domingo, 24 de abril de 2022

CAPITULO 11

 

A Yoongi le Gustaba un poco Taehyung. Quizás demasiado. Era una maldita sorpresa. Cuando finalmente decidieron dejar la habitación del hotel, ambos necesitaban estirar sus piernas y, hombre, habían estado bromeando. Turistas. Disneyland era fascinante para un cambiaforma. Todos esos olores. Esa era la clase de hierba gatera que le Gustaba a Taehyung. El hombre estaba un poco acelerado, y eso era graciosísimo. Para Yoongi, de todas maneras.

 

Observaba a Taehyung escalar cosas, explorar, mirar todas las cosas. Tocar todo.

 

—¿No te Gustaria vivir en la ciudad, hombre?

 

Lo haría, pero no en esta. —Los ojos verdes de Taehyung ardiendo, placer y curiosidad brillando en ellos.

 

Uh, hum. —Yoongi tenía que admitirlo, estaba un poco abrumado con él. Taehyung solo parecía obtener más y más energía. Lo estaba mareando, realmente. Hacía que quisiera atraparlo, morderlo. Quizás joderlo un poco. Infiernos, hacía que quisiera joderlo mucho. Bang-Bang.

 

En algún momento, Taehyung estaba persiguiendo una bandada de pájaros, al menos con sus ojos, su cuerpo vibraba cerca del suyo. Yoongi quería ladrar, correr y espantar los pájaros en pleno vuelo. Solo para ver qué podía hacer Taehyung. En lugar de eso, dejó que una mano se deslizara debajo de la columna de Taehyung, arañando a todo lo largo, observando cómo Taehyung se estremecía y gruñía. Era tan jodidamente grandioso. Toda esa cosa del punto caliente solo hacía que Yoongi quisiera regresar hacia el hotel y hacer cosas que no estaban permitidas hacer en un parque de atracciones.

 

Ahí no había nada tranquilo con ese sexy, ágil, hombre ansioso.

 

Yoongi odiaba admitirlo, pero podía ser herido. Caer enamorado terriblemente. No era natural, maldita sea. No después de todo.

 

—¿Huh? —El codo de Taehyung lo golpeó, sacándolo de sus pensamientos, entrando en sus costillas.

 

—¿Quieres comer, pasear, irte?

 

Estoy bien, hombre. —Podía irse, llevar a Taehyung de vuelta al hotel o podía solo pasar el rato.

 

Entonces vamos. Space Mountain.

 

Oh, Space Mountain lo sacudió, y estaban ahí suficientemente temprano en el día —la sección de la línea no era horrible.

 

Uhh, como estar en las alturas, pero legal.

 

Sep. —No es que estuviera preocupado con lo legal. No era un ratón de ciudad como Taehyung. Tendría que ir a donde estaban las rocas.

 

Se dirigieron hacia la fila, Taehyung rebotando y ronroneando todo el camino. Yoongi sonreía, inclinándose y ocultando su cabeza abajo. No podía esperar para buscar al hombre en la oscuridad del paseo. De vez en cuando alguien miraba a Taehyung, hacia la larga extremidad holgada de su gatito, y Yoongi tenía que resistirse a la urgencia de gruñir. Su gatito. Suyo, maldita sea.

 

Estaban parados en la fila, y si Taehyung hubiera tenido que cambiar esos bigotes pudieran haberse torcido. Eso era bizarro, el que Taehyung no solo cambiara a su voluntad con más frecuencia. Al hombre obviamente le Gustaba ser un gatito.

 

Hueles bien. —Las palabras retumbaron suavemente.

 

—¿Huh? —Miró para encontrar a Taehyung mirándolo como si fuera una pierna de cebra o algo. Yummy. El deseo estaba justo ahí, en la superficie. Rowr.

 

Estaban en la mitad de la fila, mientras Yoongi se imaginaba cómo podía esperar hasta después de pasear en Space Mountain. Entonces tomaría a Taehyung en algún lado y desgarraría ese culo. Podía ver vagamente la marca de la mordida en la nuca del cuello de Taehyung de la pasada noche.

 

Su polla hizo woo-hoo, levantada contra su cremallera. Ow.

 

Se las arreglaron para conseguir que el paseo sucediera sin follar o morder o arañar algo. Yoongi encontró eso un signo de éxito. Se acomodaron en el mismo vehículo para el paseo. Acomodándose en primera fila. Taehyung estaba vibrando, ronroneando en voz alta.

 

—¿Has estado en Sapce Mountain antes? —Yoongi había estado en algunos asombrosos paseos en montanas rusas, pero nunca en una de Disney hasta hoy.

 

En Florida, sep, estaba en la universidad, vacaciones de verano.

 

Fantástico. Tiendo a ir en viajes de pavo y mierda.

 

Nunca he estado allí. Pavo. Yo… —La máquina empezó a moverse.

 

La cosa aceleró bastante rápido y pronto lucían como si estuvieran en el espacio. Era un poco nauseabundo pero Taehyung se mantenía haciendo ese sonido ooooo. Arriba y abajo, zumbando alrededor, la mano temblorosa de Taehyung sobre la copa de sus bolas.

 

Mierda —gritó, su cuerpo presionado contra la barra.

 

—¡Lo lamento! —Taehyung se alejó, los ojos visibles en la oscuridad.

 

No, no lo haces, solo no hagas que salte fuera o algo, ¿huh?

 

No puedes saltar afuera. No eres tan flexible.

 

Tú lo eres. —Buscando a tientas un poco también.

 

Lo soy. —Taehyung no estaba preocupado, después de todo el hombre se extendía como mantequilla. La figura de Yoongi no tenía el elemento sorpresa. Quizás Taehyung estaba un poco mareado, los lobos seguro que lo hacían. Hombre, cada viaje de familia que hacían, Hoseok vomitaba todo el tiempo. Whoa, no vomitó.

 

—¿Estás bien? —Taehyung agarró su mano.

 

Uh-huh. Estaba… realmente. —Fue lo máximo que pudo pensar, aunque se sostuvo fuerte.

 

Observa mis ojos.

 

Te perderás el paseo. —Esperaban en línea….

 

Observa mis ojos, cachorro, voy a ser tu ayudante. —Esos brillantes ojos eran como láser, sosteniendo su atención, dándole algo en qué enfocarse.

 

De acuerdo. —Podía hacer eso. Sostuvo la mano de Taehyung y observó ese brillo en los ojos oscuros. Ignorando las estrellas borrosas alrededor de él.

 

Ahí. Eso está mejor.

 

Si, no era mucho mejor, le había aparecido el tono de autosuficiencia a Taehyung.

 

Hijo de puta. —Sonrió un poco. Luego sonrió más cuando Taehyung apretó su mano.

 

Casi está hecho. Mantente observando.

 

Lo hago. —Taehyung estaba impresionante, solo jodidamente fascinado.

 

Una de las manos de Taehyung acunó su mejilla, y todas las luces desaparecieron, todo lo que veía eran esos ojos verdes. Yoongi se miró dentro de ellos hasta que el paseo terminó, deslizándose y deteniéndose en la plataforma.

 

Vámonos. —Taehyung salió, moviéndose como sexo líquido. Yoongi tomó unos momentos para reponerse a si mismo antes de seguir, al acecho de ese fino culo. Había sido… maldita sea, parecido a la intensidad del sexo. Yoongi sacudió su cabeza. Nunca se sabe acerca de los gatitos…

 

Taehyung estaba esperando por él, sentado en la barandilla.

 

—¿Quieres hacer algo más aquí en el parque, Gatito?

 

Una ceja se levantó.

 

—Perdóname, cachorro.

 

—¿Algún otro paseo? ¿Espectáculo? ¿Querrías volver al hotel, ahora?

 

No. Quiero correr algo indefinidamente más caliente.

 

Bueno. De acuerdo entonces. —Eso estaba bien para él. Agarró el brazo de Taehyung y empezó a arrastrarlo. El sonido de las risas de Taehyung resonaba en sus oídos. La clase que hizo que quisiera vencer al hombre sanguinariamente o joderlo ciegamente. O ambas. Uhn.

 

Se apresuraron hacia el vehículo, Taehyung se deslizó en el asiento del pasajero, casi vibrando cerca de él. Yoongi empujó por detrás de las ruedas, mirando alrededor. El estacionamiento era enorme y nadie estaba prestando atención de cualquier manera, entonces tomó un beso. Contento con la sorpresa del pequeño sonido que hizo. No le sorprendió el asombro del gatito. Maldita sea, caliente. El beso fue caliente por un momento, casi tornándose dentro de algo que nadie debería hacer, bajo la señal de un ratón infantil.

 

Hotel. Cama. Ahora. Cachorro. —Ese gruñido era puro sexo.

 

Sep, ahora. —Gracias a Dios el tráfico se estaba moviendo una vez tomaron la autopista.

 

Amo L.A., es todo un diferente ambiente de New York.

 

 

Apuesto que es menos loco habitaciones para correr, también. —Yoongi lobo estaba en él y vio a Taehyung correr y perseguirse.

 

Te apuesto. No has notado algunos cambiaformas aquí.

 

—¿No? —Yoongi no había incluso puesto un poco de atención—. ¿Hay muchos en New York?

 

Si. —La palabra fue corta, demasiado corta.

 

Eso sonaba siniestro. Yoongi salió en la carretera interestatal y se dirigió hacia su Hotel.

 

—¿Es malo?

 

Taehyung sonrió suavemente.

 

—Pienso que hay miles de cosas que son mejores.

 

Huh. —Lo dejó ir, no esperando estropear el humor completamente. Su polla estaba diciéndole que todavía estaba de humor. La forma en que Taehyung trazaba sus dedos en la entrepierna de sus vaqueros probaba que no era el único, tampoco.

 

No nos estrelles ahora, hombre, casi estamos ahí.

 

No puedo hacer esto. Enfócate. —Esos dedos lo mantenían justo en el borde.

 

—¿Huh? —Oh, de acuerdo. Mira. Ahí estaba el hotel.

 

Presta atención, cachorro. —Los dedos cepillaban sus bolas.

 

Su pierna se levantó, su pie deslizándose del pedal un poco. Yoongi tuvo justo el tiempo necesario para estacionar.

 

Muy agradable.

 

Voy a machacarte, bebé.

 

Promesas, promesas.

 

Lo sabes. Siempre he sido bueno en mis promesas. —De acuerdo, entonces usaría esa promesa para patear el culo de Taehyung, no era tan malo después de todo. Todavía, una promesa era una promesa.

 

Sonriendo, Yoongi salió del auto, persiguiendo a Taehyung cuando apareció y dirigiendo la carrera. El delgado pequeño jodido era rápido deslizándose por las escaleras arriba a la velocidad de la luz.

 

 

Yoongi lo atrapó después de todo. Jadeando. Maldita sea, podía ver de cerca la cola de Taehyung. La única razón por la que atrapó al hombre fue porque el hombre estaba batallando con la tarjeta llave de la puerta. Se tambalearon dentro de la habitación, las manos del uno en el otro. Yoongi tiró de Taehyung alrededor y lo besó.

 

Manos acunando su cabeza, tirando hacia una salvaje boca necesitada. Taehyung succionaba sus gruñidos y Yoongi lo jodía un poco, necesitándolo tan malamente. Su cuerpo salvaje como él. La polla de Taehyung estaba tan dura como la suya. Podía sentirla frotándose contra él. Yoongi tatareó, jadeó, quizás susurró como un cachorro. Taehyung hacía que quisiera revolcarse un poco.

 

Vamos, atrápame. —Taehyung saltó en la cama. El movimiento sorprendiéndolo poderosamente. Yoongi quería aullar pero se lanzó a la persecución en lugar de eso. Se unieron en la cama, llegando a Taehyung. Sus pechos chocando juntos, las piernas de Taehyung entrelazadas con las suyas, mirándose.

 

Yoongi gruñó. Besando a Taehyung hasta que no pudieran respirar. Dios. Si.

 

Se molían juntos como bestias en celo, gruñendo en los labios del otro. Yoongi tocó a Taehyung en cualquier sitio que podía, solo quería piel. Mordió el cuello de Taehyung, dejando una marca.

 

Eso hizo que diera un bajo grito, el cuerpo delgado se inclinó ondulado por él.

 

Mmmm. —Tarareó, gimió, gruñó, movió y jadeó.

 

Dientudo cachorro. —Taehyung ronroneaba suavemente, las mejillas deslizándose en las suyas.

 

Uh-huh. Te Gusta. —Alguien lo olfateaba. Y era impresionantemente caliente.

 

Si, lo hace. —Una áspera lengua también se deslizó sobre su oído.

 

Sus pezones se levantaron, sus caderas rodaban.

 

—¿Hace qué? —Estaba perdiendo el hilo.

 

Me Gusta, cuando me mordiste. —Dedos pinchando sus pezones.

 

Oh, Dios. —Mordió abajo del hombro de Taehyung, su piel viva con escalofríos. Un bajo gruñido rompió en el aire y mordió suavemente sacudiendo a Taehyung un poco, asegurándose de dejar una marca.

 

Necesitaba marcar esa fina piel por alguna razón. Necesitaba hacer a Taehyung suyo, incluso por un pequeño momento. Taehyung gimió suavemente, el sonido de puro sexo, pura necesidad, manos sosteniéndolo ahí. Sus labios se movían sobre docenas de cicatrices, otras marcas de mordiscos, rasguños.

 

Preguntaría acerca de eso. Más tarde. Justo ahora quería conectar los puntos que eran más divertidos. La polla de Taehyung era como un hierro, llorando contra su muslo. Llegó a ella presionando el dorso de su mano contra ella. Dios, se sentía bien.

 

Mmm. —Taehyung lo acarició, uñas enterradas en sus hombros.

 

Dulce gatito. —Sonrió, pensando cómo Taehyung había tratado de clavar las garras en sus ojos no hace mucho tiempo atrás. Ahora estaba frotando la polla de Taehyung, lista para derramarse como una botella sacudida.

 

Cachorro. —Taehyung jadeó, la áspera lengua en su piel.

 

Haces que me sienta único, de seguro. —Balanceando las caderas, moviéndose.

 

Te quiero. —Taehyung cogió su lóbulo en sus afilados dientes y tiró.

 

—¿Quieres montarme, gatito? —Yoongi quería eso suficientemente tanto que sus bolas dolían, sus dientes apretados.

 

Quiero joderte más que mi próxima respiración, desnúdate.

 

Empezó a quitarse la ropa, incluso pensar en que tenía que dejarlo ir para hacer eso era doloroso. Aunque Taehyung no estaba corriendo. Taehyung desnudo, ese largo y delgado cuerpo para él. La polla llena y dura. Yoongi lo alcanzó, poniendo al hombre en su espalda, necesitando el contacto. El sexo era un deporte de todo el cuerpo. Sus manos estaban fascinadas por el cuerpo de Taehyung, y su polla dolía cuando la áspera lengua pasaba sobre él.

 

Se revolvía y se giraba, tocando, saboreando y finalmente llevándose a un buen agarre en el cuerpo de Taehyung, deslizándose abajo. Necesitaba llevar al hombre listo para dejarse ir.

 

—¿Dónde vas? —Taehyung llegó a él, sus ojos ardiendo, brillando.

 

Ya verás. —Besó un afilado hueso de la cadera, luego la punta de la polla de Taehyung antes de girar al hombre alrededor.

 

El culo de Taehyung era apretado. Blanco como la leche y tan fino. Yoongi mordió una de las nalgas de su culo, esperando que Taehyung sintiera el picor. Taehyung gritó, inmóvil por un segundo, entonces se empujó atrás contra él. Yoongi frotó su mejilla contra la suave piel, respirando profundamente. Sus manos separaron ampliamente a Taehyung, abriendo el apretado agujero.

 

Amaba la forma en que Taehyung se estremecía y se revolvía, sus músculos eran una jodida maravilla. Yoongi lamió una línea caliente bajando desde el coxis empezando a conseguir humedecer al hombre. Los magros muslos separados de Taehyung se arqueaban para él, rogándole. Entonces Yoongi cerró sus ojos y empezó a trabajar. Empujando su lengua adentro. Necesitaba ese caliente y pequeño agujero estirado y húmedo.

 

Taehyung lo dejaba entrar y entrar. Moviéndose atrás con cada jodida lamida. Hombre sensual. Caliente, caliente, caliente. Taehyung estaba quemándolo dentro. Oyó la sábana rasgarse mientras Taehyung se arqueaba empujándose atrás contra él. Yoongi sonrió, lamiendo, sosteniendo esas delgadas caderas. Quería más que ese movimiento; quería a Taehyung loco. Quería a Taehyung loco por él, rogando por su polla. Yoongi lamió y mordió y realmente abría al hombre. Dos dedos deslizándose adentro y afuera del agujero de Taehyung. Joder…

 

Taehyung golpeaba de vuelta contra él. Tomando un segundo nudillo.

 

Joder, joder —Taehyung jadeaba contra la sudada piel—, más. Jódeme, jódeme, Yoongi. Ahora, duro.

 

Sep. Sep. —Se posicionó, empujado a Taehyung boca abajo usando un poco más de saliva para preparar el camino y Taehyung lo tomó en cuanto se alineó. Su cuerpo caliente y apretado alrededor de su polla mientras lo jodía.

 

Sus ojos rodaron. Oh, joder eso era como… maldita sea

 

Si. Tan profundo. Joder. —Taehyung gritó.

 

Sep, sep, bebé. —Oh, hombre. No iba a durar mucho. Yoongi agarró las caderas de Taehyung, sus dedos enterrados mientras golpeaba hacia adentro, dándole a Taehyung cada jodida pulgada. Su cuerpo se estremeció, su respiración más dura y rápida. Taehyung se sentía como la mejor cosa que hubiera conocido. Como casa. Se inclinó hacia delante, mordiendo a Taehyung en el cuello. El acto imprimiéndose en su alma. Taehyung gritaba de nuevo por él, y tendrían que estar de puta suerte si alguien no llamaba y se quejaba de los ruidos.

 

Sintió el orgasmo de Taehyung, el cuerpo del hombre se estremeció alrededor de él y Yoongi gritó, sus caderas sacudiéndose como un loco adelante y atrás. Se vino tan fuerte que sus dientes crujieron. Ambos cayeron juntos en el colchón, jadeando pesadamente. El cuerpo de Taehyung mantenía trabajando su polla, sus músculos sacudiéndose sin descanso.

 

Vas a matarme, gatito. —Le dio una palmadita en una de las nalgas del culo.

 

Nah, eres demasiado divertido para hacer eso.

 

Mejor que la Space Mountain, incluso, ¿eh?

 

Mucho, mucho mejor. —Casi bromeando, solo pensando en ello, pellizcó a Taehyung en su lugar, riéndose mientras Taehyung siseaba suavemente, curvándose su columna—. Mmm, ¿traemos alguna comida o es mi turno para obtener servicio de habitación?

 

Levanta el teléfono y marca, cachorro.

 

De acuerdo. —Yoongi llamó al servicio de habitaciones e hizo lo que estaba empezando a pensar que era su orden. Atún, filetes, leche. Dulces.

 

Taehyung los limpiaba, un sonido de ronroneo se oía en su delgado pecho. A Yoongi podía llegar a Gustarle eso. Era un pensamiento peligroso. Un pensamiento anormal. Realmente. Taehyung era un habitante de ciudad, un felino. No alguien para emparejarse. Yoongiodiaba cuando la realidad se introducía. Suspiró, rodando su cabeza por el cuello.

 

—¿Tienes frío?

 

Juró que pudo ver los bigotes de Taehyung torciéndose.

 

—¿Huh? Sep. ¿Qué vas hacer en esta luna llena?

 

Esconderme en mi apartamento.

 

Esconderte… —Infiernos, Taehyung podía hacer que volviera a su antigua hacienda—. Corre conmigo. Voy a México.

 

—¿México? ¿Qué hay en México?

 

Muchas habitaciones para correr. Algunos ópalos de fuego mexicano esperando por mí. —Acariciaba el vientre se Taehyung, tratando de reducir la tensión.

 

Mmm, nunca he estado en México durante la luna.

 

Entonces, ven conmigo. No hay muchas cosas ahí afuera. — Esto era importante de alguna manera.

 

Taehyung asintió.

 

—Si es que no tengo ningún espectáculo, tendré que revisar mi agenda.

 

¿Cómo podría el hombre trabajar durante la luna?.

 

—¿Trabajas en esa época? —Lo dudaba. Podría volverse loco.

 

Solo durante el día. Y paso las noches en mi casa.

 

—¿Por qué? —Oh, sabía que era estúpido empujar. Pero eso era anti natural. Y sabía que había alguna cosa ahí, algún secreto como una piedra esperando ser desenterrada.

 

—¿Porque qué?

 

—¿Por qué te escondes? Quiero decir… podrías correr.

 

Le dio una incrédula mirada.

 

—Perdemos suficiente pelo en ese tiempo, no confiamos en nosotros.

 

—¿Nosotros? ¿Qué cojones significa eso?

 

Cambiaformas. —Taehyung retrocedió un poco.

 

—¿Significa que no confías en mi? Mierda, gatito, sabía que era un hijo de puta cuando éramos niños, pero tuvimos algunas buenas risas. Lo hicimos bien juntos.

 

No. No, eso no es lo que quise decir. —Taehyung sacudió su cabeza—. No eres de la ciudad.

 

No. No los soy. —No podía ver cómo Taehyung podía hacer eso. Tampoco—. Me Gusta un poco más lo natural, Gatito.

 

No hay nada natural acerca de mí.

 

No, no. Creo que no. —Yoongi se imaginó que él era anormal, también, pero no se lo iba a decir a Taehyung.

 

Taehyung se tensó, encontrando algo de sudor saliendo, lo que era bueno. Estaba llegando a estar muy apegado a ese culo. Su especie no conectaba con la clase de Taehyung. Sabía eso. Taehyung lo sabía.

 

Yoongi buscó abajo por ropa interior y se la colocó.

 

—¿Vas a conseguir joderme, gatito? Sabes que somos aceite y agua.

 

—¿Qué significa eso? —Taehyung corrió sus manos a través de su pelo, la oscura masa permanecía parada.

 

Eso significa que es demasiado bueno y bien, pero no es como si alguna vez te colgaras de mí yendo conmigo a México.

 

Como si me dieras la bienvenida allí. —Taehyung encontró sus ojos, retándolo—. ¿Qué vas a decirles a tus amigos lobos? ¿Que soy tu mascota Pussy? ¿Tu amigo? ¿Tu pareja?

 

Los lobos se emparejan con gatos. —Jesús. Eso era suficientemente duro para ser raro en este mundo. Pero ser pareja con Taehyung podía ser un desastre.

 

No. No lo hacen. —Los dedos de Taehyung trazaban un par de gruesas cicatrices en su pecho, sus mejillas, luego tiró de su camiseta—. Buena cosa que hemos jodido tan bien, o eso o eres muy bueno fingiendo.

 

No finjo, infiernos, gatito, me Gustas. —Sacudió la cabeza—. Esto no es natural, pero lo hice.

 

No te preocupes. Te prometo no decirle a Hoseok. Nunca te vendrás abajo.

 

—¡Oh, vete a la mierda! ¿Vas a llevarme a tu próximo estreno? ¿Mostrándote del brazo del dulce lobito?

 

No voy a estrenos.

 

Uh-huh. Correcto. Al menos eres jodidamente honesto. No, solo un hipócrita. —Yoongi sacudió su cabeza—. Necesito una ducha.

 

Estás en lo correcto. Quítate mi olor de ti. Apestas a él, ¿lo sabías? Si lo entiendo bien, tú me marcaste con el tuyo para siempre.

 

Yoongi miró sobre su hombro y levantó una ceja.

 

—No, solo una costra. Si quieres ser un hijo de puta, sin embargo, solo sigue justo adelante, gatito. Haces más fácil decir adiós. Cuando vuelvas de vuelta a tu propia ciudad.

 

Vete a la ducha, cachorro. La comida debe estar aquí pronto.

 

Taehyung lo miró y repentinamente el hombre parecía viejo y cansado.

 

Yoongi vaciló, esperando para volver y agarrar a Taehyung en un abrazo y decirle que todo iba a estar bien. No lo haría, sin embargo. Se deslizó en el baño y cerró la puerta.

 

Pretendería que no había oído eso cuando Taehyung dejara la habitación del hotel. Alguien no estaba pegajoso alrededor por su atún.

 

Yoongi trató de decirse a si mismo que eso era lo mejor.

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CAPITULO 8

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