Yoongi no quería examinar la satisfacción que sintió cuando se dio cuenta de que Jungkook estaba verde de celos. Había una profunda parte de él que estaba saltando de alegría por este conocimiento. Aún estaba conmocionado por el hecho de que no sólo había reclamado a Jungkook como su compañero sino del hecho de que Taehyung era un vampiro.
El Príncipe Hoseok podría no ser alguien que Yoongi alguna
vez hubiese visto antes, pero era un buen amigo del Príncipe Zacarius. Yoongi
había oído a Wondin hablar sobre el hombre. Si su hermano confiaba en el
príncipe, entonces Yoongi sabía que también podía, lo que significaba que el
Príncipe Hoseok estaba diciendo la verdad acerca de Taehyung.
Taehyung era un vampiro.
Hablando de una sorpresa… Yoongi no había visto eso venir.
Cómo había sucedido y cómo Yoongi, y casi todos los demás,
no lo lograron ver, Yoongi nunca lo sabría. Había un cierto olor que despedían
los vampiros, pero Taehyung nunca lo hizo. Siempre olía a vino tinto dulce y
fresas.
Yoongi se frotó las manos por la cara y luego se echó hacia
atrás en su silla, una vez más, entrelazando sus dedos con los de Jungkook.
Necesitaba la conexión con su compañero
en este momento, sin importarle lo que pudiera parecerle a
nadie más.
—Príncipe,
mencionaste algo acerca de que Taehyung tiene una conexión con tu pareja.
¿Puedes explicar eso?
—Como he
dicho, después de que Taehyung fue traído a nosotros, Jimin y yo olimos su
genética vampiro, y ambos reconocimos lo familiar que era para nosotros. Yo
solicité una muestra de la sangre de Taehyung, la cual él me dio.
—¿Y? —Yoongi
lo animó cuando el príncipe dejó de hablar.
—Y,
después de probar su sangre, Jimin y yo coincidimos en que Taehyung es hermano
de Jimin.
—¿Qué? —Jungkook
gritó cuando se tiró hacia adelante en su asiento, parpadeando rápidamente al
príncipe.
Yoongi concordaba con el asombro de su compañero.
— Yo tenía entendido por el Príncipe Zacarius y Wondin que
su compañero era un humano antes de ser convertido. Si está diciendo que Taehyung
es un vampiro, entonces, ¿cómo pueden estar emparentados?
—Jimin
parece creer que tienen el mismo padre — respondió el príncipe, luciendo aún
más sombrío—. Dice que a su madre nunca se le ocurriría serle infiel a su
marido, pero que su padre haría cualquier cosa para conseguir lo que quiere,
incluyendo sembrar su semilla por todo el campo.
—Suena
como un real idiota —se quejó Jungkook mientras se dejaba caer de nuevo en su
silla.
—Me
vendió a Jimin, sin decirle a Jimin nada al respecto. Le mintió a Jimin y le
dijo que estaba tratando de encontrar un donante de sangre para su hermano Taemin,
a quien en realidad vendió como esclavo de sangre a otro aquelarre. Jimin no
sabía nada acerca de los vampiros hasta que llegó aquí.
—¡Espera!
¡Espera! —Jungkook miró al príncipe—. ¿Compraste a tu pareja?
—No,
pero supongo que de mis palabras podría parecer así. En realidad estaba
tratando de establecer un contrato con un donante de sangre voluntario.
Desconocía que Jimin no sabía en lo que se estaba metiendo hasta que él llegó.
Afortunadamente, hemos sido capaces de darnos cuenta de que éramos compañeros,
y renunciamos completamente al contrato juntos.
—¿Y qué
le pasó a su hermano? —preguntó Jungkook.
—El
Príncipe Zacarius fue capaz de localizar a Taemin. Yo lo compré. —El príncipe
levantó la mano cuando Jungkook comenzó a discutir—. Antes de que te enojes,
por favor, entiende que fue la forma más rápida de sacar a Taemin de la
situación en la que estaba. Estaba siendo utilizado como donante de sangre en
contra de su voluntad. Yo podría haber tratado de negociar con el aquelarre que
era su dueño, pero podría haber llevado meses. Taemin necesitaba ser rescatado
de inmediato. Comprarlo parecía la forma más fácil de conseguir llevarlo a
casa.
—¿Sigue
siendo un donante de sangre?
—No, por
supuesto que no. Una vez que Taemin llegó, se le dio su libertad para hacer lo
que quisiera.
Jungkook frunció el ceño, mirando hacia abajo a sus manos.
—¿Cómo está ahora?
Hoseok suspiró.
—Traumatizado. Se niega a salir de su habitación y sólo le
permite a Jimin verlo. Él no quiere tener nada que ver con nadie de mi
aquelarre.
—¿Puedes
culparlo? —Jungkook soltó un bufido.
—No,
pero creo que eventualmente causará problemas. Sospecho que Taemin es el
compañero de mi segundo al mando, Sully. El hombre no ha sido el mismo desde
que rescató a Taemin. Él se pasea fuera de la habitación de Taemin, y cuando no
se está paseando, va a misiones, una más peligrosa que la anterior. Temo por su
salud mental.
Yoongi sabía exactamente cómo se sentía Sully. Antes de la
noche anterior cuando reclamó a Jungkook como su compañero, había sido cada vez
más descuidado con sus acciones, buscando situaciones cada vez más peligrosas.
Ahora, su único objetivo era mantener a su compañero seguro. Nada más
importaba.
Excepto su otro compañero.
—¿Podemos
ver a Taehyung ahora?
—Sí, por
supuesto —dijo el príncipe mientras se levantaba y empujó su silla hacia
adentro—. Me disculpo por mantenerlos apartados de él durante tanto tiempo.
Estoy seguro de que pueden entender por qué tenía que hacer estas preguntas.
—Nosotros
entendemos —dijo Yoongi mientras también se ponía de pie y luego esperó a que Jungkook
se levantara antes de poner la mano en medio de la espalda baja de Jungkook—.
Pero para que lo sepas, Taehyung es nuestra pareja.
Las cejas del príncipe se elevaron de golpe.
—Bueno, supongo que eso nos convierte en parientes
políticos.
—Todavía no entiendo cómo Jimin podría
ser hermano de Taehyung si él era humano antes de ser convertido. ¿No eran sus
dos padres humanos?
—Antes
de que Taehyung llegara, yo habría dicho que sí, aunque sospechaba tras
reunirme con Lowell Erickson que él era el engendro de Satanás. Ahora, no estoy
tan seguro.
El príncipe hizo una mueca, un gesto que Yoongi estaba
empezando a reconocer cuando el hombre estaba pensando en algo que quería decir
que a Yoongi no le iba a gustar.
—Fui a
Lowell Erickson para encontrar un donante de sangre porque él sabía sobre los
vampiros. Sin embargo, nunca se me ocurrió preguntar cómo sabía de ellos. En
ese momento, yo estaba demasiado preocupado por encontrar un donante de sangre.
—¿Por
qué?
—Estaba
enfermo, algo que le sucede a los vampiros de mi avanzada edad. Tenía demasiada
sangre contaminada en mi sistema, y lentamente me estaba muriendo. Necesitaba
una fuente de sangre pura. Jimin resultó ser esa fuente, y por eso firmé un
contrato con él para ser mi donante de sangre.
Jungkook frunció el ceño mientras miraba hacia el príncipe.
—Pensé que los vampiros eran inmortales.
—No. —Hoseok
se rio entre dientes—. Sólo somos muy difíciles de matar.
Yoongi reflexionó sobre eso mientras seguía al príncipe
saliendo de su estudio y por las escaleras hasta el segundo piso. Si lo que el
príncipe dijo era cierto, y sospechaba que lo era, entonces Taehyung también
sería muy difícil de matar. Eso podría funcionar a su favor, y en el favor de Yoongi
también.
Yoongi sabía que ya
era demasiado tarde para detener que su pasado viniera detrás de él y de sus
compañeros. El proceso ya había comenzado, y no había nada que Yoongi pudiera
hacer para detenerlo. Pero si Taehyung era más difícil de matar, si él
realmente era un vampiro, eso haría las cosas un poco más fácil.
Por supuesto, si Yoongi no reclamaba a Taehyung, eso también
podría mantenerlo más seguro. Yoongi sencillamente no creía que ni Taehyung o Jungkook
irían por esa idea ahora que había reclamado a Jungkook, y él no estaba
dispuesto a dejar a ninguno de los dos hombres sin protección.
Yoongi y Jungkook siguieron detrás del príncipe. Escondió la
sonrisa cuando la cabeza de Jungkook empezó a moverse de un lado a otro,
mirando a todo y a todos, mientras caminaban a la sala en que mantenían a Taehyung,
Yoongi tuvo que admitir que el lugar estaba engalanado. Al príncipe
definitivamente le gustaban sus comodidades, y se notaba. Mientras caminaban
por el largo pasillo, Yoongi podía ver la forma en que Jungkook caminaba
evitando los caros jarrones y algunas sillas de aspecto extraño que parecían
sillas de estudio extremadamente elegantes. Esas en las que los directores se
sientan cuando gritan “corten”.
—Veo que
estás mirando a mi silla Savonarola —dijo el príncipe mientras doblaban una
esquina, dirigiéndose por otro pasillo. ¿Qué tan grande es este lugar? Desde el
exterior, parecía enorme, pero por dentro, parecía un maldito laberinto.
—¿Tu
qué? —Jungkook le preguntó mientras le daba un gran rodeo a una mesa que sostenía
algo que parecía muy frágil. Yoongi estaba empezando a saber lo que Jungkook
estaba sintiendo. Se sentía como un niño en una vidriería. Se mantuvo en medio
del pasillo, con Jungkook cerca a su lado.
—Es una
silla curul del siglo XVI o silla Savonarola.
—No
parece ser muy cómoda —le susurró Jungkook a Yoongi.
—Te lo
aseguro, es muy cómoda, pero no es fácil sentarse en ella considerando que es
más pequeña de en lo que estoy acostumbrado a sentarme.
Yoongi tendría que recordarle a su compañero que no sólo los
cambiaformas tienen un oído excelente, sino que los vampiros también lo tenían.
Tal vez debería hacérselo saber a su compañero más temprano que tarde. No se
sabía lo que iba a salir de la boca de Jungkook, y Yoongi no estaba tratando de
ofender al príncipe.
Eso sería malo.
Jungkook sentía que se estaba mordiendo las uñas en el
momento en que el príncipe se detuvo delante de una gran puerta de madera y
luego levantó la mano para llamar.
—¿Está
ahí? —preguntó Jungkook.
—Lo
está.
Jungkook apartó su mano de la de Yoongi y abrió la puerta,
entrando de inmediato. Él no tenía que tocar. Taehyung era suyo, y joder, iba a
reunirse con su amante y llevarlo a casa. Se detuvo en seco cuando vio a Taehyung
hablando con otro hombre. Y el hombre estaba sentado cómodamente en la cama con
su amante.
—¿Qué
demonios está pasando aquí? —Jungkook gritó, dirigiéndose directamente a la
cama. Él iba a enseñarle al desconocido un par de cosas por tratar de robar a
su amante. Todo lo que Jungkook vio fue rojo cuando entrevió la mirada de
sorpresa en el rostro de Taehyung. Su maldito corazón se sentía como si
estuviera siendo arrancado de su pecho, pero él simplemente no iba a marcharse.
—¡Jungkook,
no! —Taehyung gritó mientras saltaba. Pero antes de que Jungkook pudiera poner
sus manos en el coqueteo tipo, o peor aún, en su compañero, Yoongi lo agarró
por la cintura y lo arrastró levantándolo del suelo.
—¡Suéltame!
—¡No es
lo que parece! —Taehyung gritó—. Él dice que es mi hermano.
Jungkook se quedó quieto. Maldita sea, ¿no se sentía como
siete clases de estúpidos? Un pensamiento de repente golpeó a Jungkook, e hizo
una mueca mientras miraba alrededor de Yoongi para ver al príncipe de pie con
una mirada asesina en sus ojos.
«Mierda». Este debía ser el compañero del príncipe.
—Yo...
eh... ¿lo siento? —Se encogió de nuevo cuando oyó un bajo gruñido vibrando en
el pecho del príncipe. Esa no era una buena señal.
—Él no
lo sabía —dijo Taehyung mientras se apartaba de la cama y se acercaba al
príncipe—. Juro que Jungkook no lo sabía.
Jungkook observó cómo los rasgos del príncipe se relajaban
ligeramente, y luego bajó la cabeza hacia Taehyung.
— Voy a dejar pasarlo por esta única vez… debido a su error.
«Joder, gracias».
Jungkook no estaba tan ansioso por conseguir su garganta
desgarrada. Jimin se deslizó de la cama y se acercó al príncipe, mirándolo
fijamente a los ojos. Jungkook había visto esa mirada antes. Él la había usado
con Taehyung. Los dos se estaban comunicando en silencio. Sólo esperaba que no
estuvieran hablando de su desaparición.
—¿Qué
están haciendo aquí?
La cabeza de Jungkook se giró de golpe de nuevo hacia Taehyung.
¿En serio? ¿Él quería saber lo que estaban haciendo allí?
—Me dejaste —Jungkook chirrió a través de sus dientes
apretados. ¿Había algo más que decir?
—Jungkook…
—Taehyung mordisqueó su labio inferior y luego miró hacia abajo a sus manos
como si fueran el descubrimiento más importante en siglos—. Tú no lo entiendes.
—No, no
lo hago —espetó Jungkook—. Pensé que me amabas.
La cabeza de Taehyung subió rápidamente.
—Te amo.
—Entonces,
¿por qué me dejaste?
—Tuve
que hacerlo, Jungkook. Yo quería que tú... —Los labios de Taehyung se apretaron
mientras miraba más allá de Jungkook. Parecía nervioso, hasta el punto en que
retorcía los dedos juntos hasta que se volvieron blancos.
Jungkook sabía que Taehyung estaba mirando a Yoongi por la
forma en que sus ojos seguían apartándose y luego volviendo a mirar más allá de
Jungkook. Simplemente no podía entender por qué. ¿Qué tenía que ver Yoongi con
que Taehyung se fuera?
—¿Tú
querías qué, Taehyung? —Jungkook preguntó en voz baja.
—Yo
quería —Taehyung pasó la lengua por los labios—, quería que fueras feliz.
—Yo era
feliz, Taehyung, contigo.
—¡Pero
tú no estabas seguro!
Los ojos de Jungkook se salieron de sus órbitas cuando la
comprensión de los motivos de Taehyung de repente lo golpeó.
— ¿Te fuiste para que Yoongi y yo nos pudiéramos acoplar?
Taehyung al menos tuvo la decencia de sonrojarse y apartar
la mirada. Pero Jungkook sabía que tenía razón en la conclusión a la que había
llegado. Su amante, el hombre por el que había sacrificado tanto, le había
dejado para que Yoongi finalmente lo reclamara.
Jungkook no sabía si sentirse molesto porque Taehyung lo
había dejado en primer lugar, o agradecido de que a su amante le había
importado lo suficiente como para tratar de poner la felicidad de Jungkook por
delante de la suya. Estaba abrumado por ambas emociones. Pero a Jungkook le
cabreaba saber que Taehyung podría abandonarlo tan fácilmente.
—Bueno,
entonces obtuviste lo que querías —dijo Jungkook, observando cuidadosamente su
reacciones en el rostro de Taehyung. Sabía que Taehyung quería a Yoongi tanto
como él lo hacía, tal vez aún más. La fuerza en Yoongi los atraía a los dos,
pero la seguridad que el hombre lobo ofrecía significaba aún más para Taehyung—.
Yoongi me reclamó anoche.
Por un momento, Taehyung parecía que iba a llorar. Las
lágrimas brotaron de sus ojos y su rostro palideció. Pero luego parpadeó
rápidamente hasta que las lágrimas eran un recuerdo lejano y sus labios se
adelgazaron.
—Bueno,
bien entonces —dijo Taehyung—. Él va a cuidar bien de ti, Jungkook.
—¿Y qué
hay de ti, Taehyung? —preguntó Yoongi mientras se paraba junto a Jungkook—.
¿Quién va a cuidar de ti?
—Oh...
—Una pequeña sonrisa cruzó los labios de Taehyung, pero no llegó a sus ojos—.
Estaré bien. Siempre estoy bien. Además —Taehyung miró a Jimin y al príncipe—,
parece que voy a tener familia aquí. Tal vez sólo me quedaré por aquí para
llegar a conocerlos.
—Lo eres,
por supuesto, eres bienvenido a quedarte aquí, Taehyung —dijo el príncipe—. Por
el tiempo que quieras.
—Gracias,
yo...
—¿Y
nosotros, príncipe? —Yoongi preguntó, interrumpiendo a Taehyung mientras se
volvía hacia el príncipe—. ¿También somos bienvenidos?
El príncipe inclinó la cabeza, arqueando una oscura ceja.
—¿Deseas quedarte en un aquelarre de vampiros?
Yoongi sonrió, con una expresión que Jungkook encontró muy
divertida.
—Me quedaría en el infierno para estar cerca de mi
compañero.
—¡Espera! —Taehyung dijo mientras
rápidamente se interpuso entre los dos hombres. Levantó la mirada hacia Yoongi
como si el hombre hubiera perdido la razón. Jungkook no estaba tan seguro de
que no lo hubiese hecho—. ¿Quieres quedarte en un aquelarre de vampiros? Pensé
que los hombres lobo y los vampiros no se llevan bien.
Yoongi rozó con los dedos un lado de la cara de Taehyung.
—Me
gustas.
Las cejas Taehyung se alzaron, asomándose cerca de la línea
del pelo.
—¿Desde cuándo? —espetó Taehyung y Jungkook pudo ver el
primer destello de ira formarse en los ojos verdes de Taehyung. Conocía bien
esa mirada, y no presagiaba nada bueno para Yoongi—. Lo último que recuerdo, es
que tú no querías tener nada que ver ni conmigo ni con Jungkook.
—Las
cosas cambian, Taehyung.
—Uh-uh.
—Taehyung negó con la cabeza rápidamente, alejándose un paso de Yoongi—. No tan
rápido, ellas no lo hacen.
Yoongi parecía sombrío mientras observaba a Taehyung
alejarse de él.
—Aquí hay cosas del trabajo que no entiendes, Taehyung.
—Sí, he
oído eso antes —escupió Taehyung—. No voy a comprar lo que estás tratando de
vender, Yoongi. —Taehyung ondeó su mano en un gesto de despedida—. Te puedes ir
— sus ojos se dispararon a Jungkook—, y lleva a tu pareja contigo.
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