—¿Yoongi no ha llegado todavía, Jungkook?
—No jefe —dijo Jungkook mientras secaba un vaso—. No lo he
visto desde anoche a la hora de cierre.
Taehyung casi gruñó mientras daba la
vuelta y salía por el pasillo hacia su oficina. No había
visto a Yoongi desde la noche anterior tampoco. Después de un sexo alucinante, Taehyung
había pensado que se acurrucarían en la cama por un rato.
Se había equivocado.
Yoongi se había lanzado por la puerta segundos después de que
se hubiera vestido
con sus pantalones
con una miserable excusa sobre la
necesidad de un cambio de ropa y una ducha. Se había ido antes de que Taehyung
lo supiera. Y Taehyung había ido a la cama solo.
Taehyung entró a su despacho y cerró la puerta tras él.
Agarró una botella de whisky del aparador junto a la puerta y se sirvió un trago.
Sabía que no
debía beber tan
temprano. Afuera apenas había
oscurecido. Necesitaba algo
para calmar sus nervios.
Se sentía utilizado.
Era tan simple como eso.
Yoongi le había dado la experiencia sexual más intensa de su
vida y luego se había marchado a las montañas tan rápido como sus botas talla
quince se lo permitieron. Taehyung no sabía si sentirse insultado de haber sido
botado antes de que algo más pudiera
pasar entre él
y Yoongi o
agradecido por haber esquivado una bala.
Era obvio que Yoongi tenía
algunos serios problemas sobre compromiso y francamente Taehyung
no necesitaba ese dolor de cabeza. Tenía un bar para dirigir. No tenía por qué
estar suspirando por un chico que no sabía lo que realmente quería en la vida.
No, era mejor de esa forma.
Y si Taehyung pudiera convencerse de eso, estaría bien. Por desgracia,
su polla parecía tener otras ideas. Cada maldita vez que pensaba en follar a Yoongi otra vez, se ponía tan duro
que dolía. Infiernos, se ponía duro pensando en Yoongi. Ni siquiera necesitaba
estar jodiéndolo. El hombre era
una amenaza, claro
y simple. Estaba interfiriendo en
el trabajo de Taehyung porque
Taehyung no podía pensar en nada más, excepto en Yoongi.
Ni siquiera había sido capaz de dormir más de unas pocas horas porque estaba
muy preocupado por el hombre.
Sabía que Yoongi había perdido su último trabajo porque era
gay y por lo que Yoongi le había dicho, su apartamento era propiedad de su
antiguo jefe. No hacía falta ser un genio para darse cuenta de que Yoongi había
perdido probablemente su apartamento, así como su empleo.
Así que ¿dónde había dormido la noche anterior?
¿Había sido Taehyung
sólo uno más
en la larga
lista de hombres que Yoongi había
conquistado con la esperanza de encontrar un lugar donde dormir? ¿Todo eso que
dijo acerca de no querer ser
un mantenido era
una sarta de
mentiras de mierda?
Los dedos de Taehyung se apretaron alrededor de la copa en su mano.
Tenía ganas de
tirar el vaso
contra la pared
y escucharlo romperse en
mil pedazos. Lo
haría si tuviera
a alguien más para limpiar el desorden. Además, dejar que su
temperamento saliera de él, nunca era una buena idea. Taehyung tenía un
temperamento enorme y una vez que se liberaba, la gente salía herida. Había
aprendido muy temprano en
la vida a
estar siempre en
control.
Probablemente era por eso que le gustaban tanto los hombres sumisos,
para poder controlarlos.
Y Yoongi había sido perfecto.
Taehyung gruñó cuando oyó un suave golpe en la puerta de su oficina.
—¿Quién es?
—Yoongi, señor.
Taehyung golpeó su
copa sobre el
aparador y cruzó
la habitación para abrir la puerta de un tirón. La ira que lo recorría ante
la vista de la hermosa cara de Yoongi era casi más de lo que podía manejar.
Taehyung hundió los
dedos en el marco de la
puerta para evitar alcanzar al
hombre y darle una buena sacudida mientras demandaba saber qué infiernos estaba
pasando.
—¿Sí?
Yoongi tragó
saliva y palideció, sus ojos mirando
a lo lejos.
—Sólo quería hacerte
saber que estaba
aquí —dijo Yoongi vacilante.
—Debidamente
anotado —Taehyung golpeó la
puerta en la cara de Yoongi y
regresó a su vaso.
Bebió el contenido de un solo trago.
En el momento
en que lo
colocó en la
parte posterior del aparador
de cristal, el temperamento
de Taehyung comenzó a enfriarse.
Volvió a colocar el tapón en la botella de whisky y
luego se volvió
y se acercó
a la silla
detrás del escritorio. Se dejó
caer en la silla y dejó caer su cabeza entre sus manos.
La ira enconada dentro de él comenzó a drenarse poco a poco,
siendo sustituida por la expresión del rostro de Yoongi cuando le había cerrado
la puerta en la cara. Taehyung sintió la culpa
apoderándose de él
por la angustia
que eso había encendido en los ojos verde musgo de Yoongi.
Está bien, tal
vez había exagerado.
No podía evitar sentirse utilizado por Yoongi. El
hombre era asustadizo, incluso Taehyung
pudo ver eso. Pero había sido tan suave como pudo haber sido y Yoongi había
huido de él. Eso hizo que Taehyung se sintiera como un monstruo.
Cerrar la puerta en la cara de Yoongi probablemente no había
ayudado con su caso. Taehyung sabía que tendría que pedir disculpas, incluso si
eso no llevaba a Yoongi de regreso a su cama. El hombre merecía más que eso de
él.
Taehyung hizo una mueca mientras se levantaba y salía de su oficina. Sus
ojos recorrieron el
interior del bar mientras
se dirigía al salón principal, en busca de Yoongi. Cuando no lo vio,
Taehyung volvió a mirar a Jungkook, quien seguía secando
vasos.
—¿A dónde se fue Yoongi?
Jungkook se encogió de hombros.
—No lo sé jefe. Salió de aquí como si sus botas estuvieran
en llamas.
—¡Maldición! —Taehyung pasó la mano por sus rizos, agitación
y enojo creciendo de nuevo. Ya nunca tendría la oportunidad de pedir disculpas
a Yoongi o
tratar de convencerlo
de que
estaban bien juntos.
Infiernos, dudaba de
que alguna vez volviera a ver a Yoongi de nuevo.
¿Y por qué eso hacía que el pecho doliera tanto?
—He oído rumores
de que Namjoon
y sus muchachos vendrán esta noche.
—¡Jodidamente perfecto! —Taehyung dejó caer sus manos a las
caderas e inclinó la cabeza hacia atrás para mirar hacia el techo. —¿Cualquier
otra buena noticia
que tengas para
mí Jungkook?
—Milly llamó reportándose enferma de nuevo.
Taehyung rodó los ojos. Milly siempre estaba llamando para reportarse enferma.
Si no fuera
por el hecho
de haber trabajado aquí cuando su
hermano era el dueño del lugar y porque
tenía un hijo que cuidar, Taehyung la habría despedido hace años.
—¿Qué fue esta vez? —Preguntó Taehyung—. Otro dedo del pie
aplastado.
—No, Jason fue enviado a casa desde la guardería con gripe.
Taehyung frunció
el ceño.
—¿Necesitan algo? —podía
tener problemas con Milly llamando para reportarse enferma todo el tiempo,
pero le gustaba el hijo de Milly, Jason. El muchacho acababa de cumplir cuatro
y era muy travieso, en el mejor de los casos.
—Voy a llevarles un poco de sopa más tarde esta noche — dijo
Jungkook y luego sacudió su dedo hacia Taehyung—.
Entonces, sopa de pollo está en el menú de esta noche. Estoy haciendo una
enorme olla.
—Averigua si Jason
necesita algo más,
medicinas o cualquier cosa.
—Lo haré jefe.
Taehyung no estaba muy contento con la forma en que Milly se
hacía cargo de su hijo. Sabía que Milly amaba a Jason, pero tendía a ser un
poco descuidada a veces. Jungkook y Taehyung trataban de asegurarse que Jason
estuviera bien cuidado, a pesar de las protestas de Milly.
—Si Yoongi vuelve, dile que quiero verlo en mi oficina —
dijo Taehyung cuando se volvió y regresó a su oficina—. Y coloca los objetos
frágiles lejos. Si Namjoon y sus muchachos están llegando esta noche, quiero
minimizar los daños tanto como sea posible.
—¿Quieres que llame a un guardia de seguridad?
Taehyung se frotó la parte de atrás de su cuello. Ya podía
sentir la tensión formándose en sus rígidos músculos.
—Sí, eso podría ser una buena idea. No estoy seguro de si Yoongi
va a volver o no. —Y Taehyung odiaba admitir eso. Esto hizo que el dolor en su
pecho fuera aún mayor.
Maldición, realmente necesitaba superar este enamoramiento
que tenía con Yoongi. Estaba claro que Yoongi no estaba interesado en algo a
largo plazo con Taehyung. Haría mucho mejor si simplemente se olvidaba de Yoongi
y encontraba a alguien más para calentar su cama.
Tal vez eso era lo que iba a hacer. Chicos y chicas, siempre
estaban ofreciéndose a él cuando entraba en el bar. Taehyung no sabía si era
por el hecho de ser el dueño del lugar o si pensaban que era atractivo. Ahora
mismo no le importaba. Sólo necesitaba a alguien para limpiar el recuerdo de la
noche que había pasado con Yoongi.
El resto de la noche de Taehyung pasó malditamente bastante
rápido. Namjoon y su grupo habían aparecido unas pocas horas después de que el
bar fuera abierto. Taehyung había pasado la mayor parte de la velada tratando
de mantener el bar en una sola pieza. Había tirado más de un golpe y
probablemente arrojaría más hasta la hora de cierre del bar. Pero al menos
había encontrado una salida para su agresión.
Hacia el final de la noche, las cosas comenzaron a calmarse.
Taehyung sabía que ese grupo de Namjoon no estaba borracho porque nunca se
emborrachaban, incluso si bebían como un pez. Ellos simplemente disfrutaban
relajándose.
Taehyung tomó una botella de buen whisky de detrás del bar y
dos copas y luego se dirigió al otro lado de la habitación a la cabina que Namjoon
siempre ocupaba cuando estaba ahí. Se deslizó en el reservado y sirvió dos
vasos de whisky, entregándole uno a Namjoon y tomando el otro para sí mismo. Taehyung
se bebió el líquido ámbar en un largo trago.
—Yo no creo que fuese tan malo esta noche, Taehyung.
Taehyung hizo una mueca mientras se servía otro vaso.
—No,los chicos estuvieron muy bien esta noche. No
destruyeron casi tanto como yo esperaba —Se rio ligeramente mientras se
encontraba con la mirada del otro hombre—. No debería costar más de unos pocos
cientos de dólares.
Namjoon frunció el ceño metiendo la mano en su bolsillo y
sacando un fajo de billetes. Tomó varios billetes de cien dólares y los golpeó
hacia abajo sobre la mesa. Taehyung negó con la cabeza mientras tomaba el
dinero y lo guardaba en el bolsillo. No tenía ni idea de dónde obtenía Namjoon
su dinero, pero el hombre estaba cargado. Nunca estaba corto de efectivo.
—Así que, si no fue mi gente, entonces ¿qué es lo que te
tiene tan deprimido?
Taehyung soltó un bufido. Como si fuera a compartirlo con Namjoon.
