Condujeron por horas, Gray vocalizando hacia Marina, su
hermano aplastado rehusándose a cambiar de su forma de lobo.
Taehyung rodó sus ojos cuando Marina lo aseaba.
—Vas a echarlo a perder.
—Tengo
el derecho, está herido.
—Tiene
una mordida en el culo de su pelaje.
Gray se tiró un pedo, sonoramente. Eso era tan asqueroso.
Apestoso. Taehyung trató duro de no rodar sus ojos de nuevo.
—Idiota.
Yoongi se echó a reír.
—Más como un apestoso culo.
—Quizás
esté podrido por adentro.
Gray golpeó el aire vanamente, la amenaza lo hizo sonreír.
Hizo sonreír a Yoongi también. Marina solo envolvió Gray en su hocico. Esos dos
estaban hechos el uno para el otro.
Se estiró, su espalda baja dolía, sus piernas hormigueaban.
Estaban dirigiéndose a casa; esa era la única cosa que habían pensado hacer. Taehyung
sabía que era mala idea, y sabía que Yoongi lo pensaba también pero eso podía
ser como un cierre o algo así.
Al menos serían capaces de conseguir que Gray y Yoongi
cambiaran, conseguir alguna ropa práctica para Marina. Suya. Estaba seguro que
su madre tenía algunos pantalones. Él y Hoseok eran cercanos en la talla como
ningún otro. Hoseok no era un monstruo grueso como su hermano Yoongi. Yoongi.
Yummy.
Se dejó a si mismo mirarlo un poco, admirar la fuerte
mandíbula, la forma que sus manos se envolvían alrededor del volante
Yoongi lo miró de reojo.
—¿Todo está bien?
—Sep. —Estaba
un poco caliente, pero… sep.
—¿Estás
seguro? —La boca de Yoongi se curvó arriba en una esquina. Dejándole saber que
no había quitado la vista sin ser notado.
Gruñó suavemente. Bastardo.
—Positivo.
—Hmmm.
Quiero decir que podría ayudarte. Podemos detenernos para descansar.
—Ew.
—Marina gruñó desde el asiento de atrás—. Nada de follar.
Arqueó una de sus cejas.
—¿Podemos solo joder como ellos?
—Impertinente
chica.
—¡No!
—Marina se rio un poco—. Al menos no mientras estemos en el auto.
Su nariz se torció. No, no, era como una pequeña hermana.
Eso era asqueroso.
Yoongi se echó a reír.
—Los pedos de Gray están arruinando el humor de todas
maneras.
—Solo
quiero saber quién lo alimentó con jalapeños. —No estaba seguro cómo
encontraron jalapeños en Nueva Inglaterra. De seguro serían suaves y vendrían
de una lata.
Marina escondió su rostro contra el pelaje de Gray. Ah, la
culpable.
—Tienes
que detenerte y dejar de hablarle cosas suaves, novia. Gray es la rencarnación
del demonio. Seguro que vendió su vista por poderes del demonio.
Gray descubrió sus dientes, la cola solo golpeando en la
punta, Taehyung amaba a ese lobo bobo.
—Me
preguntaba acerca de eso. —Yoongi murmuró, haciendo que Gray ladrara incluso
más.
Taehyung se echó a reír, echándose para atrás y acariciando
la larga y suave cola. Gray era uno de los buenos y había probado ser un
infierno de luchador.
—¿Alguien
necesita detenerse? —Yoongi rodó su cabeza sobre su cuello
—Por
favor. —Esa era Marina y sonaba un poco desesperada. Probablemente necesitaba
algo de aire. Taehyung no podía culparla.
Infiernos, necesitaba algo también si iban a volver ahí. No
solo eso, pero ella era una chica, ¿verdad? Siempre tenían más ganas de hacer
pis.
Yoongi salió en la siguiente salida, lentamente mientras se
acercaban al grupo de negocios en el borde de la carretera.
— ¿Comida rápida o estación de gasolina?
Gray ladró, salivando un poco y Taehyung rompió.
—¿Patatas
fritas, Gray? ¿Todavía?
—¿Son
sus favoritas? —Marina sonrió—. Me Gustan también. Y las hamburguesas de queso.
¿Podemos tener hamburguesas?
—Cualquier
cosa que quieras cariño. —Cada día Marina parecía más feliz, un poco más
saludable.
—Entonces
hamburguesas con queso. —Ella saltó, e hizo que la cabeza de Gray se
balanceara.
Entraron en Burger King y estacionaron atrás. —
Me quedaré aquí con Gray.
—De
acuerdo, bebé. —Yoongi le dio una mirada que le decía que su pareja sabía que
se estaba escondiendo un poco—. ¿Quieres patatas fritas y algo más?
—Un
cartón de leche. Dos. —Realmente quería atún. Una lata.
Los labios de Yoongi se curvaron en una sonrisa.
—Correré hacia Seven&Eleven una vez que consiga las
hamburguesas de Marina.
La tentación de inclinarse y lamer la mandíbula de Yoongi
era enorme. El hombre tomaba buen cuidado de él, y estaba todavía caliente.
Quizás solo deberían conseguir una habitación. No, dos. Marina y Gray podían
tener las dobles.
Esos ojos hermosos se inclinaron para él.
—Sé bueno, gatito.
—Siempre
soy bueno, cachorro.
—Mmmm.
Lo eres. —Los dedos de Yoongi apenas rozaron sus labios—. Volveré con dos
malteadas.
—Oh,
malteada de vainilla. —Marina esperaba fuera del vehículo y Gray ladró,
observándolos irse, la cola ondeando como una bandera.
—Si te Gusta
tanto ella, tendrás que ser humano ocasionalmente.
Gray gruñó, rodando en su vientre y acostándose, lamiéndose.
—Es
bonita. Apuesto a que huele bien para ti, ¿huh?
Consiguió un leve ladrido feliz, pero era duro decir si era
acerca de Marina o por acariciarle el vientre. Gray era tan bobo. Maldita sea,
nunca lo había vito tan estúpido por una chica nunca. Esas grandes patas se
balanceaban en el aire, Gray era ruidoso, diciéndole todo acerca de lo metido
que estaba el lobo.
—Pienso
que es un encanto. Ella salvó mi vida como lo hiciste tú, hermano.
Gray ladró de nuevo y Taehyung estaba agradecido que el estacionamiento
estuviera prácticamente vacío. Gray llamaba la atención.
—Sé
bueno. Eres un gran bebé. Vas a conseguir dejar la pelusa en sus pantalones de
vestir. Cortéjala o algo.
El ruido que le dio Gray era más humano que de lobo al
menos, el idiota no se tiró un pedo.
—Ya
sabes, flores, cenas, diamantes. Uh… ¿filetes y carne cruda? ¿Huesos para
rumiar? —Burlarse de Gray era jodidamente divertido.
Gray estaba cerca de morder su cabeza cuando Marina volvió
al auto con sus manos llenas de bolsas y tazas. Yoongi estaba dirigiéndose a
conseguirle su atún.
Taehyung observaba ese apretado culo moverse. Derecha.
Izquierda. Derecha. Izquierda.
Yammy.
Realmente se sentía mejor. Su bajo cuerpo estaba funcionando
muy bien…
Ahora, si pudiera conseguir que sus piernas hicieran sus
cosas. Miró abajo hacia ellas, frunciendo el ceño. Sep. Estaban lentamente
sanando. La cosa iría más rápido si estuviera en su forma de gato, pero a Yoongi
le Gustaba estar hablando y mierda.
—¿Estás
bien, Taehyungi?
—Sep,
solo pensaba.
Su mano aterrizó en su hombro, sorprendiéndolo.
— Conseguirás mejorar.
Ronroneó en agradecimiento, frotando sus nudillos contra su
mejilla.
—Lo espero, pequeña hermana.
—Lo
harás. La cercanía que tienes con Yoongi, la rapidez con que sanas, ¿lo sabes?
—¿Qué?
—¿Nada tenía sentido verdad?
—Es
verdad. —Le dio una mirada de soslayo, succionando de su sorbete—. Realmente lo
conseguirás.
—No.
Siéntate detrás y sé pura y casta.
—¿Pura y
casta?
Gruñó.
—Lo digo en serio.
—Bueno,
no es como si quisiera mirar.
Gray rio, si un lobo pudiera reír.
—Pura y
casta. Voy a decirle a Má que eres virgen.
Gray lo golpeó, haciéndole que se riera como una cabra.
— ¿Qué? Por todo lo que sabes, ella lo es. Peludo.
Los ojos de Marina se encontraron con los suyos y le dio un
guiño, asintiendo. Algunos secretos, algunas vergüenzas, solo ellos lo sabrían.
Algunas veces Gray era demasiado inocente de algún modo.
Realmente Gray no lo entendía, quizás eso era lo que Marian necesitaba. Una
vida de inocencia.
Taehyung sonrió un poco, desliándose abajo en su asiento
para observar a Yoongi de frente que volvía de la tienda. No había hay nada de
inocente ahí.
Su polla se sacudió un poco, hipando un poco más que feliz
que ninguna otra cosa, como si le diera un saludo. Esto era bizarro. Había
estado solo mucho tiempo, pero solo con la señal de Yoongi, lo hacía feliz. Estaba
convirtiéndose en un bobo.
O quizás era solo hambre.
Sus ojos se enfocaron en la bolsa con el atún.
Realmente hambriento.
—Aquí
tienes, gatito. Conseguí la clase en bolsa que no necesita abridor de latas.
—Gracias.
—No podía dejar de ronronear en agradecimiento. Era demasiado bueno con él.
—Mmmm.
Sabes que amo el aliento a atún.
—Tan
bruto. —Marina sonó casi feliz.
Se volteó, su estómago gruñendo suficientemente fuerte y Yoongi
extendió su mano, acariciando su estómago.
—Come,
bebé. Te conseguí Slim Jims, Gray.
Gray aulló feliz, su cola balanceándose suficientemente duro
que Marina saltó. Jesús, eran un grupo. Tenía un sentimiento de que iban a ser
una familia extraña como su mamá y papá habían concebido alguna vez.
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