Yoongi observaba a su mamá y hermano empacar los guisos y
los huesos para sopa y todo tipo de mierdas para llevárselas a Mona. Jesús, no
podía creer que Kim Pop estaba muerto. El hombre era como un maldito apéndice
de madera en su cuello y todos lo amaban incluso si estaban en desacuerdo con
el.
—¿Vienes,
Yoongi? —Su madre se puso su loco cabello rojo detrás de una oreja. Era como
una loba, también, con una profunda capa de color rojizo y un colgante en la
oreja. Hoseok era como ella y lo usaba para joder a Yoongi cuando eran niños,
ya que él lucía como su papá, todo peludo, marrón y mierda.
—No
estoy seguro, mamá. —Sonrió con ironía—. No siempre consigo salir adelante con
todos esos Kims.
—No
digas eso. —Sus labios se torcieron en una media sonrisa—. Ha sido así por
quince años. Vas a venir.
—Sep.
—Sacudió su cabeza. Esto no era acerca de sus problemas. Pop Kim había sido un
buen hombre, un sólido hombre. Infiernos, la familia había adoptado a cada
callejero de mierda que pasaba a través de su tierra por los últimos cuarenta
años, incluyendo a un grupo de ruidosos cachorros que solo necesitaban un lugar
para hacer estallar el vapor. No estaba seguro que el guiso de pavo fuera una
adecuada expresión de cómo todos se sentían, pero imaginaba que podía ser.
Ayudó a su mamá a cargar todo hacia la camioneta, llevando lo empaquetado que
no pudiera deslizarse alrededor y derramarse.
—Tomaré
mi camioneta, en caso que uno de nosotros necesite quedarse o algo. —Correcto,
porque su hermano pequeño, Hoseok, tenía un serio enamoramiento por Lizzie, la
segunda de las jóvenes chicas Kim.
—Gilipollas.
—Le sonrió cuando Hoseok lo movió de un tirón. Yoongi amaba bromear con la
gente cuando estaba en casa.
—Compórtense
ustedes dos o los golpearé a ambos. —Mamá se montó en la camioneta—. Trae tu
trasero aquí, hijo.
Yoongi montó en el asiento del conductor dentro de su
camioneta dirigiéndose hacia el lugar de los Kim.
—Quiero
que seas agradable con ese chico mientras estemosallí.
—¿Qué
chico? —Todos los niños Kim eran demasiado viejos para ser chicos y chicas.
—Yoongi…
—¿Qué?
—Él sonrió—. Oh, te refieres a ese gatito.
—Min Yoongi, ¡te golpearé tu culo!
—Sep,
sep, seré bueno. —Podría no ser que el niño pussy fuera un culo. De cualquier
manera podría patear al pequeño desgarbado la siguiente semana. Sep, los golpes
sonaban como un gran plan. Sonrió, eso hizo que su madre lo pellizcara en el
brazo.
—¡Ow!
—Detente.
Tienes el demonio en tus ojos. Ese pobre chico es el mejor amigo de Hoseok,
incluso si es diferente.
—Sabes,
quisiera saber por qué todo el mundo asume que es mi culpa el que no consigamos
llevarnos bien. —Era ofensivo. Realmente.
Ella solo lo miró. Bastante. A sus ojos.
De acuerdo. Él había mordido a Taehyung, lo persiguió,
gruñó. Acorraló al pequeño jodido una vez. Ellos eran niños. Los niños hacían
eso. Solo que Taehyung había una vez arañado su pierna tan malamente que
tuvieron que darle puntadas. Había hecho trizas la chaqueta favorita de Yoongi
de la escuela secundaria.
Y eso no contaba incluso, el tiempo en el que alguien al que
nunca habían atrapado le había puesto removedor de pelo en su acondicionador.
Dios, no quería hacer eso. Odiaba los funerales y las
recepciones de los funerales y toda la mierda planificada como esta. Podría
estar en alguna mina turmalina en algún lugar….
—Gracias
por acompañarme. No puedo creer que Michael muriera durante la reunión.
—Sep. —Yoongi
rodó sus ojos. «La reunión». Lo hacía sonar como una película. Todos ellos se
reunían juntos durante la noche de cosecha, una vez al año. No era tan
siniestro o algo parecido, era una maldita clase de reunión familiar.
—Podría…
tú y Hoseok, podrían estar bien sin mí, ¿verdad?
—Ni
siquiera lo pienses Má. —No iba a reflexionar sobre eso, era demasiado fuerte.
—Ocurrirá
en algún momento, hijo.
—Lo sé,
mamá, pero sería igual de fácil conseguir ponerlos juntos en una cueva. —Se
encogió de hombros—. Hemos sobrevivido, pero no te mentiré y te diré que podría
ser fácil.
Ella habló suavemente, acariciando su brazo.
—Espero que no, deberías echarme un poco de menos.
—Detente.
—Yoongi no lo pudo evitar y gruñó algo. Habían sido él, Hoseok y su mamá contra
el mundo por un largo tiempo. La extrañaría como perder una extremidad.
—Pienso
que podríamos ir a Burger King después de presentar nuestros respetos.
—Pienso
que es una magnífica idea. —Carne, salsa de tomate. «Yumy». Incluso le Gustaban
las patatas fritas.
—También
me lo parece. Hoseok podría estar demasiado ocupado olfateando persiguiendo a
la bonita pequeña niña, entonces podría conseguir escabullirse. —Mamá le guiñó
un ojo.
—Ahí
van. —Acarició su pierna, sabiendo que ella necesitaba el contacto tanto como
él lo hacía—. Te extrañaría como el infierno si te fueras, mamá.
Ella asintió con la cabeza, suspirando suavemente.
—PobreMona.
—¿Ella
estará bien con todos esos niños, hum? —¿Cuántos eran, dieciocho? Dios.
—Sep, Taehyung
le envía dinero a casa para ella, también lo hacen Gray y Helena.
—Lo
logrará. —Tenía que hacerlo. La mayoría de la manada realmente no sabía qué
hacer sin Kim Mona.
Aparcaron en la entrada, el lugar estaba lleno con
camionetas y coches y algunas SUVs. Cada uno tenía que salir. Yoongi se sentía
un poco mareado, pero Hoseok estaba ahí
justo enfrente de ellos y vino a ayudar a su mamá a bajar de la camioneta.
—Iré en un minuto, ¿de acuerdo?
—Seguro,
amor. Estaré dentro con Mona.
Caminó alrededor de un lado de la casa, necesitando algo de
aire, alguna cosa. Cuando giró en la esquina se chocó contra alguien, los dos
se estrellaron juntos.
—Mierda.
—Se tambaleó, pero instintivamente trató de agarrar cualquier cosa. Yoongi
sabía que era grande. Podría hacer algo de daño—. Lo siento.
—No hay
problema. —La voz era suave, seductora, sexo puro de alguna manera, haciendo
que su pelo se erizara hasta la raíz.
Dio un paso atrás para mirar al hombre, porque era
definitivamente un hombre y sus ojos se ampliaron.
—¿El niño pussy?
Una ceja negra se arqueó imposiblemente sobre el ojo verde
botella, luego estaba volando, golpeando de vuelta el suelo antes que su
maldita barbilla empezara a doler de la patada que había recibido.
Relucientes botas negras aparecieron por su cabeza, solo por
un segundo.
—En efecto.
Luego se habían ido.
Mierda santa. Yoongi no podía asegurarse dónde San Kim había
aprendido a patear de esa manera, pero maldita sea. Eso era algo.
También caliente, demasiado.
De alguna manera, todas las cosas de ese funeral solo se
habían puesto un poco más interesantes.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario