Yoongi nunca olvidaría la mirada en el rostro de Tae con su
boca abierta y los ojos abiertos de par en par, no por todo el tiempo en que
viviera. No todos los días un hombre le decía a su compañero que lo amaba. Era
aterrador y espantoso y francamente tenebroso, pero la expresión asombrada en
el rostro de Tae bien valió la pena cualquier incomodidad que Yoongi pudiera
haber sentido.
Yoongi sabía que Tae se preocupaba por él, pero a pesar de
sus palabras, no sabía si Tae realmente lo amaba. Podría esperar. Podría
preguntarse. Pero hasta que Tae realmente no dijera algo, Yoongi sencillamente
no lo sabría.
Antes de que Tae pudiera contestar, Yoongi se volvió y se
dirigió hacia la puerta trasera. No podía quedarse ahí y escuchar a Tae
comenzar a refutar lo que Yoongi esperaba que el hombre sintiera. Prefería enfrentarse
a quien fuera que los estuviera esperando afuera a escuchar que a Tae no le
importaba.
—Tae, ¿Ethan está listo para partir? —Yoongi
preguntó a través del vínculo que tenía con Tae.
—Sí —dijo Tae en voz alta detrás
de Yoongi.
Yoongi se dio la vuelta para ver a Ethan y Tae parados en el
arco que conducía a la sala de estar. Tae
estaba junto a Ethan, agarrando la mano del hombre.
Yoongi asintió y se volvió de nuevo hacia la puerta. Esperó
hasta que escuchó a todos caminando detrás de él y luego tomó la manija de la
puerta.
—Ethan, tan pronto como pasemos por la
puerta, corre al bosque tan rápido como puedas.
—Entendido —dijo Ethan.
Yoongi se echó a reír cuando escuchó que Tae hizo eco de las
palabras de Ethan. Incluso Carrie parecía estar en ello, dejando escapar un
pequeño sonido indescifrable.
Yoongi lanzó una última mirada por encima de su hombro a su
pareja y luego se volvió para abrir la puerta.
Salió tan rápido como pudo. Quería a todo el mundo afuera y
corriendo hacia el bosque antes de quien fuera estuviera esperando por ellos,
supiera lo que estaba pasando. Yoongi se dirigió al bosque, manteniendo una
estrecha vigilancia en los árboles. Rezó para que no estuvieran corriendo al
bosque exactamente a donde ellos los estaban observando.
Eso apestaría seriamente.
Yoongi mantuvo a Ethan y a los niños entre él y Tae mientras
corrían. Casi se echó a reír cuando un loco pensamiento entró en su cabeza.
¿Por qué demonios algunas personas tenían que tener un patío tan malditamente
grande? Parecía que ellos seguían corriendo y corriendo.
Justo cuando parecían alcanzar el bosque, oscuras figuras en
la línea de los árboles repentinamente tomaron forma frente a ellos. Yoongi
zigzagueó a su derecha y se detuvo frente a Ethan y los niños. Levantó las
manos a sus costados y comenzó
a retroceder con
la pequeña fiesta de personas que él juró proteger de
regreso a casa.
Las figuras que salieron de la línea de árboles tomaron
forma, entrando en la poca luz que bajaba de la media luna que colgaba en el
cielo. Yoongi instantáneamente reconoció a Timmins y a un par de los otros,
todos familiares de Timmins. Los otros hombres parados con Timmins eran
completos extraños, pero por el fuerte olor a sangre vieja que olía, Yoongi
estaba bastante seguro que ellos eran vampiros.
—Timmins.
—Entréganos al chico, Yoongi —dijo
Timmins—, y te puedes ir.
Al principio, Yoongi pensó que Timmins estaba hablando de Tae,
y sintió una corriente interior de rabia hormiguear debajo de su piel. Cuando
los ojos de Timmins se movieron más allá de él, y Yoongi se volvió para mirar,
se dio cuenta que Timmins estaba mirando a Ethan.
Eso tampoco iba a suceder.
Yoongi negó con la cabeza mientras se volvía de nuevo hacia
Timmins.
—El Alfa Park sabe lo que estás haciendo,
Timmins, y le pondrá fin a este enfermizo plan tuyo. Él no va a permitir que
vendas a nadie más de esta manada a los chupasangres.
—De todos modos esta manada se está
haciendo muy vieja —respondió Timmins—. De todos modos los únicos que quedan
son los que los vampiros no tomarían. Es tiempo de seguir y establecer otra
manada de donadores. Estoy seguro que en una de los alrededores podrían
dar refugio, y a su familia, a alguien que esté escapando de toda la violencia
creada por este horrible conflicto.
La sonrisa que se
estableció en los labios de Timmins envió escalofríos por la espalda de Yoongi.
Sabía lo que el hombre iba a decir antes de que incluso lo dijera.
—Tal vez incluso la manada de Wolf Creek.
—Timmins miró nuevamente más allá de Yoongi—. Esa es la manada de tu compañero,
¿verdad? ¿La manada de Wolf Creek?
—Kim Dowoo nunca permitiría que tocaran a
ningún miembro de su manada —espetó Yoongi.
—Él no puede detenerme si está muerto.
Yoongi gruñó ante la amenaza a su suegro.
—¡Y tú tampoco! —gritó Timmins mientras
saltaba hacia atrás y dos grandes cambiaformas lobos tomaron su lugar.
—Corre, Tae. Logra que Ethan y los
niños estén a salvo —Yoongi le envió a su compañero mientras
saltaba hacia los dos cambiaformas, cambiando en medio del salto. Una cosa que Yoongi
sabía estaba a su favor, era la velocidad en la que podía cambiar. Lo había
mantenido con vida más de una vez. Sólo esperaba que lo mantuviera con
vida esta vez.
Yoongi había cambiado por completo para el momento en que
aterrizó sobre los dos hombres lobos. Comenzó a morderlos antes de que pudieran
cambiar, esperando poder encargarse de ellos antes de que fueran una amenaza
para él.
Yoongi empujó a uno de los hombres lobos al piso y lo atacó. Podía sentir las garras del otro
hombre lobo enterrarse en su espalda mientras hundía sus dientes en el cambiaforma
debajo de él, desgarrando su garganta. Escuchó al cambiaforma gorgotear un
momento, y luego la luz desapareció de sus ojos.
Yoongi inmediatamente dirigió su atención al lobo que lo
estaba atacando por la espalda. Se dio vuelta y atacó, cerrando sus mandíbulas
varias veces antes de sentir la carne entre sus dientes. Mordió y arrancó,
alejándose con un buen pedazo del flanco del cambiaforma.
El cambiaforma aulló y cayó al suelo. Yoongi se abalanzó
sobre él antes de que pudiera levantarse. No le gustaba matar pero, si tenía
que hacerlo, lo hacía. Yoongi apretó los dientes en la garganta del cambiaforma
y aplicó suficiente presión para que se le complicara respirar, y luego esperó,
con esperanza.
A diferencia del cambiaforma anterior. Yoongi quería darle a este una oportunidad. Bueno,
también, habría querido darle al otro una oportunidad, pero estaba siendo
atacado por dos lados a la vez, y permanecer con vida había superado todo en su
mente.
Cuando el cambiaforma bajó sus ojos. Yoongi cedió y levantó
su hocico. Encogió hacia atrás sus labios y gruñó profundamente en su garganta
a los otros que lo estaban rodeando sin moverse del cambiaforma. Mantuvo sus
garras enterradas en la piel del cambiaforma, esperando saber exactamente dónde
estaba en todo momento mientras confrontaba a los otros.
Timmins no estaba en ningún lado. Una gran sorpresa ahí. Los
cobardes siempre escapaban cuando sus planes de dominar al mundo comenzaban a
desmoronarse. Los vampiros, sin embargo, estaban un poco más allá de Yoongi y
parecían estar listos para la batalla.
Bueno, en cuanto a Yoongi, tomaría a todo un aquelarre lleno
de chupasangres si eso significaba mantener a Tae, Ethan y los niños a salvo.
Dio un paso atrás liberando al cambiaforma debajo de él y
por seguridad puso un par de pasos entre ellos, y luego cambió de nuevo a su
forma humana. Se dio cuenta que estaba ahí desnudo, pero no le importaba, no
cuando uno de los vampiros lo miró boquiabierto.
—Tienen dos opciones —dijo Yoongi—.
Pueden irse y olvidarse de este plan de comprar a los miembros de mi manada, o
pueden morir. La elección es suya. Con una siguen con vida pero, si
eligen la otra, los llevará a la muerte.
La mandíbula de Yoongi casi se cayó de sorpresa cuando uno
de los vampiros le siseó. En realidad, él nunca había visto a un vampiro así de
cerca y en persona. Decidió nunca haberlo hecho. Los chupasangres malditos eran
criaturas de aspecto vicioso.
Yoongi no estaba para nada sorprendido cuando los dos
corrieron hacia él. Se lo esperaba. Lo que no esperaba era que el cambiaforma
que había sometido sólo hace un momento, saltara y corriera hacia él al mismo
tiempo. Estaba en muy mala forma, y firmó la sentencia de muerte del
cambiaforma.
Yoongi primero fue por él. Comenzó a cambiar a su forma de
lobo. Una vez que sus manos tenían garras, las deslizó por la garganta del
cambiaforma antes de que incluso pudiera alcanzar a Yoongi. Finalizó el resto
de su cambio antes de que el cuerpo del hombre lobo incluso golpeara el suelo.
Y luego se volvió para enfrentarse a los dos vampiros que se
dirigían hacia él, sólo que ellos ahora parecían titubear. Yoongi chasqueó sus
mandíbulas a los vampiros, advirtiéndoles que retrocedieran. De todos modos los
idiotas se abalanzaron hacia él.
Yoongi saltó y llevó a uno de ellos al suelo, pero sintió al
otro saltar a su espalda. El dolor explotó en su hombro, y supo que el vampiro
lo había mordido. Estaba luchando en dos frentes, el vampiro frente a él estaba
tratando de desgarrar su garganta y el vampiro detrás de él estaba tratando de
drenar su sangre.
Después de unos pocos sorbos de sangre drenada de su cuerpo,
Yoongi podía sentir que se debilitaba. Sabía que tenía que hacer algo antes de
que sus fuerzas lo dejaran por completo. Enterró sus garras en el vampiro
debajo de él y lo usó como palanca para darse vuelta sobre su espalda.
Más agonía de la que Yoongi pensó que jamás había
experimentado rasgó a través de él, cuando los colmillos del vampiro
incrustados en su hombro se desprendieron. Yoongi usó las garras de sus patas
traseras para cortar el estómago del vampiro sobre él, arañándolo con todas sus
fuerzas.
Después de un par de golpes, sintió salpicaduras de caliente
líquido sobre sus patas, saturando su pelaje. Con un poderoso impulsó de sus piernas
traseras, Yoongi lo lanzó lejos de él. Escuchó al chupasangre aterrizar a
varios pies de distancia pero no tuvo tiempo de ver a dónde había aterrizado.
Aún tenía a un vampiro más con el que lidiar.
Yoongi no podía entender cómo lograr sacarse al vampiro de
su espalda. Rodó de un lado a otro. A cada lado que rodaba, el vampiro rodaba.
Estaba pegado a la peluda espalda de Yoongi como una segunda capa de piel.
Exasperado, Yoongi cambió a su forma humana. Sabía que lo
dejaría más vulnerable, pero sería capaz de coger al chupasangre por sorpresa.
Y Yoongi oraba con todo su ser que los
vampiros estuvieran construidos como los hombres lobos. Extendió la mano entre
sus muslos desnudos y agarró el junco del hombre, apretando con todas sus
fuerzas.
El vampiro gritó y aflojó el control que tenía sobre Yoongi
lo suficiente para que Yoongi fuera capaz de liberarse. Cambió nuevamente a su
forma de lobo mientras rodaba sobre sus manos y rodillas, aterrizando en cambio
sobre sus patas.
Yoongi, una vez más, curvó sus labios hacia atrás y gruñó
mientras se preparaba para saltar. Pero el vampiro aún seguía gimiendo y
quejándose mientras acunaba su polla y bolas con sus manos, rodando de un lado
a otro en el suelo.
Yoongi rodó los ojos y volvió a cambiar. Se puso de pie y
caminó hacia el vampiro, agarrándolo por la camisa y lo sacudió. Balanceó un
puño en su rostro y el vampiro quedó inconsciente.
Yoongi rompió la camisa del tipo en tiras y le ató las manos
detrás de su espalda. Dudaba que lo contuviera mucho rato, pero era eso o
cortarle la garganta, y él prefería no derramar sangre si podía evitarlo.
El otro vampiro estaba inconsciente. Sólo cuando Yoongi se
acercó se dio cuenta que cuando lo pateó el vampiro había golpeado contra un
árbol. Bien, eso significaba menos trabajo para Yoongi. También se dio cuenta
que el vampiro parecía ser casi del mismo tamaño de él. Y ya que Yoongi estaba
desnudo, la ropa del vampiro inconsciente sería de ayuda. Desnudó al segundo
vampiro hasta su ropa interior de seda y luego lo ató a un árbol al igual que
al primer vampiro.
Después de que ambos estuvieron asegurados en árboles
separados, reunió la ropa del vampiro y las ató en un fardo. Volvió a cambiar a
su forma de lobo, agarró el bulto con sus dientes, y se dirigió al bosque.
—Tae, ¿dónde estás, bebé? —preguntó Yoongi
a través de su vínculo.
—Estamos en el bosque a unas quinientas
yardas de la casa —Tae respondió casi de inmediato—. Ten cuidado. Hay alguien
que nos está siguiendo.
—Ya voy, bebé.
Yoongi se echó a correr hacia el bosque tan rápido como sus
cuatro patas se lo permitieron. Tenía una idea general del camino que Tae,
Ethan, y los niños habían tomado pero no era exacto. Afortunadamente, cuanto
más corría por el bosque, más fuerte su aroma se acrecentaba.
El aroma de Timmins también era fuerte, lo que significaba
que el hombre estaba persiguiendo a Tae, Ethan y los niños. Yoongi aumentó la
velocidad explosivamente mientras zigzagueaba alrededor de los árboles y se
empujaba a través de la maleza.
—Tae, Timmins está detrás de ti.
—Lo sé, puedo oírlo.
—Sigue adelante. Estaré allí pronto.
—Demasiado tarde.
Yoongi casi tropezó cuando escuchó las palabras de Tae. Dejó
caer el bulto de ropa de su boca y comenzó a correr más rápido de lo que alguna
vez lo hubiese hecho en su vida, sobre todo porque su vida dependía de ello. Si
algo le sucedía a Tae, Yoongi dudaba que pudiera seguir adelante. Él hablaba en
serio cuando le dijo a Tae que lo amaba.
Tae era su vida.
—¿Tae? —gritó a través de su enlace— ¿Qué
está sucediendo?
—Timmins nos ha acorralado en el borde
de un acantilado. No sé cuánto tiempo más pueda frenarlo. Está insistiendo en
que Ethan tiene que ir con él, pero tiene un arma. Dudo seriamente que planee
dejarnos ir ilesos.
—Ya voy, bebé. Sólo contenlo un poco más.
—Bueno, pon tu culo en marcha,
maldita sea —respondió agriamente Tae—. No estoy
seguro que tenga un poco más de tiempo, Yoongi.
Yoongi salió a través del borde de los árboles un momento
más tarde. Se detuvo y se agachó abajo a ras del suelo para poder evaluar la
situación. Lo que vio lo puso en acción una vez más. Timmins sostenía un arma
en su mano, y estaba apuntando directamente a Tae, quien estaba de pie frente a
Ethan y los niños.
— ¡Agáchate, Tae! —gritó Yoongi mientras
corría a través del pequeño claro y se tiró sobre Timmins. Ambos cayeron
al implacable y duro suelo. Yoongi escuchó la pistola explotar y casi
instantáneamente el dolor abrasó su hombro. Sabía que Timmins le había
disparado.
Tae iba a patearle el culo por recibir un disparo, otra vez.
Yoongi gruñó ferozmente mientras agarraba el brazo de
Timmins y hundió sus afilados colmillos tanto como pudo. El sabor amargo
cobrizo de la sangre llenó su boca, y Yoongi casi hizo arcadas de disgusto.
Timmins sabía como a mierda hervida. Yoongi sólo podía adivinar lo que el
hombre había estado digiriendo. Animales atropellados le vino instantáneamente
a la mente.
Yoongi oyó a Tae gritar mientras rodaba con Timmins en el
suelo, pero no podía despegar su concentración del hombre con el que estaba
luchando. Nunca antes había visto a Timmins luchar, así que no sabía qué tan
fuerte era el hombre.
Pero él era un luchador sin escrúpulos. Yoongi lo descubrió
cuando Timmins le lanzó un puñado de tierra a los ojos. Yoongi se echó hacia
atrás y agitó la cabeza, parpadeando rápidamente. Sus ojos ardían como si le hubiesen
arrojado pedazos de vidrios en vez de tierra. Limpió sus ojos con sus patas
hasta que los pudo abrir sin demasiado dolor. Cuando lo hizo, Yoongi se
encontró mirando el cañón de una pistola.
«¡Mierda!»
Las manos de Timmins estaban temblando, y el hombre tenía un
poco de sangre en él. Su pelo estaba revuelto, y la suciedad manchaba su ropa.
Lucía como si lo hubieran hecho sudar
la gota gorda,
no era la apariencia usual del tipo. El arma en sus
manos, sin embargo, se veía enorme.
—Quiero a Ethan —espetó Timmins. Hizo un
gesto con el arma de un lado a otro, un gesto que Yoongi entendió claramente—.
Y lo quiero ahora.
Yoongi se puso de pie y fue cojeando para pararse junto a Tae.
Sintió la mano de Tae enroscarse en su piel. No estaba seguro si Tae estaba
tratando de tranquilizarlo o refrenándolo. Pero ambos dieron un paso atrás
cuando Timmins agitó nuevamente el arma.
—Ethan no quiere ir contigo, Timmins
—dijo Tae.
Yoongi casi mordió a Tae en la pierna por discutir con un
loco, y además con un loco armado. El hombre no tenía ningún instinto de
supervivencia.
—Si no puedo tener a Virgil, tomaré a
Ethan.
Yoongi se daba cuenta que estaba en forma de lobo, pero
todavía podía sentir sus cejas elevarse ante la declaración de Timmins. ¿El
hombre hablaba en serio? Ethan había dicho que Timmins tenía una obsesión por
Virgil, pero Yoongi no se había dado cuenta que se había filtrado hacia Ethan.
Además de ser realmente un enfermo jodidamente retorcido,
¿cuál era el problema de este hombre? ¿Por qué tenía tal obsesión por Ethan y
su hermano? ¿Era a causa de los vampiros o por algo más? Sólo el dinero y el
poder podían llevar a un tipo muy lejos en la vida. Timmins tenía que ir detrás
de algo más.
Yoongi atrapó un ligero movimiento con el rabillo de su ojo.
Se volvió para ver a Ethan desatando a Carrie de su espalda. Tenía un muy mal
presentimiento mientras veía a Ethan poner a Carrie en el suelo y ponerse en
cuclillas para hablar con Namjoony. Un momento después, Yoongi supo qué le había
advertido su sensación de inseguridad cuando Ethan se levantó y se paró delante
de él y Tae.
—Iré contigo si prometes dejar ir a mis
amigos —dijo Ethan.
«¡Oh,
claro que no!»
Yoongi ladró fuerte, tratando de llamar la atención de
Timmins lejos de Ethan y de regreso a él.
—Dile que no, Tae.
Timmins no tenía ninguna intención de dejar ir a ninguno de
ellos y él lo sabía. Ethan debería haberlo sabido, pero aparentemente el chico
era un poco ingenuo. Por la forma en que Timmins estaba agitando el arma
alrededor, Yoongi tenía serias dudas de que alguno de ellos saliera de allí con
vida.
—Ven a mí, Ethan. —Timmins le hizo un
gesto con la mano para que el hombre se acercara.
Un bajo gruñido se empezó a construir en el pecho de Yoongi
cuando Ethan comenzó a dar un paso adelante. De algún modo, en el último par de
horas, Ethan se había convertido en algo más importante que sólo un miembro de
la manada que Yoongi necesitaba proteger porque era su deber. Él se había
convertido en un amigo. Yoongi no podría vivir consigo mismo si algo le pasaba
al dulce chiquillo.
El gruñido de Yoongi se hizo más fuerte y más amenazador
ante la mirada de triunfo que se apoderó de Timmins. La mirada lasciva que
envió a Ethan le dio asco a Yoongi, y no tenía ninguna duda de lo que el hombre
planeaba hacerle al dulce e inocente Ethan.
En el segundo en que Ethan se interpuso entre él y Timmins, Timmins
bajó el arma para tomar a Ethan, Yoongi saltó. Escuchó explotar el arma y oró
para que nadie recibiera el disparo. Sabía que él no. El único dolor que sentía
provenía de chocar con Timmins y llevarlo con él al suelo.
Yoongi abrió sus quijadas, preparándose para morder la
garganta de Timmins y rasgarla, cuando de repente se dio cuenta del sonido de
gorgoteo proveniente del hombre. Se echó hacia atrás cuando vio el agujero de
bala en el cuello de Timmins, y rápidamente escaneó el área cercana por nuevas
señales de peligro.
Un alto y flaco hombre salió de los árboles al otro lado del
pequeño claro en donde Yoongi estaba de pie sobre Timmins. Yoongi bajó el
hocico y gruñó, mostrando sus muy impresionantes dientes.
El hombre de inmediato bajó el cañón del rifle en sus manos
y apuntó hacia el suelo. Extendió una de sus manos.
—No significo ningún peligro para ti
—dijo el hombre—. Sólo quiero a mi Ethan, y luego me iré.
La cabeza de Yoongi giró bruscamente cuando oyó a Ethan
inhalar rápidamente, y luego un suave sollozo escapó de los labios del hombre y
fue corriendo a través del claro hacia el hombre con el rifle. Yoongi dio un
paso adelante para detener a Ethan, sin saber exactamente qué estaba pasando.
Las manos de Tae se empuñaron en su pelaje manteniéndolo en el lugar.
—Está bien, Yoongi —dijo Tae—. Estoy bastante seguro que Ethan lo conoce.
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