sábado, 30 de abril de 2022

CAPITULO 11

Yoongi nunca olvidaría la mirada en el rostro de Tae con su boca abierta y los ojos abiertos de par en par, no por todo el tiempo en que viviera. No todos los días un hombre le decía a su compañero que lo amaba. Era aterrador y espantoso y francamente tenebroso, pero la expresión asombrada en el rostro de Tae bien valió la pena cualquier incomodidad que Yoongi pudiera haber sentido.

 

Yoongi sabía que Tae se preocupaba por él, pero a pesar de sus palabras, no sabía si Tae realmente lo amaba. Podría esperar. Podría preguntarse. Pero hasta que Tae realmente no dijera algo, Yoongi sencillamente no lo sabría.

 

Antes de que Tae pudiera contestar, Yoongi se volvió y se dirigió hacia la puerta trasera. No podía quedarse ahí y escuchar a Tae comenzar a refutar lo que Yoongi esperaba que el hombre sintiera. Prefería enfrentarse a quien fuera que los estuviera esperando afuera a escuchar que a Tae no le importaba.

 

—Tae, ¿Ethan está listo para partir? —Yoongi preguntó a través del vínculo que tenía con Tae.

 

—Sí —dijo Tae en voz alta detrás de Yoongi.

 

Yoongi se dio la vuelta para ver a Ethan y Tae parados en el arco que conducía a la sala de estar.  Tae estaba junto a Ethan, agarrando la mano del hombre.

 

Yoongi asintió y se volvió de nuevo hacia la puerta. Esperó hasta que escuchó a todos caminando detrás de él y luego tomó la manija de la puerta.

 

—Ethan, tan pronto como pasemos por la puerta, corre al bosque tan rápido como puedas.

 

—Entendido —dijo Ethan.

 

Yoongi se echó a reír cuando escuchó que Tae hizo eco de las palabras de Ethan. Incluso Carrie parecía estar en ello, dejando escapar un pequeño sonido indescifrable.

 

Yoongi lanzó una última mirada por encima de su hombro a su pareja y luego se volvió para abrir la puerta.

 

Salió tan rápido como pudo. Quería a todo el mundo afuera y corriendo hacia el bosque antes de quien fuera estuviera esperando por ellos, supiera lo que estaba pasando. Yoongi se dirigió al bosque, manteniendo una estrecha vigilancia en los árboles. Rezó para que no estuvieran corriendo al bosque exactamente a donde ellos los estaban observando.

 

Eso apestaría seriamente.

 

Yoongi mantuvo a Ethan y a los niños entre él y Tae mientras corrían. Casi se echó a reír cuando un loco pensamiento entró en su cabeza. ¿Por qué demonios algunas personas tenían que tener un patío tan malditamente grande? Parecía que ellos seguían corriendo y corriendo.

 

Justo cuando parecían alcanzar el bosque, oscuras figuras en la línea de los árboles repentinamente tomaron forma frente a ellos. Yoongi zigzagueó a su derecha y se detuvo frente a Ethan y los niños. Levantó las manos a sus costados  y  comenzó  a  retroceder  con  la  pequeña  fiesta de personas que él juró proteger de regreso a casa.

 

Las figuras que salieron de la línea de árboles tomaron forma, entrando en la poca luz que bajaba de la media luna que colgaba en el cielo. Yoongi instantáneamente reconoció a Timmins y a un par de los otros, todos familiares de Timmins. Los otros hombres parados con Timmins eran completos extraños, pero por el fuerte olor a sangre vieja que olía, Yoongi estaba bastante seguro que ellos eran vampiros.

 

—Timmins.

 

—Entréganos al chico, Yoongi —dijo Timmins—, y te puedes ir.

 

Al principio, Yoongi pensó que Timmins estaba hablando de Tae, y sintió una corriente interior de rabia hormiguear debajo de su piel. Cuando los ojos de Timmins se movieron más allá de él, y Yoongi se volvió para mirar, se dio cuenta que Timmins estaba mirando a Ethan.

 

Eso tampoco iba a suceder.

 

Yoongi negó con la cabeza mientras se volvía de nuevo hacia Timmins.

 

—El Alfa Park sabe lo que estás haciendo, Timmins, y le pondrá fin a este enfermizo plan tuyo. Él no va a permitir que vendas a nadie más de esta manada a los chupasangres.

 

—De todos modos esta manada se está haciendo muy vieja —respondió Timmins—. De todos modos los únicos que quedan son los que los vampiros no tomarían. Es tiempo de seguir y establecer otra manada de donadores. Estoy seguro que en una de los alrededores podrían dar refugio, y a su familia, a alguien que esté escapando de toda la violencia creada por este horrible conflicto.

 

 La sonrisa que se estableció en los labios de Timmins envió escalofríos por la espalda de Yoongi. Sabía lo que el hombre iba a decir antes de que incluso lo dijera.

 

—Tal vez incluso la manada de Wolf Creek. —Timmins miró nuevamente más allá de Yoongi—. Esa es la manada de tu compañero, ¿verdad? ¿La manada de Wolf Creek?

 

—Kim Dowoo nunca permitiría que tocaran a ningún miembro de su manada —espetó Yoongi.

 

—Él no puede detenerme si está muerto.

 

Yoongi gruñó ante la amenaza a su suegro.

 

—¡Y tú tampoco! —gritó Timmins mientras saltaba hacia atrás y dos grandes cambiaformas lobos tomaron su lugar.

 

—Corre, Tae. Logra que Ethan y los niños estén a salvo —Yoongi le envió a su compañero mientras saltaba hacia los dos cambiaformas, cambiando en medio del salto. Una cosa que Yoongi sabía estaba a su favor, era la velocidad en la que podía cambiar. Lo había mantenido con vida más de una vez. Sólo esperaba que lo mantuviera con vida esta vez.

 

Yoongi había cambiado por completo para el momento en que aterrizó sobre los dos hombres lobos. Comenzó a morderlos antes de que pudieran cambiar, esperando poder encargarse de ellos antes de que fueran una amenaza para él.

 

Yoongi empujó a uno de los hombres lobos al piso y  lo atacó. Podía sentir las garras del otro hombre lobo enterrarse en su espalda mientras hundía sus dientes en el cambiaforma debajo de él, desgarrando su garganta. Escuchó al cambiaforma gorgotear un momento, y luego la luz desapareció de sus ojos.

 

Yoongi inmediatamente dirigió su atención al lobo que lo estaba atacando por la espalda. Se dio vuelta y atacó, cerrando sus mandíbulas varias veces antes de sentir la carne entre sus dientes. Mordió y arrancó, alejándose con un buen pedazo del flanco del cambiaforma.

 

El cambiaforma aulló y cayó al suelo. Yoongi se abalanzó sobre él antes de que pudiera levantarse. No le gustaba matar pero, si tenía que hacerlo, lo hacía. Yoongi apretó los dientes en la garganta del cambiaforma y aplicó suficiente presión para que se le complicara respirar, y luego esperó, con esperanza.

 

A diferencia del cambiaforma anterior. Yoongi  quería darle a este una oportunidad. Bueno, también, habría querido darle al otro una oportunidad, pero estaba siendo atacado por dos lados a la vez, y permanecer con vida había superado todo en su mente.

 

Cuando el cambiaforma bajó sus ojos. Yoongi cedió y levantó su hocico. Encogió hacia atrás sus labios y gruñó profundamente en su garganta a los otros que lo estaban rodeando sin moverse del cambiaforma. Mantuvo sus garras enterradas en la piel del cambiaforma, esperando saber exactamente dónde estaba en todo momento mientras confrontaba a los otros.

 

Timmins no estaba en ningún lado. Una gran sorpresa ahí. Los cobardes siempre escapaban cuando sus planes de dominar al mundo comenzaban a desmoronarse. Los vampiros, sin embargo, estaban un poco más allá de Yoongi y parecían estar listos para la batalla.

 

Bueno, en cuanto a Yoongi, tomaría a todo un aquelarre lleno de chupasangres si eso significaba mantener a Tae, Ethan y los niños a salvo.

 

Dio un paso atrás liberando al cambiaforma debajo de él y por seguridad puso un par de pasos entre ellos, y luego cambió de nuevo a su forma humana. Se dio cuenta que estaba ahí desnudo, pero no le importaba, no cuando uno de los vampiros lo miró boquiabierto.

 

—Tienen dos opciones —dijo Yoongi—. Pueden irse y olvidarse de este plan de comprar a los miembros de mi manada, o pueden morir. La elección es suya. Con una siguen con vida pero, si eligen la otra, los llevará a la muerte.

 

La mandíbula de Yoongi casi se cayó de sorpresa cuando uno de los vampiros le siseó. En realidad, él nunca había visto a un vampiro así de cerca y en persona. Decidió nunca haberlo hecho. Los chupasangres malditos eran criaturas de aspecto vicioso.

 

Yoongi no estaba para nada sorprendido cuando los dos corrieron hacia él. Se lo esperaba. Lo que no esperaba era que el cambiaforma que había sometido sólo hace un momento, saltara y corriera hacia él al mismo tiempo. Estaba en muy mala forma, y firmó la sentencia de muerte del cambiaforma.

 

Yoongi primero fue por él. Comenzó a cambiar a su forma de lobo. Una vez que sus manos tenían garras, las deslizó por la garganta del cambiaforma antes de que incluso pudiera alcanzar a Yoongi. Finalizó el resto de su cambio antes de que el cuerpo del hombre lobo incluso golpeara el suelo.

 

Y luego se volvió para enfrentarse a los dos vampiros que se dirigían hacia él, sólo que ellos ahora parecían titubear. Yoongi chasqueó sus mandíbulas a los vampiros, advirtiéndoles que retrocedieran. De todos modos los idiotas se abalanzaron hacia él.

 

Yoongi saltó y llevó a uno de ellos al suelo, pero sintió al otro saltar a su espalda. El dolor explotó en su hombro, y supo que el vampiro lo había mordido. Estaba luchando en dos frentes, el vampiro frente a él estaba tratando de desgarrar su garganta y el vampiro detrás de él estaba tratando de drenar su sangre.

 

Después de unos pocos sorbos de sangre drenada de su cuerpo, Yoongi podía sentir que se debilitaba. Sabía que tenía que hacer algo antes de que sus fuerzas lo dejaran por completo. Enterró sus garras en el vampiro debajo de él y lo usó como palanca para darse vuelta sobre su espalda.

 

Más agonía de la que Yoongi pensó que jamás había experimentado rasgó a través de él, cuando los colmillos del vampiro incrustados en su hombro se desprendieron. Yoongi usó las garras de sus patas traseras para cortar el estómago del vampiro sobre él, arañándolo con todas sus fuerzas.

Después de un par de golpes, sintió salpicaduras de caliente líquido sobre sus patas, saturando su pelaje. Con un poderoso impulsó de sus piernas traseras, Yoongi lo lanzó lejos de él. Escuchó al chupasangre aterrizar a varios pies de distancia pero no tuvo tiempo de ver a dónde había aterrizado. Aún tenía a un vampiro más con el que lidiar.

 

Yoongi no podía entender cómo lograr sacarse al vampiro de su espalda. Rodó de un lado a otro. A cada lado que rodaba, el vampiro rodaba. Estaba pegado a la peluda espalda de Yoongi como una segunda capa de piel.

 

Exasperado, Yoongi cambió a su forma humana. Sabía que lo dejaría más vulnerable, pero sería capaz de coger al chupasangre por sorpresa. Y Yoongi oraba  con todo su ser que los vampiros estuvieran construidos como los hombres lobos. Extendió la mano entre sus muslos desnudos y agarró el junco del hombre, apretando con todas sus fuerzas.

 

El vampiro gritó y aflojó el control que tenía sobre Yoongi lo suficiente para que Yoongi fuera capaz de liberarse. Cambió nuevamente a su forma de lobo mientras rodaba sobre sus manos y rodillas, aterrizando en cambio sobre sus patas.

 

Yoongi, una vez más, curvó sus labios hacia atrás y gruñó mientras se preparaba para saltar. Pero el vampiro aún seguía gimiendo y quejándose mientras acunaba su polla y bolas con sus manos, rodando de un lado a otro en el suelo.

 

Yoongi rodó los ojos y volvió a cambiar. Se puso de pie y caminó hacia el vampiro, agarrándolo por la camisa y lo sacudió. Balanceó un puño en su rostro y el vampiro quedó inconsciente.

 

Yoongi rompió la camisa del tipo en tiras y le ató las manos detrás de su espalda. Dudaba que lo contuviera mucho rato, pero era eso o cortarle la garganta, y él prefería no derramar sangre si podía evitarlo.

 

El otro vampiro estaba inconsciente. Sólo cuando Yoongi se acercó se dio cuenta que cuando lo pateó el vampiro había golpeado contra un árbol. Bien, eso significaba menos trabajo para Yoongi. También se dio cuenta que el vampiro parecía ser casi del mismo tamaño de él. Y ya que Yoongi estaba desnudo, la ropa del vampiro inconsciente sería de ayuda. Desnudó al segundo vampiro hasta su ropa interior de seda y luego lo ató a un árbol al igual que al primer vampiro.

 

Después de que ambos estuvieron asegurados en árboles separados, reunió la ropa del vampiro y las ató en un fardo. Volvió a cambiar a su forma de lobo, agarró el bulto con sus dientes, y se dirigió al bosque.

 

—Tae, ¿dónde estás, bebé? —preguntó Yoongi a través de su vínculo.

 

—Estamos en el bosque a unas quinientas yardas de la casa —Tae respondió casi de inmediato—. Ten cuidado. Hay alguien que nos está siguiendo.

 

—Ya voy, bebé.

 

Yoongi se echó a correr hacia el bosque tan rápido como sus cuatro patas se lo permitieron. Tenía una idea general del camino que Tae, Ethan, y los niños habían tomado pero no era exacto. Afortunadamente, cuanto más corría por el bosque, más fuerte su aroma se acrecentaba.

El aroma de Timmins también era fuerte, lo que significaba que el hombre estaba persiguiendo a Tae, Ethan y los niños. Yoongi aumentó la velocidad explosivamente mientras zigzagueaba alrededor de los árboles y se empujaba a través de la maleza.

 

—Tae, Timmins está detrás de ti.

 

—Lo sé, puedo oírlo.

 

—Sigue adelante. Estaré allí pronto.

 

—Demasiado tarde.

 

Yoongi casi tropezó cuando escuchó las palabras de Tae. Dejó caer el bulto de ropa de su boca y comenzó a correr más rápido de lo que alguna vez lo hubiese hecho en su vida, sobre todo porque su vida dependía de ello. Si algo le sucedía a Tae, Yoongi dudaba que pudiera seguir adelante. Él hablaba en serio cuando le dijo a Tae que lo amaba.

 

Tae era su vida.

 

—¿Tae? —gritó a través de su enlace— ¿Qué está sucediendo?

 

—Timmins nos ha acorralado en el borde de un acantilado. No sé cuánto tiempo más pueda frenarlo. Está insistiendo en que Ethan tiene que ir con él, pero tiene un arma. Dudo seriamente que planee dejarnos ir ilesos.

 

—Ya voy, bebé. Sólo contenlo un poco más.

 

—Bueno, pon tu culo en marcha, maldita sea —respondió agriamente Tae—. No estoy seguro que tenga un poco más de tiempo, Yoongi.

 

Yoongi salió a través del borde de los árboles un momento más tarde. Se detuvo y se agachó abajo a ras del suelo para poder evaluar la situación. Lo que vio lo puso en acción una vez más. Timmins sostenía un arma en su mano, y estaba apuntando directamente a Tae, quien estaba de pie frente a Ethan y los niños.

 

— ¡Agáchate, Tae! —gritó Yoongi mientras corría a través del pequeño claro y se tiró sobre Timmins. Ambos cayeron al implacable y duro suelo. Yoongi escuchó la pistola explotar y casi instantáneamente el dolor abrasó su hombro. Sabía que Timmins le había disparado.

 

Tae iba a patearle el culo por recibir un disparo, otra vez.

 

Yoongi gruñó ferozmente mientras agarraba el brazo de Timmins y hundió sus afilados colmillos tanto como pudo. El sabor amargo cobrizo de la sangre llenó su boca, y Yoongi casi hizo arcadas de disgusto. Timmins sabía como a mierda hervida. Yoongi sólo podía adivinar lo que el hombre había estado digiriendo. Animales atropellados le vino instantáneamente a la mente.

 

Yoongi oyó a Tae gritar mientras rodaba con Timmins en el suelo, pero no podía despegar su concentración del hombre con el que estaba luchando. Nunca antes había visto a Timmins luchar, así que no sabía qué tan fuerte era el hombre.

 

Pero él era un luchador sin escrúpulos. Yoongi lo descubrió cuando Timmins le lanzó un puñado de tierra a los ojos. Yoongi se echó hacia atrás y agitó la cabeza, parpadeando rápidamente. Sus ojos ardían como si le hubiesen arrojado pedazos de vidrios en vez de tierra. Limpió sus ojos con sus patas hasta que los pudo abrir sin demasiado dolor. Cuando lo hizo, Yoongi se encontró mirando el cañón de una pistola.

 

«¡Mierda!»

 

Las manos de Timmins estaban temblando, y el hombre tenía un poco de sangre en él. Su pelo estaba revuelto, y la suciedad manchaba su ropa. Lucía como si lo hubieran  hecho  sudar  la  gota  gorda,  no  era  la apariencia usual del tipo. El arma en sus manos, sin embargo, se veía enorme.

 

—Quiero a Ethan —espetó Timmins. Hizo un gesto con el arma de un lado a otro, un gesto que Yoongi entendió claramente—. Y lo quiero ahora.

 

Yoongi se puso de pie y fue cojeando para pararse junto a Tae. Sintió la mano de Tae enroscarse en su piel. No estaba seguro si Tae estaba tratando de tranquilizarlo o refrenándolo. Pero ambos dieron un paso atrás cuando Timmins agitó nuevamente el arma.

 

—Ethan no quiere ir contigo, Timmins —dijo Tae.

 

Yoongi casi mordió a Tae en la pierna por discutir con un loco, y además con un loco armado. El hombre no tenía ningún instinto de supervivencia.

 

—Si no puedo tener a Virgil, tomaré a Ethan.

 

Yoongi se daba cuenta que estaba en forma de lobo, pero todavía podía sentir sus cejas elevarse ante la declaración de Timmins. ¿El hombre hablaba en serio? Ethan había dicho que Timmins tenía una obsesión por Virgil, pero Yoongi no se había dado cuenta que se había filtrado hacia Ethan.

 

Además de ser realmente un enfermo jodidamente retorcido, ¿cuál era el problema de este hombre? ¿Por qué tenía tal obsesión por Ethan y su hermano? ¿Era a causa de los vampiros o por algo más? Sólo el dinero y el poder podían llevar a un tipo muy lejos en la vida. Timmins tenía que ir detrás de algo más.

 

Yoongi atrapó un ligero movimiento con el rabillo de su ojo. Se volvió para ver a Ethan desatando a Carrie de su espalda. Tenía un muy mal presentimiento mientras veía a Ethan poner a Carrie en el suelo y ponerse en cuclillas para hablar con Namjoony. Un momento después, Yoongi supo qué le había advertido su sensación de inseguridad cuando Ethan se levantó y se paró delante de él y Tae.

 

—Iré contigo si prometes dejar ir a mis amigos —dijo Ethan.

 

«¡Oh, claro que no!»

 

Yoongi ladró fuerte, tratando de llamar la atención de Timmins lejos de Ethan y de regreso a él.

 

—Dile que no, Tae.

 

Timmins no tenía ninguna intención de dejar ir a ninguno de ellos y él lo sabía. Ethan debería haberlo sabido, pero aparentemente el chico era un poco ingenuo. Por la forma en que Timmins estaba agitando el arma alrededor, Yoongi tenía serias dudas de que alguno de ellos saliera de allí con vida.

 

—Ven a mí, Ethan. —Timmins le hizo un gesto con la mano para que el hombre se acercara.

 

Un bajo gruñido se empezó a construir en el pecho de Yoongi cuando Ethan comenzó a dar un paso adelante. De algún modo, en el último par de horas, Ethan se había convertido en algo más importante que sólo un miembro de la manada que Yoongi necesitaba proteger porque era su deber. Él se había convertido en un amigo. Yoongi no podría vivir consigo mismo si algo le pasaba al dulce chiquillo.

 

El gruñido de Yoongi se hizo más fuerte y más amenazador ante la mirada de triunfo que se apoderó de Timmins. La mirada lasciva que envió a Ethan le dio asco a Yoongi, y no tenía ninguna duda de lo que el hombre planeaba hacerle al dulce e inocente Ethan.

                          

En el segundo en que Ethan se interpuso entre él y Timmins, Timmins bajó el arma para tomar a Ethan, Yoongi saltó. Escuchó explotar el arma y oró para que nadie recibiera el disparo. Sabía que él no. El único dolor que sentía provenía de chocar con Timmins y llevarlo con él al suelo.

 

Yoongi abrió sus quijadas, preparándose para morder la garganta de Timmins y rasgarla, cuando de repente se dio cuenta del sonido de gorgoteo proveniente del hombre. Se echó hacia atrás cuando vio el agujero de bala en el cuello de Timmins, y rápidamente escaneó el área cercana por nuevas señales de peligro.

 

Un alto y flaco hombre salió de los árboles al otro lado del pequeño claro en donde Yoongi estaba de pie sobre Timmins. Yoongi bajó el hocico y gruñó, mostrando sus muy impresionantes dientes.

El hombre de inmediato bajó el cañón del rifle en sus manos y apuntó hacia el suelo. Extendió una de sus manos.

 

—No significo ningún peligro para ti —dijo el hombre—. Sólo quiero a mi Ethan, y luego me iré.

 

La cabeza de Yoongi giró bruscamente cuando oyó a Ethan inhalar rápidamente, y luego un suave sollozo escapó de los labios del hombre y fue corriendo a través del claro hacia el hombre con el rifle. Yoongi dio un paso adelante para detener a Ethan, sin saber exactamente qué estaba pasando. Las manos de Tae se empuñaron en su pelaje manteniéndolo en el lugar.

 

—Está bien, Yoongi —dijo Tae—. Estoy bastante seguro que Ethan lo conoce.


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