Yoongi miró con desdén sobre la multitud reunida en la penumbra
del bar mientras acariciaba la botella de cerveza que tenía en la mano.
Realmente no quería estar aquí, pero tampoco se le ocurría ningún otro lugar en
el que sí quisiera estar.
Este bar tampoco estaba tan mal como otros bares. La música
era fuerte, la cerveza fría, y las cabinas de madera individuales ofrecían algo
de ilusión de privacidad. Yoongi veía un par de mesas de billar más allá de la
parte de atrás de los bancos de madera detrás de él. Sin embargo, había algo en
el aire esta noche, algo que le estaba haciendo sentirse muy nervioso, pero
maldito si podía descubrir qué era. Algo le hacía sentirse inquieto e
irritable, lo que no era buena cosa para uno de su especie.
Yoongi le hizo una señal a la camarera, levantando su
cerveza. Tal vez sólo necesitaba emborracharse y encontrar un buen culo para
joder aquella noche.
Levantó la cabeza, miró a la multitud, examinando a todas
las mujeres por la belleza de sus formas.
Le gustaba el sexo, cuanto más duro, mejor. Eso reducía el
tipo de chicas con las que podía
tener relaciones sexuales. Su pareja tenía que ser lo suficientemente
fuerte como para aguantar sus fuertes apetitos, no podía mantener a raya su
agresividad dominante cuando tenía la polla profundamente enterrada en el coño
de una mujer.
Sus ojos se posaron brevemente en una mujer esbelta que
estaba de pie junto a la barra antes de descartarla y seguir adelante. En un
principio le había parecido interesante, incluso atractiva, pero por alguna
razón no tuvo la capacidad de mantener la atención de Yoongi durante más de un
instante.
No, estaba buscando otra cosa, algo.
¡Joder!
¡No estaba buscando eso!. Un hombre pequeño acababa de entrar por la puerta. Yoongi
estaba confundido en cuanto a por qué se dio cuenta, pero maldito si el hombre
no había conseguido ponerle duro haciendo obvio su interés. El hombre no se
parecía en nada a lo que Yoongi hubiera buscado antes, tan pequeño que casi ni
lo vio. Tendría que ser por lo menos unos treinta centímetros más bajo que él,
y debía pesar unos cuarenta y cinco kilos menos. Demasiado pequeño y frágil
para el tipo de sexo con el que Yoongi disfrutaba. Y además, él era un hombre.
Nunca había estado interesado en los hombres antes. ¿Por qué le cautivaría
tanto este?. Oh, por supuesto, Yoongi podía mirar a un hombre y admirar su
belleza, pero nunca había estado con ninguno sexualmente.
Así que ¿Por qué no podía apartar los ojos de este hombre?
¿Qué era lo que tenía que mantenía a Yoongi tan cautivado? ¿Sería su cabello
rizado de color rubio miel? ¿Sus ojos verde pálido?. Sin duda no podía ser el
pequeño y delicado cuerpo, oculto bajo holgados vaqueros y una sudadera de
color verde oscuro, que llevaba puesta. ¿Podría ser eso?.
Yoongi apartó la mirada, se obligó a seguir buscando la
presa de la noche, pero sus ojos seguían volviendo de nuevo al pequeño hombre
una y otra vez, casi contra su voluntad. Había algo en él que le tenía
fascinado.
Mientras lo miraba, el hombre se inclinó sobre la barra y
habló con el camarero, giró la cabeza para mirar en la dirección que el
camarero le apuntaba, asintió con la cabeza y caminó en la dirección señalada. Yoongi
sintió cómo se le erizaban los pelos de la nuca en cuanto el camarero sonrió a
un hombre moreno vestido con pantalón negro y camisa blanca que estaba cerca de
la barra, y luego le hizo un gesto con la cabeza indicándole el camino que
había seguido el hombre pequeño. El hombre moreno sonrió lentamente y luego
siguió el camino que le indicó.
Yoongi supo al instante que el hombrecito que había
capturado su atención estaba en problemas Algo grave estaba a punto de pasar y
el intrigante moreno iba a ser el centro del problema. Sólo el pensarlo hizo
rebelarse al lobo en Yoongi. Podía sentir como sus manos empezaban a apretarse,
sus garras salían al igual que un bajo gruñido nacía en su garganta. Yoongi se
levantó de su asiento y caminó hacia el cuarto de baño, siguiendo la dirección
por la que ambos se habían ido. Cuanto más se acercaba Yoongi al cuarto de
baño, más fuerte era el débil olor que había captado por primera vez del hombre
cuando siguió sus pasos. Era embriagador, le tenía casi mareado. Era dulce y amargo
al mismo tiempo y totalmente intoxicante.
Cuando Yoongi abrió la puerta del baño de los hombres, pudo
escuchar un grito de miedo, gran cantidad de respiraciones pesadas y los
sonidos de una lucha. Sus ojos de inmediato volaron hacia el último cubículo.
Sabía que simplemente debería dar media vuelta y alejarse. Nada de eso era
asunto suyo. La última vez que había metido la nariz en una situación similar a
esta, había pagado por ello. Todavía estaba pagando por ello. ¿Qué le importaba
a él si alguien estaba atacando a algún humano?. Y ahora podía decir que el
hombre era humano. Podía olerlo. Estaba rodeado por aquel embriagador aroma que
parecía disparar directamente hacia su polla. ¡Maldita sea!
Mientras se acercaba, pudo ver la lucha del pequeño hombre
contra el hombre del bar. Los colmillos de Yoongi descendieron mientras saltaba
a través de la estancia y agarraba al hombre más grande por la parte posterior
del cuello y lo lanzaba a través de la habitación.
Se agazapó en posición defensiva delante del hombre más
pequeño, sus manos tensas con las garras extendidas. Nadie se quedó más
sorprendido que el propio Yoongi cuando un gruñido agresivo se escapó de su
garganta.
—¡Él es
mío!.
—Yo lo
vi primero. —Las garras del otro hombre se extendieron desafiándole—. No ha
sido reclamado lo que lo convierte en un juego justo.
Yoongi sabía lo que significaba eso y lo llenaba de una
rabia salvaje, diferente a todo lo que podía recordar haber sentido antes. El
hombre que estaba ante él reclamaba al asustado hombrecito como donante de
sangre. Técnicamente, la sanguijuela estaba en lo cierto. El hombre más pequeño
no había sido reclamado, lo que quería decir que estaba disponible para
cualquiera. Lo que no quería decir que Yoongi fuera a dejar que eso ocurriera.
Alcanzándolo por detrás, Yoongi agarró al pequeño hombre, ignorando sus gritos
asustados y lo acercó a su cuerpo de un tirón. Yoongi sólo se tomó unos
segundos para mirar a los asustados ojos verdes del hombre antes de agarrarlo
del pelo e inclinarle la cabeza hacia un lado. Yoongi trató de resistirse a lo
que estaba a punto de hacer, pero no tenía suficiente fuerza, era un poder más
fuerte que él, le hizo inclinarse, lentamente lamió la suave piel entre el
cuello y el hombro del hombre antes de hundir sus caninos profundamente en la
blanda carne del hombre.
Yoongi gimió en el momento en que la dulce sangre del humano
llegó a su boca, cerrando los ojos con éxtasis. Era el cielo, el nirvana, y la
más exquisita ambrosía que había probado en su vida, todo junto en el mismo
dulce sabor. Cuando tragó la esencia vital del ser humano, se dio cuenta de lo
bien que sentía al hombre, de lo bien que encajaba en sus brazos, del fragante
aroma en su sedoso pelo, de la piel pálida. Con la mano libre lo agarró de la
cadera, apretándolo más contra el vértice de sus muslos, presionando el cuerpo
más pequeño contra su dolorida erección.
No quería nada más que quitarle la ropa al pequeño ser
humano y meter su dura polla dentro de su calor, pero el olor del otro aún permanecía
en la sala, recordándole que no estaban solos.
A regañadientes retiró sus colmillos y lamió la marca para
cerrarla. Yoongi levantó la cabeza y miró al hombre en sus brazos. Grandes ojos
color verde pálidos, el color de un prado en verano, le devolvieron la mirada.
Estaban un poco aturdidos, llenos de temor. Yoongi movió ligeramente su mano
desde la parte posterior de su cuello para mover el pulgar sobre su suave
mejilla, tratando de tranquilizarlo. Entonces sus ojos descendieron hasta sus
labios, labios pálidos y deliciosos que rogaban ser besados.
Oh, Yoongi quería besar esos labios aún más de lo que quería
tomar su siguiente respiración, pero había algo que tenía que hacer antes de
eso. Sujetando al hombre pequeño entre sus brazos, Yoongi alejó su cara de la
curva de su cuello. Alzó la mano y cortó con una garra la suave piel de su
cuello antes de volver a atraer la cabeza del hombre de vuelta a su piel.
—Bebe
—exigió, manteniendo un estricto control sobre el hombre en cuanto empezó a
luchar para alejarse de su piel. El hombre negó con la cabeza frenéticamente y
giró la cabeza para mirar hacia Yoongi. Él abrió la boca, dejando a la vista
sus crecidos caninos—. ¡Ahora!.
Cerró la boca y sonrió con aprobación cuando el hombre abrió
su boca y se apuró en pasar la lengua por el lado de su cuello y empezó a
tragar su sangre. Sabía que el hombre sólo estaba haciendo lo que pensaba que
tenía que hacer para salvar su vida. No tenía ni idea de que su vida estaba a
punto de cambiar de una manera que ni si quiera se podía imaginar.
—¡Ya
basta! —dijo Yoongi ferozmente un momento después, provocando que el hombre lo
mirara con sorpresa—. Lámelo para cerrarlo.
En el instante en que la lengua de aquel hombre tocó la
herida de su cuello, Yoongi decidió que iba a sentir aquella misma lengua en su
polla antes de que la noche terminara. Podía ser un ser humano, pero eso no
significaba que Yoongi no pudiera disfrutar de él de alguna manera. Atrajo al
hombre contra él, colocándolo a su costado cuando se giró para mirar al
chupasangre parado fuera del pequeño lavabo.
—¡Es
mío! —gruñó.
—Bueno
¡Mierda! Si tanto querías ser el primero, no tenías que acoplarte con él. Te
habría dejado probarlo. Ahora estás jodido, amigo —respondió el hombre girando
sobre sus talones y abandonando la estancia.
Sí, estaba jodido. Yoongi se dio cuenta cuando se volvió
para mirar al hombre que temblaba en sus brazos. Mediante el intercambio de
sangre con él, se había ligado al ser humano, estarían vinculados por el resto
de sus vidas. Ahora, ¿Qué se suponía que iba a hacer con él?.
—Soy Yoongi,
Min Yoongi. ¿Cómo te llamas?. —preguntó Yoongi con voz grave.
—T…Ta…Taehyung
—balbuceó el hombre.
—¿Por
qué estás aquí?.
—Yo no
p…p…pretendía… Ya me voy, lo juro. No volveré nunca. No se lo diré a nadie.
Yoongi alzó la mano para acariciar suavemente el lado de la
cara de Taehyung.
—No, Taehyung,
ya es demasiado tarde para eso, demasiado tarde.
No se sorprendió cuando Taehyung empezó a luchar,
apartándose cuanto podía mientras golpeaba con los puños en el pecho a Yoongi.
Sujetando a Taehyung por la nuca, Yoongi hizo lo único que podía hacer, lo
único que había estado pensando desde que había puesto los ojos en el hombre.
Bajó sus labios a los de Taehyung y los capturó antes de que pudiera detenerlo.
¡Oh! Taehyung
era tan dulce. Tenía un sabor dulce, lo más suculento que Yoongi había probado
nunca. Podría seguir besando a Taehyung durante el resto de su vida. Acarició
sus labios con la lengua, sintiendo como se resistía por un momento antes de
abrir la boca y permitirle la entrada.
Un solo roce de la lengua de Taehyung contra la suya y sabía
que estaba en problemas. Tenía que tener más. El beso de Yoongi fue urgente y
voraz cuando su lengua exploraba los recovecos de la boca de Taehyung. Sintió
un profundo gruñido de aprobación escapar de su boca cuando las manos de Taehyung
se movieron hasta agarrar su camisa, asegurando la boca de Yoongi contra la
suya mientras se apretaba contra su cuerpo. El lobo en él se aplacó ligeramente
al saber que su compañero no era indiferente a él.
Escuchó una conmoción fuera de la puerta del baño, a
regañadientes levantó la cabeza para bajar la mirada hacia Taehyung. Fue
divertido ver la aturdida mirada en su rostro. Estaba bastante seguro de que si
se apartaba, Taehyung se caería al suelo.
—¿Entiendes
lo que ha pasado aquí, Taehyung? —preguntó Yoongi en voz baja.
Taehyung miró al gran hombre que lo sostenía en sus brazos
preguntándose cómo había acabado allí. Sólo había querido ir al baño. Y había
sido atacado, mordido, había bebido sangre de un extraño, y había sido besado.
Pero, Oh, ¡Vaya beso! Sólo el pensamiento de los labios del
hombre de nuevo en los suyos hacía que sus dedos se encogieran. Había sido
besado algunas veces en su vida, pero nunca había sido así. Había deseado
rasgar las ropa del hombre y lamerlo de pies a cabeza, y luego empezar otra
vez.
—¿Taehyung?.
Taehyung levantó la mirada hacia los ojos negros carbón del
hombre.
—¿Qué?
—¿Entiendes
lo que acaba de suceder aquí?—preguntó Yoongi otra vez.
—Me
besaste. —Parecía que estaba bien claro para él. Se echó un poco hacia atrás
cuando Yoongi se rió entre dientes. Podía sentir el ruido en el pecho
presionado contra él.
—Es algo
más que eso, Taehyung, mucho más.
—¿Si te
pido que me beses otra vez? —susurró Taehyung— Por favor.
Él miró fascinado, como las cejas oscuras del hombre se
arquearon con sorpresa.
—¿Te ha
gustado que te besara?. —preguntó el hombre.
—Oh sí,
eso fue caliente. —Taehyung gimió con los ojos descendiendo hasta los labios
del hombre.
—¿Te
gustan los hombres?.
Los ojos de Taehyung subieron de golpe para encontrarse con
los curiosos ojos del hombre.
—Sí.
—Respondió tímidamente, con las cejas juntas al fruncir el ceño. — ¿A ti no?.
—No.
Taehyung sintió como si de golpe le hubieran quitado el
suelo bajo sus pies. ¿A Yoongi no le gustaban los hombres? ¿Entonces por qué
infiernos le había besado? ¿Yoongi sólo estaba jugando con él?. No sería la
primera vez que alguien fingía interés y lo besaba sólo para volverse y
golpearlo por ser gay. También dudaba que esta fuera a ser la última vez.
Dejó caer las manos con las que sostenía su camisa, Taehyung
intentó dar un paso atrás sólo para ser detenido por los fuertes brazos que se
envolvieron a su alrededor. Trató de alejar su cuerpo, pero Yoongi no parecía
querer que lo hiciera, sólo apretaba sus brazos aún más.
—Por
favor, déjame ir.
—No
puedo hacer eso, Taehyung.
Taehyung dejó caer la cabeza hacia adelante con resignación
cuando dejó de luchar. ¡Jodidamente perfecto!. El hombre era demasiado grande
para poder luchar contra él. No había manera de que pudiera ganarle. Cerrando
los ojos, Taehyung respiró hondo y se preparó para la paliza que estaba seguro
iba a llegar.
—Bien,
acaba de una vez.
Yoongi se quedó mirando la cabeza hundida de Taehyung,
completamente confuso. Podía oler el miedo y la desolación alrededor de él. De
repente, se dio cuenta de que Taehyung estaba esperando a que empezara a
golpearlo.
—Taehyung
—dijo en voz baja sorprendido de lo mucho que le enfurecía que él aceptara ese
tipo de violencia contra sí mismo con tanta facilidad—. Yo nunca te haría daño.
—Entonces
déjame ir. —Taehyung susurró, casi rogaba cuando volvió a mirar a Yoongi.
—No
puedo hacerlo.
—¿Por
qué no? ¿Qué quieres de mi?. —preguntó Taehyung antes de meter la mano en el
bolsillo delantero y sacar un fajo de billetes en efectivo, tendiéndoselos a Yoongi.
—Esto es todo lo que tengo, te lo juro.
—No
quiero tu dinero. —Yoongi negó con la cabeza.
—Entonces
qué quieres ¿Mi coche? Aquí, ten. —Dijo Taehyung sacando las llaves del
bolsillo y dándoselas a Yoongi. Lo miró desesperado. —No tengo nada más.
—No, Taehyung
—Negó con la cabeza— no quiero tu dinero, ni tu coche — dijo con severidad.
Sabía que no estaba siendo muy claro teniendo en cuenta la mirada confusa en el
rostro de Taehyung. Sólo sabía que no podría dejar ir a Taehyung, nunca. Desde
hacía solo unos minutos Taehyung era su compañero.
—Entonces
¿Qué quieres de mí?.
—Ojalá
lo supiera Taehyung, ojalá lo supiera.
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