Yoongi observaba a Taehyung dormir, todavía, y trató de no
molestarlo. Habían sido días, y usualmente chicos como él y Taehyung sanaban
mejor así. Hombre, quería un cigarrillo.
—Ellos
realmente hicieron un número de él, ¿huh? —Hizo una pequeña mueca hacia Marina,
quien le pasó una taza de café.
—Trataron
de quebrarlo, pienso. Pensé que había muerto. El doctor dijo que pensaba que su
espalda estaba… —Ella suspiró—. Dura.
—Es más
fuerte de lo que luce. —Yoongi se había dicho eso una y otra vez.
—Lo es,
lo drogaron con algo que lo mantenía para no cambiar, pero cuando le di algo
para levantarlo, cambió y pensé que todo se arreglaría. Sana rápido como un
gato, ¿verdad?
—Lo
hace, sep. —Al menos Yoongi suponía eso. ¿Quién sabía, con su raro gatito? Lo
hacía reír.
Marina sonrió de vuelta, y luego movió la cabeza.
—Gracias, ¿sabes? Por traerme con ustedes.
—Tenías
que salir de ahí, cariño. —No había manera que pudiera haberla dejado. Se
sentía ya como de la manada.
—Lo sé.
—Se encontró con sus ojos—. Lo vi, y no pude dejar que lo mataran.
—Gracias.
—Sonrió, tenían cosas mutuas de admiración—. Te llevaré con la madre de Taehyung.
Ella es buena y amable con los nuevos miembros de la manada. Una vez puedas
conseguir ser una loba de nuevo puedes ir donde quieras pero pienso que
necesitas estar en algún lugar seguro.
—Me dijo
historias acerca de ella. Su papá murió, ¿huh?
—Sep. No
hace mucho. —Suspiró—. Han tenido un duro momento.
Asintió y Yoongi quería gruñir, gruñir a los gilipollas que
la habían herido. En su lugar, palmeó ásperamente su hombro.
—Te Gustará ser de la familia, cariño. No puedo prometerte
que nadie más te lamerá.
—Sep,
Gray es un poco… lamedor.
Helena entró, pisando fuerte para sacarse la nieve de sus
pies.
—Tú lo
sabías, tengo que hacer planes para conseguir volver a Chicago pronto, Yoongi.
Mi compañía está gritando, ¿qué necesitas de mí?
—Necesito
saber que no seremos molestados por la manada local, que nos podemos quedar
aquí al menos dos semanas y necesito que tú y Gray hablen con tu mamá acerca de
Marina.
—Gray ya
ha hablado con ella. Quiere venir aquí y ser la enfermera de Taehyung. El Alpha
me dio la dirección de este lugar; la manada de aquí está relacionada con él…
¿con una hermana? — Jesús, la chica era eficientemente sobrenatural.
—No a lo
de tu madre, si a lo de la manada. —No necesitaba a la madre de Taehyung aquí, Taehyung
se asustaría.
Helena se rio suavemente, el sonido cosquillaba.
—¿Qué le digo a Gray? Está haciendo pucheros.
—Siempre
y cuando deje de lamer a la gente —Gray no iba a conseguir salir mucho, pobre
chico—, se puede quedar.
—Todavía
está peludo, f.y.i —Gray tenía un duro momento para cambiar—. Lo alimenté, pero
está esperando conseguir entrar aquí por Taehyung.
—Entonces,
déjalo entrar. A Taehyung no le importará una limpieza.—Le guiñó un ojo a Marina que parecía
fascinada.
Helena abrió la puerta y silbó y Gray vino corriendo, el
lobo enorme oía demasiado preciso. Por supuesto, imaginándose un hombre ciego
pero no sordo, ¿verdad? Compensaba uno con el otro.
Gray se subió a la cama, husmeando a Taehyung, la lengua en
los vendajes del hombre, tratando de conseguir llegar bajo ellos.
—Gray,
eres demasiado cachorro a veces. —Helena suspiró, rodando sus ojos—. Idiota.
Gray ladró, pero Taehyung ni siquiera se levantó, realmente
dormía demasiado duro. Sanando.
—No
puedes quitarle los vendajes, hombre, son importantes.
—Marina
se acercó, sus dedos cepillaron el pelo pesado de Taehyung—. Tienes que
conseguir ponerte mejor, gatito.
Taehyung gimió un poco, pero no se apartó. Yoongi pensó que
era asombrosa la clase de lealtad que su gatito inspiraba. Se sentía como en el
funeral, cuando pensó que no le Gustaba el hombre. Se encontró a si mismo
dirigiendo sus dedos sobre los muslos de Taehyung. Necesitaba el toque,
necesitaba asegurarse que Taehyung estaba todavía con ellos y respirando y no
molestado por Gray quien estaba olisqueando el rostro de Taehyung…
Taehyung gruñó suavemente, una hinchada y magullada mano
empujó a Gray atrás. Gray resopló y se dirigió hacia esas piernas devastadas.
Una había sido rota pero estaba bien; la otra estaba solo torcida como el
infierno.
—Detente,
Gray. No ahora. —Sabía que Gray estaba tratando de ayudar para acelerar la
curación, pero Taehyung necesitaba descansar. Dormir.
Gray mordisqueó los dedos de Taehyung. Entonces se dirigió
hacia Marina, quien dio un paso atrás.
Yoongi se mordió una risa, volviéndose inexpresivo.
—Necesitas oler como de la manada…
—Disparates.
No más lamidas.
Helena resopló.
—Es inofensivo, dulzura. Créeme.
Gray actualmente lucía ofendido. Yoongi podía entender eso.
A ningún amigo le Gustaba ser llamado inofensivo.
—Apuesto a que Gray puede patear algunos traseros.
La mirada de Helena era profunda.
—Es un guerrero nuestro Gray. Un poco obsesivo, pero feroz.
Gray ladró feliz, su cola balanceándose, recordándole a Yoongi
la dicha de venir en forma de lobo.
Los ojos de Taehyung se abrieron, rodándolos.
—Amo ese sonido.
—Familia,
¿huh? —Acarició la piel de Taehyung, esperando que Taehyung estuviera de vuelta
a la normalidad.
—Familia.
Lobos. —Taehyung se movió hacia él—. Compañero.
Levantó a Taehyung contra él, mirando hacia Helena quien
asintió y empujó a Gray y Marina fuera de la habitación.
Taehyung se presionó contra él, y sonó un suave ronroneo,
ese cuerpo delgado ya estaba casi curado, ya mejor. Eso era bueno de ver, y más
el sostener a Taehyung cerca.
—¿Todo
está bien? —Esa estruendosa voz vibró contra él.
—Siempre
y cuando tú lo estés, sep. De acuerdo, quiero decir.—Arañó la espalda de Taehyung un poco,
arriba y abajo.
—Tratando
de estarlo. —Taehyung se onduló por él—. Eso se siente bien, había olvidado
acerca de ello.
—Tiendes
a olvidar cómo de bien se siente tocar después de la tortura. —Encontró que era
mucho menos horrible el camino en el desierto, donde ellos lo habían golpeado
abajo un poco.
—Sep. —Taehyung
lo miró, con ojos grandes, perdido, preocupado.
—Ellos
jodieron mis piernas.
—Sanarás,
no es permanente. —Él y Helena se habían asegurado que no había daño en la
columna. Marina había hecho un maldito buen trabajo, realmente. Esto solo iba a
tomar tiempo.
Esos ojos se cerraron de nuevo. Los ojos de Taehyung lucían
un poco verde alrededor de los bordes.
—Lo sé,
pero ¿necesitas algo más de buenas medicinas, bebé?
— Sep,
no sé qué hacer.
—Lo
sabrás. —Yoongi nunca había tenido una larga convalecencia, pero había sido
arrastrado una vez por un colapso en la mina y sabía que eso tomaba paciencia.
Era duro.
—Eso
espero. Arruinaron mi casa la última vez que la vi.
—Hubo un
poco de pérdidas, gatito. Helena y Gray salvaron todo lo que pudieron.
Taehyung asintió, curvándose a sí mismo, cada vez más
encogido, más apretado.
Yoongi suspiró.
—Tenemos solo que conseguir un nuevo lugar, ¿huh? Tú y yo.
—Nunca iba a dejar de perder a Taehyung de vista de nuevo.
—¿Si?
¿Eso no te desplazará demasiado?
—Puede
que no te deje ir a la tienda solo de nuevo. —Trató de sonreír
No estaba funcionando porque Taehyung le tocó su rostro con
manos temblorosas.
—Pelearé con ellos. Te lo juro.
—Lo sé,
bebé. Sé que lo harás. No te rindas. —Tomó una profunda respiración, su pecho
apretado.
—Quería
hacerlo, pera al final, recé para que me matara. Me prometió que lo haría si no
conseguía sacarme de ahí. Solo es una niña, ¿sabes?
Sep, una mortal y dura con chica de uñas. Qué jodido lio. Yoongi
se agachó y besó la frente de Taehyung.
—Nunca vas a volver.
—No, no
puedo. Dijeron que era un traidor.
Yoongi gruñó.
—Mierda, ¿quién te crio? ¿Quien te amó? Eres fiel a tu
familia.
—Yo fui
fiel a mi compañero.
—Lo
eres. —Eso fue como un gancho a sus intestinos, y besó a Taehyung de nuevo,
persistente.
Taehyung se curvó alrededor de él, un inquieto ronroneo
vibró contra él.
—Te
tengo. —No sabía qué más hacer pero el cuerpo de su mascota estaba demasiado
delgado. Parecía darles a ambos algo de comodidad.
Lentamente, casi dolorosamente, Taehyung cambió, relajándose
en él, volviéndose peludo. Oh, joder. Gracias Dios, eso significaba que Taehyung
podía realmente comenzar a sanar ahora. Se curvó alrededor de su gatito,
gruñendo suavemente mientras sus dedos trabajaban a través del pesado pelaje.
Podrían descansar juntos, conseguir que Taehyung se
mejorara. Entonces encontrarían un lugar para llamar de ellos. Solo de ellos.
Esa pesada cola aterrizó en él, sosteniéndolo cerca. Yoongi
sonrió. ¿A quién demonios estaba engañando? Hogar era donde Taehyung estaba.
Punto.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario