domingo, 24 de abril de 2022

CAPITULO 9

 

Jesús, el tráfico en Los Angeles, era una perra. Muchas personas lo amaban, diciendo que hacía bombear su adrenalina. Yoongi pensaba que eso era como golpearse a si mismo repetidamente sobre la cabeza con un gran mazo. Había conseguido un maldito buen precio en la feria de gemas por su doble terminada turmalina, con lo que podía mantenerse viajando por los siguientes seis meses. Eso funcionaba para él a la perfección.

 

No tenía ningún deseo de ir a casa a menos que fuera por la reunión obligatoria.

 

Suspirando, rodó su cabeza en su nuca y se dirigió hacia In-N-Out Burger. Estaba muerto de hambre.

 

Había un alto y delgado hombre en fila en frente de él, con auriculares y un cuerpo moviéndose. Lindo.

 

Yoongi lo observó por un momento, sonriendo ante la repuesta predecible en su cuerpo. Sep, había estado largo tiempo solo, demasiado largo gracias a Taehyung. Yoongi había pensado demasiado acerca del bonito gatito, hasta el punto de conseguir que su única noche juntos hubiera sido difícil.

 

La nariz del hombre se torció, casi olfateando el aire. Entonces los brillantes ojos verdes lo encontraron, una cicatriz distintiva cruzaba el rostro del hombre. Taehyung.

 

Hey, gatito. Estaba pensando en ti. —Era la verdad, después de todo.

 

Taehyung le sonrió, contento.

 

—Yoongi. Eres tú. Pensé que conocía eseolor.

 

—¿No apesto? —Podría ser. Estaba apoyado en la madera.

 

No. Hueles como casa. —Las mejillas de Taehyung se tornaron rojo intenso, y el gatito alejó su mirada, moviéndose en la fila—. ¿Qué demonios estás haciendo en California?

 

Yoongi sonrió, moviéndose un poco más cerca de lo que debiera, quizás, sintiendo el calor del cuerpo de Taehyung.

 

—Feria de joyas. ¿Y tú?

 

Coreografiando un especial de televisión. —Comestible. El hombre era enloquecedor.

 

Magnífico. Imagina eso, ¿huh? —Solía tener la urgencia de patear el culo del hombre. Ahora quería cosas completamente diferentes.

 

Sep, ¿estarás aquí algún tiempo?

 

Soy agente libre. Puedo quedarme si necesito hacerlo. ¿Cuánto tiempo estarás aquí?

 

Otros diez días.

 

—¿No jodas? —Se movió al frente cuando Taehyung ordenó, sonriéndole a la chica que estaba detrás del mostrador—. Pido el tuyo, también.

 

Creyó sentir a Taehyung ronronear, esa era la situación más extraña desde… bueno, desde el funeral del papá de Taehyung. ¿Qué era esto que el gatito estaba tornando su mundo al revés?

 

Me Gustaria una triple hamburguesa, sin patatas fritas.

 

—¿Baja en carbohidratos? —Yoongi tenía que reírse ante eso, iba a conseguir comerse dos de las mayores hamburguesas.

 

Solo hambre. —Taehyung asintió—. Cansado de ensaladas.

 

Apuesto que Los Angeles tiene que ser muy duro para tu profesión.

 

Taehyung agarró una taza de café mientras asentía.

 

—¿Feria de joyas, hum?

 

Sep, tenía una reunión con un Jiminccionista de tormalina.

 

—¿Era una azul o verde?

 

Rosa y verde. ¿Una que va de un color a otro? —Se sentaron, ambos respirando el olor de la hamburguesa.

 

Oh, es grandioso. ¿El Jiminccionista va a hacer algo con ella?Pudo ver que la nariz de Taehyung se torció, haciendo reaccionar su boca al olor del agua.

 

No lo sé, era una gran pieza. Probablemente la pongan en una bóveda o algo. —Yoongi era un excavador. Realmente no le importaba lo que la gente hiciera con las piedras, una vez que las entregaba y vendía, solo le Gustaba trasportar la roca fuera del polvo.

 

Qué extraño.

 

Vale la pena un pedazo de cambio, ¿huh? Si ellos querían las ardillas en la basura, ¿por qué no? —Cavaba dentro de su comida, ¿por qué detenerse en la ceremonia?

 

Solo que no entiendo cómo se pone algo bonito lejos donde no puedas jugar con ello.

 

Ah. El gatito se estaba mostrando.

 

—Apuesto a que tienes toneladas de mierda brillante.

 

Tú sabes eso, soy un gran aficionado.

 

Podía solo ver al largo gatito negro rodando alrededor de una pila de almohadas, batallando con las cosas colgadas del techo. Eso lo hacía reír.

 

Los ojos de Taehyung brillaron por un segundo, luego estaba envuelto en una gran hamburguesa. Mordió. Hambriento gatito.

 

—¿Quieres otra? —Esperó preguntar hasta que Taehyung terminó lamiendo sus dedos, que hizo rodar los ojos de Yoongi.

 

No, estaba perfecta.

 

Yoongi amó cómo Taehyung dijo la palabra. Como Eartha Kitt en Batman. Rowr.

 

Luego estaba la esencia de Taehyung en el camino. Como si fuera una droga. Quizás lo era. Se preguntaba qué podría hacer Taehyung si él ponía hierba gatera en su loción para después de afeitarse.

 

Tienes pensamientos perversos.

 

—¿Yo? ¿Cómo puedes decirlo? —Sonreía ampliamente a Taehyung.

 

—¿Estás despierto? —Taehyung resopló, riéndose de él.

 

Oh, tú, pequeña mierda. —Era probablemente cierto, pero aun así…

 

Ahora, ahora, no patas, Perrito.

 

Eres uno con patas, Gatito. —Miró hacia abajo y toda la comida había desaparecido—. ¿Quieres ir a algún sitio?

 

Si, tengo una de esas habitaciones de hotel por un plazo largo. Iré hacia allí.

 

—¿Quieres enseñármela? —Quería a Taehyung. Loco como estaba, Yoongi quería a Taehyung, ahora.

 

Vamos. —Taehyung se pudo de pie, y lo siguió. Como si hubiera una correa tirando de su polla. Yoongi tarareó un poco un sonido de lobo feliz. Sep. Maldita sea. Taehyung se movía como un sueño, su culo se movía de lado a lado, dirigiéndolo hacia el final de la calle. Yoongi quería aullar como uno de esos lobos de los dibujos animados. Era una maravillosa jodida señal. ¿Como jodidos hizo el idiota y desgarbado niño pussy para convertirse en esto?

 

Yoongi imaginó que debería solo estar agradecido ahora mismo. Podría reflexionar después de todas las cosas del universo. Quizás. No tendría mucho qué preguntarse.

 

Estoy en el tercer piso.

 

Taehyung desbloqueó la puerta con su tarjeta llave, empezó a moverse subiendo las escaleras. Yoongi trotaba por detrás, sus ojos nunca abandonaron su fino trasero. Gracias a Dios tenía un paso firme. Pareció tomar una eternidad y no había tiempo en absoluto para entrar en la habitación, la jodida esencia de Taehyung estaba por todos los sitios.

 

Su cuerpo entero se sacudió y tomó todo su control el no tirar al hombre al suelo.

 

Taehyung se giró hacia él, torciendo su nariz.

 

—Hueles a sexo, ¿vas a gruñir si me abalanzo?

 

No. —Sus manos flexionadas—. Por favor, hazlo.

 

No había visto a Taehyung moverse, pero repentinamente sus brazos estaban llenos del hombre, sus labios cubiertos en un salvaje beso haciéndole temblar las rodillas. Su espalda golpeó contra la puerta, su respiración abandonándolo aprisa. Apoyó a Taehyung arriba. Levantándolo un poco para poder frotarse juntos.

 

Joder, mierda. Nunca había sido besado como si estuviera siendo devorado. No hasta ahora. Yoongi se mantenía para todo lo que valía la pena, dejando que Taehyung lo tuviera, saboreando lo que Taehyung tenía para ofrecer. «Yummy».

 

Taehyung era todo brazos y piernas, envolviéndolos alrededor de él, aferrándose a él. Yoongi rompió el beso para respirar pero no se molestó en decir nada. Solo empujó a Taehyung de vuelta para otro beso, igual de ardiente que el primero. Y la lengua de Taehyung se sacudió en el interior de sus labios, moviéndose rápidamente, jodiendo su boca cuando las caderas de Yoongi empezaron a moverse, su polla tan dura que estaba empezando a doler.

 

El cuerpo de Taehyung era como sexo líquido, acompañando sus movimientos, tan malditamente flexible.

 

Joder, podría comerte vivo. —Oh, Yum. Taehyung tiró de él hacia la cama.

 

Tae aterrizó con gracia, tirado por él, y Yoongi se comía al hombre con los ojos, mientras prometía, a continuación, empezar a moverse con la ropa. Taehyung lo simplificó fácil, dejándole ver el largo y delgado cuerpo lleno de cicatrices. Yoongi frunció el ceño un poco. Cicatrices. Trazó una a lo largo del vientre de Taehyung.

 

Taehyung se arqueó, ronroneando.

 

Lindo gatito. —Solo por molestar y buscando risas se inclinó y lamió a lo largo del mismo patrón.

 

Rueda. —Oh, Oh, eso era un pequeño sonido caliente. Hambre. Sopló aire a través del ombligo de Taehyung. Observó esos músculos estremecerse. Quería saber si Taehyung podría resistir si arañaba la pequeña espalda del hombre. Maldita sea. No podía esperar descubrirlo. Volteó a Taehyung como una tortilla de queso y llevó sus dedos abajo por debajo de la cintura de los vaqueros de Taehyung. Y lo arañó.

 

—¡Yoongi! —El culo de Taehyung se levantó, volviendo a arquease imposiblemente y los dedos del hombre se clavaron en la cama.

 

Punto caliente. «Woo y hoo». Yoongi arañó más fuerte, observando su giro con alegría.

 

Joder, maldita sea… —El olor de puro macho necesitado le golpeaba la nariz, haciéndole querer aullar.

 

Tú. Dios. Taehyung. —Su polla se sacudió, sus bolas se apretaron y no estaba incluso desnudo, todavía.

 

Si… —Taehyung se retorció. Su boca aterrizó en él de nuevo mientras esas manos arrancaban sus ropas.

 

Mierda. —Terminó con su espalda en la cama, sin ninguna idea de cómo había pasado eso tan rápido. Taehyung tenía su polla fuera de sus jodidos vaqueros, su lengua lamiéndolo, solo un poco duro para estar cómodo.

 

Taehyung. —La sola palabra salió rota. La respiración de Yoongi irregular.

 

Ojos demasiado verde para el color de ojos de televisión brillaban para él, entonces su polla se vio envuelta en llamas de calorhúmedo, y Yoongi gritó, sus caderas se sacudieron antes que Taehyung las agarrara para mantenerlas inmóviles. Enredó sus dedos en el pelo de Taehyung, jadeando. Todas las cosas acerca de Taehyung —demasiado, demasiado caliente, demasiado fuerte, demasiado bueno, demasiado mucho. Lo bueno era que Yoongi podía ser un hombre de excesos. Demonios. Jodía la boca de Taehyung, la lengua como papel de lija lo hacía bailar.

 

Taehyung tomó cada maldita pulgada de él, los labios envueltos alrededor de la base y succionando duro. Yoongi empujaba arriba y abajo, su vientre como una tabla, su polla como piedra. Solo iba a explotar.

 

Una mano palmeó sus bolas, apretándolas, rodándolas, y eso fue todo lo que necesitó. Yoongi oyó su aullido a través de toda la habitación y estaba esperanzado como el infierno que nadie llamara a control de animales. Los hoteles podían ser arriesgados cuando estaba teniendo esa clase de noche como la que tenía ahora.

 

El ronroneo profundo de Taehyung estaba bajando, suavizándose, pero vibraba todo alrededor de su polla.

 

Oh, Dios, Taehyung, gatito. ¿Qué necesitas? —Acarició el negro suave pelo oscuro, sus dedos moviéndose ociosamente.

 

Tócame, más. —Taehyung acarició y lamió su camino hacia arriba.

 

Sep, puedo hacer eso. —Y podía hacerlo. Acarició la piel de Taehyung, aprendiendo de su textura, el calor de ella.

 

El sonido del gatito lo hacían la hostia, casi era tan bueno como observar a Taehyung retorcerse. Era algo asombroso la forma como Taehyung se movía, acerca de cuán muerto de hambre estaba por su toque. Pobre gatito. El hombre estaba cubierto de cicatrices, algunas viejas, algunas nuevas, arañazos, marcas de mordidas, no es que Taehyunglo dejara explorar algunas de ellas por largo tiempo, por la manera que Taehyung se movía. Yoongi dejó que sus manos las siguieran, pensando cómo conectar los puntos. Dios. Suave donde no había cicatrices. Había una fina línea de vello sedoso por encima de su larga y curvada polla. Sus dedos se sentían malditamente ásperos, en cambio sus callos se enredaban en el fino vello. Joder. Miraba a Taehyung moverse.

 

Mmmmmm. —Taehyung vibraba ronroneando.

 

Yoongi finalmente envolvió su mano alrededor de la polla de Taehyung bombeándola un poco, sintiendo la longitud y el grosor. Joder. Bonita.

 

Oh, buena mano, demasiado buena. —Las caderas de Taehyung se movían como si el hombre estuviera oyendo música. Bailando. Eso era maravilloso. Yoongi observaba, aumentando su presión un poco. Moviéndolo desde la punta hacia la base y volviendo de nuevo.

 

Esos músculos ondulaban, sacudiéndose y bailando mientras Taehyung jodía sus dedos.

 

Yo… Jesús. —Lo empujó abajo con su mano libre. Presionando sus palmas arriba contra las bolas de Taehyung.

 

Taehyung se resistió, el calor se disparó entre ellos. Gatito estaba salvaje, perdido en el placer, sus ojos bien abiertos. Y Yoongi no podía imaginarse cómo alguien en la tierra podría resistirse a ese hombre. Yoongi gimió, yendo a inclinarse para saborear a Taehyung, solo para ver cuán diferente podía ser.

 

Picante. Taehyung estaba salvajemente picante. Jodidamente caliente.

 

Yoongi gimió, su polla ya recobrada, el olor de Taehyung lo ponía necesitado, haciendo que doliera y presionara abajo masajeando sucuerpo entero. Taehyung tarareó, y lo acarició y empezó a prepararlo, su lengua deslizándose sobre su barbilla.

 

Hey, ahora. —Eso se sentía bien pero Yoongi tenía que admitir que necesitaba más.

 

—¿Hmm? —Taehyung rodó con él, la boca en su vientre. Yoongi se puso rígido por un momento, pero no había malicia en ello, ninguna intención que pudiera encontrar más allá de placer. El ronroneo se hizo más alto, el cuerpo de Taehyung se frotaba contra el de él.

 

Necesito, hombre, necesito que me toques. —Tomó la mano de Taehyung poniéndola donde él quería.

 

—¿Todavía necesitado? —La mano de Taehyung era segura, el toque firme y jodidamente caliente.

 

Si. —Se resistió un poco más, se sentía enorme, maravilloso. Pensó que podía solo explotar.

 

Hueles tan bien. —La mano de Taehyung trabajaba en él, tirando todo a lo largo de su eje.

 

Quiero… Yo… wow. —Las palabras no podían empezar a describir eso, Taehyung estaba enfocado, curioso, explorándolo exhaustivamente. Y Taehyung asintió con la cabeza, manteniéndolo en constante baja presión.

 

Yoongi no podía mantener sus ojos abiertos, los apretó cerrándolos, su mandíbula dura, sus dientes apretados. La mano libre de Taehyung se deslizó sobre su muslo, extendiéndolo un poco más amplio. Su vientre se estremeció y su polla saltó y Yoongi dejó que Taehyung lo tocara en los lugares donde nadie más había estado en largo tiempo.

 

 

Bueno. —Taehyung se inclinó, su nariz trazando sus abdominales, casi haciéndole cosquillas.

 

Se sacudió un poco, ambos con risas y necesidad.

 

—No te burles del salvaje lobo, Taehyung.

 

Asume las burlas que no voy a volar tu mente, Yoongi.

 

Estoy listo para que me la vueles. —Esperen, ¿ellos no habían hecho eso ya?

 

Bien. —Esa era una pequeña sonrisa satisfecha, la lengua de Taehyung encontró la punta de su polla de nuevo, lamiendo casi meditativamente, y Yoongi lo disfrutó, recordando la fascinación del gatito con solo roer su cola.

 

Haces que me sienta de esa manera, sep. —Seguro, siempre había sido capaz de irse en cualquier momento, pero esto era especial.

 

—¿No te hará daño? —Taehyung lo tocó, tan levemente que su cuerpo dolía por más.

 

Lo sé, lo sé, hombre, solo… —¿No lo utilizaba para ello? ¿A un lobo?

 

El toque se alejó, y Taehyung se enfocó en su polla de nuevo, dedos presionándolo abajo contra el colchón. Hizo ese sonido que era como un medio gruñido, medio quejido. No podía recordar incluso una necesidad como esa. La jodida lengua de Taehyung estaba haciendo que perdiera su mente, haciéndolo perder su humanidad. Se acurrucó alrededor de la cabeza de Taehyung, jadeando, sosteniéndose en una cadena. Cuando esa lengua rápida como un rayo golpeó la punta de su polla, quemó todo su camino abajo.

 

Yoongi gritó, su cuerpo se estremeció como si fuera tocado por un cable vivo y disparó sobre la cara de Taehyung, tan incontrolable como un niño.

 

Eres malditamente bueno en esto, pequeño burlón. —Yoongi se sentía como un millón de dólares.

 

Dios, esos ojos estaban bailando, riéndose de él.

 

—¿Cómo te sentirías acerca de acurrucarte, gatito? —Él era un fan. Y estaba listo.

 

Soy un gato, hago la siesta como un maestro.

 

Apuesto a que lo haces. —Yoongi empujó a Taehyung arriba envolviendo ambos brazos alrededor del hombre—. Vamos a alcanzar algunos zees entonces.

 

Taehyung ronroneó suavemente, acariciaba su clavícula, luego fue a sus huesos, fundiéndose contra él. Acariciaba la espalda de Taehyung escuchando lo que sonó como un ronroneo. Extrañamente caliente.

 

Todas las cosas acerca de este hombre eran extrañamente calientes.

 

Si era listo. Correría.

 

Muy malo que no fuera realmente brillante. No realmente brillante en absoluto.

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