domingo, 24 de abril de 2022

CAPITULO 30

 

Condujeron por horas, Gray vocalizando hacia Marina, su hermano aplastado rehusándose a cambiar de su forma de lobo.

 

Taehyung rodó sus ojos cuando Marina lo aseaba.

 

—Vas a echarlo a perder.

 

Tengo el derecho, está herido.

 

Tiene una mordida en el culo de su pelaje.

 

Gray se tiró un pedo, sonoramente. Eso era tan asqueroso. Apestoso. Taehyung trató duro de no rodar sus ojos de nuevo.

 

—Idiota.

 

Yoongi se echó a reír.

 

—Más como un apestoso culo.

 

Quizás esté podrido por adentro.

 

Gray golpeó el aire vanamente, la amenaza lo hizo sonreír. Hizo sonreír a Yoongi también. Marina solo envolvió Gray en su hocico. Esos dos estaban hechos el uno para el otro.

 

Se estiró, su espalda baja dolía, sus piernas hormigueaban. Estaban dirigiéndose a casa; esa era la única cosa que habían pensado hacer. Taehyung sabía que era mala idea, y sabía que Yoongi lo pensaba también pero eso podía ser como un cierre o algo así.

 

Al menos serían capaces de conseguir que Gray y Yoongi cambiaran, conseguir alguna ropa práctica para Marina. Suya. Estaba seguro que su madre tenía algunos pantalones. Él y Hoseok eran cercanos en la talla como ningún otro. Hoseok no era un monstruo grueso como su hermano Yoongi. Yoongi. Yummy.

 

Se dejó a si mismo mirarlo un poco, admirar la fuerte mandíbula, la forma que sus manos se envolvían alrededor del volante

 

Yoongi lo miró de reojo.

 

—¿Todo está bien?

 

Sep. —Estaba un poco caliente, pero… sep.

 

—¿Estás seguro? —La boca de Yoongi se curvó arriba en una esquina. Dejándole saber que no había quitado la vista sin ser notado.

 

Gruñó suavemente. Bastardo.

 

—Positivo.

 

Hmmm. Quiero decir que podría ayudarte. Podemos detenernos para descansar.

 

Ew. —Marina gruñó desde el asiento de atrás—. Nada de follar.

 

Arqueó una de sus cejas.

 

—¿Podemos solo joder como ellos?

 

Impertinente chica.

 

—¡No! —Marina se rio un poco—. Al menos no mientras estemos en el auto.

 

Su nariz se torció. No, no, era como una pequeña hermana. Eso era asqueroso.

 

Yoongi se echó a reír.

 

—Los pedos de Gray están arruinando el humor de todas maneras.

 

Solo quiero saber quién lo alimentó con jalapeños. —No estaba seguro cómo encontraron jalapeños en Nueva Inglaterra. De seguro serían suaves y vendrían de una lata.

 

Marina escondió su rostro contra el pelaje de Gray. Ah, la culpable.

 

Tienes que detenerte y dejar de hablarle cosas suaves, novia. Gray es la rencarnación del demonio. Seguro que vendió su vista por poderes del demonio.

 

Gray descubrió sus dientes, la cola solo golpeando en la punta, Taehyung amaba a ese lobo bobo.

 

Me preguntaba acerca de eso. —Yoongi murmuró, haciendo que Gray ladrara incluso más.

 

Taehyung se echó a reír, echándose para atrás y acariciando la larga y suave cola. Gray era uno de los buenos y había probado ser un infierno de luchador.

 

—¿Alguien necesita detenerse? —Yoongi rodó su cabeza sobre su cuello

 

Por favor. —Esa era Marina y sonaba un poco desesperada. Probablemente necesitaba algo de aire. Taehyung no podía culparla.

 

Infiernos, necesitaba algo también si iban a volver ahí. No solo eso, pero ella era una chica, ¿verdad? Siempre tenían más ganas de hacer pis.

 

Yoongi salió en la siguiente salida, lentamente mientras se acercaban al grupo de negocios en el borde de la carretera.

 

— ¿Comida rápida o estación de gasolina?

 

Gray ladró, salivando un poco y Taehyung rompió.

 

—¿Patatas fritas, Gray? ¿Todavía?

 

—¿Son sus favoritas? —Marina sonrió—. Me Gustan también. Y las hamburguesas de queso. ¿Podemos tener hamburguesas?

 

Cualquier cosa que quieras cariño. —Cada día Marina parecía más feliz, un poco más saludable.

 

Entonces hamburguesas con queso. —Ella saltó, e hizo que la cabeza de Gray se balanceara.

 

Entraron en Burger King y estacionaron atrás. —

 

Me quedaré aquí con Gray.

 

De acuerdo, bebé. —Yoongi le dio una mirada que le decía que su pareja sabía que se estaba escondiendo un poco—. ¿Quieres patatas fritas y algo más?

 

Un cartón de leche. Dos. —Realmente quería atún. Una lata.

 

Los labios de Yoongi se curvaron en una sonrisa.

 

—Correré hacia Seven&Eleven una vez que consiga las hamburguesas de Marina.

 

La tentación de inclinarse y lamer la mandíbula de Yoongi era enorme. El hombre tomaba buen cuidado de él, y estaba todavía caliente. Quizás solo deberían conseguir una habitación. No, dos. Marina y Gray podían tener las dobles.

 

Esos ojos hermosos se inclinaron para él.

 

—Sé bueno, gatito.

 

Siempre soy bueno, cachorro.

 

Mmmm. Lo eres. —Los dedos de Yoongi apenas rozaron sus labios—. Volveré con dos malteadas.

 

Oh, malteada de vainilla. —Marina esperaba fuera del vehículo y Gray ladró, observándolos irse, la cola ondeando como una bandera.

 

Si te Gusta tanto ella, tendrás que ser humano ocasionalmente.

 

Gray gruñó, rodando en su vientre y acostándose, lamiéndose.

 

Es bonita. Apuesto a que huele bien para ti, ¿huh?

 

Consiguió un leve ladrido feliz, pero era duro decir si era acerca de Marina o por acariciarle el vientre. Gray era tan bobo. Maldita sea, nunca lo había vito tan estúpido por una chica nunca. Esas grandes patas se balanceaban en el aire, Gray era ruidoso, diciéndole todo acerca de lo metido que estaba el lobo.

 

Pienso que es un encanto. Ella salvó mi vida como lo hiciste tú, hermano.

 

Gray ladró de nuevo y Taehyung estaba agradecido que el estacionamiento estuviera prácticamente vacío. Gray llamaba la atención.

 

Sé bueno. Eres un gran bebé. Vas a conseguir dejar la pelusa en sus pantalones de vestir. Cortéjala o algo.

 

El ruido que le dio Gray era más humano que de lobo al menos, el idiota no se tiró un pedo.

 

Ya sabes, flores, cenas, diamantes. Uh… ¿filetes y carne cruda? ¿Huesos para rumiar? —Burlarse de Gray era jodidamente divertido.

 

Gray estaba cerca de morder su cabeza cuando Marina volvió al auto con sus manos llenas de bolsas y tazas. Yoongi estaba dirigiéndose a conseguirle su atún.

 

Taehyung observaba ese apretado culo moverse. Derecha. Izquierda. Derecha. Izquierda.

 

Yammy.

 

Realmente se sentía mejor. Su bajo cuerpo estaba funcionando muy bien…

 

Ahora, si pudiera conseguir que sus piernas hicieran sus cosas. Miró abajo hacia ellas, frunciendo el ceño. Sep. Estaban lentamente sanando. La cosa iría más rápido si estuviera en su forma de gato, pero a Yoongi le Gustaba estar hablando y mierda.

 

—¿Estás bien, Taehyungi?

 

Sep, solo pensaba.

 

Su mano aterrizó en su hombro, sorprendiéndolo.

 

— Conseguirás mejorar.

 

Ronroneó en agradecimiento, frotando sus nudillos contra su mejilla.

 

—Lo espero, pequeña hermana.

 

Lo harás. La cercanía que tienes con Yoongi, la rapidez con que sanas, ¿lo sabes?

 

—¿Qué? —¿Nada tenía sentido verdad?

 

Es verdad. —Le dio una mirada de soslayo, succionando de su sorbete—. Realmente lo conseguirás.

 

No. Siéntate detrás y sé pura y casta.

 

—¿Pura y casta?

 

Gruñó.

 

—Lo digo en serio.

 

Bueno, no es como si quisiera mirar.

 

Gray rio, si un lobo pudiera reír.

 

Pura y casta. Voy a decirle a Má que eres virgen.

 

Gray lo golpeó, haciéndole que se riera como una cabra.

 

— ¿Qué? Por todo lo que sabes, ella lo es. Peludo.

 

Los ojos de Marina se encontraron con los suyos y le dio un guiño, asintiendo. Algunos secretos, algunas vergüenzas, solo ellos lo sabrían.

 

Algunas veces Gray era demasiado inocente de algún modo. Realmente Gray no lo entendía, quizás eso era lo que Marian necesitaba. Una vida de inocencia.

 

Taehyung sonrió un poco, desliándose abajo en su asiento para observar a Yoongi de frente que volvía de la tienda. No había hay nada de inocente ahí.

 

Su polla se sacudió un poco, hipando un poco más que feliz que ninguna otra cosa, como si le diera un saludo. Esto era bizarro. Había estado solo mucho tiempo, pero solo con la señal de Yoongi, lo hacía feliz. Estaba convirtiéndose en un bobo.

 

O quizás era solo hambre.

 

Sus ojos se enfocaron en la bolsa con el atún.

 

Realmente hambriento.

 

Aquí tienes, gatito. Conseguí la clase en bolsa que no necesita abridor de latas.

 

Gracias. —No podía dejar de ronronear en agradecimiento. Era demasiado bueno con él.

 

Mmmm. Sabes que amo el aliento a atún.

 

Tan bruto. —Marina sonó casi feliz.

 

Se volteó, su estómago gruñendo suficientemente fuerte y Yoongi extendió su mano, acariciando su estómago.

 

Come, bebé. Te conseguí Slim Jims, Gray.

 

Gray aulló feliz, su cola balanceándose suficientemente duro que Marina saltó. Jesús, eran un grupo. Tenía un sentimiento de que iban a ser una familia extraña como su mamá y papá habían concebido alguna vez.

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