—Ah, problemas de hombre.
Los ojos de Taehyung se estrecharon.
—Yo no dije eso.
—No tenías que hacerlo —dijo Namjoon—. Está todo escrito en
tu cara.
Jodidamente perfecto.
—Sí, bueno, olvida que alguna vez lo viste.
Namjoon y Taehyung tenían un acuerdo sobre sus visitas al
bar.
Eso no los hacía camaradas o incluso amigos. Eran socios de negocios, en una
especie de extraño
modo. Taehyung no iba a decirle al hombre una maldita cosa. A Taehyung
no le gustaba la forma en que Namjoon le estaba mirando fijamente.
—Amigo, deja de mirarme. Es escalofriante.
Namjoon se rio
y quitó los ojos de
encima.
—Necesitas relajarte Taehyung. Vas a tener un ataque al
corazón si sigues así.
Taehyung rodó los
ojos.
—Estoy seguro de
que esto te mantendrá
despierto por la
noche —Namjoon se
encogió de hombros, pero no dijo
nada.
Taehyung agitaba el whisky alrededor de su vaso mientras se recostaba
en la cabina.
—Así que ¿cómo van las cosas en el negocio de la banda de
motociclistas?
—Ocupado.
—Estoy seguro.
—¿Cómo va el negocio de bar?
Taehyung miró por encima del bar y sonrió. Había unos pocos locales
que habían sido lo suficientemente valientes como para entrar al lugar con los
hombres de Namjoon en el interior, pero sólo unos pocos. Los hombres de Namjoon
estaban bebiendo en el bar, acurrucados en las cabinas, en la pista de baile y
jugando al billar, haciendo todo los que hacían los clientes habituales con excepción
del mobiliario roto y las
botellas de cerveza rotas.
—Nunca he estado mejor.
—Me alegra oír eso.
—Entonces —dijo Taehyung
mirando de nuevo
a Namjoon—, ¿cuánto tiempo hasta
que los veamos a todos de nuevo?
—En realidad, debemos estar en la ciudad por unos días. Tengo
algunos asuntos a tratar aquí y mis chicos necesitan un lugar para quemar un
poco de vapor. Espero no te importe.
No era una pregunta y Taehyung lo sabía.
—Voy a llevar la cuenta. Puedes pagar cuando te vayas.
—Siempre lo hago.
Taehyung señaló con
el dedo a Namjoon.
—Y esa es la
única razón por la que permito que tus bárbaros estén aquí.
Namjoon sonrió.
—Yo también te quiero Taehyung.
Taehyung abrió la boca para decirle a Namjoon que podía irse
al infierno cuando oyó una aguda inhalación. Se volvió para ver a Yoongi de
pie, con la cara pálida. Taehyung miró fijamente, sin saber si estaba viendo
lágrimas en los ojos de Yoongi o si era un reflejo de la luz.
—Yoongi, que…
Yoongi se había ido antes de que Taehyung pudiera terminar
su pregunta. Taehyung gruñó y se deslizó fuera de la cabina. Vio a Yoongi
corriendo hacia la puerta, pero sólo porque el hombre era muy alto. Taehyung
corrió tras él.
Antes de que Yoongi pudiera llegar hasta la puerta, se
estrelló contra un par de los hombres de Namjoon que estaban discutiendo por la
máquina de discos. Las palabras fueron dichas, pero Taehyung no podía oír por
encima del ruido del bar. Sin embargo estaba seguro de que fueron palabras de
enojo cuando uno de los hombres de Namjoon tomó a Yoongi por el cuello y lo
golpeó contra la pared junto a la puerta.
Taehyung rugió. Empujó a la gente quitándola de su camino
mientras corría por la habitación y saltaba sobre el tipo que había clavado a Yoongi
en la pared. No le importaba si el tipo era un miembro de la pandilla de Namjoon.
Nadie ponía las manos sobre Yoongi.
Taehyung se echó hacia atrás, dispuesto a meter su puño en
la cara del chico que sostenía a Yoongi, pero antes de que pudiera dar el
golpe, alguien le agarró por detrás y le hizo girar a su alrededor. Taehyung
gruñó y se preparó para luchar contra quien fuera que lo había agarrado.
Hizo una pausa,
pensando mejor esa
idea cuando vio Namjoon ahí de pie. Puede que no tuviera
ningún problema en pelear contra uno de los hombres de Namjoon, pero no estaba
tan seguro de que quisiera enredarse con Namjoon en persona. El hombre era incluso
más grande que Yoongi.
—Namjoon…
—¿Cuál es el significado de esto, Taemin? —gritó Namjoon.
Taemin tiró a Yoongi hacia
adelante y lo
empujó hacia Namjoon.
—Está fuera de su territorio.
¿Uh?
Taehyung frunció el ceño y bajó lentamente el puño. Estaba confundido
y eso sólo se agravó cuando Namjoon agarró a Yoongi por el cuello y lo atrajo
hacia sí. Algo profundo dentro de él se liberó cuando Namjoon se inclinó y
olisqueó la piel de Yoongi. Un gruñido
profundo comenzó en
la garganta de Taehyung, que amenazaba con entrar en erupción.
—¿Quién eres tú? —espetó Namjoon cuando se echó hacia atrás.
—Min Yoongi.
—¿El muchacho de Min
Dowoo?
Yoongi asintió con la cabeza tanto como pudo teniendo en cuenta que gran parte de la
mano de Namjoon todavía estaba envuelta alrededor de su garganta.
—Estás un poco fuera de tu territorio, ¿no es así, muchacho?
Taehyung juró que podía oír tragar saliva a Yoongi desde
donde estaba.
—Sí señor —le susurró Yoongi.
—Este es mi territorio —gruñó Namjoon—. No te di permiso
para estar aquí.
—No señor —respondió Yoongi.
—Necesitas irte —Namjoon lanzó a Yoongi y retrocedió. Los
ojos de Yoongi parpadearon hacia Taehyung por un momento antes de asentir.
—Sí señor —Había tanta tristeza en la voz de Yoongi que Taehyung
casi sintió que las lágrimas acudían a sus propios ojos y eso lo hizo enojar,
por Yoongi y por sí mismo. Él no era un
llorón.
—Ahora, esperen un
maldito minuto —espetó
Taehyung—. Este es mi bar y si…
—¡No! —Gritó Namjoon agarrando a Taehyung por la garganta y levantándolo
del suelo—. No te inmiscuyas en cosas de las que no sabes nada, Taehyung.
Déjalo en paz.
Los ojos de Taehyung se abrieron como platos y una espina de
miedo se deslizó por su espalda, no por el agarre que Namjoon tenía sobre
él, sino por
el gruñido salvaje
que podía oír llenando el espacio a su alrededor y
hacía que la habitación se silenciara.
Cuando volvió la cabeza para mirar, no estaba muy seguro de
lo que estaba viendo. Era Yoongi, pero no era él. Parecía haber crecido varios centímetros,
los músculos de su cuerpo cada vez más
grandes hasta el punto de
que su camisa se rasgó por las costuras. Largas garras
afiladas habían surgido de la punta de sus dedos y dos colmillos muy blancos
colgaban sobre su labio inferior.
Taehyung frunció el ceño mientras miraba a Yoongi.
—¿Qué eres?
Yoongi pareció perder vitalidad justo ante sus ojos. Su tamaño
se redujo de nuevo a su normal de seis pies con cuatro y los músculos que
habían sobresalido de su camisa se habían reducido de tamaño. Las
garras de la
mano de Yoongi
se deslizaron de nuevo en sus manos y los colmillos que colgaban sobre
el labio se retrajeron.
Yoongi miró a Taehyung durante un largo rato y luego tiró su
cabeza hacia atrás. El estruendo que provenía de Yoongi era tan desgarrador
que Taehyung se
estremeció con aprehensión. Antes de que pudiera cuestionar
a Yoongi, el hombre se dio la vuelta
y salió corriendo
del bar, desapareciendo en la oscuridad.
—¿Cómo lo conociste? —preguntó Namjoon.
Taehyung volvió la mirada desconcertada de la puerta vacía hacia
Namjoon.
—Es uno de mis gorilas.
—¿Desde cuándo? —preguntó Namjoon mientras cruzaba los brazos sobre
el pecho, mirando
tan imponentemente como pudo y eso decía mucho. Namjoon se veía imponente como el
infierno en un buen día. Este no era un buen día.
—Él no estaba aquí la última vez que vine a la zona.
Taehyung miró a Namjoon por un momento, confundido en su mente
y entonces recordó dónde estaba y quién era.
—No te respondo a ti, Namjoon. Este es mi bar. Puedo
contratar a quien me dé la real gana y no hace falta que te lo explique.
Namjoon arqueó una
ceja castaño oscura.
—Taemin —dijo, nunca
apartando la mirada de Taehyung.
—Estoy en eso.
Taehyung se quedó
con la mandíbula
abierta mientras observaba a los
hombres de Namjoon limpiar el bar de clientes y empleados en menos de cinco
minutos. No sabía si iba a ser retenido o si le iban a sacar la mierda. Sin
embargo sabía que esto no le gustaba. Este era su bar.
—Namjoon, tú y sus hombres tienen que salir y no volver — Taehyung
señaló hacia la puerta—. Ya no eres bienvenido en mi bar.
—¿Es eso cierto? —preguntó Namjoon.
Taehyung de repente sintió que acababa de cometer el mayor error
de su vida. Miró a su alrededor para descubrir que cada miembro de la banda de Namjoon
lo rodeaba.
Taehyung no era
de ninguna manera
un cobarde y
había estado en algo más que su parte justa de peleas, pero incluso él
no era lo suficientemente fuerte como para luchar contra los
cinco grandes y musculosos motociclistas. Sí, estoy jodido.
—Te advertí que no te metieras en cosas de las que no tienes conocimiento
Taehyung —dijo Namjoon
cuando empezó a caminar de ida y vuelta frente a Taehyung—,
pero simplemente no quisiste escuchar. Ahora voy a darte el conocimiento que
tanto pareces querer.
Namjoon hizo chasquear los dedos y uno de sus hombres se adelantó. La
confusión que Taehyung
había estado sintiendo
se convirtió en aprehensión. Levantó las manos y retrocedió hasta que se
quedó justo tocando otro cuerpo. Taehyung se sacudió y se giró. Su corazón
empezó a tronar en el pecho cuando Taemin
sonrió hacia él.
No era una sonrisa agradable.
—Ahora, mira, esto no es…
—¡Silencio!
Los ojos de Taehyung se abrieron más ante las duras palabras
de Namjoon. Poco a poco se volvió para ver a Namjoon de pie detrás de él.
Un hombre que
había sido despojado
de sus ropas estaba justo al lado de Namjoon,
completamente desnudo. Taehyung estaba bastante seguro de que no era una buena
cosa.
Taehyung estuvo positivamente seguro que no era una buena cosa
cuando el hombre que estaba junto a Namjoon comenzó a cambiar de la misma forma
en que Yoongi lo había hecho.
Antes de que Taehyung pudiera preguntar qué infiernos estaba
pasando, algo crujió en el aire. Su mandíbula cayó cuando largas garras
afiladas surgieron de las manos del hombre y dos colmillos perfectamente
blancos se deslizaron hacia abajo sobre el labio inferior del hombre.
—Este es el conocimiento que se te oculta, Taehyung —dijo Namjoon
mientras salía de detrás de él—. Tu hermano sabía de nosotros, pero no mucho.
Siento tener que decir que él murió por su conocimiento, asesinado por alguien
que intentaba tomar el control de mi territorio. Es por eso que nunca se te
dijo. Tenía la esperanza de evitar que tuvieras la misma suerte.
Taehyung oyó las palabras de Namjoon, pero no tenían mucho
sentido ante la vista de lo que estaba frente a él. Poco a poco, el cuerpo del
hombre cambió y se hizo más grande hasta convertirse en algo no del todo humano
de pie en medio del bar de Taehyung. Había un aire de peligro sobre el hombre,
como si pudiera llegar a más y arrancar la garganta de Taehyung sin siquiera
gastar un solo gramo de energía.
—Ahora, ¿sabes por qué es importante que yo sepa quien está
en mi territorio?
Taehyung se lamió los labios y apartó la vista del hombre
para mirar a Namjoon.
—¿Pueden todos ustedes cambiar así?
—Podemos.
—Y, ¿mi hermano sabía de esto?
Namjoon asintió.
—Sí.
Taehyung estaba... algo. No estaba seguro de qué. Aturdido
ni siquiera empezaba a describir los sentimientos que lo inundaban en este
momento. Se sentía como si estuviera de pie en un cuarto lleno de aliens o algo
así.
—¿Cómo?
—Algunos creen que es una maldición —dijo Namjoon—. Otros
creen que es un regalo de los dioses. Nadie está muy seguro de cuál es su
causa. Sólo sabemos que somos lo que somos. Hemos nacido de esta manera, aunque
no sabíamos sobre la capacidad de transformarnos hasta que llegamos a la pubertad
y cambiamos por primera vez.
—Ustedes son como los hombres lobo, o ¿algo así? —el hombre
observándolo desde el centro de la habitación no parecía exactamente un hombre lobo, pero
tampoco se veía como si no lo fuera. Era alguna cosa entre hombre y lobo.
—No, no somos hombres lobo. Los hombres lobo son un mito,
una leyenda de Hollywood —dijo Namjoon—. Somos criaturas de la noche que
necesitan sangre para sobrevivir. Somos una especie única que ha existido
durante siglos, desde la época romana. Podemos transformarnos en otra forma,
pero es sólo una forma más grande y más letal de lo que ya somos.
Taehyung se volvió cuando oyó un ruido y vio como la
criatura se transformaba de nuevo en un hombre. Ver la transformación era
imponente y aterrador como el infierno. Taehyung no podía descubrir si se
sentía intrigado o muerto de miedo.
—Necesito un trago —dijo Taehyung—, uno grande.
Taehyung parpadeó
sorprendido cuando un
vaso de líquido ámbar fue colocado en su mano. Se
encogió de hombros y tiró el whisky
en su
garganta. El vaso fue de nuevo
llenado al segundo que lo bajó de
sus labios.
Después de lo que acababa de ver, ni siquiera Taehyung se desconcertó cuando
fue llevado a la
cabina de Namjoon
y se sentó. Sólo engulló el
whisky y luego hizo un gesto por más. Después de dos vasos más, finalmente pensó que
ya había tenido suficiente para
hacer frente a lo que
iba a ocurrir a continuación.
—Así que, ¿ahora qué? —Preguntó Taehyung mientras miraba al
otro lado de la mesa en Namjoon—. ¿Tienes que matarme ahora que sé lo que eres?
—Esperaría que no —dijo Namjoon—. Pero, si eso es lo que deseas,
puedo ver que se haga.
—No. —Taehyung rápidamente
negó con la
cabeza—. Soy partidario de continuar respirando.
—Y seguirá siendo
de esa manera,
siempre y cuando mantengas el secreto.
Las cejas de Taehyung se alzaron.
—¿A quién se lo diría? —Sus ojos se abrieron más—.
Infiernos, ¿Quién me creería?
—Necesito saber cómo el hijo de Min Dowoo llegó aquí, Taehyung.
