para discutir  con  Jin.  Al  menos  él  y Jungkook eran vampiros. Jin era humano. Podían manejarlo mejor que Jin—. Jungkook, ¿qué  hay  de  salir  por  la  ventana del cuarto de invitados sobre el garaje?

—Bien —respondió Jungkook, agarrando la mano de Jin. Jungkook se movió rápida y silenciosamente. Jin era el que seguía haciendo que las tablas crujieran. No tenían tiempo para ir lentamente. Changbin y Félix podían seguir su aroma hasta aquí.

Jungkook llegó y abrió la ventana sobre el  garaje mientras ellos iban al cuarto de invitados.

—Jin, tú primero. Date prisa.

—Ve, ve ahora —gimió Taehyung cuando escuchó que su hermano y el de Jungkook llegaban a la parte inferior de la escalera—. Ya vienen.

Jungkook estaba afuera de la ventana una fracción de segundo después que Jin. Taehyung los siguió rápidamente después de él. Su corazón latía rápido cuando los tres corrieron hasta el final del garaje. Él y Jungkook saltaron con facilidad.

—Salta, Jin —siseó Jungkook cuando ambos se dieron vuelta para atraparlo—. Vamos, Jin.

—¿Están locos? —respondió Jin, con los ojos desorbitados por el miedo—. Me romperé el cuello.

—Nosotros te atraparemos. Apúrate —dijo Taehyung. Vio cómo Jin giró hacia la ventana. Debió haber visto algo que tomó la decisión por él. Se giró y saltó, aterrizando sobre Jungkook y Taehyung, quiénes cayeron al suelo. Jin era del mismo tamaño que ellos. «Es difícil atrapar a alguien de tu mismo tamaño».

—Hay tres —Félix gritó desde el techo sobre el garaje. Jungkook, Taehyung y Jin se levantaron y comenzaron a correr— . Creo que es humano.

—Iremos por la carretera principal —susurró Jin. Taehyung estaba encantado  de  que  tuviera  un  plan.  Jungkook había estado allí desde hacía algún tiempo,  pero  no  tanto como Jin. Taehyung no había estado lo suficiente para conocer completamente el área. Cada uno tomó una de las manos de Jin mientras corrían tan rápido como podían. —Chicos, me sacarán los brazos.

—Lo siento, Jin —jadeó Jungkook—. No podemos ir más despacio. Nuestros hermanos son aún más rápidos que nosotros.

«Y es por eso que Jin debería haberse escondido en el ático», pensó Taehyung para sí mismo. Agradecía y apreciaba a Jin por querer permanecer juntos pero, al final, él sólo los haría más lentos. Además, Namjoon  iba  a  matarlos  si  algo  le pasaba a su pareja.

—No —gritó Taehyung cuando repentinamente sintió un cuerpo pesado aterrizar sobre él. Golpeó el suelo con un ruido sordo, el aire salió de sus pulmones en un fuerte grito ahogado. Por lo menos fue capaz de soltar la mano de Jin antes de que sucediera—. ¡Corre!

—No se van a ninguna parte. —Changbin se echó a reír mientras levantaba a Taehyung del pelo. Taehyung no pudo evitar gritar cuando sintió que le arrancaban el pelo del cuero cabelludo—. Tres por el precio de dos. Supongo que tendremos que compartir al tercero, ¿eh, Félix?

—Sí, eso funcionará —dijo Félix, lamiendo un lado del rostro de Jin. Tenía una mano en la parte superior de su brazo, la otra en Jungkook—. Supongo que el idiota de  mi hermano y Jungkook estarán muy doloridos para complacernos por un tiempo. Después de que reciban la paliza que se merecen por desobedecernos y quedarse con el hombre lobo cuando fuimos por ellos.

—Vete a la mierda, Félix —le siseó Jungkook al vampiro más grande—. Pon tu polla en cualquier lugar cerca de mí y te la arrancaré de un mordisco.

—No le hables de esa  manera  —gruñó  Changbin, golpeando la cara de Jungkook—. Él  es  tu  compañero.  Te prometí a él.

—Nosotros ya estamos acoplados,  idiota  —gruñó Taehyung ante la visión de su pareja siendo lastimada. Giró la cabeza y mordió el brazo de Changbin tan fuerte como pudo, manteniendo sus colmillos enterrados mientras movía su cabeza hacia atrás. Taehyung quería hacer tanto daño como pudiera, así Changbin lo soltaría.

—Vas a pagar por eso —gritó Changbin, derribándolo. Taehyung ni siquiera tuvo oportunidad de levantarse antes de que Changbin lo agarrara con su otro brazo. Vio a Jin y a Jungkook intentando hacer lo mismo con Félix. Desafortunadamente, ellos no tenían más éxito. Los tres patearon, mordieron y gritaron cuando fueron arrastrados al SUV en el que Changbin y Félix habían llegado—. ¡Cállate ya!

—No —gritó Taehyung, intentando morder nuevamente a Changbin. Esta vez obtuvo un puñetazo en la cara por provocar problemas. Le dolía la cara, pero no iba a dejar se lo llevaran sin pelear—. ¡No soy tuyo!

—Sí, lo eres, Taehyung —contestó Changbin mientras empujaba a Taehyung dentro del coche—. Cuanto antes te lo metas en la cabeza, mejor. Ya estoy deseando joder tu culo hasta que sangre por haber estado con otro hombre. No añadas ofensas a la lista de las que ya has cometido.

—Tenemos que partir —dijo Félix, levantando la cabeza. Taehyung gritó cuando escuchó las sirenas en la distancia. Él sabía que Namjoon y Yoongi no los  alcanzarían  a tiempo. Gruñó cuando Jungkook y Jin fueron arrojados en el asiento trasero encima de él. Un segundo después, Changbin y Félix saltaron al asiento delantero y el coche empezó a moverse.

Golpearon las ventanas  y  trataron  desesperadamente de abrir las puertas, incluso cuando el SUV estaba en movimiento. «Maldita sean las cerraduras de seguridad para niños», pensó para sí Taehyung. No sirvió de nada. Estaban atrapados.

Justo cuando la lucha parecía drenarlos a los tres, Taehyung se percató de a dónde se dirigían. Changbin y Félix los estaban llevando de regreso a la casa de Félix. Seguramente se darían cuenta de que sería el primer lugar en que Yoongi y Namjoon los buscarían, ¿verdad?

Conociendo a Changbin y a su hermano, con sus egos pensarían que no había manera de que Yoongi fuera por ellos. Taehyung casi sonríe cuando pensó en lo que Yoongi y Namjoon les harían cuando los encontraran. Miró a Jungkook y a Jin esperando que quedara algo de ellos para encontrar.

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CAPITULO 8

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