Taehyung estaba intrigado por su nuevo donante de sangre. Había bebido suficiente sangre de Yoongi para tener de regreso su sentido del olfato hasta cierto punto, y lo que olía hacía que su polla amenazara con endurecerse. Yoongi olía a sexo, a hombre y a sangre rica e intensa. Olía como el cielo.
Que Yoongi pareciera tener suficiente valor, o falta de
sentido común, para hacer frente a Jimin era un hecho asombroso. Jimin era uno
de los guerreros más feroces que Taehyung conocía. No muchos eran lo
suficientemente valientes para enfrentarse a él. Taehyung incluso dudó en
hacerlo en alguna ocasión.
Esta no era una de ellas.
—Dile, Jimin
—demandó Taehyung, volviendo a hablar en silencio. No quería perder la fuerza
que había obtenido al beber de Yoongi. Eso podría significar renunciar a la
capacidad de oler de nuevo, y Taehyung no podía hacer eso, no ahora que había
olido a Yoongi.
Se habría bañado en el olor de Yoongi si pudiera encontrar
la manera de hacerlo.
Jimin dejó escapar un profundo suspiro y luego cruzó la
habitación para coger una silla. La llevó de nuevo al lado de la cama y se
sentó.
—Bien podrías sentarte para esto —dijo al tiempo que hacía
un gesto hacia la cama—. No es una explicación breve.
Taehyung se emocionó cuando Yoongi se acercó y se subió a la
cama junto a él como si lo hubiese hecho miles de veces antes. Había algo
tranquilizador en tener a Yoongi a su lado. Taehyung de pronto recordó tener la
misma sensación la noche anterior, y su resolución de hablar con Jimin al
respecto, pero cuando Jimin comenzó a hablar, se dio cuenta de que la
conversación tendría que esperar para otro momento. Era más importante que Jimin
le explicara todo a Yoongi para que Taehyung no lo perdiera.
—Tú eres
un donante de sangre contratado, Yoongi. Esto significa que por la duración de
tu contrato, perteneces a Taehyung. Como donante de sangre exclusivo, hay
reglas que debes seguir. En caso de no hacerlo será una vergüenza para Taehyung.
Un ceño fruncido cubrió el rostro de Yoongi.
—Chicos ustedes realmente están en toda esta cosa de
etiquetar, ¿no?
—Tenemos
que hacerlo, Yoongi —dijo Jimin—. Los vampiros siempre están al borde de la
violencia. Hemos visto lo que puede ocurrir cuando perdemos el control. Y
créeme, no es bonito. Para que podamos mantener el control, tenemos reglas que
debemos seguir. Estas reglas incluyen cómo los donantes de sangre son tratados.
—Sigue.
—Trae la
caja —dijo Taehyung en silencio.
Jimin suspiró de nuevo, una clara indicación de que no era
feliz, pero se puso de pie y caminó por la habitación hacia un armario de
madera ornamentada contra la pared del fondo. Lo abrió y sacó una pequeña caja
de plata que había sido colocada allí hace años. Jimin cerró la puerta y llevó
la caja de nuevo a la cama, poniéndola al lado de Taehyung.
—Necesito
sentarme —le dijo Taehyung a Jimin. Odiaba tener que pedir asistencia, pero
sabía que si no lo hacía podría agotarse. Él ya estaba empezando a sentirse
débil otra vez. Sabía que necesitaba más sangre, pero quería que esta cosa con Yoongi
terminara antes de tomar más. Yoongi tenía que saber todo.
Una vez que estuvo sentado en las almohadas, Taehyung cogió
la caja. Rápidamente notó que sus manos estaban temblando. Las cerró en un puño
apretado entonces las abrió de nuevo, frunciendo el ceño cuando el temblor no
se detuvo.
—Aquí,
déjame —dijo Yoongi mientras cogía la caja.
La recogió y la puso en el regazo de Taehyung.
Taehyung le envió a Yoongi una sonrisa de agradecimiento. Se
sorprendió cuando sus sentimientos de impotencia no salieron a la superficie
cuando Yoongi le ayudó. Ellos rugían en torno a él cuando tenía que pedírselo a
alguien más. Eso era sólo otra cosa que tendría que averiguar más tarde. Por
ahora, se guardó parte de la información y se inclinó para abrir la caja.
Arqueó una ceja cuando Yoongi silbó por lo bajo.
—¿Te gusta? —Echó un vistazo a Jimin luego asintió con la
cabeza en dirección a Yoongi, lo que indica que él quería que Jimin
transmitiera sus palabras al hombre junto a él.
Jimin resopló mientras miraba a través de Yoongi.
—Él quiere saber si te gusta.
—¿A mí?
—Sí, a
ti —se quejó Jimin—. Es tuyo.
La boca Yoongi cayó
abierta. Taehyung sonrió y extendió la mano, colocando un dedo bajo la barbilla
de Yoongi, a continuación cerró su boca. Yoongi se deslizó hacia atrás, su
rostro se sonrojó. Taehyung pensó que era un aspecto adorable para el hombre.
Taehyung metió la mano en la caja de plata y sacó el collar
de cuero negro incrustado con gemas. Se lo ofreció a Yoongi.
—Jimin tiene razón es tuyo. Es tuyo. —Miró a Jimin—. Díselo.
—Taehyung
dice que es tuyo —dijo Jimin.
—Es
hermoso —susurró Yoongi.
Taehyung sonrió ante el asombro en la voz de Yoongi cuando
tentativamente llegó a tocar el collar. Sabía que era una obra de joyería
impresionante. Lo había querido así cuando lo encargó hace muchos años atrás.
Era para adornar el cuello de su donante personal, una posición que esperaba
que Yoongi aceptara ya.
El collar en sí mismo estaba hecho del más suave y fino
cuero negro. Montado en el cuero, en perfecta simetría había cuatro piedras
preciosas —un rubí rojo natural, un diamante de cristal claro, una esmeralda de
color verde oscuro, y un zafiro azul. El emblema personal de Taehyung, una
lágrima de sangre rojo que goteaba de la esquina de una media luna, estaba
grabada en oro entre cada joya.
—En los
círculos de vampiros, es de pésimo mal gusto que un vampiro beba de alguien que
tiene un contrato de exclusividad con otro vampiro. Para asegurarse de que eso
no ocurra, porque puede comenzar guerras entre los aquelarres, los donantes
llevan collares exclusivos que los designan como tomados. —Jimin hizo un gesto
con la mano al collar que sostenía Taehyung—. Ese es el collar que Taehyung ha
hecho para ti.
Las cejas de Yoongi se alzaron bruscamente.
—¿Él ha hecho esto por mí?
—Bueno,
no para ti particularmente. —Jimin se rio—. Lo había hecho para su donante de
sangre. En este caso, ese serías tú.
Taehyung frunció el ceño cuando algo del asombro cayó de la
cara de Yoongi y retiró la mano.
—Es suyo —gruñó Taehyung en silencio—. Díselo. Es suyo y
sólo suyo. Nadie nunca lo ha llevado puesto antes de él.
Jimin suspiró profundamente mientras rodaba los ojos. Taehyung
iba a golpear a Jimin justo en la boca a la primera oportunidad que tuviera.
—Taehyung dice que nadie se ha puesto el collar antes de ti.
Es tuyo y sólo tuyo.
—¿En
serio? —susurró Yoongi.
Taehyung asintió con la cabeza cuando Yoongi se asomó a
través de la caída de su flequillo rubio dorado. Le tendió el collar e hizo un
gesto hacia el cuello de Yoongi.
—Pregúntale si lo acepta.
—¿En
serio, Taehyung? —espetó Jimin de nuevo en silencio—. Sólo pon la maldita cosa
sobre él. Él ya ha firmado el contrato.
—¡Hazlo!
—Bien. —Jimin
se repantigó en su silla y cruzó los brazos sobre el pecho mientras fulminaba
con la mirada a Yoongi—. Taehyung quiere saber si lo aceptas.
—¿Tengo
otra opción? —preguntó Yoongi.
—Aparentemente —se quejó Jimin.
Taehyung disparó a Jimin una breve mirada. Tendría que
hablar con su amigo sobre sus modales una vez que estuviese recuperado. A Jimin
no le gustaban mucho los humanos, y Taehyung sabía que tenía buenas razones
para no hacerlo. Jimin había experimentado algunas cosas bastante horribles a
manos de los humanos.
Pero Yoongi era diferente. Taehyung lo sabía en el fondo de
su alma. Yoongi no los perseguiría hasta su casa o la quemaría hasta los
cimientos. Él no trataría de enterrarles una estaca en sus corazones o
entregarlos a las personas que cazaban a su especie. Yoongi no los
traicionaría.
Taehyung apartó la mirada de la de Jimin cuando sintió los
dedos de Yoongi tocar su muñeca. Levantó el collar, pidiendo con su gesto si Yoongi
aceptaría el artículo de él. Se sentía mejor viniendo de él, incluso si se
trataba de una comunicación silenciosa.
Yoongi se quedó mirando el collar por un momento y luego
miró a Taehyung. Se quedó durante tanto tiempo mirándolo que Taehyung comenzó a
perder la esperanza de que Yoongi llevara el collar. Desvió la mirada, no
queriendo que Yoongi viera la necesidad en sus ojos, y empezaba a colocar el
collar en la caja cuando sintió nuevamente la mano de Yoongi en su muñeca.
—Lo
acepto —susurró Yoongi.
El alivio inundó a Taehyung, y algo que pensó que podría ser
felicidad, pero no estaba seguro. Era otra emoción a la que no estaba
acostumbrado. Ninguna de las emociones con las que había estado lidiando desde
que conoció a Yoongi eran con las que estaba acostumbrado. Y todas ellas lo
confundían a muerte.
Cuando Yoongi se
acercó y luego inclinó la cabeza hacia atrás, Taehyung alzó el collar y lo
envolvió alrededor de la garganta de Yoongi. Las manos le temblaban tanto que
le tomó un momento poder cerrar el cierre y sellarlo.
Rápidamente se pinchó el dedo y dejó que un par de gotas de
su sangre cayera sobre el pasador del cierre. Esto no impedía que el collar
fuera removido, pero advertiría a los demás de que Yoongi le pertenecía a él y,
con suerte, los mantendría alejados.
Yoongi ahora le pertenecía, y Taehyung lucharía con todo lo
que tenía para mantener al hombre a su lado. Había algo más en Yoongi que sólo
su posición como donante de sangre. Taehyung no sabía qué era ese algo, pero
sabía que Yoongi era especial.
—Tengo
una pregunta —Yoongi dijo de repente.
Taehyung arqueó una ceja.
—Si
estoy usando un collar, ¿cómo te alimentarás? — preguntó Yoongi—. Quiero decir,
anoche bebiste de mi cuello. ¿El collar significa que beberás de algún otro
lugar?
Taehyung sonrió. Él podía pensar en un montón de lugares
donde podía beber del cuerpo de Yoongi, pero el cuello era la más conveniente.
Alargó la mano y deslizó el collar hacia arriba en el cuello de Yoongi y luego
tiró de él para acercarlo, desnudando los colmillos cuando se disponía a
hundirlos en la suave carne de Yoongi.
—¡Espera!
—Yoongi dijo de pronto, deteniendo a Taehyung.
Taehyung se inclinó hacia atrás para mirar a Yoongi. ¿El
hombre lo estaba rechazando ahora? ¿Yoongi quería que bebiera de algún otro
lugar? ¿Quería que lo pusiera en trance? Tantas preguntas fluían a través de la
mente de Taehyung, que no sabía cuál abordar en primer lugar.
—¿Tenemos
que hacer esto con Jimin en la habitación? —Yoongi le susurró en voz tan baja
que Taehyung casi no le oyó.
Taehyung parpadeó por un momento mientras miraba los ojos
marrón suave de Yoongi.
—Jimin, déjanos.
—¿Qué?
—espetó Jimin.
Taehyung miró a su amigo.
—Danos unos minutos.
—¿Por
qué?
—Jimin,
no discutas conmigo —respondió Taehyung en silencio—. Sólo danos unos minutos.
Jimin resopló con fuerza pero se levantó y salió de la
habitación. Taehyung rodó los ojos cuando la puerta se cerró de golpe detrás de
Jimin. Él realmente iba a tener que hablar con ese hombre acerca de su actitud.
—¿Cómo
se supone que vamos a hacer esto? — preguntó Yoongi cuando Taehyung lo volvió a
mirar.
Taehyung cuidadosamente arrastró sus dedos sobre el pulso
que latía en la garganta de Yoongi, después sobre las venas de la muñeca. Sabía
qué prefería él, pero quería que Yoongi eligiera. Cuando Yoongi Inclinó la
cabeza, Taehyung casi saltó de alegría. Probablemente lo habría hecho si
tuviera la energía.
Taehyung hizo un gesto a su regazo. Yoongi le alzó una ceja.
Taehyung sonrió y asintió. Yoongi sacudió la cabeza como si pensara que Taehyung
estaba loco luego subió sobre él, a horcajadas sobre sus caderas.
Una vez que Yoongi se
inclinó sobre él, Taehyung envolvió su mano alrededor de la nuca de Yoongi y lo
atrajo más cerca. El fuerte olor masculino que era únicamente de Yoongi giró en
torno a él mientras acariciaba con su cara la suave piel debajo de la oreja
derecha de Yoongi. Sonrió cuando Yoongi se estremeció, luego raspó con sus
colmillos a través de la piel de Yoongi.
—¿Quieres
que te ponga en trance, Yoongi? —susurró.
—No.
Taehyung tomó la palabra de Yoongi y hundió sus colmillos
profundamente en la garganta del hombre. La caliente y dulce sangre fluyó en su
boca, extrayendo un profundo gemido de satisfacción de él. Esa extraña
sensación de paz y dicha que había sentido antes volvió con prisa cuando cada
célula de su cuerpo se llenó de la sangre pura de Yoongi.
Taehyung era más consciente de lo que estaba haciendo esta
vez y trató de no tomar demasiada sangre de Yoongi, pero el hombre sencillamente
sabía demasiado bien. Poder parecía fluir a través de cada nervio de su cuerpo,
devolviéndolo a la vida y dándole fuerza que no había sentido en mucho tiempo. Taehyung
quería más.
Frunció el ceño y se detuvo cuando sintió a Yoongi moverse
contra él. Por un momento, Taehyung pensó que Yoongi estaba luchando contra él.
Nunca tomaría de Yoongi, si eso no era lo que el hombre quería. A pesar de
todos sus años de tomar sangre de un donante, con Yoongi, sólo se sentía mal.
Y entonces oyó gemir a Yoongi.
El corazón de Taehyung
comenzó a golpear más rápido cuando sintió algo duro presionar contra su
abdomen. Él empezó a chupar de nuevo, arrastrando más sangre a su sistema. Al
mismo tiempo, Taehyung acarició con su mano libre el costado de la cadera de Yoongi.
Tiró de Yoongi, animándole a seguir moviéndose.
Los ojos de Taehyung se abrieron como platos cuando Yoongi
gimió aún más fuerte y empezó a corcovear con fuerza suficiente para que Taehyung
temiera que sus colmillos salieran desgarrando la garganta de Yoongi.
Rápidamente extrajo los colmillos y lamió limpiando la herida de la mordedura.
Taehyung se inclinó hacia atrás y levantó la vista justo a
tiempo para ver el éxtasis transformar la cara de Yoongi en algo digno de ver.
Su aliento quedó atrapado en su garganta ante la vista. Taehyung no podía
recordar haber visto nunca nada tan asombroso como Yoongi en la agonía de la
pasión.
La cara de Yoongi se sonrojó cuando por fin dejó de moverse
y abrió los ojos para mirar hacia abajo a Taehyung. Sus ojos bajaron
rápidamente, y trató de alejarse. Taehyung cogió a Yoongi, envolviendo sus
brazos alrededor del hombre para mantenerlo en su lugar.
—Gracias,
Yoongi —dijo él, algo sorprendido por la claridad con la que su voz sonaba.
Yoongi debió haberse sorprendido, también, porque de repente
levantó la vista y sonrió.
—Puedes hablar.
—Puedo,
por ahora —respondió Taehyung—. Voy a necesitar varias infusiones más de tu
sangre antes de que esté de vuelta a mi antiguo yo.
—Cu… —los ojos de Yoongi se alejaron
bruscamente mientras se aclaraba la garganta—. ¿Cuán a menudo necesitas
alimentarte?
—Por lo
menos dos veces al día si crees que puedes manejarlo. —Taehyung se echó a reír
cuando la cara de Yoongi se sonrojó de nuevo. Alzó la mano y apartó hacia atrás
el cabello rubio de la cara de Yoongi—. Es una respuesta interesante la que
tienes a la mordedura de un vampiro. No muchas personas reaccionan de la forma
en la que tú lo haces.
—Sí,
bueno... —Yoongi volvió la cara.
—No es
nada de qué avergonzarse, Yoongi.
Los ojos de Yoongi cayeron a la entrepierna de Taehyung
cubierta por la sábana.
—Tú no…
—Dudo
que algo pudiera conseguir excitarme justo ahora, Yoongi. No tengo suficiente
sangre pura en mi sistema. Si se reuniera en mi ingle, probablemente me
desmayaría.
—Oh.
—Los ojos de Yoongi se apartaron de nuevo.
—¿Te
molesta que disfrutes ser mordido? —En lo personal, Taehyung estaba encantado
con la reacción de Yoongi. Haría más fácil su tiempo juntos para ambos.
Yoongi se encogió de hombros, evitando la intensa mirada de Taehyung.
—En realidad no he tenido tiempo de pensar en ello.
—Todo esto ha ocurrido
demasiado rápido para
ti, ¿no?
Yoongi se encogió de hombros otra vez.
Taehyung pudo ver que
Yoongi no quería hablar de ello, y él no quería obligarlo. Con el tiempo
obtendría sus respuestas. Siempre lo hacía. Pero por ahora, podía esperar. Taehyung
le dio unas palmaditas en el muslo a Yoongi.
—¿Por
qué no vas a tomar una ducha mientras pido algo de comida para ti? Necesitas
mantener tu sistema hidratado tanto como puedas o podrías enfermarte.
Casi protestó cuando Yoongi rodó por un lado de la cama y se
levantó. Sólo presionando sus labios con fuerza fue capaz de detenerse a sí
mismo de decirle a Yoongi que volviera a la cama con él. Le gustaba Yoongi
justo donde estaba.
—Uh...
—Los ojos de Yoongi corrieron por la habitación—. ¿Tienes algo que pueda usar?
No tengo ninguna de mis cosas aquí.
Eso era algo que Taehyung podría abastecer con impaciencia a
Yoongi. Le gustaba la idea de que el hombre vistiera su ropa. Taehyung señaló
una puerta en el otro extremo de la habitación.
—Debe haber algo en uno de los armarios en mi camerino. Toma
lo que quieras.
La sonrisa de Yoongi lucía indecisa, pero estaba allí. Taehyung
le devolvió la sonrisa y luego observó a Yoongi entrar en su camerino. Suspiró
profundamente, sintiéndose mejor y más relajado de lo que lo había hecho en
meses. Él no estaba en las mejores condiciones aún, pero estaba en camino,
gracias a la sangre de Yoongi.
Taehyung seguía sonriendo cuando él cogió el teléfono y
marcó el número de la cocina. Pidió un gran desayuno para Yoongi, sus
vitaminas, y una jarra grande de jugo de naranja. Y ordenó que llevaran todo a
su habitación. Quería pasar más tiempo con Yoongi y conocer a su nuevo donante
de sangre.
Yoongi aún estaba en la ducha veinte minutos más tarde,
cuando hubo un suave golpe en la puerta del dormitorio. Taehyung se aseguró que
el cubrecama estuviera tapándolo y luego tranquilamente cruzó las manos sobre
el pecho.
—Adelante.
La puerta se abrió, y Jimin entró con un carrito de servicio
con ruedas cubierto de platos con cúpulas. Cerró la puerta y entonces miró a Taehyung.
—¿Dónde
quieres esto? —preguntó mientras hacía un gesto con la mano hacia el carro.
—Ponlo
en la mesa junto a la ventana. Yoongi disfrutará del sol.
Jimin resopló mientras rodaba el carrito de servicio a la
mesa junto a la ventana. Taehyung arqueó una ceja cuando Jimin comenzó a
murmurar en voz baja.
—¿Hay
algún problema, Jimin?
—¿Qué
estás haciendo con este hombre, Taehyung? — espetó Jimin cuando se dio la
vuelta para mirarlo.
—Tomar
el desayuno. —Taehyung estaba un poco confundido por la animosidad que podía
sentir emanar de su amigo. Sabía que Jimin tenía problemas con los humanos,
pero Yoongi era diferente. Taehyung lo sabía.
—Deberías
enviarlo de vuelta a su habitación, Taehyung. Él te ha dado la sangre que
necesitas, pero ahora necesitas descansar.
Taehyung frunció el
ceño. Tal vez Jimin estaba preocupado por su salud y por eso es que estaba
siendo tan hostil.
—Estoy bien, Jimin. De hecho, me siento mejor de lo que me
he sentido en mucho tiempo. —Taehyung rápidamente levantó la mano cuando Jimin
comenzó a hablar—. Te prometo que ni siquiera me levantaré de la cama. Me
sentaré justo aquí.
—No me
gusta, Taehyung.
Taehyung frunció el ceño.
—No recuerdo haber pedido tu opinión.
—¡Taehyung!
—espetó Jimin.
—¡Jimin!
—espetó Taehyung en respuesta.
—Él es
un humano, Taehyung.
Taehyung ladeó un poco la cabeza.
—Soy plenamente consciente de eso, Jimin.
—¡Entonces
empieza a tratarlo como tal!
—Si no
puedes hacer frente a que Yoongi esté aquí conmigo, entonces vete. —Los ojos de
Taehyung se entrecerraron mientras miraba a su confidente y viejo amigo. Yoongi
no debería ser culpado por lo que otros habían hecho a Jimin en el pasado.
—Está
bien, pero no creas que me voy a hacer amigo de él sólo porque sabe bien. —Jimin
empujó el carrito hacia la mesa y luego salió de la habitación—. Él es un
maldito humano. Te estacará en el corazón a la primera oportunidad que tenga.
Taehyung suspiró. Si él no conseguía que Jimin y Yoongi
encontraran un interés en común para por lo menos ser cordiales entre sí, su
hogar iba a tener un ambiente hostil. Y por mucho que le importaba Jimin, el
hombre necesita darle una oportunidad a Yoongi. La pregunta era, ¿cómo podía
conseguir que alguien que detestaba a los humanos le agradara uno?
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