jueves, 9 de junio de 2022

CAPITULO 2

—¿Estás seguro?

 

—Sí, estoy seguro. —Infiernos, Yoongi estaba muy seguro. Esto era algo que tenía que trabajar por su cuenta. Taehyung no podía ayudarle.

 

Yoongi no tenía ni idea de lo que iba a hacer. Le habían permitido exactamente diez minutos para recoger todo lo que quería llevarse con él antes de ser expulsado de su pequeño apartamento.  En  la  actualidad,  todo  lo  que  había  podido agarrar estaba guardado en un par de cajas de cartón y una maleta en el apartamento de su amigo Jimin.

 

Por suerte, Jimin era  su mejor amigo y ni  siquiera  parpadeó cuando Yoongi se presentó en su puerta en medio de la noche. Yoongi  todavía  no  podía  creer  que  él  no  sólo  había perdido su trabajo, sino también su apartamento y todo por una zorra a la que no le gustó que Yoongi le dijera no. Y eso enfureció a Yoongi. Debía tener el derecho a decir que no a quien él quisiera. Tener un trabajo y un techo sobre su cabeza no significaba que también tenía que renunciar a todo cuando cualquier mujer lo apuntara con el dedo.         

 

No sólo era una polla. Era una persona, un ser vivo con deseos y necesidades al  igual  que  todos los demás. Ser un macho fértil no quería decir que estaba disponible para todas las mujeres dentro de los cincuenta kilómetros del aquelarre.         

 

¿Por qué no podía su padre entenderlo?

 

El hombre se había enojado cuando descubrió que Yoongi era gay, pero había estado incluso más furioso de que Yoongi hubiera  rechazado  una  hembra  en  celo.  El  hijo  mayor,  su hermano Hoseok estaba siendo entrenado para hacerse cargo del aquelarre cuando su padre se retirara. Como segundo hijo, al parecer era trabajo de Yoongi preñar a cada mujer fértil que lo apuntara con el dedo.  

 

Correcto, eso no iba a suceder.

 

Además del hecho de que Yoongi no tenía intención de traer  ningún  niño  al  mundo,  las  mujeres  no  le  provocaban nada. Su pene ni siquiera se sacudía cuando la mujer que lo deseaba lo miraba con interés. La única cosa en la que pudo pensar al  ver sus pechos era  que  ella  tenía  que  hacer algo sobre el hecho de que parecían desafiar la gravedad.          

 

—¿Quieres un trago?    

 

Yoongi se apartó de la estantería que estaba observando y miró por encima del hombro a Taehyung. Maldición, ese hombre era precioso. Taehyung era unos centímetros más bajo que Yoongi y definitivamente  no era  tan musculoso, pero el  hombre  se comportaba con un aire de confianza y fuerza letal.               

 

Yoongi casi lo imaginaba siendo un alfa. Taehyung sin duda tenía el aura para serlo con todo el azul oscuro con un tinte de color rojo en los bordes. El centro era blanco y esa era la única razón por la que Yoongi había accedido a subir con Taehyung. 

 

Un aura azul significaba fuerza y poder y Taehyung lo tenía en abundancia.  El  rojo  era  la  naturaleza  salvaje  del  hombre, diciéndole a Yoongi que Taehyung era posesivo  y luchaba por lo que  creía.  No  caería  fácilmente  en  una  pelea.  Era  leal  y dedicado con aquellos que le importaban.     

 

El blanco, sin embargo, representaba el alma de Taehyung, su alma pura. Cualquiera podría tener poder y fuerza y dedicación, pero todavía tendrían un alma tan negra como la muerte. Esas eran las personas que Yoongi evitaba como a la peste.         

 

El aura de su padre había sido blanca alguna vez, pero mientras  Yoongi  crecía,  había  empezado  a  desvanecerse, volviéndose  lúgubre  y luego ligeramente  gris. En  las últimas semanas, se había vuelto gris oscuro y eso asustó a Yoongi. El siguiente nivel es negro y negro era del todo malvado.            

—Tengo vino, cerveza, refrescos y agua —dijo Taehyung, sin dejar  de  hablar  a  través  de  los  pensamientos  internos  de Yoongi—. ¿Qué te sirvo?    

 

—Agua estaría bien.      

 

Taehyung miró perplejo por un momento.

 

—Ok —dijo mientras daba la vuelta y caminaba alrededor de la isla desayunador que  

separaba la sala de estar de la cocina. Abrió la nevera y sacó una botella de agua y una cerveza.              

—No eres un gran bebedor —dijo Taehyung cuando se dio la vuelta y puso ambas bebidas en el mostrador antes de hacer estallar la parte superior de su cerveza.  

 

—En realidad no. No creo que haya desarrollado el gusto por eso —Y no quería hacerlo. Beber llevaba a dejar de lado las inhibiciones y eso lo llevaba a cometer errores que no siempre podían ser rectificados en plena luz del día. 

 

—Eso  no  es  siempre  algo  malo.  —Taehyung  se  rio  entre dientes mientras caminaba de vuelta alrededor de la mesa y se dirigía  hacia  el  sofá—.  Las  personas  que  tienden  a  beber mucho, no deberían estar trabajando en un bar. Ellos tienden a beberse todo el inventario.

 

Una vez que Taehyung se sentó, Yoongi se acercó a sentarse en el otro extremo del sofá, inclinando su cuerpo para que su espalda estuviera contra el brazo del sofá y quedara frente a      

Taehyung.  Maldición,  realmente  le  gustaba  la  forma  en  que  el hombre se veía.      

               

—Eso suena como la voz de la experiencia.        

 

La esquina de la boca de Taehyung se curvó hacia arriba.

 

—Así es. He  estado en el  negocio el tiempo suficiente como para saber que ser un alcohólico y trabajar en un bar no son dos cosas que deben ir juntas. He perdido más de un empleado de esa manera.      

 

—¿Cuánto hace que eres dueño de este lugar? —Yoongi estaba  desesperado  por  saberlo  todo  acerca  de  Taehyung,  cada bocado de información.            

 

—Parece  que  desde  siempre,  pero  en  realidad  sólo alrededor de ocho años. Mi hermano era dueño del lugar antes que yo, pero murió hace varios años y lo heredé —Taehyung se rio de  repente,  lo  cual  era  extraño  teniendo  en  cuenta  que acababa de hablar acerca de su fallecido hermano—. Deberías haber visto el lugar entonces. Fue una inmersión real.

 

Yoongi sonrió.

 

—Parece que lo has hecho bien.

 

—Es mi hogar. Me encanta estar aquí. Por supuesto, no me importaría si algunos de los clientes nunca regresaran, pero en general están bien. La mayoría de ellos está simplemente buscando un lugar para pasar un buen rato y relajarse. Es cuando los verdaderos idiotas aparecen que tenemos problemas.

 

Yoongi recordó algunas de las peleas del bar que había tenido esta noche e hizo una mueca.

 

—¿Estuvieron aquí esta noche?

 

—Oh no. —Inhaló Yoongi bruscamente cuando Taehyung se rio. La diversión del hombre hizo que sus ojos brillaran con la vida  y  algunas  de  las  líneas  de  tensión  en  su  rostro  se suavizaran—. No, lo que has visto esta noche es la multitud regular. Los cabrones por lo general sólo aparecen una vez al mes más o menos.         

 

—Bien, me  adviertes, ¿eh? Me  gustaría  saber en quien tengo que mantener un ojo.  

 

—No te preocupes, cuando este grupo se presenta, todos los frentes están cubiertos. Asigno dos porteros a las puertas y otros  dos  en  el  salón.  Me  gusta  mi  bar  de  una  sola  pieza después  de  salir  y  se  necesita  de  mucha  gente  para mantenerlos en línea.          

 

—¿Por qué les permites entrar al bar si tienen tantos problemas?

 

Los  labios  de  Taehyung  se  apretaron.  Acercó  la  botella  de cerveza en su mano hasta sus labios y bebió un trago antes de bajarla de nuevo a su regazo. Yoongi tenía la idea de que Taehyung estaba tratando de formular una respuesta.         

 

—Primero, el  hombre  a  cargo de  estos  idiotas  siempre paga por los daños en el lugar. Segundo, beben como los peces y eso aumenta mis ganancias. Y tercero no creo que realmente me tomarían en serio si les dijo que se larguen.  

 

—¿No puedes simplemente prohibirles la entrada?       

 

—No.  —Los  suaves  oscuros  rizos  castaños  de  Taehyung rozaron su mejilla mientras negaba con la cabeza—. Tengo un acuerdo de largo tiempo con el hombre  que  mantiene a los neandertales en línea. Si rompo el acuerdo, podría traer a sus chicos y destrozar el lugar y luego no pagar por los daños.    

 

La boca de Yoongi se abrió.

 

 —¿Te está amenazado?             

 

—No con esas palabras exactas, no, pero tenemos una especie  de  entendimiento.  Miro  hacia  otro  lado  cuando  sus chicos son bulliciosos y él paga por los daños y perjuicios. No son realmente tan malos, pero pueden empezar con sus cosas si  otros  se  interponen  en  su  camino.  La  gente  local  sabe mantenerse alejada cuando Namjoon y su grupo están por aquí.   

 

Yoongi  estaba  un  poco  sorprendido.  Taehyung  tenía  una presencia intimidante.      

 

No podía imaginar que el hombre se echara para atrás ante nadie. ¿Pero qué sabía él? Él no podía enfrentarse a su propio padre.

 

Yoongi se dio cuenta de que era débil. Lo había averiguado hace mucho tiempo. No le gustaba ninguna clase de pelea. Siempre le hacían un nudo en el estómago. Preferiría hablar del asunto antes de lanzar un golpe. Su único problema era que la mayoría de la gente esperaba que fuera violento debido a su tamaño.

 

Esperaba que Taehyung no se sintiera de esa manera.

 

—¿Te gusta ser dueño de un bar? —preguntó Yoongi, sólo para escuchar a Taehyung hablar un poco más. Estaba bastante seguro de poder escuchar al hombre hablar todo el día. Taehyung  podría ser más pequeño que él, pero tenía una voz profunda que lo distinguía de cualquiera que Yoongi hubiera conocido.

 

—Si.

 

Yoongi inhaló suavemente cuando Taehyung sonrió. Toda la cara del hombre se iluminó y tomó todo lo que Yoongi tenía para no inclinarse hacia el hombre. La ola de lujuria que estaba barriendo a través de él le hizo sentirse mareado.

 

—¿Qu… qué es lo que te gusta de eso?

 

—No me gusta trabajar para alguien más, eso es seguro. Tengo un pequeño problema con las figuras de autoridad, en caso de que no lo hayas notado.

 

Yoongi se rio entre dientes. No podía imaginar a Taehyung sometiéndose  ante  nadie,  mucho  menos  a  un  superior. 

 

— Supongo que puedo ver eso.

 

—También me gusta saber que mi trabajo es lo que me mantiene vivo. Puse mi sangre, sudor y lágrimas en este lugar. Es mío, todo mío. Ni siquiera tengo un préstamo bancario sobre él. Todas las ganancias que se hacen van justo de regreso al bar y no tengo que responder a nadie por las decisiones que tomo.  

 

—Debe  ser  agradable  —Yoongi  no  podía  recordar  no tener  que  responder  por  cada  pequeña  cosa  que  hacía.  Ni siquiera podía concebir el no tener que reportarse a alguien.               

 

—¿Qué hay de ti bebé? —Preguntó Taehyung—. ¿Qué te gusta de trabajar en un bar?

               

Yoongi  se  encogió de  hombros y bajó los ojos. No se sentía cómodo llamando la atención sobre él.

 

—Soy bueno en eso, supongo. La gente en general tiende a no joder conmigo.  —Por supuesto, la  otra  cara  de  la  moneda era  que  todo el mundo esperaba que ser grande significara ser intimidante. Era grande, pero eso era todo.   

 

No podía intimidar a un ratón.  

 

—¿Alguna vez has querido hacer algo más?       

 

—Nunca  he  pensado mucho en eso. —No le importaba trabajar en un bar. Le gustaba trabajar y trabajar por la noche era aún mejor para él.  

 

Sólo quería que alguien lo viera como algo más que un musculoso  cabeza  hueca.  Había  más  para  él  que  abultados músculos y un puño pesado.     

 

Yoongi inhaló rápidamente cuando Taehyung dejó la botella de cerveza sobre la mesa y empezó a arrastrarse a lo largo del sofá de cuero hacia él. Cuando Taehyung lo alcanzó, tomó la botella de agua de la mano de Yoongi y la puso sobre la mesa junto a su cerveza.           

 

Y luego volvió toda su atención en Yoongi.         

 

Yoongi apenas podía respirar. El ardiente  deseo en los ojos de Taehyung era algo que Yoongi nunca había visto, al menos no en su dirección. Él no era virgen, pero nunca había tenido a nadie mirándolo como Taehyung lo estaba haciendo ahora. Yoongi se sentía como si el hombre deseara devorarlo.              

               

—Taehyung —susurró.

 

—Basta de hablar Yoongi —dijo Taehyung mientras acariciaba su rostro en la curva del cuello de Yoongi—. Quiero llegar a conocerte mejor, pero ahora mismo, quiero conocer tu cuerpo, cada condenado centímetro de él.        

 

—Ok —graznó Yoongi. 

 

Los ojos de Yoongi se cerraron cuando sintió la lengua de Taehyung lamer el lado de su cuello. El latido de su corazón era rápido  y  no  era  capaz  de  obtener  suficiente  aire  en  sus pulmones. Yoongi dejó caer su cabeza contra el sofá y le dio a Taehyung un mejor acceso a su garganta. Era un gesto que nunca hubiera hecho normalmente, pero se sentía correcto con Taehyung.

 

Gimió cuando Taehyung  se aprovechó de ese movimiento y procedió a lamer y mordisquear su piel. El hombre en él se gloriaba  en  cada  pequeña  lamida.  El  vampiro  en  él  estaba aullando de placer en cada mordisco.              

 

Yoongi sabía que era sumiso. Fue una de las cosas que hizo su vida tan difícil. Con su tamaño, debería haber sido un Dom por lo menos. No lo era. Deseaba tener a alguien más fuerte a quien someterse. Y  aunque  Taehyung  podría  no  saber  exactamente  lo  que estaba haciendo, Yoongi sentía como si desnudara su garganta para Taehyung, admitiendo para sí mismo y para Yoongi, que Taehyung era el de mayor rango. Ahora bien, si Taehyung lo jodiera al mismo tiempo, Yoongi estaría en el cielo.           

 

—Taehyung —susurró Yoongi—. Por favor.       

               

—Oh sí, bebé —murmuró Taehyung contra su piel—, dime lo que quieres.        

 

—Tú  —Yoongi  gimió.  No  podía  creer  que  estaba mendigando, pero no podía evitarlo. Si Taehyung no lo jodía pronto, Yoongi  estaba  bastante  seguro  de  que  se  marchitaría  y moriría—. Jódeme Taehyung.         

 

—Quítate la camisa bebé —dijo Taehyung mientras se inclinaba hacia atrás y se arrodillaba sobre sus rodillas por encima de Yoongi.          

 

La lengua de Yoongi casi se le cae de la boca cuando Taehyung azotó su camisa sobre su cabeza y la arrojó a un lado. Oh hombre, Taehyung podría no ser grande y musculoso como Yoongi, pero tenía  apretados músculos en todos los lugares correctos.  Yoongi  tenía  un  fuerte  deseo  de  lamer  cada centímetro del paquete de seis de Taehyung.           

 

Y  el  pequeño  sendero  de  cabello oscuro  que  conducía desde el ombligo de Taehyung hacia el sur, por debajo de la cintura de sus pantalones vaqueros rogaba por ser seguida. Antes de que  Taehyung  pudiera  moverse  hacia  atrás,  Yoongi  se  sentó  y buscó la cremallera de los pantalones vaqueros de Taehyung. Su corazón martilleaba en su pecho mientras lentamente bajaba la cremallera y revelaba la polla más maravillosa que había visto nunca.    

 

Yoongi pasó la lengua por los labios, sufriendo por tener el largo y duro eje entre sus labios. Comenzó a llegar a ella cuando  la  mano  de  Taehyung  en  su  muñeca  se  lo  impidió.  El corazón  de  Yoongi  se  heló  en  su  garganta.  Sus  ojos  se movieron hacia arriba. ¿Había hecho algo malo?             

—Camisa, Yoongi.          

 

Camisa. Correcto.           

 

Yoongi  agarró los  bordes  de  su  camisa  y la  sacó  por encima de su cabeza. La dejó caer en el suelo y volvió a mirar la gruesa polla que quería adorar con su boca. Se lamió los labios otra vez, esperando no tener que mendigar. Pero lo haría si tenía que hacerlo.          

 

—Taehyung.    

 

Taehyung agarró la base de su pene. Yoongi tragó saliva al ver los dedos del hombre alrededor de su gruesa polla. Sabía que Taehyung se estaba burlando de él cuando el hombre acarició toda la longitud de su pene un par de veces, empujando hacia adelante en su mano.

 

—¿Es esto lo que quieres, cariño?          

 

Yoongi asintió. Estaba más allá de las palabras en ese momento. La humedad en su boca amenazaba con derramarse y gotear por la barbilla.    

 

—Quítate los pantalones, Yoongi, pero quédate con las botas.  

 

Yoongi  parpadeó  hacia  Taehyung  por  un  momento.  Se sorprendió al ver un ligero rubor llenar la cara de Taehyung. No estaba  seguro de  lo que  venía, pero  no estaba  dispuesto a hacer preguntas cuando Taehyung estaba mirándolo como si fuera un vaso de agua en medio del desierto.            

 

Yoongi  se  movió  de  debajo  de  Taehyung  y  se  levantó. Rápidamente  se  bajó  la  cremallera  de  los  pantalones  y  los empujó hacia abajo por las piernas. Tomó un poco de trabajo conseguir quitárselos con las botas puestas, pero una vez que lo logró, dejó caer los pantalones en el suelo y se volvió hacia Taehyung.           

 

El  hombre  estaba  recostado  en  el  sofá,  acariciando lentamente su pene desde la raíz hasta la punta. Sus ojos se estaban comiendo vivo a Yoongi. Y él estaba desnudo de los dedos de los pies hacia arriba.        

 

Yoongi no se dio cuenta cuando se desvistió, aunque le gustaría haberlo notado. Mirar a Taehyung quitándose la ropa habría sido un placer.   

 

—De rodillas, Yoongi.    

 

¡Oh infierno sí!

 

Yoongi se puso de rodillas delante de Taehyung y se deslizó lo más cerca del diván que pudo. Taehyung cubrió sus piernas sobre los hombros de Yoongi y las extendió de par en par. Yoongi           

casi  se  tragó la  lengua  cuando la  gruesa  polla  de  Taehyung  se balanceó justo en frente de su cara. ¿Habría algo que se viera más sexy?

 

Yoongi lentamente levantó los ojos para encontrarse con los de Taehyung. Los mantuvo fijos mientras lentamente bajaba la              cabeza y envolvía la erección de Taehyung. Las gotas de líquido pre- seminal  que  explotaron  al  instante  a  través  de  su  lengua sacaron un largo y necesitado gemido de Yoongi. El sabor de Taehyung era diferente a todo lo que había probado nunca. Sabía que si no tenía cuidado, podría fácilmente convertirse en adicto al sabor del hombre.             

 

Envolviendo sus labios alrededor de la cabeza de la polla de Taehyung, Yoongi comenzó a chupar. Se llenó de júbilo cuando Taehyung gruñó mientras tragaba al hombre hasta la parte posterior de la garganta. Podría no ser bueno en un montón de cosas, pero Yoongi sabía que era bueno en dar mamadas. No tenía reflejo  nauseoso,  gracias  a   su  genética   única.  Yoongi prácticamente podía desencajar la mandíbula.

 

—Chúpame, Yoongi —gruñó Taehyung—. Justo así.      

 

Yoongi era bueno en seguir instrucciones. Infiernos, era un jodido experto. Y recibir órdenes de un hombre como Taehyung sólo  le  daba  más  ganas  de  seguirlas.  Tenía  una  innegable necesidad de complacer a Taehyung, de darle lo que quisiera. Yoongi  volvió  a  tragar  saliva  y  entonces  comenzó  a bombear el duro eje de Taehyung desde la cabeza, hacia arriba y hacia abajo. Deseaba, necesitaba la semilla de su amante en la boca. Se agachó a su lado y comenzó a rodar las bolas de Taehyung en la palma de su mano.            

 

Suavemente masajeó los delicados sacos mientras movía su  lengua  por  la  rendija  de  la  polla  de  Taehyung  y  era recompensado con el endurecimiento del cuerpo del hombre.

 

Yoongi le acarició los rizos nervudos antes de lamer su camino hasta la polla completamente dura y chupar la cabeza hinchada  saboreando el  pre-semen  de  Taehyung.  A  medida  que tragaba, Yoongi  sintió una  mano en la  cabeza y miró hacia arriba para ver a Taehyung mirándole, sus ojos llenos de deseo.       

 

—Se siente tan bien, cariño —murmuró Taehyung.       

 

Alentado  por  la  alabanza  de  Taehyung,  Yoongi  chupó  más duro, moviendo la cabeza de arriba abajo. Chupó y tragó hasta que  con  un  fuerte  rugido,  la  liberación  de  Taehyung  inundó  su             

acogedora boca. Yoongi tragó todo lo que el magnífico hombre tenía  que  ofrecer  y  continuó  succionando  suavemente,  aún cuando Taehyung se suavizó, reacio a soltar la carne en su boca.        

Yoongi dejó lentamente caer de su boca la polla de su amante y sonrió hacia el saciado hombre.            

 Estaba duro y caliente y le dolía tanto que pensó que se lastimaría, pero la mirada de satisfacción en el rostro de Taehyung hizo que todo valiera la pena.              

 

—Quiero que te recuestes al lado del sofá, Yoongi.        

 

Yoongi tragó saliva mientras la lujuria caía sobre él como un tambor.    

 

—Sí señor.        

 

Oyó gemir a Taehyung cuando se puso en pie y se acercó al borde del sofá, colocándose él mismo sobre el brazo del sofá. Cuando  Taehyung  se  levantó  y  se  colocó  detrás  de  él,  Yoongi extendió sus piernas lo más lejos que pudo.    

 

—Sabía que tenías un buen culo cuando te vi en el bar, Yoongi —dijo Taehyung mientras acariciaba con la mano el culo de Yoongi—, pero no tenía ni idea de que eras así de perfecto.      

 

Yoongi  comenzó  a  temblar  cuando  oyó  el  chasquido suave de una tapa abriéndose. Un momento después sintió los resbaladizos dedos de Taehyung moverse entre las mejillas de su     

trasero. Se estremeció ante el frío lubricante, pero sabía que se iba a calentar muy pronto.       

Sintió una leve presión de la punta de los dedos de Taehyung contra  su  tembloroso agujero. 

 

Yoongi  se  quedó  sin  aliento cuando sintió el empuje  del  dedo de Taehyung en él. Se apretó

contra el borde del sofá cuando el anillo del apretado músculo se tensó con la invasión. Yoongi se empujó hacia abajo en el largo dedo de Taehyung, tratando de prepararse para más.            

 

Gimió cuando los dedos de  Taehyung se movieron entre  su culo, estirando su apertura forzando el ingreso de otro dígito.  

 

Taehyung presionó todo el camino de vuelta y empujó de nuevo, follando a Yoongi con sus dedos con cortos golpes. Yoongi casi no podía respirar por el placer que corría a través de su cuerpo a la velocidad de la luz mientras Taehyung le estiraba.        

 

—¿Te gusta eso Yoongi?             

 

—Síííí —susurró Yoongi.              

 

Le  encantaba  jodidamente.  Le  encantaría  más  si  Taehyung reemplazaba sus dedos por su polla. Había visto lo grande que era Taehyung y quería que esa polla monstruosa golpeara su culo   

hasta que no pudiera caminar en línea recta. La mano libre de Taehyung exploraba los huecos de la espalda de Yoongi, su tacto firme y diestro. Poco a poco, la mano de Taehyung se movió hacia abajo, rozando el costado del cuerpo de Yoongi  sobre  la  cadera,  donde  sus  dedos  se  clavaron profundamente.        

 

—Yo te voy a joder ahora Yoongi  —dijo Taehyung—. ¿Estás listo para mí?         

 

En lugar de responderle verbalmente, Yoongi arqueó las caderas y abrió los muslos más ampliamente, alentando a Taehyung para  que lo tomara. Gimió en voz alta  con el placer erótico cuando sintió la dura polla de Taehyung acariciando las mejillas de su trasero. Estaba más que listo para ser follado. Lo necesitaba más que cualquier cosa que alguna vez hubiera necesitado en           

su vida.

 

Yoongi era plenamente consciente de la dureza del muslo de Taehyung rozando el suyo. Era consciente de cada movimiento que hacía Taehyung. Con un gruñido profundo, Taehyung quitó los dedos del  culo  de  Yoongi  y  presionó  su  polla  contra  la  apretada entrada. La pasión golpeó la sangre a través del corazón de Yoongi,  su pecho  y  su  cabeza  cuando  Taehyung  lentamente  se hundió en él.             

 

Esto  no  fue  lento,  romántico  o  cariñoso.  Era  caliente, apasionado y salvaje. Taehyung  agarró las caderas de  Yoongi  y comenzó  a  pistonear  hacia  adelante  y  hacia  atrás  casi  al instante,  enterrando  completamente  su  polla  en  el  culo  de Yoongi una y otra vez. Un chorro de hambriento deseo corrió en espiral a través de Yoongi cuando sintió a Taehyung morder su cuello.

 

Sabía que iba a  tener un rastro de enrojecidas marcas estropeando su piel, pero en vez de enojarse con el simple acto de posesión, un profundo sentimiento de paz inundó a Yoongi.      

Quería las marcas de Taehyung en su cuerpo. Su cuerpo comenzó a vibrar con fuego líquido cuando la mano de Taehyung serpenteó entre sus cuerpos resbaladizos por el sudor y el esfuerzo y envolvió su polla bombeándola con fuerza.

 

Los ojos de  Yoongi  se  cruzaron, su cabeza  cayó y gritó el nombre  de  Taehyung  mientras  se  corría  duramente.  Su  semilla recubrió la mano de Taehyung y el sofá por debajo de él mientras su clímax sacudía su tonificado cuerpo.          

 

Taehyung aceleró sus movimientos. Se balanceó hacia delante y hacia atrás, profundo en el cuerpo de Yoongi.

 

Después de varios golpes duros y, frenéticos, Taehyung echó hacia atrás la cabeza y con un grito primitivo del nombre de Yoongi, su semilla inundó el aún tembloroso cuerpo de Yoongi.

 

El corazón de Yoongi se desbordó con amor y angustia cuando el cuerpo de Taehyung cayó sobre el suyo. Sabía en lo profundo de su alma que Taehyung no había sentido la misma conexión que él había sentido. Para Taehyung, era simplemente sexo. Para Yoongi, fue la alteración de su mundo entero.

 

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