—¿Por qué?
—Min Dowoo es el alfa de su aquelarre. Su territorio está
cerca de aquí.
—¿Es el qué?
—Alfa de su aquelarre.
—¿Aquelarre?
—Min Dowoo es un vampiro. Es el alfa de su aquelarre, el
líder, así como yo soy el alfa de mi aquelarre. Y como yo soy el alfa de este
territorio, cualquiera que no sea de mi aquelarre que entra en mi territorio es
visto como un enemigo. La presencia de Yoongi aquí podría ser vista como un
acto de agresión en contra de mi aquelarre.
Taehyung gimió dejándose caer contra el respaldo del
asiento.
—¿Yoongi es una de esas criaturas?
—Sí, lo es —sonrió Namjoon—. Y somos llamados vampiros Taehyung,
o por lo menos los vampiros como ustedes nos conocen. Bebemos sangre para
sobrevivir, aunque también necesitamos alimento humano para sostenernos. No
podemos salir a la luz del día, aunque podemos comer ajo. Y el agua bendita
sólo nos moja. No nos hace derretir. Somos más rápidos, más fuertes y un
infierno entero de mucho más malos que cualquier humano que hayas encontrado.
—¡Joder! —Taehyung se
pasó la mano por la
cara. ¿Había jodido con un vampiro? Un frío temor repentino le llenó.
¿Se convertiría en vampiro por haber jodido con Yoongi? Sus ojos
miraron de repente a Namjoon—. ¿Esta cosa es contagiosa?
—¿Contagiosa?
—Sí ya sabes, ¿me puedo contagiar? —Preguntó Taehyung—. ¿Voy
a convertirme en un vampiro o algo así?
—No lo creo. —Los ojos de Namjoon parpadearon a uno de los
hombres de pie junto a la mesa por un momento antes de volver a Taehyung—.
Nunca he oído hablar de un caso de alguien contagiándose. O naces con eso o no
lo eres.
Taehyung dejó escapar
un profundo suspiro
de alivio. No quería
convertirse en un
vampiro chupa sangre.
No estaba preparado para algo
así. No estaba seguro de que nunca lo estuviera. Infiernos, ni siquiera le
gustaban las agujas. La cosa completa de la sangre estaba definitivamente
fuera.
—Por supuesto, eso no quiere
decir que alguien no se pueda enlazar con uno de nosotros. Y aunque no se
convertiría en uno de nosotros, podría tomar algunos de nuestros rasgos
más interesantes.
Taehyung tragó saliva.
—¿Qué quieres decir con enlazar?
—Supongo que sería
el equivalente humano
del matrimonio, sólo que es de por vida. Una vez que un vampiro se enlaza
con alguien, vampiro o humano, es para siempre. Tomamos las
cosas muy en
serio. Sólo he
conocido unos cuantos vampiros
que se han
rendido a la
necesidad de enlazarse, porque
una vez que están unidos, nunca desearán a otro y la muerte de uno significa la
muerte del otro.
—Mierda. —Taehyung alcanzó
su vaso de
whisky otra vez.
Acababa de llevarlo a sus labios cuando Namjoon dejó caer
una bomba en su regazo.
—Por supuesto, no es nada por lo que tú puedas estar preocupado. Es
prácticamente imposible enlazarse
con un vampiro.
Taehyung se atragantó
con el whisky en su boca, tragando saliva mientras intentaba aclararse
la garganta. Simplemente sabía que
no era tan
simple. No podría
ser. Su suerte
no parecía estar funcionando de esa manera últimamente.
—¿Co… cómo haces un vínculo con un vampiro?
La sonrisa que cruzó por los labios de Namjoon fue una que Taehyung
nunca quería volver a ver en su vida. Era como mirar un tren en movimiento y
saber que no había nada que pudiera hacer para evitar ser golpeado.
—Hay que tener sexo con ellos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario