domingo, 24 de abril de 2022

CAPITULO 21

 

Yoongi miraba la carnicería que estaba brillando en la casa divertida de Taehyung. Había signos de trabajo pesado en destrozo, había sangre y, como Helena y Gray podían decir, el lugar olía como si estuviera debajo de Yoongi. Eso olía como rociador de macho gato.

 

Por suerte, ese era un olor que podían rastrear, porque no era de Taehyung.

 

Algo hacía cosquillas en su rostro, y levantó la mano, la pluma estaba colgando del techo manchado con sangre, y eso le hacía querer aullar. No era correcto. Nada de eso estaba correcto. Gruñó, el sonido burbujeando profundamente en su pecho. Odiaba eso de no saber, no era capaz de sentir a Taehyung en su casa sin la mala energía.

 

—¿Por dónde empezamos? —Helena era un fantasma blanco, y Gray… Gray estaba vagamente sosteniéndose a su lado.

 

Empezaremos con encontrar su celular, entonces tomaremos a Gray y conseguiremos alguna clase de escondijo y esas medicinas. —Necesitaba dejarlos atrás.

 

Puedo ayudar. —Gray gruñó, estaba casi desesperado y Helena atrapó los ojos de Yoongi, sacudiendo su cabeza.

 

Puedes ayudarnos más armando el centro de comando, hombre. Necesitamos un lugar para traer a Taehyung. Si esos gatos son tan malos como tú dices, te necesito en el teléfono para que consigamos salir de la ciudad.

 

Pásame tu teléfono, hombre. Gray, ¿podrías conseguir ropa para él?

 

Va a querer algo suave. —Gray tenía apretada la boca, pero estaba calmado.

 

Helena le pasó su teléfono de vuelta.

 

—Estamos aquí. Encontraremos un lugar seguro, al menos que quieras que limpie esto.

 

No todavía. Quizás necesite el olor de nuevo. —Incluso si lo hacía tener arcadas.

 

De acuerdo. Encontraremos una suite en algún lado. —La mano de Helena se envolvió alrededor del brazo de Gray—. Conseguiremos estar listos para él.

 

Sep, llámame y déjame saber. Los necesito afuera. Sus olores son una distracción.

 

Helena asintió, llevando a Gray afuera.

 

—Encuéntralo.

 

Lo tengo. —Lo haría. Tan pronto ellos consiguieran estar suficientemente lejos que su olor se desvaneciera. Yoongi cerró sus ojos, dejando que sus otros sentidos tomaran lugar.

 

La esencia de Taehyung lo golpeó primero… el olor de su pareja envuelto en dolor y miedo. Por debajo de ella había otras, extrañas para él, más de una, machos. Habían estado furiosos, violentos, pero no asesinos. Habían tomado a Taehyung con ellos.

 

Alguien quería hacer un ejemplo de Taehyung, podría apostarlo.

 

No podía decidir si eso iba a golpear la jodida vida de Taehyung por no decírselo, decirle que algo como esa mierda había estado pasando, o estar orgulloso de su pareja por su fortaleza y no podía

soportarlo. De una manera u otra, podría no importarle si no empezaba a rastrearlo. Se figuró en ese momento que estaba agradecido de ser más feroz que su familia o su pareja. Podía hacer eso.

 

Se dirigió afuera, buscando, pero el rastro solo lo llevaba hacia la parte superior de las estrellas. Demasiadas personas. Tantos jodidos pies. Yoongi gruñó, dirigiéndose de vuelta hacia el apartamento de Taehyung. Tenía que enfocarse en una cosa, en un olor, el más fuerte de ellos.

 

El olor de alguien nuevo lo golpeó en su nariz en el tercer viaje de ida y vuelta.

 

Un lobo.

 

Una mujer.

 

No Helena.

 

Bien. Bien, esa era una que tenía una pizca de miedo y toneladas de frustración y olía como Taehyung, también.

 

Una fresca esencia que el apartamento debería tener. Esta podía seguirla.

 

Se dirigió todo el camino escaleras abajo, giró a la izquierda, su esencia estaba ahí. Si. Empezó a moverse más rápido, siguiendo el olor, imaginándome el click de sus altos tacones. Era la clase de chica que pedía vestir tacones.

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