Taehyung despertó envuelto alrededor de un caliente,
desnudo, cuerpo desnudo.
«Dios».
«Yoongi».
Había perdido su jodida mente. Buen Dios.
Sonrió suavemente, su nariz enterada contra la piel de Yoongi.
—Mmm,
cosquilloso.
El hombre olía bien. Mejor que el atún. Eso era algo. Le Gustaba
el atún un montón.
—Hey,
buenos… —Miró hacia el reloj. Tres a.m.—, días.
—Hey,
son buenos. —Yoongi se estiró un poco y era como flotar en una balsa llena de
agujeros.
—Mumm,
¿tienes que irte temprano? Es mi día libre.
—No.
Estoy bien. Puedo quedarme un tiempo.
—Bien.
—Se acurrucó de nuevo, ronroneando cuando los brazos de Yoongi lo envolvieron.
Humm.
—Sep.
sep, eso es. —Yoongi sonaba divertido, quizás un poco sorprendido. Esas manos
bajaron hacia la parte baja de su espalda, hacia su lugar caliente. El hombre
estaba obsesionado, era glorioso.
Sus dedos se acercaron y sus pies se curvaron, su
respiración se quedó atrapada en su pecho
—Amo
eso. —Yoongi sonrió—. Amo lo que te hago sentir.
—No es
justo. —Esos dedos estaban justo ahí.
—¿No?
Espera hasta que tenga la oportunidad de rascar tus orejas, hombre. —Yoongi se
echó a reír en su piel.
Llevó su mano arriba, acariciando el lóbulo de la oreja de Yoongi,
burlándose, tirando.
—Detente.
—La palabra no tenía ningún peso, pensó, y eso causó que Yoongi se frotara
contra él. Pellizcó esta vez. Todo era válido, ¿verdad?
—¡Joder!
—Yoongi gritó duro—. Dios.
—Mmm. —Yoongi
había olvidado el tocar. Grandioso. Taehyung se inclinó bajando un poco y
mordió.
—Eres un
demonio. —Yoongi finalmente recordó, arañando suficientemente por su espalda
para hacerlo gritar y mordió abajo, sus caderas rodando mientras su espalda se
arqueaba.
—Buena cosa
que me guste ser demonio. —Yoongi los rodó, fijándolo en la cama.
—Bueno…
—Yumy, se sacudió arriba, deslizando sus cuerpos juntos.
—Si,
demasiado bueno.
Taehyung asintió, tarareando una canción en su cabeza
—¿Estás
prestando atención, bebé? —Yoongi presionó ese lugar, masajeándolo.
—Si…
—Sus ojos se cruzaron, su cuerpo se estremeció.
—Solo
quería asegurarme, no quería perder tu atención.
No, no, eso no podría ocurrir. Abrió la boca para replicar
pero no pudo. Ese toque era intenso.
—Dios,
eso es caliente. —Yoongi lo besó distrayéndolo incluso más. Oh, Oh.
Estaba capturado entre esa mano y esa boca. No era justo.
Era duro no ser capaz de llegar a la oreja con todo su cuerpo entero temblando
como estaba. Yoongi era un lobo grande malo, comiéndolo de esa manera. Su
corazón estaba martillando, su cuerpo empezó a sacudirse y gritó.
—Taehyung.
—Yoongi gruñó todo el camino hacia los pies.
—Por
favor. —Necesitaba más. Lo necesitaba.
—Sep,
sep. —Yoongi se sacudió contra él, cubriéndolo, besándolo como loco. Sus labios
hinchados, amenazando con partirse bajo la presión del beso—. Dios. —Yoongi
finalmente se alineó llevando a sus pollas a frotarse juntas. Taehyung asintió,
sus dientes se hundieron dentro de su labio inferior mientras ellos se movían.
Ellos se sacudían duro y más fuerte, ambos jadeando y Yoongi
empujó arriba hundiéndose arriba de sus pesados muslos.
De esa forma, él podía frotar y Yoongi podía llegar a ese
lugar.
—¡Joder!
—Cachorro inteligente. Demasiado bueno.
—Uh-hum.
Olerte. Jesús. —Los ojos de Yoongi rodaron, ese cuerpo sacudiéndose por él.
Los dientes de Yoongi agarraron sus labios, tiró de ello, y
esa pequeña cadena era todo lo que necesitaba para disparar su cerebro fuera
por la punta de su polla.
—Joder.
—El olor que Yoongi arrojó era fuerte, un poco especiado. Sintió que eso era
caliente y húmedo.
Iba a oler como Yoongi por días. Pensó que eso no era malo
después de todo.
Yoongi se desplomó abajo contra él, besaba su garganta.
—Vas a
matarme, gatito.
—Solo…
—Tragó saliva en el aire—. Solo si lo pides amablemente.
—Oh,
hombre. —Yoongi se echó a reír, profundo y bajo, un sonido feliz.
Trazó la clavícula del hombre con su nariz, aspirando
suavemente.
—¿Cuál
es el plan para comer, hombre?
—Humm.
Aquí hay veinticuatro horas en servicio de habitación. Quiero atún.
—Mmm.
Quiero un filete. —El estómago de Yoongi gruñó.
—Dos
filetes. Dos ordenes de atún. Cuatro vasos grandes de leche. —Asintió,
ronroneando feliz—. ¿Algo más?
—Mmmm,
algo de chocolate. Algo salado para ti. Como patatas fritas.
Mmmm, patatas crujientes. Asintió y rodó fuera de la cama y
agarró el teléfono para ordenar, añadiendo café y crema extra a suorden. Yoongi
se extendió fuera de la cama detrás de él, las sábanas crujieron. Dios, el olor
era de todo un macho caliente. Podía sentir los ojos de Yoongi en él, y su
cuerpo empezó a moverse, balanceándose por la música en su cabeza.
Yoongi gruñó un poco, el sonido subió como una espiral por
la columna de Taehyung. Era como una percusión.
Lo aprobó. Después de hacer la orden, encendió el iPod, el
sonido bajo llenando la habitación.
—¿Vas a
bailar para mi, gatito?
Siempre bailaba, eso era lo que era.
—¿Te Gusta bailar?.
—Soy
malo en eso. —Yoongi sonrió—. Aunque me Gusta mirar.
Asintió y giró hacia la lista de su nuevo espectáculo, algo
sensual, feroz y lleno de bajos. Entonces empezó a bailar. Su cuerpo sabía exactamente
qué hacer, cómo conectar con la música. Teniendo a Yoongi ahí era mucho mejor,
mucho mejor que cientos de personas en una audiencia. Podía sentir a Yoongi
observándolo, la conciencia se prolongó durante algunos pasos, luego Taehyung
se perdió a si mismo en el sonido. Mientras bailaba, la habitación entera
desapareció. Oh ese compás… justo ahí. Su gato ronroneó a lo largo de su
espalda, su cuerpo entero vibrando.
—No te
emociones, gatito. La comida está llegando y tienes que firmar.
—No lo
hago, normalmente no lo hago. Si la luna no está llena. —Solo tenía algo
algunos momentos y estos habían sido llenos de situaciones drásticas.
—¿No
jodas? —Yoongi se sentó, los codos en sus rodillas—. ¿Y si la luna estuviera
llena?
—Entonces,
yo cambiaría. —Le giñó un ojo—. Aunque, no recordaré eso, no mucho. Es como un
sueño.
—Hum. —Yoongi
se mordía la uña del pulgar—. De hecho, casi igual de cualquier manera, más
arrogante, quizás.
Asintió, había notado eso con sus hermanos. Luego de nuevo,
incluso no había sido alentado a cambiar.
—Estás mirando un poco como si te fueras a ir. —Yoongi
resopló—. Es caliente.
Taehyung se echó a reír.
—Puedo sentirlo, gateando en mi columna.
Loco.
—Me Gusta
tu columna. —Eso era extraño, cómo de fácil era para ellos llevarse bien.
—Me Gusta
la forma en que hueles.
—¿Sep,
no huelo todo raro?
—Hueles
como casa. —«Jesús. Cállate, Taehyung, no seas algo más del idiota que sueles
ser».
—Oh. —No
parecía ser el que había conocido hasta ahora, el hombre le sonrió, luciendo
satisfecho y orgulloso.
La comida llegó y agarró una bata, dirigiéndose hacia la
puerta. Yoongi lo observaba, cubriéndose con una sábana. Firmó, dio propina y
depositó todo sobre la mesa. Oh, tan bueno. El atún olía tan bien.
—Mmm.
Sep, ese es el recibo. —Yoongi se movió y le dio una mirada al filete.
Taehyung tomó su atún y saltó hacia la cama con él,
ronroneando feliz. Atún, luego leche.
—Como un
gatito. —Aunque, Yoongi estaba casi babeando en el filete. ¿No lo estaba él?
—Rowr.
—Por supuesto que lo estaba. Pup.
—Tus
bigotes pueden estar torciéndose.
Se rio suavemente, picando la carne firme. El color rojo del
atún. Yummy.
—Vas a
tener aliento a pescado. —Yoongi rebotó cuando llegó a la cama antes de
entregarle las patatas fritas.
Accidentalmente se sentó en las yemas de los dedos de Yoongi.
Yoongi gritó.
—Casi duele. Bueno.
—¿Sabes?,
eres mucho mas divertido de lo que pensé queeras.
—¿Quieres
decir cuando no soy un santurrón mojigato? —Yoongi lamió la sal de sus patatas
fritas—. Sep, puedo reírme.
Resopló.
—Eres un cachorro, eres un blanco fácil.
—Tengo
que ver cuán malo es eso… —Yoongi se desinfló.
—De
todas maneras, fue totalmente caliente cuando me pateaste.
—Te lo
merecías. —Se había sentido jodidamente tan bien dejar que Yoongi tuviera todos
esos años de reprimida frustración.
—Sep, lo
sé. —Bueno eso era decente por parte de Yoongi, realmente.
Le robó otra patata frita.
—¿Cómo lo está haciendo Má? ¿La has visto? —Taehyung hablaba
con ella tres veces por semana, pero era duro decir las cosas por teléfono.
—Mi
madre dice que está bien. No la he visto, pero sabes que ellas son cercanas. —Yoongi
comió otra patata frita. Ninguna de ellas fue lamida por Yoongi.
—Lo sé,
¿tu hermano todavía está cazando a mi hermana pequeña?
—Si.
Todavía.
—Quizás
pueda cazarla. Estarían bien juntos.
—Podrían.
—Yoongi inclinó su cabeza—. ¿Quieres tu leche?
—Uh-huh.
—Solo pensaba hacerlo ronronear.
—Grandioso.
—Yoongi rodó fuera de la cama y agarró la leche por él. Dios, eso olía
maravilloso.
Tomó el vaso, sumergiendo un dedo dentro y limpiándolo,
mientras Yoongi lo observaba, parado justo ahí, desnudo como un tonto. Se
inclinó sobre la goteante crema del vientre de Yoongi, luego la lamió.
—Mmm.
—Los músculos saltaron para él, la polla de Yoongi se levantó.
—Mmmmmm.
—Lo hizo de nuevo, ronroneando sobre la piel de Yoongi mientras subía la carne
de gallina.
—Joder.
—Yoongi se sacudió un poco, respirando fuerte.
—Quizás
me Gusta eso. —Regateó y rodó, vibrando con el placer.
—¿Sep? —Yoongi
se quejó un poco, un sonido de pura necesidad.
—Si.
—Acarició uno de sus pezones, succionándolo un poco.
Yummy.
—Se
siente tan bien. —Yoongi se arrodilló de vuelta en la cama, quedándose derecho
para poder observar.
Un par de gotas de crema salieron de la polla de Yoongi y se
abalanzó a succionarlas.
—Oh.
—Tiempo de parar un poco y podía jurar que sus orejas aparecieron.
—Yummy.
—Se sentó y lamió sus labios.
—Infiernos,
si, más. —Yoongi lo agarró y lo besó duro, luego se inclinó de regreso jodiendo
sus labios. Se sentía tan bueno y sabía mejor que el atún. Taehyung gimió
feliz. Abriéndose y dejando que Yoongi jugara al Alpha.
Yoongi se movió. Presionándolo abajo. Uno de los dedos de Yoongi,
se empujaba debajo de él, burlándose de su agujero.
—Caliente,
Dios, eres caliente. —Ese dedo presionó. Circulándolo. Gritó suavemente y su
cuerpo se curvó. Yoongi no sabía cómo de caliente podía ser—. Bonito, también.
La manera que te mueves. He escuchado acerca de ello.
—¿Es
bueno, sep? —Se inclinó un poco hacia la barbilla de Yoongi.
—Joder,
si solo… —Un dedo se deslizó adentro, empujando gentilmente.
—Mmm.
—Ronroneó desde lo más profundo de sus huesos, de adentro hacia afuera.
—Te
quiero. —Pudo sentir el corazón de Yoongi, justo ahí, listo para él.
—Estoy
casi ahí. —Se inclinó de nuevo, acariciando y mordisqueando la mandíbula de Yoongi—.
Jodidamente justo ahí.
—Bien,
Oh, Dios. —Yoongi lo empujó de vuelta, la boca deslizándose abajo sobre su eje.
Sorprendiéndose que la mierda de la vida se escapara de él. Se arqueó, la polla
hundiéndose en esas profundidades—. ¡Joder!
—Mmm.
—Ese sonido hizo un eco justo debajo en sus bolas.
Los dedos de Yoongi se mantenían preparándolo. Estirándolo.
El hombre era una máquina de sexo, realmente trabajaba sobre él. Esa boca. Oh.
Joder. Se sentía bien.
—Más.
—Se retorció, tocando, su cuerpo en tierra bajo de esos dedos.
—Tengo
más para ti, bebé. —Yoongi le dio otro dedo, una insinuación de dientes.
—Uhh.
—Si. Si. Gruñó. Asintiendo. Gimiendo. Yoongi trabajaba en él hasta que quería
gritar. Queriendo solo arañar, gritar, joder. Entonces Yoongi estuvo sobre él,
empujando dentro.
Su maldito mundo entero desapareció por un segundo.
Deteniéndose mientras se dejaba sentir.
—Oh
—jadeó, Yoongi se detuvo, cuando esas poderosas caderas se encontraron con el
culo de Taehyung.
Sus dientes mordieron su labio inferior y él asintió,
gimiendo.
—Si.
Yoongi empezó a moverse, empezando a mecerse dentro de él.
Pudo sentirlo todo a lo largo de su columna. Sentía cada maldita pulgada, cada
movimiento, cada pulso de esa gruesa polla. Yoongi estaba salvaje ahora,
golpeando dentro de él. El hombre nunca se detuvo a mirarlo, dentro de él. Joder,
joder, si. Taehyung gruñó, feliz hasta los huesos.
Yoongi se inclinó para besarlo, tomando su boca con tanta
seguridad como el hombre tomaba su cuerpo. Se sentía como si fuera a partirse
en dos. Como si su cuerpo estuviera en el borde de explotar. Era como si la
luna estuviera ahí, como si pudiera cambiar. El sentimiento que tenía era
altísimo, su boca se abrió en un grito salvaje.
Su cuerpo entero ondulaba, sacudido por la polla de Yoongi,
mientras disparaba todo lo que tenía.
—¡Joder!
—Tenía que ser la palabra favorita de Yoongi, porque salió tres o cuatro veces
más cuando Yoongi se vino dentro de él.
Se inclinó, lamiendo, saboreando y ronroneando duro. Su gato
demasiado cerca de la superficie. Yoongi acarició su espalda. Encontrando cada
ondulación a lo largo de su columna vertebral. Sus ojos se cruzaron, sus dedos
apretando y soltando una y otra vez.
—Hermoso
gatito.
Acarició a Yoongi, lamía perezosamente, su cuerpo entero
ronroneando.
—¿Vamos
a comer? —Yoongi sonaba adormilado más que hambriento.
—Hmm, se
guardará. —Se acurrucó alrededor de Yoongi, caliente y fundido, todo un gatito.
—Se
hará, duerme. —Yoongi lo sujetó, fuertes brazos asegurándose que no pudiera
deslizarse fuera de la cama en un charco.
Su ronroneo fue la única respuesta.
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